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Un Asimétrico Corazón 2: Una Flor Que Se Marchita. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Vale... viene la contra cara jojojojo!

---------------Black Star-------------------
Tomé el tazón de frituras y me senté en el sillón frente al televisor, había un programa de peleas profesionales y le subí el volumen hasta que ya no podía escuchar ni mis propios pensamientos. No quería pensar en nada, quería intentar borrar todo de mi mente, repitiéndome una y otra vez que todo era solo un mal sueño. El hecho de que Soul estaba enfermo, que me había rechazado y, además de eso había perdido su amistad para siempre, me hacía sentir totalmente devastado y sin ganas de seguir, por eso necesitaba distraer mi mente, simplemente debía controlar la idea de querer darme por vencido en todos los aspectos. El volumen de la tele llego a su punto máximo y aun así no podía silenciar las voces de mi cabeza, me levante para tomar la bolsa completa de papas cuando sentí un extraño presentimiento dentro de mí. Salté por sobre el sillón aterrizando en el suelo y apagué el televisor silenciando el lugar rápidamente. Pasaron por mucho treinta segundos cuando el sonido de mi puerta siendo golpeada levemente apareció haciendo eco en la habitación.  Me levante del piso y me aproximé lentamente a la perta, tomé la perilla dudoso intentando imaginar quien podría ser. Abrí la puerta esperando ver a cualquier otra persona afuera menos a él.
-¡Soul…!- dije verdaderamente emocionado y feliz abriendo la puerta en su totalidad.
-pasa por favor- indiqué y entro sin decir palabra. Entró y se detuvo de inmediato dándose la vuelta hacia mí.
-¿Qué pasa?- pregunté y como un niño se aferró a mí comenzando a llorar. Respondí a su abrazo y me quedé en silencio, no sabía que pasaba pero con mirarlo era más que suficiente para imaginar lo que ocurría.
-ven… siéntate…- hable después de que se tranquilizo un poco. Su mirada triste y decaída me lo decía todo pero prefería escucharlo de él.
-así que al final no has podido decírselo…- inicié diciendo lo que a mis ojos parecía estar pasando incitándolo a contarme lo ocurrido. Se limpió los ojos y comenzó a hablar contándome todo, desde ayer que se fue de mi departamento, hasta hoy que volvió buscando un refugio. Sentí ganas de salir corriendo y partirle la cara al maldito de Kid, pero cuando me dijo el nombre de la persona con quien lo había encontrado me sentí hasta cierto punto culpable. “-Estúpido Hero, mira lo que has hecho maldito imbécil…-” pensé imaginando el terrible dolor al que se había enfrentado Soul en esa situación. Tal vez yo había tenido la culpa de que Hero se metiera tanto en esto, el desde hace ya mucho estaba interesando en Kid, pero no fue hasta que yo hable con el, que comenzó a tomarse todo esto muy en serio. Terminó diciéndome que tuvo una pelea con Kid al final de todo donde las cosas solo resultaron más mal, al grado que simplemente optó por correrlo de su casa, justo ahora que lo necesitaba mas que nunca.
-no… no te preocupes mas Soul…- dije tomándolo del hombro. –Yo no pienso abandonarte… cuentas conmigo…- continué imaginando lo que debía proseguir. Soul empezaría con sus terapias mañana, lejos de esta ciudad, lejos de todos, y ahora no tenía a nadie más que a mí. Estaba seguro de lo que en ese momento la vida me estaba otorgando, estaba totalmente dispuesto a apoyarlo hasta el final, sin importar cual fuera el costo, permanecería a su lado.
-Iré contigo… desde hoy daré todo por verte salir adelante…- agregué y puso cara de no entender de que estaba hablando.
-¿ir… a donde?- preguntó extrañado.
-A Kugami, a que comiences a tomar tus terapias- dije y la expresión de su rostro cambió al escuchar el nombre de aquella ciudad.
-no… no hace falta de verdad… yo no quiero ser una carga, ni una molestia para ti… solo déjame quedarme aquí unos días…-  comenzó pero interrumpí sus palabras.
-¿estas loco? Tienes que empezar a tratarte de inmediato, además tu nunca serías nada de eso, para mi es un placer poder ayudarte, así que por favor déjame cuidar de ti…- contesté y se sonrojo levemente causando en mi una gran felicidad.
-yo… yo no tengo dinero…- quiso poner más problemas frente a la ya complicada situación pero una vez más intenté hacerlo ver las cosas menos feas.
-por eso no te preocupes… yo me encargare de eso… así tenga que trabajar día y noche si es para tu bien…- contesté sin pensarlo, estaba dispuesto a dar todo de mi parte, haría lo que fuera por que su recuperación marchara bien, aun sabiendo que esa clase de tratamientos eran bastante caros.
-Black… ¿hablas en serio?...- dijo con cara de agradecimiento en el rostro y una clase de felicidad.
-sabes que lo daría todo por ti…- respondí y ya se veía más tranquilo.
-salimos mañana en la mañana entonces, el doctor dijo que tendrías tu primer quimio a medio día… además que necesito ver donde nos quedaremos…- agregué y asintió con la cabeza. En mi rostro mantenía una expresión de seguridad y fortaleza, pero por dentro me sentía nervioso, preocupado y hasta cierto punto desesperado; pero tenía que hacerme el fuerte, por él. Charlamos un rato más acerca de nuestra ida haciendo planes para nuestra partida al amanecer y que es lo que haríamos al llegar. Tenía un poco de dinero ahorrado, que de hecho lo tenía considerado utilizar para mi hijo Evans, pero en estos casos no existía otra salida; sería suficiente para rentar un pequeño departamento y comprar lo necesario hasta que consiguiera un trabajo. Por su parte Soul también tenía algo que utilizaríamos para pagar la primera terapia. En palabras de él, no quería tomar dinero que consideraba era de Kid, por una parte lo entendía, tal vez simplemente no quería ya involucrarse con el.
-Entonces pasaré por ti en la mañana… a las cinco…- dije concluyendo con nuestra charla.
-si… solo regresaré a equipa el resto de mis cosas… te estaré esperando…- respondió y se levantó.
-Bien… equipare también mis cosas… no olvides nada…- respondí acompañándolo a la puerta.
-vale… nuevamente muchas gracias por esto… te estoy haciendo abandonar tu vida…- dijo inclinándose un poco a modo de agradecimiento.
-no estoy abandonando mi vida… por que tu siempre has sido la razón de ella…- finalicé y bajo la cabeza tímidamente.
-nos… nos vemos mañana…- contestó comenzando a bajar las escaleras. No sabía si estaba mintiéndole o no al decirle esas palabras, pero en ese momento estaba seguro de sentirlas. Corrí a mi cuarto y empaqué todas mis cosas sin excepción, tampoco es que tuviera muchas pertenencias, pero todas ellas eran de gran valor para mi. Terminé llenando más de seis maletas, entre las cosas incluí desde un calcetín, hasta los sartenes de la cocina. Saqué de uno de los muebles un viejo y pequeño jarrón en donde durante ya vario tiempo había estado recolectando mi dinero. Saqué los rollos y conté rápidamente contemplando en mi mente su utilización. Con una de las cobijas que aún no guardaba me envolví totalmente tirándome a la cama nervioso y, hasta cierto punto emocionado, con la intención de poder descansar un poco antes de mi partida  y sin darme cuenta me quedé profundamente dormido. Sonó la alarma de mi celular fijada y me levanté como un resorte del colchón, tomé mi ropa vistiendome rápidamente, empaqué lo poco que utilicé en la noche y cargué las maletas a la salida. Antes de salir de la habitación miré mi colchón vacío postrado en el suelo.
-si pudiera, también lo llevaría....- dije para mi mirando mis maletas y caminando con algo de melancolía a la salida del que había considerado por años mi hogar. Caminé a prisa y paré al primer taxi que se me cruzó en el camino.  Avanzó rápidamente por la tranquilidad de la mañana y se posó frente a la casa de Soul,  le envíe un mensaje de inmediato indicando que estaba afuera de la casa. En escasos segundos salió con un par de maletas en las manos y me bajé del auto para poder ayudarle con su equipaje.
-Buenos días Soul...- dije pero me hizo una señal con la mano indicando que me callara.
-No hables tan fuerte... Kid esta durmiendo en la sala... podría oirnos...- dijo en un tono preocupado, comprendí su punto de vista y asentí con la cabeza. Tomé una maleta de una de sus manos y avanzamos hasta el taxi, la cajuela estaba llena de mis cosas así que puse las cosas en el asiento de atrás.
-bien... ¿es todo?- pregunté en voz baja mirando a Soul que seguía inmóvil mirando la entrada de su casa.
-no, faltan dos más... están el la entrada... -respondió y caminó de regreso. En su mirada podía notar la duda e inseguridad acerca de lo que estaba a punto de hacer, así que sentí el extraño impulso de evitar cualquier arrepentimiento.
-Vamos... ve al auto te vas a resfriar aquí afuera... yo iré por ellas...- dije tapandole el paso y tomandolo del hombro frenando su camino.
-¿seguro...?-preguntó extrañado y se quedó quieto.
-si claro...-contesté y se dio la vuelta, esperé a que subiera al taxi asegurandome de que no pensará en dar marcha atrás y avancé lentamente hasta la puerta de la casa mirando desde lejos su equipaje. La puerta estaba abierta así que entré en absoluto silencio, tomé ambos maletines y miré hacia adentro, busqué con la mirada en la habitación de al lado al bastardo de Kid, desde mi punto se podía ver casi toda la sala, enmedio, en el sillón más grande, pude notar su asquerosa presencia, sólo se alcanzaba a asomar levemente su cabeza y sus pies colgantes al otro lado, estaba tan tranquilo, tan vulnerable, sentía el impulso de ir y acabar con el de una buena vez, pero no podía cagarla en un momento como este. Salí antes de que la rabia ganara y con cuidado cerré la puerta lentamente, abrí la parte trasera y metí el resto de las cosas, entrando yo después algo apretado. Indiqué al chofer que nos llevara al Jun-sho en Kugami, era un hotel que quedaba cerca del el hospital, justo al centro de la ciudad. Nos quedaríamos ahí sólo por un día, mientras buscaba un lugar cercano donde poder rentar un departamento. Después de casi tres horas de camino llegamos al fin, Soul se bajó y comenzó a sacar unas cosas del porta equipaje, me quedé adentro y pagué al chofer, como era de esperarse me cobró una fortuna, pero definitivamente no podía traer a Soul moviéndose de un lado para otro en tren o cosas así. Entramos a la recepción después de bajar todo del auto y me dirigí al mostrador. Como era de esperarse sólo podía pagar una habitación, no debía de gastar en cosas innecesarias. Subimos hasta el cuarto y dejé las maletas en una esquina, la habitación era relativamente pequeña, pero la verdad eso no era de importar.
-Bien Soul... dejaré estas aquí... iré por el resto de las cosas...- dije y salí de inmediato. Subí nuevamente con las cuatro maletas que hacían falta, al entrar a la habitación miré a Soul fijo en su celular, bajé las cosas al suelo y me acerqué lentamente pensando en que quizá se comunicaba con Kid o ya había entrado en arrepentimiento. Estaba sentado en la orilla de la cama en silencio, me paré frente a el y noté que las luces del teléfono estaban apagadas.
-¿qué pasa Soul?- pregunté y me senté a su lado.
-nada... -contestó y fue cuando noté que en su mano sostenía la tarjeta SIM del teléfono, estaba a punto de preguntarle que hacia pero antes de que pronunciara cualquier cosa la rompió de un apretón en su mano dejando caer los pedazos sobre el suelo.
-valla... - fue lo único que pude decir frente a lo ocurrido.
-necesitaré un nuevo número....- pronunció en voz tan baja que apenas entendí lo que dijo.
-¿estás bien Soul?- pregunté después de un rato en absoluto silencio.
-¿te sientes bien con esto?- agregué y me miró extrañado.
-¿qué pregunta Black? todo esta bien si a eso te refieres... te agradezco mucho que hagas esto...- contestó y se quedó mirándome.Sus ojos carmesí lucían hermoso a pesar de la falta de luz, me cautivaban y atrapaban en un remolino de fuego terminando por ahogarme en la caída de su suave cabellera blanca que rozaba con la pálida piel de sus mejillas, me estaba volviendo loco de la desesperación, deseaba cruzarme con esos labios rosados posados a mitad de su rostro. Sin notarlo tomé su mano que estaba apoyada en el colchón y me acerqué a el sin titubeos, apenas y pude sentir la fría piel de sus labios cuando se giró a un lado quitando su mano de la mía.
-no Black... aún no...- dijo y sentí decepción de momento pero una palabra se quedó grabada en mi mente."¿aún? eso entonces ¿me da una posibilidad?" pensé intentando animarme yo mismo dándome ilusiones prematuras. Me quedé en silencio mirando al suelo perdido en  mis pensamientos, la situación y el silencio ponían el ambiente cada vez más incómodo, estaba a punto de intentar comenzar algún tema de conversación cuando mi celular comenzó a sonar.
-bueno...- contesté levantándome rápidamente para salir de la habitación.
-Black... ¿dónde estás? ¿estas con Soul? ¿En verdad huiste con el?- preguntó Hero al otro lado del teléfono.
-ammmm... no es algo a lo que yo llamaría "huida" digamos que sólo nos fuimos... ¿Kid te ha dicho algo?- respondí sin saber realmente porque preguntaba por eso.
-por supuesto... fue a mi casa esta mañana, estaba realmente destrozado, ahora esta en Shibusen, yo vine a buscarte a tu departamento... debiste al menos avisarme que te ibas...- contestó quejándose.
-esto fue algo totalmente improvisado no pude decirte nada...- dije sin saber por que le estaba dando explicaciones.
-supongo que tú y Soul huyeron en plan de... amantes... ¿no?- dijo con voz algo triste.
-no... Ni siquiera te imaginas... -dije en voz apagada dispuesto a contarle todo.
-¿no? ¿Entonces qué pasó?- preguntó extrañado.
-verás... lo que pasa es que...- comencé pero la puerta de la habitación se abrió golpeandome un poco.
-¿a dónde vas?- le pregunté a Soul al momento en el que salió y avanzó en el pasillo.
-iré a dar una vuelta... ¿no vienes?- dijo sin dejar de caminar.
-Hero... luego hablamos... bye- colgué el teléfono y alcancé a Soul rápidamente. Dimos vueltas en el hotel por unos veinte minutos y después paramos en el restaurante del primer piso. Indiqué a Soul que se sentara en una mesa y pedimos el desayuno. Charlamos en ratos de cosas irrelevantes hasta que finalmente terminamos, miré la hora y faltaban treinta minutos para el medio día.
-Soul... ya casi son las doce...- dije y se levantó de inmediato.
-vamos, la cita es en media hora...- respondió percatandose de la hora y presionandone para pagar la cuenta. Caminamos hasta el cuarto, Soul entró y comenzó a buscar algo en una de sus maletas, tomé mi chaqueta del sofá y regresé al pasillo. Salió después de unos momentos y salimos del hotel comenzando a recorreré las calles concurridas de la ciudad, el cielo estaba cubierto por una espesa capa de nubes cubriendo por completo al sol dejando pasar únicamente un resplandor plateado. Llegamos al hospital y Soul comenzó a hablar con la enfermera en recepción, le mostró unos papeles, intuí que era eso lo que había sacado de sus maletas, me quedé parado en la entrada del pasillo esperando alguna respuesta, comencé a mirar por la puerta hacia afuera, los hospitales nunca me habían gustado, a decir verdad odiaba el simple hecho de acercarme a uno, en los hospitales… la gente muere.
-Black…- escuche una voz detrás de mí, sacándome de mis pensamientos.
-Soul… ¿Qué pasa? ¿Qué te dijeron?...- pregunté girándome hacia él.
-me atenderán de inmediato… me dejan entrar con alguien… así que…- dijo haciendo una pausa.
-yo… no puedo quedarme…- dije antes de que pudiera terminar.
-lamento tener que dejarte aquí solo pero… tengo que ir a ver lo del departamento… y bueno…- comencé sin saber cómo reaccionaría a la idea al enfrentarse el solo a algo totalmente desconocido, no era que no quisiera quedarme, quería estar con él, pero realmente tenía que solucionar lo de nuestra estancia.
-si claro… entiendo… no te preocupes…- contestó de inmediato.
-no es que no…- continué pero me calló.
-no, de verdad está bien…-
-¿estás seguro?... si quieres mejor me quedo…-
-no, enserio, estaré bien… debo entrar ya…- dijo comenzando a caminar de reversa.
-vale… nos vemos en la tarde…- respondí metiendo mi mano en una de mis bolsas, indico adiós con la mano y se dio la vuelta.
-Hey Soul…- dije haciéndolo voltear y le lancé la llave del cuarto del hotel, la miró guardándola en su pantalón y me dedico una sonrisa antes de que se perdiera entre la gente de los pasillos. Comencé a salir del lugar, me dolía tanto dejarlo ahí solo, pero debía ser fuerte. Busqué por horas en la ciudad algún cuarto que estuviese en renta, no sé cuánto caminé pero definitivamente ya no podía más. Pasé por las mismas calles más de tres veces buscando un lugar cerca del hospital, los lugares que estaban disponibles estaban más allá de nuestras capacidades, y los que había visto en red que entraban en nuestros recursos estaban ahora todos ocupados. Estaba a puno de darme por vencido y volver al hotel para continuar con mi búsqueda al otro día pero al detenerme en una parada leí un pequeño letrero color amarillo pegado en una pared de anuncios, no era muy llamativo ni el único pero una palabra llamo mi atención. Lo leí de inmediato en el indicaba la disponibilidad de cuartos a bajo precio, la dirección estaba más lejos de lo que había considerado pero al parecer era el único lugar que podría encontrar con esas características. Tomé el volante y salí corriendo en esa dirección de inmediato. Llegué hasta la calle indicada después de correr por cinco cuadras y me quedé decepcionado al mirar el lugar, el edificio estaba viejo y sucio, para alguien como yo estaba bien, pero no podía llevar a Soul a una pocilga como esa, pensé en irme de inmediato pero cuando me di cuenta ya estaba entrando a la oficina principal. En la recepción había un hombre feo y gordo sentado en la entrada, le pregunté acerca de todo y no sé cómo termino convenciéndome, tal vez fue la desesperación, el cansancio o la simple necesidad que sentía en ese momento pero acabé cerrando el trato con ese señor. Regresé al hotel y ya era algo tarde, subí al segundo piso y la puerta de nuestro cuarto estaba abierta, entré y Soul estaba durmiendo recostado en un lado de la cama. Me paré a su lado y lo miré dormir, se veía cansado, triste, sin fuerzas, sin nada. Pensé en robarle un beso a sus labios pero mi mente simplemente no me lo permitió, algo me decía que debía esperar, esperar a que llegara el momento indicado. Amaneció y yo pasé la noche en el sillón, me desperté antes que Soul y bajé por algo para desayunar. Cuando entré en la habitación ya estaba despierto sentado en una silla de la mesa.
-Buenos días…- dije poniendo el “desayuno” instantáneo en la mesa.
-encontré un lugar… a unas seis cuadras del hospital… - empecé y se quedó callado mirándome.
-no es el mejor lugar de todos pero…-
-el lugar que sea está bien… no te preocupes…- pronunció algo finalmente y me sonrió sincero.
-debemos irnos en un rato he pagado ya a partir de hoy…- dije haciendo una pausa para servir los platos.
-gracias por hacer todo esto…- agregó y bajo la mirada algo triste.
-no es nada…- finalicé y nos quedamos en silencio. Terminamos el desayuno y notaba a Soul algo extraño, se me quedaba viendo y cuando lo enfrentaba evitaba mi mirada, no sabía que ocurría pero mi corazón se estremecía sin razón. Salimos del hotel y pasé a dejar la lleve en recepción. Caminamos las seis cuadras hasta aquel terrible callejón donde se encontraba aquel edificio, noté en la cara de Soul una expresión de miedo y hasta cierto punto asco. Yo ya tenía la llave así que entramos directamente al cuarto, quedaba en el tercer piso y tenías que atravesar las escaleras de madera en medio de la construcción, el cuarto no era muy pequeño pero tampoco muy espacioso, simplemente era perfecto para los dos.
Pasó una semana y media y yo apenas podía con mi alma, conseguí un empleo en el día de mesero en un restaurante y de medio tiempo en la tarde como empleado de un mini súper, y aun así apenas y juntaba lo suficiente para comprar lo que necesitábamos día con día. Terminaba con mi segundo trabajo alrededor de las once de la noche, tenía que caminar cinco cuadras desde mi trabajo hasta nuestro departamento. Le había comprado un numero nuevo a Soul, lamentablemente no había podido asistir con el a ninguna de sus terapias, pero siempre estábamos en contacto. Hasta ahora había tomado sólo dos, no me gustaba hablar mucho de eso, sentía miedo con el hecho de tocar el tema, así que sólo sabía lo poco que me decía. Crucé la última calle y cuando entré al callejón sentí que alguien me observaba, estaba muy oscuro así que no pude apreciar a nadie, bajé la velocidad y me quedé fijo al fondo del callejón.
-hey tú... espera... - escuché una agria voz llamándome al final del camino, distinguí una silueta a unos metros de mí pero continué con mi camino.
-¿acaso no me escuchas idiota?- dijo y sentí como si fuera atraído por un imán.
-¿a quién llamas idiota, pedazo de animal?- dije y sin darme cuenta ya había avanzado hasta quedar frente a él, era un tipo sucio y grotesco, en su mano sostenía una navaja y estaba en una pose amenazante.
-claro que a ti niño bonito... y si no quieres resultar lastimado entregame todo lo que llevas...- respondió y comencé a reír a carcajadas sin control.
-eres tan gracioso... que patético...- respondí sonriendo de lado malevolamente y acercandome a el retador. Sólo llevaba algo de comida y mi teléfono pero definitivamente no me dejaría robar por alguien como el, sólo para ahorrarme problemas.
-atrás... eres tonto o que... te lastimaré lo juro...- dijo retrocediendo y alzando su temblorosa mano frente a mi. De un movimiento rápido casi imperceptible al ojo humano tomé la navaja y lo aprisioné contra la pared colocando la daga en su cuello.
-si hay algo que no tolero son los insultos... dirígete a mi con respeto... yo soy el hombre que superará a los dioses...- terminé de decir y me sentí algo tonto de mis palabras, hacía ya mucho tiempo que no decía algo como eso, después de lo de Lizz, sentía como si hubiese madurado.
-no por favor perdóneme mi señor... - comenzó a implorar sacándome de mis pensamientos.
-aaa... esta bien... te dejaré vivir... pero sólo por esta vez...- respondí soltandolo, estaba tan concentrado en otras cosas que por un momento olvidé que lo tenía atrapado. Se deslizó por el suelo arrastrándose un poco y dándome las gracias.
-hey olvidas esto...- agregué y lancé su navaja hacia el rozando por una de sus mejillas clavándose en el suelo.
-tendrás que portarte bien...- dije haciendo una pausa.
-los humanos son tan torpes... nunca aprenden...- finalicé y estaba a punto de darme la vuelta cuando se paró gritando como un desesperado.
-lo sabía tampoco eres humano... eres igual que aquella niña... eres un demonio... ¡DEMONIO!- gritó como un loco y salió corriendo por la parte de atrás. No sabía de que diablos estaba hablando, pero las palabras que mencionó me hicieron pensar en alguna remota posibilidad de que hablará acerca de alguna Scythe, seguramente me había confundido pensando en que yo no era un humano cuando únicamente yo me había expresado en general. Entré al edificio y mientras recorría las escaleras iba repitiendo sus palabras "-¿chica, una chica arma? ¿será algún Deathscythe solitaria?-" comencé a hacerme preguntas yo mismo pero las cosas no parecían tener sentido. "-pero,  se supone tenemos prohibido atacar a los simples humanos ¿será un arma sin maestro?-" pensé creando hipótesis dentro de mi cabeza. Entré al departamento y dejé las cosas sobre la mesa, busqué a Soul con la mirada en la sala y estaba sentado frente al televisor.
-Estoy en casa...- dije aproximándome a él.
-Black... Bienvenido- respondió apagando la tele y girándose hacia mí.
-hey Soul, no creerás lo que pasó...- comencé pero me interrumpió.
-déjame decirte algo primero...-
-ammm... si claro... ¿que pasa?- contesté y me senté a su lado.
-yo... quería agradecerte todo este esfuerzo que estas haciendo... por mi...- dijo y tomé su mano sonriendo.
-ya te he dicho que a mi no me importa esto ej verdad... yo soy feliz si tu estas bien...- dije y me miró nervioso.
-yo...- continuó y se sonrojó agachando unos segundos la mirada.
-Soul... yo...- no podía creer la situación, imaginé que quizá este momento llegaría pero no pensé que fuera a ser tan pronto, mi corazón latía rápidamente y su tímida mirada sólo encendía más mi alma impaciente por él. Sabía lo que pasaría, sin pensarlo más me acerqué a el y besé la comisura de sus labios suavemente, esperé a que dijera algo o me rechazara, pero correspondió a mi beso algo dudoso. Sentía sus temblorosos labios contra los míos viajando a través de mi boca, mis manos sostenían las suyas y apretaba mis dedos con miedo cada vez que yo rozaba su lengua con la mía. Solté una de sus manos y rodeé su cuello acercandome más a él, su cercanía me hacía suspirar y cada vez que soltaba mi aliento sobre su rostro apretaba los ojos y se escogía de hombros tímidamente. Sentía su respiración agitada y se notaba algo dudoso, pero aún así no me detuvo. Lo recoste en el sillón y me coloqué sobre el pasando mis piernas alrededor de su cadera, tomé sus manos entrelazando mis dedos y lo besé lentamente paseándome por su cuello, sentí su fría mano entrar en mi chaqueta acercándose peligrosamente a mi abdomen, acaricié su cabello y me separé de él mirándolo fijamente.
-Soul...- intenté decir algo dándole una oportunidad para arrepentirse.
-no te detengas ahora...- dijo poniendo su mano en mi boca para luego sellarla con un beso. Mi pecho temblaba de la emoción y mi corazón latía tan fuerte que su sonido rompía con el silencio de la habitación. Sus manos se paseaban por mi espalda y yo ya no podía contener las ganas de hacerlo mío. Me levanté de golpe y lo tomé del brazo tirando de él suavemente, se dejó conducir por mi y caminé a prisa hasta el cuatro, dentro cerré la puerta y Soul se sentó en la cama, me paré frente a el sin saber si continuar o no. Me miró y extendió su mano tomando la mía y lentamente fue jalandome hasta quedar nuevamente sobre de él. Me quité la camisa y Soul se quedó fijo en mi cuerpo, con sus dedos recorrió mi pecho quedándose fijo en mi piel.
-¿qué pasa?- pregunté al ver que se quedó como perdido mirándome.
-nada... -dijo sonriendo y me tomó por el cuello basándome nuevamente. Le quité la ropa lentamente desabrochando cada botón cuidadosamente pasando mis manos con curiosidad por su piel desnuda. Me despejé totalmente de la ropa y nuestros cuerpos quedaron uno sobre el otro, sentía el calor de su piel pegado a mi cuerpo, su respiración agitada chocaba contra mi cuello exitandome rápidamente, besé su cuello paseandome por sus mejillas llegando a juguetear con mi lengua en sus delgadas orejas. Sentí su miembro en mi entrepierna, lo tomé y acaricié con cuidado suavemente, pasé mis labios por sus tetillas y lamí la hendidura de su pecho. Lo hice mío, paseé mi piel por todo su cuerpo, besé cada centímetro de su ser,  sentí su vida y la mía unidas en un movimiento, en mis manos se grabó su cuerpo y en el mío de tatuaron todas sus caricias. Lo traté como la más fina flor de los rosales, como si de un cristal se tratase, frágil y bello, con miedo a poder quebrarlo, pero sin poder dejar de tocarlo. Cada movimiento, cada palabra, beso y caricia me parecieron eternos, a pesar de durar sólo un momento. Su delgado cuerpo desnudo y perfecto semovía a su propio ritmo debajo de mi, su delicada y blanca piel contrastante con la mía dejó su perfume impregnado en mi, revolviendose con la esencia de mi ser. Miré su rostro afligido, casi sin aliento delante de mi, mantenía los ojos cerrados y me sostenía del cuello clavando sus uñas en mi piel, el sudor de su frente mojaba sus cabellos humedeciendo las sábanas, pasé mi mano por su rostro quitando a su paso su cabellera dejando al descubierto su cara.
-déjame ver tus ojos...- dije y esos hermosos rubíes carmesí me miraron alumbrado con su encanto mi apagada alma. Besé sus labios deseando con todas mis fuerzas.poder hacerlo por el resto de eternidad. Se quedó dormido poco después de haber terminado, lo abracé sin querer olvidar siquiera un detalle, lo amaba, estaba seguro, lo hacía con todas mis fuerzas... pero no entendía entonces por que sentía toda esa intranquilidad.

Continuará…

Notas finales:

aaaa espero les guste! gracias por leer! PD: no se mucho de hospitales ya se habran dado cuenta, simplemente no me gustan.


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