Título: Not Strong Enough
Parejas: BangLo.
Género: Dramático.
Aclaraciones: Inspirada en la canción Strong enough de Apocalyptica.
POV BYG
El frio de la noche me consume, mi piel arde a tal grado que es imposible detener el dolor físico el cual no se compara a un corazón roto como se encuentra el mío, observo la calle que se pone delante de mí, las lámparas iluminan el sendero el cual se vuelve borroso, una mueca de nostalgia se dibuja en mis labios, esta no es la vida que deseaba, este no es el final que soñaba, cuando me gradué de la Universidad lo único que buscaba era tener un trabajo decente, ayudar a los jóvenes a involucrarse en el arte, la música, por esa razón decidí trabajar en ese centro de rehabilitación, buscaba encontrar mi destino en lo rotos sueños de niños abandonados, fue donde te conocí, la persona que me arrastro a un mundo atestado de monstruos y sombras que carcomen mi atormentada alma, él es la razón que este condenado a vivir en el infierno que Dante atravesó para rescatar a su amada Beatriz. Tu piel era blanca como la nieve, suave, eras un niño que acababa de cumplir 17 años, el mundo estaba a tu disposición pero tus alas se encontraban rotas, tus anhelos ardieron en el mar de tu odio, tan pequeño, tan cansado de existir, cuando el curso dio comenzó no volteaste a mirarme, ni un solo instante, tus bellos ojos se encontraban opacados por una sombra que te mantenía prisionero en el rencor, al finalizar te quedaste en silencio me acerque para tomar tu mano.
—¿Estas bien?—Cuestione pero de un golpe me alejaste.—¿Quieres que te lleve a la enfermería?
—Odio que me toquen.—Vociferaste nervioso ocultando las marcas del brazo.—Solo estoy en esta estúpida clase porque es requisito para quedarme en este lugar.
Te pusiste de pie alejándote rápido de mí, fue entonces que entendí que esas marcas eran consecuencia de la heroína que tal vez te inyectabas, mi corazón se estrujo al pensar que un niño como tú ya se encontrara inmerso en ese pandemonium. El verdugo de mi castigo asistió a todas las clases en algunas lucia mejor que las otras, el fuerte olor a mugre a veces desprendía de su ropa, era cuando se alejaba lo más posible de mí, del resto quienes lo despreciaban con la mirada, tu comportamiento errático me llamo la atención así que investigue sobre ti, tu madre lo abandono por irse tras un hombre, estuviste en casa de un familiar pero huiste cuando tenías 13 años desde ese día tu hogar fueron las calles, tus hermanos los vagabundos, los borrachos o drogadictos los cuales te indujeron a su vicio, tu historia no era distinta al resto de los asistentes a ese centro de rehabilitación, pero para mí eras especial, algo en tu mirada me gritaba que te ayudara.
Cuando la clase termino te pedí que te quedaras, estabas molesto pero acataste mi orden saque la hoja que unos días antes me habías entregado, mi objetivo era ayudarte, sacarte del limbo en el que vivías, buscaba de cierta manera agrandar mi orgullo.
—La letra es buena pero deberíamos cambiarla, es un estilo muy hip hop,¿ rapeas?—Cuestione interesado sentándome frente a tu.—Escucha,¿ qué te parece esto ?
Las palabras salieron de mi boca automáticamente, adoraba el jazz, blues, la música clásica pero también el rap, la música de orígenes afro americanos se adhería a mi alma volviéndose propia, el joven abrió sus ojos fascinados, por primera vez los vi brillar, con una luz fuera de este mundo, desde ese día pasamos mucho tiempo juntos, la pasión por la música nos unió a tal grado de saber que compartíamos las misma aficiones, eras un niño con un temple de acero, orgulloso como yo, buscando aprender más, la información la absorbías como una esponja, crecías espiritualmente a pasos a agigantados, evite tocar temas que percibía que te molestaban, fuiste bajando tus defensas, dejándome entrar, me empape de esa inocencia que aun tenías viva, las tardes se volvieron demasiado cortas, anhelaba saber más de ti, mi petición fue bien aceptada accediste vivir conmigo, prometo que al inicio mis intenciones eran honestas, eras como mi hermano menor, pero tus demonios eran más grandes que tu voluntad, tu necesidad más poderosa que mis palabras. Esa tarde cuando llegue de trabajar te encontré inconsciente, la jeringa estaba tirada a un lado de tu brazo, te levante para trasladarte al Hospital, nunca tuve tanto miedo como esa noche, pero solo fue la primera de muchas, deje de necesitar al Sol para sentir calor me convertí en adicto a tu sonrisa ella era quien calmaba mi ansia.
—Lo siento pero no puedo huyng, no puedo.—Gritaste cuando lograste despertar corrí para abrazarte.—Solo deja que muera, ya no quiero continuar.
—Por favor no digas eso SunShine.—Hable aferrándome a tu espalda escondiéndote en mi pecho.—Continua luchando, no dejes de intentarlo.
Vi como lentamente trataste de cambiar, levantándote cada mañana con tu cruz, con tu sombra que trataba de devorarte, te escuche gritar aquellos días que buscaste desintoxicarte, pero era consiente que había algo más, un evento atorado en tu sub consiente que no te dejaba caminar, lo que te prohibía verme a la cara, lo descubrí ese fin de semana que regrese de un viaje, visite a mis padres y a mi novia, por cuidarte los había abandonado. Al abrir la puerta descubrí que el departamento estaba hecho un lio, pensé que habías caído en una depresión, me asuste, me regañe a mí mismo por dejarte solo cuando más me necesitabas, llegue a tu recamara la abrí sin tocar, grave error, descubrí una parte del gran secreto que escondías, estabas con otra persona, no era una mujer, la ira se apodero de mi cuerpo camine para tomar al sujeto que podría decirse era de mi edad, lo sujete del cuello sacándolo a patadas de la habitación, se encontraba desnudo, lo golpee hasta que te aferraste a mi espalda, gritándome que me detuviera, escondiste tu rostro en mi espalda pude sentía como se humedecía, me detuve por tus ruegos.
—Deberías citar a tus clientes a horas separadas.—Bufo el sujeto tomando su ropa.—Entenderás que no te pagare.
Me quede helado ante tal declaración aparte mis manos formando un puño, los presione hasta que los nudillos se pusieron blancos, te soltaste del agarre para correr de regreso a la cama donde te escondiste.
—Tú tienes la culpa.—Me reclamaste pegándote a la cabecera de la cama, con las cobijas.—No me dijiste que tuvieras novia, tú tienes la culpa.
—Eres como mi hermano menor no puedo verte de otra manera.—Conteste con la mirada fija en el piso.—¿Te dedicas a esto para vivir?
La pregunta más estúpida de mi vida, la más inútil, era obvio un joven tan hermoso con él, que no es capaz de mantener un empleo debido a su adicción de donde diablos sacaría dinero, no debía pensarlo mucho, no te odie a ti, deteste a las personas que te tocaron, aquellas bendecidas que besaron tus labios, las envidie a tal grado que deseaba borrar sus recuerdos, no quería que nadie te tuviera, mi mente enfermo a tal grado que las perversiones se hacían presentes, ¿quién eras para volverme loco? jamás tuve sentimientos tan extremistas como en ese momento tuve.
—Me gustas hyung.—Volviste a decir con un susurro casi audible.—Por favor corresponde a mis sentimientos,
Tus palabras me asquearon, yo no podría enamorarme de otro hombre, era algo anti natural, algo que perturbaba mi mente, un hecho que castigaba mi religión con boleto directo al infierno, pero no puede ser algo peor a lo que experimente desde ese día. Salí de la habitación no podía aceptar que fuera un desviado que deseaba a otro hombre, mi alma estaba corrompida por tu causa y aun así no podía odiarte, aun así necesitaba verte, tus ojos eran mi luz, tu voz mi aire que necesitaba para respirar, no regrese al departamento no quería verte, fue entonces que recibí nuevamente una llamada del Hospital, no escuche la causa así que solo corrí a tu auxilio, tú me hiciste te odiar el olor a cloro que usan para desinfectar los cuartos de ese lugar, tu mano estaba vendada al igual que tu pierna derecha, mi corazón se detuvo, verte lastimado despertó mi ira, creaste una bestia, tus palabras la alimentaron, tus actos la domaron, me acerque acariciando tu frente, ese cabello rubio crecía sin parar, tu labio partido me conmovió a tal grado de no poder detenerme, los toque, los acaricie con los míos, tus ojos se abrieron.
—Dejare a mi novia, te quiero.—Dije sin pensarlo, las palabras salían sin pedir permiso.—Soy capaz de olvidar a todos por estar contigo.
—¿Eres mío? ¿Solo mío?—Preguntaste emocionado asentí dándote luz verde para que tus sueños se hicieran realidad.—Eres mío, solo mío.
Te convertiste en mi dueño, en mi amo, mis acciones se basaban en tus deseos, mi familia me dio la espalda cuando se enteraron de mi romance, soy huérfano, no me dolió perderlos, tú te volviste mi todo, mi novia me grito que nadie la había herido como lo hice yo, no sentí remordimientos, mi mente solo habitabas tú, me convertí en un ser errante que solo obedecía a tus ordenes pero también descubrí que la bestia que habitaba en mi interior ansiaba sangre, me enfermaste, descubrí que los sujetos que te golpearon eran un grupo de vándalos homofóbicos, los busque para golpearlos, la primera vez que use la violencia para sacar mis corrompidas emociones, decidí dar clases en una Universidad, la paga era mayor, la necesitábamos para tus clases de baile, entraste a un colegio con una beca completa pero los gastos seguían aculándose, las mañanas las despertaba a tu lado, tu sonrisa angelical era mi dosis de felicidad que necesitaba para pelear, al regreso de trabajar me esperabas con un asqueroso intento de cena por lo que al final íbamos al puesto de ramen, no me importo que las gente nos señalara, que hablara a mis espaldas, que me juzgara por mis preferencias.
—Las vecinas dicen que es una lástima que seas homosexual.—Dijiste juguetonamente mientras colocabas un disco en el estéreo y regresabas a mi regazo.—El anciano del cuarto 455 comenta que nos iremos al infierno.
Solté una carcajada hace mucho tiempo que deje pensar en el pecado que vivía, si después de la muerte mi penitencia debía ser cumplida a lado del mismo Lucifer, no me preocupada, porque ahora estaba en el cielo, tú eras mi Dios, mi ángel de la guarda, tu piel mi descanso, bese tus labios, entrelace mis dedos a los tuyos, te guarde en mis brazos, recargaste tu espalda a mi pecho.
—No soy homosexual.—dije a lo que contestaste con un bufido,—Soy JunHongsexual, solo te deseo a ti, solo te quiero a ti.
Sonreíste iluminando la habitación, opacabas a las mismas estrellas con tanta belleza, te colgaste a mi cuello, tus risas provocadas por mis cosquillas atestaron cada rincón de ese departamento, nos escondemos debajo de las blancas sabanas donde su piel desnuda se pierde, me coloco encima de ti, en medio de tus largas piernas, puedo sentirte vibrar ante cada caricia que te regalo, tus mejillas sonrojadas me indican que estas deseando lo que mi cuerpo anhela, tus manos se colocan en mi abdomen, van subiendo tranquilamente, delineas cada musculo con una terrible lentitud que la pasión me va sobre pasando, cierro los ojos dejándome llevar por tus labios los cuales van dejando huellas en mis clavículas, en mi cuello, te aferras a mi espalda con desesperación, mordisqueo tus hombros desnudos, eres el más perfecto y delicioso pecado que he llegado amar, podría pasar toda la vida haciéndote el amor, cada segundo en el cual respiro mis pensamientos están marcados con tu recuerdo, con tu olor, me he obsesionado a tal grado que solo busco hundirme en ti, escucharte gritar mi nombre como lo haces ahora, la manera tan erótica que te mueves cuando ingreso en tu cuerpo, nuestros dedos se entrelazan, nuestras frentes sudorosas se pegan, no puedo apartar mi mirada de la tuya, no puedo existir sin ti.
—Te amo Bang YongGuk. —Dices en el instante en el cual hemos llegado al límite. —Solo te he amado a ti.
—Te amo JunHongChoi. —Contesto a tu oído, besándolo con dulzura. —Solo te amare a ti.
Fue el año más perfecto, más increíble que compensaba mi existencia, pero siempre hay una consecuencia en nuestros actos, el ciclo de violencia está vigente en nuestra sociedad, después de golpear a esos sujetos uno quedo gravemente herido que termino suicidándose a causa de su incapacidad adquirida después de caer de unas escalares de donde lo arrempuje, fue entonces que su hermano busco venganza, unos pandilleros con sangre fría te sorprendieron saliendo de clases, te golpearon a tal grado de provocar una muerte cerebral, los médicos dijeron que ya no estabas ahí que solo era tu cuerpo sin vida haciendo funciones gracias a una maquina la cual era momento de desconectar, recuerdo que me puse de pie para salir del lugar no sin antes rogarle a la enfermera que me diera hasta la media noche, fui al Bar donde supe que esos tipos se la pasaban entre sin llamar la atención, muchas veces me dijiste que tenía una aura de pandillero, así que aproveche mi apariencia, los reconocí en un solo instante, los hermanos eran idénticos, la rabia se apodero de mi como un torbellino saboteando mi cordura, nublando mi humanidad, ya no quedaban sentimientos en mi alma, no existía una pizca de empatía por esos seres, camine hacia el líder clavando el cuchillo de cocina que tome de nuestro departamento, los otros se apresuraron a atacarme, siempre he sido fuerte y más ahora que la bestia que dormía despertó con sed de sangre así que no tarde en lastimarlos pero también sentí que ellos clavaban algo en mi abdomen, cuando el sonido de sirenas y el caos se presentó decidí huir, por esa razón me encuentro en este camino desolado, he dejado un rastro imposible de no ver, no escucho a la recepcionista cuando me ordena detenerme, llego a tu cuarto ¿Continuas dormido? eso es lo que quiero creer, las lágrimas resbalan por mis mejillas, toco tu rostro blanco que ahora tiene moretones dibujados, los toco con miedo a herirte, ¿Por qué te lastimaron? ¿Por qué me dejas?, estoy confundido, es como si despertara de un sueño, de una pesadilla, dejo caer el cuchillo ensangrentado, mis rodillas se doblan, cubro mi rostro con mis manos, están tenidas de un color escarlata, esta no es la vida que quería vivir, este no es futuro que deseaba para ti, me pregunto qué sería de ti, que sería de mi si nuestros caminos nunca se hubieran encontrado, estarías ¿vivo o muerto? escucho a lo lejos los pasos, te abrazo manchándote con mi sangre, me aferro como un desesperado a tu cuerpo que aun esta tibio, pero ya no estás aquí, me enfermaste a tal nivel que tus besos eran mi medicina, mis pulmones no están dispuestos a continuar circulando aire en mí .
—No era lo suficiente fuerte para mantenerme lejos de ti.—Dije entrelazando una mis manos con las tuyas, beso tus sonrojados labios.—Perdóname.
Mis ojos se vuelven pesados, tal vez mañana nuestro nombres aparezcan en los diarios,¿ nuestra historia de amor será reconocida? ¿yo seré la bestia y tú el bello? el amor puede enfermar hasta llevar a la locura a una persona, siempre pensé que esa filosofía era tonta, anticuada, improbable, pero soy un claro ejemplo que es realidad tal afirmación, no tengo sueños, no tengo anhelos si tu sonrisa no me acompaña, eres mi arcoíris que se llevó los colores dejándome en la oscuridad, me recargo junto e tu hombro, mi otra mano busca el cable que te mantiene respirando artificialmente, ruego a mi Dios o a destino que en nuestra próxima vida podamos volver a encontrarnos, el sonido de las maquinas se hacen presentes, una sonrisa se forma en mis labios, prometo que en la mañana despertaremos nuevamente juntos, prometo que seré lo suficientemente fuerte para protegerte.
FIN POV
—¿Que vamos hacer con ellos?—Cuestiono la enfermera con los ojos vidriosos. —Son tan jóvenes, no es justo lo que les paso.
—Llamaremos al Sr Bang, no será sencillo decirle que su hijo menor está muerto así como su amante. —Contesto el hombre caminando hacia la pareja. —Te lo dije Guk, no eras lo suficiente fuerte para cuidarlo.