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Dos cuerpos, una habitación por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Comenzamos donde la última vez, mucho alucine, ojala no sea confuso, jeje

-¡Cállate!- gritó, dando un golpe a la nada. -¡No es cierto!- su garganta se partió por la intensidad del grito, negando con la cabeza y retrocediendo. -¡Yo estaba inconsciente!- se defendió, retrocediendo un poco más y continuando con su negativa.

-¿Estás seguro?- preguntó una voz inexistente. -¿Seguro de que no pudiste hacer nada más?-

-¡Fue el mismo Gohan quién me noqueó! ¡Yo no pude hacer nada porque no pude!- renegó, cerrando los ojos con fuerza para dejar de mirar esa figura de cabello negro frente a él.

-¿Y por eso también dejaste morir a tu madre? – Trunks colocó las manos sobre su cabeza, cubriendo con sus palmas sus oídos, siendo testigo del llanto de Bulma unos momentos.

-¡Cállate! ¡Eso no es cierto! ¡Ella está bien! – aseguró, sin querer abrir sus ojos y cubriéndose tan fuerte que su cabeza comenzaba a doler, escuchando el eco de sus propias palabras.

-¿Estás seguro? ¿Por qué no miras tú mismo?- unas manos se colocaron en sus muñecas, comenzando a jalar obligándolo a forcejar, mirando con los ojos entrecerrados a su madre frente suyo, bañada en un líquido carmesí.

-¡NO! – sus ojos se abrieron desmesuradamente, colocando ambas manos en su pecho tratando de regular su respiración. Miró alrededor, debatiendo en si había sido un sueño lo que acababa de ver, o había sido otra alucinación.

Recostó su cabeza de regreso en la almohada, suspirando y fijo en las telas purpuras que rodeaban su lecho, ya no podía más, en donde estuviera, en cualquier momento, esas terribles imágenes proyectadas de su mente lo atormentaban y perseguían. Recordó las palabras de su padre, esos "sueños" tan vívidos eran a causa de la soledad y el exceso de entrenamiento, su cuerpo y su mente estaban cansados y desesperados. Se estaba volviendo loco.

Era algo fácil de resumir, no llevaba ni diez minutos que había regresado a la casa y se había tumbado en el colchón quedándose dormido, y ya estaba desvariando de nuevo con esas terribles máquinas matando una y otra vez. Estaba harto, de verlos, de escucharlos de enfrentarlos, primero durante toda su vida y luego en ese enfermizo encierro que no le estaba dejando nada bueno para su integridad y estabilidad mental.

Secó un poco de sudor que resbalaba por su frente, estaba exhausto aun cuando se suponía debía descansar. Aún faltaban cinco meses, casi medio año, llevándolo a dudar y pensar en la manera en la que sobreviviría. Como seguiría confrontándose a esos terribles traumas y miedos, unidos a una exhaustiva convivencia con un hombre al cual parecía divertirse viéndolo flaquear en todo momento. Un hombre que se la pasaba indiferente, y cuando actuaba distinto, solo era para revolverlo aún más, dejándolo de nuevo tirado en este asunto.

A esas alturas, y con un aumento casi nulo en su fuerza, dudaba en que verdaderamente tendría la fuerza suficiente como para enfrentar a los androides, reiterándose una y otra vez que llevaba perdiendo meses y que probablemente saldría siendo el mismo y nada había valido la pena. Que no cumpliría sus objetivos y le fallaría a todos de nuevo. Talló sus ojos con fastidio, durante años había entrenado con Gohan, su mentor, y luego de su muerte había aprendido a hacerlo solo, pero no así, no como en ese momento y bajo esas circunstancias. Estaba atascado y lo sabía. No podría solo.

Suspiró una vez más y cubrió su cuerpo cansado con una sábana, había tantas cosas que tenía que lograr, tanto que pensó aprendería, y de eso seguía sin haber nada, estaba comenzando, no, ya estaba desesperado. Apretó los puños cerrando los ojos y girándose sobre la suave superficie. No era toda su culpa, no era el único que se encontraba ahí dentro, no era el demente que jugaba con las situaciones. Vegeta, su padre que lo abandonó estando en un escenario como ese, él sin salida y necesitando ayuda y ese hombre en su absoluta distancia.

Podía sentirlo en ese momento, su energía estaba relampagueando como loca, incluso podía jurar que se encontraba en una batalla a muerte, y Trunks se sintió avergonzado de sí mismo unos momentos, eso sí era entrenar, y podía notarse el leve aumento de poder sobre el nivel del súper saiyajin. Se esforzaría más, estaba seguro de eso. Y sin más volvió a su calma intentando volver a dormir, dejando de prestar atención al Ki de Vegeta que se disparaba por todos lados. Algo interesante debía estar haciendo.

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-¿Qué pasa, Vegeta? – preguntó su divertida parte, cruzándose de brazos y mirándolo desde arriba con arrogancia. El mencionado apretó los dientes, comprendiendo por primera vez lo que sentían todos los que perecieron bajo su pie. -¿Acaso ya te cansaste?- inquirió, andando en círculos alrededor de su cuerpo, como un animal salvaje a punto de atacar a su presa.

-No digas… estupideces…- respondió el príncipe, colocándose en pie y sosteniendo el aliento unos momentos.

-¿Ya no te parezco tan falso? – preguntó divertido, frenando y disfrutando de la vista.

-Bah, no eres más que un producto, uno malo por cierto, de mi mente…- respondió confiado a pesar de que internamente estaba impresionado.

-No digas mentiras como esas, los dos sabemos que crees en mi… - rió el falso, avanzando hasta estar más cerca de su versión original.

-Yo no creo en la basura…- dejó escapar una risa divertida. –Y en todo caso, si fueras real, tu existencia terminaría aquí y ahora…- se colocó completamente recto, pasando una mano por su barbilla y limpiando un hilo de sangre que escurría por esta.

-Vaya, eso me sonó a un reto…- el otro sonrió, mirando de arriba abajo a su adversario. –Me sorprende que me lo pidas estando en esas condiciones – Vegeta real bufó, colocándose en pose de combate y reprimiendo un quejido de dolor.

-No digas idioteces, podría exterminarte sin problemas aun estando sin la mitad de mi cuerpo…- alardeó, escuchando reír al otro por semejante ocurrencia.

-Bien, si eso piensas, adelante…- provocó con la palma, pero antes de que Vegeta real pudiera moverse, nuevas palabras salieron de su boca. –Pero, ¿Qué te parece si hacemos esto aún más interesante?- sonrió, y ambos supieron que eso no era nada bueno.

-¿A qué te refieres? – preguntó el original con intriga, se conocía demasiado bien para saber que era algo que seguro le interesaría.

-Me refiero a que llevemos esta lucha hasta un punto donde verdaderamente tengamos algo que ganar, a parte de nuestra vida, claro…- explicó, bajando la guardia y logrando que el otro hiciera lo mismo. -¿Qué piensas de Trunks? – Vegeta se tensó ante la mención, pero se mantuvo quieto e indiferente.

-¿Qué pienso de qué? Él no tiene nada de especial…- rogó a su mente no pensar nada que lo contradijera, pero el otro él comenzó a reír, sintiéndose tonto por el hecho de saber que podía leer sus pensamientos.

-No mientas, Vegeta. Dejando de lado el hecho de que es nuestro hijo del futuro y todo eso, ¿Qué hay con eso de que lo besaste? – en su sonrisa se reflejó la malicia, y Vegeta no pudo evitar tragar duro.

-No hay nada, solo fue un error, algo sin importancia…- aseguró, aunque sus pies deseaban comenzar a correr en dirección al muchacho y protegerlo.

-Bueno, ya que Trunks es algo "sin importancia" y no tiene "nada de especial" apostemos…- Vegeta conocía sus apuestas, miles de apuestas que había hecho alrededor del universo vinieron a su mente, unas en donde solo jugaba y sabía de sobra que tenía las de ganar.

-Estás loco si crees que lo hare…- su voz sonó cargada de furia y en un tono precavido.

-Vamos, tú ya estás loco, heme aquí prueba de eso…- dijo la copia, estirando los brazos para probar sus palabras. –El trato es sencillo, el que gane se queda con él…- Vegeta dejó de respirar ante aquella frase, sin poder evitar un rostro desconcertado.

-No lo haré…- sentenció, levantando su guardia nuevamente. –Trunks no tiene nada que ver en esto, y ni tú ni yo nos vamos a quedar con él…- la copia rió de brazos cruzados, y Vegeta se sintió algo patético y sobajado defendiendo a alguien de esa manera cuando jamás en su vida le había importado otra persona, lo más extraño era que lo protegía de sí mismo, mirándose justo como se vio durante su viaje de mercenario.

-Cuanto has cambiado Vegeta…- se burló, mirándolo en algo similar a la lastima y el desprecio. –Eres tan obvio, se ve que le has cogido mucho cariño… ¿verdad?- el otro endureció el rostro.

-Te equivocas…-

-¿Cuándo aprenderás a admitir las cosas, príncipe de todos los saiyajins?- soltó el título a manera de broma, sonriendo y recorriendo de nuevo su persona con sus afilados ojos negros. – ¿Acaso no has escarmentado aun? ¿No después de todo lo que has pasado? Solo admite que el muchacho te agrada… perdón, te gusta… – el falso rio muy divertido, haciendo la correr la ira con más fuerza dentro de Vegeta.

-Nunca admitiría tal cosa, no lo haría porque no es cierto…- se aferró a su idea, sintiéndose completamente nervioso e incómodo con el tema de conversación, apreciando su cuerpo temblar ansioso.

-Bueno, bueno, sigue negándolo si así lo deseas…- sacudió una mano en el aire con desinterés, andando hasta quedar cerca del otro. –Pero eso no te salva de nuestro juego. Te guste el muchacho o no, será nuestro premio a seguir…- explicó, llegando hasta estar frente a frente, colocando una mano en el mentón de su igual, clavando sus ojos profundamente.

Vegeta quiso golpearlo, pero se vio inútil de lograr algún movimiento, solo permaneció estático y tensó ante la cercanía. La mano, cálida y cubierta por el guante, lo sostenía fuertemente, podía sentir el pulso del otro con claridad, se sentía tan real. El falso colocó la otra mano sobre su mejilla, acariciando un poco el rostro del hombre perplejo, disfrutando retorcidamente de su expresión asustada y dudosa de absolutamente todo. Rozó sus narices, sin perder el contacto visual que se hacía borroso con su cercanía. Un hueco en el estómago de Vegeta se formó cuando sintió los labios del otro contra los suyos propios, jugueteando deliberadamente con su labio inferior.

¿Qué era eso? Estaba completamente demente, si este era un juego de su cabeza, era claro que había perdido la razón. El otro Vegeta apretó su agarre, obligándolo a abrir levemente la boca, rozando su cavidad con la punta de su legua. Otra oleada de dolor ascendiendo desde su vientre hasta alcanzar su garganta y hacerlo cerrar los ojos en un impulso. Disfrutando el contacto que lo mantenía perplejo.

-Veo que sigues igual…- susurró el falso despegándose y soltando el rostro del otro, dando un paso hacia atrás y mirando un rostro insatisfecho de su acompañante. –Me lo imaginaba… Es por eso que te gusta el chico… ¿o me equivoco? – Vegeta bajó la mirada, pensando detenidamente en lo que acababa de decir.

-Trunks no…- trató de replicar, pero la risa del otro lo calló.

-¿No te gusta?- preguntó sarcástico, avanzando un par de pasos más hacia atrás y mostrando su sonrisa enloquecida. –Pues te tengo una noticia… a mí sí… y pelearé por él…-

El hombre original no supo que lo golpeó, se encontró contra el suelo en menos de un parpadeo, con un profundo dolor en el rostro ocasionado por un puño. Se colocó el pie, levantando los brazos para alcanzar a cubrir una patada dirigida a su persona, obligado a comenzar a avanzar hacia atrás por el impacto de los repentinos y seguidos golpes. Imposibilitado de atacar, se dedicó a esquivar y bloquear, pero el dolor físico se volvía cada vez más intenso.

Giró en el aire, convirtiéndose en súper saiyajin y alcanzando a frenar sus golpes tomándolo duramente por las muñecas, falso soltó un gruñido, zafándose al tiempo en que también se convertía, tomando distancia entre los dos y colocándose nuevamente en posición. –Vas a perder, Vegeta…- le advirtió confiado, lanzándose en un instante, pero esta vez el otro lo recibió adecuadamente.

-Debes ser muy idiota si crees que te dejaré hacerlo…- su voz salió apretada por la fuerza con la que presionaba la quijada, lanzando y recibiendo puñetazos a velocidades increíblemente rápidas.

La batalla continuó de la misma manera unos minutos más, estando en un perfecto empate de velocidad y fuerza. "Así nunca lo derrotaré…" pensó Vegeta, tratando de pensar en alguna clase alternativa, sumergido aun en una fiera repartición de puños y patadas. –Tienes razón…- respondió el otro tomando nuevamente distancia. –Así jamás ganará nadie…- Vegeta gruñó por ser leído, tomándose unos segundos para recuperar el aliento.

-Dije que así no te derrotaría…- repitió ahora lo sus pensamientos, angostando la mirada y liberando energía.

-No estarás pensando en hacer esa transformación estúpida y lenta que no sirve para nada, ¿Verdad? – Vegeta rió, sabía que algo como eso no le ayudaría en lo absoluto en una batalla contra sí mismo, sería un completo suicidio.

-¿Acaso no puedes leer esto? – preguntó sonriendo, acumulando más y más de su fortaleza.

El Vegeta ilusión estaba a punto de contestar, pero no hubo oportunidad, el puño de Vegeta se clavó en su estómago, sacándole el aire y haciendo que se curvara al frente dejando un hilo de sangre por el camino. No logró ni parpadear cuando su rodilla se impactó el su rostro, sintiendo la sangre escurrir por su nariz y su boca, cayendo de espaldas contra el piso. –De ninguna manera permitiré que lo toques, él es mío…- sentenció Vegeta original sin ser ya consiente de lo que decía.

Vegeta continuó golpeándolo, sin darle oportunidad de nada, rugiendo con cada uno de los golpes y patadas que le daba al cada vez más destruido hombre. Lo tomó por la armadura, levantando el brazo para dirigirle el golpe final. Pero algo en ese rostro ensangrentado y afligido lo hizo detenerse y mirar perplejo. El Vegeta falso reía plácidamente, podría jurar que emocionado y confiado. -¿De qué mierda te ríes? – inquirió furioso el original y con el puño amenazador por delante.

-Me rió de tu poder, eres un completo idiota si piensas que una simple acumulación de Ki me va a matar, o incluso a hacer algo…- Vegeta siseó, proyectando su puño al frente, pero el otro se zafó antes de que su mano llegara a su destino. -¿Cómo llamas a eso? ¿Acaso planeas derrotar a alguien con ese estúpido poder? – Siguió provocando, aun curveando sus labios ensangrentados. -¿Con eso crees que mereces tener a Trunks? – con esa última pregunta su sonrisa se fue, dando paso a una mirada ensombrecida.

El falso Vegeta comenzó a rugir, bajando el rostro y apretando su expresión, tensando cada uno de sus músculos mientras su cuerpo comenzaba a hincharse. Vegeta tuvo que retroceder, azotado por los temblores que provocaba el aumento de poder en el otro sujeto al aumentar su fuerza. Rayos comenzaron a rodear su cuerpo, apreciando como cada una de sus venas se inflaba y su cabello se erizaba aún más, de hecho podía jurar que se veía más largo y abundante, al igual que su aura que resplandecía con más intensidad en ese brillante dorado. Su poder aumentó con un rugido proveniente de su garganta, el cual soltó al cielo mientras desquebrajaba el piso a su alrededor. Vegeta original abrió los ojos incrédulo, sabía lo que era.

-El… El poder más allá del súper saiyajin…- balbuceó perdido en el aura amarilla y la imponente imagen.

-Este, mi querido Vegeta, es el nivel dos del súper saiyajin… algo que tú no has logrado todavía…- Hubiese protestado si una fuerte patada no se hubiera enterrado en su mejilla, mandándolo con tal fuerza que no había tocado el suelo aun cuando su cuerpo se frenó por otro golpe.

Jamás, en toda la vida que llevaba, ni Freezer, ni Kakarotto, ni siquiera esos androides, nadie, nadie le había dado una patada así de fuerte. Podía apostar que su quijada estaba rota y que seguramente más de una costilla también. Esta vez sí aterrizó en el piso, rodando un par de veces antes de frenarse por completo, intentó abrir los ojos, pero unos puños iniciaron un ataque contra sus pómulos, sabiéndose aprisionado por el cuerpo del otro sobre el suyo.

-No lo tendrás…- susurró el saiyajin nivel dos. -¡NO LO TENRÁS!- gritó de nuevo, acelerando sus golpes sobre el Vegeta real. – ¡Trunks es mío! ¡MÍO! – Vegeta, debajo del otro, a penas y escuchó sus gritos entre sus aturdidas ideas. –Ya lo verás, tú eres un completo idiota, pero yo no, yo se lo diré… No me lo vas a impedir más…- dejó de golpearlo, levantándose y caminando unos pasos de reversa. –Se lo diré y para eso…- alzó el vuelo, alejándose rápidamente.

Vegeta abrió un ojo desde el suelo, siendo incapaz de moverse de su lugar, de hecho sentía que no podía mover nada. ¿Había perdido? Sí, estaba seguro de eso, había perdido frente a alguien que ni siquiera tenía la certeza de saber que era real. Ese tipo había alcanzado el nivel dos. ¿En qué demonios estaba pensando cuando se puso a pelear? ¿Ahora que iba a pasar con Trunks? Su otro él tomaría su lugar como si nada, eso era algo que ocurriría probablemente. ¿Le iría a hacer daño? ¿A él? ¿O a Bulma?... No lo entendía, ¿Por qué decía que Trunks era suyo? ¿Por qué dijo que se lo impediría más? ¿Cuándo había hecho él algo como eso?

-¡…Para eso tendré que matarte!- gritó llamando la atención del desconcertado y confundido Vegeta. Miró con su ojo bueno, apreciando los rayos de energía y el increíble Ki del segundo nivel, haciéndolo sentir como basura, no había logrado alcanzar el nivel, no había podido hacer nada y ahora moriría sin honor por una ilusión. Atento al otro rostro, notó como sonreía dementemente. Fue ahí cuando algo se movió dentro de él y se dio cuenta de que podía sentir la sonrisa en sus propios labios.

Parpadeó un par de veces, sintiendo ambos ojos buenos, el aire sobre su rosto, su cuerpo adolorido pero no como hacía tan solo unos segundos. Su confundida mente le avisó que estaba de vuelta en la realidad, que estaba en el nivel dos… y que estaba cayendo a toda velocidad contra el suelo de una manera mortal. Vegeta miró al frente, donde se supone debería estar, tirado y machacado. Todas las imágenes verdaderas vinieron a su mente llevándole un segundo recorrerlas.

Dios, él era el ´Vegeta falso´ el demente que estaba diciendo tonterías al aire, se estaba imaginando un Vegeta cuerdo con quien discutir. Las palabras dichas y acciones se repitieron en su mente. "¿No te gusta? Pues te tengo una noticia, a mi si" "¡Trunks es mío! ¡MÍO!" "se lo diré… No me lo vas a impedir más" ¿Acaso él? Recordó el beso consigo mismo. "¿Yo… yo lo hice?" pensó, tensándose y reprimiéndose mentalmente.

Su instinto le indicó colocar las manos sobre su cabeza, llevando sus ojos al suelo, el cual estaba a menos de dos metros en una picada y velocidad imposible de frenar, acompañado por el increíble encarreramiento del segundo nivel hacía que sonara a un impacto algo difícil de sobrevivir. Se maldijo por no prestar atención en lo principalmente importante. Solo fueron micras de segundo lo que llevó cubrirse la cabeza y en el momento en que chocó de cara contra el duro suelo, desquebrajándolo y creando un cráter increíblemente hondo, arañando su piel y rasgándola con la caída.

Dejó de oír y ver con claridad, percatándose de que había perdido su transformación y viendo a través del hueco en el profundo hoyo la luz del lugar. Era un completo demente, su cuerpo estaba rotó de más de una manera. Lejos de sentirse orgulloso por llegar finalmente al siguiente nivel, solo fue atormentado por cada uno de los piquetes agónicos en sus extremidades. -¡Papá!-escuchó una voz a lo lejos, muy lejos, sintiendo unas manos en los hombros antes de que quedara completamente inconsciente.

Continuará…

Notas finales:

Me acordó a "En la habitación del tiempo y el espíritu" no lo noté hasta que lo volví a leer, pero aclaro el parentesco: Según lo poco que pasó en la serie, ellos se estaban volviendo locos, y Trunks en varios lapsos parecía desvariando y según mi punto de vista, él ve a un Vegeta inexistente alejándose de él. Pensé que Vegeta pudo haber pasado por problemas parecidos, y en realidad en el siguiente capítulo se ve más a fondo su locura. En el Fic antes mencionado el doble de Trunks es el espíritu, aquí es una proyección muy diferente. En fin, hasta la siguiente.


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