Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Never give Up por ritsuka10

[Reviews - 186]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

HimChan miraba desde la lejanía como su “novio” se llevaba la victoria en el combate, con esa última pelea se convertía en el campeón, grito emocionado cuando el juez levantaba su mano, se tuvo que calmar cuando unas personas votaron a verlo así que solo se acomodó los lentes y bajo su gorra, estaba feliz de ver a su pequeño Uppie ser feliz, deseaba correr a su lado pero sus padres estaban en primera fila así que solo se levantó de su lugar para irse antes que alguien lo reconociera, ya fuera escribió un mensaje. JongUp era felicitado por su familia mientras levantaba su trofeo, tenía una enorme sonrisa dibujada en su rostro ya que había alcanzado su objetivo.


—Estoy orgulloso de ti. —Hablo el Sr. Moon abrazando a su pequeño niño. —Vamos a celebrar tu victoria.


—Es una pena que tu novio DaeHyun no estuviera aquí. —Interrumpió la Sra. Moon besando la frente del campeón. —Ya después lo invitaremos a la casa.


El castaño bajo la cabeza apenado, le habia inventado a sus padres que salía con DaeHyun Jung para poder justificar sus salidas inesperadas, era la única manera de estar con su hyung sin despertar sospechas, miro hacia el público le hubiera gustado que estuviera ahí a su lado, celebrando su triunfo, el tono de mensaje de su celular lo despertó, su mamá le paso el móvil, cuando lo abrió una sonrisa se formó en sus labios, levanto la mirada para ver que sus padres saludaban a otras personas así que se dispuso a releer ese bello mensaje,


 From: Príncipe,


 Felicidades mi pequeño tesoro, eres el mejor, ahora sé que no debo hacerte enojar ya que eres capaz darme una patada doble,  brincas mucho, te quiero y estoy orgulloso de ti.


Up levanto la mirada con más insistencia, estaba seguro que su hyung estaba en ese lugar, comenzó a caminar en el mar de gente, caminaba emocionado, deseaba verlo, tocar sus labios, de repente alguien lo tomo de la mano jalándolo hacia un rincón del gimnasio donde el raptor lo beso desesperadamente, se colgó de su cuello.


—¿Cómo pudiste conseguir entradas? —Cuestiono el menor contestando el beso con la misma intensidad. —Era un evento limitado.


—Recuerda que soy el príncipe de Ouran, no hay nada imposible para mí. —Cuestiono acariciando esa humedad mejilla. —Soy tu novio así que mi deber es estar a tu lado apoyándote, Felicidades mi pequeño pokemon.


HimChan se volvió apoderar de esos labios, lo arrincono más en la pared aferrándose a sus caderas, perdiéndose en ese hermoso momento pero unos voces al fondo el recordaron el lugar en donde estaba así que finalizo sus caricias, el menor se quejó pero comprendió las razones.


—Me debes llevar a un lugar genial esta noche para festejar mi triunfo. —Comento melosamente el castaño jugando con la nariz del mayor. —Recuerda que aún no somos novios, te quiero mi príncipe.


—Eres un chico difícil por eso me encantas. —Hablaba sensualmente. —Anda vete antes que te secuestre y te quiera hacer cosas pervertidas.


Up se soltó del abrazo dirigiéndose en dirección hacia donde había dejados a sus padres pero antes de perderse en ese mar de personas se giró para mandarle un beso a su hyung quien solo sonrió complacido.


Zelo observaba el número de celular que Jae le había pasado ya eran las seis de la tarde de sábado había pasado casi 48 horas sin saber nada de su tutor, se movió nervioso, deseaba escuchar su grave voz, pelear con él, tocar sus labios, un suspiro salió de su boca, no podía negar que su corazón saltaba de alegría cuando estaba con él, se escondió en sus almohadas sonrojado pero un golpe en la puerta lo despertó de su sueño.


—Joven Choi, sus padres ya llegaron y piden que baje a cenar. —Una femenina voz hablaba con tranquilidad. —Piden que baje presentable debido a que tienen visitas.


—Ya voy. —Contesto fastidiado el pelirrosa poniéndose de pie. —Gracias.


Zelo se arregló un poco el cabello, sacudió su ropa y bajo a cenar con sus padres, tuvo que fingir que le alegraba tener visitas, se comportó a la altura como su padre le exigía, sonrió sin tener ánimos, le cansaba esa rutina donde tenía que simular ser otra persona que no era, su mundo giraba en la hipocresía de la gente, se esforzaban en esconder los defectos, se creían superiores en muchas cosas, al escuchar las pláticas de esas personas entendió que todas se parecían a su hyung.


—¿Cuándo vuelve tu mano derecha ministro Choi. —Cuestiono un hombre de avanzada edad, Jun solo levanto la vista interesado. —Sé que lo enviaste a terminar su carrera universitaria a Estados Unidos.


—En un par de meses, es un chico muy listo solo tiene 22 años pero ha logrado ponerse a la altura, era de suponerse ya que es el menor de la Familia Lee. —Contesto el ministro sonriendo con alegría. —Es el hijo que cualquier padre estaría orgulloso espero que Jun aprenda mucho de él.


El pelirrosa solo asintió apenado, estaba consiente que su padre no lo quería, que se avergonzaba de él, no era el más inteligente del Colegio, no destacaba en ninguna actividad, solo era un chico promedio, uno más del montón, desde niño por eso estuvo a pegado a su hyung Lee para ser como él, para que su padre lo amará, para que se sintiera orgulloso pero no lograba obtener su atención ya que su progenitor solo se decepcionaba más y más, la cena fue un martirio por ello agradeció cuando las visitas se fueron, corrió hacías las escaleras para ir a su habitación pero su padre lo detuvo.


—¿Buscas avergonzarme? Mira tu cabello pareces un vándalo. —Grito molesto el mayor de los Choi despeinando el cabello del joven. —Pareces un marica, quiero que lo cortes y lo pintes por uno decente.


—Me gusta como lo traigo. —Contesto desafiando a su padre. —No te has puesto a pensar que tal vez sea un marica.


Una mano se estampo en la mejilla blanca del menor quien solo se soltó del agarre con los ojos vidriosos, no era la primera vez que lo abofeteaba y estaba seguro que no sería la última vez, sabía que su padre odiaba que lo desafiara, que le contestara, su madre hizo acto de presencia pero no dijo nada solo se mantuvo en su lugar negando la cabeza.


—Estas castigado por faltarme al respeto. —Hablo prepotentemente el mayor bajando por las escaleras. —Más te vale que entiendas JunHong que no aceptaré que mi hijo sea un desviado.


El pelirrosa solo chasqueo la lengua molesto para después subir hacia su cuarto  donde se dejó caer en la cama llorando, odiaba que su padre no lo aceptara, que tuviera tantos perjuicios, tantas vendas en los ojos que no le permitían ver que la vida no está escrita en blanco y negro sino que tiene matices.


Isla Jeju


Bang estaba encima de un rubio mientras besaba su cuello con delicadeza provocándole miles de cosquillas, acaricio su pecho desnudo, se apodero de sus labios para morder el inferior.


—Pará de hacerme cosquillas si no quieres hacerlo no tenemos que hacerlo. —Replicaba Ren con una sonrisa en sus labios jalando a su líder para que se recostará a su lado. —Creo que no estas de humor, siempre que comienzas jugando es que no tienes ganas.


—Los siento muñequita pero estoy algo cansado. —Hablo el mayor abrazando por la espalda a su compañero. —El viaje fue muy repentino, ayer el trato con los japoneses me puso nervioso además deje solo a Jae y eso no me gusta.


Ren se acurruco al pecho del pelinegro, ellos no eran novios, ni una pareja, solo eran buenos amigos que pasaban el rato divirtiéndose, él sabía que su líder era un mujeriego un chico que no se ata a las personas, adoraba estar a su lado, ser su amante no aspiraba ser algo más ya que para él era suficiente, lo salvo cuando solo era un niño, cuando su madre lo molía a golpes por tener un rostro de niña, era el hijo de una prostituta, una de las tantas amantes del padre de YongGuk.


—A veces creo que estás enamorado de Jae, todo lo que estás haciendo es por él, te alejas del mal camino para volverte alguien respetable. —Comento el rubio guardando sus piernas en las del pelinegro quien solo sonreía. —No son hermanos de sangre, vas a dejar la vida de delincuente para que sea feliz.


—No mi hermosa muñequita, quiero una buena vida por todos ustedes, he visto como la gente que hace cosas malas termina y no quiero que yo o ustedes terminen así, Jae es mi hermano, lo amo así. —Comento el pelinegro acariciando el rostro de su aprendiz. —Honestamente a quien quiero para mi Jae es a Zico, es un buen chico que se lo merece.


Sus labios se encontraron con un delicado beso, la pelea de lenguas dio inicio  y ninguno de los dos quería perder pero el sonido de un celular los obligo a detenerse, el mayor observo el número, no lo conocía pero se animó a contestar solo recibió un silencio como respuesta.


—¿Quién es? —Hablo molesto Bang poniéndose de pie. —Si no contestan voy a cortar…


—No, por favor no cuelgues. —Una temerosa voz se escuchó por la bocina, una sonrisa se formó en los labios del mayor al reconocerla. —¿Cómo estás pederasta?


Ren observo como el rostro de su líder de iluminaba, lo vio sentarse en un sillón delante de él, lucia diferente, parecía ¿enamorado? Negó con la cabeza así que solo se acomodó para mirarlo.


—Bien, gracias por preguntar niño berrinchudo ¿Me extrañas mucho? —Cuestiono con tono burlón. —¿Quieres tu beso de las buenas noches? Tendrás que esperar unos días más  pero prometo que los guardare para ti.


Ren se tuvo que poner una almohada en la boca para no soltar una carcajada, nunca en su vida había escuchado tan cursi a su líder quien al darse cuenta de su burla le lanzo el cojín, indicándole que se callara.


—Espero no beses a nadie más mientras paseas por allá, no me gusta probar otras babas. —Contesto el pelirrosa sonriendo, escuchar su voz lo aclamaba. —Sí, te extraño y desearía que me abrazaras.


La última palabra salió en un suspiro aún estaba dolido por las palabras de su padre deseaba que alguien lo consolara, que le digiera que todo iba a estar bien, Bang se dio cuenta de ese extraño tono en el menor usaba, se removió preocupado, presentía que no estaba bien.


—Te compre un pequeño regalo, es una patineta con un diseño personalizado cuando la veas te vas a morir de alegría. —Hablo el mayor para reconfortar a su aprendiz. —JunHongie eres fantástico nunca dejes que otras personas digan lo contrario tienes un carácter muy fuerte pero sé que no eres una mala persona, aunque no esté a tu lado sabes que puedes contar conmigo.


—No sé porque me dices esas palabras, no te quieras comportar ahora decentemente después de acosarme. —Contesto el menor, su voz era entrecortada. —¿Crees que debería pintarme el cabello? Ya sabes para no aparentar ser un vándalo, soy el hijo del primer ministro así que debo lucir bien.


Jun no estaba listo para hablar de sus problemas con su padre pero deseaba decirle a alguien de manera indirecta que se sentía demasiado presionado, que se estaba ahogando en su jaula de oro, que su apellido era demasiado grande para sus frágiles hombros, Yong capto la indirecta sabía que el menor tenía muchos roces con su padre, que no sus ideales no coincidían, el pequeño era una alma bohemia que amaba el rap, hip hop, las revoluciones sociales, era un artista.


—No sería mala idea, pero que sea azul o rubio, pero no negro o castaño serian demasiado serios para ti, eres un rayo de sol que irradia luz así que un color oscuro opacaría tu magia. —Hablo el mayor sonriendo, miro a Ren quien se había quedado dormido. —No dejes que las demás personas te digan que hacer, sigue las reglas pero que no cambien tus ideales, mantente fuerte hasta mi regreso, yo cuidare de ti.


—YongGuk—Hyung no te vuelvas a ir sin decirme nada, no quiero que me vuelvas a dejar solo. —Contesto con un nudo en la garganta, lo extrañaba demasiado y sus palabras lo conmovían. —Te quiero a mi lado, te necesito porque me siento solo en esta enorme casa.


Era honesto por primera vez, deseaba abrir su corazón a la persona que despertaba miles de mariposas en su estómago, a la persona que deseaba besar todas las mañanas, no eran novios pero había un lazo más fuerte que los mantenía atados, solos unos día juntos le bastaron para confiarle cualquier secreto, para cometer cualquier locura, porque tal vez se estaba enamorando de su tutor, continuaron platicando por dos horas más ninguno de los dos quería cortar la llamada, pues se necesitaban para sentirse completos lamentablemente debían finalizar.


—Ve a dormir, si en estos días que no estoy a tu lado necesitas molestar a alguien envíame un mensaje y prometo contestarlo. —Dijo el pelinegro con dulce voz. —Jun tal vez nuestra relación no tiene algún título pero te puedo asegurar que eres alguien importante para mí, te cuidare, te protegeré y jamás te dejaré solo.


—Descansa hyung, solo necesitaba escuchar tu voz para estar más tranquilo. —Contesto el rubio acomodándose en sus cobijas. —No acoses a otros chicos, no beses a otras personas porque debes guardar tus labios para mí, eres mío, solo mío.


La pareja se despidió con un tímido sonido que simulaba un beso, Bang camino hacia su cama donde se acostó a lado de Ren quien despertó al sentirlo, se giró para abrazarlo, había escuchado toda la plática, era feliz al saber que su líder tenia alguien especial ahora más que nunca entendía porque deseaba cambiar su vida, se recostó en su pecho, debía aprender a dormir solo, a dejar de tener miedo porque en el futuro ese chiquillo del teléfono no lo dejaría seguir durmiendo con Guk.


—¿Quieres conocerlo? —Cuestiono Bang sacando su teléfono y mostrándole la foto a su compañero. —Es muy lindo, solo tiene 16 años así que es un niño pero lo quiero para mí,  su padre es el primer ministro de Corea, no me importa solo lo robaré para mí.


—Es hermoso hyung, quien diría que el hijo de un contrabandista andaría con alguien tan poderoso. —Hablo burlonamente el rubio regresando el teléfono y acurrucándose. —Se nota que te encanta pero su padre puede ser un estorbo, la verdad te conozco y sé que no te importa eso de las clases sociales pero es peligroso que descubran tu verdadera identidad, que sepan que no tienes 19 años sino 23, tu pasado hyung no es muy limpio y tus manos están manchadas de sangre.


Bang torció los labios,  rodo los ojos para después despeinar el cabello del rubio, estaba consiente que no era una buena persona pero no le importaba desde que nació hizo con su vida lo que le diera la gana ahora de mayor nadie le detendría.


 


DaeHyun tenía apresado a su novio entre el sillón y él, besaba su cuello con pasión mientras le hacía cosquillas, la pareja estaba en un viejo sillón que adornaba el departamento de los hermanos Bang, no podían pasar ningún momento separados por esa razón el mayor había llegado sin previo aviso.


—¿Dónde estuviste toda la mañana?—Cuestiono el castaño pegado a los labios del joven.—Vine a buscarte pero nada y no contestabas tu celular.


—Tengo mis secretos.—Contestaba burlonamente despeinando el cabello de su pareja quien ponía pucheros tiernos.—Fui hacer unos encargos de mi hermano y mi celular se descargó.


Jae mentía vilmente, era bueno en eso, su madre le había enseñado bien, lo aprendió desde  niño, jamás le diría que estaba perdiendo la vista de un ojo, que su cuerpo era un mapa de cicatrices que su padre le había regalado antes de morir, no le revelaría su pasado aquel que tanto deseaba olvidar, dejar atrás, se colgó del cuello de su pareja para regalarle miles de besos por toda la cara.


—¿No se supone que eres tímido?—Cuestionaba emocionado el castaño acariciando la cintura del pelinegro.—¿Dónde está el niño "tengo fobia a las personas"?


—Lo has curado con tu dulzura.—Comento cursimente haciendo un puchero.—Pero si quieres puedo volver a ser como antes.


Dae negó energéticamente con la cabeza, le gustaba la manera que ahora era su novio, adoraba cada uno de sus gestos, tan tímido unas ocasiones, tan pasional en otros momentos, cada día era más maravilloso que antes, continuo devorando esos labios, el recuerdo del trato con Up llego a su cabeza sabía que debía contárselo a su actual novio pero no quería amargar el momento así que lo pospondría para después, sus juegos se vieron interrumpidos por el sonido de un celular.


—Hola precioso novio.—Una ruidosa voz se escuchaba por el auricular.—¿Adivina quién se va a casar?


—Deja de decirme así, ya sé que el amor de tu vida es Kitty.—Contesto burlonamente el pelinegro poniéndose de pie.—No tengo ni idea.


YoungJae se alejó de su novio para contestar, no podía volver a colgarle a su amigo, había prometido siempre contestar a su llamada los sábados miro como DaeHyun cambiaba su rostro por una mueca de molestia.


—Donghae y Eunhyuk ayer los encontré en la Cafetería del centro, están felices.—Hablo emocionado el paliblanco.—Parece que Eun consiguió un trabajo en Estados Unidos así que se lleva a su novio con él, te mandan saludar y esperan verte cuando regresen.


—Lástima que no pueda despedirme de ellos pero diles que los quiero y les deseo la mejor de las suertes.—Comentaba con una sonrisa que se borró cuando observo que su compañero se levantaba caminando en dirección a la puerta.—Me tengo que ir deje algo en la estufa y va explotar.


El sonido de un portazo resonó por la sala.


—Está bien, yo tengo deberes que hacer ya sabes que cuando tu hermano anda por acá el trabajo nos sobra.—Hablo ZIco seriamente.—Jae nunca olvides que siempre estaré a tu lado, siempre te cuidare sin importar nada.


Jae  contesto con un débil, gracias y yo también, suspiro al terminar la llamada Zico era una de sus piedras fundamentales en la vida, la banda de su hermano era su familia gracias a ellos había superado cualquier dificultad, aprendió a sonreír después de tanto dolor, salió corriendo en busca de su actual novio a quien encontró recargado en la puerta que daba a las escaleras.


—Tardaste en venir a en contentarme.—Hablo fríamente el castaño  abriendo sus brazos.—Me hubiera ido molesto.


—Lo siento mucho DaeHyuniee, perdóname.—Dijo con pucheros el menor recargándose en pecho del mayor.—Vamos te voy a presentar a Zico, te explicare porque no puedo negarme  a sus llamadas.


YoungJae arrastro a su novio hacia su departamento lo sentó en el sillón para después ir a su habitación por unas fotografías, al regresar tomo asiento a lado de su pareja pasándole las imagen, la primera mostraba a Jae en medio de dos Bang, atrás estaba un rubio, un pelirrojo, un pelinegro y otro rubio abrazaba a uno de los Bang.


—Él es Zico, el de a lado Ravi y CAP, el rubio que abraza a Guk es Ren y el otro es Namie—Decía orgullosamente el pelinegro.—Ellos son mi familia, mis hermanos, desde que éramos niños hemos estado juntos.


—No sabía que YongGuk tuviera un gemelo.—Comento pensativamente.—¿Dónde está?


Jae tomo la fotografía acariciando el rostro de Nam, su hermano mayor, la causa que estuviera ahí, por él deseaba ser un maravilloso abogado, el mejor del mundo para sacarlo del lugar donde estaba por su culpa.


—En Japón trabajando.—Contesto automáticamente besando las mejillas de su novio.—Sé que Zico es algo efusivo con su cariño pero debes entender que es mi familia, nuestra relación es de hermanos.


—Está bien pero quiero que deje de decir que eres su novio.—Contesto enojado besando posesivamente sus labios.—Entiendo que no quieras decirle a tu Familia nuestro noviazgo pero dile que pare de mentir.


Jae asintió ingresando su lengua en la boca del mayor, muchas veces antes había visto a sus hermanos hacerlo con sus amantes, su madre vivía de hacer feliz a los hombres, esa fue su tortuosa vida, una no muy decente. Dae contesto el atrevimiento con devoción, aun no estaba preparado para hablar con sus padres primero los convencería que los apellidos no importaban en una relación, la pareja estuvo un tiempo más intercambiando caricias, besos, dejaron sus cuellos con visibles marcas pero una llamada por parte del mayor los separó, su madre le exigía regresar a casa debido a que era muy tarde, Jae se despidió desde su ventana con sus mejillas sonrojadas un una sonrisa que iluminaba el aire, al verse solo camino al cuarto de su hermano, lo extrañaba, se recostó en su cama.


—Dices que no seremos iguales a nuestros padres pero vivimos demasiados años con ellos y yo aprendí demasiado.—Hablo Jae mirando el techo.—Mi madre siempre dijo que sería un cualquiera como ella, que jugaría con las personas, que le abriría las piernas al primer postor, que su madre lo hizo, que ella repitió la historia ¿Yo me volveré también en alguien así?


Sus palabras se ahogaron en su garganta, era complicado olvidar lo que tantas noches le llegaron a gritar, lo que a diario le recordaban, siempre se hizo el digno, el puro, pero con DaeHyun todo era diferente, distinto, anhelaba estar con él, de todas las maneras posibles nunca había sentido tanto deseo, tanta pasión, quería ser suyo pero no estaba dispuesto a dejar a Zico, no eran novios, ni nada, de hecho Zico anduvo con muchas personas antes pero su relación era especial, era mágica, porque en el fondo de su corazón sabía que al final del camino terminaría a su lado porque conocía su pasado, honestamente se avergonzaba que Dae se enterara que su progenitora fue una mujer que vendía su cuerpo al primer postor, que vago de amante en amante, nunca la Familia Jung aceptaría al hijo de una prostituta y un drogadicto como esposo de su primogénito.


—Soy tu viva imagen madre es lo que siempre gritaban tus amante, es una lástima que sea niño maldecían molestos.—Grito hundiéndose en la almohada.—No te imaginas lo mucho que te odie porque en vez de defenderme me escondías en ese maldito ropero.


No quería recordar, no deseaba estar solo,  se aferró a las cobijas, sumergiéndose en el recuerdo de su verdadera Familia, las bromas de Ravi, el carácter de CAP, las niñerías de Ren, la risa de Zico, la sonrisa de Bang, la voz de Nam, no deseaba convertirse en su madre,  el sonido del timbre lo asusto se levantó con miedo, tomo el bat de su hermano, sabia defenderse se dirigio a la puerta para observar por el mirador donde se encontró con la persona que tanto deseaba ver, abrió de un solo golpe para correr a esconderse en sus brazos.


—¿Por qué estás aquí? —Hablo con un tono entrecortado mientras se aferraba a la chamarra del mayor. —Deberías estar en casa.


—No puedo dejarte solo, mi madre mañana estará furiosa pero no me importa. —Contesto el castaño acariciando el rostro de su novio. —Prometí cuidarte.


Sus labios se unieron en un dulce beso ambos ingresaron al departamento abrazados, el mayor detecto como el pelinegro temblaba, lo suponía, estar solo en ese departamento, en esa ciudad no era sencillo, siempre estuvo rodeado por sus hermanos.


 


Un suspiro se escuchaba por el auricular del teléfono, Up apretaba fuertemente su mano formando un puño, su voz sonaba débil, delgada, sin vida, una discusión en ese momento echaría a perder sus avances.


—Lo siento en verdad, discúlpame por dejarte plantado.—Comento nuevamente el peliazul.—Mis padres me llevaron a festejar, fuimos a tantos lugares que no me dejaron libre ningún momento, es muy tarde y no me dejan salir.


—No te preocupes, te entiendo.—Contestaba HimChan con su voz calmada, tranquila.—Hace mucho tiempo que no estabas con tu familia así que es justo.


Up esbozo una sonrisa, dejo salir todo el aire que había acumulado en su pecho, su hyung siempre tenía las palabras correctas, era amable, sensible y empático, por eso lo amaba tanto por tener un corazón tan puro e inocente, sin maldad, se dejó caer de espaldas sobre la cama para mirar el techo, no podía dejar de sonreír.


—Pero ya me las arregle para mañana ser libre.—Comento inocentemente.—Seré todo tuyo pero recuerda que no, nos deben ver.


—Claro que lo se pokemon, yo arreglare todo.—Hablaba el rubio poniéndose de pie.—Descansa y mañana nos vemos en el parque que esta detrás del colegio, te quiero.


Up asintió terminando la llamada, coloco el móvil sobre su pecho, era inmensamente feliz, sentía que flotaba y viajaba por nubes, su hyung siempre fue un ser maravilloso, lleno de virtudes, de encantos que lo volvían loco y por fin lo tenía a su lado. HimChan tiro todas las cosas que estaban sobre una mesa, el ruido invadió ese apacible establecimiento había reservado un restaurant solo para ellos dos, velas se encontraban espaciad por cada rincón, tomo cada uno de los arreglos florales para estamparlos con el piso, estaba furioso, no era justo que no pudiera estar con la persona que amaba hubiera sido perfecto ese día, paseando con los padres de Up, sin esconderse, antes del conflicto de las familias los señores Moon adoraban a HimChan, decían que sería el mejor novio para su pequeño, lanzo un par de copas hacia la pared, los vidrios rebotaron todo la culpa la tenía su padre, su maldita ambición, su amor al dinero, al poder, agarro su celular para marcar al número de la persona que desahogaría sus frustraciones.


—Comandante.—Una varonil voz salía del auricular.—¿A qué debemos su llamada? ¿Otro trabajito?


—Mi padre debe estar con su amante así que quiero que vayas hacerle una visita a su nuevo coche.—Comento fríamente el rubio apretando los pétalos de una rosa.—Te ordeno que destroces su nuevo auto, que sienta la furia que tengo contenida y por ultimo déjale un nota que diga "El comandante te manda saludos"


Finalizo la llamada, deshojo la rosa chasqueo la lengua para después torcer su cuello, podría ser un príncipe cuando se lo proponía pero también se transformaba en un demonio, no cometería el mismo error dos veces, esta vez no dejaría que nadie alejara  a Up de su lado, lo quería para él, solo para él, si para lograr su objetivo debía volver a dañar a su padre lo haría, no le importaba nada más que Jong, el dinero siempre fue su mejor arma por eso agradecía a sus abuelos paternos que le dejaran toda su fortuna, no necesitaba de su Familia para sobrevivir, su mirada se tornó sombría desde aquella noche que conoció a SHINee su personalidad dio un giro de 360 grados, descubrió que existían distintas maneras de persuadir a las personas, unas más crueles que otras,  salió del inmueble para subir a su coche unos minutos bastaron para recibir un par de imágenes donde un auto de lujo estaba reducido a cenizas, JongHyun siempre hacia los mejores trabajos, superando sus expectativas como siempre.


 


JongUp bajaba rápidamente por las escaleras una voz detuvo sus movimientos giro a ver la fuente y corrió abrazar a su madre, un nuevo día había llegado a esa apacible mansión.


—Podrías decirle a DaeHyun que desayune con nosotros.—Hablo dulcemente la mujer pellizcando las mejillas del ahora peliverde.—Prometemos no avergonzarte.


—Mamá, apenas estamos saliendo no quiero presionarlo.—Contestaba evadiendo la mirada de su progenitora.—Además ayer me tuviste todo el día contigo, es tarde me tengo que ir.


Up le dio un beso a su madre para después escapar corriendo no le gustaba mentir pero era la única manera de poder estar con su hyung, llego al parque de la cita buscó el coche con la vista pero no lo encontró de pronto de un auto negro un rubio con cabello muy corto salía, sonrió al darse cuenta de quién era corrió a su lado, unos labios lo recibieron con efusividad.


—Te vez genial con ese nuevo look.—Comento mientras entraba por la puerta que HimChan le había abierto, como todo un cabllero.—¿Nuevo coche?


HimChan subió para tomar su lugar como piloto no sin antes echar un vistazo a los dos autos que lo vigilaban a lo lejos una mueca de insuficiencia se formó en su cara no dejaría que nadie le arruinara el día.


—Tienes el cabello verde, me gusta.—Comento el rubio tomando por la barbilla al más joven.—Compre un auto parecido al del mocoso Jung para que no hubiera problemas.


—Eres muy inteligente hyung, te vez como un chico malo.—Comento besando los labios del mayor.—Me gusta, ¿qué van a decir tus fans? ya no te vez como  un príncipe dulce y encantador.


HimChan esbozo una sonrisa para hacer el beso más profundo, acaricio las mejillas del peliverde pegó su frente de manera suave, era su pequeño tesoro, lo único que le importaba en la vida, su razón de existir, por él era capaz de cualquier cosa, encendió el auto para manejar en dirección a su sorpresa después de varios minutos manejando llegaron a una tienda de conveniencias donde el menor bajo a comprar unas cosas, Himchan recibió una llamada.


—¿Ahora seremos tus guardias personas cuando salgas a ligar?—Cuestionaba molesto una voz.—Me aburre esto.


—Te encargaras de que nadie conocido nos vea, no te pago para que te diviertas.—Comentaba fríamente el rubio observando por la ventana a su pareja que pagaba unas bebidas.—Estoy de buen humor así que no me hagas enojar.


JongHyun formo una sonrisa en su rostro su comandante era de temerse por eso lo seguía, no solo por las buenas pagas sino porque lo respetaba desde aquella noche que se toparon en ese viejo Bar donde el príncipe le dio una palizza al matón del lugar, observo como el peliverde subía al coche.


—El pokemon es un niño hermoso ahora entiendo porque el comandante está loco por él.—Hablo Key pegándose a su novio.—Channie tiene buenos gustos.


—Avísale a Minho que siga a los padres del pokemon  y a Onew que vigile al padre del comandante.—Dijo sensualmente el rubio pasando sus brazo por los hombros de su novio.—No quiero hacer enojar al comandante ayer destrozo el maldito restaurant.


El pelinegro asintió, su jefe era una persona de temer cuando se lo proponía a veces le costaba pensar que el príncipe de Ouran y el comandante eran la misma persona, cuando lo conoció estaba tan lleno de odio, de venganza que casi mataba a golpes a su novio, desde ese día se convirtió en el líder de SHINee, le hacían trabajitos sencillos, pero solían ser demasiado crueles, continuaron vigilando el auto de lejos, no arruinarían su anhelada cita. HimChan estaciono el auto en la entrada de un parque de diversiones se giró para observar la cara de alegría del su acompañante, se acercó a su mejilla para besarla.


—Amas este lugar, ¿recuerdas la vez que huimos de clases para venir? fue el mejor día de toda mi niñez.—Hablo inocentemente el rubio dejando besos en la nariz del más joven.—Eres mi tesoro, eres todo para mí, te quiero Up.


—Siempre fuiste una mala influencia hyung. —Replicaba el peliverde colgándose del cuello del mayor, estaba completamente enamorado de él.—Leíste mi mente, moría por venir a este lugar contigo, quiero subirme a todos los juegos, quiero que ganes muchos regalos para mí.


Sus labios se encontraron una vez más, salieron tomados de las manos, Himchan se veía demasiado varonil, unos lentes negros tapaban sus bellos ojos, abrazo por la espalda a su pareja, disfrutaría del día como se lo merecía.

Notas finales:

GRACIAS POR SUS REVIEWS!! Les dejo un capitulo algo corto pero con mucho HimUp, hace mucho tiempo tenia ganas de hacer a HimChan oscuro, comunmente lo ponen debil, fragil, lindo o simplemente mujeriego esta vez quiero hacer una Omma oscuro, soberbio, egoista, posesivo, quiero verlo loco de amor por Up, a Bang lo quiero ver más relajado, light, un chico malo que no deba ser cruel, solo un chico que le gusta divertise, busco que este fic sea diferente a los otros, no voy hacer otro oneshot o coffe, quiero que sea escolar, con problemas comunes pero también me gusta el drama y misterio xD bueno espero les guste ?? las decepcione ?? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).