Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tocando en las puertas del cielo. por InuKidGakupo

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Primero que nada quiero pedir perdón, el capítulo anterior lo subí sin revisarlo nada. Por lo general nunca reviso xD! Así como vaya cayendo me detengo a leer un párrafo y luego me sigo, pero jamás leo el capítulo antes de subirlo, se me hace tedioso y le quitó emoción, en el anterior, más específicamente en el final, se me fueron muchas faltas de ortografía, pero terminé de escribirlo casi dormida para evitar retrasos y lo subí al sig día sin ver nada. El lunes tuve la oportunidad de leer, (súper exprés, solo verificación) y dios, morí de tanto error que había, (siempre hay, pero nunca tantos) Así que lo siento, espero me entiendan, no es fácil jeje.

En fin, aclaraciones del título:
Hace no mucho leí el fic de “Pecados en la sangre” de Schala S, trata de los saiyajins y es un Trunks x Pan. La verdad no tiene absolutamente nada que ver con esto, pero creo que el título le queda de maravilla, no podía dejar de pensar en el nombre desde que lo escuché (inclusive hace varios caps reiteraba mucho eso). Hablé con Schala S y le pedí permiso para usar su título en mi capitulo, y lindamente me lo prestó. Así que: “Pecados en la sangre” (reitero, únicamente el nombre) es idea e inspiración por parte de Schala S, (Gracias querida)

Sin más que decir: El capítulo 15.

El sonido de la lluvia chocando contra el cristal de la ventana era lo único que rompía con el silencio y la tensión del momento, acompañado por el breve agitar de los árboles que se filtraba del exterior. Sus ojos aún permanecían clavados en el suelo de su habitación, sin ser capaces de levantarse y enfrentar al hombre que yacía sentado sobre el colchón de su cama.

Soltó un suspiro, moviendo levemente sus manos, las cuales mantenía entrelazadas al frente. No sabía que decir, y no estaba seguro de querer escuchar la verdad, sin saber cómo reaccionaría al enfrentarse a la idea de que sus sospechas eran ciertas o no. Así como podría enfadarse, podía ponerse feliz por alguna muy retorcida razón. Angostó la mirada, escuchando como su acompañante soltaba un suspiro cansado y preocupado, quizá incluso más, y por supuesto que eso era de entenderse.

En alguna parte de la habitación una gotera se hacía presente marcando la caída del agua a través de alguna ranura sobre el techo, enmarcando y haciendo pauta a cada segundo más que transcurría en absoluto silencio, y es que en verdad los dos pensaron que esa charla y esa situación seria más fácil de sobre llevar después de todo, pero ahí estaban, sin saber cómo actuar ante la prueba y verdad de los hechos.

-¿… y que vas a hacer ahora, papá?- preguntó, levantando la vista al tiempo en que Goku elevaba su mirada para cruzarse en el aire. Su expresión denotaba preocupación, pero más que nada estaba llena de tristeza, de vacío, de resignación y de dolor, mucho dolor.

-yo… no lo sé…- masculló, hablando después de muchas horas de silencio, justo después de haber cruzado palabras con Vegeta después de su batalla.

-Lo que pasó… ¿es lo que yo creo que pasó?- cuestionó finalmente, una pregunta obvia para una respuesta aún más obvia, pero deseaba escuchar una verdadera explicación antes de aferrarse a sus propias conjeturas.

-Trunks te amaba, hijo…- respondió, haciendo que Gohan apretara los labios y lanzara un poco su cara hacia atrás en un reflejo sorpresivo.

-bueno, yo… eso…- trató de cambiar el tema y volver a la cuestión inicial, pero Goku bajó la mirada a ningún punto en particular, arrugando la frente y colocándose serio nuevamente.

-él estaba muy lastimado cuando llegó a mí, se encontraba solo, triste… yo… yo solo quería que él se sintiera mejor, porque de algún modo él y yo estábamos en la misma situación, y de alguna manera, yo también quería dejar de sentirme así de solo…- siguió hablando, como si en realidad rememorara todo eso para sí mismo en voz alta. –Pero las cosas continuaron, y dejaron de ser solo juegos y pretextos de compañía… lo arruiné todo, soy un estúpido…-

Gohan solo se centró de nuevo en el suelo, cruzado de brazos y meneando levemente el pie a la misma velocidad en que sus pensamientos iban y venían tratando de encontrar algo bueno que pensar. El gotero adornó esos largos momentos de silencio, en donde ninguno deseaba más que quedarse inmersos en sus propias mentes, pero las dudas seguían naciendo y la necesidad de un apoyo, por otra parte, era sumamente esencial en esas instancias.

-entonces ustedes… ¿se enamoraron?- preguntó, y algo aproximado a una sonrisa se dibujó en los labios de Goku, recordando la diferencia entre gustar y estar enamorado. Que tarde sentía que era para conocer el significado de esta.

-y acabábamos de darnos cuenta…- susurró, bajando la cabeza y sujetándola con sus palmas, apretando los ojos con la misma fuerza que su quijada. – Todo está acabado ahora, ya no existe oportunidad para nada…- su voz sonó entrecortada y forzada, pues le era muy difícil mantener la compostura y no tirarse a la desesperación absoluta y ahogarse en lágrimas que no ayudaban en nada.

-¿a qué te refieres papa?- preguntó Gohan, escuchándose verdaderamente preocupado. Comprendía a la perfección que por los hechos, su “relación” no podría continuar, pero la manera en la que Goku lo señalaba era inquietante.

-Trunks, ya no volveré a verle…- respondió, tallando un poco sus ojos y volviendo a alzar la cabeza, pero sin mirar a su hijo. –Nunca…- agregó, y Gohan parecía entender a la perfección todo, manteniéndose inmutable hasta el momento. –ni a ustedes tampoco…-

Los ojos del menor se abrieron al tope, mostrando un rostro desencajado ante la declaración carente de sentido de su padre. ¿Qué tenían que ver ellos con que ahora haya acabado con Trunks? Agitó la cabeza y mostró un surco en su frente, procesando la situación sin llegar a comprenderla.

-¿de que habas? ¿Por qué tendrías que dejar de hacerlo?- cuestionó, en un tono molesto, atormentado quizá por todas las cosas estúpidas y sin sentido que su padre había tomado durante toda la vida, imaginando alguna nueva excusa para abandonarlos a todos y largarse a un país lejano a “entrenar” como era su costumbre.

-me tengo que ir, hijo…- dijo, carraspeando levemente y enfocando su mirada en esos ojos tan negros como los suyos.

-bueno, pero no tienes por qué aislarte, podrías venir como lo has hecho veces anteriores…- animó Gohan, tratando de hacer sentir menos pesada esa carga que expresaban los ojos de Goku.

-No Gohan, las cosas no son así de fáciles esta vez, tengo que irme, pero esta vez tendrá que ser… lejos…- sus palabras y las vueltas que le daba al tema preocuparon en demasía a Gohan, quien suspiró profundo dando calma a sus propios pensamientos.

-¿lejos? ¿Hablas del otro lado del mundo? ¿O te iras al templo sagrado? ¿O hablas de irte con Kaiosama a otro viaje de entrenamiento?- quiso deducir, pero una expresión extraña se formó en su padre, quizá una que mostraba la ternura y cariño ante las palabras ilusionadas e inocentes de su hijo.

-sabes que no puedo irme con Kaiosama, ahora pertenezco al mundo de los vivos… - hizo una pausa, levantando la vista lo suficiente como para enfrentar a su hijo. –Y el lugar a donde debo ir no se encuentra aquí en la tierra…- añadió y otra expresión de asombro se dibujó en el semi-saiyan.

-¿quieres decir que te iras?- preguntó, encorvándose y mostrando una expresión frustrada. -¡¿A dónde planeas irte?! ¡No hay necesidad de que lo hagas! ¡Eso no solucionara nada ahora!- a pesar de todo, aun la idea de volver a perder a su padre era desagradable, y la situación no dejaba de ser completamente inaceptable y exagerada para él.

-si debo…-

-¡No! ¡¿Por qué rayos te irías de la tierra?!- inadmisible, y completamente fuera de lugar por donde quiera que su brillante mente lo mirara.

-por qué lo prometí…- declaró, y los dientes de Gohan chirriaron al cerrarlos con fuerza al ser testigo de semejante justificación.

-¿lo prometiste? ¡No digas tonterías, papá! ¡¿A quién se lo…?!- no terminó de hablar, mordiendo su lengua cuando la respuesta vino a su mente antes siquiera de terminar su pregunta. –Vegeta no puede pedirte algo así…- comentó más tranquilo.

-Bueno, sus razones son justificables para quererme lejos, es comprensible que lo quiera…- respondió, siendo atacado por una mirada enfurecida por parte de su hijo.

-¿y tú lo quieres, papá?- preguntó, creando una mueca de dolor en el rostro de Goku. –Dímelo, ¿Tú quieres irte?- reiteró, haciendo que su padre bajara la mirada pensativo.

-lo que yo quiera no importa…-

-¡¿Qué no importa?!- exclamó, casi cayéndose de su silla giratoria con semejantes palabras. -¡La lucha te afectó, papá! ¡Lo que tú quieras es lo que más importa!- declaró, furioso e impresionado ante la manera en la que su padre sobreponía otras opciones antes que las suyas propias.

-no Gohan, yo hice mal, no tengo derecho a elegir algo en mi beneficio en estos momentos, debo pagar por lo que he hecho…- su voz se escuchó resignada, y aún más triste.

-¿pagar?- inquirió Gohan, negando con la cabeza y angostando los ojos en incredulidad. –tú mismo me dijiste que estaban enamorados, ¿no es así? Entonces, ¿crees que el amor es algo malo? ¿Crees que entregarte a alguien es un error? ¿De verdad piensas que te deben castigar por enamorarte y amar a alguien?- El rostro de Goku se contrajo en una mueca confusa, haciendo temblar su barbilla, pero sin dejarse derramar una sola lágrima.

-debo pagar por que no hice las cosas bien desde un principio. Por qué me metí con un hombre, más de veinte años más joven que yo, que venía siendo justamente el hijo de mí mejor rival y amigo… Y más que nada, porque no supe llevar la situación adecuadamente desde un principio. Debo pagar por todos esos descuidos…- expuso Goku, con su semblante serio nada habitual.

-¡Nada de eso importa cuando se ama!- siguió abogando Gohan, sintiendo la desesperación de su padre como si fuera propia, tratando de encontrar alguna clase de salida a un abismo que parecía infinito. –Además, no importa que sea menor, es mitad saiyan, y que sea hombre… tampoco… tampoco es malo…- dijo eso ultimo un poco dubitativo y avergonzado, defendiendo su propia perspectiva discretamente.  

Goku rió amargamente, para luego asentir una vez y mirar por el rabillo de su ojo el rostro de su hijo. –Sí, sé qué clase de preferencias tienes…- el rostro de Gohan se coloró, pero se mantuvo serio a pesar de sentirse descubierto, aunque tampoco era algo que fuese un secreto. –Incluso sé que tú fuiste con la primera persona que estuvo Trunks antes de mí…-

La silla de Gohan cayó al suelo al momento en el que este se parara como resorte de la impresión, mostrando sus mejillas más enrojecidas y un rostro desencajado ante la información que conocía su padre. ¡Que no era otra más que su actividad sexual! Negó con la cabeza un par de veces y balbuceó palabras al azar en voz muy baja, meneando sus manos nerviosas al frente sin saber que decir. Goku solo rió.

-no te preocupes, eso es algo que sabía incluso antes de estar con él… y tampoco es que me importe mucho en realidad. Lo que quiero decir es que está bien, comprendo tu punto, y créeme que estamos igual, quizá eso no es pretexto…- volvió al tema, tornándose serio nuevamente.

-s-sí… tienes razón…- masculló el menor y levantó su silla sentándose sobre esta un momento después.

-Pero tampoco es que pueda hacer algo ahora, mi destino está firmado…- siguió el saiyajin puro, negando con la cabeza para sus adentros.

-sigo sin entenderte, papá… ¿Para que irte si no lo quieres hacer?- reiteró su punto, mirando el cabello azabache de su padre revolverse con el paso de su mano sobre este.

-ya te lo dije… lo prometí…- repitió, y Gohan volvió sentir la rabia y desesperación ante la manera aferrada de su padre a una idea completamente estúpida.

-no deberías prometer cosas así, padre…- lo regañó en voz baja, suspirando profundo y cruzando sus brazos sobre su pecho, endureciendo la expresión en busca de ideas que pudiesen aminorar la gravedad de la situación. Pero parecía imposible era un caso crítico.

-lo sé, pero no pude negarme, Vegeta, él está muy ofendido y lastimado. Es claro que jamás me perdonará si no hago esto…- respondió, recargando su frente en las palmas de sus manos abiertas, las cuales tenía apoyadas en sus rodillas.

-¿Y qué vale más para ti? ¿Qué Vegeta te perdone, o ser feliz?- volvió a inquietarse, sin llegar a comprender ni un poco la perspectiva de Goku. No estaban llegando a ninguna parte.

-Vale más la estabilidad de las cosas, no quiero ser feliz si eso daña a alguien más…- dijo, completamente sincero.

-¿Y Trunks? ¿Ya hablaste con él?- Goku lo miró por unos  momentos, bajando el rostro un segundo después.

-sabes bien que no…- susurró, sintiendo su Ki estable en la lejanía.

-Entonces, ¿No te importa la felicidad de él? ¿No te has molestado en preguntar que piensa él? ¿Qué tal que si te marchas estarías haciendo un mal en lugar de arreglar las cosas?- bombardeó Gohan con una infinidad de posibilidades que se creaban una a una en la mente del mayor, quien se sostuvo fuertemente el cabello y tiró de él de manera desesperada, sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento.

-No hay nada que pueda hacer ahora…- repitió, con determinación ante sus decisiones.

-¡Sí! ¡Sí puedes hacer algo! Puedes mandar al demonio la promesa que le hiciste a Vegeta y quedarte aquí, si no al lado de Trunks, al menos no solo en los confines del universo…- la voz del menor se escuchaba cargada con madurez y razón, pero estaba siendo captadas por una mente bastante obstinada al momento tomar una decisión.

-¡Maldición, Gohan! ¡No puedo! ¡Lo prometí! ¡Sabes que nunca fallo a mis promesas! Si lo hiciera, si llegara a contradecir mis promesas, perdería mi honor como individuo, mis palabras serian vacías y vanas, no quiero fallar a eso…- Completamente estúpido, pero entendible.

-No puedo creer que lo hayas prometido entonces, sin antes haberlo pensado más o consultarlo al menos…- volvió a refunfuñar Gohan, pero esta vez más resignado que al principio.

-No había mucho en que pensar. Vegeta tiene razón, mi presencia aquí, en la tierra, siempre ha empeorado las cosas, siempre termino arruinando algo. Estoy seguro que Trunks estará bien, y sé que a ustedes y al resto ya no les hago falta…- hizo una pausa, pues su voz sonaba más despacio con cada palabra.

Su hijo negó efusivamente, abriendo los ojos grandes y separando los labios como si quisiera decir algo, pero las palabras no le salieron, solo la confesión y perspectiva de su padre se repetía con aplomo dentro de su mente. -¿p-porque piensas eso, papá?- tartamudeó sin poder evitarlo, observando nuevamente como su mentón se movía como si en cualquier momento las lágrimas fueran a comenzar a salir. –no hay por qué negarlo Gohan, así como para tu madre no fui lo suficientemente responsable y no le servía como marido, a ustedes nunca les he servido como padre, ni al resto como amigo. Y eso es algo que me cuesta admitir, pero que al final es cierto, y me lo merezco después de todo lo en lo que he fallado. Así que puedo irme sin hacerle verdadera falta a alguien… La tierra estará bien, Vegeta me prometió que se haría cargo de todo…- expuso, y esta vez fueron los ojos del menor los que se mostraron vidriosos ante las palabras de su padre.

-no es cuestión de la tierra o la humanidad, papá… No te niego que quizá no has sido el mejor de todos, pero eres el mejor para nosotros, y te amamos incondicionalmente a pesar de eso… ¡Es imposible imaginar que no nos harías falta o no te extrañaríamos!- exclamó, tirándose de rodillas sobre el suelo justo frente a su padre, aferrándose a su cintura un segundo después, clavando su rostro en el abdomen del mayor, quien comenzó a sentir las lágrimas de su hijo humedecer su Gi naranja. -¡No te vayas papá! ¡No otra vez! ¡No quiero!- gritó, dejando sorprendido a Goku por la manera en la que reaccionaba.

Correspondió al abrazó rodeando la cabeza de su hijo, sintiendo como las cosas se le hacían más y más difíciles a cada segundo. Pensó que sería más fácil, había muerto dos veces y estado siempre distante de su familia, y aun así esas lágrimas y esa desesperación eran tan reales. No quería admitirlo, nunca quiso admitirlo, no por debilidad o vergüenza, quizá solo para no sufrir, ni hacer sufrir, demasiado cada vez que enfrentaba a la muerte, pero le dolía tanto, tanto, cada vez que se separaba de su familia. Y ahora estaba ahí, enfrentando una despedida y un ruego, uno que se la había pasado tratando de evitar todo ese tiempo cada vez que debía partir, porque sabía lo difícil que sería para él cargar con tantos sentimientos. Y dolía justo como se imaginó que dolería.

-Gohan, hijo, tú ya eres todo un hombre, y tu hermano también, ustedes ya no me necesitan…- trató de aligerar un poco el momento, pero los brazos ---los cuales presionaban con demasiada fuerza--- de su hijo, se aferraron con más fuerza a su cintura.

-¡Eso no me importa! No importa cuántos años tenga, papá, tú nunca dejaras de ser mi padre, y jamás terminaré de necesitarte y quererte. Ni yo no Goten…- sollozó un poco más, limpiando sus mejillas al restregar su rostro contra su papá. –No es justo volverte a perder, mucho menos para Goten, él te quiere demasiado, al igual que el resto, irte no sería justo para nadie, solo causarías más dolor…- Goku escuchó atento cada palabra, pero su semblante parecía inmutable, mirando a la nada y aferrado al cabello negro de su hijo.

-comprende Gohan…- masculló, y su hijo negó envuelto en él, apretando con una fuerza que hubiese matado a cualquiera. –necesito que me escuches… debes ser fuerte…- tomó los hombros del menor y tiró con fuerza hasta apartarlo de él, quedando frente a frente y manteniendo una mirada penetrante. –Gohan, yo sé que no he sido justo con ustedes, sé que he fallado demasiado y que mis ausencias solo provocaron dolor en todos aquí, pero comprende que en realidad esto es lo mejor…-

El menor volvió a negar, cerrando los ojos y tratando de frenar su llanto que se había vuelto silencioso, pero los grandes senderos de agua salada no dejaban de correr por sus mejillas. -Por eso mismo no debes irte, ¿Cómo sabes tú que esto es lo mejor? ¿Cómo saldremos sin ti?-  preguntó con la voz quebrada y débil, forzándose para tratar de sonar tranquilo.

-Como lo han hecho hasta ahora…- respondió, presionando con fuerza los hombros de Gohan haciendo así que abriera los ojos para mirarlo nuevamente. –Vegeta me prometió que los cuidaría, a todos ustedes, pero yo quiero pedirte a ti que lo hagas, así como lo has hecho durante tantos años, cargando un peso que no te corresponde…- Gohan solo miró atento, escuchando pero sin querer creer que sus palabras podían ser ciertas. –No les haré falta, estoy seguro, porque tú estarás aquí… ¿verdad?- inquirió y su hijo asintió más tranquilo. –Cuando morí, cuando tarde en volver a la tierra, y cuando volví a morir, tú estaba ahí para llevar las cosas. En la primera para intentar salvar la tierra, en la segunda para cuidar a tu madre, y en la tercera para cuidar a Goten, y sé que esta vez no será la excepción…-

Gohan suspiró entrecortadamente, mirando aun con ojos suplicantes a su padre, buscando en el fondo que pudiera cambiar de opinión, pero solo encontró con que cada vez estaba más seguro y decidido. Goku sonrió, no como siempre, y eso porque quizá nunca lo volvería a hacer, pero si lo suficientemente cierto como para traer un poco de calma.

-sé que tampoco es justo dejarte a ti ahora con toda la responsabilidad de todo, pero creo lo suficiente en ti como para saber que lo harás bien, y que sabrás como llevar la situación.- Ambos se miraron fijamente, y después de unos pocos momentos, Gohan asintió, aun con miedo y dudas, pero lo hizo al final de cuentas.

-si papá, puedes confiar en mí, cuidaré a la mamá, a Goten, a la humanidad y a la tierra… - aseguró y Goku afirmó una vez más, presionando levemente los hombros de su hijo, los cuales aún sostenía.

-Bien hijo, pero quiero pedirte un favor más…- masculló, volviendo a su expresión seria.

-¿Qué sucede?- inquirió, sin saber qué otra cosa aparte de cargar con millones de vidas podría pedirle en su futura ausencia.

-tienes que ayudarme en algo…- dijo y pasó saliva un poco preocupado y nervioso. Gohan intuyó a que se refería, angostando la mirada y tomando un fuerte suspiro listo para escuchar la petición de su papá. Pero antes, en su cerebro recorrió una idea, algo que por lo menos le diera una esperanza a su corazón.

-solo si tú me prometes una cosa…- respondió con un trató. No supieron si fue por la conexión y emotividad del momento, pero era como si uno pudiese escuchar las ideas del otro y predecir sus palabras.

Goku dudó, sabiendo de ante mano a qué clase de promesa se refería su hijo, y aunque pensó en negarse, en realidad, si prometía algo así, no estaría fallando a su anterior promesa. Apretó los labios y siseó convencido, acariciando a su hijo y cerrando los ojos para asentir brevemente. –de acuerdo… el asunto es…-

[…]

-Gohan… ¡Gohan!- gritó la chica, sacando al mencionado de sus cavilaciones, trayéndolo a la realidad repentina abruptamente. Miró a su alrededor con el ceño fruncido, como si le molestara saberse en el cuarto de la chica en ese momento.

-¿Qué sucede, Videl?- inquirió, suspirando profundo y tratando de recordar que hacía antes de perderse en sus recuerdos una vez más.

-llevo hablándote un buen rato y tu parecías en las nubes, ¿Qué es lo que te sucede?- preguntó, y Gohan estuvo a nada de perderse otra vez al solo rozar la razón de su preocupación.

-nada, estoy bien…- respondió, bajando la mirada y prestando atención al libro sobre el mueble.

-¿seguro? ¿Desde cuándo aprendiste a leer un libro al revés?- dijo en un tono burlón, y Gohan se sorprendió por el hecho de que no lo había notado hasta que ella lo dijo, sonrojándose y volteando el libro rápidamente. –Además, tenemos que estudiar matemáticas, y tu libro parece más bien uno de química de la preparatoria… - comentó y Gohan revisó velozmente la página en la que se encontraba, percatándose de que sí, en realidad era un libro de química. Cerró el libro velozmente y comprobó que, en efecto, era un libro de preparatoria y no de universidad, con el nombre de “Son Goten” en la portada.

Golpeó la pasta suavemente, recargando la cabeza sobre el libro un instante después, sin entender en que momento había tomado un libro de su hermano, y en qué momento lo había sacado para ir a estudiar matemáticas en su examen para mañana. Pero solo podía pensar una y otra vez en lo mismo, se sentía mareado por tantas veces que su cerebro llevaba repitiéndole eso. Sintió los ojos azules de Videl en su espalda, quien permanecía seria y cruzada de brazos en la silla de al lado, con un rostro que no pedía una explicación, pero si desbordaba arrogancia al saber que tenía razón.

-De acuerdo, no estoy bien…- declaró, y no hacía falta que lo hiciera, ella lo sabía. –No sé qué hacer, me han estado pasando demasiadas cosas, y estoy desesperado…- agregó, levantando la cabeza y mostrando un rostro desesperado.

-¿Qué es lo que sucede? ¿Se trata de Trunks…?- preguntó ella, y Gohan presionó los labios y suspiró profundo, sin saber que decir en realidad.

-bueno, en parte, pero él no es el verdadero punto de mi preocupación…- admitió, y la mujer ladeó la cabeza sin comprender del todo. –Es por algo que mi papá me dijo…-

-¿El señor Goku?- repitió ella, sin poder imaginar qué clase de cosa podría haber dicho ese hombre para preocupar así a su amigo.

-bueno, en realidad fue algo que me pidió. Hace cuatro días, me pidió un favor…- explicó y Videl se quedó callada en espera a que dijera algo más. –Pero, aunque acepté, no dejo de pensar que no es buena idea, es decir, ¿Por qué yo tengo que ayudar en algo como eso?- preguntó, quizá a la nada, o a sí mismo, solo necesitaba que alguien lo escuchara.

-Pero le dijiste que lo harías, no puedes declinar ahora…- dijo ella, sin saber realmente que o a que se refería, pero sintió que debía contestar con algo.

-eso pensé, y lo peor de todo es que ya pasaron cuatro de los seis días que tomó como plazo…- susurró, mirando de nuevo a lo lejos, pensativo y preocupado.

-no sé qué pueda ser, pero con ustedes puedo esperar cualquier cosa, solo sé que las decisiones que toma tu padre siempre son buenas…- Gohan frunció el ceño dolorosamente ante aquellas palabras, pues le daba la razón a las insistencias de Goku.

-Me siento muy mal, no sé qué hacer o que pensar…- dijo, soltando otro cargado suspiro.

-pues… de verdad no sé qué decirte, solo que hagas lo que creas mejor…- comentó la chica, tratando de dar, en vano, ánimos y fortaleza de alguna manera. –lo mejor para ti, y para los demás…-

-para los demás…- repitió Gohan en un susurro, mirando al suelo y presionando sus puños a los lados. -¿Tanto importa eso?- se cuestionó, sin percatarse de que sus ideas se escaparon de entre sus labios.

-pues sí, a veces mantener a otros a salvo es más importante que mantenerse a salvo uno mismo…- reflexionó la joven, recopilando demasiadas experiencias que había enfrentado en los últimos tiempos.

-¿mantener a salvo a otros?- su voz sonó suave, a diferencia de sus pensamientos que se movían a una velocidad impresionante.

“-¿será eso?-” se preguntó, “-¿Verdaderamente es eso lo que busca mi padre? ¿Prefiere alejarse antes de causar más daño? ¿Está dispuesto a dejarlo todo solo para enmendar una clase de ´error´?-” Suspiró fuertemente, visualizando el rostro decidido de Goku durante aquella conversación. “Entonces… ¿ustedes se enamoraron?” recordó aquella pregunta que le hizo a su padre, “-¿eso era amor?-” se cuestionó luchando mentalmente, repitiendo en su cabeza las últimas palabras del otro hombre antes de finalizar su conversación, esa que tuvieron un día después del encuentro con Vegeta.

-¿entonces estas seguro de esto, padre?-
-más que seguro, estoy decidido…-
-no cambiaras de opinión por más que te lo pida… ¿cierto?-
-cierto…-
-entonces no me queda más opción… pero antes de eso, dime una cosa… ¿le dirás a Trunks todo esto?-
-no lo sé, no quiero causarle más dolor…-
-le dolerá más si no se lo dices…-
-quizá, pero quiero evitar tener que hacerlo, yo… yo no sería capaz de… de decirle que me voy…-
-¿Por qué no? ¿Acaso no crees que merece saber la verdad?-
-Sí, pero a veces la verdad es dura, más cuando esta conlleva demasiados sentimientos…-
-pero es lo mejor al final de cuentas-
-quizá… pero así es el amor, y el corazón… ¿cierto?-
-¿a qué te refieres?-
-que a veces es más fácil huir de esos sentimientos antes de afrontarlos… a veces, resulta más fácil guardar silencio y dejar que las cosas continúen así antes de querer arruinarlas aún más. Por miedo a perderlo todo, por miedo al deseo propio, por temor a poder dañar a alguien más, por miedo de decir la verdad…-
-¿la… la verdad?-
-sí, y no decirla me hace un cobarde…-

“-a mí también papá…-”  respondió lo que quizá debió decir en aquel momento, presionando las palmas con fuerza y olvidándose nuevamente del lugar en donde se encontraba, absorto completamente en sus pensamientos y en sus recuerdos, conjeturas y pensamientos que atacaban su cabeza sin consideración. “-No sé si lo sabes, padre, no sé si tus palabras, de alguna manera, tenían un mensaje oculto para mí. Si es así, me cuesta entenderte y comprenderlo, pero si no, perdóname, porque me has hecho considerar una posibilidad…-”pensó, mordiendo su labio inferior y endureciendo la mirada.

-irte por que te lo pidió Vegeta no es la única razón, ¿verdad?-
-tal vez…en realidad, lo era en un principio…-
-¿Qué ganaras con esto?-
-yo nada…-
-¿entonces?-
-he pasado demasiado tiempo pensando en mí mismo, por primera vez espero que los demás puedan ser feliz…-
-no creo que las cosas resulten así…-
-pero debo intentarlo ahora… aun si las cosas pudieron ser diferentes…-
-¿diferentes?-
-sí, quizá si yo lo hubiera admitido desde el principio, si le hubiese dicho algo más… no lo sé, quizá las cosas habrían pasado de otra manera…-

“-¿admitido? ¿Hablado?-”se repitió. “-¿si hubiese dicho la verdad?-”cuestionó, pero no con la incógnita que manejo su padre, si no con una que podía aplicar a él mismo, una que podía quedar para él. “las cosas habrían pasado de otra manera…”

-todo esto es una locura…-
-el mismo amor lo es…-

-una locura…- susurró, ignorando ya los ojos azules de la muchacha a su lado, quien lo observaba con curiosidad y una sonrisa preocupada y  nerviosa.

-no hay espacio para el arrepentimiento, Gohan… si hay algo que aprendí, es que uno mismo no puede negarse a amar, y que dejarlo fluir será increíble, pero retenerlo en un punto es negarse uno mismo la posibilidad de vivir…-
-¿la posibilidad de vivir?-
-eso mismo me pregunté yo…- sonrió, encarándolo al clavar sus ojos perdidos en recuerdos. –amar, es vivir…-

“-Padre, juro que no te comprendo…-” entrelazó sus dedos a través de su cabello azabache de manera desesperada. Había hablado con su padre el día en que Vegeta le pido que se marchara, y se veía completamente destrozado, pero parecía un hombre completamente diferente al siguiente día que habló nuevamente para aceptar su propuesta. Incluso ni siquiera parecía su padre, Goku, su manera de tomar las cosas, era muy diferente, comparándola tan solo con el día anterior.

-¿entonces prefieres morir?- preguntó, continuando con la extraña metáfora.
-no, yo no moriré, porque yo ya he vivido. Amar es vivir, hijo, y yo no dejaré de hacerlo aun cuando me vaya. Condenarse y morir, significa negarse y no admitir tus sentimientos, entonces tu alma muere…-
-¿tu alma muere…?- parpadeó múltiples veces, como queriendo ubicarse a sí mismo. –Jamás pensé que dirías
algo como eso…-
-pues, para ser sincero, yo tampoco… pero creo, creo que he aprendido bastante en poco tiempo… - rió brevemente.
-eso parece… -
-Gohan, prométeme una cosa…- dijo, y el muchacho se sorprendió, pensando en que podría ser ahora nuevamente. –Tú, no permitirás que tu alma muera, prométeme que vivirás…-

-papá… - susurró, quebrando sus dientes al chocarlos con rabia, sintiendo su mentón temblar anunciando un llanto contenido. “-dime que no te refieres a eso…-” pensó, sintiendo su corazón acelerarse y una especie de miedo al considerar la posibilidad de que Goku fuera consciente de más cosas de las que el pudiera pensar. “-dime que no hablabas de eso, porque yo…-”

-de acuerdo, papá, te lo prometo… viviré…-

“-porque yo lo prometí, y no estoy seguro de poder cumplirlo…-” se reprimió, sintiendo cada una de las responsabilidades que Goku había dejado sobre él. Debía cuidar a su madre, a Goten, a la tierra, ahora también debía vivir, y por supuesto, la promesa que le había asegurado desde el día anterior, ese favor que estaba a pocos días de cumplir.

-de acuerdo papá, te ayudaré con eso, pero tendrás que darme tiempo…-
-muy bien, ¿seis días están bien?-
-sí, seis días bastarán…-
-gracias Gohan…-
-agradéceme cuando esto haya salido bien…-
-de acuerdo… confío en ti…-

 -papá…-

-Gohan, de verdad que no sé qué te pasa, pero comienzas a darme miedo… ¿sabes?- interrumpió Videl sus pensamientos, unos que cada vez se mostraban más cerca de sus respuestas.

-Videl, lo siento…- se disculpó, notando que en su viaje de pensamientos había triturado con sus manos empuñadas parte de la mesa y el libro de química de Goten. –yo… no, perdón, no me di cuenta…- se sonrojó al sentirse más tonto, tratando inútilmente de acomodar los pedazos de madera.

-a este paso me dejaras sin muebles, Gohan…- lo regañó entre broma, quitándole de las manos su escritorio y colocándolo en el suelo. –bueno, al menos espero que cuarenta minutos de divagaciones, mi mesa y el libro de tu hermano haya valido la pena para que ordenaras tus ideas… así que dime, ¿ya sabes qué hacer?- inquirió ella, cruzándose de brazos y fijando fuertemente sus ojos en los de él.

-s-sí…- respondió, pasando saliva y girando para mirarla mejor.

-¿sí? Y dime niño genio, ¿Qué vas a hacer?- su voz se escuchó a modo de provocación, pero Gohan sabía que era su manera para dar ánimos de algún retorcido modo.

-yo, voy a ayudar a mi papá en lo que me pidió…- dijo, sonando esta vez más seguro. –y también… ¡Y  también voy a vivir!- exclamó, poniéndose de pie y empuñando una mano al costado de su cuerpo.

-¿vas a vivir?- preguntó ella, cruzándose de brazos y mirándolo con algo de asombro.

-¡Sí! ¡Viviré! ¡Hablaré y diré la verdad!- su voz se escuchaba regenerada y cargada de renovada decisión.

-no sé de qué hablas… ¡Pero me alegra que por fin quites esa cara extraña!- festejó ella con una sonrisa.

-¡Gracias Videl!- dijo él, dedicándole una amplia sonrisa verdadera.

-¿gracias? ¿De qué? Si yo no he hecho nada…- respondió ella bastante confundida.

-gracias por darme albergue en tu casa y en tu cuerpo tanto tiempo y tantas veces…- Videl se sonrojó hasta más no poder ante esas palabras, las cuales a Gohan no le surgían ni un efecto parecido, continuando ávidamente de manera fluida.

-¡pe-pero que cosas estas diciendo!- exclamó ella, pero el rostro del hombre seguía invadido de algo extraño.

-te lo agradezco mucho, de verdad, jamás podría terminar de pagártelo, me ayudaste demasiado en los momentos más difíciles de mi vida, y por eso nunca te olvidaré… - la expresión de ella mutó, de vergüenza a una total compresión.

-ho… ya veo…- murmuró, sonriendo de lado de manera tranquila.

-Te estaré eternamente agradecido, Videl, pero a partir de hoy comenzaré a vivir, verdaderamente. Creo que, ayer fue nuestra despedida…- dijo eso último en voz baja, y ella asintió con un poco de melancolía y tristeza.

-te entiendo, está bien, tú también me ayudaste mucho…- Gohan sonrió, agachándose para dedicarle un breve beso en los labios.

-¡Hasta luego, Videl!- se despidió, tomando sus cosas del suelo y saliendo volando por la ventana.

-¡Adiós, Gohan! ¡Ve y vive!-

[…]

La miró una vez más desde la orilla de sus ojos, sin atreverse a levantar la mirada. Ella caminó y deposito algún otro platillo sobre la mesa, con una sonrisa decorando su rostro y tarareando esa canción de antaño.

-anda Goku, come algo, la comida se enfriara…- dijo Chi, sonriéndole amablemente y dándose la vuelta para mover algo más entre sus ollas.

-no era necesaria tanta atención, Chi…- dijo él, ya sin poderse resistir a la tentación y comenzando a devorar lo de los primeros platos.

-ya te dije que no hay por qué preocuparse, es mi deber si estás aquí. Además, extrañaba hacerte platillos así, seguramente no comías así en el bosque, ¿verdad?- preguntó ella, restregando un sartén en el fregadero.

-pues, no, no en realidad…- respondió Goku y Chi rió orgullosa de sus habilidades. –gracias de nuevo…- susurró él, tomando algo más de entre la mesa y llevándoselo a la boca.

-ya te dije que no tienes que agradecer, es solo comida…- contestó, mirándolo de reojo y sonriendo brevemente.

-bueno, yo en realidad me refería a todo. En verdad te agradezco mucho que me hayas dejado quedarme aquí unos días, y que me cocines tanto…- sonrió con nerviosismo, desvaneciendo con esas palabras la poca alegría que había en el rostro de mujer.

-No es nada, yo te dije que podías quedarte aquí desde un principio, no era necesario que te fueras en primer lugar…- hizo una pausa reflexiva. –Y tampoco es necesario que te vayas ahora… lo sabes, ¿cierto?- dejó un traste en el fregadero, secando sus manos  y tomando un lugar al lado de Goku.

-conoces bien mi situación, Chi…- dijo él, y ella presionó sus ojos y suspiró profundo al recordar todo lo sucedido, que en realidad no le parecía algo que la pudiera enfadar, pero si le preocupaba bastante.

-creo que de nuevo estas tomando decisiones apresuradas…- dijo ella, colocando una mano sobre la de Goku.

-no lo sé, pero igual agradezco tu hospitalidad y comprensión…- siguió él, y contestó el apretón de mano con suavidad. Chi frunció el ceño, sabiendo que no existía manera de hacerlo desistir.

-bien, entonces termínatelo todo… ¡No creo que vayas a comer algo como esto en mucho tiempo!- reiteró su sonrisa triunfal, poniéndose de pie y colocando sus manos en forma de jarra. –El espacio puede ser muy grande, pero créeme que jamás encontraras a alguien que cocine tan bien como yo…- declaró decidida, haciendo que Goku la mirara con asombro.

-en eso tienes toda la razón…- dijo, y ambos se miraron para después reír divertidos.

-¡Papá! ¡Mamá!- exclamó el muchacho desde la entrada, con una gran sonrisa, feliz y temerosa.

-¡Gohan, cariño!- saludó Chi, respondiendo el gesto y dando un breve saludo con la mano.

-Gohan, volviste…- dijo Goku, menos animado, ---estado entendible--- pero mostrando una verdadera sonrisa al verlo.

-¿Dónde está Goten?- preguntó, ya sin ser muy consciente de sus pensamientos y palabras, moviendo sus ojos con velocidad a través de la habitación.

-está en su cuarto, fue a dormir desde temprano…- respondió Chi, volviendo su atención por unos momentos a la cocina, para luego abandonar su labor y avanzar unos breves pasos hasta estar más cerca de su hijo. –Gohan, tu sabes que a él no le cayó nada bien esta noticia… ¿verdad?- preguntó acortando más las distancias y bajando la voz, aprovechando la distracción de Goku con un gran pedazo de carne.

-si mamá, lo sé…- respondió, borrando su entusiasmo y reemplazándolo con una especie de melancolía.

-Ha estado muy mal, él no imaginó que las cosas podrían pasar así, le duele demasiado que Goku vaya a volver a irse, y ha estado así de deprimido desde que se enteró…- carraspeó, bajando la mirada y acomodando la camisa de Gohan levemente. -¿crees que podrías hablar con él?- pidió, clavando sus ojos suplicantes en los de su hijo mayor. –a ti siempre ye escucha, tal vez puedas levantarle un poco el ánimo… ¿podrías?-

Gohan dibujó una sonrisa de satisfacción, no era como si su madre le estuviera dando luz verde a sus acciones para nada normales, pero era una mínima sensación de que las cosas estaban más tranquilas, más a su favor. –Por supuesto que si mamá, ni siquiera hace falta que me lo pidas, hablaré con Goten, lo prometo…- dijo, levantando ambas cejas y dedicando otra brillante sonrisa.

-de acuerdo Gohan, confió en ti…- el mencionado rió por lo bajo ante esa frase, “-ahora todos confían en mi…-” se repitió con algo de gracia, asintiendo y avanzando al comedor al lado de su madre.

-padre, ¿Cómo te encuentras?- inquirió, colocando una mano sobre su hombro, aun parado tras la silla de él.

-bien…- se limitó a decir, mirando sobre su hombro y sonriendo con tristeza. –Pero aun así no cambiaré de opinión…- los dos rieron, no sabían si por lo repetitivo que se había hecho la pregunta, la respuesta, o solo era su manera de sobrellevar la situación sin ponerse a flaquear cada segundo.

-de acuerdo, por ahora tengo que hacer unas cosas, nos veremos mañana…- dijo, apretando el hombro del mayor y dedicando a ambos padres una sonrisa. –Cuídense…- masculló, haciendo difícil incluso las despedidas de cada día, como si en estas experimentara el dolor próximo.

-hasta mañana hijo…- dijeron ambos, mirándolo desaparecer tras las escaleras. El saiyajin terminó de comer en silencio, aguardado por la mujer que se dedicaba a lavar cada cosa al momento de ser desocupada, casi como si todo su mundo dependiera de eso.

-Goku, es muy tarde, así que también deberíamos ir a dormir…- la voz de Chi sonó con el mismo desconsolado sentimiento, sonriendo y pasando de largo hasta la base del segundo piso. –que duermas bien…- agregó, perdiéndose en el acenso a su habitación.

Goku solo hizo una breve señal con la mano, soltando un gran suspiro cuando la perdió de vista. Se giró a la mesa, acomodando su silla debajo de esta, quedando estático en ese mismo lugar, contemplando todo a su alrededor, suspirando cada fragancia en el aire, cada esencia, cada imagen, como queriendo grabarse cada detalle de la casa, de su casa.

Sonrió, e incluso un sonido abandonó sus labios, paseando sus azabaches ojos por las dos pequeñas habitaciones de abajo. Su vista se detuvo en el fregadero, y la imagen de Chi se materializó como en otras ocasiones, pero la sensación era diferente, no era de traición, coraje o miedo, era puro cariño y respeto. Percibió su fragancia, y con ella otra más. Gohan. Pudo incluso escuchar los llantos de su hijo pequeño, llorando desde su lugar en la cuna, sonaban tan reales como hace más de veinticinco años, retumbando en su mente y haciéndolo mover cada una de esas imágenes, todos y cada uno de esos momentos que pasó ahí.

Dio un paso, algo dudoso, como si el piso fuera falso y fuese a hacer en cualquier momento, como si su presencia fuese a borrar todas aquellas imágenes que se materializaban frente a él. Lo miró, desde que era un pequeño pedazo de carne, cuando gateaba y gritaba, cuando caminó, cuando se caía y Chi-Chi gritaba y se lamentaba. Todo tan real, pero los sonidos y las imágenes se desvanecían como fantasmas un momento después, para mostrar otra, y otra más tras esta, paseándose en cada rincón de su hogar, cada centímetro que había capturado un momento de su vida.

Más pasos, silenciosos y a la vez rompían el tenue hilo de fantasmas que corrían a su alrededor de él e incluso lo atravesaban, bombardeando sus oídos con infinidad de risas, palabras, llantos, sentimientos, muchos de ellos. Por supuesto que cada suspiro que tomaba era demasiado tiempo el que pasaba por su mente, y el rostro de Goten se formó de entre la nada justo delante de él, al lado de su propia copia fantasmal del pasado.

A diferencia de demás imágenes, esta duró unos breves instantes más, dejándole apreciar la ilusión y el cariño que el niño sentía al verle, y la poca atención que su propio él tenía para con su hijo. Quiso golpearse, pero su brazo atravesó la nube de recuerdo dispersándola en el aire. Recuerdos, solo eso, no podía cambiar los hechos y los errores que había pasado, ahora solo se torturaba a si mismo con su cruel imagen de lo que fue y pudo haber sido.

Siguió mirando, sin otra opción más que esa, observando sin detalle los rápidos movimientos de todos al menearse por entre los cuartos. Rio otra vez, cuando las voces resonaron en las paredes con eco fenomenal. – ¡Te quiero, papá!- dijo la voz, dos en realidad, ambas en dos pequeños que revoloteaban en la casa, o quizá solo en su mente que se flagelaba a si mismo por presenciar el dolor de la partida por primera vez. La primera vez que también el no deseaba irse. La primera en donde no actuaba como un estúpido egoísta y hacia las cosas sin pensarlas.

No, esta vez veía todo desde otra perspectiva, desde una que no quería afrontar nunca, esa que evitó toda su vida, pero ahora se presentaba toda acumulada, el dolor de toda una vida en una sola vez. Se reprimió una vez más, todo lo que le había pasado en los últimos tiempos lo había hecho así de sensible, y ahora, ahora su quijada se presionaba con fuerza al desear poder cambiar tantas posibilidades. Pero era imposible.

Cerró los ojos, intentando no ver los fantasmas y avanzó a través de la cocina hasta la sala en el siguiente cuarto, deteniéndose solo cuando sus pies chocaron contra el sillón, el cuan lo había albergado como su cama improvisada. Las risas cesaron, los te quiero se fulminaron un último siseo en el viento, pero no todo era silencio, había una respiración justo frente a él.

No quería abrir los ojos, sabía lo que eso significaba, y lo sabía por qué era el segundo día que le ocurría lo mismo. A través de sus parpados podía ver la luz de la ventana bloqueada. Pesadamente, y al mismo tiempo que dos lagrimas caían dejando senderos por sus mejillas, abrió los ojos, encontrándose con ese chico, clavando su mirada de hielo sobre su persona, en silencio, inmutable, solo observador.

-solo dos días…- susurró, cayendo de rodillas contra el suelo y golpeándolo con sus puños. Volvió a apretar los parpados, dejando caer más dolor en forma líquida. Se estaba volviendo loco, eso o de alguna manera el mundo le estaba dando un confuso mensaje.

Levantó la cabeza lo suficiente para ser consciente de que esa figura continuaba ahí, pero era tan fantasmal como las otras. Debía ignorarla, o terminaría por perder la cabeza no solo ahora, perdería la cordura él sólo en el espacio.
Negándose a sí mismo, oscureciendo su mundo al negarse ver, enderezó su espalda quedando de rodillas, perimiéndose llorar brevemente sin ningún sonido más. Se giró hasta palpar el sofá a su lado, trepando en él y enrollándose entre las cobijas, cubriendo totalmente su rosto.

Y se quedó dormido en cuestión de minutos, arrullado por el siseo de esa respiración, por la mirada gélida de ese recuerdo, por la insistencia de su mente, o quizá por la resistencia de la misma. “Dos días…” escuchó decir. “Dos días son suficientes…”

[…]

“-Bien… papá está dormido ahora…-” pensó Gohan, girando sobre su colchón y sentándose en la orilla de su cama.
Suspiró profundo antes de hacer algo más, revisando a su alrededor como si alguien pudiese estar observándole, pero sabía de sobra que solo sus padres, él y Goten estaba ahí y en los alrededores, esta vez hasta Piccolo se encontraba lejos.

Se levantó, sintiendo un golpe de aire frío sobre su espalda, proveniente de la helada exterior, filtrada por una ranura que se hacía en su ventana. Pensó en coger un suéter o algo que lo cubriera, pero prefirió que fuera otra cosa lo que pudiese calentar su piel. Sus pies tocaron el frío suelo, dejando sobre estos todo su peso al ponerse de pie, endureciendo su rostro y avanzando a través de su habitación hasta quedar con su puerta.

Pasó al pasillo, mirando atentamente al final de este, donde la puerta y la presencia de quien buscaban se encontraban ahí. Avanzó, su paso era más nervioso de lo que le hubiera gustado, forzándose a mantenerse firme y a moverse a mayor velocidad.
En solo segundos se encontró enfrente, girando la perilla y dejando una breve ranura para observar el interior, donde su rostro se encontró con una atmosfera más cálida a la actual, como si de alguna manera le invitara a pasar.

Sin hacer ruido se adentró en la habitación, cerrando sigilosamente la puerta tras él, mareado al aspirar fuertemente y no percibir en el aire nada más que ese enloquecedor perfume. Quizá era su lado saiyan, o quizá estaba loco de remate, pero el olor de Goten siempre lo hacía flaquear y caer en un deseo inconsciente, como si su mente perdiera toda razón y su cuerpo fuese manejado por esa única y poderosa fuerza.

Avanzó a través del cuarto, sus ojos fijos en el cuerpo que reposaba sobre el colchón durmiendo plácidamente, tan inmutable, tan tranquilo, y tan vulnerable. Su legua se paseó por su labio inferior, decorando el ambiente con su respiración agitada y temblorosa, cada vez más a ritmo de su corazón danzante. Sus ojos, perdidos en la imagen inmaculada y perfecta de un ser que era igualmente perfecto.

Subió despacio, sintiendo la sensación de haber estado en esa misma situación antes, pero aunque las acciones fueran las mimas, los sentimientos y las intenciones esta vez iban dirigidas a otro lado, esta vez eran reales. En esta ocasión no se quedó sobre él, se metió en medio de las cobijas buscando un consuelo al congelante exterior, colocándose a su lado y manteniéndose sobre sus cuatro extremidades.

El rostro de Goten se frunció, mostrando volver a la conciencia ante la sensación de que alguien sumía su colchón a su lado. No terminó de abrir los ojos, cuando sus labios toparon con una sensación suave en un tacto delicado.
Su respiración se cortó, pero la esencia que percibía en el aire no era más que la de su hermano, eran sus labios, era su piel era su calor.

Se permitieron dejarse así, sin decir nada y perdiéndose unos momentos en explorar de nuevo esa boca que conocían, pero que cada vez resultaba como si fuera nueva y desconocida, llenándolos de deseos de conocerla y probarla hasta el cansancio. Gohan terminó por girar y terminar arriba de nuevo, pero esta vez sin distancias, dejando sus pechos desnudos en total contacto, sus labios mordiéndose y probándose, conociéndose bajo las suaves sábanas.

Sus manos comenzaron a viajar por sus pieles, consientes o no, pero los deseos eran más fuertes que cualquier otra cosa, y los besos parecían quedar más cortos a cada segundo, o más bien, deseaban ser más profundizados. Gohan era en realidad quien más se paseaba por esos senderos prohibidos, dibujando una imagen perfecta en sus pensamientos, deseando, anhelando, ya no podía más, parecía un sueño, se sentía… se sentía como vivir.

Vivir por primera vez.

Sonrió entre el beso, dejando escapar su aliento a través de la boca de Goten, quien solo lo capturó como gritando por más. Si, su corazón latía con fuerza infinita, y ya no parecía transmitir sangre, sino, una especie de veneno o narcótico que se apoderaba de su ser hasta volverlo totalmente loco. Escuchó a Goten gemir bajo él, orillándolo a querer seguir ante ese canto que parecía clamarlo.

Bajó hasta recorrer con sus labios su pecho, masajeando con sus manos las piernas temblorosas y separas de Goten, quien se retorcía con cada caricia. La boca de Gohan llegó hasta la altura de sus caderas, rozando con sus labios la orilla del bóxer y dejando pasear su legua por el abdomen cálido y desnudo.

Incluso a través de la tela del bóxer pudo sentir la dureza que comenzaba en Goten, sintiendo más deseos de poseerlo. Pasó su rostro por sobre la tela, besando el miembro a través de esta, produciendo el Goten más quejidos, pues los labios de Gohan comenzaron a capturar en ellos el pene del otro chico.

-Gohan…- susurró el menor, levantando las manos y apartando a su hermano brevemente de los hombros, enfrentando las miradas cargadas de inseguridad y miedo. -¿Qué... haces?- inquirió, maldiciéndose un segundo después por interrumpir el momento más deseado y soñado de su vida.

-nada, ¿Por qué?…- respondió, y Goten no supo si bromeaba o hablaba en serio, dejando ver en su rostro una clara confusión.

-Gohan… yo…- trató de decir algo, pero sus palabras fueron frenadas por un nudo que se originó en su garganta, bajando la cabeza y tratando por todos los medios de ser fuerte.

Gohan sonrió de lado, apoyando sus rodillas en el colchón y mirando desde más altura al menor. –se cómo te sientes Goten, las cosas no deben ser fáciles para ti, pero la situación no esta tan mal…- dijo, tomando el mentón del otro para obligarlo a mirarlo. –créeme, todo estará bien…-

-¡pero no es justo!- replicó, sollozando brevemente.

-lo sé, pero no podemos hacer nada, más que resistir y afrontar la situación…- explicó y el menor frunció el ceño, presionando los dientes y recopilando toda la tristeza y frustración de los días anteriores.

-¿Por qué, Gohan? ¿Por qué tiene que ser así?-

-bueno, a veces tiene que ser de esa manera. Pero las cosas son recompensadas con otras más…- respondió, divagando un poco en su mente.

-¿recompensadas?- preguntó, mirando un tanto confundido a Gohan.

-sí… como ahora…- susurró, llevando su mano hasta acariciar su mejilla.

-¿Cómo ahora? Gohan… pero esto… sabes que esto no está bien…- masculló, presionando sus dientes y afrontando a su hermano. –No hemos sido más que castigados una y otra vez…- declaró, dejando ir unos transparentes hilos desde la orilla de sus ojos.

-No Goten, no hemos sido castigados, simplemente nuestros caminos son un poco más complejos de recorrer…- explicó, bajando hasta dedicar un beso corto en los labios. -¿esto te parece un castigo?- inquirió, y de inmediato el menor negó con la cabeza.

-No, castigo es vivir con el pecado…- contestó, cerrando los ojos dando respiros difíciles.

-Pero vivir al final de cuentas…- contraatacó Gohan, dejando ver una sonrisa al contrario de Goten.

-¿No te importa cargar con el peso de la sangre?- cuestionó el menor, siendo atacado por la culpa y el remordimiento en su corazón.

-No me importa si estoy contigo…- eso ultimo hizo dar un breve respingo al menor. –No si esa sangre eres tú…-

-Gohan, esto es algo prohibido…-

-Y lo prohibido es lo mejor de la vida…- abogó, dejando sin muchas palabras al otro, pues parecía que tenía algo para cualquier posible respuesta.

-Llevamos el pecado en la sangre…- dijo, tomando la mejilla de Gohan y besando sus labios una vez más.

-Estoy dispuesto a cargar con él…- respondió, hablando entre besos y cerrando los ojos para volverlos a hacer más profundos.

-El recordatorio de toda la vida…- le siguió olvidando toda la pena y fundiéndose de nuevo en la sensación de las manos cálidas sobre su piel.

-Por nosotros correrá la misma sangre que nos une y nos separa a la vez, cargada de pecados y prohibiciones, pero nosotros nos encargaremos de que eso no sea impedimento para vivir. Viviré Goten, y tú vivirás, con pecados o no, pero no permitiré que nada se interponga ahora…-

Y como firma se besaron de nuevo, una promesa que no era necesaria decirla abiertamente, se prometían amor y compañía, sellando su pacto al unir sus cuerpos esa noche, conociéndose y recorriéndose hasta que ya no existió lugar a donde ir. Donde no solo la sangre era una sola, sino también sus cuerpos y sus almas mismas. Nada importaba, ya nada importaba, estaban dispuestos a cargar con ese peso, con esa prohibición, con ese pecado.

Continuará…

Notas finales:

No ma! Perdón, quería profundizar el Lemmon, pero bueno, creo que quedó bien ahí y no quería arruinarlo.

En fin, creí que no saldrían ni 15 hojas, y terminaron por salir 23, jeje, me extendí. Bueno, deje unas cosas sueltas, pero si decía todo desde este me quedaba sin material para el próximo, y se pone interesante xD! (claro, es el final)
Bueno, no podía dejar suelta la situación con Videl y las cosas terminaron bien :D! eso me hace feliz. También con Chi, no podía dejarla así, tenían al menos que ser buenos amigos, ¿no? Después de tantos años jeje… Y con Goku y Gohan, no, no fue exageración que llorara, es decir, jamás tuvieron la oportunidad de despedirse en las ausencias de Goku, por tanto, la primera debía ser difícil.

La parte de los recuerdos fantasmas me pareció buena! Es increíble como la mente te tortura y atormenta! Además necesitaba poner de Goku, que creo que puse mucho, mi idea principal era solo hablar de Gohan, pero bueno, las cosas iban saliendo. Además que el titulo solo tuvo que ver con el final…

No, no hay primera persona, ni habrá, Si lo notaron, tampoco inicio, esa especie de resumen que iba antes, pero lo evito porque si no diría todo y ya no tendría chiste…

En fin, el siguiente lunes es el gran final (Ho, sonó a novela) espero les haya gustado, y que puedan llegar al final, a mi consideración, bueno… Suerte! Hasta la próxima!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).