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Never give Up por ritsuka10

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HimChan miraba el techo de su cuarto, su celular no paraba de sonar pero sencillamente no deseaba contestar, estaba cansado de actuar lindo para otras personas, cerró sus ojos para recordar su dulce pasado aquel donde no paraba de jugar con su vecino aquel donde sus familias eran amigas, donde los problemas no existían, solo ellos dos tomados de las manos, dolía admitir que lo quería, que lo amaba, que no pasaba una noche que no pensaré en él, en su sonrisa, en sus ojos, en ese lunar dibujado en su nariz, en su escultural cuerpo, lo deseaba, lo necesitaba para ver brillar el Sol, todas las mañanas adoraba esa plática tonta, sin sentido, era un acosador ya que siempre lo espiaba cuando entrenaba hasta muy tarde en los salones de baile, vigilaba su ventana por las noches hasta que apagaba su luz, cuidándolo a lo lejos, tratando de olvidarlo, probo miles de labios para no seguir anhelando tocar los de él, era un egoísta, era consciente de eso, sus pensamientos se vieron interrumpidos por su hermano.

—Debes tener cuidado princesito. —Hablo un pelinegro de bellas facciones mientras se miraba en el espejo. —Mantente lejos de JongUp sino quieres que le diga a mi padre que lo has estado visitando por las noches.

—Toca entes de entrar Heechul, sabes que odio que me interrumpan. —Grito hastiado el rubio sacando a su molesto hermano. —Tú abres tu imbécil boca, yo le voy a contar a tu marido que te acuestas con su socio, no te conviene zorra.

Los dos jóvenes se odiaban, eran medio hermanos, el mayor era hijo del primer matrimonio del Sr Kim, mientras que HimChan era hijo de su segunda esposa, el pelinegro lo odiaba ya que juraba que  Hara (la madre de HimChan) se le había metido por los ojos a su padre para que dejara a su madre, por eso buscaba hacerle la vida imposible a su medio hermano, era su forma de vengarse por separar a su familia.

—En serio crees que ese niño se va enamorar de ti, por favor recuerda lo que nuestro padre le hizo al suyo. —Le grito señalándole con el dedo. —De seguro te odia tanto como su padre lo hace, jamás se podrá fijar en ti ya que llevas la sangre del hombre que  más desprecia en esta vida.

—Vete al diablo Heechul, ve y ábrele las piernas al mejor postor. —Le escupió furioso cerrándole la puerta en la cara. —Vete al maldito infierno, idiota.

El rubio puso el seguro para después caminar al tocador donde se miró en el espejo, era idéntico a su padre, su reflejo, tiro los objetos que estaban sobre el mueble, no podía negar su origen, esa era la razón porque no tenía el suficiente valor para enamorar a su JongUp, porque nunca los dejarían estar juntos, sabia del inmenso amor que el peliazul sentía hacia su padre, no lo pondría en su contra, no lo haría luchar por él, no quería dividirlo, pero lo amaba, se dejó caer en el piso, una vez más las lágrimas rodaban por sus mejillas tampoco podía dejar de amarlo. YoungJae observaba una vez más como su amigo metía la pata, inflo los cachetes en señal de frustración, ese chico era un verdadero idiota cuando se trataba de enamorar, se acomodó los lentes dándole la espalda a esa escena, DaeHyun se disculpaba repetidamente ya que llevaba un jugo pero el castaño pero no miro el escalón así que se tropezó vaciando el contenido en un sonriente peliazul (ya no tiene el cabello rosa) que no paraba de detener esas reverencias que lo estaban mareando.

—No te preocupes además ya iba a ducharme, gracias por esperarme después del mi entrenamiento. —Comentaba con su típica sonrisa tomando por los hombros a su amigo. —Espero Jae no se moleste por quitarles su valioso tiempo.

—Lo siento, soy demasiado torpe cuando estoy contigo, el cachetón es muy paciente. —Contestaba el castaño nervioso al sentir que el menor lo tocaba. —Te esperamos en el estacionamiento ¿Verdad Jae? ¿Jae?

El castaño se giró buscando a su amigo pero no estaba, se sintió un poco traicionado ya que tal vez el más joven lo había abandonado a su suerte, de pronto Moon lo tomo por la barbilla para que viera al pelinegro quien platicaba alegremente con un compañero de clases, el chico no paraba de reír apenado, el corazón de DaeHyun se detuvo ante esa imagen de su amigo, el aire ondeaba su cabello negro, sus bellas facciones brillaban ante los rayos del Sol, su delgado cuerpo, un suspiro escapo sin su permiso, nunca se había dado cuenta lo hermoso que era, lo frágil que se llegaba a ver, lo invitaba abrazarlo, a cuidarlo.

—Es muy guapo, no es extraño que L se haya fijado en él. —Interrumpió el más bajito soltándose el agarre. —Ahorita regreso, por favor no se vayan a ir sin mí.

—¿L? Espera no entiendo. —Le gritaba con duda el mayor al ver como el peliazul corría por el pasillo. —¡Hey YoungJae!

DaeHyun caminaba hacia donde estaba su amigo platicando con ese pelinegro, no le agradaba lo manera que ese extraño miraba a su cachetón, la forma que lo hacía reír, no entendía por qué esa escena le irritaba, le hartaba, chásquelo la lengua molesto, inocentemente a filo más su oído para escuchar la conversación.

—Solo piénsalo sería muy bueno que formaras parte del consejo Estudiantil. —Le hablaba con ternura el pelinegro. —Te serviría como referencia para cualquier Universidad y honestamente necesitamos gente como tú.

—Lo pensaré, muchas gracias por tomarme en cuenta L. —Contestaba sonrojado Jae, su hyung lo ponía nervioso. —Creo que te llaman.

El mayor se giró saludando a sus amigos que coreaban su nombre se despidió con una pequeña reverencia para salir corriendo, Jae observo el trayecto de su hyung, era de las pocas personas que lo trataban bien en ese sitio, estaba contento de llevar tan buena relación con el presidente del grupo estudiantil, de pronto sintió una fría mirada en su espalda se giró para toparse con el ceño fruncido de un castaño.

—Ya vi que metiste la pata con lo del jugo, eres un verdadero babo tendremos que seguir con la segunda fase del plan. —Hablo dulcemente el pelinegro sacando su libreta que tenía una etiqueta que decía “100 formas de conquistar a JongUP y no morir en el intento”. —Puedo decir que tengo tarea, los dejaría solos, así podrías llevarlo a casa o invitarlo a comer un helado. Hey chocolate negro hazme caso.

—¿Quién era el tipo que estaba contigo? —Pregunto sin importar lo que le había dicho el menor. —¿Por qué te hablaba tan familiarmente? ¿Lo conoces? ¿Dónde lo conociste? ¿Por qué lo llamabas por su apodo? ¿Son cercanos?

YoungJae se sintió atacado por tantas preguntas así que tomo la mano de su amigo para caminar hacia las gradas del campo de futbol donde querría enseñarle algo.

—Es el presidente del grupo estudiantil, lo conozco porque me dio el recorrido del colegio cuando gane la beca, no le gusta que lo llame por su nombre así que le digo L, es su apodo, solo somos compañeros. —Comentaba diligentemente el menor. —Mira aquí esta lo que te quería mostrar. 

El castaño aún estaba en trance así que solo escuchaba la voz de su amigo dejando guiarse por él, no lograba entender porque ese sentimiento de egoísmo apareció en su pecho, porque deseaba sacarle los ojos a ese pelinegro cuando observaba detalladamente a su amigo, porque era inmensamente feliz al sentir sus dedos entrelazados con los del más joven, porque su corazón no para de latir, leyó el anuncio donde se invitaba a los estudiantes hacer pruebas para entrar al equipo de futbol que representaría al colegio en el próximo torneo.

—La otra vez me comentaste que te gustaba el futbol, que fuiste el capitán de tu selección, puedes intentarlo así no te aburrirás en lo que esperas a Moon cuando salga de sus entrenamientos. —Nuevamente abría la boca el pelinegro, cuando se dio cuenta que su mano tocaba la del mayor se apartó. —Lo siento, ¿Lo vas a intentar?

—No lo sé, hace un tiempo que no juego, tal vez perdí la práctica. —Contestaba con nostalgia al no sentir es suave piel, se recargo en la malla. —¿Qué tal si no soy tan bueno? Además me gustaría que alguien viniera apoyarme que me trajera algo de comer después del entrenamiento, no sé.

Jae puso su dedo en su barbilla simulando que pensaba, una sonrisa apareció en su rostro al imaginarse a Dae con el uniforme de futbol, ser vería muy guapo,  muy varonil, mostrando sus piernas, su brazos, giro la cabeza para alejar esos pensamientos, se recargo a lado de su amigo, lo convencería para que volviera a jugar, deseaba verlo reír, compartir momentos con más personas.

—Yo puedo ir a echarte porras en los partidos, te puedo invitar a comer a mi casa después de los entrenamientos. —Hablaba con una sonrisa. —Puedo hacer carteles para apoyarte, claro invitaría a JongUpie, a JunHoingie, HimChan y mi hermano también.

—¿En verdad irías a todos los partidos? —Cuestionaba emocionado mirándolo a los ojos, Jae solo asentía. — Está bien daré mi mayor esfuerzo para quedar pero no prometo nada.

Los dos amigos platicaron por un largo tiempo en lo que esperaban a JongUp quien después de unos minutos se les unió, el mayor de los tres se negó a seguir el plan de su amigo así que decidió llevar a los dos jóvenes a comer un helado, quería pasar tiempo también con el pelinegro. Bang se escondía en el baño con frustración no entendía como esos rubios conocían su horario escolar, como diablos se enteraban en que salón le tocaba cada clase, cuáles eran sus sitios favoritos para esconderse, ya no tenía paz en ese colegio, encontró en su casillero de deportes fotos eróticas de Key con frases algo vulgares, no era su tipo, admitía que tenía un gran cuerpo pero definitivamente no saldría con una persona que se degradaba tanto. Cada vez que llegaba a clases en el pizarrón había frases cursis, miles de corazones dibujados con su nombre y el de Ren,  ciertamente unas frases era muy buenas pero tenía errores ortográficos, nunca saldría con un chico que no supiera escribir bien, era lindo pero muy ignorante. Por ultimo estaba HimChan, era extraño pero ese chico solo lo llegaba a molestar con gestos tiernos, dulces y tontos que le lograban sacar varias sonrisas pero claramente no se fijaría en él, porque sabía que su corazón le partencia a otro, se deba cuenta como su amigo miraba por la ventana, suspiraba hundiéndose en la nostalgia, veía las fotos que tenía en su celular, claramente eran de ese chico amigo de JunHong, cuando se dio cuenta que sus perseguidores se habían rendido se animó a salir, camino hacia su salón de tutorías.

—Wow el señor perfección llega cinco minutos tarde. —Hablo con sorna el pelirrosa levantándose de su butaca. —Tus fans te tienen ocupado, por favor solo dales el acostón que quieren y se quedaran tranquilos, son como gatos en celo, o eres un becado virgen. No sería raro que nadie se quisiera animar con tu cara de pocos amigos.

—Voy a lavarte la boca con jabón para que no digas esas palabras y mi vida sexual, es mía, solo mía. —Le contesto ofendido el mayor acomodando sus cosas para comenzar la clase. —Por favor toma tu lugar para continuar con el repaso, varios profesores han dicho que has mejorado, no mucho pero si es un avance.

El pelirrosa volteo los ojos con fastidio, tenía malas calificaciones no por ser un idiota sino porque sencillamente le hartaba hacer tareas, trabajos, ir a clases, no le encontraba sentido a estudiar cuando su vida estaba comprada, si quería podría trabajar sino solo viviría de la fortuna de su padre o se casaría con un buen partido que lo mantuviera, miro detalladamente la espalda de su tutor, ¿Por qué diablos todos morían por él? No solo eran las divas sino que había escuchado miles de suspiros por los pasillos cuando los recorría, tenía mal genio, era pobre, no tenía alguna gracia que sobre saliera del resto, observo como se quitaba el saco, se aflojaba la corbata, su camisa blanca dejaba ver la playera corta que llevaba abajo, estaba elegantemente fajado dejando ver su delineada cintura, se notaban los músculos de sus brazos, eran fuertes, no tenía el mejor trasero pero aceptaba que combinaba con su cuerpo, su cabello negro rebeldemente peinado hacia atrás un poco levantado en el frente lo hacía ver muy misterioso, sus manos eran delicadas pero masculinas, sus labios era gruesos, cuando sonreían dejaba ver sus mandíbulas, era una sonrisa tonta pero hermosa, su lunar bajo su ojo izquierdo lo hacía ver lindo, el pelirrosa negó con la cabeza como diablos podía pensar esas cosas del hombre que lo tenía amenazado.

—Hey pon atención, este tema vendrá en tu próximo examen de cálculo, sé que eres bueno pero te fallan las integrales anda si terminamos antes prometo llevarte a comer un helado. —Hablo sin pensarlo, eso solo lo hacía cuando estaba con su hermano, cada vez que buscaba recompensarlo. —Bueno continuemos con la clase.

—Hyung ¿Está tratando de invitarme a salir? —Cuestiono coquetamente el pelirrojo levantándose de su lugar. —¿Le gustan los pequeños? Sí que es un pervertido.

El mayor se tensó por tener tan cerca a ese joven de piel blanca, claro que él no buscaba seducir a ese mocoso, la invitación salió de repente debido a que buscaba gratificar al menor por su buen trabajo de los últimos días.

—No le basto con fotografiarme desnudo cuando yo dormía sino que ahora quiere llevarme a comer un helado ¿Qué clase de perverso es hyung? —Le hablaba burlonamente sacándole la lengua. —Lo siento pero usted no es de mi tipo, es demasiado pobre para mí, honestamente jamás me fijaría en alguien que es tan poca cosa.

—Claro que no eres mi tipo, demasiada vanidad en un cuerpo, tu cara de niño no me incita a nada, no me gusta tu cabello, no eres de mi agrado. —Contesto con el orgullo herido, esas palabras lo lastimaron. —Sabes me canse de tus berrinches al ver que vas tan bien terminemos por hoy.

El mayor comenzó a guardar sus cosas, no entendía por qué esas palabras dichas por el pequeño lo habían incomodado, nunca le importo el dinero, nunca creyó que fuera importante tener tanto poder monetario, los sentimientos, el corazón eran la clave para ser feliz. Zelo también se sintió ofendido por su contestación, estaba acostumbrado que todos alabaran su cara de bebe, su piel blanca como la nieve, su llamativo cabello, por donde caminaba levantaba admiración, su orgullo estaba herido antes que su hyung saliera lo tomo de la mano.

—Me prometiste un helado así que ahora lo quiero. —Lo miraba infantilmente con un puchero en el rostro. —Quiero mi helado ahora.

—No eres un niño para que hagas berrinche, anda vamos solo porque cumplo lo que prometo—Le contesto jalándolo de la mano. —Simplemente eres un mocoso caprichoso, jamás me fijaría en alguien como tú.

El más joven se quedó impresionado por esas palabras pero lo que más le impacto fue sentir como sus dedos se entrelazaban automáticamente, como si se conocieran de años, su mano era tibia, su piel era suave, caminaron por esos pasillos siempre alejando a la gente para que no los molestaran, le abría la puerta, lo cuidaba al cruzar la calle, le agradaba estar cerca de él, el aroma de su colonia era embriagador, tan potente, tan sensual, nunca se había sentido tan seguro como en ese momento, llegaron al parque donde el mayor lo soltó, un frio recorrió su cuerpo.

—Son deliciosos los helados de aquí ¿Qué sabor quieres? . —Hablaba el mayor mirando fascinado los diferentes sabores que ahí había. —Yo quiero uno de nuez por favor.    

El mayor miraba fascinado los diferentes sabores que se encontraban, estaba feliz de poder salir un rato de esa enorme prisión llamada colegio además que la compañía que llevaba era linda, bueno siempre que no abriera la boca para decir una tontería.

—Se nota que eres un pobretón mira que traerme a un lugar tan común.—Hablaba pedantemente el pelirrojo aceptando el helado.—Se nota que ..

—Hola Jae, anda niño fresa vamos a ver al resto.—Le interrumpía el mayor tomándolo de la mano.—Es un buen día para disfrutar de un helado, ¡Hola HimChannie!

Ahora el pelinegro se giraba a ver a un sorprendido rubio, HimChan se dirigía a casa pero recibió un SMS de su compañero de clases pidiéndole que se vieran en el parque, no le emocionaba mucho pero al notar que su Uppie estaba ahí, su corazón latió de alegría.

—Pensé que tendríamos una cita—Comento burlonamente quitándole el helado al mayor.— Pero veo que eres muy tímido.

—Sí, mi hermano es penoso tardo casi un mes en invitar a salir a su primera pareja, es muy nervioso.—Interrumpía el pelinegro de lentes riéndose.—Temo que nunca se casara.

El resto del grupo soltó una carcajada, las majillas del mayor se ponían rojas por las burlas, pellizco los cachetes de su hermano en señal de venganza.

—Hey no se toca a mi mejor amigo.—Defendía el castaño de mechones blancos.— Lo siento pero soy su  guardaespaldas personal así que suelte.

—Mocoso soy su hermano.—Contestaba el mayor entre risas.—Oye Jong escuche que vas a tener una competición este fin de semana ¿Crees que podamos acompañarte?

—Oh es verdad pero solo tengo dos boletos, son los de mis padre pero están fuera.— Contesto con una sonrisa el peliazul.—Así que se los puedo dar a ustedes.

HimChan se tensó, él quería ir apoyarlo así que no era justo, él merecía ir a ese evento. El más bajito se sentía feliz ya que era la primera  vez que tenía amigos que pidieran acompañarlo a una competición, lamentablemente  sus hermanos mayores estaban fuera, sus padre siempre viajando así que comúnmente estaba solo.

—No es justo aquí somos cinco así que creo que sería justo que compitamos para ver quien se los gana.—Dijo sin pensar el rubio, Bang  sonrió ya que su plan estaba funcionando.—Yo también quiero ir apoyarlo.

—Me parece bien que compitamos.—Ahora secundaba el castaño mirando desafiantemente a su rival.—Piedra, papel o tijeras.

—Honestamente yo no estoy interesado.—Dijo aburrido el pelirrojo pero al notar que su tutor estaba tan animado cambio de opinión.—Pero Up es mi amigo así que lo mantendré lejos del hyug-pedófilo.

Todos se quedaron pensativos por esas palabras para después enfrascarse en una guerra, pasaron casi dos horas peleando, el primero en caer fue DaeHyun, segundo HimChan, cada uno se sentó a lado del peliazul quien sonreía fascinado, Bang, Zelo y YoungJae se miraban desafiantes, el primero debía ganar un boleto para que el rubio lo dejara en paz, el segundo no quería que su hyung  ganara, lo queria humillar y el tercero lo hacía  por su mejor amigo ya que sería una cita perfecta, una ronda más fue en la cual el más joven cayó ante los hermanos quienes se abrazaban satisfechos, brincaron emocionados como si hubieran ganada alguna medalla olímpica o la final de un torneo, se arrodillaron cantando We are the champions, el resto se moría de risa. El peliazul se acercó para abrazarlos pero Bang y Dae actuaron rápidamente para que no se acercara a Jae, los dos hombres se miraron, el mayor levanto la ceja con duda, con un solo vistazo comprendió que ese castaño también conocía el secreto de su hermano, los seis extraños platicaron de banalidades, el pelirrosa presumió sus pasos de baile junto con el peliazul mientras el resto aplaudía con emoción, era extraña su amistad, la manera rara que el destino entrelazaba sus caminos, fueron a comer a una cafetería donde el más pequeño no paraba de quejarse del lugar ya que era demasiado corriente para él, la tarde llego oscureciendo las calles.

—Yo llevo a JongUp vivimos por la misma zona.—Hablo rápidamente el rubio tomando la mano del segundo maknae. —El chico hígado me queda muy lejos.

—Entonces yo llevare a YoungJae a casa, honestamente la casa de JunHong está al otro extremo. —Interrumpía el castaño con un puchero.—Además es responsabilidad del mayor cuidar del maknae.

Zelo se ofendió ante ese comentario pero una sonrisa apareció en sus labios al notar la cara de frustración del mayor quien solo bufaba, adoraba verlo enojar, puso su mirada de cachorro observando los bellos ojos de YoungJae.

—Es tarde, la pila de mi celular se terminó.—Comentaba con un enorme puchero.—Dile a YongGuk-hyung que me lleve a casa.

—Claro, no te preocupes JunHongie mi hermano te llevara.—Hablaba mirando inquisidora mente al Bang mayor.—¿Verdad Gukkie? No quieres hacerme enojar o ¿Si?

El mayor solo asintió con la cabeza, como podía odiar a la persona que más amaba en el mundo, las parejas se separaron, Bang le dio un casco a un burlón pelirrosa, Dae le abría la puerta a su amigo mirando con pena al mayor del grupo.

—Honestamente espero nunca te enojes conmigo, se nota que te adora tu hermano.—Decía el castaño arrancando su auto.—Cumple con cada uno de tus caprichos, que bueno que eres mi amigo.

—Más te vale que no te metas conmigo jovencito.—Amenazaba juguetonamente el pelinegro a lo que Dae solo simulaba querer morder su dedo.—Cambiando de tema te tengo una propuesta.

El castaño levanto la ceja con duda cuando llegaron a su destino se estaciono para girarse y ver de frente a su amigo quien solo le mostraba el boleto con una sonrisa triunfante.

—Te lo voy a dar, solo si quedas en el equipo de futbol.—Hablaba ondeando el boleto en el aire, el mayor trato de quitárselo.—No DaeHyun debes esforzarte para obtener lo que quieres.

—Eres maravilloso,  eres el mejor.—Gritaba emocionado abalanzándose para abrazarlo.—Siento que me he ganado la lotería contigo.

YoungJae se tensó ante la cercanía pero el olor a esa colonia lo calmo, su calor lo enterneció, era la primera persona después de su hermano que no temía a su cercanía, que no se sentía ahogar en sus brazos, que no le tenía miedo, automáticamente se aferró a esa espalda fusionándose más, no comprendía porque necesitaba tenerlo de esa manera, estaba seguro, protegido,  el mayor al sentir esas manos recordó el trauma del menor intento separarse pero no lo dejaban así que no pensó mucho la situación y se quedó de esa manera por más tiempo.

—Así que debes esforzarte DaeHyunnie, prometo que iré a todos tus partidos.—Le hablo pegado a su oído.—Prometo gritar tu nombre para animarte, preparar cheescake cuando ganes, solo debes intentarlo.

—¿Es una promesa?—Cuestionaba el castaño extasiado al sentir ese aliento en su cuello.—Gracias YoungJae, gracias.

Los dos amigos estuvieron abrazados por más tiempo, no deseaban analizar la situación, ni pensar el porqué, solo querían continuar de esa manera. HimChan estacionaba una cuadra antes su automóvil cuando Jong se disponía salir lo tomo de la mano para abrazarlo, lo necesitaba, lo extrañaba tanto.

—No quiero traerte problemas con tu familia pero déjame estar contigo, así un momento más.—Hablo entre susurros, acaricio su oreja.—No contestaste mi pregunta el otro día, ¿te le vas a declarar?

—Por favor no sigas, sabes que no  podemos ni ser amigos además que te importa si me le declaro o no.—Contestaba dolido, se hundió más en ese pecho.— HimChannie quisiera irme muy lejos donde no me importe tu apellido.

El rubio lo abrazo más fuerte a tal grado de lograr lastimarlo un poco, él también quería huir a un sitio muy lejano uno donde no importara su apellido, uno donde no le prohibieran amar, donde los padres  no cometieran errores, donde los hijos no tuvieran que pagar por ellos. Zelo sentía el aire en su mejillas extendió sus brazos, adoraba ese sentimiento de libertad, cuando se sentía tambalear se aferraba a esa espalda, tan segura, tan suave, odiaba aceptar que le agradaba ese sujeto, que le traía una enorme paz escuchar su grave voz, cuando llegaron a su casa se bajó con pereza le hubiera gustado ir a la playa, huir muy lejos.

—Un gracias no estaría mal.—Le grito el pelinegro viendo como el joven caminaba hacia la puerta.—Niño malcriado.

El pelirrojo se giró para quedar frente al mayor, lo tomo por la barbilla para besarlo, sus labios se unieron en un inocente contacto, sonrió con burla para después huir pero Bang lo sujeto por la cintura para pegarlo más a su cuerpo.

—Si los vas hacer, hazlo bien. —Le susurro el pelinegro quien sin previo aviso lo beso salvajemente, introdujo su lengua sin pedir permiso, el joven se rehusaba pero poco a poco fue cediendo a tal grado de colgarse de su cuello. —Ya vez que puedes disfrutar mejor cuando haces correctamente las cosas.  

Notas finales:

Gracias por los reviews!! por favor deben votar por nuestros matokis :D http://kr.mtvema.com/vote?category=best-korea-act No creen que seria un maravillo regalo de nuestra parte :D


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