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-No es nada grave, solo tiene un par de costillas rotas por un ataque de unos tipos a los que salieron a arrestar por contrabando de fauna protegida; la cosa se puso peliaguda y hubo hechizos por aquí y por allá, pero todo está controlado ¿tú crees que si estuviera grave, yo estaría aquí?
-No, claro que no –respondió sonriendo mientras se sentaban en una mesita de la cafetería.
-Ya estuve allá y el pobre, aunque magullado está bien; además lo tendré unos días en casa para consentirlo.
-Ya veo –dijo sonriendo.
-¿Qué pasa Hermione? ¿Es Harry para variar?
-No, curiosamente ahora no es él.
-¿Quién entonces?
Hermione miró a la chica y sonrió dándose cuenta de que ya se había convertido en una amiga; una amistad muy diferente a la que tuvo con Ginny o alguna otra, pues en asuntos de Harry y de su vida privada era muy recelosa, sin embargo Jessica sabia muchas cosas de Harry y había sido discreta demostrando verdadera amistad para con el moreno.
-Es Ron –dijo al fin dando un sorbito a su café.
-mmm algo me dice que no es un asunto relacionado con Harry.
-Pues no, no lo es.
-¿En verdad era tu novio?
-Ajá.
-Porque me pareció un idiota para que tú te fijaras en él.
-Bueno, es que no lo conoces como yo –respondió sintiendo que debía defenderlo.
-Gracias a Dios.
-El no es malo.
-¿Solo tonto? –dijo Jessica sonriendo.
-No, es decir… mira, él es buena persona, solo que en el asunto de Malfoy se cegó y bueno… todo se arruinó, fue cuando terminamos.
-Entiendo.
-Y ahora quiere hablar de eso.
-Seguro quiere regresar –dijo acariciando el vaso entre sus manos.
-No lo sé, pero siento como que eso quiere.
-¿Y tú qué quieres?
Hermione tardo unos segundos en contestar, por lo que Jessica dijo:
-¿Lo amas aun?
-Eso es lo que no sé –respondió encogiéndose de hombros y mirando fijamente su vaso de café.
-¿Cuánto tiempo duraste con él?
-Desde que íbamos en Hogwarts.
-¿En serio? –Exclamó sorprendida- ¿puedo saber cuántos novios has tenido?
-Bueno… -dijo sonrojada y sonriendo- solo él.
-No inventes Hermione, con razón no extrañas otra cosa, deberías darte chance y probar algo más.
-¿Probar algo más? Ni que calcetines.
-Pues no, no lo son –respondió riendo- pero sabes de que hablo; hay muchos chicos lindos por ahí, deberías mirar a tu alrededor y ver el resto del menú.
-mmm pues sí, ciertamente hubo un poco de costumbre en nuestra relación.
-Yo conozco uno que no te vendría mal conocer…
-¡Ay no! No estoy para citas ahora –exclamó alzando una manos y negando con la cabeza.
-Vamos Hermione ¿hasta cuándo dejaras a Harry vivir tu vida?
-El no está bien y si me descuido tan solo un poco…
-No estoy diciendo que ya te vayas a vivir con el primero que te encuentres y desaparezcas del planeta, solo que te des oportunidad de conocer a mas chicos aparte de Ron y que yo conocía uno muy lindo que está libre.
-No creo que…
-Es mi hermano –dijo interrumpiéndola y poniéndole las manos en su antebrazo, hablando muy emocionada como una vil celestina.
-¿Tu hermano? –repitió sorprendida.
-Ajá, se llama Brendan, tiene nombre de idiota, lo sé; pero él es un encanto.
-No tiene nombre de idiota –exclamó riendo.
-Claro que sí, pero es lindo… no es porque sea mi hermano, pero es un buen tipo, es un año mayor que yo y es pocionista; trabaja en un laboratorio muy importante que proporciona pociones a San Mungo y a otras clínicas.
-Bien por él, pero no gracias.
-Anda, dale una oportunidad, es un pobre ratoncito de biblioteca que no se da tiempo de conocer chicas.
-Ajá y aquí esta una víctima ¿no?
-Exacto.
-Olvídalo.
Jessica ya no dijo mas, solo sonrió haciendo a Hermione arquear una ceja.
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-¿Entonces no puede recibir visitas? –preguntó Draco contrariado.
-Pues es que no quiere recibir a nadie –respondió Hermione dudosa sobre que reacción tendría Harry al ver a Draco- aunque mira, la verdad no sé si tu visita le haría bien.
-Ya veo.
-¿Por qué no mejor le preguntamos al medimago?... es que con Harry ya no sé cómo reaccionar.
-Ajá ¿y vas a poner en antecedentes al medimago para que él vea si puede recibirme o no? –exclamo molesto.
-Pues si es necesario si, el equilibrio mental de Harry es muy débil.
Draco bufó mientras Hermione se apresuraba a decir:
-¿Quieres que busque al medimago para preguntarle?
-No, gracias –respondió dándose la vuelta y deteniéndose apenas doblar la esquina.
-Pero yo necesito hablar con él… yo tengo que saber…
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Cuando la puerta se abrió, Harry mantuvo los ojos cerrados pues no quería hablar con nadie, y el simple hecho de tener a alguien dentro de su habitación era muy fastidioso.
-Potter…
Esa voz…
Cuando abrió los ojos miro a su visitante y vio a Draco parado detrás de la puerta, recargado en ella, como temeroso de acercarse.
-¿Cómo estás?
Harry no respondió nada, simplemente lo vio y un cúmulo de sentimientos se agolparon en su pecho haciéndolo cerrar los ojos con fuerza sobresaltando a Draco.
-Potter… -dijo dando unos pasos- ¿estás bien?
Muchas imágenes mezcladas con sentimientos y emociones invadieron la cabeza de Harry haciéndolo ponerse las manos en la frente.
-Oye… si quieres me voy…
Harry se mojó los labios resecos con la lengua mientras aspiraba aire, como haciendo un gran esfuerzo por hablar.
-Qué… ¿Qué es lo que quieres?... –pregunto al fin sin abrir los ojos.
Buena pregunta… ¿Qué quería en realidad? ¿Era tan necesario hablar con él?...
-Yo… -dijo sin saber de pronto que decir- supe que… que no te acuerdas de nada –exclamó sintiéndose un tonto al decir lo primero que le llegó a la cabeza y dándose cuenta al momento que ese no era precisamente un buen tema de conversación.
-Así es… -respondió Harry quitándose las manos de la frente y abriendo los ojos para mirar fijamente al techo.
Pero era una mentira a medias, pues la sola presencia del rubio había removido su subconsciente y traído como una dolorosa avalancha de recuerdos, todo lo que había sucedido desde que había planeado su visita al risco.
Pero todo había sido tan de repente y tan sorprendentemente rápido, que sintió que la cabeza le iba a estallar.
-Vaya, ya veo… -dijo acercándose más.
-¿Qué quieres? –exclamó Harry mirándolo finalmente.
-Yo, bueno… quería hablar contigo.
-¿De qué?... no creo que haya nada de qué hablar –dijo con voz serena poniendo más nervioso a Draco.
-¿Pero porque estoy tan nervioso? –Pensó contrariado mientras se sentaba en la silla que estaba junto a la cama- ¿Por qué hiciste eso? –exclamó de repente sin siquiera pensarlo.
-¿mmm?
-¿Por qué te tiraste del risco?... es decir… yo te vi… no fue ningún accidente… -continuó mirando atento a Harry, quien sin decir nada solo lo miraba.
-No te incumbe –dijo al cabo de unos segundos para después cerrar otra vez los ojos- cierra bien cuando te vayas.
Draco parpadeo como búho desmañanado para después reaccionar y seguir hablando importándole una mierda el dichoso “equilibrio mental” de Potter.
-No me iré, yo necesito saber… ¿es verdad entonces que las otras ocasiones no fueron accidentes?
-¿Otras ocasiones? –repitió Harry frunciendo el ceño y mirándolo.
-Si, las otras ocasiones en las que has venido a dar aquí al borde de la muerte… ¿no han sido accidentes?
-Creo que ese asunto no te incumbe, según yo sabía ya te morías por largarte del país, ¿entonces qué haces aquí?
Draco abrió la boca varias veces sin saber que decir, pues muchas preguntas se agolpaban en su cabeza sin poder decir la que en verdad le interesaba.
-Yo solo…. Quiero saber porque lo hiciste –dijo con el corazón palpitándole acelerado y sin atreverse aun a preguntar directo lo que quería saber.
-Porque mi vida es una mierda –respondió Harry enojado por tanta insistencia- porque es mi vida y se me pega la gana hacer con ella lo que se me antoje ¿y?
-¿Y nada más?
-¿Nada mas?
-Maldita sea… ¿Qué pretendo con estas preguntas estúpidas?
-¿Qué quieres saber en realidad, Malfoy?
-Yo… no sé, me habían dicho que… bueno…
-¿Qué fue por ti? –dijo Harry alzando una ceja.
Draco alzo la cara sintiéndola muy caliente mientras veía a Harry esbozar una débil sonrisa.
-No seas absurdo Malfoy, suficiente me has jodido la vida como para darte tanto poder sobre mí, lo que siento por ti solo es fastidio y alivio de que por fin estas fuera de mi vida… además no entiendo porque ese interés ¿no que me odiabas tanto?... contento deberías estar de que casi muero; pero no te preocupes, un día de estos te daré la sorpresa.
Draco siguió callado, sin saber que decir a todo eso y sobre todo, sin saber cómo reaccionar a lo que estaba sintiendo.
-Adiós Malfoy y que te vaya bien.
Draco se levantó y salió de ahí dispuesto a no regresar jamás.
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Cuando llegó a su hotel, apenas tuvo tiempo de cerrar la puerta antes de ponerse una mano en la boca y soltar un sollozo que a él mismo le sorprendió.
-¿Qué me pasa? -pensó sorprendido mientras se arrojaba a la cama y abrazaba una almohada.
Y es que el lacerante dolor que sentía en el alma no lo había sentido nunca, a excepción de cuando había visto a Harry morir ante sus ojos bañado en sangre.
-¿Qué fue eso?.... –pensó recordando ese momento; momento en que el moreno extinguía su propia vida en el fondo del risco.
Y es que hasta ahora reparaba en ello, hasta ahora recordaba lo que había sentido al verlo morir entre las rocas, o al menos pensar que había muerto.
-No… -pensó apretando los dientes para no soltar el grito que desde hacía rato pugnaba por salir de su garganta- no puede haberme dolido tanto… yo no pude haberme…
Entonces abrió los ojos enrojecidos dándose cuenta de cuanto le habían dolido las palabras de Harry.
“¿Por ti?... no seas absurdo Malfoy…”
-Pues claro… -pensó sorbiendo la nariz- era obvio que no… yo ya sabía que no…
Pero aun sabiéndolo no pudo evitar el grito que surgió desde lo profundo de su pecho y que por desgracia no le dio alivio en lo absoluto.
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Una semana después, Harry era dado de alta por fin, yendo a quedarse para variar, a casa de Hermione.
-Con cuidado… -dijo ella ayudándolo a subirse a la cama- Harry…
-Ya suéltalo Hermione, se que quieres decirme algo desde hace días.
-Bueno si, la verdad es que si –respondió mientras le acomodaba una almohada en la espalda- Harry… -continuo sentándose en la cama y tomándole una mano- creo que es hora de buscar ayuda profesional y no acepto ninguna negativa de tu parte –añadió al verlo abrir la boca.
-No la necesito –respondió acomodando las mantas sobre sus piernas.
-Harry, si el medimago no te recluyó en el área psiquiátrica del hospital fue porque el mismo medimago no quiso forzarte antes de tiempo.
-¿Antes de tiempo?
-Así es, mira… él dice que si te niegas a recibir tratamiento psicológico, va a tener que reportar tus anteriores intentos de suicidio al jefe del departamento de aurores, pues serías un riesgo para ti y tus compañeros.
Harry retiró su mano sintiéndose invadido en todo aspecto, pues hasta el momento no había hablado de esos intentos con Hermione, ni mucho menos los había reconocido como tales ante ella, ni ante sí mismo, por lo que enojado y fastidiado se cruzó de brazos mientras decía:
-¿Podrías dejarme solo? Tengo sueño.
-Pero Harry…
-Por favor Hermione, ya sé que es tu casa, pero me gustaría un poco de privacidad si no te molesta.
Viendo que no había poder humano que hiciera que Harry accediera a hablar con ella en ese momento, decidió salir de ahí.
-Es como hablar con un niño berrinchudo –pensó exhausta.
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-Solo será un momento –dijo Ron a Hermione mientras ésta rebuscaba documentos en un montón de pergaminos esparcidos en la mesa.
-Si, mira él sigue igual de obstinado en no querer recibir a nadie pero yo creo que tu visita le hará muy bien.
-Gracias… oye, estas muy atareada ¿verdad?
-Si, estoy muy atrasada en mi trabajo y ya se me acabaron las vacaciones, estoy aquí por un permiso especial con la condición de tener todo al día, pero es una locura –concluyó exhalando un suspiro y mirando finalmente al pelirrojo- sube Ron, sé que tu visita le hará bien.
-Eso espero, pero ¿tú como lo ves?
-Mira Ron, considerando que hace apenas dos días salió del hospital no puedo decir gran cosa, físicamente está mucho mejor, pero su ánimo… mmm… pues es engañoso, aparentemente esta mejor y con mas animo, pero no me la trago para nada, eso hizo las otras veces y mira lo que paso; lo que me preocupa es que el medimago está llamando todos los días, ya quiere canalizar a Harry y éste no da chance de ayudarlo.
-Ya veo… bueno, pues subiré, deséame suerte para que no me saque con un Bombarda.
-Ya verás que no –respondió sonriendo.
Cuando tocó a su puerta y entró, encontró a Harry saliendo de la ducha, apoyándose en un bastón.
-Hola Harry.
-¡Ah! Hola… pensé que era Hermione.
-Pues no, soy yo como podrás ver; la pobre está sepultada en trabajo.
-Ya le dije que no es necesario que este aquí vigilándome todo el tiempo, pero es una terca –respondió caminando hasta la cama, en donde se sentó mientras Ron metía las manos en sus bolsillos y se acercaba unos pasos.
-Harry… desde hace días quiero hablar contigo.
-¿De qué?... no creo que haya nada de…
-Si lo hay y lo sabes, por favor, deja de alejarnos –interrumpió suavemente Ron viendo a las claras como Harry comenzaba a enojarse- y eso es culpa nuestra, yo lo sé –añadió antes de que fuese arrojado fuera de la habitación- pero por favor, dame la oportunidad de hablar… solo unos minutos.
Harry exhaló un suspiro y se encogió de hombros mientras reanudaba su labor de secarse el cabello.
-Harry… vaya… pensé esto tantas veces y ahora no sé por dónde empezar –exclamó sonriendo nervioso ante un Harry impasible- bien… yo estaba equivocado, completamente equivocado contigo, y no solo yo, más bien toda la familia.
Harry escuchaba sin más remedio pues tal vez esa era la mejor manera de sacarlo de su cuarto y dejarlo en paz.
-Debí respetarte desde un principio… aceptar esa parte de tu vida tal como lo hizo Hermione, pues aunque yo me hacia el tonto pretendiendo ignorar a Malfoy, siempre intervine cada vez que pude… ella en cambio se acercó a ti a pesar de todo, incluso acepto a Malfoy por ti.
-Ya no importa, Malfoy ya ni siquiera está, así que estate tranquilo –dijo secándose las orejas.
-Harry, soy un idiota, un completo idiota… me equivoque y ahora ni siquiera encuentro las palabras adecuadas para disculparme, para decirte lo importante que eres para mi, para decirte que nunca debí condicionar mi amistad… que la amistad no tiene ni debe tener reservas… no me interesa si amas a Malfoy, yo lo aceptare si eso te hace feliz, incluso yo…
-Ya te dije… -interrumpió Harry sintiendo un pinchazo en el pecho ante las últimas palabras de Ron- que eso no importa, él de todos modos ya no está.
Ron miró a Harry secarse los pies con algo de dificultad mientras sus manos temblaban ligeramente.
-Harry… sé que no fui un buen amigo, pero me he dado cuenta de cuánto te he fallado y de cuanto me haces falta… te quiero y si tu mueres, yo me volvería loco…
Harry tragó el nudo que se le había formado en la garganta al oír la voz estrangulada de Ron, sin embargo siguió en lo suyo como si nada.
-Toda mi familia esta arrepentida… Ginny sigue pensando cosas tontas respecto a Malfoy, pero esas son tonterías; mamá… mamá llora todas las noches sabiendo que lo arruinó también, incluso los gemelos han querido venir a pedirte perdón… pero saben que no quieres ver a nadie…
-¿Y entonces porque estás aquí?
-Porque soy un testarudo… igual que tú.
Harry no dijo nada durante algunos instantes para finalmente esbozar una débil sonrisa mientras decía:
-Si… igual que yo.
-Harry, dime que me das una oportunidad de borrar todas las cosas estúpidas que te dije, para borrar todo mi mal comportamiento… te juro que nunca más te volveré a fallar.
Harry alzo la vista y vio el rostro empapado de lagrimas del que alguna vez fuera su mejor amigo y durante lo que pareció una eternidad lo observo.
-Qué tonto eres… -musitó dejando la toalla a un lado.
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