Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El vínculo por -Raiden-

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Primero una disculpa... Por no subir antes el capítulo...

Pero ahora espero que les guste este nuevo capítulo que rescribi como 3 veces... 

Advertencia: Contiene perversiones un tanto retorcidas... pero tenia que ponerlas... Esta fue una de las tanta cosas... que bueno... 

Coby-san tiene la pariencia de dos años despues, porque asi esta mejor... bueno hablo de la apariencia...

 

 

 

 

"-¡Vete al infierno!

-No lo ves... Aquí es el infierno... Y tu no eres bienvenida..."

 

Su rostro se coloreaba de rojo a medida que el tiempo pasaba. Marco que la contemplaba mientras la abrazaba, escuchaba balbucear el nombre de sus dos jefes.

-Doflamingo... Crocodile... zzz... - su voz se escuchaba en un susurro mientras dormitaba.

 

Sueño de Alexander.

-Fufufufufufu.

-¡¿Qué mierda haces aquí?!- empezó a gritar Crocodile. Parándose del banco tan rápido que salió volando hacia alguna parte del cuarto.

-Fufufufu. Es gracioso que preguntes eso. - salió del baño para cargar a la pequeña en brazos y caminar hacia el pelinegro. - Yo te iba a preguntar exactamente lo mismo. - sonrió lujuriosamente. En serio ese hombre rubio estaba enfermo, de un modo muy pervertido.

Parecía que el pelinegro se perdió por un momento en esa frase acompañada de la estúpida sonrisa de Doflamingo porque no se movió.

Donquixote lo noto de inmediato y su sonrisa creció aún más. El pelinegro no sólo gozó con el polvo que tuvieron si no que estaba perdidamente enamorado de él. Era aún más divertido de lo que pensó, manipular a las personas por conocer sus debilidades era un placer, pero manipularlas a través de los sentimientos no tenía precio. Ese exquisito y sutil detalle de tener a las personas en la palma de su mano y torturarlas hasta que supliquen por su muerte era embriagador.

Ya estaba parado frente a él a tan sólo un metro de distancia.

-¿Acaso te preocupas por Alex-chan? - pregunto al ver que Crocodile no se movía y sólo lo contemplaba.

-Me conseguía un seguro. - respondió rápidamente al sentir su mirada a través de las gafas moradas que traía.

-¡Oh! Pero que frío eres Croco-chan. - fingió tristeza por la respuesta que escucho, aunque eso hacía que se excitara más. - Escuchaste... No eres más que un objeto para él. - ahora miro a la pequeña tomando su mentón para que también lo viera.

-Tú no te quedas atrás, eres sólo un pervertido. - Crocodile retrocedió un paso, mientras metía la mano al bolsillo de su pantalón. El también tenía un sentido del humor algo retorcido, pero no era masoquista para quedarse en la misma habitación que el rubio.

 

Si a la niña era a quien quería Donquixote, con gusto la sacrificaría para que nunca viera sus sentimientos por él, aunque ya era tarde. Ahora era más transparente que el agua con esa pequeña acción de alejarse.

 

-Fufufufu, ahora Alex-chan es mi juguete. - decía divertido al momento que acariciaba su castaño cabello, haciendo que la niña se sonrojara y agachara la mirada.

-¿Y cuál es la diferencia entre un objeto y un juguete? - pregunto el pelinegro apagando su tabaco en una de la paredes del cuarto. No estaba seguro de porque pregunto eso, quizás necesitaba saber inconscientemente que significaba él para el rubio.

-Fufufufu un objeto por lo regular es una cosa inanimada, materia o asunto que el individuo percibe y sobre el cual piensa. Todo objeto posee propiedades y tiene un propósito que cumplir. - al parecer el rubio no era nada estúpido y esa inteligencia relucía en esas palabras. - En cambio un juguete es un objeto o una persona que sirve para jugar y entretener. Estos pueden ser utilizados individualmente o en combinación con otros. - siguió hablando Donquixote besando la mejilla de Alexander, mientras sus manos se colaban por debajo de la playera de la niña, tocando su piel y haciendo que sintiera escalofríos. - Fufufufu y un juguete tiene por objetivo la recreación, sin exceptuar otras funciones como la formación, el aprendizaje, el desarrollo o estimulación de los aspectos intelectual, psicológico, sensorio-motriz y de convivencia social. - finalizo viendo al pelinegro con una sonrisa mientras sus manos seguían tocando la piel de la niña.

-Je... Nunca pensé que tuvieras cerebro para esa clase de cosas. Al parecer tu vacía cabeza no sólo piensa cosas pervertidas. - la verdad se estaba burlado Crocodile por la respuesta tan impropia de él, pero en el interior sentía aún más fascinación por ese maldito rubio.

-Y no tienes la más mínima idea. - el rubio paso de largo su tono de burla y empezó a lamer el lóbulo de la oreja de la pequeña haciendo que gimiera inocentemente por esa acción.

 

Crocodile se incómodo con eso haciendo que sacara la llave de su bolsillo para salir de ahí y no ver las perversiones que le haría a la niña.

-se... señor... Crocodile... - la pequeña lo llamaba con la respiración entrecortada levantando sus manos para que la cargara.

Sus ojos estaban conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir, un rubor marcado en sus mejillas y sus labios entre abiertos tratando de respirar desesperada.

 

Esto hizo que volteara y suspirara enojado. Nunca se preocupaba por nadie que no fuera él y ahora la niña le rogaba para que la apartara del rubio.

No tenía sentido, porque camino de regreso a donde estaba el par.

Con una mirada cansada le dio a entender a Doflamingo que dejara a la niña, pero él no estaba de humor para darle a su juguete y ya estaba excitado dispuesto a tirarse a Alexander.

-Vamos a divertirnos juntos. - esa frase cargada de lujuria por parte del rubio, seguida de un nuevo gemido de la niña fue la gota que derramo el vaso.

-Doflamingo... - le llamo para que dejara de pervertir a la pequeña. - Sólo hay una forma de hacer esto... - el tono en su voz era bastante indiferente.

Nunca el rubio lo había escuchado hablar así, lo descoloco tanto que dejo su libidinosa tarea y lo miro algo intrigado, claro que no se notaba por sus extrañas gafas.

Crocodile se acercó a él y lo beso de una forma tan apasionada y dulce.

Sus labios se movían con lentitud sobre los del rubio, su lengua rozaba cada parte de la cálida cavidad de su amado y sus lenguas se rozaban constantemente de forma delicada. En verdad ese beso era lo más tierno hasta que Doflamingo tomo el control volviendo uno más candente y lujurioso.

Alexander que veía asombrada como se devoraban, sintió que las manos de su creador la soltaban lentamente hasta que por fin pudo bajar de ellas de un pequeño salto.

Volteo para ver que esos hombres seguían besándose demandantemente hasta que Crocodile le tendió la llave del cuarto para que saliera claro sin dejar de besar al atractivo rubio.

Esta vio como se sonrojaba violentamente el pelinegro y tomo la llave.

Nunca lo había visto así e incluso ladeo su cabeza porque el rubio encaminaba a Crocodile hacia la cama, como si le doliera el estómago por que se encorvaba ligeramente.

Donquixote nunca se imaginó aquello, pero no iba desaprovechar esa oportunidad de que el pelinegro se abalanzara sobre él, era algo impropio de él pero lo excitó de sobremanera.

Que linda es la inocencia cuando no sabes lo pervertida que puede llegar a ser. La pequeña camino con paso lento hacia la puerta sin dejar de verlos.

Eso era algo que nunca había visto, bueno al menos nada que ella recordará.

Cuando por fin llego a la puerta, metió la llave para quitar el seguro de esta.

Ese ruido del metal al dar la vuelta a la llave saco de esa lujuriosa nube a Doflamingo. Volteo para ver que la niña lo veía desconcertada y sonrió para que se sonrojara.

Maldición... ya estaba más que dispuesto para hacer sus perversiones con el pelinegro y la niña le muestra esa inocente cara.

Estaba a punto de pararse de la cama donde estaba recostado con Crocodile cuando este le toco con una sensual caricia su muy ya necesitado miembro. Sintió como palpitaba deliciosamente en la mano de su amante y respiro pesadamente.

Volvió su vista al excitado y sensual pelinegro que tenía debajo suyo. Estaba sonrojado con la respiración entre cortada y mordiendo su labio inferior a modo de provocación.

Una sonrisa más grande se dibujó en el rostro del rubio. ¿Como es que estaba desperdiciando ese sensual y exquisito cuerpo suyo pidiendo ser profanado por él?

Olvido por completo a la niña y beso con desesperación esos delgados labios que demandaban su atención. Sus manos recorrían su cuerpo haciendo que Crocodile se retorciera de placer por sus atenciones.

Con esto la niña término de salir del cuarto pero sin dejar de observarlos.

No sabía nada de eso pero sentía un cálido calor rodear su corazón, como si viera la verdadera naturaleza de ese acto, algo que sólo comparten dos personas.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando alguien la toco en el hombro.

-Hola... ¿Estás perdido? ¿Qué haces levantado a estas horas? - le pregunto con curiosidad viendo que estaba mirando la pequeña dentro del cuarto.

Fin del sueño de Alexander.

 

Marco seguía contemplando a la pequeña y ahora veía la venda en su mano. Quizás alguien más la había herido, conociendo a su pervertido jefe lo más seguro es que haya sido él, pero era muy pronto para sacar conclusiones.

La pequeña se despertó con lentitud y levanto la vista para ver al rubio que también la contemplaba.

-¿Qué pasa Marco? - Pregunto algo adormilada, con sus ojos violetas entre cerrados.

-Nada sólo te veía dormir. - contesto tranquilo mientras la abrazaba.

-Esta herida no me la hizo Doflamingo... - dijo algo triste viendo su vendaje.

¿Acaso la niña era psíquica? Porque eso mismo estaba pensando Marco cuand abrió la boca, pero ahora de la impresión, por acertar con esa frase.

-Te contare que paso. - dijo sonriendo mientras se recostaba nuevamente sobre el regazo de Marco.

 

-...-...-...-...-...-

 

 

Sentía sus manos arrancar su ropa, su boca descender hacia su cuello y morderlo ligeramente. No quería que parara nunca, pero tenía que hacerle ver a su amante que él no era su juguete ni tampoco un objeto el cual estaba a su disposición.

 

-Doflamingo... - le llamo para que el otro lo dejase pero para el rubio era una afirmativa para que siguiera.

-¿Quieres que ya te... - Doflamingo fue interrumpido por unas manos que le sujetaban el rostro con algo de fuerza.

-Escucha... Sólo lo hago por la maldita niña... No creas que en verdad me gusta... Y tampoco creas que puedes hacerlo cuando tú quieras... Si prometes dejarla en paz... Todas las noches dormiré contigo... ¿Está claro?... - Crododile casi tartamudeaba con cada frase que salía de su boca.

No podía creer que él... él le dijera que tuvieran sexo cada noche por proteger a la niña, en verdad estaba loco, pero de amor por ese mal nacido rubio.

¿Cuando se volvió tan blando? ¿Cuando su faceta arrogante y fría se habían desvanecido? No sabía si su mente procesaba lo que había dicho... Pero lo dicho... Dicho esta.

Donquixote Doflamingo por su parte escuchaba cada palabra salida de la boca de ese sensual hombre, no creía lo que decía, pero tenerlo así le confirmaba que en verdad no estaba soñando, ahora ya no se limitaría a amenazarlo ni acosarlo como hacia siempre, ya podía disfrutar de ese cuerpo todas las noches hasta que se cansara o la niña ya no estuviera.

Su plan había funcionado, al hacer que el pelinegro lo disfrutara, había hecho que le propusiera aquello o eso pensó.

Pero como respuesta a su propuesta sólo sonrió y volvió a la tarea de terminar de desvestirlo con algo de violencia, haciendo que Crocodile aumentara su respiración y acariciara su desnudo pecho que siempre traía descubierto.

No supieron en qué momento la niña salió o la puerta se cerró, pero ya estaban los dos completamente desnudos, bañados en sudor y tocándose cada parte de su caliente piel por el hecho de estar el uno contra el otro.

Siguieron besándose hasta quedar sin el vital oxígeno, para luego observarse y luego volverse a besar más desesperados como si su vida dependiera de ello, como si se desvanecieran si lo dejaban de hacer.

Continuaron con esos besos hasta que Crocodile gimió al sentir como Doflamingo entraba por su estrecha entrada de una estocada, pero lo hacía lentamente, hacia que su interior se contrajera para que su cuerpo lo absorbiera voluntariamente.

Ese simple hecho de torturarlo así, ese delicado gesto de metérselo lentamente, era el más delicioso placer, no podía creer que se resistiera a ese el rubio cada vez que le tocaba o le insinuaba cosas sucias y bastante pervertidas.

Acompaño el envaine moviendo sus caderas para que el rubio entrara mas en él y tocara ese punto que lo enloquecía.

Doflamingo lo embestía delicadamente pero llenándolo por completo con su excitación.

Los gemidos de ambos se escuchaban bastante fuertes y sentía como el pelinegro suplicaba por más velocidad con su mirada y un hilo de saliva deslizándose por la comisura de sus labios, confundiéndose con las gotas de su sudor.

Era lo más erótico que jamás pensó ver, ninguno de sus amantes lo ponía como ahora el pelinegro lo hacía.

Lo siguiente que sintió Crocodile fue como el ritmo se volvía brutal, al punto de volverse frenético, haciendo que se viniera entre sus vientres sin la necesidad de que el pervertido rubio lo tocara.

Doflamingo también se vino en su interior al ver el rostro de satisfacción de su hermoso pelinegro. Y estaban lejos de estar agotados, porque continuaron toda la noche hasta terminar completamente exhaustos con la cama revuelta y la ropa esparcida por todo el cuarto.

Dormían ambos con una sonrisa en su rostro, el rubio de satisfacción y el pelinegro de alivio.

La verdad es que ambos se deseaban el uno al otro pero no lo decían, no era necesario, la única forma de demostrarlo era con esas brutales embestidas y sesiones de sexo que pronto disfrutaría todas las noches por sentir el calor del otro.

 

-...-...-...-...-...-

 

 

La pequeña le contaba lo que había visto y como es que se había hecho esa herida en su mano. Después de estar con Doflamingo y Crocodile:

 

-Vamos, no deberías estar en tu habi... - el joven que observaba lo que la pequeña mirada dentro del cuarto, hizo que se quedara mudo y cerró la puerta con delicadeza.

Se sonrojo por lo que había visto, y no por que fueran sus jefes ni por que fueran hombres sino por qué la niña los veía con cierta curiosidad e inocencia.

-Este... ¿Quién eres tú? - pregunto la niña al ver al joven cerrar la puerta y sonrojarse al hacerlo.

-Oh lo siento mucho... - se disculpó haciendo una reverencia con la cabeza y continuar con su presentación. - Me llamo Coby, y ¿Cómo te llama tu pequeño? - le sonrió amablemente al ver que la niña tenía un pequeño corte en su labio y un moretón en su mejilla. Quizás la pequeña era muy traviesa y seguramente se había lastimado por estar jugando.

-Me llamo Alexander pero no soy un niño, soy una niña. - dijo haciendo un puchero bastante tierno y volteando hacia otro lado.

El joven de pelo rosado con su uniforme blanco, que consistía en un pantalón y una chamarra en combinación con detalles azules y deportivos azul cielo froto sus ojos debajo de sus lentes por la revelación de que ese lindo niño era en realidad una niña.

Se veía algo patético tratando de asimilarlo pero al final volvió a sonreír.

-Bueno Alex, no es común que una linda niña tenga el nombre de un varón. - dijo sin dejar de sonreír y rascando su nuca algo nervioso.

La niña lo imitó sonriendo del mismo modo nervioso que el joven pelirosa.

Al parecer, lo que aprendía lo ponía en práctica de inmediato.

-Bueno no puedes quedarte en el pasillo. Vamos, tengo un videojuego genial y es de dos jugadores. ¿Qué dices me ayudas a terminarlo? - la verdad no quería que la niña siguiera curioseando en los cuartos, encontrando escenas como la que acaba de presenciar.

Esta sólo asintió y siguió al joven hasta su habitación sin decir nada, dejando que el pelirosa hablara y hablara sobre los videojuegos y sus historias, aunque ella no sabía que eran o como se jugaban se estaba emocionando por como lo contaba Coby.

Por fin llegaron a su habitación que estaba en el sótano porque estaba más cerca del cuarto de limpieza y todos sus utensilios de trabajo.

Abrió la puerta, y su cuarto constaba de una cama, un mueble donde estaba el televisor, varios juegos y la consola de videojuego que era un PS3, no había nada mas, a excepción de una mochila que estaba junto a la cama, parecía que había guardado sus cosas para salir.

El joven invito a la pequeña a pasar y de inmediato ella se sentó en suelo viendo el televisor apagado de forma asombrada.

"¿En verdad nunca había visto un televisor?" Pensó al ver la cara de la niña, nunca espero conocer a un niño o niña que no conociera tal aparato.

Por fin entro a su cuarto para prender el dichoso juego y empezar la última misión, que no podía pasar por la idiota inteligencia artificial del juego que no lo ayudaba cada vez que el maldito monstruo se acercaba a él.

Le explico cómo es que debía jugar, enseñándole los mando y como disparar, esquivar, atracar, correr y curarse por si la herían o lo herían a él. El videojuego en cuestión era RE5*, y estaba en el modo más difícil para ser un hacha según él.

Primero empezaron con una misión sencilla: matar a un desgraciado verdugo con una gigantesca hacha que los rebanaría si alcanzaba a tocarlos. Y la niña mostró ser una buena aprendiz porque de inmediato se adaptó al modo de juego del joven obteniendo como éxito la muerte del maldito sin que los tocara.

-¡Wow! Eres bastante buena en esto... Vamos a por el maldito de Wesker. - dijo emocionado, nadie jamás le había ayudado en tal juego y siempre tardaba más de una hora en pasar cada misión, pero al estar con ella no tardo más de 15 minutos.

Cuando por fin llegaron con el desgraciado del Albert Wesker, les estaba costando algo de trabajo.

Coby que era a quien controlaba a Chris Redfield y Alexander a Sheva Alomar, intentaban dañarlo con todo su arsenal. Por fin después de 35 minutos lo consiguieron gritando eufóricos por tal victoria tan épica, según ellos. Ya estaban abrazados viendo la secuencia final cuando la puerta de su cuarto se abrió dejando ver a un pelinegro conocido para la pequeña de inmediato corrió hacia él.

-¡Vergo-san! - grito emocionada abrazándolo por la cintura.

-Ver... Vergo-san que hace aquí... ¿Necesita... algo? - hablo bastante nervioso el joven al verlo parado en la entraba de su cuarto.

El incidente que había vivido con él regreso a su mente muy fresco haciendo que se sintiera incómodo y preocupado.

-¿Qué demonios estaban haciendo? - pregunto serio viendo al joven que sólo se encogió en su lugar tratando de apartar la mirada de su superior a través de las oscuras gafas.

-Acabamos con Albert Wesker, lo matamos Coby y yo. - contesto la niña sonriéndole inocentemente.

Vergo tomo la mano de la niña y saco un cuchillo oculto que traía en su espalda.

La niña seguía sonriendo hasta que el frío filo de la navaja cortó la palma de su mano. Dejo de sonreír pero no le dolía, sólo veía como su sangre caía gota a gota al suelo de cemento del lugar.

El joven sólo tapó su boca con sus manos aterrado por la acción de su despiadado superior.

Vergo que había leído el informe del científico apenas esa tarde, antes que sus jefes para saber qué efectos tenía la sangre de la niña, descubrió que era un potente catalizador de los estados del placer.

Ya que como se lo había mencionado Doflamingo cuando la olió, cada persona percibía el aroma que más lo enloquecía haciendo que su libido subiera como la espuma. Ahora tenía que comprobar su teoría y cuando no encontró a la niña en su cuarto, decidió buscarla.

Y es que era para menos cuando llego a la habitación de Alex, escucho nuevamente los gemidos de sus jefes teniendo placer como si no hubiera un mañana. Esos dos eran dos animales en celo porque gemían bastante alto, por lo menos deberían tener algo de descendía pero esa era una posibilidad muy lejana.

Empezaba a percibir ese cítrico olor, ese aroma que le gustaba y empezó a desvestir a la niña sin pudor alguno. Esta sólo de dejaba hacer mientras le quitaba la playera y los pantalones azules que traía.

Coby que se sentía aterrado ahora sentía repugnancia por ese mal nacido hombre, una cosa era aprovecharse de él pero… de una inocente niña. No podía permitirlo y no dejaría que tocara a su compañera, a su amiga que le había ayudado y no sólo en el juego sino con su acción de no temerle a ese miserable hombre.

-¡Ya basta! - grito parándose del lugar en donde había estado sentado. - ¡Déjala en paz! ¡Ella no te ha hecho nada! - siguió gritando para acercarse lentamente al par.

Vergo se detuvo cuando ya la niña estaba desnuda frente a él.

-¡Si quieres hacerle algo, búscate alguien de tu tamaño! - su tono de voz no cambiaba pero sus manos, que estaban en un puño temblaban por el temor que aún sentía.

-Ya veo... - dijo divertido tomando la mano ensangrentada de la niña, manchándose del rojizo y cálido líquido. - ¿Quieres ocupar su lugar? - se paró frente al joven y lamió la sangre de la niña, disfrutando ahora de su embriagante sabor.

Coby no sabía si salir corriendo, quedarse a defender a su amiga o ambos, cuando vio que su superior estaba más loco que Doflamingo al verle como disfrutaba probar la sangre de una persona.

-Yo... - fue todo lo que digo cuando su boca fue asaltada con un violento beso por parte del moreno.

Su lengua se rozaba con su suya y percibía el metálico sabor en su boca.

Entonces pasó lo inimaginable… se excito de inmediato y empezó a corresponder el beso tanto como podía.

Estaba perdido de un momento a otro en ese envolvente calor dentro de él, que ya no era consciente de sus actos y el deseo tomo el control total de su cuerpo.

Alexander que ahora tenía frío por estar desnuda literalmente a excepción de la cadena de oro con la cruz que traía, vio como la ropa del moreno y la del joven salía volando hacia ella.

Tomo la camisa negra que traía Vergo y se la puso. Busco en sus pantalones el pañuelo y la servilleta que le habían dado y seco su herida con la servilleta. Supuso que el moreno quería que estuviera así, pero si le decía o le quitaba de nuevo la ropa no sería tan difícil si sólo llevaba eso.

La pequeña volteo para ver qué era lo que quería el pelinegro pero no salía de su asombro.

Vergo al igual que Doflamingo estaba devorando la boca de Coby pero más brutal que el rubio y parecía que no se detendría porque el otro trataba de apartarle para poder tomar aire.

No estaba segura si debía seguir ahí o tendría que irse, y entonces recordó el incidente con Crocodile.

Salió del cuarto, dejando la servilleta en el mueble donde estaba televisor, y camino hacia una puerta que decía "Salida de Emergencia"

Se sorprendió al ver el letrero, y pensó que era igual que el videojuego. Abrió la puerta y esta daba directo a la playa. Sintió el salado viento y suspiro, era agradable el aroma y la noche era hermosa, estrellada como nunca lo había visto.

Empezó a caminar alrededor de la fábrica y vio una ventana abierta, recordó como su personaje en el juego entraba en un lugar parecido e hizo lo mismo. Escalo por un tubo que sobresalía de la pared llegando a esta y entrando silenciosamente.

Una vez adentro gracias a luz de la luna pudo ver como Eustass Kidd estaba profundamente dormido y decidió dormir con él. La verdad es que estaba feliz de que había encontrado al pelirrojo al que quería abrazar y se coló lentamente entre las sábanas y su pálido cuerpo.

La verdad ya estaba bastante cansada y el sueño se apoderó de ella de inmediato.

 

 

-...-...-...-...-...-

 

 

Coby empezó a gemir por las brutales embestidas que sentía en su cuerpo.

Estaba a cuatro sobre su cama y Vergo detrás dándole literalmente con algo de fuerza, tampoco quería que su juguete se rompiera en la primera sesión.

-¡Aahhh! ¡Aahh! - no podía parar de gemir, y sentía cada estocada que lo llenaba. En verdad ya no era consciente de sus actos y lo disfrutaba demasiado.

-Y pensar... que quería a la maldita mocosa... Teniendo tu cuerpo a mi disposición cuando... Yo quiera... ¡Aahh! Joder... Tu cuerpo pide a gritos por más... - Vergo tampoco era consciente de sus actos, tenía la respiración entre cortada y se excitaba por cada gemido del muchacho.

Coby estaba sonrojado violentamente, y su saliva en un fino hilo corría por sus labios cayendo en la sábana, mojándola ligeramente. Eso hacía que Vergo se excitara más y empezó a tocar el erecto miembro del menor.

-¿Quieres más? - le pregunto al ver que el pelirosa se agarraba a las sábanas con fuerza haciendo que sus nudillos se tornaran casi blancos.

-S-si. - trataba de contestar pero el brutal envaine no lo dejaba, y estaba más cansado por la actividad.

-Súplica... - le Vergo susurro parando el movimiento de sus caderas.

Coby apenas y podía respirar, y ahora tenía que rogar para que el mayor le hiciera sentir aún más de ese cadente y más que placentero acto.

-m-más... más... por fa-favor... - decía suplicante mirándolo sobre su hombro con sus ojos entre cerrados y algunas lágrimas saliendo de ellos.

Al ver esa imagen el moreno perdió todo acto de torturarlo por más tiempo.

El envaine volvió más brutal que antes y lo masturbaba sin piedad hasta que el menor no pudo más y se vino en su mano gimiendo su nombre y desmayándose al instante quedando inconsciente.

Pero el moreno estaba lejos de terminar y seguía dándose placer con el cuerpo inconsciente del menor, hasta que finalmente se vacío dentro de él.

Se vacío con fuerza apretando sus caderas dejando las marcas de sus dedos en su delicada piel, y se recargó un poco en su cuerpo.

Salió sin ningún cuidado y empezó a limpiarse con la misma sábana. Ese mal nacido sólo quería satisfacer sus impulsos y frustraciones sexuales con la niña y ahora el joven pagaba los platos rotos. No cabe duda que los inocentes siempre pagan las consecuencias.

Se empezó a vestir, y vio que su camisa no estaba. Las ropas de la niña seguían en el suelo y no había rastro de ella.

-Tks... ¡Maldita mocosa! ¿Dónde diablos se metió? - se preguntaba en voz alta buscándola con la mirada y tomando sus ropas.

Estaba más tranquilo que antes por... desahogarse con el pelirosa.

Se quedo en el marco de la puerta contemplando al joven dormitar desnudo en su cama y tapado con la sábana hasta la cintura. Sonrió de forma maliciosa y en su mente encontró la forma perfecta de tenerlo siempre que quisiera.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer...

Se que torturo mucho a Coby... pero hay algo en el que... no se...

 

*Resident Evil 5 ( es uno de mis juego favoritos y tenia que incluirlo ) Lo siento si de alguna manera lo estropee con esto..

 

Cualquier cosa estoy para servirles...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).