Título: Gotta talk to U
Parejas: HimUp
Género: Romántico
Aclaraciones: Basado en la canción Gotta talk to U de SeungRi
Tus ojos se clavan en mi mente se quedan tatuados en mi alma, sé lo que eres, un manipulador, un jugador ¿Cuantas chicas he visto salir llorando de tu apartamento ¿Diez? ¿Veinte? he perdido la cuenta porque si a esas le agregamos a esos pobres chicos terminaría por usas tres dígitos, camino sin hacer caso a tus palabras, yo no caeré, nunca los han intentado, sujetas mi mano arrinconándome en la pared, giro mi rostro sin mostrarte mi eterna sonrisa, a ti jamás, eres manipulador, un pequeño playboy.
—¡Buenos días!—Ese delicioso aliento a menta de tu boca me envuelve, me embriaga.—Deberías ser educado con tus mayores.
Me suelto del agarre para continuar tu camino sin prestarte atención ¿Crees que puedes jugar conmigo? soy más listo que tú, más astuto, a diferencia de ti yo tengo sentimientos, me encierro en elevador, mi tonto corazón raciona tarde a tu contacto, a quien quiero engañar, muero por tocar tus labios, sabor a pecado, a perdición, hundir mis dedos en esas hebras doradas que brillan más con los rayos del Sol, una noche me repito, pero ¿Qué pasara después? él juega con el cuerpo no toma en cuenta el corazón, mientras que yo solo he aprendido amar con ese órgano inútil que no deja de agitarse por su voz. Llego a clases, observo como mi mejor amigo está colgado al cuello de ese varonil sujeto, su sonrisa lo tiene idiotizado, me levanta la mano para saludarme corre a mi lado antes que su novio le grite un piropo, el pelirrojo solo se gira para sacarle la lengua, ese pelinegro monta su motocicleta para perderse en la lejanía, las clases me hunden en limbo donde no estoy vivo ni muerto, ¿Qué diablos me has hecho para que no deje de pensar en ti? sonrió ante las pláticas del resto de las personas pero no tienen significado sus palabras, solo pienso en tu blanca piel como el papel, en tus labios sonrosados, en tus manos, en tu voz, sigues siendo un manipulador. Salimos tarde de nuestras clases de baile llegamos a una cafetería donde ese pelinegro de ojos hermosos, hermano mayor de mi mejor amigo nos saluda con una sonrisa dibujada en su rostro, nos sentamos a su lado otra vez nos atiende ese mesero castaño con mechones blancos quien no para de coquetear con el mayor de los tres, mi amigo está hundido en su celular no para de reír, lo más seguro que su novio no deje de molestarlo, fundo mis ojos en esa enorme ventana que nos separa de la calle, te veo pasar abrazado a otra de tus víctimas, tus dientes blancos sobres salen en esos labios.
—¿Vas a querer algo más? —Me cuestiona el castaño, yo solo niego.—Ahora vuelvo.
—Voy a baño.—Se disculpa el hermano mayor.—Ahorita regreso.
Una pícara sonrisa sale de sus labios noto que no se mete a los sanitarios sino que una mano lo intercepta arrastrándolo al callejón trasero ¿En verdad cree que somos tontos? Como no notar que cuando vuelva su cuello estará lleno de mordiscos, su cabello despeinado, su ropa desajustada, saco el aire de mis pulmones sin ánimo, moviendo la cabeza de un lado a otro, nuevamente enfoco mi vista en el último punto que te vi, ahora estas solo en una banca, estiras tus piernas, metes tus manos en los bolsillos de tu abrigo negro, como tu pantalón, debería ser un crimen que seas tan bello, tan perfecto, el sonido de una moto me despierta, giro mi rostro para ver que mi amigo solo se despide para salir huyendo, sé que mañana no parara de quejarse de un dolor en su cadera, ahora comprendo porque tanta angustia, su pareja es realmente es sexy, tal vez 6 años mayor que él, ese tatuaje en su espalda lo hace irresistible, muerdo mis labios cuando observo como traviesamente toca el trasero de mi amigo quien le susurra algo al oído, se gira hacia mí, me regala una sonrisa tierna para después guiñarme el ojo, ante esto me sonrojo y bajo la mirada, sé que es prohibido pero seguramente en el momento que me entere que Jun lo ha dejado estaré haciendo fila para conquistarlo, suben al vehículo desapareciendo en la noche, los minutos pasan, sé que mi orden no llegara ya que tal vez se esté enfriando en un mesa mientras el camarero calienta los muslos de un pelinegro. Me levanto resignado, hace rato que has desaparecido, manipulador, me pongo los audífonos la voz de Chris me lleva al cielo, mi cuerpo se mueve al son de la música, la calle esta vacía y por lo mismo me siento libre, expreso el dolor que me causa no tenerte a mi lado, la desesperación que siente mi corazón al mirarte toda las mañanas, el deseo que arde en mis entrañas por besarte, sé que eres un manipulador, un jugador, que enamoras con esa filosa lengua, ese colonia, esa blanca piel, brinco, salto, me muevo para caer rendido esta noche, para dejar de pensar en ti, para que los celos no me carcoman por dentro imaginando que estas con alguien, tomo el elevador, la recepción esta semi vacía, solo el vigilante me desea buenas noches, me recargo en una esquina, miro el techo, sujeto mi cabeza, HimChan, HimChan grito tu nombre para mis adentros, cada letra es escrita con dolor, con agonía, es un pecado amar tanto a un manipulador, la puerta está a punto de cerrarse pero alguien la detiene, ese extraño me arrincona entre sus brazos, es cuando se apodera de mis labios, sin permiso, salvaje , cruel, no tengo fuerzas para negarme así que dejo que los devore, los desee tantas veces, tantas noches que ahora no puedo echarme para atrás, sus manos en mis caderas siento que me queman, el calor me sofoca así que deshago el beso para tomar algo de aire.
—¿Por qué te sonrojaste cuando te sonrió el novio de tu amigo?—Tu dulce voz suena fría, distante, dolida.—¿Por qué lo mirabas de esa manera? contéstame.
—Porque es demasiado atractivo, porque es encantador.—Te grito pegado a la pared ya que has comenzado atacar mi cuello.—No tienes derecho a reclamarme, no somos nada, solo vecinos.
Mis palabras te enfurecen así que detienes el elevador, te pegas más a mí, muerdes mi oreja, mi cuello, dejando visibles marcas, no comprendo tu desesperación, tu ansia, no quiero que me uses, no quiero que me deseches como al resto de tus amantes, no quiero ser uno más de tu lista a tachar, me niego a ser un juguete, uso la poca cordura que me queda para lanzarte lejos de mí, obvio soy más fuerte que tú.
—Búscate a alguien más para calentar tu cama.—Le grito furioso presionando el botón para escapar.—No seré uno más de tu colección, conmigo no jugaras.
Salgo corriendo hacia el pasillo, saco desesperadamente las llaves logrando abrir la puerta pero llegas ponerte detrás de mi así y me lanzas al interior cerrando detrás de ti, me levanto rápidamente del piso corriendo a la sala, no comprendo por qué te temo si claramente yo podría contra ti, sujetas mi brazo para que detenga mi andar, logras tu objetivo para después dejarte caer en el piso, hundes tu cabeza en mi abdomen, te aferras a mi cadera, siento como las lágrimas mojan mi camisa, miro hacia abajo tu cabello rubio brilla aun en la oscuridad, los sollozos inundan esa fría habitación, no entiendo porque despiertas la ternura en mi pecho, me bajo para quedar a tu altura, te abrazo, me aferro a tu espalda, no llores, por favor detente, tus lagrimas son espinas clavándose en mi pecho, beso tus mejillas blancas, acaricio tu cabello, trato de sonreír para ti.
—¿Por qué no me puedes querer? ¿Por qué te alejas de mí? —Gritas con desesperación tomando mi rostro entre tus manos.—No entiendes que solo quiero que me mires a mí, que te enamores de mí, soy tuyo.
—Mientes, si en verdad me pertenecieras porque tienes tantos amantes.—Conteste sin pensarlo, lo siento.— Eres un manipulador, temo que me lastimes, entiende soy un inexperto.
Levantas el rostro para que nuestras miradas se crucen, tus ojos rojos me parten en dos, besas mis labios despacio, tiernamente, dulcemente, sin presiones, contesto de la misma manera, me tratas como si me fuera a romper, así quiero que me acaricies como si fuera único, débil, como si fuera importante para ti, lentamente vas abriendo tu camisa, tiemblo ante el contacto, los nervios recorren mi cuerpo, tu otra mano la metes en los bolsillos para sacar un celular lo presionas para que la pequeña luz ilumine esa piel blanca como la nieve que está encima de tu corazón, es entonces que te abrazo desesperadamente, creo que me enamorare de un loco, de un obsesivo, de un manipulador, no me importa, te beso una y otra vez, puede ser un error que te deje continuar, puede ser un truco barato pero no me importa, me quito la playera quedando desnudo del dorso, te desabotonas la camisa, me alzas en tus brazos para llevarme a mi habitación donde me recuestas en la cama, siento tus manos vagar por cada espacio de piel expuesta, te apoderas de mi cuello, me mantengo a tu merced, quiero que me enseñes, que me toques hasta llevarme al límite de la cordura, mi cinturón junto a mis pantalones terminan estampados en el piso, siento tu juguetona lengua recorrer mi abdomen, mis muslos, me sonrojo al verme notar que estoy desnudo ante tu mirada cargada de deseo, muerdes tus labios los puedo sentir, me deseas como si de una paleta se tratara, las oleadas llegan a mi cabeza, los gemidos salen de mi boca, ríes extasiado, maravillado, sé que te ha gustado que te deje casi sordo, lo noto por la enorme erección que se ve reflejada en tus bóxer que tienen el mismo fin que los míos, nuestros labios unidos, nuestras lenguas fusionadas, duele al inicio pero al final termino disfrutándolo, sentir como esa parte de ti encaja en mi interior es fascinante, es como si hubiéramos nacido para estar de esta manera, tu encima de mi bañados en sudor, tu voz se cuela en mi huesos ,“Te amo, Te amo” es lo que me gritas, es lo que siento por ti. La luz se filtra por la ventana contesto molesto el celular porque me doy cuenta que estoy solo en esta enorme cama, trato de sentarme pero todo me duele, ahora comprendo porque Zelo no para de quejarse.
—JongUppie lo siento pero no podré ir a clases hoy.—Decía entre risas, una voz grave al fondo no paraba de molestarlo.—El tarado de mi novio se le descompuso la moto en Icheon así que decidimos quedarnos a pasear.
—Está bien.—Contesto sin ánimos antes de que me cuestione cuelgo.
Mi cuerpo me duele a morir, enredo una sábana en mi cadera diciéndome a la cocina, tengo demasiada hambre es entonces que te encuentro sentado en la cocina con una taza de café, solo usa los pantalones, veo tu blanco pecho desnudo, observo una vez más ese tatuaje, mi corazón se hincha de orgullo, me ofreces otra taza que esta sobre la mesa, miro con disgusto.
—Es chocolate.—Hablas sonriendo me siento en la mesa tomándolo entre mis manos, se levanta para besar mis labios, sabe a café.—Estaba pensando que no sé dónde rayos pondré mi sillón favorito, tengo mucho trabajo por delante si quiero que nuestro departamento luzca desentemente.
No entiendo tus palabras pero no me da tiempo de preguntar por qué nuevamente me besas, me aferro a tu blanca espalda llena de mordiscos, de rasguños, delineo mi nombre que está escrito en tinta negra sobre esa porcelana blanca, ya no me importa encontrarle lógica a este mundo, ya no necesito razones, solo me quiero perder en tus palabras, mi rubio manipulador.