Título: Arabella
Parejas: HimUp.
Género: Romántico.
Aclaraciones: Inspirada en la canción Arabella de Arctic Monkeys
La luz de la mañana se colaba por esos enormes ventanales un pelinegro se sentó al borde de la cama colocándose los pantalones, toco su cabeza, la reseca lo estaba matando, acaricio su pecho su tatuaje se mostraba orgulloso adoraba el contraste que tenían esos trazos negros con su piel blanca giro su rostro para encontrarse una persona envuelta en las sabanas una más que agregaría a su larga lista, aquella que tenía hasta tres dígitos, camino por la habitación con dirección al baño ser el guitarrista y coro de una banda de rock no era un empleado sencillo coloco sus manos en el lavabo mirando su reflejo en el espejo tenía el dorso lleno de mordiscos, arañazos en su espalda se podían observar.
—Joder sí que era una fiera esa chica.—Se dijo abriendo la llave del agua.—El manager Kang me va matar.
El pelinegro se mojó la cara para terminar de despertar, salió secándose con la toalla mientras caminaba por el piso descubrió que no había zapatos de tacón sino un par de tenis, no estaban los típicos tops y faldas sino unos pantalones de mezclilla y una camisa, un nudo se formó en su garganta se adelantó a quitar la sabana para dejar ver a un joven de piel canela que buscaba perezosamente esconderse en las almohadas, el guitarrista lo observo detalladamente cientos de mordiscos estaban esparcidos por toda la espalda, pecho del joven, también tenía varios autógrafos escritos alrededor de sus muslos, parte baja de la espalda, en una nalga, no podía negar que tenía un atlético movió la cabeza alejando los malos pensamientos .
—Hey levántate.—Grito frustrado el mayor.—Debes irte tu noche de ensueño termino.
—Cinco minutos más hyung.—Dijo dulcemente el fiusha pataleando inocentemente.—Hoy es sábado y no tengo clases.
HimChan dejó caer la sabana para buscar entre la ropa del chico alguna credencial, no podía haberse acostado con un estudiante o con un menor de edad encontró una mochila dentro de ella estaba el uniforme de un colegio de prestigio, reviso las bolas descubriendo una identificación que acreditaba que el joven se llamaba Moon JongUp y tenía 18 años de edad, un súbito mareo llego a la pelinegra cabeza del hombre quien se tuvo que sentar en el borde de la cama se sumergió en sus pensamientos, ese chico aún era menor de edad, se metería en un lio grande si la prensa se llegaba a enterar además de que era un hombre, el grandioso Kim HimChan enredado con un niño, esa noticia no podía llegar a los periódicos, su reputación de conquistador se vendría abajo al igual que su carrera artística, unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pesadillas.
—Kim es mejor que te quedes en tu habitación dile a tu chica que no salga. —La profunda voz de su líder resonó del otro lado. —El estúpido DaeHyun se dejó ver con hijo del primer ministro Yoo y la prensa está hecha loca.
—Vale. —Contesto el hombre de piel blanca dejándose caer en la cama. —Esconde a tu conejo azul o te acusaran de pedófilo.
Un gruñido se logró escuchar, el pelinegro chasqueo la lengua molesto, él también ahora un pederasta, ese mocoso que dormía en su cama solo era un año mayor que el juguete preferido de su amigo Jepp, inflo las mejillas mostrando un puchero de conejo, se dio la vuelta para admirar a su “conquista”, ¿Qué tendría ese chico para habérselo tirado? Se cuestionaba una y otra vez, lo observo fijamente jalo la sabana para dejarlo sin ningún abrigo, su piel morena se veía apetecible, sus muslos bien definidos, su abdomen marcado, esos hombros fuertes, nunca sintió atracción por algún hombre pero esa sonrisa le traían viejos recuerdos estiro la mano para delinear sus labios, se formaron tiernos pucheros.
—Qué lindo eres. —Dijo en un susurro. —Pareces un cachorro extraviado.
—Prometiste cuidar de mí. —Hablo el menor provocando que el mayor se asustara un poco. —¿Quieres que te recuerde porque me elegiste encima del resto?
El mayor no pudo contestar ya que sus labios se vieron invadidos por una lengua que se abría paso, hambrienta, deseosa de más contacto, una torcida sonrisa se formó en el pelinegro, era bueno pero le faltaba experiencia, lo mordió sin pedir perdón, tomo el control de la situación, de un movimiento se colocó encima de él, lo aprenso en la cama rosando su ingle con ese desnudo trasero, los gemidos escapaban del moreno quien solo se hundía en las almohadas, se aferraba a las sabanas con fuerza.
—Ahora lo recuerdo. —Dijo con cierto grado de burla mientras que mordía el hombro del menor. —Me gusta tu voz cuando gimes, hazlo para mí.
JongUp negó con la cabeza pero el guitarrista soltó una mueca de regaño, llevo su dedo blanco a su boca para lamerlo, chuparlo, después lo introdujo donde solo un par de horas antes había estado, el chico de cabello fiusha no pudo detener los gemidos que escaparon de sus labios cuando se vio invadido, él lo había buscado desde el inicio, desde el primer momento que decidió ir al concierto sin el permiso de sus padres, cuando decidió seducir al guitarrista de la banda BAP, cuando dejo que lo tocara en el elevador sin mostrar ningún signo de vergüenza aún después de ser cachados por un par de ancianos, no le intereso nada de eso, deseaba vivir una locura, ganar la apuesta que hizo con su amigo Kang, seriamente eso había sido el límite de cualquier decadencia, nunca había estado con alguna persona, ni siquiera había tenido su primer beso y ahora sus caderas le dolían, su piel ardía a tal grado de ebullición que era imposible detenerse, ese hombre presiono un botón en su interior que desato el demonio de la lujuria que vivía en su alma.
—Fue nuestra primera vez. —Dijo el pelinegro acariciando la bella anatomía de la parte baja del joven. —No lloraste como todas las niñas tontas, solo me pediste por más.
HimChan mordió el oído del chico quien no paraba de gemir logrando que levantara más su parte baja para que el contacto fuera más sensual, el pelinegro saco su lengua para recorrer esa espalda que se curvaba por el contacto, lamio cada pedazo de piel expuesta, los hombres no le atraían siempre amaría a las mujeres pero ese niño era distinto, lo volvía loco, en su mente no paraban de dibujarse miles de imágenes cada una más pervertida que la otra, deseaba hacerle de todo, adentrarse en él hasta que perdiera la cordura, cada vez que lo besaba, que lo acariciaba anhelaba por más parecía no poder satisfacerse, una hambre se apodero de su interior consumiéndolo a tal grado de no desear más que ese cuerpo, no sabía qué tipo de hechizo era pero tampoco le importaba encontrar solución solo disfrutaría, se bajó los pantalones adentrándose en esas húmedas paredes.
—¿La quieres toda? —Cuestiono con torcida sonrisa deteniéndose en la entrada. —Anda quiero escucharte.
—Por favor HimChannie hyung. —Dijo con tono meloso logrando que la piel del mayor se erizara. —Anda quiero escucharte gritar mi nombre.
Sin pensarlo dos veces el mayor entro de un solo golpe, jamás había sentido tanto placer en su vida estuvo con tantas mujeres pero no lograban compararse a ese ser que ahora lo llevaba a la lujuria, grito su nombre sin contenerse, no le interesaba que los vecinos lo escucharan, era tan estrecho, tan deliciosamente erótico, sus manos vagaron hasta llegar ese parte del menor que le recordaba que era un chico, la acaricio dándole el mismo placer que él sentía, sus voces formaron el mejor coro para la canción prohibida que cada embestida creaba terminando con una nota alta, se dejó caer a un lado de su presa.
—Ahora si recuerdo porque te elegí. —Hablo acariciando el rostro sudoroso del pelirrosa. —Tu sonrisa es hermosa.
Sus labios se encontraron en un beso, JongUp se acurruco en ese tatuaje se aferró a esa blanca espalda, no quería irse, anhelaba quedarse por siempre en esa cama con ese chico dientes de conejo, ¿Amor a primera vista? Negó con la cabeza esa estupidez no existía, se unieron nuevamente en un cálido beso para después recrear todas las pervertidas fantasías que tenía el guitarrista principal de BAP.
Los días pasaron para convertirse en meses un auto estaba estacionado frente a un colegio dos hombre miraban por las ventanas polarizadas.
—¿Por qué me acompañaste a recoger a JunHong a la escuela? —Cuestiono el mayor quien sonreía irónicamente. —Pensé que era el único obsesionado con los colegiales.
—Cállate. —Contesto fríamente el chico de piel blanca. —El mío hoy se gradúa así que es legal.
El menor salió del auto no sin antes decirle a su amigo “Eres un enfermo.”, HimChan llevaba un ramo de flores en sus manos acomodo su gorra y sus lentes negros para no ser reconocido se giró cuando sintió unos brazos rodearlo por la espalda fue cuando beso ese pequeño ángel sonriente.