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Project 1004 por ritsuka10

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Los dos jóvenes de los sillones miraron maravillados al rubio, era la primera vez que un humano pisaba el departamento del gran Bang, o mejor dicho era la primera persona fuera de ellos dos que conocían ese lugar, giraron sus rostros curiosos a su líder quien solo los ignoro pasándole el móvil al recién llegado quien lo tomo curioso, al reconocer la voz de su hyung su rostro se ilumino.


—Cálmate Uppie hyung, estoy bien llegare en un par de horas a la casa, no te preocupes.—Comentaba un incómodo rubio al notar las miradas inquisidoras de los dos nuevos rostros.—Si, mi cliente pidió que me quedara hasta hoy, todo está bien, nos vemos y cuídate.


HimChan giro su rostro hacia su jefe, sus miradas se cruzaron, “No digas ni una sola palabra y llévate al ruidoso”, le dijo mentalmente, una sarcástica sonrisa mostro los dientes de conejo del menor quien se puso de pie jalando al castaño quien seguía embobado por las últimas palabras dichas, cliente? A que se refería el mocoso, una mano le impidió lo que sus instintos le gritaban preguntar.


—Los veré en la casa de mis padres.—Dijo el mayor cuando sus amigos estaban en el umbral de la puerta.—Ni una sola palabra de lo que vieron hoy.


Los subordinaron afirmaron con un movimiento de cabeza, pero una risa de burla no fue desapercibida por el mayor quien solo se despeino el cabello molesto, no estaba seguro que deseaba hacer con el chiquillo solo era consiente que necesitaba tenerlo cerca para averiguar sobre su marca, lo usaría como cebo para atraer a los pecadores, lo miro detalladamente, su piel blanca parecía brillar con los rayos del Sol, era una verdadera lástima que fuera hombre y para rematar un humano, el menor se armó de valor.


—No me importa si abusaste de mí en la noche solo quiero que me pagues, mi tarifa aumento porque me quede hasta al amanecer contigo.—Grito sin ningún rastro de pudor. Estiro su mano—Dame mi dinero para irme.


—Maldito mocoso como te atreves a cobrarme?—Contesto ofendido el pelinegro, no podía creer tanta humillación solo por un par de wons.—Te salve la vida así que date por agradecido por  que dejara que te quedaras en mi casa.


Zelo se trago su orgullo, necesitaba el dinero, sabia que ese hombre lo había salvado pero por él diseño del departamento descubrió que era rico, en nada le afectaría intentarlo además si volvía sin efectivo y con esos golpes en la cara JongUp se molestaría y le prohibiría trabajar una vez mas, apretó sus puños frustrado, en caso de que el mayor no le diera ni un peso se robaría algo de esa casa.


—Yo no traía esta ropa así que abusaste de mi anoche.— Volvió a decir indignado, trataba de tragarse su orgullo.— Solo quiero mi dinero, por favor eres millonario para ti esa cantidad es nada


El mayor se enfureció, por eso detestaba de los humanos, su inmensa avaricia, el amor desmedido por lo material, siempre deseando lo que no pueden tener,  tomo del brazo al rubio para arrastrarlo fuera del departamento, estaba cansado de ese niño y sus berrinches, lo lanzo en el pasillo cerrándole la puerta en la cara, ignoro los golpes en la madera, su paciencia estaba llegando al limite, era una persona pacifica pero cuando le hartaban no había poder humano que lo calmara, miro la peluca y el bolso en el sillón, por que sentía remordimientos? Porqué simplemente no pasaba la hoja? Igual podría encontrar a los pecadores de otra forma, dejo escapar un gruñido de sus labios tomo los objetos para abrir la puerta.


—Vamos te llevo a tu casa.—Hablo entrelazando sus dedos con los del menor quien quedo sorprendido.—Eres un dolor de cabeza insoportable.


JunGong estuvo a punto de contestar pero la mirada que le regalo el mayor lo congelo, tan siquiera lo llevarían a casa, un suspiro de resignación escapo de su boca, bajo la mirada al piso, se dejo llevar por esa mano, extrañamente no le tenia miedo al sujeto era todo lo contrario, una aura de inocencia emanaba de ese pelinegro, es como si un desconocido calor recorriera por su piel al contacto de sus manos,  cuando llegaron al auto, se dispusieron abordarlo en silencio, la pareja no quería seguir gritándose así que solo se ignoraron y cada uno enfoco en sus pensamientos en otros problemas, uno par de miradas seguían sus movimientos, entre los autos estacionados los subordinados de Bang miraban atentos la escena.


—Te va matar si se da cuenta que lo sigues.— Hablo DaeHyun mientras salía del auto.—Yo hare lo que el pidió, no quiero peleas.


—Solo investigare porque es  tan condescendiente con el mocoso.— Contesto fascinado el mayor mirando como el auto del líder desaparecía.— Eres un cobarde rayito de luz, además Bang me dijo que el próximo trabajito era para ti.


DaeHyun movió la cabeza desganado camino hacia su motocicleta, observo como el auto rojo de HimChan desaparecía por la misma dirección que lo hizo el de su jefe, tomo el casco en sus manos cuando de pronto una aura eléctrica apareció, disfrutaba de su poder, de su don, era mitad humano, un regalo de su madre biológica, en teoría debía ser marcado como un pecador por ser fruto de una relación prohibida pero el status de su padre, uno de los anteriores Sabios, lo salvo de terminar en una calle con la policía y los clanes buscándolo para matarlo, desde que nació fue escondido en aquella vieja mansión, ese lugar donde los yonkai escondían sus faltas, sus pecados, donde refundían a los herederos más débiles, donde conoció a HimChan, donde YongGuk planifico su conquista, monto su motocicleta fascinado, a veces solo pensaba que hubiera sido de él si sus padres no hubieran muerto en aquel accidente, estaba seguro que lo amaban, aun tenia impreso los recuerdos de sus primeros 6 años de vida, los únicos que paso con su verdadera Familia.


—Debería dejar de pensar en estupideces.—Se regañó a si mismo acelerando la velocidad.—Ahora hago lo que quiero, soy la mano derecha del líder más poderoso del Clan Koguryŏ, ahora todos bajan la cabeza ante mi fuerza.


HimChan seguía a su líder quien ya había notado su acoso, ambos amigos comenzaron a jugar a las escondidas, el joven dientes de conejo reía fascinado siempre se cuestionó porque nunca podía adentrarse a la mente del YongGuk, desde niños el mayor supo cómo defenderse, por un tiempo creyó que fue entrenado para resistir los ataques mentales de sus enemigos pero cuando descubrió que solo fue ignorado por su familia supo que ese hombre era más fuerte de lo que aparentaba, un suspiro salió de sus labios a veces sencillamente no existían respuestas que explicaran la realidad en la que vivía, dentro de ese auto negro Bang seguía las indicaciones del rubio quien solo se había hundido en el sillón, comenzó a rascar detrás de su oreja donde la marca 1004 estaba escrita.


—Bonito tatuaje, muy original.— Dijo calmadamente el pelinegro descubriendo que la zona donde llegaban era una neutral.—¿Por qué ese número?


—Es una marca de nacimiento.—Contesto apenado, nadie le creía que fuera una marca desde que era niño.—Mas adelante por favor, no quiero caminar.


El mayor enarco la ceja molesto, ese chiquillo era demasiado mandón, observo los edificios, ese barrio era uno de los más peligros, para los humanos, y de los más pobres, ahora comprendía por que el rubio era tan terco con su dinero, vivía en la total miseria, nuevamente ese sentimiento amargo llamado remordimiento se hizo presente en su interior, se estaciono tranquilamente, el menor tomo sus cosas dispuesto a salir, ya no quería humillarse más rogando por su paga, un agarre lo detuvo, sintió como un bonche de billetes era puestos en la palma de su mano giro su rostro sorprendido.


—Por mi culpa perdiste a tu cliente, te golpearon esos vándalos y  preocupaste a tu amigo, es mi forma de pagar las molestias causadas.—Comento tímidamente el mayor con una tonta sonrisa dibujada en sus labios.—Espero sea suficiente.


El agarre desapareció, el rubio conto el dinero, era lo doble que pedía, se mordió el labio nerviosamente, ahora la culpa se adhirió a su mente, era verdad el mayor lo salvo de ser violado, curo sus heridas, lo procuro y guardo en su casa, se estaba comportando como un mal agradecido avaro,  su mirada se cristalizo, nadie en su vida había sido tan amable como ese desconocido lo era en una sola noche, rápidamente jalo del cuello de la camisa para estampar sus labios a los gruesos del mayor, adentro su lengua explorándolo, deleitándose con su sabor a menta, un cálido sentimiento despertó en su pecho al ver que era correspondido, unos dientes mordían su labio inferior, unas manos se posaban en sus mejillas para después ser alejado.


—Diablos deja de hacer eso, ya te dije que no me gustan los hombres.—Grito desesperado el mayor alejando al rubio lo más lejos posible.—No te voy a dar un pago extra.


—Esta es mi manera de agradecer tu generosidad, toma mi tarjeta.—Dijo sensualmente el menor colocando un pedazo de papel en las manos del pelinegro.—Llámame cuando te des cuenta que no hay mucha diferencia entre hacerlo con un chico y una chica.


YongGuk quedo impresionado ante tanta sensualidad, su seguridad le estaba encantando, era como un ángel envueltos en unas alas negras que lo invitaban a pecar, su blanca piel, su mirada, su voz, esa aura que lo rodeaba lo incitaban a conocer un nuevo mundo, uno prohibido, guardo la tarjeta en su bolsillo pero antes de que el rubio escapara lo volvió a jalar del brazo, acerco su oído a su oreja derecha donde evoco un hechizo silencioso, solo sus labios se movieron para después terminar estampados en esa marca, HimChan trato de enfocar su mirada pero no logro ver lo que sucedía en el interior del auto, ese era otro de los atributos del líder, lograba distorsionar la realidad de las personas que se encontraban cerca de él, es como si una burbuja lo rodeara protegiéndolo de miradas indiscretas, Zelo trago en seco al sentir aquella dulce caricia estuvo a punto de hablar pero el mayor lo interrumpió.


—No rompas el encanto, no me fijaría en un hombre.—Dijo fríamente soltándolo del agarre y lanzándolo fuera del auto.—Cuídate Sunshine.


Zelo fue a dar al piso con la mejillas sonrojadas, observo como el auto desaparecía a la lejanía perdió el aliento con ese pequeño gesto, esa voz paralizo su cuerpo, sus movimientos, se puso de pie para correr hacia su departamento, su corazón no para de latir como un loco, un rayo de alegría se colaba en su alma. HimChan observo como su líder pasaba a su lado, le regalo una burlona sonrisa.


—Quiero que le des una vuelta al lugar, investiga si es segura.—Le ordeno mirándolo a los ojos sin necesidad de entablar una conversación verbal.—He colocado un hechizo de protección sobre el mocoso, ve si es factible que lo dejemos en este sitio.


—¿Por qué no me dejaste ver cuando se despidieron?—Contesto el joven dientes de conejo levantando la ceja, una punzada en su cabeza fue la única respuesta.—Lo entiendo.


El pelinegro vio alejar el auto negro de su jefe así que se dispuso a descender de su deportivo rojo miro con mal gesto el paisaje que se le presentaba, no estaba acostumbrado a visitar zonas tan deprimentes, esos sitios solían ser escondites de pecadores, se colocó sus lentes negros deseaba pasar desapercibido pero su elegancia era difícil de no ocultar, su padre fue un orgulloso sabio que aconsejo al abuelo de Guk, podía controlar el agua a su voluntad pero lamentablemente se enamoró de un vidente, un heredero de un clan chino el cual ya estaba comprometido, el destino de sus padres fue la muerte a mano de la policía imperial, eran pecadores prófugos que perdieron el apoyo de ambos clanes, el abuelo de Bang fue quien lo logro salvar, le perdonó la vida argumentando que solo era un bebe el cual no debía cargar con los pecados o consecuencias de sus padres, fue enviado a un lugar alejado de todo, ahí creció a lado de YongGuk y DaeHyun, ellos eran sus hermanos, su Familia, metió las manos en sus bolsillos aburrido, no presentía alguna aura yonkai, parecía ser solo un barrio de humanos pobres, estaba a punto de girarse pero presintió algo extraño y comenzó a correr hacia una esquina donde por la emoción no se dio cuenta que alguien más también venia corriendo, los dos personajes chocaron de frente provocando que fueran a dar al piso.


—Deberías tener más cuidado.—Grito fastidiado al notar que un chicle se le había pegado a su pantalón favorito.— Diablos, mira mocoso lo que le hiciste a mi ropa.


—No era el único que venía despistado.— Contesto molesto el castaño.—No es tan grande la mancha.


El menor toco la zona donde el chicle estaba pegado, este se encontraba en la parte baja del trasero del mayor donde la pierna daba inicio, las mejillas del pelinegro se tiñeron rojas al notar como era manoseado en una área algo sensible, el menor estaba demasiado entretenido en quitar ese chicle que no se daba cuenta de la incomodad del mayor quien no aguanto más y lo lanzo lejos.


—Eres un mocoso pervertido aléjate de mí fenómeno.—Grito nerviosamente tocando su pantalón, sus ojos enfurecieron.—Eres un idiota hiciste más grande la mancha.


—Pues no parabas de moverte.—Le contesto el menor poniéndose de pie.—Admito que me gustan los chicos pero tú no eres mi tipo, demasiado pasivo.


El menor tomo su celular, el cual se había roto por la caída,  un gesto de tristeza apareció en su rostro acaricio aquel inservible aparato con cierto aires de soledad, se dispuso a salir corriendo pero una mano lo detuvo, el mayor lo miro a los ojos,  su corazón comenzó a latir apresuradamente al ver aquellos bellos rasgos del mayor quien de un momento a otro sus mejillas junto el resto de su rostro se pintaron color rojo, HimChan leyó la mente del menor descubriendo el significado de esa palabra,  pero también leyó otro pensamiento “Ahora no tengo celular tardare meses en comprar otro ¿por qué el destino es tan injusto conmigo?”, enfoco su mirada en el objeto trato de decir algo pero una vez más presintió esa aura extraña que ahora se alejaba del lugar, soltó al castaño para continuar su persecución, JongUp se quedó parado a mitad de la banqueta con miles de mariposas volando en su interior, ¿amor a primera vista? No estaba seguro pero ese evento había sido el más hermoso en los últimos meses, una sonrisa se dibujó en su rostro. HimChan llego a un callejón, una maquiavélica sonrisa cruzo por su rostro al ver de quien era esa rara aura, el líder de la policía Imperial ya lo esperaba sentado sobre un bote de basura se puso de pie al notar que el pelinegro se acercaba.


—¿A que debemos que un noble de tu calibre pise estos sucios rumbos? – Cuestiono el Taecyeon con una molesta mueca.—Contesta.


—No me hables en ese tono que no somos iguales.—Contesto orgullosamente el pelinegro, parpadeo un segundo para después denotar que ambos estaban dentro de una zona de tonalidades grises.— Es un lugar neutro, sin dueño.


El comandante de la policía Imperial observo aquella extraña zona, era conocida como una barrera de protección, es como si una burbuja gigante rodeara a los peleadores logrando que ningún humano o persona externa pudiera pasar, o verlos, muy pocos yonkai tenían la habilidad de crear esas zonas temporales, solo los más fuertes podían llegar a evocar una, logro ver como una persona caminaba a su lado sin notar su presencia, era una destreza envidiable.


—No comenzaras una pelea por algo tan insignificante ¿o si? –Cuestiono Tae tomando una postura orgullosa.— No me ha llegado una petición de tu clan para ampliar su zona. 


—Humano idiota, nosotros no estamos enclaustrados en una zona, toda Asia es nuestro territorio.—Contestó furioso el pelinegro mientras columnas de agua aparecían alrededor.— YongGuk hace lo que quiera por algo es el Rey de nuestro clan, hemos decidido poner bajo nuestra protección zonas neutrales para cazar a los pecadores más peligrosos.


Taecyeon enfureció ante aquella declaración, detestaba el despotismo de los líderes de Koguryŏ desde que YongGuk tomo la batuta las fricciones habían aumentado considerablemente debido a que el yonkai buscaba gobernar en las zonas neutrales, quería que los crímenes de los pecadores fueran resueltos por los mismos de su especie, quería tener el control de toda Asia, no más policía imperial, él sería el encargado de juzgar a los traidores.


—No estoy dispuesto a comenzar una pelea sin sentido, yo solo caminaba por este lugar.—Contesto el líder de 2PM, al notar que las columnas de agua habían desaparecido.—Además eres el consejero de tu líder, no creo que puedes pelear sin pedirle permiso antes.


—Lo sabía, eres un cobarde que solo espera la oportunidad de atacar por la espalda.—Le bufo burlonamente el pelinegro desapareciendo la barrera de protección.—Para tu información yo hago lo que me venga en gana, YongGuk, DaeHyun y yo somos una misma persona, nosotros tres somos quienes controlan el clan.


HimChan se dio media vuelta había logrado leer lo que deseaba conocer, el comandante de la policía imperial también se encontraba buscando al chiquillo que Bang había cuidado, aunque el militar estaba más perdido ya que solo tenía un rumor de que un joven con el tatuaje en la oreja vivía por esos rumbos, metió una vez más sus manos a sus bolsillos para sacar su celular,  de un rápido movimiento se hizo a un lado esquivando un cuchillo giro su rostro hacia al atacante, levanto la mano ondeándola de un extremo a otro una enorme ráfaga de agua aprisiono a Taec quien trataba vanamente de zafarse de esa columna liquida, sus miradas se volvieron a cruzar.


—No vales la pena.—Dijo el pelinegro no sin antes estampar al comandante en una pared.—No caeré en tus provocaciones, no abra una guerra aunque la desees tanto.


El comandante golpeo furioso el piso, quería que la guerra entre humanos y yonkai diera inicio para que por fin la guardia imperial tuviera carta abierta para atacar a los yonkai, los humanos eran quienes debían reinar, no los demonios. El pelinegro con dientes de conejo volvió a la esquina donde había chocado con ese extraño personaje pero se desanimó al notar que no estaba, miro el piso encontrándose con un colgante para celular, era un conejo con una máscara verde, sintió un poco de remordimiento, aun recordaba los pensamientos que leyó de la mente del castaño.


—A veces olvido que ustedes son víctimas de su propia especie.—Comento el mayor mirando el dije.—¿Por qué te dio tanto pavor saber que tu móvil se rompía?


JongUp llego con una sonrisa al departamento se lanzó para acostarse en el sillón, lograba escuchar la regadera abierta, era sinónimo de que JunHong estaba en casa, miro el móvil y su sonrisa desapareció, odiaba haberlo roto, había trabajado tan duro para comprarlo tenía sus canciones favoritas además era el medio por el cual podía pedir ayuda más rápido, toco su pecho comenzando a temblar tenía miedo que una vez más esa persona lo secuestrara, que no tuviera manera de avisarle a JunHong que era raptado una vez más, gracias a ese celular estaba libre, el terror se acumuló en su pecho pero unos brazos rodeándolo le trajeron un poco de paz.


—No te encontrara.—La voz de Zelo se coló a los oídos del mayor.— Yo cuidare de ti hyung.


—Sé que él me encontrara, tenemos que volver a irnos.—Contesto girándose para ver el rostro del menor pero sus ojos se abrieron al notar un moretón en su mejilla.—¿Jun que te paso? Te he dicho mil veces que dejes ese trabajo, voy a ir a golpear a ese tipo.


El menor negó con la cabeza deteniendo a su acelerado hermano mayor quien trataba de salir por la puerta, utilizó una llave de lucha para detener sus movimientos.


—No, él no me hizo nada, él me salvo de DMTN hasta me pago.—Dijo rápidamente el rubio poniéndose de pie para ir por el dinero.—Me curo, cuido de mí, ni siquiera lo hicimos y me pago muchísimo.


—No te entiendo nada.—Comento el casto desorientado al ver la sonrisa del menor.—Cuéntame lo que paso.


JunHong fue contando su historia mientras el mayor no paraba de reír, todo había sido divertido hasta que llego a la parte de DMTN, ambos chicos crecieron en un Orfanatorio el mayor había sido abandonado por su mamá cuando tenía solo un par de meses de nacido, el segundo llego cuando tenía seis años de edad, no recordaba nada de su pasado, su vida dio inicio cuando conoció a su hermano mayor JongUp, no lo eran de sangre pero se querían como si lo fueran, ambos sufrieron mucho en ese olvidado sitio, cuando el mayor cumplió 12 fue adoptado pero solo serían un par de años ya que después regreso para quedarse con JunHong.


—Parece un buen tipo, nadie donaría tanto dinero a un chiquillo escandaloso como tu.—Decía burlonamente el mayor pellizcando sus mejillas.— Deja ese trabajo, anda entra conmigo a trabajar en la tienda de discos y consigues una beca en la Universidad.


—Sabes que soy pésimo en los estudios, he intentado mil veces y no lo consigo.— Replico molesto el rubio.—No soy tan listo como tú, debemos demasiado dinero además recuerda que debemos pagar el tratamiento de Hana noona.


Ambos jóvenes recargaron sus cabezas, no tenían la vida sencilla, mantenerse en ese egoísta mundo era una labor titánica a veces solo estaban cansados de pelear, anhelaban que alguien llegara y los cuidara, nunca tuvieron una niñez feliz, siempre estuvieron rodearos por el hambre, el miedo, la soledad, no sabían la razón porque fueron dados a luz si sus madres nunca se ocuparían de ellos, ¿porque pagar por los pecados de sus progenitores? ¿Por qué las personas no piensan que tener un hijo es una misión de por vida donde se sacrifican los deseos personales? Una sonrisa melancólica apareció en sus labios, lo único bueno es que se tenían a ellos y el dulce recuerdo de haber conocido a dos guapos extraños.  


YongGuk finalizaba la conversación telefonica con HimChan cuando estacionaba su auto en la enorme mansión Bang, tenía una reunión muy importante con el líder del clan Baekje, agradecía que sus padres estuvieran de viaje por China ya que así no tendría que aguantar sus inquietantes quejidos sobre una prometida, ahora entendía porque su hermano mayor había aceptado su desafío por el control del clan, era obvio que YongNam era la persona que sucedería a su padre al trono pero Guk nunca acepto que solo por ser el mayor mereciera el título, gracias al apoyo de su abuelo logro que se validara el desafío, de esa manera YonGuk que convirtió en el Rey del clan Koguryŏ, venció a su gemelo en una pelea encarnizada aún tenía las cicatrices, se adentró a la casa, su diseño era antiguo, se tuvo que quitar los zapatos para usar unas sandalias, en la entrada una fila de sirvientes le daba la bienvenida, se dirigió al salón principal.


—DooJoon tu visita me ha dejado con muchas dudas.—Hablo elegantemente tomando asiento en su silla atrás de su enorme escritorio.— Disculpa si te hice esperar.


—No te preocupes acabo de llegar además he pasado un tiempo entretenido con tu mano derecha.—Contesto fríamente el pelinegro enfocando su mirada con un molesto peliplateado quien se encontraba sentado en el la mesa del escritorio.— Le comentaba que es increíble que su especie sea capaz de avanzar tanto aun después de ser tan débil.


DaeHyun se puso de pie furioso, detestaba que lo sobajaran por su mitad humana, nadie lo quería respetar solo por su origen, una chispa de electricidad escapo de su palma la cual abría, YonGuk miro entretenido la escena, trono silenciosamente sus dedos, aquella chispa de luz se convirtió en una llama de fuego, DooJoon observo sorprendido ese evento giro su mirada hacia el líder del clan más poderoso.


—Recuerda el lugar que DaeHyun tiene en mi Clan, recuerda tu lugar.—Dijo molesto el líder.—Ten presente que él tiene una rango más importante que el tuyo, ahora dime a que debo tu visita.


—Es un tema complicado y me gustaría hablarlo a solas.— Bufo ofendido el pelinegro.—Es un favor personal.


 Bang entendió el tono de voz del pelinegro le indico a su mano derecha salir del lugar, DaeHyun cerro su palma haciendo desaparecer el fuego que estaba antes alumbrando, no se opuso a su expulsión, confiaba ciegamente en el criterio de su líder, sabía que tarde o temprano se enteraría sobre la petición de DooJoon, al salir noto como un sello se activaba, una mueca de risa se asomó en sus labios, camino hacia la sala donde la guardia personal del líder de Baekje esperaba, se aventuró a sentarse en un sillón enorme donde solo un joven se encontraba, ese chico llevaba su rostro cubierto con una máscara de porcelana al igual que el resto, el clan Baekje era muy extraño, se decía que sus poderes eran débiles pero sus capacidades de ninjas lo recompensaban ampliamente, siempre fueron un grupo muy unido al clan Sakura, el más fuerte de Japón, lentamente fue cerrando sus ojos, le aburría tanta formalidad, se fue resbalando en el respaldo del sillón hasta topar con un hombro, a su nariz llego un dulce aroma a cerezos, a flores de sakuras, una sonrisa se dibujó en su rostro. 

Notas finales:

GRACIAS POR SUS REVIEW!! gracias por su apoyo en todo este tiempo que llevo escribiendo espero seguir contando con ustedes, Recuerde que actualizo cada 15 días :D Espero les este gustando 


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