Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tocando en las puertas del cielo. por InuKidGakupo

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, ya lo tenía desde el domingo en la noche, lo iba a subir el Lunes, pero mi internet no servía, y como era puente me dio flojera ir a un cyber, el martes lo iba a subir otra vez, pero me encontré con que estaba inconforme con una escena, le faltaban diálogos, así que me detuve a aumentar y corregir unas cosas. Y al fin, aquí desde un café internet lo estoy subiendo. (Odio mi servidor de internet, pero vivo en medio del desierto, ¿Qué podía esperar?)

Bueno, he aquí el último capítulo, ojalá les guste! :´).

La luz brillante lo obligó a cerrar los ojos, abriéndolos solo unos segundos después, encontrándose con un panorama completamente distinto, uno que conocía a la perfección. Apagó la nave y abrió la escotilla, sintiendo el viento chocar con su piel, bastante frío a comparación con el que había estado expuesto hacia tan solo unos minutos. Pero no solo se sentía más frío, sino que también podía distinguir ese peculiar olor a quemado y muerte, mucha muerte.

Bajó de un salto de la máquina, mirando con los ojos entrecerrados a su alrededor, percatándose de que, eventualmente, había más caos del que recordaba cuando se fue. No sabía con exactitud cuánto tiempo había pasado desde que partió al pasado, pero los edificios destrozados le decían que por lo menos habían sido algunas semanas. Se inquietó solo unos segundos al mirar parte de la corporación deteriorada, pero el leve ki de su madre seguía intacto, escondida siempre en su laboratorio subterráneo.

Presionó los dientes y sus puños se cerraron hasta causarse daño a sí mismo, quería ver y abrazar a su madre después de tanto tiempo, pero la simple idea de saber que estaba bien lo tranquilizó, deseaba informarle que había vuelto, pero opto por darle una doble sorpresa. –Es hora de la venganza…- masculló, sin tomar alguna otra consideración y cruzando el cielo con una ráfaga de poder a su alrededor.

Solo hubo que seguir un rastro de humo negro en el cielo para saber dónde se encontraban, algo en el ambiente le hacía sentir que estaban cerca, demasiado. Vislumbró dos figuras a lo lejos, suspendidas en el aire a pocos metros del suelo, lanzando breves rafas de energía a algún punto específico, riendo frenéticamente entre cada uno de sus cometidos.

-vaya, veo que se están divirtiendo…- dijo, aterrizando sobre los escombros de un edificio justo detrás de ellos, llamando su atención de inmediato.

-ho, pero si eres tú… ¡Que sorpresa! ¡Creí que estabas muerto!- se burló A-17, colocando sus manos en las caderas y sonriéndole a Trunks.

-pues estabas muy equivocado…- soló el medio saiyan entre dientes, denotando su molestia con claridad.

-bueno, que lastima que hayas venido entonces, porque ahora si te mataremos de una buena vez para que dejes de molestar…- espetó la rubia, cruzándose de brazos y mirando con desdén al joven muchacho.

-tranquila, 18, hace mucho tiempo que no nos divertimos, desde que ese inútil de Gohan murió…- intervino el pelinegro, apreciando la furia del muchacho ante la mención de su mentor. –A decir verdad me arrepiento de haberlo hecho, Trunks, tú nunca nos has hecho divertirnos de ese modo, siempre terminas siendo solo basura en cuestión de minutos…- agregó, parándose con arrogancia y levantando las manos a los lados, como si de alguna manera lo invitara a dar comienzo a la pelea. –Anda, ¿Por qué no jugamos un buen rato?- dijo, dejando ver en sus fríos ojos azules la maldad.

-Que tonterías estas diciendo, 17, solo mátalo de una buena vez…- replicó la mujer con voz fastidiada, haciendo un mohín molesto y observando a su gemelo sonreír jovialmente.

-¿y que te parece si en lugar de eso… soy yo quien los mate de una maldita vez?- cuestionó el semi-saiyajin. Ambos androides se pusieron serios repentinamente ante sus palabras, como si de alguna manera las palabras y la voz de ese muchacho les preocupara en demasía, electrizados por esa voz fría y confiada. Era como si ese hombre, no fuera el mismo niño que vieron la última vez

Trunks sonrió al ser consciente de eso, sacándose de un movimiento su chaqueta, tirándola al suelo un segundo después, quedándose en camiseta negra, una donde su desarrollado cuerpo podía lucirse a la perfección. Presionó la quijada, y un breve siseo dorado se formó a su alrededor, envolviéndolo en un aura de poder que los dos androides pudieron sentir, pero que ambos se negaban a querer creer.

-Convertirte en esa porquería de súper saiyajin no te ayudará en nada, lo has hecho antes, ¿Por qué piensas que será diferente esta vez?- cuestionó el pelinegro, sonriendo e intentando sonar confiado, a diferencia de cómo se sentía, pues un repentino miedo y desconfianza lo invadió internamente.

-No lo sé, ¿Por qué no lo averiguas?- retó el chico, moviendo sus labios en una sonrisa maliciosa y divertida, considerando su victoria desde ese momento.

A-17 saltó en el aire, dando toda clase de patadas y puños, que eran fácilmente esquivados o bloqueados. Trunks se permitió reír, extendiendo su brazo y golpeando el pecho del androide, pudo jurar que escuchó algo tronar y desquebrajarse dentro, un segundo antes de que el cuerpo saliera volando y se estrellara contra lo que quedaba de un edificio. La rubia apareció de pronto a su lado, tratando de atacar por sorpresa, pero recibió el mismo destino que su gemelo, siendo abatida por una patada rápida y cayendo sobre el otro entre el suelo desquebrajado.

-No… no puede ser…- susurró, A-18, abriendo los ojos grandes e intentando ponerse de pie, pero su espalda se dobló cuando el medio humano cayó con ambos pies sobre esta.

-¿no que iban a matarme?- cuestionó, haciendo sonar su voz potente y perturbadora. –Aunque tengo que admitir, que esto está siendo divertido…-  susurró, angostando la mirada y mandándolos de una patada a otro punto no muy lejano, detenidos únicamente por el impacto de sus cuerpos contra una pared.

Los gemelos se miraron, podían sentirlo, él era diferente, muy diferente, y había cambiado en muy poco tiempo. Quisieron pelear, pero se sentían paralizados e inútiles, sus cuerpos mallugados por partes derramaban liquido rojizo, quizá era sangre con algo más, era claro que no podían dar una digna pelea. Estaban acabados, finalmente había alguien más fuertes que ellos, solo les quedaba ver aquella figura que se acercaba despacio, casi como si contara los pasos, con una figura imponente y ojos cargados de furia e ira.

-Hasta aquí han llegado, chatarras…- advirtió, extendiendo un brazo al frente e iluminando su palma. -¡Por todos los que han matado! ¡Por todo el mal que han hecho hasta ahora!- gritó, expulsando más poder y siendo invadido por felicidad, tristeza, odio, rencor y emoción al mismo tiempo. - ¡Esto es por el planeta! ¡Por la humanidad!- agregó, y ellos ya podían sentir sus cabellos cortarse en el aire por el sorprendente poder, que sin lugar a dudas, los exterminaría. -¡ESTO ES POR GOHAN!- soltó la energía, con un grito que rasgó su garganta. No hubo más, todo quedó en cenizas, finalmente había llegado la paz. Finalmente todo había acabado.

[…]

-Y dime, ¿Pudiste hablar con tu padre?- preguntó Bulma, tomando otro sorbo de su café y mirando con mucha ilusión a su hijo.

-si mamá… a él, a ti, y a mí mismo…- contestó, dejando ver una sonrisa satisfecha.

-vaya… ¿Cómo estaba? ¿Era igual de atractivo de cómo lo recuerdo?- siguió, dejando ir un suspiro con el simple hecho de sumirse en un bello recuerdo.

-bueno, supongo…- contestó, dejando ver la incomodidad sobre el tema. Bulma comprendió, y sonrió para ella misma con melancolía, de verdad le hubiera gustado ver a Vegeta una vez más. Prestó atención en su hijo, quién se veía pensativo, demasiado callado e inmutable como para haber derrotado finalmente a los androides.

-¿Qué sucede cariño?- inquirió, pero solo bastó con que su hijo la mirara para leer en sus ojos lo que sucedía, lo había visto infinidad de veces. -¿Pudiste ver a Gohan?- dijo, y Trunks dio un breve asentimiento.

-Bueno, su versión niño por supuesto…- aclaró, rodeando con ambas manos la taza de líquido caliente frente a él.

-¿Y? ¿Qué tal?- preguntó, recibiendo solo un leve encogimiento de hombros. –Bueno, supongo que debió ser difícil…- susurró ella, algo reflexiva.

-No en realidad, Gohan no me conocía, y por supuesto que no compartía ningún recuerdo, podría ser “el mismo”, pero definitivamente no son la misma persona. Gohan siempre será Gohan… no existen dos…- contestó el muchacho, bajando la mirada y dando un breve suspiro. –Solo me gustaría que él estuviera aquí para saber que finalmente todo terminó…- agregó, y Bulma solo lo pudo mirar unos momentos más.

-Sé que lo extrañas, pero…- paró, mirando fijamente el cuello de su hijo, quien usaba únicamente su camiseta negra. –Trunks… ¿Dónde está su “conexión”?-  preguntó, bajando su taza y colocándola en la mesa.

-¿hn?- Trunks ladeó la cabeza sin entender, mirando extrañado a su madre. 

-¿Qué dónde está su “lazo”? ¡¿Ese collar que siempre traías contigo?!- exclamó, y Trunks sonrió brevemente para asentir suavemente y colocar una mano en su pecho vacío.

-te refieres al “lazo que nos une”- dijo él, mirando algún punto en la pared.

-sí, no hay modo de que estés solo, si siempre lo traes contigo estarás conectado con él…- dijo ella, repitiendo las palabras que su hijo llevaba más de tres años repitiendo.

-se lo di a Gohan del pasado…- respondió con calma.

-¡¿Qué?!- gritó Bulma, colocando ambas manos sobre la madera. -¡¿por qué hiciste eso?! ¡Si tu amabas esa cosa!- exclamó, y su hijo la miró con una sonrisa en los labios.

-Bueno, yo amaba lo que eso significaba para mí, pero no hace falta traerla cuando sé que por siempre conservaré un lazo con Gohan de mí tiempo, sin necesidad de nada, él vivirá en mí…- explicó, cerrando la mano y sujetando su camiseta con fuerza. –La conexión entre nosotros nunca morirá, sin importar cuanto pase…-

-pero, aun no entiendo, ¿para que se la diste?- reiteró la mujer, mucho más calmada que antes.

-Porque aquel Gohan se quedó con la misma ilusión que yo, por eso se la di, para que algún día aprenda la misma lección… - hizo una pausa, tomando un suspiro y evitando la mirada de su madre. –Que un recuerdo no se basa en un objeto, que la vida no se puede vivir si te la pasas aferrado a una ilusión, una que jamás volverá, tratando de sustituir algo que no puedes. Siempre tendré una conexión con Gohan, y Gohan siempre tendrá una conmigo, pero de ahí nada más, solo la idea de saber que estará guardado en su corazón, y que hay que aprender a vivir sin él…-

Bulma parpadeó repetidas veces, tratando de analizar todo lo que se le acababa de decir, se veía que Trunks había madurado bastante, lo sentía en cada una de las palabras que salían de su boca. Finalmente sonrió, colocando una mano sobre la de su hijo en forma de apoyo, no sabía si lo que había hecho estaba bien o no, pero finalmente esa era decisión de Trunks, y ella no podía juzgarlo de hacer algo allá atrás, cuando ella misma había querido cambiar todo el pasado.

-Está bien cariño, al final, cumpliste tu objetivo… ¿no?- preguntó, y él la miró mostrando una leve sonrisa.

-nunca olvidé mi objetivo, la razón de mi viaje…-

**********************************

Tocó una vez más, demasiado atento a cualquier indicio de energía cercano, bajando su poder hasta ceros, pero sabía muy bien que eso podía no funcionar. Finalmente unos pasos se oyeron a lo lejos, acompañado de esa presencia que conocía muy bien, esperando ansioso cuando la puerta se abrió y la mujer se asomó por la rendija.

-Gohan, ¿Qué tal?- saludó amablemente, abriendo lo suficiente la puerta para asomar la cabeza y girarla de un lado para otro.

-no vine con mi papá, si es que es eso lo que buscas…- aclaró, y ella suspiró aliviada ante sus palabras, abriendo completamente la puerta y acercándose un poco más al muchacho, notablemente más tranquila. Y aunque, en realidad, Goku no se había ido a para por ahí ni de broma, siempre era mejor estar preparados.

-y dime, ¿Qué te trae por aquí?- cuestionó, sonando más apática de lo que le gustaría, pero las cosas no iban para nada bien en su casa, y la verdad no estaba como para más problemas.

-bueno, nada en realidad…- masculló Gohan, pero al ver la cara de confusión en la científica, sacudió las manos y comenzó a corregir sus palabras. –Bueno, sí, yo… ¿podemos hablar?- pidió, y Bulma, algo desconfiada, asintió finalmente.

Ladeó el cuello y le indicó al muchacho que comenzaran a caminar, andando uno al lado del otro a través del patio, justo en dirección a los laboratorios. –Bueno, cariño, me hago vieja, ¿Qué sucede?- insistió la mujer después de unos minutos de silencio.

-Bulma, tú conoces bien la situación… ¿o me equivoco?- inquirió, y se notó como la mujer se enfurecía brevemente.

-Bueno, te mentiría si te digo que conozco todos los detalles, ni Vegeta ni Trunks me contaron toda la verdad, pero sé que tiene que ver con Goku… que él y mi hijo… bueno, que ellos… en realidad… ¿A dónde quieres llegar con todo esto? ¿Sabes lo difícil que es para mí toda esta situación? Yo confiaba en tu padre, ¿sabes?- dijo ella, dejando ver más molestia de la que el muchacho ya se esperaba.

-sí, lo sé, y también me sorprende bastante…- quiso decir, pero la peli-azul se frenó en seco.

-No, a mi más que sorprenderme, me molesta y me enferma, ¿Cómo pudo hacer algo así? Es decir, creí conocer a Goku, ¿Cómo fue capaz? El Goku que yo conocía jamás hubiese hecho algo así, ¡Ya no sé qué pensar de ese hombre! ¡No sé quién es él!- gritó, parecía que se había estado reprimiendo la última semana.

-Perdón, debe ser muy complicado para ti, pero, las cosas podrían no parecer como tus las crees…- dijo Gohan, manteniendo la calma total.

-¡¿No son como yo las creo?! ¿Y cómo son? ¿Ha?- retó, presionando los dientes y mirando violentamente al joven.

-Bueno, mi papá y Trunks… tenían… sus razones…- masculló, buscando consuelo en el piso.

-¿a qué has venido, Gohan? ¿A contarme la historia de cómo pasó todo? Si es así créeme que no me interesa, tengo suficiente con lo que sé…- expuso la mujer, con una expresión muy similar a la de su marido saiyajin.

-No, no he venido a eso, pero en realidad tiene mucho que ver…- contestó el tranquilo, haciendo un ademán con la mano para que la mujer se tranquilizara, para luego volver a caminar juntos unos pasos más. –tiene más que ver con Vegeta…- Bulma casi se cae de lo fuerte que se frenó y se dio la vuelta al muchacho.

-¡No me digas que él también es “rarito”!- gritó, y el muchacho casi se cae por semejantes palabras.

-no, no me mal entiendas, deja que te explique por favor…- pidió, Bulma no pudo evitar suspirar en alivio. –Sabes que mi papá y Vegeta pelearon, ¿no?- ella asintió, escuchando atentamente esta vez. –Bueno, pues tú sabes bien que Vegeta no le perdonaría algo como eso así de fácil, por eso estoy aquí…-

-¿estás diciendo que hubo alguna clase de arreglo entre ellos?- preguntó la científica, haciendo sus propias suposiciones y sin esta muy lejos de la realidad.

-Bueno, algo así, Vegeta le pidió a mi papá que se fuera…- explicó, y una ceja de Bulma se arqueó, motivando a que especificara. –Le hizo prometer que se marcharía de la tierra…- agregó y Bulma siseó dando otro asentimiento. –Por eso es que estoy aquí, mi padre sabe lo que le esperaría con solo acercarse un poco, me dijo que te pidiera en su lugar. Necesito una nave, Bulma…-

-¿Por qué no dijiste eso desde un principio?- inquirió ella, sonriendo con tristeza y girándose al frente para comenzar a caminar. –Anda, te mostraré mi último modelo…- dijo, y el muchacho obedeció andando tras ella.

Llegaron a uno de los edificios y después de cruzar varios pasillos y puertas, finalmente llegaron a un laboratorio central, donde una enorme nave en forma de pulpo se posaba justo en el centro, con bastante cableado y monitoreada con mucha tecnología.

-Esta es la más reciente, no necesita combustible, puede cargarse sola con solo esperar lo suficiente, además que es del mejor material, es resistente a todo. Su capa externa la protege del frío o calor extremo, contiene climatización, radar, está completamente automatizada, vuela a una velocidad increíble, se podría viajar al otro lado del universo en cuestión de días…- dijo ella, señalando con su mano varios puntos de la nave. – ¡Esta nave lo tiene todo!- agregó orgullosa, sonriendo ante su creación, pero pronto volvió a donde estaba.

Gohan solo veía con tristeza el artefacto, haciéndola recordar que no era momento para presumir, y que tampoco era que al muchacho le importase mucho lo que llevara. Al final terminaría por llevarse a su papá al universo. Soltó un suspiró y contemplo su propio trabajo, meditando unos segundos más algunas cosas.

-Bueno, si es para alguien como Goku no lo tiene todo. Estoy segura de que le encantaría un sistema de gravedad para entrenar en todo momento, además de otro almacén de comida, y menos controladores…- susurró, mordiendo su dedo pulgar al ponerse un poco pensativa.

Gohan la miró, con algo de molestia marcada, la idea de la ida de su padre no le caía nada bien. Bulma tardó en percatarse de aquello, ampliando los ojos y luego sacando el dedo de su boca para ponerse seria. Colocó ambas manos en sus caderas y puso los ojos en blanco soltando un suspiro de frustración.

-Mira, tampoco estoy muy feliz de que Goku se vaya, él ha sido mi mejor amigo, ¿sabes? Lo quiero demasiado como para darle un día una nave y pedirle que se largue… pero creo que ahora es lo mejor. Gohan, sé que te duele, y lo entiendo, pero a nosotros también nos duele, y no quiero ninguna clase de problema adicional…- ajó los brazos, y cambió su rostro a uno de compasión. –Sé que no es la primera vez que tu papá se marcharía, y aunque sea difícil, te conozco lo suficiente como para saber que sabrás llevar la situación mejor que nadie… mejor que yo, mejor que Vegeta, y mejor que Trunks. Lo único que me gustaría es que todos pudiéramos olvidarnos de esto de una buena vez, y eso implica que tu papá se vaya…- se detuvo, Gohan asintió y movió la mano para dar a entender que comprendía.

-Solo dame la nave por favor, no necesita nada más, papá sabrá que hacer para entretenerse…- pidió, y Bulma movió la cabeza, caminando a uno de los monitores que había a un lado.

-Dime una cosa más, Gohan…- dijo ella, después de unos pocos momentos de silencio. El joven la miró, esperando que continuara.- Si la pelea fue hace cinco días, ¿Por qué hasta hoy vienes a pedirme la nave? Pudiste haber venido desde el primer momento…- comentó, y el más joven avanzó unos pasos hasta quedar a su lado.

-Bueno, papá me la pidió ese mismo día, pero preferí esperar… se irá al espacio a no sé dónde por no sé cuánto, ¿No crees que por lo menos seis días con su familia a modo de despedida estarían bien?- cuestionó, y el corazón de la mujer se sintió presionado por la tristeza y la sensibilidad del asunto. Pero no había más, no podía ir en contra de las decisiones de su esposo.

-Lo siento…- dijo, dándose la vuelta y presionando un botón en un control remoto, mirando como la nave se convertía en una diminuta cápsula. –Toma, aquí tienes…- Bulma se agachó para levantarla, entregándosela después al joven muchacho.

[…]

El sonido del segundero de su reloj lo estaba volviendo loco, o lo mantenía cuerdo, no estaba seguro, pero sabía que estaba a nada de lanzarlo por su ventana. Sintió el Ki de Gohan alejarse de su casa, preguntándose nuevamente a que había venido, pero dentro de si no quería saber, porque seguramente sería algo que le desagradaría, algo que lo involucraba, a él y a su gran “pecado”.

Clavó sus ojos azules en el techo, mirando esa minúscula mancha que llevaba observando por más de tres días, los cuales había pasado tumbado en su cama en la misma posición que ahora, de brazos extendidos y el cuerpo desganado. Y no sentía fatiga, a pesar de que en ese tiempo no recordaba haber dormido, y había comido muy poco, solo alguna poca fruta que su abuela Bunny había llevado para él durante ese tiempo. Pero no se sentía hambriento tampoco, ya no sentía nada, solo vacío y dolor.

La sensación de querer llorar lo invadió, pero incluso hacerlo le costaba trabajo, no tenía ganas de seguir llorando, porque cuando empezaba, daba la impresión de que nunca acabaría. Apretó los ojos, deseando poder abrirlos y salir finalmente de esa pesadilla, amanecer en un mundo donde nada de eso había pasado, en donde estaba tranquilo y bien, como debía haber sido. Pero jamás funcionaba.

Abrió los ojos de golpe cuando sintió una presencia avanzar en dirección a su habitación, pensó en estar equivocado, dios, quería equivocarse. No estaba de humor para enfrentarlo ahora, ni ahora ni nunca. En todo el tiempo que llevaba ahí, desde aquel día, no había querido hablar con nadie, solo lo había hecho brevemente con su mamá y su abuela, quienes habían insistido en ir a verlo y preocuparse. Pero no con él, llevaba cinco días que no veía a su padre, desde esa mañana que se vio obligado a volver junto con él a casa.

Y no era posible que ahora estuviese yendo en su dirección, ¿A qué? ¿Tenía más ganas de insultarlo y joderle más la vida? ¿O solo se cercioraría de que seguía sufriendo? No quería contestar a ninguna de esas, solo esperaba que diera vuelta en el pasillo y se largara a hacer alguna de esas tonterías que solía hacer. Como perder toda la vida en la máquina de gravedad, por ejemplo.

Los pasos se detuvieron frente a su puerta, haciéndolo contener el aliento y sin mover ni un musculo, como si quisiera que notara que estaba bien y se fuera, pero unos golpes leves se escucharon sobre la madera. No contestó, y no por que no quisiera, si no por lo impactado que estaba, ¿Su papá tocando a la puerta? No era posible eso, por lo regular terminaba rompiendo la superficie y entrando a todos los lugares en donde se le diera la gana. Era imposible, demasiado extraño, ¿Qué estaba planeando?

-Trunks…- se escuchó su vos susurrar su nombre desde afuera, con una voz muy diferente a la última vez que se dirigió a él, pues fue en un grito y le llamó “maldita aberración asquerosa”. –Sé que no estas dormido, ¿puedo pasar?- su pregunta resonó en la cabeza del chico, ¿para qué? ¿Ahora a que quería jugar pretendiendo buenos modales?

Vegeta esperó pacientemente un par de segundos, hasta que escuchó un leve quejido afirmativo dentro de la habitación, dándose paso a abrir la puerta y entrando con paso cauteloso dentro del lugar, cerrando de nuevo cuando estuvo dentro. Trunks ni se inmutó cuando lo supo dentro, no quería que su papá viera en él a alguien cobarde y temeroso, ni mucho menos a un chico destrozado y llorón. Solo permaneció en la misma posición sobre su cama, mirando aun la mancha sobre algún lugar en el techo.

-Trunks…- susurró su padre después de por lo menos cinco minutos de silencio, bajando la mirada y soltando un suspiro. –Hijo, yo… yo quiero que entiendas mi situación…- soltó, y se notaba bastante lo difícil que resultaba para el príncipe decir algo como eso.

-La entiendo…- respondió el muchacho apenas en un hilo de voz. Vegeta lo miró, y se encogió de hombros al saber que no obtendría más palabras de parte de su hijo, esperaba por lo menos que lo insultara y tratara de defender su punto, pero parecía como si estuviese frío... o muerto.

-Yo quiero que sepas, que esto que paso no cambiara en nada las cosas…- siguió el mayor, carraspeando un poco y tratando de endurecer su rostro, sonando un poco más firme, más como él. –Todo volverá a la normalidad…- agregó y el joven solo giró la cabeza sobre la almohada para mirar los ojos de su padre.

-me gustaría creerte… pero no puedo…- masculló, conteniendo lo mayor posible su debilidad, soltando en sus sentidas palabras demasiados sentimientos como para capturarlos todos.

-¿Por qué no puedes hacerlo? Superaremos esto, me encargaré de que todos lo olvidemos…- insistió Vegeta, frunciendo el ceño para no dejar ver su preocupación.

-¿Olvidar esto?- inquirió el menor, y Vegeta asintió, avanzando unos pocos pasos más en dirección a su cama.

-Sí, lo olvidaremos, y volverá a ser como antes, podrás volver a la escuela, ir con tus amigos, tu mamá estará en su trabajo y yo…-

-…Y tu estarás ocupado toda la vida en tus asuntos, enfocándote en querer ser el más poderoso del universo, dedicando cada día a odiarme más y avergonzarte de mí, a querer ver un soldado en donde no lo hay. ¿Volver a ser como antes, papá? No digas cosas así de estúpidas, ¿Por qué querría yo volver a mi maldita vida aburrida y sin sentido ni razón, en un mundo donde no encajo y a todos les salgo sobrando? ¿He? ¿Por qué quería yo eso?- Hizo una pausa, inclinándose en el colchón y poniéndose de pie rápidamente, caminando los suficiente para encarar a su padre, mirándolo a los ojos con la cabeza ligeramente hacia abajo, pues a su edad ya era ligeramente más grande. -¿Olvidar todo esto? Suena tan fácil, ¿pero de verdad crees que podríamos? ¡¿De verdad crees que podrías olvidar esto?!- Vegeta dio un paso hacia atrás, pues la cercanía con su hijo lo motivaban a querer matarlo a palos en ese momento, pero se contuvo, agudizando la mirada y levantando la cabeza firmemente.

-¿Acaso crees que eres el único con una maldita vida difícil, mocoso? No te creas ni tan único ni tan especial, deberías agradecer que te esté dando la oportunidad de actuar como si nada y la posibilidad de poder olvidarlo todo. Y sí, yo estoy dispuesto a olvidar tus errores…-

-¡Pues yo no! Eso que tu llamas “error” ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, ¡Y no estoy dispuesto a querer olvidarlo y enterrarlo, a querer actuar como si nunca hubiese pasado!- interrumpió nuevamente el menor, dando de nuevo un paso hasta que sus narices toparan por la cercanía.

-¡Eres un imbécil! ¡¿Cómo puedes decir que una aberración así puede ser lo mejor que te ha pasado?! ¡Eso solo fue un maldito error!- gritó el príncipe, desesperado ante la posición de su hijo.

-¡¿Y por qué demonios no podría?! ¡Lo mejor que te ha pasado a ti es haber conocido a mamá! ¡¿Por qué no solo puedes aceptar que estoy enamorado de Goku?!- Trunks no supo exactamente que dijo, y que pasó, lo siguiente que vio fue el mismo tirado en el suelo y con la boca sangrando.

-No te atrevas a decir eso nunca más…- masculló Vegeta, hablando entre dientes, pues mantenía la quijada apretada por la furia, con el brazo tambaleante aun en el aire, con el que acababa de golpear duramente a su hijo. -preferiría perderte antes de vivir con eso...-

-¡Anda! ¡Eso es! ¡Golpéame como siempre lo has hecho! ¡Eso que, parece, es lo único que puedes hacer! ¡Muéstrame que tengo razón! ¡Que no vale la pena seguir así y actuar feliz, como si nada pasara, como si fuéramos la maldita y estúpida familia unida!- exclamó Trunks, poniéndose de pie y limpiando la sangre con su antebrazo, sobando en su paso levemente su quijada. – ¿Pero sabes que padre?, te agradezco, si no hubiera sido por tu ineptitud jamás habría llegado hasta él…- otro golpe fue a dar en su rostro, pero esta vez ni siquiera voleó la cabeza un poco,  a pesar de que este fue demasiado fuerte.

-¡No quieras echarme la culpa de todas tus estupideces! ¡Yo no soy el culpable de que nunca hayas llenado las expectativas de nadie!- se defendió el príncipe, y Trunks caminó hacia atrás, golpeando una mesa y desquebrajándola sin dificultad.

-¡Ahí vamos de nuevo con es estúpido de Mirai! ¡¿Por qué demonios no puedes entender que ese imbécil y yo no somos el mismo?! ¡¿Por qué no puedes dejar de compararme cada maldito minuto de mi vida?! ¡Entiende de una maldita vez!- gritó, quebrando su voz y su garganta al hacerlo.

-¡Y lo entiendo perfectamente! ¡Jamás he creído que él y tu sean el mismo! ¡Tú eres mi hijo, jamás te cambiaría por nadie en todo el maldito universo, tú eres tú y nadie más! ¡Y yo te quiero así, Trunks!- dijo, y el muchacho parpadeó varias veces tratando de comprender lo que decía su padre. –Jamás he querido que seas nadie más, tú has llegado a ser mucho más de lo que yo esperaba, y estoy orgulloso de eso…- susurró, sin saber por qué estaba diciendo semejantes cursilerías.

-pero tú dijiste…-

-¡ha! ¡Con un demonio, Trunks! ¡Cada vez que le digo a tu mamá que es una mujer loca y vulgar que no me sirve ni como esclava porque es demasiado inútil, ¿de verdad lo crees?!- preguntó, y el muchacho abrió los ojos impactado, procesando dentro de sí a una velocidad increíble. -¿En realidad crees ciegamente cada estupidez que digo? Me conoces, y me sorprende que te aferraras a esa tontería por tanto tiempo…- agregó y el muchacho avanzó unos pasos a su progenitor.

-¿entonces no crees que debería ser más como él?- preguntó, y Vegeta negó levemente.

-Yo te quiero así, tú eres mi orgullo, hijo…- volvió a su tono sensible, y bajó la mirada dando un suspiro. –por eso mismo trato de protegerte de ti mismo…- musitó bastante decidido.

-¿protegerme?- cuestionó Trunks, aún demasiado revuelto como para pensar con claridad.

-yo, se lo prometí a tu madre cuando eras un niño, me dijo que como padre debía protegerte, y prometí hacerlo si un día hacía falta…- pauso, buscando algo desesperadamente en su memoria y en sus pensamientos. –Y llegó el momento, debo protegerte. De ti mismo, de esa maldita basura, de tus errores y de una vida llena de fracasos y de humillación…- explicó, y Trunks negó frenéticamente.

-No papá, tu no quieres protegerme, tú quieres que todo marche bien para ti, tú no quieres sentirte humillado y avergonzado…- aseguró el menor, y los puños de Vegeta se cerraron con coraje.

-No es así…- dijo en un siseo. –yo solo quiero lo mejor para ti…- agregó en voz baja, pero su hijo lo escuchó con caridad. –Pero si no quieres entender, está bien, no te diré nada más. Solo me queda esperar a que todo salga bien…- se dio la vuelta, y eso ultimo desconcertó al muchacho. – Todo volverá a ser como antes, ya lo verás…- señaló en tono de advertencia, abriendo la puerta de golpe y saliendo de la habitación rápidamente.

Trunks se sentó en su cama, y lloró unos pocos momentos, procesando todas y cada una de las palabras que acababa de oír. “No soy Mira…” se dijo, y muchas cosas comenzar a correr dentro de su alocada mente. “Nunca he sido como él…” reflexionó, abriendo los ojos y mirando sus propias manos, sintiendo un escalofrío cuando una realidad cruzó su mente. “Mirai y Gohan… ellos…” sacudió brevemente su cabeza. “Pero yo no soy él…” se repitió. –el objetivo de la viaje…- susurró para sí, poniéndose inquieto repentinamente, llevando sus ojos alterados a mirar por la ventana, sintiendo un ajetreo en su corazón.

“Solo me queda esperar a que todo salga bien… Todo volverá a ser como antes, ya lo verás…” La voz de su padre volvió a sonar dentro de su cabeza. –Ho no, algo malo debe estar por pasar…- dijo para sí, impotente y desesperado. Parecía un completo remolino de indecisión e incertidumbre.

[…]

-Papá, esta cosa sabe horrible…- dijo Goten haciendo un puchero, bajando el vaso de alcohol y depositándolo en la mesa.

-lo sé…- respondió Goku, haciendo un mohín similar y sacando un poco la lengua, como si eso de alguna manera eliminara la sensación de ardor en la boca.

-¿entonces por qué lo estamos tomando?-  replicó el menor, mirando su vaso de cristal con el líquido amarillezco. Goku sonrió un poco y se encogió de hombros, tomando de nuevo su bebida y dando otro valiente trago.

-Bueno, alguna vez oí que un padre debía ir a tomar una cerveza con su hijo cuando este fuera grande… creo que es una especie de ritual humano…- explicó, y Goten no pudo evitar soltar una risotada ante la confesión del saiyajin.

-¡No es ningún ritual, papá! Es solo una cosa que dicen, ya sabes, “Hijo, quizá un día de estos podamos hablar y tomarnos una cerveza juntos”- imitó la voz de algún actor de películas mostrando una sonrisa en la boca.

Pero su alegría no tardó en disiparse, sintiéndose mísero y triste nuevamente, demasiado dolido como para ser verdad. Miró los ojos de Goku, reflejando la misma congoja y preocupación que él, y la situación pasó de ser graciosa y rara a algo completamente importante y único. Demasiado importante. Bajó la mirada y dio un largo trago a la bebida, reprimiendo esta vez los pucheros y carraspeando un poco después.

-Tomar una cerveza juntos…- repitió en voz baja, observando las burbujas del líquido ascender y topar con las orillas del cristal, rodeando la parte superior con una coronilla blanca. -¿Crees que ya soy grande?- inquirió, alzando la mirada y haciendo que Goku alzara la suya.

-No lo sé, solo creo que no podré tener otra oportunidad de hacerlo…- aceptó, y Goten sintió su pecho doler, algo rompiéndose y quebrándose en añicos dentro de sí, llenándolo de miedo y desesperación. -…al menos no pronto…- masculló Goku, pero su hijo no estuvo seguro de oírlo, pues mantenía el vaso pegado a su boca, llegando casi al fondo del vaso.

-Entonces, disfrutemos, papá…- respondió, tomando más de la mitad de un solo sorbo, vaciando su vaso en un instante.

Goku asintió, y llenó nuevamente los respectivos vasos, tomándolos de nuevo rápidamente, para volver a llenarlos otra vez, y luego otra, hasta quedar impresionados, pues parecía que la bebida ya no sabía tan mal como al principio. Goku colocó su vaso sobre la mesa frente a él, azotándolo, sin llegar a romperlo, de una manera un tanto agresiva.

-Goten, el piso se está moviendo…- dijo, mirando sus propios pies y sintiendo que todo le daba vueltas.

-sí papá, y mira, el cielo también…- respondió el chico, mirado por la ventana unos momento, para luego ver de nuevo a su padre quien se reía sin sentido aparente.

-demonios, tengo que ir al baño…- avisó, levantándose y cayendo en su asiento un segundo después. –Ni… ni siquiera puedo pararme…- dijo molesto, pero comenzando a reír por loco que pareciera.

-¿sabes que te ayudaría?- dijo Goten, y Goku le prestó atención de inmediato. –un poco más de esto…- le sirvió aún más, a su papá y a él mismo, y antes de que alguno pudiera razonar su incoherencia, ambos bebieron hasta el fondo.

-sí, creo que me siento mejor…- declaró el mayor, asintiendo y riendo por lo bajo.

-¿mejor? ¿Qué no querías ir al baño?- preguntó el muchacho, mirando con una visión borrosa a su papá.

-¿ir a dónde?- cuestionó el mayor, y Goten abrió la boca para contestar, pero ya había olvidado lo que tenía que contestar. Goku sirvió un poco en su vaso, y fue un poco por que otro tanto cayó en la mesa. -¿sabes que no es justo?- preguntó a su hijo, arrastrando estúpidamente su silla para estar más pegados. –Que conozcas el amor de tu vida y tengas que dejarlo…- declaró, y el menor asintió totalmente convencido.

-pues no lo dejes papá, no te vayas, quédate y manda todas esas estupideces al demonio…- respondió, jalando el recipiente de cristal donde almacenaban el alcohol y sirviendo por demás su copa.

-no es tan fácil, todo el mundo parece estar en contra mía…- masculló, bebiendo del vaso de Goten esta vez.

-no, no se oye tan difícil, ¿sabes? Yo tengo que pasar por algo peor, el mundo de verdad se vendrá en mí contra cuando se enteren…- Goku lo miró, ladeando la cabeza y motivando con su mano para que siguiera. –No puedo decirte papá…- se adelantó el muchacho a decir.

-¿Por qué no? Solo dilo…-

-No puedo decirte por que… es un secreto… o algo así…- respondió Goten, agitando el brazo en el aire para quitarle importancia al asunto. Goku asintió, y sirvió más a ambos, los cuales bebieron de inmediato.

-bueno, me estabas contando de tu secreto…- dijo Goku, como si fueran a continuar una conversación.

-ho sí, entonces te decía que Gohan y yo estamos juntos…- habló calmado, como si fuera lo más natural del mundo.

-¿Juntos? ¿Cómo juntos?- preguntó Goku, mirando a su hijo y tomando algo imaginario en su vaso vacío.

-pues así, juntos, ya sabes, él y yo… como pareja…- respondió, analizando sus palabras y cogiendo la botella para beber directamente de ella.

-ha bueno, como pareja…- dijo Goku, tomando su vaso y soltándolo un instante después. -¡¿QUÉ TÚ Y GOHAN QUE?!- gritó, intentando ponerse de pie y cayendo de vuelta a su lugar en un mareo.

-que Gohan y yo nos amamos y estamos juntos…- repitió, mirando a su padre, quien seguía impactado por la noticia.

-¿es broma?- inquirió, y el menor negó torpemente. –demonios, lo único bueno de esto es que estoy muy ebrio como para recordar esto después…- masculló, tomando el cuello de la botella y empinándoselo hasta casi terminar todo.

-no tiene nada malo, papá, es como lo que tú y… y… y el niño bonito tienen…- agitó de nuevo la mano, queriendo quitarle interés al hecho de que no recordara el nombre de su mejor amigo.

-eso es diferente, Gohan…-

-soy Goten…-

-el que seas…- se recargó en su silla, mirando al techo pensativo. –Trunks y yo no somos hermanos…- empezó a explicar. – Y él no es un hombre…- pausó, y se puso firme de nuevo. –No, espera, si lo es… - razonó, mirando a su hijo con un rostro confundido. -¿Cuál era el punto de todo esto?- inquirió y Goten se tomó unos instantes para contestar.

-que estabas totalmente de acuerdo con nosotros…- contestó Goten, aprovechándose de la situación, sintiéndose aún más consiente que su padre, Goku lo miró y asintió feliz.

-ho si, era eso… ¡espero y sean muy felices!- exclamó sonriéndole y sacudiendo sus cabellos. -¿sabes? Me hubiera gustado despedirme de Trunks antes de irme…- masculló, retirando la mano y bajando la mirada a su vaso vacío ya hace mucho.

-pues podrías despedirte, o podrías no irte…- contestó el chico, y Goku negó de inmediato.

-no puedo…-

-cierto, no puedes irte, por eso te quedaras…- Goku rió, y negó con la cabeza una vez más.

-no juegues conmigo, ni ebrio rompo mis promesas…- Goten suspiró, y de nuevo todo se volvió en un silencio crucial y sentimental.

Goten se hundió en algún punto de la pared, pensando y dejando transcurrir los minutos, sintiendo como uno a uno la sensación y el entumecimiento en su cuerpo se disipaban, recuperando un poco la visión y la realidad de lo que acababa de decir. Pero aún estaba muy ebrio como para sentir vergüenza de ello.

-mamá va a matarme si llegó así a casa…- dijo después de un buen rato, Goku salió de sus pensamientos, mirando a su hijo y parpadeando para tratar de poner en orden sus ideas.

-le mencioné un poco…- contestó, mirando hacia afuera por el gran hoyo en la pared de su choza, ese agujero que había hecho Vegeta cuando sacó a Trunks de un golpe. –pero si, si va matarte…- se burló, y el muchacho apenas rió.

-Papá… ¿de verdad tienes que irte?- reiteró, y el mayor lo miró con ternura.

-si hijo, lo lamento…- respondió y Goten se acercó lo suficiente para abrazarlo levemente. –Te quiero…-

-y yo a ti…- el menor cortó el abrazo, secando una marca de debilidad en su mejilla. -¿le dirás a Trunks?- preguntó, y Goku negó acompañado por un siseo doloroso.

-no… prefiero que lo sepa después, no soportaría una despedida…- admitió, y presionó el hombro de su hijo calurosamente.

-ya veo, será un golpe duro para él, pero creo entender tu punto…- se encogió de hombros, buscando en sus pensamientos las palabras adecuadas. –Me gustaría poder ayudarte…- susurró y sintió la mirada de su padre sobre él.

-en realidad, creo que me podrías hacer un favor…- Goten alzó la vista ante sus palabras, observando como su papá buscaba algo en la bolsa de su pantaloncillo. –mira esto, yo… quisiera que se lo dieras, de alguna manera, lo hice para él…-

Goten casi se cae de la silla, sintiendo sus manos temblar al levantarlas con lentitud. Creyó que era por el efecto del alcohol, pero no, sus dedos rozaron la superficie del material y era completamente real. Parpadeó varias veces y lo sostuvo en sus manos. El ámbar con forma de corazón, el mismo que había visto en la habitación de Gohan, ¿Cómo podría?

-papá… ¿de dónde sacaste esto?- preguntó, y Goku sonrió, mirando por una ventana cercana al árbol que yacía a unos metros de la casa.

-bueno, yo siempre venía aquí para pensar, es un lugar bastante hermoso… fue aquí donde… todo inició y todo acabo…- pausó, tratando de no perderse en sus palabras. –Hace tres días, mientras recorría el lugar por quinta vez, lo vi brillar dentro del árbol, no sabía que era, así que lo tomé… ya traía esa forma, yo solo le quité los bordes y le puse la cadena…- explicó, y sonrió brevemente. –Solo pensé en él cuando lo hacía, es como si hubiese sido diseñado de alguna manera, yo solo… me gustaría que él la tuviera. Es como una manera de no sentirme tan lejos de él, y de que él no se sienta tan lejos de mí…-

-es… ¿“el lazo que los une”?- preguntó, habiendo oído esa frase más de una vez en la boca de su hermano mayor.

-sí, bueno… supongo…- contestó, y Goten seguía atónito, sin entender y pensando increíblemente rápido para su estado.

Puso más atención, y se percató de que la cadena definitivamente era otra, esta lucia más sofisticada y mucho más nueva. “¿Qué es esto? Papá dijo que la hizo pero… ¿Por qué habría dos pedazos de este material iguales en este mundo…?” pensó, dando un respingo al darse cuenta de algo. “A menos que una de las dos no sea de ´este´ mundo…” razonó, recordando que el sitio donde la guardaba era el mismo donde la imagen de Mirai Trunks permanecía intacta. “Y la frase con la que Gohan me la mostró… está claro que se refería a un lazo con ese Trunks… entonces…” sonrió, cerrando su mano de manera protectora alrededor del objeto. –De acuerdo papá, ten por seguro que se la entregaré…-

[…]

No podía creer que su visión todavía estaba borrosa, y que su vuelo se viera afectado de esa manera. Era bastante tarde, el cielo estaba parcialmente oscuro y su madre se molestaría doblemente al llegar a casa, su padre había escapado a eso poniendo como pretexto quedarse allá. Siseó, sintiéndose realmente molesto y obligándose a parar su vuelo.

Algo dentro de él le decía que tenía que hacer algo pronto, algo que pudiera cambiar las cosas de alguna manera. Su padre se iría mañana a primera hora, y no estaba muy conforme con cruzarse de brazos a observar como destruía su propia vida y la de Trunks de paso. No, sabía que Goku estaba muy consiente cuando dijo lo de Gohan, y así como les había deseado toda la felicidad, quería que su padre también fuera feliz. Sabía que no podía intervenir en su decisión, pero también sabía que quizá, quizá podría dar una pequeña ayudadita al asunto.

Cambió el rumbo de su vuelo, sin pensar de más las cosas, podía sentir el Ki de su papá muy bajo, no sabía si estaba dormido o solo bajo los efectos del alcohol, pero estaba seguro de que no notaría su pequeño “desvío”. En pocos minutos estaba sobrevolando la ciudad, cubierto por el cielo nocturno y estrellado, divisando a lo lejos la Corporación Capsula. Bajó la velocidad, y con ella su energía, no quería llamar la atención de Vegeta que ahora se encontraba en la otra punta de su casa, ni mucho menos de Trunks, pero él parecía estar dormido.

Decidió caminar todo lo largo del patio, resultándole verdaderamente difícil mantener su Ki sin fluctuar, pero su condición no le permitía la suficiente concentración. Se detuvo frente a uno de los edificios, encontrando sin problemas la ventana que le correspondía al cuarto de Trunks, saltando hasta quedar en su balcón, utilizando solo habilidad, sin nada de hacer descargas de más. Observó por la ventana, encontrándose con la imagen de su amigo durmiendo sobre el colchón, motivándolo a abrir las puertas con sigilo.

Dio breves pasos dentro, sin quitar la vista ni por un momento del muchacho, asegurándose de que estuviese bien dormido. Paró y buscó con la vista su escritorio, el cual estaba hecho añicos en el suelo. Se arrodilló y cogió un blog de notas, garabateando unas letras sobre esta. Se aproximó casi en puntillas hasta el mueble junto a su cama, y después de unas cuantas palabras más sobre el papel, lo dejó ahí junto con el ámbar.

-ahora todo depende de ti… Trunks…- masculló, justo antes de abandonar de un brinco la habitación, entremetiéndose en la oscuridad del cielo.

[…]

Abrió los ojos automáticamente, sorprendido por haber dormido tanto, pero era algo entendible después de casi una semana sin dormir. Su cuerpo parecía pesar, y las únicas ganas que tenía eran de quedarse ahí mismo por el resto de la vida, pero la realidad era otra, la realidad era que se veía obligado a seguir respirando en contra de su voluntad, a seguir viviendo cuando lo habían matando. ¿Qué clase de juego era ese?

Se rodó sobre el colchón, y sabiendo el acuerdo en el que había quedado, hoy abandonaría esa cama para volver a la “normalidad” como si fuera tan fácil. Tomó el celular de su mueble, casi sin ver, entrecerrando los ojos aun por el sueño. –las seis con treinta de la mañana…- leyó la hora, sintiendo que se le había hecho temprano para despertar. La luz en la pantalla marcaba dos mensajes y varias llamadas pérdidas.

“-¿mañana si iras a la escuela? Me tienes preocupado, hermano…-” decía el mensaje de Kyou, junto con otras muchas cosas referentes a deberes de los que no quería saber en ese momento.

Suspiró fastidiado, sentándose en la orilla del colchón por unos minutos, tratando de poner en orden sus pensamientos. No sabría cómo viviría de ahora en adelante, y no sabía si sería lo suficientemente fuerte como para resistir la tentación de ir a verlo. Se puso de pie, buscando entre sus cosas el detestable uniforme odioso que lo atraparía en su mundo sin sentido nuevamente.

Pero algo llamó su atención, como si de alguna manera su cuerpo demandara voltear en esa dirección. Giró la cabeza de regreso a su cama, mirando justo en su mueble de noche un objeto que no recordaba estuviese ahí. Parecía un… ¿collar?
Lo tomó entre sus manos, encandilándose unos momentos por la belleza de la figura tallada, y lo bello de la cadena plateada, quizá era de su madre, o quizá su abuela… -¿una nota?- se preguntó, percibiendo la pequeña hoja de papel mal doblada en la vacía madera.

“Trunks, si es verdad todo lo que dicen, y si es cierto que darían todo, entonces demuéstralo. Tienes dos opciones, dejarlo ir, o pelear hasta el último minuto. No tienes la alternativa de detenerlo, pero sí de poder hacer algo más. Eres mi amigo y espero que tomes mejor decisión. Mi papá se va a ir de la tierra a petición de tu padre. Elige si quieres quedarte solo con este recuerdo, o con la oportunidad de poder vivir. Pero elige rápido, se irá mañana lunes a primera hora del día…” No pudo ni parpadear, incluso no sentía su propia respiración.

“Todo volverá a ser como antes, ya lo verás…” Sus palabras, parecían cobrar sentido ahora. -¿Cómo pudo?- susurró, inmóvil y con el papel entre sus manos. Quiso correr, quiso gritar, quiso explotar, pero su cuerpo no se movía.

[…]

-Goku… te extrañaremos mucho…- susurró Chi entre lágrimas, dándole otro abrazo al salvador del universo.

-tranquila Chi, estaré bien…- dijo él, separándola un poco y sonriéndole amablemente.

-lo siento, pero… de verdad que no puedo creerlo…- la mujer se limpió las mejillas, obligándose a sonreír dolorosamente.

-Sí, en realidad resulta muy difícil para todos…- agregó Gohan, y apoyó una mano sobre el hombro de su mamá.

-perdón, ahora veo que una despedida duele más de lo que creí…- admitió el saiyan. –Tal vez por eso me la pasé esquivándolas toda la vida…- todos rieron brevemente, con un claro dejo de melancolía.

-Te extrañaré, papá…- dijo Goten, acercándose para abrazar a su progenitor una vez más.

-y yo a ti…- susurró, devolviendo el abrazo, como pocas veces lo hacía. –a todos ustedes…- los otros dos se acercaron, y se unieron en un abrazo múltiple, uno registrado como el primero para todos, y quizá el ultimo.

-nos vemos…- se despidió, mirando el horizonte y volando despacio en esa dirección, permitiéndose mirar atrás solo una vez más, sonriendo en vez de llorar. Prefería irse en soledad, y Chi y sus hijos lo comprendieron, sabían lo duro que sería si tenía a alguien más presente.

-las seis cincuenta y cinco… ¿Qué demonios estás esperando?- masculló Goten mirando su reloj y clavando sus ojos en dirección a las montañas.

[…]

Presionó la hoja dentro de su mano, haciendo crujir sus huesos por la fuerza en la que la comprimió. Cayó de rodillas en el suelo, soltando un grito que hizo arder sus cuerdas bucales, inclusive golpeó varias veces su rostro y tiró de sus cabellos, estaba desesperado, estaba enloquecido y enojado. ¿Cómo era posible algo como eso? ¿Cómo fue que todos arreglaron algo y ninguno había sido capaz de decirle? Era un castigo el hecho de saber que no les permitían estar juntos, ¡¿Papa que demonios querían que se fuera del planeta?!

-eso… eso es una locura…- masculló, mirando sobre el suelo el pedazo de ámbar. –Yo no quiero quedarme con un recuerdo…- aseguró, golpeando el piso a un lado de él. –yo no quiero estar solo unido a él de esta manera…- tomó el collar con ambas manos, apretándolo con bastante delicadeza, recordando cada una de las cosas por las que había pasado para llegar hasta ahí, al punto agónico donde ahora se encontraba su vida.

-Gohan, yo te amo…-
-él estaba enamorado… ¿de mi yo del futuro?-
-Él y tú son la misma persona…-
-Trunks, he estado esperando por ti todo este tiempo…-

-No…- musitó, presionando con fuerza los dientes. –Gohan no esperaba por mi… él esperaba por alguien que no era yo…-

-¡Todo lo que tienes se lo debes a Mirai! ¡Eso que nunca se te olvidé!-
-él es nuestro salvador, es normal que sienta cariño por él…-
-Mirai es un chico que vino del futuro para salvarnos a todos…-
-No son lo mismo, pero comparten nombre y alma…-

-Mirai no era el mismo que yo, pero él tenía un objetivo, uno por el cual viajó al pasado. Él no vino salvar a su padre, ni a Gohan… Mirai tenía una misión. Él vino aquí a salvar a Goku…- se puso de pie, presionando los puños con determinación y coraje. -¡Su objetivo era mantener con vida a ese hombre! Y eso es otra cosa en la que nos parecemos… ¡No permitiré que fallé en mi misión! ¡No fallaré en el objetivo del viaje! sí él se va, entonces habremos fallado…-

Saltó de su lugar, corriendo fuera de su habitación escaleras abajo, frenando con mucha dificultad en la puerta, justo cuando una silueta se atravesó el la puerta. –Trunks…- susurró Bulma, extendiendo los brazos para frenar su camino.

-no lo intentes, sabes que debo ir…- su voz sonó tajante, pero su madre negó con la cabeza.

-lo sé, escuché todo anoche, solo quería darte esto…- le extendió un par de capsulas, haciéndose a un lado un momento después. –Sé que las necesitará…- le sonrió, y él contestó la sonrisa guardando las cosas en su pantalón.

-hasta luego, mamá… gracias…- susurró, sin perder más tiempo y surcando el cielo a gran velocidad.

-¡Cuídate Trunks!- gritó sacudiendo el brazo. –dios mío… ¿Qué le voy a decir a Vegeta?- siseó preocupada, aun clavando sus ojos en el cielo.

-no hace falta que digas nada, mujer…-

[…]

-El primer rayo del sol…- susurró Goku para sí mismo, dejando ir un largo suspiro, permitiéndose admirarlo unos segundos más. No estaba seguro se volvería a ver el sol brillar de esa manera, ni si existía una luz tan maravillosa en algún otro lado. Movió la cabeza de un lado a otro, concentrándose de nuevo en la realidad, abriendo la escotilla y metiéndose dentro.

-¡NO!- oyó gritar, siendo consiente hasta ese momento de aquella presencia. -¡no puedes irte!- levantó de nuevo la puerta, mirando con los ojos desorbitados a la persona que estaba ahí frente a él.

Trunks respiraba agitadamente, y Goku se preguntó si no era otra de esas alucinaciones que le mostraban cosas que no existían, pero se veía bastante real. -¿Trunks?- preguntó, sonando débil y cortado.

-Goku… no… no puedes irte…- imploró, desplomándose sobre el piso, cayendo de rodillas y clavando sus dedos sobre la tierra.

-yo… ¿Qué haces aquí? – preguntó, sin la posibilidad de poder despegar su mirada de ese cuerpo que yacía descontrolando en el suelo.

-¡Vengo a evitar que hagas una estupidez!- contestó en un grito. -¡Tú no puedes irte!- exigió y el mayor se obligó a quitar la mirada sobre el chico, se sentía demasiado débil si se trataba de él.

-¡hice una promesa Trunks!- gritó Goku a modo de respuesta, con los ojos apretados y mirando al frente. -¡No puedo fallar a ella!- agregó, bajando el brazo para querer bajar la escotilla y largarse de una buena vez.

-¡ENTONCES LLÉVAME CONTIGO!- gritó, haciendo detener el tiempo con esa petición. –Si no puedes romperla… entonces llévame contigo…- insistió, dando un golpe contra el suelo.

-no puedo hacer eso…- masculló Goku, negando con la cabeza y levando sus ojos nuevamente a esa figura a pocos metros de él.

-¿Por qué no? Le prometiste a mi padre que te irías… ¡Pero no le prometiste que te marcharías solo!-

-¡eso es una locura, Trunks!-

-¡EL MISMO AMOR LO ES!- replicó, usando sus propias palabras en su contra. -¡¿dime porque no puedes llevarme?!- cuestionó, y Goku intentó hablar, pero las palabras se le amontonaban en la garganta. –Prometiste que sería fuerte, y no lo soy, no puedes darte por vencido ahora…-

-Sería un infierno para ti…- declaró Goku, y Trunks negó repetidas veces, mientras dejaba huellas saladas contra el piso.

-Infierno sería tener que vivir sin ti en este mundo…- respondió, bajando la cabeza y dando un ligero sollozo. –Infierno sería volver a lo que era mi vida… porque cuando estas tu siento que estoy tocando en las puertas del cielo…-

El silencio se apoderó del sitió, solo el siseó del aire revoloteando el cabello lacio y lila del menor acompañaba el sitio. Trunks se encogió de hombros al no obtener respuesta, inclinando su rostro un poco más en dirección al suelo.

-Entonces cumpliré mi promesa…- dijo Goku, parado justo frente a Trunks, quien levantó la vista de inmediato, encontrándose con esos ojos azabaches que tan bien conocía. –Es hora de irnos…- declaró, y le extendió la mano con una sonrisa en el rostro.

[…]

-vaya, sí que eres muy listo, Goten…- le sonrió a su hermano orgullosamente.

-¿Crees que los volvamos a ver?- inquirió el menor, sentado en la rama de la copa de un gran árbol a mitad del bosque.

-sí, papá me lo prometió…- contestó el otro. –cuando hablamos…-

-de acuerdo papá, te ayudaré, pero a cambio, tendrás que prometerme algo…-
-¿Qué cosa?-
-prométeme que volverás…-
-no puedo hacer eso…-
-¿Por qué no? Dijiste que te irías, pero no dijiste por cuanto tiempo…-
-Gohan, por favor, no me hagas esto...-
-¿por qué no papá?  ¡Quedarte allá no era parte del trato!-
-Volver tampoco...-
-no, pero esa es una alternativa...-
-sabes que no tiene sentido si vuelvo-
-sí, si cuando tienes dos hijos aquí-
-pero...-
-¿te negarás a volver, papá? ¿Otra vez?-
-yo...-
-¿de verdad lo harás?-
-d-d acuerdo... volveré...-
-¿lo suficientemente pronto para que yo lo vea?-
-lo suficiente…-

-Volverán, estoy seguro…- susurró, tomando la mano de su hermano, teniendo la mejor vista de la nave partiendo en dirección al cielo.

Transcurso que duro solo unos segundos en atravesar la atmósfera, siendo seguido atentamente por sus miradas, la de Chi-Chi, Volt, Bulma, y la del príncipe Vegeta que miraba receloso desde el umbral de su puerta.

-Él volverá… él siempre cumple sus promesas…

 

 

Fin.

Notas finales:

Creo que quedó bien el final, hubo bastante en poco. Y la verdad es que me llave cardiaca jejeje perdón por la parte del alcohol, tenía que hacerlo xD.

Bueno, mucho que decir, pero resumiré todo. La verdad es que amé esta historia, dentro de ella plasmé muchos sentimientos, y a través de ella se guarda mi evolución y punto de cambio, plasmando todo lo que pude alcanzar como autora. Siento que avancé, y estoy satisfecha con esto, porque lo hice desde el fondo de mi corazón, y por qué trabajé con todo el amor del mundo. Aprendí mucho, y fue triste y divertido. Mosheneira, gracias por tu apoyo, esta historia es tuya :).

Estoy feliz, y tiste, no me alcanzarían las palabras para describirlo, pero sé que jamás olvidaré esto. Mi mejor lección. Si han llegado hasta aquí se los agradezco, y espero por lo menos les haya servido de entretenimiento un rato. No hay mejor satisfacción para mí que un RW. (Sí, lo digo por ti Osiris ¬¬)

Les deseo la mejor de la suerte! Saludos!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).