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Never give Up por ritsuka10

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YoungJae se removía nervioso en sus cobijas al sentir unos brazos que lo sujetaban por la cintura abrió los ojos asustado de un solo movimiento se deshizo del agarre despertando automáticamente a su compañero quien a verlo en ese estado lo abrazo por la espalda buscando calmarlo.


—Soy DaeHyun tranquilízate.—Hablo dulcemente el castaño pegado al oído del menor.—No te preocupes.


—Lo siento.—Contesto apenado el pelinegro escondiéndose en el cuello del mayor.—Discúlpame no estoy acostumbrado.


El mayor negó para después guardarlo en sus brazos y recostarlo en la cama a su lado, se colocó encima de él, su peso fue soportado por sus antebrazos, beso dulcemente sus labios, acaricio su rostro, lentamente rozaba su ingle con la del menor quien despertaba en todos los sentidos.


—Este ha sido mi mejor despertar, eres hermoso con ese nido en la cabeza.—Comento con sorna el mayor mientras besaba el cuello de su pareja.—Deseo que todas mis mañanas sean como estas.


—Que gracioso.—Reprimió molesto el pelinegro tratando de no reír por las cosquillas que la nariz de Dae causaban en su cuello.—Buenos días joven Jung.


Ambos chicos rieron ante ese comentario pero se detuvieron cuando sus labios se encontraron, el castaño comenzó acariciar ese bello rostro, delineando cada uno de sus rasgos, se apresuró a vagar por ese delicioso cuello que se le presentaba, devorándolo con sutileza, sus manos se aventuraron a colarse por debajo de esa pijama, Jae solo cerro los ojos disfrutando del contacto no podía contenerse cuando estaba de esa manera con su pareja, es como si presionara un botón que reseteara su mente borrando sus temores, sus miedos, sus inseguridades.


—Tengo hambre vamos a desayunar.—Comento sonrojado el pelinegro al sentir como su oído era mordido.—Por favor detente.


—Yo, ya estoy desayunando, eres delicioso cariño.—Contesto con una sonrisa, su mano vago por la espalda del pelinegro pero en determinado momento llego a una cicatriz pero no se detuvo.—Eres hermoso.


La respiración de Jae se detuvo cuando sintió como la mano de Dae delineaba sus cicatrices, trago en seco, tenía miedo que el mayor cuestionara sobre esas marcas se quedó quieto en la cama con la vista perdida en algún punto pero nuevamente unos brazos lo despertaron de su sueño se giró para encontrarse a su pareja quien sonreía.


—Nada en ti es imperfecto cada centímetro de piel es bella, me vuelves loco.—Dijo pícaramente besando la nuca del pelinegro.—Quiero desayunarte.


—Ya deja de acosarme.—Contesto con un puchero lanzándolo lejos pero el mayor lo volvió aprisionar en la cama.—Eres muy sexy cuando te levantas.


Jae levanto las manos acariciando el pecho desnudo de su compañero fue delineando su marcado abdomen, dibujando círculos en sus hombros aferrándose a su espalda, ese hombre lo llevaba a la locura, mordió su clavícula con saña logrando que el mayor se quejara continuo besando esa piel hasta llegar a su ombligo donde introdujo su lengua, nunca hacia ese tipo de cosas pero simplemente la pasión lo estaba sobrepasando, gemidos escaparon de los labios del mayor quien no los podía reprimir, esas caricias lo elevaban a la locura, su respiración se detuvo cuando noto que su amante se detenía en el borde de sus pantalones donde dio una lambida, se dejó caer en las almohadas con las piernas abiertas  con Jae en medio de ellas.


—¿Quieres que me detenga? —Hablo entrecortadamente el pelinegro mordiéndose el labio superior. —Nunca había besado a una persona como lo hago contigo.


—¿Quieres continuar? —Cuestiono el castaño echando la cabeza hacia atrás, Jae solo asintió con la cabeza. —Si deseas puedes terminar lo que comenzaste.


DaeHyun se bajó los pantalones liberando su visible excitación, instintivamente el pelinegro se relamió los labios, el sexo oral no era nuevo para él, un par de ocasiones cacho a Ren haciéndoselo a su hermano Guk, otras ocasiones cuando era niño llego a ver a su madre hacérselo a uno de sus tantos amantes, pero no siempre la teoría funcionaba en la práctica, tomo en sus manos esa extensión de su pareja introduciéndola lentamente en su boca, la saboreo con sensualidad, con la punta de su lengua la delineo logrando que el mayor se retorciera de placer, Dae se aferró a la colcha cuando sentía como salía y entraba de la boca del menor, grito su nombre, su mente era llevado al cielo coloco sus manos sobre ese cabello negro, implorándole que continuara, una perversa sonrisa apareció en el rostro de Jae adoraba ver de esa manera a su amante, sus manos se adentraron en su propia ropa interior para auto acariciarse mientras continuaba devorando al mayor, sus chupetazos se volvieron más salvajes, adentro, afuera, en un ciclo que parecía infinito, sus respiraciones eran intermitentes, ambos llegaban al límite, un líquido blanco se coló por la garganta del menor quien lo trago todo, su respiración era entrecortada, saco su mano de su pantalón dándose cuenta que él también había finalizado al mismo tiempo,  trato de correr hacia el baño para limpiarse pero unas manos lo detuvieron, levanto la mirada sonrojado.


—Me estas volviendo loco, ya no puedo pensar claramente. —Dijo el mayor limpiando con su lengua algunos rastros de líquido blanco que corría por la el cuello del pelinegro. —Pídeme el mundo y lo pondré a tus pies.


—No quiero el mundo solo un desayuno. —Contesto con una tímida sonrisa. —Te quiero.


DaeHyun lo sujeto de las muecas para después besarlo con salvajismo, sus lenguas jugaron unos minutos más, devorándose, disfrutándose, estuvieron así hasta que ambos tuvieron que separarse, se arreglaron para salir a pasear, sería su primera salida juntos, Dae usaba algo de ropa de YongGuk viéndose un poco más rebelde que de lo común, Jae sencillamente lucia perfecto, subieron al automóvil no sin antes que el mayor recibiera una llamada al ver quien era simplemente no contesto, no estaba de humor para soportar los regaños de su madre, solo deseaba pasar el día entero con su novio.


—Deberías contestarle.—Le reprocho el menor recargándose en el hombro de su pareja.—No quiero que pelees con tu madre por mi culpa.


—No estoy de humor para escuchar sus caprichos además quiero pasar el día contigo.—Le contesto tomándolo por la barbilla besando sus labios.—Ya después la encontento, este día seré todo tuyo, Jae mereces lo mejor de esta vida y estoy dispuesto a darte el mundo entero.


Sus labios se unieron en un beso para después dirigirse al centro comercial más grande de Seúl, la gente más rica y poderosa compraba en ese lugar, en las vitrinas la ropa de diseñadores mundialmente conocidos se exhibían, Jae miro fascinado el lugar nunca había visitado ese tipo de sitios, simplemente no tendría ni para comprar un refresco, él venia de las Islas así que ese tipo de opulencia era poco conocida para él, arrastro a su amante de un lugar a otro admirando ropa tan bella, zapatos tan geniales, artículos elegantes pero su mirada fue atrapada por un aparador donde una chamarra se mostraba, era simplemente hermosa, era de cuero color roja con algunas secciones color negro (one shot ver japonesa el combinado rojo) suspiro ilusionado, toda la ropa se veía genial, por primera vez anhelaba tener dinero para comprarse esa prenda.


—Vamos a entrar.—Dijo de repente el castaño jalando de la muñeca a su novio.—Parece un lugar interesante.


Jae fue arrastrado hacia la tienda, se sintió un poco fuera de lugar  temía que la gente se diera cuenta que la ropa que usaba no fuera de marca, al momento que entraron dos empleadas lo rodearon, él tenía la vista baja no estaba acostumbrado a esos lugares, desde niño siempre lo corrieron por su condición levanto el rostro al escuchar a su pareja hablar, era distinto a él, seguro de sí mismo, tenía el temblé para mandar, se notaba que siempre había tenido dinero.


—Mira esa camisa te quedaría perfecta.—Grito emocionado abrazando por la espalda a su pelinegro.—Por favor también me trae ese modelo.


Ordenaba DaeHyun a las empleadas, ese día tenía planeado consentir a Jae en todos los sentidos, la noche anterior cuando lo miro dormir calmado en su cama se puso a divagar por el minúsculo departamento descubriendo las enormes carencias que vivía su pareja, observo que su closet estaba semi vacío, la ropa ya estaba desgastada y vieja, Jae era un ser excepcional que merecía lo mejor por eso estaba decidido comprarle todo un guardarropa de lujo, le compraría la misma luna para verlo brillar.


—Vamos a los vestidores para que te la pruebes.—Nuevamente decía emocionado el castaño tomando por la cintura al pelinegro.—Se verá fantástica(camisa) en ti.


—Espera ¿de que se trata todo esto?—Jae detuvo el andar de su compañero tomándolo por el rostro.—No tengo para pagar recuerda que no soy como tú.


Jae bajo su cabeza avergonzado apenas el dinero que tenían les alcanzaba para vivir, desde que dejaron la Isla Jeju habían gastado sus ahorros en el departamento, los uniformes, los útiles escolares, comida, algunos muebles, simplemente con el sueldo que ganaba Bang como tutor y mesero no alcanzaba para lujos, menos ahora que el mayor había dejado su vida delictiva.


—Yo lo pagare todo cariño.—Contesto emocionado besando los labios del menor.—Son regalos.


—No, no tienes que comprarme cosas.—Dijo con serenidad contestando los besos.—No estoy contigo por tu dinero, en verdad no necesito nada mejor vamos a comer.


DaeHyun  lo abrazo por la cadera, sabía que Jae no estaba con él por su dinero, ese era uno de los grandes atributos de su novio, por eso lo admiraba porque no envidiaba a las personas solo trabajaba duro para ser mejor luchaba por una recompensa aunque fuera pequeña pero eso no era justo, merecía recompensas más grandes más significativas.


—Lo sé, pero este es mi regalo, deja que te consienta, que te mime.—Hablo con dulzura esparciendo besos por todo el rostro del menor.—Ahora yo cuidare de ti, mereces lo mejor, eres mi tesoro, eres mi mejor amigo, mi amante, mi novio, mi todo.


Jae se sumergió en esos ojos se colgó del cuello del castaño para besarlo se sentía flotar en una nube nadie había hecho esas cosas por él, su pecho se llenó de orgullo, de vanidad, escondió su rostro en ese cuello, disfrutando de ese abrazo, unos labios se posaron en sus mejillas repartiendo besos por toda su cara, se sonrojo por tales muestras de amor,  su mirada se fijó en esas empleadas quien devoraban con la vista a su novio, no lo soporto no le gustaba que lo vieran así, era suyo.


—Está bien pero solo quiero la chamarra.—Dijo en un susurro acurrucándose en su pecho para que el mayor lo mimara.—Solo eso.


—Vamos pruébate otros modelos, hazlo por mí, por favor.—Dijo con un puchero.—Solo concédeme ese gusto.


Jae miro los gestos de su novio, no podía decirle no así que cedió ante sus chantajes, caminaron hacia los vestidores, Dae se quedó afuera sentándose en un sillón frente a él estaba un espejo y una tipo pasarela, las empleadas fueron llevando juegos de ropa y escogía cual le pasaran a su novio, el primer cambio fue una camisa de manga tres cuartos blanca con rayas rojas, unos pantalones negros un poco deslavados, al inicio Jae salía algo tímido pero gracias a los halagos que recibía de su novio se animaba más a modelarle, Dae no dejaba de lazarle flores ya que cada uno de los looks se veía mas perfecto.


—¿Que significa este traje?— Cuestiono Jae tratando de mantener la risa, era un traje blanco.—No creo tener un evento donde lo necesite.


—Claro que sí, cuando nos casemos.—Grito emocionado Dae subiendo a la plataforma y abrazándolo por la espalda para que ambos se relejaran en el espejo.—Serias el novio más hermoso del mundo.


El menor trato de hablar pero unos labios lo interrumpieron, su corazón latió sin pedirle permiso, cada segundo se enamoraba más de Dae, cada minuto era más necesaria su presencia, se enfocó en su cuello devorándolo, no le desagradaba la idea de ser en un futuro su prometido, ya no tenía control sobre sus emociones, en sus sentimientos, después de elegir lo que se llevaría la pareja salió cargando cientos de bolsas y cajas.


—Sabes voy a llevar esto al coche y tú me esperas en el restaurant.—Comento el castaño quitándole las bolsas al pelinegro.—Reserve una mesa para nosotros, ve pidiendo por mí, me conoces a la perfección.


—Claro cariño.—Asintió como buen niño despidiéndose con un beso.—Ve con cuidado.


Jae camino hacia el restaurant, se sentía en las nubes, ahora entendía porque existía tantas personas tan egoístas en el mundo, era sencillo seguir una vida donde una persona te creaba una burbuja que te hacia intocable, impenetrable, DaeHyun con sus palabras, con sus besos lo volvían impenetrable, sentía que podía pelear contra el mundo, se sentía único, cuando llego a la entrada del restaurant una empleada lo atendió.


—Buenos días señorita, tengo una reservación a nombre de DaeHyun Jung.—Dijo amable mientras la empleada lo barría de arriba hacia abajo.


—Tiene que venir la persona con usted para dejarlo pasar.—Contesto despectivamente la mujer impidiéndole en paso.—Lo siento pero le pido que se retire.


Jae sintió una terrible frustración odiaba que la gente lo mirra de esa manera, que lo despreciara por su ropa, tenía ganas de pelear con esa mujer hacer valer sus derechos como Dae lo hizo con las empleadas de la tienda pero ahí la persona del dinero era su novio no él, quiso hablar pero la mujer se dio la vuelta ignorándolo, ese hecho elevo su humillación algunos clientes lo miraban y reían, la empleada llego con otras compañeras de trabajo y comenzaban a burlarse de él, se giró para caminar hacia el estacionamiento, no pertenecía a ese lugar, no pertenecía a ese mundo, camino lentamente hasta toparse con un feliz castaño.


—¿Qué pasa? deberías estar esperándome adentro.—Dijo sonrientemente el mayor guardando en sus brazos a un triste pelinegro.—Jae ¿qué te sucede?


—Quiero irme a casa.—Dijo fríamente escondiendo en el pecho del mayor aferrándose as u espalda.—Quiero irme a casa.


Dae beso su cabello, pudo darse cuenta que temblaba pero no era de miedo, sino de rabia, se notaba enojado pero no con él, lo abrazo fuertemente, miro hacia el restaurant, algunos empleados miraban la escena así como unos clientes.


—¿Que te hicieron?—Dijo irritado tomándolo por la barbilla.—¿Dime que te hicieron? contéstame.


—Nada, solo dijeron que necesitaban que tu vinieras para dejarme pasar.—Los justifico tratando de sonreír.—Soy un sentido, no me hagas caso, no fue su culpa.


Dae negó con la cabeza, lo sujeto de la muñeca para arrástralo hacia el restaurant, nadie humillaría a su pareja, no dejaría que lo lastimaran, cuando llego a la recepción nuevamente la empleada se presentó, su gesto era arrogante.


—Lo siento pero solo pueden entrar con reservación.—Hablo nuevamente la mujer barriendo de arriba hacia abajo al castaño.—¿La tiene?


—No quiero hablar con una simple empleada exijo hablar con el gerente.—Contesto orgullosamente el castaño.—Mi nombre es DaeHyun Jung.


La mujer se negó hablarle a sus superiores, cuando estaban en la discusión el gerente se acercó.


—¿Hay un problema aquí?—Cuestiono nervioso el hombre.—¿Qué sucede?


—Sucede que su empleada no me deja entrar, no se digna ni siquiera a verificar que tengo una reservación en este lugar, soy el heredero del consorcio Jung.—Hablo autoritariamente levantando la barbilla con orgullo.—Creo que ha escuchado quien es mi padre ¿verdad?


El gerente le vasto con ver el rostro del joven, lo reconoció automáticamente, como gerente de unos de los restaurant más elegantes de Seúl tenía como obligación aprenderse el nombre y rostro de las personas más influyentes de Asia.


—Le ofrezco una disculpa por la ignorancia de mi empleada, hoy en día no se puede encontrar buenos empleados.—Hablo nerviosamente tomando por el brazo a la joven.—Dígame como podemos enmendar el mal entendió.


—Quiero que le ofrezcan una disculpa a mi novio.—Ordeno mirando desafiantemente a la empleada.—y quiero su mejor mesa.


El gerente obligo a la joven a ofrecerle una disculpa al pelinegro quien todo el tiempo era abrazado protectoramente por Daehyun, acepto las disculpas para después ser llevado a la mejor mesa donde la vista era simplemente hermosa.


—Quiero que ella y sus amigos nos atiendan.—Dijo DaeHyun antes de que el gerente y la mujer se fueran.—Mi padre hace unos días me pregunto qué restaurant era mi favorito, no supe que contestar en ese momento ¿le gustaría que digiera que el suyo es el mejor?


—En un momento vendrá el resto de meseros atenderlo.—Contesto el gerente con una reverencia.—Nos convertiremos en su restaurant favorito.


DaeHyun asintió, odiaba ser petulante, no era como su padre siempre viendo por encima de los hombros, a él nunca le gusto que las personas lo trataran bien por su dinero pero esa ocasión era distinta habían humillado a la persona que amaba.


—No pensé que fueras tan sangrón.—Molesto el pelinegro estirando su mano para entrelazar sus dedos con el mayor.—Gracias, no tenías que hacerlo.


—Tu eres mi novio, deben respetarte, no dejare que nadie te humille, eres mi tesoro.—Contesto besando la mano del pelinegro quien se sonrojaba.—Eres hermoso y mereces lo mejor.


Tres empleados aparecieron para tomar la orden de la pareja, Jae fue amable pero daehyun no, se comportó caprichoso, indeciso, irritable, su madre era buen ejemplo, les haría una tarde insoportable a esas personas, ese era uno de los grandes defectos del heredero Jung, no sabía perdonar ni olvidar una ofensa.


 


Zelo deambulaba por el enorme jardín de su mansión odiaba los fines de semana porque se la pasaba encerrado en esa cárcel de oro, su padre le prohibía salir sino le decía a donde iba además no tenía muchos amigos con quien salir, no estaba seguro de molestar a Jae además Up le había dicho que su familia estaba de visita observo que no había personas cerca así que camino hacia el muro, se escaparía una vez más, camino entre los arbustos augurándose que nadie lo viera, de repente sintió que alguien lo sujetaba del brazo arrinconándolo en el muro.


—¿Quieres acabar con diversión?—Una grave voz le dijo al oído.—Si tú eres quien me extrañaba.


El ahora rubio levanto su rostro topándose con los ojos de su hyung lo observo fijamente, la ropa que usaba el mayor lo hacía lucir más rebelde de lo común, mucho más varonil estuvo a punto de hablar pero unos labios lo detuvieron, se colgó a su cuello, una sonrisa se formó en su rostro, era inmensamente feliz  de tenerlo de vuelta.


—¿Eres una clase de ladrón?—Cuestiono fascinado mientras se hundía en ese grueso cuello.—Te extrañe.


—Lo sé, yo también te extrañe.—Contesto inocentemente tomándolo por la cadera.—Acabo de llegar de Jeju y lo primero que hice fue venir a verte.


Bang dejo ver una enorme maleta escondida en los arbustos junto con una patineta que llevaba un moño color azul, el rubio la tomo para admirar el objeto, en su rostro una sonrisa se dibujó, se unieron en un abrazo, el tiempo se detuvo a su alrededor quedando atrapados en una burbuja, una magia sumergía de ambos seres cuando se fundían en la misma mirada, el mayor delineo los rasgos del rubio, beso delicadamente la comisura de sus labios.     


—Hey quien dice que es para ti.—Comento el mayor quitándole la patineta.—Se la pude traer a Sung.


—Por favor esa niña de seguro no sabe ni andar sobre una bicicleta.—Le golpeo suavemente el menor arrebatándole el objeto.—Es mía, lo sé.


Bang se apodero de sus labios introdujo su lengua degustando de aquella boca, lo había extrañado demasiado, sus berrinches, sus gestos, sus groserías, lo pegó en el cemento frio del  muro, delineo con su mano la anatomía del menor, acaricio su espalda hasta llegar a su trasero el cual estrujo, se introdujo por debajo de esa camisa, recorrió su blanca piel logrando que el menor dejará escapar gemidos los cuales se acallaban por la demandante lengua del mayor, lo mordió con salvajismo, pellizco sus pezones, el rubio dio un manotazo para que se detuviera, Yong se separó un poco para darle aire, una mordaz sonrisa se dibujó en su rostro, enfoco su mirada en la entrepierna del menor.


—Parece que estas contento de volver a verme. —Hablo sensualmente arrodillándose frente al joven para colocar su boca en el cierre del pantalón del rubio. —¿Quieres que continúe?


—Sí. —Contesto tartamudeando el joven con las mejillas sonrojadas. —Pero vamos a mi habitación aquí nos…


Sus palabras se detuvieron cuando sintió como una boca mordía su visible excitación por encima de la ropa, bajo las manos acariciando ese cabello negro, su entrepierna estaba húmeda por los lengüetazos que le aplicaba el mayor quien después de varios minutos se detuvo poniéndose de pie.


—Vamos a tu cuarto no creo aguantar más. —Hablo con voz entrecortada. —Te vez hermoso con ese cabello, me encanta.


El rubio se sonrojo a más no poder arrastro a su amante por la casa, la conocía a la perfección al igual que a los empleados, sabía que en ese momento todos estaban embobados con un programa, con discreción llegaron a su habitación, la cual era la más alejada, aseguro la puerta con candado para que nadie interrumpiera se giró para encontrarse que su tutor se había recostado sobre la enorme cama.


—Me agrada tu habitación es muy mi estilo. —Comento con una sonrisa mirando a su alumno. —Anda acompáñame tu cama es demasiado grande para mí.


Zelo se unió a su hyung colocándose encima de él, beso sus labios con hambre, recorrió su cuello dejando pequeños mordiscos, anhelaba que todos los vieran para que entendieran que YongGuk tenía dueño fue desabotonando su camisa para ver su pecho el cual lamio con ansia de pronto llego hasta su abdomen donde los cuadros bien formados relucían pero ese rasgo no despertó la atención del rubio sino 5 cicatrices redondas que adornaban la piel, las acaricio sorprendido, continuo con su inspección encontrando una enorme cicatriz en su costado derecho, era la marca ¿De un navajazo? Se cuestionó intrigado, su excitación desapareció al encontrar tan extrañas marcas.


—¿Qué te paso? —Hablo intrigado acariciando esa morena piel. —¿Cómo te hiciste eso?


—Los círculos pequeños son marcas que quedan cuando presionas un cigarro encendido en la piel directamente, la cicatriz es el recuerdo de una navaja que logre esquivar. —Contesto restándole importancia a lo que confesaba, el rubio se quedó estático ante tal confesión. —Recuerdos de mi padre, ¿Por qué te pintaste el cabello?


YongGuk de un movimiento provoco que el joven callera encima de él y después lo acuno en su pecho, acaricio su cabello con ternura, había hecho el trato con los japoneses exitosamente, les regreso lo que hace un par de años su padre les había robado, ahora tenía una pequeña fortuna que usaría para comprar un club y un estudio de música, comenzaría su propia empresa con ayuda de su hermanos del alma, se volvería un hombre rico, uno que estuviera a la altura de un Choi, quería una nueva vida para Ravi, Zico, CAP, Ren y para Jae, no debían seguir los pasos de sus padres, no deberían terminar como ellos.


—Creo que me queda bien no es escandaloso ¿Por qué te hizo eso tu padre? —Hablo entrelazando sus dedos con los del mayor, anhelaba conocer más de su tutor. —Por favor no mientas, dime la verdad.


—Nunca he sido un buen chico siempre andaba metido en problemas cuando estos llegaban a oídos de mi padre me sujetaba del cabello y me quemaba un cigarro en el abdomen, claro que eso fue cuando era un niño.  —Una fría sonrisa se dibuja en los labios del mayor. —Cuando crecí necesitaba de dos amigos para sujetarme y darme una paliza pero llegó un momento donde me temió y jamás me volvió a tocar.


Zelo se acurruco más en ese pecho desnudo, esa historia parecía sacada de una película, levanto su mirada para observar como el pelinegro tenía los ojos cerrados ¿Quién era? ¿No podía ser su tutor? Tenía tantas preguntas pero no sabía con cual comenzar, se mordió el labio inferior con desesperación.


—¿Sigues enojado con tu padre?— Cuestiono el mayor cambiando de lugares para quedar enfrente del rubio.—Lo debes respetar parece que no es mal tipo, solo debe estar estresado con todas las cosas que hacen los primeros ministros.


—Me lo dice la persona que no le tiene un gramo de respeto a su padre. —Contesto sin pensarlo, bajo la mirada apenado. —Odio que me haga menos siempre he tratado que se sienta orgulloso de mí pero parece que fallo en todo.


 Una dulce sonrisa se formó en los labios del mayor quien beso la frente del pequeño, esparció pequeños besos por todo ese blanco rostro, era verdad no podía dar consejos que él nunca ha seguido, por primera vez se sentía avergonzado por su comportamiento pero era necesario mostrase como realmente era si quería dejar que ese niño se adentrara más a su corazón, dolía admitirlo pero se estaba enamorando como nunca antes lo estuvo.


—Mi padre era un real bastardo siempre pensando solo en él, golpeando todo lo que se encontrará en su camino tuve centenares de madrastras una peor que la otra, solo nos teníamos Nam, Jae  y Yo, no éramos una Familia solo un conjunto de individuos viviendo en la misma casa. —Hablo el mayor mordiendo la barbilla del rubio. —En tu caso tu padre solo es una persona que no está contenta con nadie, no anda golpeando a la gente, es una persona que se mueve por las ansias del poder, es normal, es un político ¿Alguna vez te ha dado una paliza que no te puedas levantar de la cama?


—No. —Replico con una mueca de fastidio. —Pero me cansa que no me entienda, que me juzgue sin conocerme, me corta las alas y eso me aterra.


Bang le dio un inocente beso pero al separarse saco su lengua para delinear los sonrosados labios del rubio continuo hasta llegar a su oído el cual mordisqueo como si se tratara de un panecillo, sus manos se posaron en su trasero acariciándolo.


—Debes ser más inteligente mi pequeño sunshine, si quiere que seas el número uno en el Colegio pues dale ese gusto, quiere que sonrías en la fiesta, pues sonríe, no le des motivos para cortarte las alas, juega bien tus cartas. —Explicaba esparciendo varios besos por el rostro del menor. — Tenlo en la palma de tu mano así estará en deuda contigo y te recompensara ampliamente, yo te ayudaré en lo que pueda, convierte en el niño modelo que él tanto adora.


—No puedo ser un hipócrita, no soporto bajar la cabeza ante sus ideas conservadoras. —Grito poniéndose de pie, le irritaba que su hyung le hablara de rendirse. —Quiero que me acepte que me quiera como soy.


YongGuk chasqueo la lengua, de un salto se puso de pie abrazo por la espalda a su amante colocando la mejilla sobre su hombro, el ministro Choi era un hombre hecho a la antigua, un conservador extremo lamentablemente jamás aceptaría a su hijo, JunHong era un artista, una ave con alas propias que podía llegar al cielo si se lo proponía pero su padre siempre sería una sombra que lo encerraría en una jaula, honestamente Guk no le importaba que padre e hijo se reconciliarn y tuvieran una relación sana, lo único que anhelaba era quedarse con el menor, solo lo quería a él.


—Nunca lo hará porque es imbécil que no entiende que eres un artista. —Hablo fríamente el pelinegro apoderándose de las caderas del menor. —Sunshine tu eres un arcoíris atestado de colores, él solo es un ente sin color, gris y opaco.


—¿Por qué no me puede amar por quién soy? —Cuestiono con quebradiza voz girándose para mirar los ojos del mayor. —Nunca me dejara irme, soy su heredero.


El peliengro tomo del rostro blanco del menor para besarlo con ternura, una sonrisa se formó en su cara, los padres no servían, lo único que Zelo necesitaba era a él, YongGuk se encargaría de procurar su viaje al cielo, lo cuidaría, lo protegería, porque desde el momento que sus miradas se cruzaron se convirtió en su tesoro, uno que no estaba dispuesto dejar ir.


—Espera hasta que seas mayor de edad y huye conmigo. —Confeso uniendo sus frentes. —Yo te protegeré de él, yo abriré el camino para que vueles, elige me, mi familia será tu familia, nosotros te amaremos por quien eres.


—Quédate esta noche conmigo no llegarán mis padres hasta dentro de una semana. —Dijo con los ojos cerrados reprimiendo las lágrimas. —Hazme tuyo por favor.


Sus labios se unieron en un desesperado beso, Bang alzo al rubio para después lanzarlo en la cama una sonrisa apareció en sus labios, eso era lo que tanto deseaba oír, se colocó entre sus piernas jalando sus pantalones dejándolo solo con la ropa interior, se quitó la camisa quedándose desnudo del dorso, Zelo descubrió como un tatuaje estaba dibujado en el antebrazo del mayor “Make art, not the war” era lo estaba escrito, la excitación se acumuló en su ingle cuando una rodilla lo rozo  estiro sus manos para acariciar esa piel, se aferró a esa amplia espalda encontrándose con otro tatuaje “Do what u like and luv What u do” se relamió los labios, esa persona no era la misma que había conocido dentro de las aulas del colegio pero le encantaba, lo rasguño cuando una lengua se coló por su ombligo de un segundo a otro quedo completamente desnudo.


—Si te elijo promete que serás solo mío. —Dijo sonrojado tratando de esconderse detrás de sus manos. —Debes jurar que nunca me volverás abandonar, no tocaras a nadie más.


—Sunshine si me eliges te convertirás en mi amo. —Aseguro el pelinegro quien estaba de pie quitándose el cinturón. —¿Estás seguro de lo que quieres hacer? No hay vuelta atrás.


JunHong asintió tímidamente abriendo sus brazos y piernas para recibir al mayor quien solo se había desabotonado el pantalón, Yong fue besando sus muslos hasta llegar a su deseado objetivo el cual lamio sin remordimientos, lo absorbió sin piedad, mojo cada rincón de esa ingle, el rubio alcanzo su control remoto para encender su sistema de sonido, Artic Monkeys se apodero de la habitación con la canción Do I wanna Know? De esa manera lograba camuflajear sus gemidos, se aferró a las sabanas cuando llego al límite, oleadas de placer llegaban a su cabeza llevándolo a la locura.


—Lo siento, yo, nunca, tu sabes. —Dijo apenado tratando de esconderse en las almohadas pero el mayor lo tomo de la barbilla para besarlo a su paladar llego su propia semilla. —¿Te gusta mi sabor?


—Me encanta, es tan dulce, tan suave como tú, si no lloras prometo cumplirte un deseo. —Comento el pelinegro volviéndose a poner de pie y liberar su palpitante excitación lo cual el menor quedo sorprendido. —No hay vuelta atrás después de hoy serás solo mío.


Zelo llevo sus propios dedos hacia su boca mara mojarlos, los lamio con sensualidad sin quitarle la vista al mayor quien lo seguía, Yong abrió los ojos cuando observo como el menor llevaba esos húmedos dedos hacia su entrada, una torcida sonrisa se dibujó en su rostro, ese niño se volvió de su propiedad, nunca lo dejaría irse, era suyo como lo era Zico, Ravi, Ren, CAP, Nam, Jae, cada una de las personas con las que se encaprichaba se volvían sus juguetes favoritos, Nam y Jae eran sus hermanos mientras que los otros sus protegidos, a Zico lo rescato de un Orfanatorio, a Ravi y CAP se los gano en una apuesta a su padre por ultimo a Ren se lo compro a una amante de su padre, todos le debían su libertad a él, nunca fue una buena persona solo le gustaba tener lo que era imposible conseguir, se acercó al rubio para introducirse, al inicio fue despacio levanto la mirada encontrándose como su pareja quien luchaba por no llorar, tenía los ojos fuertemente cerrados y se aferraba a las cobijas a tal grado que sus nudillos estaban blancos, se acercó para besar la comisura de sus labios, esa dulce imagen le recordó a Ren y Zico cuando se entregaron a él por primera vez, negó con la cabeza, al notar que se había relajado comenzó a moverse con más rapidez.


—Eres un buen chico. —Dijo al oído del menor buscando que se calmará. —Prometo que te cuidare, prometo que nadie te tocara mientras yo este a tu lado, puedes pedirme lo que sea.


Zelo se relajó cuando el dolor fue remplazado por el placer, se aferró a la espalda del mayor, mordió su hombro, siempre soñó que su primera vez seria con su hyung Lee, que lo llevaría al parque acuático como tantas veces lo prometió después irían a su departamento donde le pediría ser su novio formal y le mostraría dos boletos de avión para irse a un lugar muy lejano, esa era su fantasía, el sueño de cualquier niño, esa era la manera que SeungHyun lo hacía sentir, un mocoso mimado, pero con YongGuk era distinto, era todo menos un chiquillo, tenerlo en su interior lo hacía vibrar como un hombre, uno lleno de confianza, de poder, se encontraba de boca a la cama, su espalda se arqueaba ante cada estocada, podía sentir el aliento a menta del mayor en su nuca, lograba escuchar sus graves gemidos, eso lo excitaba, Bang era distinto a lo que siempre busco, una aura de misterio y violencia lo rodeaba pero no le temía.


—Podría pasar toda la vida dentro de ti. —Hablo con voz entrecortada acariciando la ingle del menor la cual comenzó a masturbar. —JunHong eres perfecto.


Las respiraciones de ambos jóvenes se volvieron sincronizadas al sentir que llegaban al límite gritaron los nombres de su pareja, cayeron rendidos en la cama, el mayor salió con lentitud para después acomodarse a lado del rubio guardándolo en su pecho, beso su frente con dulzura.


—Quiero ir al parque acuático con todos los chicos. —Dijo en un suspiro el rubio. —Lo prometiste.


—Iremos a donde quiera ir mi hermoso Sunshine. —Contesto el pelinegro con una mueca de superioridad. —Duerme un poco.


Bang observo como el menor cerraba los ojos aunque estaba deseoso de más no podía presionar al pequeño ya que había sido su primera vez apago la música para después descubrir que era de noche, alcanzo a tomar su celular para mirar que tenía un par de mensajes, “Llegamos el viernes ve preparando nuestras habitaciones. Atte tu cuñado favorito” chasqueo la lengua, acaricio ese cabello rubio, su plan estaba resultando a la perfección, se volvería un hombre de negocios, sacaría de la cárcel a su gemelo, Jae se iría a EUA  a comenzar una nueva vida, Bang YongGuk no era un hombre conocido por sus sentimientos, no tenía conciencia, ni remordimientos, desde que nació supo que nadie le daba las cosas en bandeja de plata, debía luchar para obtenerlas, en ese momento solo tenía dos objetivos, volverse un hombre muy poderoso y quedarse con JunHong Choi se encontraba en camino de obtener ambas metas.


Flash back


Dos idénticos chicos estaban sentados en el piso mirando como tres niños dormían en la cama, lucían algo apretados pero tranquilos, la habitación era un desastre la comida estaba regada en el piso al igual que algunas revistas, libros, uno de los gemelos le paso una cerveza a su hermano.


—Estás loco Guk ¿Qué vamos hacer con esos tres mocosos? —Hablo burlonamente Nam poniéndose de pie y caminando hacia donde estaban los niños quienes tendrían unos 13 años. —Admito que son lindos pero ya tenemos problemas con lo de Jae para ahora cargar con ellos.


—Zico está con nosotros desde hace 3 años, ha sido de utilidad. —Contesto el chico de cabello rojo. —No podía dejar que nuestro padre abusara de los otros dos chicos.


Nam arropo a los pequeños, su padre era un narcotraficante poderoso, siempre había gente vendiéndole a sus hijas pero también existían drogadictos que llegaban a regalarle sus hijos, giro su rostro para observar a su hermano, era el menor de los dos pero se comportaba como el mayor, era frio, calculador, el perfecto heredero.


—El viejo de seguro hizo un berrinche cuando perdió en las apuestas contra ti. —Comento sacando a dos chicos de la cama. —Te quedas con Zico y los peques se van conmigo, mi cama es más grande.


—Mañana iremos por Jae, no quiero que ese bastardo lo mate a golpes. —Respondió el pelirrojo quitándose la camisa y apagando la luz. —Por cierto compre al hijo de la prostituta del departamento 15.


Nam negó con la cabeza, no lograba entender porque su hermano hacia eso, rescatar niños, pero no cualquiera sino esos en especial, noto como los pequeños se aferraban a su pecho, acaricio sus cabellos, estaban delgados, pálidos, en sus cuerpos había moretones, tal vez ya habían abusado de ellos, le repudiaba llevar la sangre de su padre.


—¿No crees que sería bueno que nos fuéramos de este sito? Comenzar una vida de cero. —Comento Nam girándose para ver la cama de su hermano. —Solo trabajamos un par de años en lo que juntamos dinero y después nos largamos a Seúl donde compremos unos negocios y tenemos una vida normal, honestamente me aterra convertirme en mi padre.


—También lo he pensado, no quiero convertirme en nuestro padre. —Dijo Guk guardando en sus brazos a Zico. —Ya solo rescatamos a Jae y Ren, juntamos algo de dinero  y nos vamos lejos de esta mierda.


Ambos hermanos asintieron, querían huir antes de convertirse en la persona que tanto odiaban, muchas veces estuvieron a punto de irse muy lejos pero al final se quedaban debido a que no podían dejar que su padre siguiera dañando a más personas, ellos se encargaban de cuidar a los hijos de las amantes de su progenitor además aún no tenían el suficiente valor de cumplir su promesa, se irían de ese sitio el día que lograran matar a su padre.


FIN Flashback          


Sus labios no podían separarse ni un solo centímetro las manos del menor rodeaban ese blanco cuello aferrándose de él como si su vida misma dependiera de ese simple gesto la falta de aire provoco que se detuvieran, sus frentes quedaron juntas.


—Te quiero Up haría cualquier cosa por ti.—Comento con dulce voz acariciando su mejilla.—No te imaginas lo que soy capaz de hacer.


El menor se quedó sin palabras ese día había sido hermoso ambos subiéndose a los juegos mecánicos, comiendo golosinas, disfrutando de su mutua compañía, recorrieron el lugar tomados de las manos, se sacaron fotos, fueron a los espectáculos, ahora se encontraban en su último juego, la rueda de la fortuna, la noche había cubierto la ciudad, las luces artificiales adornaban el firmamento. 


—Discúlpame por lo de ayer, en verdad quería estar contigo.—Comento el menor recargándose en el pecho del rubio.—Mis padres estaban demasiado emocionados


—No te preocupes, te entiendo.—Contesto guardándolo en sus brazos, besando su nuca.—Lo importante es que ahora estamos juntos.


La pareja compartió otro dulce beso miraban encantados el sitio desde la cabina que se llevaba por los cielos, cinco chicos observaban tranquilamente el espectáculo desde una banca.


—Creo que esta cita a resultado exitosa—Dijo en un susurro Onew mirando a lo lejos a su jefe.—Dejo inservible el restaurant ayer, estaba furioso, honestamente no quiero hacerlo enojar.


—El comandante tiene demasiado odio acumulado parece que ese niño es el único que logra calmarlo.—Secundo Key besando los labios de su amante.—¿Que le sucedió al comandante para que dependa tanto de ese chico? ¿por qué es tan necesario para su vida?


El resto del equipo levanto los hombros negando, ellos también se hacia las mismas preguntas desde que conocieron al comandante supieron que su mundo giraba alrededor de las acciones del heredero de los Moon, siempre cuidándolo a lo lejos, protegiéndolo.


—Los Moon le deben su recuperación económica al Comandante, él fue quien los salvo de la quiebra.—Comento MinHo mirando como la pareja bajaba alegre del juego.—Él dio casi la mitad de su herencia para que las empresas Moon no cayeran después del escándalo del fraude.


—El padre del comandante fue quien hizo el desfalco y le echo la culpa a los Sr Moon por eso nació el odio entre ambas familias.—Comento Taemin parándose de la banca donde estaba sentado.—Los Kim y Moon fueron amigos por mucho tiempo, tenían un negocio común donde trataron un proyecto con una empresa británica la cual sufrió de un fraude.


—Todo apunto que el Sr. Moon era el responsable de tal fechoría así que tuvo que dar toda su fortuna para no ir a parar a la cárcel, el Sr. Kim salió airoso, sin ningún cargo. —Secundaba Key, comenzaron a caminar detrás de la pareja. —Obviamente toda la culpa la tuvo el padre del Comandante por eso la Familia Moon odia a la Familia Kim.


Los integrantes de SHINee se detuvieron al notar que la pareja llegaba a su vehículo observaron cómo su jefe caballerosamente abría la puerta del copiloto, le robaba un beso, dos besos al peliverde quien no paraba de sonreír llevaba un enorme oso panda en sus brazos, regalo del rubio, caminaron hacia su auto para seguir a la dulce pareja quienes se estacionaron una cuadra antes de la casa del menor.


—Gracias por este día ha sido maravilloso. —Habló JongUp hundiéndose en su asiento. —Me encanta pasar tiempo contigo, extrañaba a mi mejor amigo.


—No cariño, gracias a ti por darme una oportunidad para demostrarte lo mucho que te quiero. —Dijo sensualmente el mayor presionando un botón para que el asiento de su copiloto se hiciera hacia atrás, recostándolo. —No quiero volver a ser tu mejor amigo.


Sus labios se unieron en un desesperado beso, HimChan tomo el peluche lanzándolo en el asiento trasero se puso encima del menor introdujo su mano debajo de su camisa, acaricio su tonificado abdomen, delineando cada pedazo de piel que estuvo a su alcance percibió como dos brazos de colgaban de su cuello rogando por más contacto, uno más profundo, intenso, sus lenguas se entrelazaron por periodos largos hasta que la necesidad de aire los separaba.


—¿Si acepto ser tu novio prometes no volver a mirar a ninguna persona? —Cuestiono entre gemidos el moreno quien se apoderaba del oído del mayor. —No quiero que nadie se te acerque, nada de coqueteos, de risas picaras, deberás de ser lindo con los demás.


Un gemido escapo de los labios de HimChan cuando unos dientes se apoderaban de su cuello dejando pequeñas marcas rojas, se colocó en medio de las piernas del moreno rozando su rodilla con esa sensual ingle, sus manos vagaron hasta llegar a ese trasero el cual estrujo con ansia.


—Hare lo que quieras, solo dame una orden. —Contesto ahogado en la pasión cuando noto que una mano le quitaba el cinturón y le bajaba el cierre. —¿Aceptas ser mi novio?


No obtuvo una respuesta debido a que una lengua rodeo su excitación se tuvo que regresar a su asiento donde se aferró de las ventanas que se opacaban por el calor que inundaba el vehículo, los gemidos escaparon de los labios de Kim cuando esa juguetona boca lo acariciaba, tuvo que reprimir sus gritos cuando llego al límite abrió los ojos topándose con la dulce mirada de su ángel sonriente.


—Mi respuesta es sí.— Dijo sonrojado el peliverde quien fue besado dulcemente. —Quiero ser tu novio.


—Eres bueno pero te demostrare quien es el maestro. —Hablo seductoramente el rubio regresando a su pareja a su lugar. —Te haré gritar cariño.


JongUp solo se hundió en ese sillón para después sentir en sus muslos la lengua del mayor, no supo en qué momento se había quedado sin pantalones, de lo único que era consiente era del simple hecho que estaba de la cadera hacia abajo desnudo y con los labios del mayor dándole el mejor placer jamás sentido, sabía que esa relación era prohibida, su padre lo odiaría si se enteraba pero no podía evitarlo, ya no más, amaba demasiado a su hyung, quería experimentar la vida a su lado, quería que su primera vez en todo fuera con él, desde que nació estuvo a su lado, admiraba su bondad, su ternura, amaba sus bellas facciones, su encantadora voz, no se reprimió ni un solo segundo, lo llamo cuando llego al límite, sabía que había manchado el forro del asiento pero no le importo, unos labios se posaron en sus labios.


—Es tarde y mañana tenemos clases. —Hablo el mayor lamiendo el cuello del menor. —Te quiero.


HimChan le subió los pantalones a su ahora novio, lo arreglo delicadamente, beso sus labios despidiéndose dulcemente, salió del auto para abrirle la puerta.


—Hasta mañana, ah lo olvido. —Comento sonrojado Up tomando su muñeco de peluche. —Te quiero novio.


Se despidieron con un casto beso, el menor camino hacia su casa bajo la mirada inquisidora de su ahora pareja, su sonrisa era gigante como su amor, HimChan recibió un mensaje agacho la cabeza para leerlo “Tuvimos un problema Heechul los vio. Atte JongHyun” El rubio chasqueo la lengua molesto se adentró a su vehículo escribiendo la contestación “Yo me hago cargo de él” encendió su auto le taparía la boca de una vez por todas a su molesto hermanastro, nadie le quitaría lo que tanto trabajo le había costado obtener.           

Notas finales:

Gracias por sus reviews!! Dejo este cap rapido (lo siento ando de vacaciones en casa de mis papas y no tengo Internet, bueno una banda ancha pero es pesima) Espero les guste, que les esta pareciendo ? no les agrada? diganme por favor ?  GRACIAS POR TODO por favor abringuense hace muuucho frio :( Cuidense 


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