Casi todas las mañanas, después del desayuno, Loki acostumbraba caminar alrededor de la mansión por un rato, incluso aunque ello significara que Tony se burlara de él sin piedad y dijera que se contoneaba como un pato. Después, se dirigiría hacia el sótano y se daba un chapuzón en la piscina, asegurándose de mantener sus ferulizados dedos secos, seguido de un breve rato en la piscina de hidroterapia en donde aliviaba su adolorida espalda.
Siempre estaba terriblemente consciente de las cámaras de seguridad que seguían cada uno de sus movimientos por los pasillos y algunas veces incluso hasta le gustaba jugar con ellas. Daría un paso hacia adelante y luego un paso atrás, siempre observando cómo la cámara se movía con él, a veces incluso se escondía en los puntos ciegos y re-aparecía en otro lugar, riendo mientras la cámara giraba desesperadamente tratando de localizarlo.
Le gustaba imaginar a los empleados de S.H.I.E.L.D, cuyo trabajo era monitorearlo, gritando de frustración en su escritorio y luego suspirando de alivio tras encontrarlo; recordando con este simple juego que una vez había sido conocido como el dios de la travesura, cuyo solo nombre sembraba terror en los corazones de todas las razas en todos los nueve reinos, y que ahora estaba reducido a los molestos lacayos de Fury. Por estos días tenía que divertirse con lo que podía encontrar.
Continuó por el pasillo, pasando a Clint y a Natasha, quienes se encontraban en uno de los cuartos de juego jugando a algo que involucraba una pistola de plástico y al parecer un montón de gritos, y después llegó hasta la piscina. Abrió la puerta y entró, pero se sintió un poco desalentado al encontrar que no estaba solo.
Steve estaba en el agua, nadando en lentas y metódicas brazadas en la piscina, y observó como los poderosos brazos del Vengador llevaban su cuerpo increíblemente tonificado por el agua. Contemplando sus propios miembros flacos y su estómago dilatado, decidió que este día no nadaría.
—¡Hey! —le llamó Steve, ahora estaba sumergido hasta la cintura en la parte menos profunda de la piscina—, ¿vas a entrar?
Se detuvo, lanzando una mirada sobre el impresionante físico de Steve, y se sintió extrañamente cohibido. Llevó sus delgados brazos alrededor de su torso y le dijo—: No, hoy no.
—Si quieres la piscina para ti, no hay problema, yo ya terminé —dijo Steve, percibiendo la incomodidad de Loki.
—No te preocupes —dijo Loki, sintiendo repentinamente que la humedad y el calor de la sala le estaban haciendo sentir un poco mareado.
—¿Estas bien? —le preguntó Steve mientras salía de la piscina, notando cómo Loki se balanceaba ligeramente—. Te ves un poco pálido.
—Es el calor.
—Creo que deberíamos salir de aquí —le dijo Steve, tomando a Loki del codo y guiándole hacia la salida.
—Estas mojado —dijo Loki, su rostro se tornaba cada vez más pálido—. Esperaré mientras te cambias.
—Creo que encontrarte una silla es más importante que unas cuantas gotas en la alfombra, vamos.
—Me siento un poco extraño —dijo Loki, tropezándose con Steve y luego perdió el equilibrio, colapsando en los brazos del rubio.
—¿Loki? —dijo Steve mientras lo recostaba suavemente en el suelo—, ¿Loki?
—¡Ayuda! —gritó—. ¡Necesito ayuda!
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Tony aguardaba nerviosamente fuera de la enfermería, jugueteando con su teléfono, y contemplando la posibilidad de googlear "ex dios nórdico embarazado”, pero decidió no hacerlo. Le habían dicho que Loki había colapsado, que le estaban haciendo pruebas y que bajo ninguna circunstancia podía entrar en la sala y sacar de quicio a los médicos.
Contuvo el aliento y luego exhaló con fuerza.
—Al diablo con esto —dijo, y se puso de pie, pero mientras movía su mano hacia la puerta esta se abrió y Bruce salió.
—¿Qué está pasando? ¿Cómo está? —le preguntó Tony.
Bruce levantó las manos y le dijo—: Siéntate.
—¿Le sucede algo al bebé, cierto? —dijo Tony.
—Tony dame un minuto. Déjame explicarte.
—Adelante, entonces.
—Los doctores dicen que Loki está extremadamente enfermo. Su análisis de sangre es un completo desastre —dijo Bruce—. Está desnutrido y anémico, tiene múltiples deficiencias de vitaminas y minerales. Básicamente todo lo que está comiendo el bebé lo está consumiendo y no le está dejando nada. Le está matando de hambre.
—Así que únicamente le hacemos comer más y tomar unas cuantas vitaminas, ¿eh?
—Bueno, ese no es el mayor problema. El bebé ya es demasiado grande para que sea dado a luz de forma natural.
—Pueden hacerle una cesárea.
—Tony, solo tiene cuatro meses y medio de embarazo. Ya ha sobrepasado el límite de lo que su cuerpo físicamente puede soportar, especialmente estando así de enfermo.
—¿Pueden hacer algo? ¿Qué dicen los médicos?
—Que en algún momento deberá tomar una decisión. Si Loki intenta llevar este bebé a término en su estado de debilidad probablemente le matará, pero si inducimos el parto antes de tiempo él bebé tal vez no sobreviva.
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Tony se sentó junto a la cama, sosteniendo suavemente la mano de Loki mientras este dormía, y se preguntó cómo podría comunicarle la noticia. Se veía terrible, huesudo y pálido como las sábanas blancas en las que yacía. Manchas oscuras bajo sus ojos contrastaban con la esquelética piel que se extendía sobre sus marcados pómulos. ¿Cómo no lo había visto venir? Sabía que Loki había perdido peso, pero no se había dado cuenta antes de cuán seria era realmente esta situación.
Loki comenzó a moverse suavemente, su mano libre pasó instintivamente sobre su vientre, mientras trataba de abrir los ojos.
—Hey —le dijo Tony.
—¿El bebé está bien? —le preguntó, débilmente.
—El bebé está bien —le dijo Tony, y Loki dejó que sus ojos se cerraran nuevamente mientras sonreía ligeramente—. Aunque hay un problema.
—¿Qué problema? —preguntó Loki, sus ojos se abrieron totalmente, ahora estaba completamente despierto.
—Dejaré que Bruce te lo explique —dijo Tony, y le hizo señas a Banner desde el otro lado de la habitación.
—Ah, no estoy seguro de por dónde empezar —dijo Bruce.
—¿Tal vez deberías empezar con la información más importante y rápidamente? —le dijo Loki.
—Muy bien. Tu cuerpo, en su estado actual, no será capaz de llevar este bebé por mucho tiempo. En algún momento vamos a tener que inducir el parto y es posible que pueda ser demasiado pronto como para que el bebé sobreviva.
—Eso está fuera de discusión —dijo Loki—. Lo llevaré por el tiempo que sea necesario.
—Loki, eso te matará —dijo Bruce—. No puedes hacerlo.
—No me importa. Estoy más que dispuesto a sacrificar mi vida por la de mi hijo.
—Por favor, ¿considerarías el parto prematuro, por mí? —le preguntó Tony—. No me gusta tampoco, pero no puedo soportar la idea de perderte.
—Nunca pensé que fueras un tipo sentimental, Stark —respondió Loki rotundamente—. ¿Desde cuándo te has preocupado por mí? ¿Has olvidado quién soy?
—Sé quién eres y sé quién fuiste, y por sorprendente que parezca, me preocupo por ti. No dejaré que tires tu vida por la borda.
—¿Pero tirarás la de mi hijo? —espetó Loki—. ¡No permitiré que me la quites como me arrebataron a los demás! Si esto me mata entonces que así sea, no me la robarás.
Tony se recostó hacia atrás en su silla, sorprendido por el repentino estallido. En todo el tiempo que habían pasado juntos, antes y después de la de la intervención de Odín, había escuchado más detalles personales de la vida de Loki de parte de Thor que del mismo dios. Esta revelación no la había escuchado antes.
—¿Tuviste otros hijos? —le preguntó Tony—. ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Los ves por aquí? No parecía como si necesitaras saber todos los sórdidos detalles de mi vida —dijo Loki, luego suspiró—. Todos mis otros hijos me fueron arrebatados por Odín... Fueron asesinados o desterrados.
Bruce y Tony se miraron por un momento, sin saber cómo reaccionar.
—¿Odín te quitó a tus hijos? —le preguntó Bruce sorprendido.
—Cabalga en la espalda de Sleipnir como si fuera un pony corriente, desterró a mi hija en el Hel y encadenó a mi hijo bajo tierra porque tenía miedo de él —vociferó Loki—. ¡No perderé otro de mis hijos por su culpa!
Se cubrió los ojos con sus manos, asustado por haber revelado demasiado de sí mismo, tratando de recuperar el control de sus emociones.
—Encontraremos una manera de sacarte de esto ¿de acuerdo? —dijo Tony, apartando suavemente el cabello de Loki de su frente.
—Odín aún puede venir por ella, incluso después de su nacimiento —respondió, bajando sus manos hasta su estómago, sin preocuparse por la humedad en sus mejillas.
—Bueno, primero tendrá que pasar sobre mí —le dijo Bruce.
—Y sobre mí —agregó Tony gentilmente—. Y todo el equipo. No dejaremos que eso suceda.
—Gracias —le dijo Loki.
—Así que vamos a tener una niña, ¿eh? —le preguntó Tony.
Loki sonrió y asintió con la cabeza.
—Vaya manera de enterarse. ¿Hace cuánto tiempo lo sabias?
—Desde su concepción. Pude sentir su energía —dijo Loki, y luego añadió—. ¿No estas molesto? Probablemente deseabas un varón.
—Ese bebé podría salir luciendo como un Velociraptor y aun así le amaría.
—Todavía existe la posibilidad de que pueda ser así.
—Oh —Tony simplemente respondió.
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Thor se acercó a la ventana de la enfermería con una expresión pensativa en su rostro, mientras Bruce salía por la puerta.
—¿Cómo se encuentra mi hermano, Banner?
—Está durmiendo, yo en tu lugar no lo molestaría por ahora, Tony está con él.
—No, no creo que le agrade mi presencia y no quiero ponerlo en peligro —dijo Thor, y luego le preguntó—. ¿El niño también está a salvo?
—Por ahora ella también está bien.
—¿Tendrán una hija? —preguntó Thor y Bruce asintió con la cabeza—. Esa es una maravillosa noticia.
—Bueno, hay un problema —dijo Bruce, y Thor lo observó con curiosidad—. El bebé lo está matando, y él está dispuesto a permitir que eso suceda.
—¿Hay algo que podamos hacer?
—Si los médicos supieran algo más tal vez eso podría ayudar, pero incluso él mismo Loki no sabe nada sobre la fisiología de los jotun así que prácticamente están dando tumbos en la oscuridad.
—Quizás yo pueda ayudar en eso —dijo Thor y sin decir más se marchó.