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Never give Up por ritsuka10

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Notas del capitulo:

Los chicos me los imagino como en los nuevos anuncios de la marca de uniformes de los que son rostro :D

El pelinegro corrió por los pasillos para alcanzar esa llamativa cabeza roja pero término perdiéndose, metió las manos en sus bolsillos suspirando resignadamente, comenzó a tararear una de sus canciones favoritas,  de pronto a la lejanía distinguió una mata de cabellos rubios se metió en el primer pasillo que se topó, por nada del mundo deseaba chocar con esa acosador simplemente estaba comenzando a odiar esa escuela mientras miraba desinteresado el sitio al que había llegado decidió meterse a uno de los cuartos vacíos, solo había butacas viejas, algunos sillones algo desgastados, no entraba mucha luz, el ambiente era agradable así que decidió tomar una siesta, sus clases después del almuerzo serían autodidacticas así que no necesitaba regresar a su salón, decidió recostarse, coloco sus manos en la parte trasera de su cabeza, se dispuso a descansar, de pronto un rostro llego a su mente, una tenue sonrisa se formó en sus labios. Zelo pateaba una lata vacía en el jardín, no tenía ganas de ir a clases así que decidió vagar por la escuela, se colocó su gorra hacia atrás para sentir la brisa del aire golpear sus mejillas, a lo lejos escucho como un profesor se acercaba para regañarlo pero al ver quien era se regresó, una maquiavélica sonrisa se formó en su rostro, adoraba que la gente le temiera, que lo llenaran de mimos por ser el hijo del primer ministro, todos hacían lo que se le antojaba, fue entonces que a lo lejos observo a JongUp siendo molestado una vez más por el grupo de denominado  visual, se rasco la cabeza con molestia.


—Hey tu tonto deberías alejar tu normal rostro de nuestra vista. —Le decía un rubio tomándolo por el cuello. —¿Cómo puedes aspirar a tener algo con nuestro Príncipe? Si eres tan raro.


—De una vez te aviso idiota espero te mantengas alejado de HimChan. —Interrumpía un castaño. —Mírate crees que puedes competir contra nosotros, por favor.


Los otros dos chicos rieron, a lo que JongUp solo volteo los ojos estaba cansado que siempre lo molestaran por lo mismo, como podían entender ese trio de niños que la belleza física no lo era todo, sintió una punzada en su corazón pero tenían razón él solo era un fantasma en esa escuela, casi no tenía amigos por su raros comentarios, además de que todos se alejaban ya que les temían a esos visuales,  Kris, Luhan y Sehun eran los presidentes del club oficial de admiradores del príncipe HimChan, chasqueo la lengua su hyung siempre le traía problemas.


—Hey tú te dije que me trajeras rápido mi bebida. —Interrumpió de golpe un joven alto de piel blanca mirando desafiante a Kris. —¿Qué ya te cansaste de lamberle las botas al cara de conejo? No te metas en mi camino sino quieres que te rompa esa horrible cara que tienes.


—Contigo no es el problema higadito. —Salía Luhan defendiendo a su amigo pero el chico de cabellos rojos solo atino a darle un golpe en el estómago.


Los otros dos miraron sorprendidos la escena, odiaban a JunHong porque se creía un rebelde sin causa cuando solo era un niño caprichoso haciendo berrinche, se fueron corriendo del lugar, el joven más bajito miro esa escena y le regalo una sonrisa a su defensor.


—No entiendo por qué no les rompes la cara, eres más fuerte que ellos. —Hablaba molesto el joven de piel blanca comenzando a caminar. —Eres un idiota.


—Gracias si quieres te puedo invitar el refresco que quieres. —Respondía con una sonrisa Moon mientras caminaba hacia la cafetería. —Me pongo en forma porque me gusta hacer ejercicio no porque quiera pelear, solo dejo que se desahoguen un poco, me dan lastima.


JunHong levanto una ceja, ese sujeto era raro se comenzó alejar dejándolo solo, no tenía ánimos de conversar con él, ni siquiera sabía porque le ayudo, se dirigió a su escondite, a las bodegas atrás de la escuela, se colocó los audífonos para bailar al ritmo de la música, esa era su droga para calmar esa ira que crecía en su interior, esa bestia que se apoderaba de él, cada tonada fue interpretada por su cuerpo, se metió en ese cuarto noto que había un poco de más espacio pero hizo caso omiso para cerrar sus ojos y seguir bailando, sus caderas se movían con decadencia, Pyramids de Frank Ocean siempre despertaba algo de sensualidad en él. Bang YongGuk abría los ojos al sentir como una mochila lo golpeaba, se incorporó para ser espectador de la más erótica imagen. DaeHyun caminaba a lado de su nuevo amigo quien no paraba de inflar las mejillas, de hacer bufidos, era consiente que lo quería lejos de él, pero sencillamente el castaño no tenía ganas de irse, metió sus manos a los bolsillos y continuo con una de sus tantas anécdotas se colocó enfrente del pelinegro caminando hacia atrás cuando de pronto choco con alguien.


—Lo siento. —Se disculpaba apenado el castaño ayudando a levanta a un joven de cabello rosa al ver su rostro, sonrio emocionado. —JongUp… Hola..yo…


El joven comenzó a tartamudear acción que no pasó desapercibida por Jae quien vio el sonrojo en las mejillas de su ruidoso compañero tapo su boca para no soltar una tremenda carcajada ahora conocía su debilidad.


—Hola DaeHyun-hyung ¿Cuándo regresaste? —Saludaba emocionado al castaño quien no podía ni contestar al ver un pelinegro hizo una reverencia. —Hola mi nombre es JongUp Moon.


—Ah, Hola mi nombre es YoungJae Bang, mucho gusto en conocerte. —Contestaba el saludo para después darle un codazo a su nervioso compañero—Parece que la falta de comida daño su escaso cerebro.


El pelirrosa soltó una sonrisa miro su reloj para comprobar que iba tarde a su entrenamiento, se despidió del dúo para salir corriendo, el pelinegro seguía mirando a su compañero quien casi babeaba con los ojos fijos donde había huido el menor, le causo tanta risa que se soltó carcajeando, era un verdadero idiota.


—Oye vas a tener que limpiar el piso si continuas tirando tanta baba. —Le reprimía dirigiéndose a su salón de clases. —¿Por qué sencillamente no te le declaraste?


—No puedo cada vez que estoy con él mis piernas tiemblan, antes de irme a Inglaterra él era mi único amigo. —Contestaba entre suspiros despertando de su sueño. —Nunca me le pude declarar, me debes ayudar es mi primer amor.


YoungJae casi se atraganta con el aire, él ayudarle a enamorar a una persona, por favor, sino podía saludar a las personas como rayos iba saber cómo conquistar a otro ser humando, se negó violentamente, acelerando el paso de pronto sintió una mano sujetando la suya, su piel sufrió de una descarga eléctrica petrificándolo, fue a presionado entre la pared y el cuerpo de ese castaño, el aire le hacía falta, odiaba el contacto humano, esa respiración pegada a su cuello, su corazón latía desesperadamente.


—Aléjate, aléjate de mí. —Gritaba golpeándolo en el pecho, Dae se alarmo así que camino hacia atrás. —No me toques, no me toques.


—Lo siento. —Se defendía débilmente el mayor, estiro su mano para tocar al más joven pero este le dio un manotazo. —No fue mi intención, discúlpame.


Jae se dejó caer en el piso, toco su pecho, respiro con calma, cerro sus ojos, estaba a salvo se repetía una y otra vez, nadie podía hacerle daño, ya nadie podía lastimarlo, toco su cabeza, enredo sus dedos en su cabello negro, tenía un nudo en su garganta sintió como un dedo tocaba la punta de su dedo, solo un leve tacto levanto el rostro para encontrarse con los ojos llorosos de ese castaño ¿Por qué rayos lloraba? Sus miradas se cruzaron, fue entonces que se calmó, sintió remordimientos por haber actuado de esa manera.


—Hagamos un trato yo cuidare que nadie te toque. —Hablaba con voz madura tratando de transmitir calma a su compañero. —Tú me ayudas a enamorar a JongUp.


—Está bien pero promete que no dejaras que nadie se acerque a mí. —Contestaba mirándolo a los ojos, no quería que lo humillaran por sus traumas ya suficiente tenía con soportar  con los comentarios despectivos. —Pero no soy muy bueno con eso de entablar relaciones.


Los dos sonrieron a un la punta de sus dedos aún continuaban unidos. HimChan estaba furioso lanzaba lo que se encontraba en su camino recorrió los pasillos perdiendo su glamur, en ese momento el resto del mundo de podría ir al diablo, DaeHyun había regresado, eso no era bueno, no quería perderlo, llego hasta los salones de Tae Kwon Do, miro por la ventanilla ahí estaba el pelirrosa entrenando con la típica sonrisa colgada en sus labios, pego su frente en el vidrio, deseaba tanto entrar y abrazarlo, se detuvo tenía prohibido acercarse a él en el horario escolar, tenía prohibido hablarle, dirigirle la palabra, voltear a mirarlo, apretó con fuerza su mano formando un puño, era injusto su destino, regreso abatido a su salón, durante el trayecto de regreso se encontró con muchos admiradores que le levantaban el ánimo pero él solo quería estar con su pequeño Moon de pronto llegaron sus tres fans quienes sonreían.


—¿Por qué estas triste? Te hemos traído un regalo. —Comentaba Kris mientras tomaba la mano del mayor, le entrego un vaso de café, su favorito. —Por favor sonríe.


—Gracias espero te estés portando bien. —Le cuestionaba levantando la ceja a lo que el rubio más bajo solo asentía para abrazarlo. —Anda vayan a clases antes de que los regañen.


Los tres pequeños se abrazaron a su príncipe para después dirigirse a su salón, el mayor sonrío, adoraba esos niños, eran amables siempre levantándole el ánimo, Kris se le había declarado por lo menos unas cinco veces pero Him siempre lo rechazaba debido a que no quería jugar con él, no deseaba lastimarlo, tomo un sorbo de ese delicioso café miró el lugar donde se suponía debía estar su nueva víctima pero no había llegado. YongGuk miraba extasiado la escena que se le presentaba, ese movimiento de caderas, esa piel blanca, ese cabello rosa ondulado, carraspeo  pero era obvio que el joven no se voltearía a verlo no con ese nivel de volumen en sus audífonos, relamió sus labios jamás había experimentado esa emoción en su pecho miró como el joven daba un giro pisando una de sus agujetas ladeándose de lado se levantó rápidamente para sostenerlo, sus miradas se cruzaron, su corazón de tuvo al tener tan cerca esos labios sonrosados, esa mejillas blancas como el mármol, olía a miel, tan dulce, tan embriagante. 


—Deberías tener cuidado mocoso. —Le hablaba con varonil voz quitándole los audífonos. —De nada.


—¿Qué diablos haces aquí? —Le grito ofendido el más alto tratando de alejarse del pelinegro. —No vuelvas a tocarme sin mi permiso, pobretón.


La última frase molesto al mayor así que soltó el agarre para que cayera al piso ante eso soltó una carcajada  tomo sus cosas para salir de esa habitación ese joven lo enloquecía.


—Imbécil mira lo que le hiciste a mi uniforme. —Se levantaba molesto el pelirrojo ya que había caído sobre una goma de mascar haciéndose una mancha en su pantalón. —Te estoy hablando, se supone que trabajas para mí ¡Hey tu pobretón becado!


—Niño caprichoso no me digas así tengo un nombre el cual es Bang YongGuk. —Se volteaba el pelinegro sujetándolo por el cuello. —Para ti soy YongGuk-hyung me debes algo de respeto por ser mayor así que es mejor que trates de recordar tus modales si alguna vez has tenido.


JunHong se deshizo del agarre para darle una cachetada, nadie le hablaba de esa manera, nadie lo desafiaba, nadie en su vida se había atrevido tan si quiera regañarlo, no iba a aceptar reclamos de un sujeto como ese, un pobretón que solo había entrado a esa escuela por lastima, una persona que claramente no conocía la ropa de diseñador ya que usaba tenis algo desgastados, su colonia olía tan barata. Bang al sentir esa mano en su mejilla ardió en furia, ese niño necesitaba claramente un par de nalgadas para que aprendiera algo de valores, detestaba que lo tocaran no a tal grado como a su hermano menor, pero odiaba que lo golpearan, ya suficiente había tenido con su niñez marcada por la violencia, sus miradas nuevamente se cruzaron, ese caprichoso se las pagaría, lo haría sufrir en las tutorías comenzó a caminar en dirección a su salón de clases. Zelo miro su mano, su corazón no dejaba de bombear sangre, ese sujeto lo llevaba a la locura, tan solo tenía un par de horas de conocerlo y ya no soportaba que se hubiera metido en su cabeza, lo haría pagar en las tutorías, le recordaba que él le debía respeto, él era quien pagaba, él era el rico y merecía su plena sumisión se dirigió molesto a su salón de clases.


HimChan salía colgado del brazo de cierto pelinegro quien parecía que estaba a punto de lanzarlo por la ventana para que lo dejara en paz mientras recorrían el jardín la pareja se topó con un pelirrosa de baja estatura quien solamente los ignoro olímpicamente subiéndose a su bicicleta, el rubio detuvo su andar para girar su rostro por donde su pequeño desapareció, el pelinegro se dio cuenta de esa mirada que su compañero le regalaba a tan raro sujeto, una mueca de burla se dibujó en sus labios aprovecho el momento para zafarse del agarre y salir corriendo a las aula donde le daría tutoría a su tormento. DaeHyun salía del baño acomodándose su corbata buscaba con insistencia a su nuevo amigo lamentablemente la última clase no la tenían juntos ya que el cerebrito del pelinegro tomaba un nivel más avanzado en esa área mientras caminaba se encontró a varios jóvenes que le saludaban con una sonrisa, recibió varias coquetas miradas, piropos a lo que contestaba guiñándoles el ojo, siempre fue popular en los colegios, tal vez era su dinero, su bello rostro, se sensual mirada pero lograba llamar la atención de las personas, rápidamente hizo amigos quienes lo invitaban al karaoke, al cine, etc. A lo lejos observo como su nuevo amigo estaba sentado en una banca con los pies doblados llevaba un libro en sus manos, unos audífonos en los oídos,  su cabeza se movía al sonido de la música pero a veces se detenía para hacer gestos era entonces que colocaba el libro en sus piernas, tapaba con sus manos las orejas, cerraba los ojos, le parecía raros sus movimientos fue cuando noto a qué lado de él estaba un grupo de jóvenes que se intercalaban para observarlo y reír.


—Siento tanta lastima por esas pobres personas que nacieron sin un atributo en sus miserables vidas además de feos, pobres. —Zigzagueaba una joven de cabello negro a lo que el resto solo asentía. —Tienen que matarse para estudiar ya que no tienen otro atributo para destacar en esta vida.


—Tienes razón Min, a veces la gente no entiende que hay ciertos lugares a los que no pueden entrar. —Secundaba mordazmente una rubia. —En esta vida hay niveles que se deben respetar, Hola Dae ¿Cuándo regresaste?


El castaño se acercó a s ese grupo inmediatamente reconoció a su vecina en el grupo ella levanto su mano para saludarlo pero él solo la ignoro para sentarse a lado de su nuevo amigo, odiaba la gente como ella personas que se creían superiores solo por poseer bienes materiales que no si quiera eran de ellas, todos se quedaron boquiabiertos, ese chico era uno de los más ricos de la escuela además de ser muy guapo, se giraron desairados para irse a otro lugar, YoungJae se quedó quieto al sentir como alguien se colocaba a su lado, esa colonia se coló por sus fosas nasales, cerró los ojos podía sentir el calor de su compañero, era la primera vez que se volvía tan unido a alguien además de sus hermanos.


—¿te llevo a casa? —Le cuestionaba el castaño quitándole los audífonos para ver el celular el cual estaba apagado. —¿Por qué entraste a este lugar? Si no perteneces aquí.


—Lo siento tengo que esperar a mi hermano. —Le contesto quitándole su celular, se levantó molesto. —Tal vez no tenga dinero pero merezco una buena educación.


YoungJae camino a zancadas hacia la salida le habían dolido esas palabras pensó que Dae era diferente pero que iluso fue al pensar en eso, el castaño corrió a su lado trato de sujetarlo de la mano pero recordó lo que había pasado antes, no se lo ocurría como detenerlo hasta que vio la carpeta que llevaba bajo el brazo la jalo para que cayeran los papeles, el pelinegro se giró molesto para levantar el desorden.


—Me malinterpretaste, no lo decía por el dinero sino que eres una persona demasiado decente para estar en esta escuela llena de patanes. —Se disculpaba haciendo reverencias el mayor. —Bueno con estos sujetos que no conocen la palabra modales.


—Los siento. —Logro expresar el pelinegro, una vez más había sobre reaccionado. —Lo siento. 


Bajo la cabeza para continuar levantando los papeles, el castaño también le ayudo nuevamente sus manos rozaron nuevamente ninguno de los dos lo noto, el más joven se sentía muy culpable primero lo atacaba por haberlo tocado, siendo honestos el chico no tenía la culpa de que él estuviera traumado, que no soportara el contacto humano, juzgo sus palabras antes de conocer el verdadero significado, lo miro a los ojos le regalo una de sus mejores sonrisas. YongGuk terminaba sus deberes en esa aula donde esperaba al rebelde de su pupilo de repente sonó su celular se sorprendió al ver que era un número desconocido, sintió helar su sangre estaban muy lejos de él, se armó de valor para contestar.


 —Hola Gukkie son Jae, lo siento se descargó mi celular así que un amigo me presto el suyo, sé que te vas a quedar a darle clases al joven Choi así que me adelantare a casa ya que aún no he terminado de ordenar lo de la mudanza. —Hablaba una dulce voz, el mayor solo contestaba con monosílabos. —Por favor regresa con cuidado, mi amigo me llevara así que no te preocupes.


—Está bien me llamas cuando estés en casa después me presentaras a tu amigo. —Contestaba celosamente. —Recuerda tomar tus medicamentos.


Bang se despidió de su hermano, una sonrisa cruzo sus labios, parecía que no todo había sido malo, que YoungJae dijera que tenía un amigo en su primer día compensaba sus desgracias, sabia lo difícil que era para su hermano entablar relaciones interpersonales, la aberración que tenía al contacto humano le impedía demostrar el hermoso ser que era. Los minutos fueron acumulándose hasta formar una hora, el pelinegro se quitó el saco desesperado cuando de pronto llego el pelirrojo aventando sus cosas, tomo asiento para poner sus pies en la banca delante de él, saco una revista para comenzar a leerla, el mayor no creía tanta insolencia se movió molesto hacia el chico pateo la banca provocando que cayera el más joven quien se levantó molesto.


—¿Cómo te atreves YonGuk? —Le enfrento tomándolo por el cuello. —Me debes respeto que no somos iguales.


—Mira niño para ti soy YongGuk-hyung, me hablas de usted. —Le contesto tomando una de sus manos para torcerla. —Ahora te disculparas por tu tardanza.


El pelirrojo se negó aunque le comenzara a doler ese agarre pero no se dejaría doblegar por un sujeto como él, sus miradas se cruzaron, nuevamente estaban ahí esos ojos, esos que no le mostraban envidia, miedo, coraje, o rabia sino lo contrario parecía disfrutar de verlo sufrir.


—Suéltame te acusare con el director, te correrá por ejercer violencia a los menores iras a dar a la calle como el pobretón que eres. —Le gritaba pataleando tratando vanamente de zafarse. —Eres un animal, eren un salvaje, un pobretón,  regresa al barrio que perteneces, tú y tu hermano deberían regresar con la gata de su madre ¿Qué haces?


La última frase desato la furia del mayor, no aguantaba que se metieran con su familia, lo alzo como si de un costal de papas se tratará, se lo echo al hombro para llevarlo a uno de los lagos que estaban en la parte trasera donde sin previo aviso lo lanzo, llenándolo de lodo.


—Espero los patos no se mueran con tu veneno, niño amargado.—Le grito señalándolo para después aventarle uno de los patos. —Niño berrinchudo.


El mayor se fue quejando pateando todo lo que se encontraba en su camino se vengaría de ese niño por mientras Zelo hacia berrinche en el lago los jóvenes que pasaban por ahí no dejaban de reírse, pataleo llenándose de más lodo, los patos se acercaron para picarlo por su intromisión. YoungJae observada maravillado la ciudad jamás había subido a un auto tan lujoso, conocía poco de autos pero sabía que era un Mustang Boss 302, su color favorito, amarillo, brincaba encantado escuchando la música resonar en su interior, tenían los mismos gustos, Musiq Soulchild, las palabras salieron de su boca sin pedir permiso, canto como hace mucho no lo hacía, el castaño lo secundo, sus voces combinaron a la perfección.


—Hemos llegado ¿Quieres que te acompañe hasta tu departamento? —Cuestionaba el mayor, le causaba un poco de asombro ya que pudo ver que el menor vivía en una de las peores zonas de la ciudad. —¿Si quieres puedo pasar todas las mañanas por ti?


—No quiero incomodarte, estoy acostumbrado a irme caminando las mañanas. —El mayor miro sorprendido debido a que la escuela estaba bastante lejos, Jae entendió la duda que se formaba en su rostro. —No soporto ir en metros, a veces tomo lo autobuses cuando no van tan llenos.


El pelinegro trato de regalarle una sonrisa pero se sentía como un fenómeno por no poder llevar una vida normal a causa de sus traumas, se dirigió hacia la entrada de ese viejo edificio, sentía un poco de vergüenza pero levanto la barbilla, daba gracias por estar vivo, por estar con su hyung, eso era lo único que importaba.


—Mañana nos vemos temprano, me esperas. —Grito el castaño antes de arrancar el auto, lo admiro por admitir sus defectos, por mostrarse como era. —Recuerda que me debes ayudar con Uppie.


El más joven se giró para oponerse pero el chico ya había avanzado, una sonrisa tonta apareció en sus labios, jugo con sus llaves, corrió hacia su departamento donde le esperaban varias cajas para desempacar, tenía su primer amigo, recibió un mensaje por parte de su hermano avisándole que llegaría tarde, brinco de emoción, por fin tenía una vida normal, por fin era libre, giraba feliz, ya no existían monstros que pudieran herirlo, su lentes cayeron al piso, entro en pánico se agacho a buscarlos se quedó sentado un momento para ver a la lejanía, estiro su mano, moviéndola de un lado a otro, aún había consecuencias de su pasado, su ojo izquierdo estaba demasiado dañado a ese paso lo perdería, recargo su cabeza en la pared, abrazándose a sus piernas, solo tenía que aguantar un poco más. Zelo sentía como el agua recorría su cuerpo apenas tenía un par de horas de conocer a su  tutor y lo odiaba, la haría pagar por las humillaciones de ese día, golpeo la pared molesto para después quejarse por haberse lastimado, cuando intento abrir la puerta se da cuenta que estaba cerrada, giro la perilla pero nada, se dio cuenta que alguien estaba afuera.


—Discúlpate por llegar tarde, por haber ofendido a mi familia. —Hablaba una varonil voz al otro lado. —No te dejaré salir hasta que lo hagas.


—Maldito pobretón pervertido, no me disculpare. —Grito enrabiado el pelirrojo, logro subirse para ver del otro lado a su nuevo tutor recargado en la puerta quien solo le sonrió. —Eres un pervertido, déjame salir.


Bang solo carcajeaba, estuvo vigilando que el vestidor estuviera vacío, le haría pagar a ese renacuajo sus insultos, así comenzaba su plan para enseñarle modales, se recargo en la puerta, sabía que el chico podía escapar por arriba pero se encontraba desnudo, así que el pequeño no saldría por pena, sacó un libro de historia para comenzar a leerlo, sabía que esa era la materia más baja que llevaba. Zelo se sentó en el piso, le comenzaba a dar frio, se pegó a la pared la sintió tan helada que su piel se erizo, solo escuchaba esa grave voz contarle una historia, comenzaba con un evento para después explicarlo con sus propias palabras. JongUp se recostaba en su cama, estaba demasiado cansado, las clases de baile, ser representativo de su deporte favorito, miro el techo, cerró los ojos para recordar esa imagen de su hyung abrazado a ese sujeto de mal aspecto, toco su pecho, debía estar acostumbrado pero le continuaba doliendo, se giró para encontrarse con un retrato de ellos dos abrazados, solo eran unos niños, deseaba regresar a esa época, donde no conocía lo que era amar a su mejor amigo, unos quejidos se escucharon de la ventana se levantó para averiguar quien era.


—He perdido la condición, no puedo creer que cuando era niño escalaba ese árbol con tanta facilidad. —Se quejaba un rubio quitándose las hojas de su ropa. —¿Me has extrañado? Vengo a dormir contigo.


—¿Qué rayos haces aquí? No deberías estar con tu nuevo novio. —Contesto lanzándole una almohada a lo que el mayor la atrapo. —Ya no somos niños, dejaste de dormir conmigo hace muchos años.


HimChan lo sabía perfectamente, al inicio porque pasaba todas las tardes paseando con sus amantes, con sus amigos del colegio, por ultimo porque no soportaba estar tan cerca del más joven, se volvía loco verlo dormir solo en bóxer tan pegado a su cuerpo, solo que ese día tenía miedo, mucho miedo de perderlo, necesitaba saber que ahí estaba, de un felino movimiento lo apreso en sus brazos para lanzarse juntos a la cama, le hizo cosquillas, escucho sus risas resonar por el cuarto.


—Anda déjame dormir como cuando tenías miedo de los truenos, como cuando tenía miedo a la oscuridad. —Comentaba el rubio escondiéndose en el cuello del más joven. —Por favor.


JongUp suspiro resignado cuando le ponía ese puchero no podía negarse, su piel se erizaba a su contacto, su colonia lo hechizaba, sentido como lo abrazaba por la espalda hundiéndose en sus cabellos rojos, sus manos se entrelazaron, lo extrañaba.        

Notas finales:

Gracias por sus reviewss!! Trataré de actualizar el fic los martes, disculpen si este cap quedo raro, me estoy acostumbrando a escrbirlo no tan dramático, espero les guste, por favor haganme llegar sus dudas, aclaraciones HimChan no sabe que los chicos acosan a su Uppie :D Por favor sigan amando a BAP, l@s invito a leer un mini one shot llamado Yes que escribi :D


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