HimChan observaba como su pequeño se había quedado dormido toco su frente descubriendo que la fiebre había bajado, suspiro aliviado al saber que ya se encontraba mejor, tomo la bandeja con los platos vacíos para llevarlos a la cocina donde observo como un pelinegro peleaba con el maknae, la pareja se miraban furiosos, cado uno estaba seguro que tenía la razón, camino hacia el lavabo donde coloco los trastes, se recargo en una mesa para ver la discusión.
—Vamos a llevarte a tu casa, no te soporto cuando te pones de caprichoso.—Hablo el mayor tomando la mano del pelirrosa.—Eres odioso cuando te lo propones.
—Por favor pobretón, está claro que el hombre si ha llegado a la luna.—Grito inflando sus cachetes.—Eres una persona que no acepta perder.
El pelinegro movió la cabeza cansado de estar discutiendo con el pequeño cuando caminaba se topó con la sonrisa de un rubio, no se había percatado que estaba en esa habitación.
—Voy a llegar tarde, ten.—Comento el mayor lanzándole unas llaves a HimChan.—Cuando se sienta mejor te lo llevas a su casa y si no se pueden quedar en mi cuarto.
—Gracias.—Contesto sorprendido el rubio atrapando el objeto.—Buen viaje.
El maknae no se dignó a despedirse ya que estaba molesto por ser llevado a casa tan temprano, la pareja subió a la moto en silencio, ninguno de los dos quería seguir con la pelea o comentar sobre los besos, ambos estaban conscientes que les había gustado pero no encontraban la razón de continuar con ese juego, el joven de piel blanca se abrazó más a esa espalda, estaba cansado de pensar, solo quería hundirse en esa aura cálida que desprendía el mayor, al llegar a su destino se bajó del vehículo decepcionado camino hacia la entrada de su casa pero una mano lo detuvo.
—Debes despedirte como se debe.—Dijo el mayor besando desprevenidamente al pelirrosa.—¿No te he enseñado modales hoy?
—Eres un pedófilo enfermo.—Contesto con una sonrisa el joven devolviendo el beso.—Eres pésimo tutor.
El beso se terminó el pelirrosa saco su lengua para delinear los labios del mayor quien se tensó ante esa caricia trato de abrazarlo pero Jun se escapó con una sonrisa en los labios, a lo lejos le hizo una reverencia y le decía adiós con la mano, YongGuk sonrió ante ese acto, cada día era más tierno ese chiquillo.
YoungJae se removía nervioso en el asiento del copiloto, su amigo no le había dirigido la palabra desde la discusión, tampoco podía ver sus ojos debido a que usaba unos lentes negros, una punzada se hizo presente en su pecho, le lastimaba terminar su amistad de esa forma, el miedo se apodero de su cuerpo, no quería perderlo, deseaba pasar más tiempo con él, seguir jugando, divirtiéndose como siempre.
—Zico no es mi novio, es solo un amigo de la infancia.—Hablo de golpe el pelinegro volteando su rostro para ver por la ventana.—Le gusta molestarme, nos llevamos muy bien es como un hermano mayor.
El silencio se hizo presente después de esa confesión, el auto se estaciono una cuadra antes de la entrada al edificio donde vivía el menor de los Bang quien solo se animó a bajar del auto pero cuando abría la puerta una mano lo detuvo para ser jalado hacia el piloto quien lo beso cálidamente, respondió de la misma manera, si era la despedida la disfrutaría al máximo, se colgó a su cuello pegando con sensualidad su cuerpo.
—Tienes razón, gustar y querer son dos conceptos diferentes.—Dijo el mayor pegado a los labios de Jae.— Qué te parece si juntos descubrimos a cuál de ellos nos ajustamos, tal vez Up solo me guste y a ti es quien quiero.
—Tengo miedo de lastimarte y de salir lastimado.—Contesto mordiendo el labio inferior del castaño.—Pero quiero intentarlo.
Sus labios se unieron en un nuevo beso, en la mente de Jae las preguntas se hicieron presentes ¿Se suponía que ahora serian novios? ¿Qué pasaba con Up? Sus dudas fueron dispersadas cuando unos labios se colaron por su cuello, eran tan suaves que le provocaban miles de descargas eléctricas, nunca en su vida había estado tan cerca de una persona pero disfruta de cada caricia, de cada beso, es como si su piel aceptara la piel de su amigo, rápidamente se colocó encima de su regazo, unas manos se apoderaron de sus caderas, el calor subía rápidamente cuando un gemido escapo de sus labios se detuvo.
—Creo que vamos muy rápido. —Comento el pelinegro regresando a su lugar con las mejillas sonrojadas. —Me debería ir a casa.
—Eres hermoso, me encantas. —Contesto emocionado el castaño pellizcando los cachetes de su compañero. —Mi novio luce tan lindo cuando se sonroja.
El color carmín de las mejillas de Jae aumento cuando escucho la última frase, su corazón se detuvo, quería brincar, saltar de emoción por esa rara declaración, continuaba confundido ya que ninguna persona cambiaba de opinión en tan poco tiempo pero deseaba tener una experiencia con su amigo, anhelaba tener un bello romance que recordaría cuando fuera adulto, cuando se casará con Zico, era consiente que si comenzaba una relación con Dae sería solo una aventura ya que su familia jamás lo aceptaría, era consiente de ese factor, regreso su mirada a la ventana suspiro maravillado, quería vivir esa locura aunque fuera por un poco tiempo.
—¿Novio? ¿Tienes novio? ¿Cómo se llama? —Cuestionaba burlonamente el pelinegro hundiéndose en su asiento. —Eres un depravado, me besas y piensas en tu novio.
—Eres un tonto cachetón. —Contestaba apenado el castaño acercándose a su pareja para tomarlo por la babilla. —¿Quieres ser mi novio?
DaeHyun sentía que sus piernas se derretirían en cualquier momento ya que esa imagen delante de él, lo estaba torturando, Jae tenía los labios semi abiertos con las mejillas sonrojadas, sus ojos brillaban como las estrellas no espero respuesta ya que solo deseaba besarlo, hundirse en su canela piel, en esa cara de bebe que tenía de pronto noto que sus pantalones se hacían más pequeños, ese pelinegro no solo le gustaba sino que levantaba su pasión, su deseo, nunca en su vida se había sentido tan atraído hacia un hombre como en ese momento.
—No sé, necesito una cena a la luz de las velas, una cita romántica ya que no soy un chico fácil. —Comentaba juguetonamente el pelinegro respondiendo el beso. —Soy muy exigente, debes entender que nunca antes había salido con alguien.
—Está bien mi hermoso príncipe peleare para conquistar tu dulce corazón. —Hablaba el mayor acariciando el rostro de su futuro novio. —Eres precioso creo que nunca me cansaría de verte, tus ojos, tus labios, tus mejillas todo en ti es perfecto, ¿Cómo no pude darme cuenta de eso antes? Deja de hechizarme.
Jae jaló del cuello de la chamarra para volver a besarlo, sus palabras lo ponían nervioso, jamás en su vida alguien le había dicho palabras tan vergonzosas, no le molestaban pero lo hacían sentir especial, muy especial, la pareja continuo jugando un tiempo más en ese auto a veces alguna gente curiosa se asomaba por las ventanas, ya que un auto tan lujoso no era común en esos barrios.
Departamento de los hermanos Bang
HimChan y JongUp miraban entretenidos una película en la sala de ese pequeño departamento una sábana cubría sus piernas, el menor estaba en medio de las piernas del rubio quien lo abrazaba por la espalda, ambos no paraban de sorprenderse por esa película, V de venganza era muy interesante y a la vez triste, el mayor de repente le daba pequeños besos en el cuello al peliazul quien solo ponía su puchero.
—¿Ya estas mejor para llevarte a casa? —Cuestiono el Him al ver que la película terminaba. —Es algo tarde y Bang comentó que no llegaría hasta mañana ¿Podemos quedarnos en su cuarto?
—Si quieres conquistarme ese no es el camino, eres un acosador hyung. —Contestaba el menor colgándose del cuello del rubio quien le robaba pequeños besos de los labios. —Aunque me siento un poco débil…
Sus palabras fueron interrumpidas por el ruido de un celular, Up se apuró a contestar pero su sonrisa se desvaneció al notar quien le llamaba contestaba con monosílabos, su madre era quien le había marcado.
—Qué bueno que estés bien cariño, cuando llegamos a casa nos asustamos por no verte, hemos decidido visitarte por una temporada. —Decía una dulce voz por el auricular. —Ya es tarde para que andes en otra casa ¿Con quién estas?
—Sí, mamá lo siento pero no sabía que regresaban hoy. —Contestaba nerviosamente el pequeño levantándose del sillón. —Estoy con mi amigo DaeHyun me invito a ver una película pero ya salgo para la casa, bye.
HimChan chasqueo la lengua algo molesto por la mentira porque no dijo que estaba con JunHong ¿Por qué mencionar a DaeHyun? Se puso de pie para doblar la sabana y acomodar un poco el desastre, suspiro tranquilamente no podía enojarse con Up lo abrazo por la espalda besando su nuca, lo amaba demasiado para desperdiciar la oportunidad que el destino le presentaba.
—Creo que es mejor que pida un taxi. —Hablo de repente el peliazul acomodándose el uniforme y tomando su mochila. —Yo, bueno, tu sabes…
—Sé que no es sencillo decirle a todo mundo que voy a tratar de conquistarte y por mi está bien que mantengamos esto en secreto, no quiero presionarte, iré despacio. —Interrumpió el rubio abrazando por la cintura a un sonriente joven quien solo se enamoraba más del mayor. —Te dejo una cuadra antes de tu casa, puede que alguien te robe mi lindo pokemon, eres demasiado lindo.
Up se dejó consentir por el mayor adoraba ser su universo, su mundo, todas sus tristezas desaparecían, todos esos crueles recuerdos del pasado se esfumaban, ahora era él quien estaba en los brazos del príncipe de Ouran, beso la comisura de sus labios, no tenía que conquistarlo porque sencillamente tenía mucho tiempo enamorado de él.
Al otro día.
Zelo miraba por la ventana emocionado de vez en cuanto se asomaba por el espejo para acomodar su rebelde cabello, nunca había sido vanidoso solo le gustaba verse bien pero esa mañana quería lucir radiante, su corazón no paraba de latir, anhelaba ver a su tutor, jugar con él, probar nuevamente sus labios, no sabía qué relación tenían pero no quería ponerle una etiqueta ridícula ya que el lazo que los unía era demasiado fuerte, al llegar bajo del auto haciendo una reverencia y agradeciendo al chofer quien se quedó sorprendido por ese cambio de actitud por el menor de los Choi. Jun camino por los jardines sonriendo como un tonto pero su alegría se esfumo cuando a lo lejos vio cómo su tutor caminaba a lado de un chico de cabellos negros para aumentar su molestia el mayor llevaba cargando la mochila del menor, la rabia lo invadió deseaba salir corriendo pero se detuvo.
—No voy a dejar que una princesita me quite a mi Hyung. —Dijo seguro de sí mismo. —Veamos pobretón que haces cuando tus dos conquistas se te juntan.
Zelo camino seguro hasta donde la pareja iba muy feliz al llegar delante de ellos extendió su mochila delante del pelinegro mayor quien miro sorprendido por la repentina interrupción, levanto la ceja con duda.
—¿Qué haces Choi? —Defendió molesto Sung haciendo a un lado la mochila del joven de piel blanca. —Por favor hazte a un lado para que podamos continuar con nuestro camino.
—Como veo que a mi tutor le gusta cargar mochilas pensé que podría llevar la mía. —Dijo burlonamente el joven Choi. —Ya que es tan amable.
En los labios del mayor se formó una sonrisa de superioridad, su pequeño aprendiz se veía hermoso con ese puchero de celos que se cargaba, cada día le gustaba más tomo la mochila para cargarla sabía que estaba en terreno peligroso y no quería iniciar un tonta pelea cuando se estaban llevando tan bien.
—Gukkie no es tu sirviente para cargar tus cosas. —Replico molesto el pelinegro menor deteniendo al mayor. —No todos te deben sumisión porque tu padre sea rico.
—¿Qué te hace diferente a mí para que cargue tus cosas y las mías no? —Cuestiono harto el pelirrosa tomando su mochila y lanzándosela al líder. —¿Qué te hace especial delante de él?
Los dos pequeños se miraron a los ojos molestos, celosos, desde niños fueron rivales, siempre comparándolos aunque Zelo salía perdiendo debido a su fuerte carácter y sus malos modales, los dos pequeños eran hijos de familias poderosas que siempre obtenían lo que querían, Sung estaba enamorado de Bang desde el momento que lo conoció, era tan guapo, tan varonil.
—Ya deténganse ambos parecen dos gatitos. —Hablaba el mayor mientras caminaba ignorándolos. —No están en el preescolar para pelear como niños.
Sung corrió para alcanzar al mayor no sin antes sacarle la lengua a su rival y colgarse del brazo del pelinegro, Zelo solo camino a lado de su tutor intercambiando gestos con el príncipe, Yong reía encantado por esa escena, no era la primera vez que dos personas peleaban por él, de hecho en el club las chicas reñían por ser su pareja aunque no podía comparar aquellas mujeres de la vida galante con dos niños ricos mimados, ambos tan orgullosos, tan soberbios que lograban elevar su vanidad.
—Bueno llegamos a su clase, espero la aprovechen. —Hablo el mayor dándole a cada uno su respectiva mochila. —Sean buenos chicos y no peleen más.
—Claro Gukkie. —Contesto dulcemente Sung dándole un beso en la mejilla. —Buen día.
El mayor contesto con una sonrisa despidiéndose dulcemente del joven príncipe pero una patada en la espinilla lo hizo reaccionar se giró a mirar al atacante quien solo le quito su bolso molesto pero detuvo su huida llevándoselo a un pasillo desocupado donde lo arrincono para después besarlo, coloco sus manos en esas caderas, introdujo su lengua con maestría pero unos dientes lo detuvieron.
—Dios santo Jun casi que arrancas la lengua. —Se quejó el pelinegro separándose y tocando sus labios. —¿Qué te pasa?
—No soy tu juguete para que me beses cuando tu pequeño “Príncipe” no esté cerca. —Bufo molesto el pelirrosa. —Ere un pobretón convenenciero, un pederasta enfermo, te odio tutor de quinta.
Bang solo reía divertido por todos los apodos que le decía el menor, al notar que su lengua se había recuperado del ataque volvió a besar al pelirrosa pero esta vez fue más agresivo, más pasional, pegó más ese delgado cuerpo a su anatomía, acaricio su espalda, una vez más sintió como los dientes del chico buscaban su lengua pero fue más ágil, finalizo el beso para apoderarse de su oreja la cual mordió tiernamente.
—No sabía que fueras tan celoso. —Hablo profundamente el mayor provocando que la piel de Jun se erizará. —Debería llamarte Zelo como el Dios griego.
La mirada de Guk se tornó más sombría, sus labios se apoderaron de ese cuello blanco que estaba delante de él, lo mordió pasionalmente, una guerra interna se desató Jepp Blackman despertaba poco a poco, esa doble personalidad del mayor de los Bang era peligrosa, no por nada le temían en la Isla Jeju, solo estaba en esa estúpida escuela por Jae, solo aparentaba ser alguien más para que su hermano menor no tuviera problemas pero ese niño despertaba sus sentidos, sus deseos, sus bajas pasiones.
—No puedes controlarme mocoso. —Nuevamente hablo el mayor quien lo tomo por la barbilla para que sus miradas se cruzaran. —Yo haré lo que se me dé la gana.
—Jepp puede hacer lo que quiera pero YongGuk no. —Contesto desafiándolo. —Él es mío. Bang nekkoya.
JunHong se congelo cuando esa extraña persona que habitaba en el interior de su tutor despertaba, era la segunda vez que lo veía, eso en menos de 24 horas, estiro su mano para acariciar esa morena mejilla, observo como el mayor cerraba los ojos por el contacto, sin duda ese tipo era una clase de psicópata, un chico con doble personalidad, beso sus labios con dulzura, él era solo suyo, claro que estaba celoso.
—Este es mi beso de los buenos días YongGukkie-hyung. —Comentó con tono meloso. —Que tengas un buen día y no dejes que Jepp te controle.
Bang solo sintió como el chico escaba de sus brazos, no lo detuvo por que esa dulce voz lo había congelado, una nostálgica sonrisa apareció en sus labios, abrió los ojos para ver como ese chico de cabello rosa se alejaba por el pasillo, se recargo en la pared, sacó su celular marcando inmediatamente un número.
—Zico adelantaré la reunión con los Japoneses será este viernes por la tarde. —Dijo fríamente el pelinegro sacando una USB de su bolsillo. —Llegó dentro de un par de horas a Jeju, diles que tengan listo el dinero.
—Claro que si jefe. —Contesto emocionado el líder de Block B. —Dile a mi hermoso novio que lo extraño.
En uno de los jardines del colegio un rubio caminaba seguido por un sequito de fans, el mayor no paraba de ser un caballero, siempre sonriendo, jactándose de su belleza, de su perfección, mientras los corderitos asentían con emoción para HimChan actuar de esa manera era una labor sencilla ya que le gustaba ser el centro de atención desde que era un niño, de repente sintió una mirada familiar busco la causa de esa sensación encontrándola en los ojos de un molesto peliazul quien solo salió corriendo.
—Así es como siempre termino echando a perder mi oportunidad. —Se dijo a sí mismo soltándose de sus admiradores. —Bellos ángeles me tengo que ir.
Algunos chicos se quejaron pero el príncipe de Ouran se zafo saliendo en dirección donde su amado había desaparecido, llegó a los salones de baile observo la hora viendo que era tiempo de las últimas clases, se asomó por la ventanillas para encontrar a un chico en medio de una habitación hablando consigo mismo.
—Eres un verdadero babo, ¿Cómo pensaste que dejaría de ser un conquistador? —Se auto recriminaba el peliazul golpeando un pequeño llavero en forma de pikachu. —Es un mentiroso, un manipulador, un príncipe de barata con dientes de conejo, nunca podría fijarse en alguien como yo.
—No deberías desquitarte con ese pokemon, te acusare por maltrato animal. —Hablo sonrientemente el rubio abrazando por la espalda al sorprendido joven. —¿A quién le dices dientes de conejo? ¿Ese no es el llavero que te regale?
JongUp estaba a punto de contestarle pero unos labios se lo impidieron, se colgó a su cuello contestando con la misma intensidad, al finalizar contacto sus narices chocaron, una sonrisa se formó en el perfecto rostro del mayor pero una mueca de enfado se dibujó en la cara del menor.
—Si continuas coqueteando con otros nunca lograras conquistarme. —Contesto el joven de piel morena con cierto aire de superioridad. —Solo me buscas para jugar conmigo, solo deseas mi cuerpo.
—Eres un niño encantador, honestamente debo admitir que tienes el mejor trasero del mundo. —Hablo el rubio bajando sus manos hasta llegar a las pompas del menor. —Sé que me equivoque pero prometo compasarte mañana después de tu torneo, en verdad lo siento Uppie, perdóname.
HimChan inflaba sus mejillas actuando lindo, pucheros salían de sus labios, Jong soltó risas a montones por ver a su amante actuar de una manera tan infantil, estaba consiente porque seguía siendo un conquistador, era la manera de no levantar sospechas, su relación debía ser un secreto hasta que ambos reunieran el suficiente valor para decirles la verdad a sus respectivos progenitores.
—Lo siento Channie pero mis padres han decidido quedarse por una temporada y pidieron ir mañana al torneo. —Contesto con la cabeza baja. —Tendré que pedirle los boletos a los hermanos Bang.
—Lo supuse, no preocupes encontraremos la manera de salir a festejar tu triunfo. —El rubio saco de sus bolsillos el boleto entregándoselo. —Yong ayer me lo dio, creo que sospecha algo.
Ambos soltaron una dulce sonrisa, continuaron abrazados en el piso, sus mejillas chocaba, platicaban de cómo había estado su día, de sus planes al futuro, Up le contaba sobre un anime que recién acaba de ver, el mayor escuchaba encantado, sus manos jugaba, entrelazándose, soltándose, esos minutos para los dos eran importantes aún no eran una pareja formal pero tener un título nunca fue importante, estar juntos, mirarse, besarse era lo fundamental en sus vidas.
—Va ser difícil mentirle a mis padres por eso he decidido pedirle ayuda a DaeHyun. —Hablo temerosamente el menor. —Puedo hacerles creer que estoy saliendo con él.
—No me agrada la idea pero sé que es lo mejor. —Contesto HimChan removiéndose nervioso. —¿Crees que acepte?
Up coloco su dedo en su barbilla simulando pensar mientras que el mayor le daba pequeñas mordidas a sus hombros desnudos debido a que el peliazul llevaba una camisa sin mangas.
—Yo creo que sí, es una buena persona. —Hablaba girándose para recostar a su compañero completamente en el piso, se puso encima de él. —Es un amigo que nunca se niega ayudar a un amigo en problemas pero no le diré que estoy siendo conquistado por ti.
—No soy tan mal opción. —Replico indignado poniendo sus manos en las caderas de Up. —Soy un partidazo, solo mira este porte, soy hermoso.
El menor negó con una sonrisa, se agacho besando esos carnosos labios, mordiendo el inferior, repegó más sus caderas causando una terrible fricción entre ambos pantalones, sus pantalones eran más ajustados que simulaban ser una leggins así que pudo sentir rápidamente la excitación de su amante, adoraba saber que él era el causante de tal efecto, una manos deambularon por debajo de su camisa, delineando su bien formado abdomen, cada contacto era como una ráfaga de descargas eléctricas, anhelaba probar los placeres de la vida con su hyung.
—Te quiero Uppie por quien eres, por tu manera de ver el mundo, por tu sonrisa. —Susurraba sensualmente golpeando con su aliento la oreja del mencionado. —Admito que tu cuerpo es una bonus pero tu corazón es lo que aspiro ganar.
—Vas por buen camino. —Contesto besando el blanco cuello del mayor, dejó un par de visibles marcas. —Continua así que pronto tendrás lo que tanto deseas.
En el salón de tutorías un castaño estaba sentado en un escritorio mirando por la ventana pero un al sentir un cuerpo poniéndose entre sus piernas se giró para mirar al intruso, una sonrisa se formó en sus labios, acaricio ese bello rostro.
—Debes ir a tu entrenamiento o llegaras tarde. —Comentaba YounJae dejándose rodear por las piernas de su pareja. — Jun no tardará en llegar a tomar sus clases.
—No entiendo porque debes darle tutorías al higadito, te quiero solo para mí. —Hablo formando un puchero el castaño abrazándose al menor como un koala. —Vamos a escaparnos a un lejano lugar mi precioso novio.
Jae soltó una dulce sonrisa para después besar aquellos apetitosos labios, se colgó al cuello del mayor quien solo se aferraba más a él, decidieron comenzar una relación, no le dirían a nadie hasta definir sus sentimientos pero la enorme atracción que sentían no podía ser ignorada así que solo se dejaban llevar por sus instintos, disfrutando de su mutua compañía, al ver por la ventana como un pelirrosa entraba al edificio se separaron después de unos minutos el chico entro a la aula.
—¿Dónde está YongGuk? —Cuestiono Jun con cierto aire de molestia. —Él es mi tutor.
—Buenas tardes mocoso mal educado, eres un niño grosero, —Contesto DaeHyun tomando sus cosas caminando hacia su pareja. —Terminando el entrenamiento paso por ti para llevarte a casa.
YoungJae asintió ante esa encantadora sonrisa, un suspiro involuntario salió de su cuerpo cuando el mayor desaparecía detrás de la puerta.
—Lo siento pero mi hermano tuvo una complicación y tuvo que ausentarse pero yo te daré las clases los días que falte. —Comentaba cálidamente el pelinegro pero al ver que su excusa no era aceptada se puso nervioso. —Lo que sucede es que se presentó un comprador para nuestra antigua casa en las Islas Jeju, mi hermano decidió ir a cerrar el trato, es muy difícil vender una propiedad hoy en día y confiar en las personas por eso fue personalmente.
Jun pareció comprender la situación así que tomo asiento resignado, le dolía saber que no vería a su hyung hasta el lunes, deseaba hablar con él, molestarlo, miró su celular pero suspiro desganado ya que ni siquiera tenía su número para mandarle algún mensaje. DaeHyun chasqueo la lengua se había quedado frente la puerta cuidando de que el hígado no se pasará de grosero con su Jae pero al escuchar esa excusa por parte de su pareja lo quedó pensativo, él había estado presente cuando Bang le comunico que tenía un pendiente que hacer pero nunca comento sobre la venta de una casa, no lograba entender por qué mentía, se rasco las cabeza con duda para después caminar hacia el gimnasio. Jun tomo las tutorías algo melancólico extrañaba la sonrisa de su hyung, su voz, su mirada, sus labios, el olor de su colonia, cada uno de sus gestos, de sus correcciones.
—¿Tardará mucho en regresar tu hermano? —Pregunto el pelirrosa al finalizar las clases. —¿No hay problema con su beca a que se ausente tanto?
—Tengo entendido que regresará hasta el otro viernes, habló con el director así que no hay complicaciones. —Contestaba el pelinegro quien al darse cuenta la cara de decepcionado que ponía el menor se enterneció. —Puedo darte el número de su celular para que tú mismo le preguntes.
Los ojos del pelirrosa se iluminaron por esa agradable noticia, no estaba muy seguro de aguantar tanto tiempo si poder pelear con su tutor, registro el número emocionado, los dos chicos salieron del salón de clases dirigiéndose a los jardines donde un castaño los esperaba.
Isla Jeju.
Un grupo de personas se aglomeraba en la entrada de un Bar ya que todos saludaban al recién llegado quien no paró de chocar las manos de sus viejos amigos y camaradas.
—Con ese cabello pareces un mocoso estirado. —Molestaba un plateado joven abrazando a su amigo. —Guk siempre es bueno verte.
—Este lugar es un cementerio cuando no estas debemos salir a patear algunos traseros para que recuerden tu nombre. —Hablo emocionado un pelinegro golpeando el hombro del recién llegado. —Los muy perros están olvidando quien es su amo.
—Saben perfectamente que me he reformado, solo regrese por mi dinero y por ustedes. —Contesto el mayor mostrando una enorme sonrisa. —Zico, CAP, Ravi, tengo una propuesta que hacerles.
Los mencionados levantaron la ceja con duda pero expectantes a recibir esas nuevas noticias cuando el mayor estaba a punto de hablar un rubio lo interrumpió robándole un apasionado beso al mayor de los Bang.
—También esta propuesta te incluye a ti muñequita de porcelana. —Dijo el mayor mordiendo el labio superior del rubio. —Nos iremos a Seúl a comenzar un negocio limpio que lave todo el dinero que saquemos por esta última transacción.
—¿Nos volveremos unos hombres de negocios respetables? —Cuestiono Ravi quitándole a Ren a su jefe quien afirmaba con la cabeza. —Me agrada la idea, no quiero seguir en esta mierda.