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CRÓNICAS DE UN AMOR DESVENTURADO por karenka sutcliff

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ARREPENTIMIENTO

16 de Diciembre, Grell siempre lleno de regalos e invitaciones a William, desde temprano lo buscaba para planear el día, con la esperanza de que este año sí accediera a festejar, pero el gerente siempre lo rechazaba, flores, fotos, comidas, ropa, lo que sea pero William siempre rechazo los presentes, la noche de navidad y año nuevo eran nuevas oportunidades, Grell no se rendiría nunca o ¿sí?, el pelirrojo siempre estaría para su jefe ¿no?, para la eternidad.

Pero una revisión de rutina, un hombre, el destino o la mala suerte cambiaría sus vidas dramáticamente, como cada fin de año, un supervisor viajaba a la cede de Londres para ver que tal marchaba la zona de William, pero este hombre vino por algo más, sus ojos se fijaron en "alguien" más. William no le dio importancia, pues Grell se le lanzaba a cualquier hombre bien parecido, pero estos siempre lo rechazaban así que el estaba tranquilo, jamas se imagino que todo se saldría de control.

Pero Grell tenia sentimientos, a pesar de ser un Dios de la muerte, lo de no tener sentimientos solo se aplicaba durante el trabajo, no en la vida personal. William vivía en su mundo caótico de perfección y papeleo, tan encerrado que no veía más haya de los documentos que tenia en las manos frente a el.

Grell necesitaba amor, un hombre, una luz al fondo del camino seria su salvación o acaso eran el túnel que conduce a las puertas del infierno. A lo largo de los años Grell amo a muchas personas, hombres y mujeres, pero nunca tomo las decisiones correctas, su ira lo hizo matar a Madam Red, la única mujer digna de su corazón. Los hombres eran otra historia, al pelirrojo le gustaba jugar a la damisela en apuros, fácilmente siempre entregaba su corazón y un poco más a cualquier hombre guapo, aunque estos no valieran la pena, ¿William, Sebastian?, eran crueles, solían golpearlo más de la cuenta llegaban al punto en que dejaba de ser divertido o excitante. "¿Los golpes eran su forma de demostrarle que lo amaban? ". Pero llegaron las caricias y la dulzura a su vida, siempre serian mejor que los golpes de Sebas-chan o la indiferencia y frialdad continua de William.


William necesitaba salir de su monotonía, deseaba algo más y Grell se lo daba, pero era incorrecto corresponder a esos sentimientos, lo más inteligente era tomar solo lo que necesitaba, en su vida humana lo tomo todo y lo dio al doble, amo a su mujer y esta lo traiciono, el no pasaría por lo mismo nunca más, ademas de que sabia que el pelirrojo le arruinaría la vida, Grell era muy enamoradizo y el no lo compartiría pero sabia que su empleado no podría ser enjaulado como sus amadas palomas, el era libre, ademas de que el hombre pequeño no lograba mantenerse sin problemas ni cinco minutos, el gerente siempre tenia que estar detrás de su amigo, salvándole de los castigos serios.

Aunque lo negara William amaba a su subordinado pero tenia miedo, era Diciembre, William ya sabia lo que le esperaba un empalagoso torbellino rojo todo el día colgando de su brazo, pero eso no paso, ni el 16 ni el 24 ni en la fiesta de la oficina por el fin de año, Grell no apareció, no, Grell ya tenia un nuevo amor, uno ¿real?, uno correspondido, "¿como es que William no lo noto antes?".

La noche de fin de año, los shinigamis celebran, aunque todos lo dudaran William disfrutaba de la fiesta en la oficina, era de las pocas veces que salia para bailar beber y charlar, pero William solo hacia estas actividades con su pelirrojo, nadie cuestionaba pues suponían que al gerente no le quedaba más que ceder a la insistencia de su empleado, era eso o matarlo.

Esta noche la fiesta seria a lo grande pues también se festejaba el ingreso de nuevos reclutas, pero algo estaba mal, faltaba algo, había sido una tarde muy tranquila, sin invitaciones, mimos o regalos, hacía varios días el pelirrojo era distante.

El gerente salio de su oficina y se dirigió a la de Sutcliff, era una suerte que los pasillos estuvieran solos, todos estaban en planta baja disfrutando. El gerente se detuvo frente a la puerta, hubiera entrado de no ser porque algo lo dejo catatónico, una frase, nada fuera de lo común la escucho mil veces antes, sinceramente o llena de lujuria, pero siempre fue un frase solo para el.

-Te amo!.- frase dicha entre gemidos de placer. Grell estaba con alguien en su oficina, William se puso pálido al escuchar a su subordinado, sus piernas temblaban, quería entrar y matarlos a ambos, quería correr, llorar, lo que sea pero su cuerpo no reacciono "¿quien le había robado a su pelirrojo otra vez.?"

-William san.- Alan llego y saco al gerente de su trance.

-Humphries.- William trago saliva y se humedeció los labios antes de hablar, tenia la boca seca por la impresión, ambos hombres se marcharon a la fiesta, el gerente necesitaba unos tragos.


Las semanas pasaron y el supervisor no se iba, para colmo Grell evadía todo lo posible a su jefe William, pero eso no podía continuar así.

Grell entro a la oficina de William por su lista de muertes programadas, el moreno lo tomo antes de que este escapara, tenían que hablar, incluso seria capas de admitir sus sentimientos con tal de alejar al pelirrojo del otro hombre.

-Grell.- William acorralo a su empleado contra el muro, pero este no lo veía a los ojos, el corazón de William se partió Grell estuvo apunto de hablar pero la puerta se abrió sin previo aviso, el "novio" de Grell lo estaba buscando, era un hombre muy celoso y desconfiado, ya sabia a de la relación entre ellos.

A Grell se le iluminaron los ojos al ver a su nuevo amante y se abalanzo hacía el con una gran sonrisa, el pelirrojo volteo para mirar a su jefe y se despidió saliendo del lugar del brazo de su amor. William no pudo evitar sentirse miserable, esos ojos verde oro que eran solo para el, en los que podía ver su reflejo y sabia que el corazón del pelirrojo era solo de el ahora esos mismos ojos eran para otro hombre que seguramente no lo merecía.

Eran las 6:00, la jornada del moreno había terminado, solo quería salir de ahí lo más pronto posible, pero el supervisor lo intercepto.

-Spears, sabes que las relaciones entre empleados de distintos rangos de la misma cede están prohibidas ¿cierto?.- el hombre sonaba amenazante.

-Conozco bien las reglas señor.- el gerente hablo mientras se ajustaba las gafas y trataba de controlar su ira creciente.

-Aléjate de Grell, Spears.- amenazo el mayor y se fue tranquilamente como si nada.

Las cosas siguieron su rumbo, casi "normal", las visitas de Grell cesan en absoluto, Grell llega al trabajo cojeando, William trata de interrogarlo en vano, días después el pelirrojo llega al trabajo con un brazo roto, día tras día Grell aparece en la oficina con más lesiones, William sospecha de ese demonio Sebastian, así que va donde labora para ponerle un alto, pero... el mayordomo ni siquiera esta enterado, sospechaba que tal vez el cruel jefe tenia castigado al extravagante shinigami.

William esta preocupado y desconcertado, "¿que es lo que pasa?", al regresar a la cede el gerente pasa de nuevo a la oficina de su empleado rojo, antes de entrar, a unos metros de distancia puede ver salir al amante de su subordinado, salir con el ceño fruncido. William se apresura a entrar a la oficina de la parca roja. Grell esta llorando, tiene el maquillaje corrido y se frota las muñecas magulladas, el nuevo novio suele golpear a su amante rojo, pero no seria la primera vez que a Grell lo maltratan sus amantes, la única que no lo golpeaba era Angelina, "oh como extrañaba a su mujer, fue un error matarla, pero no cometería los mismos errores otra vez, esta vez no mataría a su amante por una tontería, después de todo, los hombres que amaba siempre lo golpeaban, era normal."

-Will...- Grell ofreció una sonrisa triste al notar la parecencia de su jefe.

-...Will, no debes verme en este estado deplorable.- dijo el pelirrojo secando sus lagrimas con la manga de su gabardina amada.

-¿Que paso Sutcliff?- el gerente trata de no mostrar preocupación en su tono de voz.

-Nada importante cariño, ¿estas preocupado por mi?.- Grell dice como una broma común.

Los hombres se despiden y continúan con sus labores de ese día, pero a la mañana siguiente Grell no se presenta a trabajar, ni la siguiente, una semana pasa y nadie sabe nada del pelirrojo.


-Vamos cariño, no hice nada malo, por favor detente, me haces daño.- Grell suplica con lagrimas en sus ojos mientras trata de liberar su hermoso cabello, ahora dañado de las crueles manos de su amante.

-Eres una ramera.- el malvado hombre tiene sometido en el suelo a su nuevo "juguete", sorprendió al pelirrojo coqueteando con sus demonio favorito.

Desde su desliz el shinigami rojo había sido reprendido, insultado y agredido sin piedad, sentía el deseo de atravesar a su amante con su guadaña, pero no lo haría, no "el era su ultima oportunidad" , después de todo sus golpes no eran distintos a los de ningún otro.

El hombre tomo más cabello entre sus manos y levanto al shinigami hasta quedar cara con cara.

-De verdad eres muy bonito Grell.- el tipo tomo unas tijeras y comenzó a cortar unos mechones de cabello mientras Grell suplicaba que se detuviera.


William estaba preocupado, hacia mucho tiempo que Grell no faltaba al trabajo, el gerente lo busco en su casa pero no lo encontró la habitación del pelirrojo estaba desordenada, como si hacia mucho tiempo el no estuviese en ella, William busco entre las cosas del pelirrojo indicios de su paradero, encontró un diario, jamas pensó que Grell fuera de los que llevan un diario, el moreno suspiro y lo comenzó a leer casi por el final, solo algunas lineas, no quería invadir demasiado su privacidad.

"Extraño tanto a Will, me hace falta, James es tan cruel a veces, le tengo miedo".

"James me advirtió no volver a acercarme a Will, pero ¿cono no hacerlo?, es mi jefe debemos vernos"

"La ultima golpiza fue la peor de todas, yo de verdad no quería hablar con Ronald, pero el insistió ese estúpido muchacho, por su culpa me gane un castigo".

"James quiere que vivamos juntos, no se si aceptar, de verdad deseo un hogar y un marido pero el no es el modelo de esposo ejemplar".

Las frases de miedo y queja continúan más y más, ese hombre es muy abusivo, William sale del lugar, en verdad no sabe a sonde ir o donde puede estar Grell, el gerente busco en muchos lugares pero no lo encontraba, por fin casi se dio por vencido y entro a su oficina, aun tenia trabajo pendiente pero se llevo una gran sorpresa, un muy desaliñado y cubierto de sangre Grell, estaba acurrucado en forma de ovillo en el sillón de la oficina.

Al abrirse la puerta Grell despertó de un susto, se sobresalto mucho, el pelirrojo miro al hombre que entro a la oficina y corrió a sus brazos.

-Sutcliff, ¿que paso?, ¿estas bien?...- el gerente examino superficialmente pero muy preocupado a su amigo.

-Juro que lo matare- William amenazo y abrazo fuertemente a Grell.

-No hace falta cariño, ya lo hice.- Grell dijo con una sonrisa en su rostro, esto sobresalto a William, el moreno tomo sus cosas junto con Grell y lo llevo a su departamento, tenían que hablar.


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