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Colección oneshots por ritsuka10

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Título: Dark Horse  & Skinny love

Parejas: BangLo

Género: Dramático.

Aclaraciones: Basado en la canción Dark horse de Katy Perry y Skinny love de Birdy

POV BYG

Camino rápidamente por los enormes pasillos del Palacio en cual he crecido, desde el momento que fui abandonado por mis padres este lugar se convirtió en mi hogar, mi pasado esta dibujado en las paredes, tatuadas por mis risas, por mis llantos, mi esencia impregna el lugar,  conozco mi deber como general del ejército principal  del poderoso imperio Mato, debo acabar con mis enemigos, procurar la sobrevivencia de mi especie, no puedo dejar que nadie me doblegue, esta guerra es la última, lo he decidido, no quiero ver más sangre derramarse por caprichos de gente egoísta, la cual no puede ver el daño que causa en las mentes de pequeños niños, no más muerte, no más olor a miedo, lo he decidido, ingreso al salón principal el consejo de sabios está sentado a lado derecho, me miran con duda, no puedo voltear a verlos porque mi mirada ha quedado fija en él, en mi Rey, el emperador que se ha encaprichado a mantenerme atado en este sitio.

—Mi permiso esta denegado. —Habla el niño de apenas 18 años, su cabello plateado brilla bajo la tenue luz que se filtra por uno de los domos del techo. —Enviare al frente al comandante Kim o Jung pero tú te quedarás a mi lado.

—Con su permiso alteza pero me niego seguir su orden, debe reconsiderar su decisión. —Contesto manteniendo la calma, hago una reverencia para después ponerme de rodillas delante de él. —Es mi deber salvaguardar a la gente de su reino, deme la oportunidad de demostrar mi fuerza.

Bajo mi cabeza, rogando a los Dioses que me deje continuar con mi misión, no logro entender porque su afán de mantenerme encerrado en estas enormes paredes, si yo dirigiera la guerra, al ejercito de enfrente obtendríamos la victoria, nací sin un apellido, sin un nombre pero gracias al antiguo comandante pude acceder al suyo, me siento orgulloso de ser un Bang, de llevar el nombre de mi abuelo, desde el primer momento que fui a la escuela me instruyeron para ser el mejor combatiente, nadie sabe manejas la espada, las armas, ni sus poderes como yo, manejo al demonio del fuego, miles de quemaduras se encuentran estampadas en mi cuerpo pero ninguna ha dolido tanta como el rechazo de él, la persona a la que debo proteger por encima de mi propia vida, mi razón de existir, “De hoy en adelante solo respiraras por él, el más grande honor que pudieras tener en esta vida es morir por él, es tu Rey, tu amo, tu dueño ” todas las noches antes de dormir mi padre me repitió ese sermón mientras miraba por la ventana al último descendiente de los Choi.

—Por favor su alteza, YongGuk es el único capaz de acabar con esta guerra. —Interrumpe el hechicero principal del Palacio, YoungJae Yoo, un joven sabio. —Puede invocar a la perfección al Dios Kauil, no hay posibilidades que pierda.

—Ha pasado los últimos meses perfeccionando su técnica, las cicatrices en su cuerpo lo comprueban. —Ahora interrumpe JongUp Moon, la mano derecha del Rey, su mejor amigo, un hermano. —Debes recapacitar JunHong.

Cierro los ojos con la mirada aun puesta en el piso, aprieto los puños, nadie lo hará cambiar de opinión, mi pequeño tesoro es un niño caprichoso, un bebe mimado con tener todo lo que desea, recuerdo la primera vez que llego a este mundo, el pueblo lo celebro con una fiesta que duro toda una semana, la flor del imperio del hielo acababa de florecer, un ser capaz de manejar al Dios Kukulkán, nadie había podido hacerlo antes pero ese bebe con piel blanca como el mármol pudo hacerlo desde la primera vez que lloro, yo tenía solo seis años, me obligaron a cuidar de él por todo su primer año de vida, fui yo el culpable que se volviera tan dependiente de mí, nunca pude negarme a sus hermosos ojos.

—Nosotros podemos ayudarlo, no debe temer por su seguridad. —Se unió a los ruegos, mi mano derecha, un revoltoso pero leal Jung DaeHyun, se arrodillo a mi lado izquierdo. —Tenga por seguro que soy tan fuerte como mi hyung, daré mi vida por usted.

—Debe pensar en su pueblo, en la gente que muere en las orillas del imperio, lo necesitan. —Mi hermano del alma se une arrodillándose a mi lado derecho, aun siendo hijo de nobles se arrodilla como cualquier campesino. —Deje de ser tan egoísta, usted vivirá aún después de que Bang muera.

El sonido de una cachetada resuena por el recinto, abro los ojos encontrándome con la mirada furiosa del nuestro Rey, mi amigo tiene la mejilla roja, logro abrirle el labio, Up hace el ademan para socorrerlo pero una ráfaga de viento se lo prohíbe, está enojado, lo conozco, me pongo de pie entre mi hermano del alma y el dueño de mi vida, recibo el segundo golpe, es poderoso, esa es la razón por lo que quiero terminar con esta absurda guerra, lo he escuchado, los sabios planean enviarlo al frente, pero solo es un niño que no puede controlarse, mandarlo a un campo de batalla sería suicidio, no deseo verlo morir, no si puedo impedirlo.

 —He tomado una decisión, yo soy quien manda nadie debe oponerse a mis deseos. —Grita frustrado mientras regresa a su lugar, se nota asustado. —Váyanse, déjenme solo.

Grita nadie le hace caso, sus últimas decisiones han provocado que el sentimiento llamado rencor crezca en el interior de sus subordinados, comienzan a odiarlo, sé que lo respetan porque aún lo sigo, aún soy su esclavo, miro a nuestros amigos indicándoles que se vayan, logro sonreírle a YoungJae quien asiente y comienza a caminar hacia la salida, DaeHyun lo sigue, HimChan lleva cargado a su novio, así el sitio poco a poco se va quedando vacío, me mantengo en mi lugar, no necesito que me diga lo que tanto desea hablar, se pone de pie corriendo a cerrar con candado la puerta principal.

—¿Por qué te entrometes en mis decisiones? —Me grita mientras toma mi rostro verificando la herida en mi labio, presiona fuertemente provocando que el dolor haga acto de presencia. —Me debes sumisión, solo debes cuidar de mí, solo tienes que mirarme a mí ¿Por qué lo defendiste? ¿Lo amas? ¿Por qué le sonríes a Yoo ?   ¿Te gusta?

Niego con la cabeza para después ponerme de pie, se cuelga a mi cuello aferrándose a mi espalda, siempre ha sido un chiquillo egoísta al cual no le gusta que toquen sus juguetes preferidos, sé que es bueno y aprecia a nuestros amigos, adora que YoungJae le cuente historias fantásticas, admira a JongUp por no tener miedo a ser como es, ríe a montones cuando DaeHyun hace tonterías y claramente tenía unos maravillosos modales gracias a HimChan, nunca entendí porque los trata tan mal delante de mí, soy inmensamente feliz cuando me entero que tiene amistad con alguien más, me animo a sobar su espalda pero al contacto de mi piel con su ropa me da un manotazo, recibo otra bofetada en mi mejilla

—¿Crees que soy tan idiota que no me daría cuenta que piensas huir esta noche? —Me dice comenzando a golpear mi pecho, las lágrimas se deslizan por sus mejillas. —No dejare que te vayas.

—Hoy es mi cumpleaños. —Logro articular, no me duelen sus golpes lo que me lastima es su llanto, sigo sin entender la causa. —No puedes prohibirme que salga esta noche, es mi derecho ¿Me acusaras de traición?

Levanto la mirada topándome con sus ojos cristalinos, sé que el día que muera será por su mano, porque fue su deseo, detengo los golpes apoderándome de sus muñecas, físicamente soy más fuerte, lo hago retroceder,  mi deber está por encima a sus caprichos, no dejaré que lo envíen a una guerra, si para que él este salvo debo acabar con la maldad en el mundo lo haré, si para mantenerlo con vida debo tener primero su ira lo haré, merece continuar con el reinado que sus ante pasados comenzaron, somos seres libres gracias a ellos, no le debemos sumisión a los humanos.

—Si te acuso te enviaran a la horda, te mataran. —Me dice en un susurro. —Quédate, no me dejes, tengo miedo, por favor hyung.

¿Cómo negarme a sus ojos? ¿Cómo negarme a su voz?  Mi única debilidad, mi veneno, lo voy pegando a la pared, se mueve lentamente mientras hace pucheros, un auténtico manipulador, voy deshaciendo el agarre de una mano, tomo su barbilla, sus labios son color rosas, tan inocentes, tan bellamente perfectos, si alguien me preguntara desde que momento me enamore de él no podría decir una fecha correcta, temo que desde siempre, pero está comprometido con la heredera del tercer reino, su boda traerá el capital que se necesita después de una guerra, nuestros ojos se fusionan en una sola mirada, continua tratando de domarme.

—Me iré con o sin tu permiso, estoy cansado de tantas muertes, anhelo un futuro donde todos puedan soñar con un futuro, donde el miedo no exista, quiero verte convertido en un padre, en un abuelo. —Le digo alejando mi mano de su piel, una sonrisa se dibuja en mis labios. —Quiero que Jae, Chanie, Up y Dae tengan una buena vida, si debo sacrificar mi lugar en este palacio para obtener mi meta, lo haré.

—¿Estás dispuesto nunca volverme a ver? ¿Ha ser desterrado de reino por tu traición? —Me cuestiono con voz quebradiza, asiento con la cabeza, otra bofetada se estrella en mi cara. —Por mí la gente se puede ir al infierno, todos pueden morir, no me interesa su existencia, nunca pedí ser el Rey, nunca quise tener este poder.

Dice lanzándome lejos mientras manosea al aire, lo sé, siempre detesto su don, su status, anhelaba con ser un niño normal, uno que no tuviera miles de vida cargando en su espalda, desee tanto que no tuviera problemas, trabaje noche y día para que yo cargará con sus responsabilidades, gracias a mi el pueblo lo ama, HimChan me reprime por engañarlos pero no me interesa, estoy seguro que será un gran Rey solo debe tener más confianza en sí mismo caminó hacia él pero me lo impide miles de ráfagas de aire me golpean, veo el aura del Dios a su espalda, lo está invocando, corro para darle una bofetada, se la debí dar hace muchos años, cuando hacia berrinche por que no cumplía sus caprichos, cuando me obligaba a quedarme en su habitación para cuidar su sueño, cuando me prohibía dirigirle la palabra a mujeres, siempre he sido su juguete favorito.

—Debes ser consiente de tu lugar en este mundo, no puedes dejar que tus sueños egoístas sean más fuertes que el deseo de tu gente, sé que no elegiste esta vida. —Le grito, la aura del dios se ha desvanecido. —Sé que amas a la heredera del reino vecino toma fuerza de ella,  de su amor, prometo que nadie te lastimara aún si yo muero, hay cientos de personas que vivirán para protegerte.

Lo sé mi pequeño tormento, temes que si me voy te quedaras desprotegido, sigues siendo ese dulce bebe que le teme a la oscuridad, el cual lloraba a mares cuando lo dejaba solo, crees que la gente te apuñalara cuando me vaya pero estas equivocado, nuestros amigos cuidaran de ti, no soy el único que te quiere, deja de temer, confía en las personas, yo soy un juguete fácilmente remplazable, hay miles como yo, nunca he sido especial, solo te aferraste a mí porque crees que soy tu salvavidas en este mar pero sé que puedes nadar por ti mismo.

—No te vayas, no te vayas. —Me dices conteniendo las lágrimas, te vuelves a colgar a mi cuello. —Te amo, no quiero perderte.

Mi corazón se paraliza por un segundo, no es justo que use una treta tan sucia para mantenerme a su lado, no soportaría que jugara con mis sentimientos, mis emociones se convierten en un torbellino, unos labios se posan en los míos, el movimiento es lento, tonto pero mi cuerpo contesta para marcarle el ritmo, mi lengua se cuela para  acariciar la suya, cierro los ojos dejándome vencer por mi hambre, mis manos se posan en esas sensuales caderas, si es mi último adiós agradezco que sea de esta manera.

—Deja de mentir. —Digo con mis labios pegados a su oído. —No creo ninguna palabra, me iré sin importar nada.

No contesta a mis frases solo me pega más a su boca, sus manos van descendiendo lentamente por mi cuerpo, me acaricia salvajemente, se nota que es un novato, pero lo que le falta en experiencia lo recompensa con actitud, lo arrincone en la pared, me sacie de sus labios hasta que la falta de aire nos obligó a separarnos, deseaba creer en sus palabras, me apodere de ese cuello blanco como el papel, comencé a escribir en el miles de marcas rojas, quiero que me recuerde, mi hambre se ha desatado, he probado su piel y me he vuelto adicto, siempre lo supe, no puedo dejarlo, mi corazón grita que me quede, uso mis fuerzas para elevarlo, enrolla sus piernas en mis caderas, no existe fuerza humana que pueda detenerme, ya no tengo control de mis instintos.

—Siempre has sido un idiota que no se da cuenta de mis sentimientos, te amo desde el primer día que descubrí lo que significa esa palabra. —Me gritas al oído mientras hundes tus dedos en mi cabello negro. —No quiero dejare ir porque temo perderte, Te amo.

Nuestros labios desatan una guerra de poder, me muerdes, tus dedos delinean mi rostro, mis pantalones se vuelven apretados, mis piernas comienzan a cansarse, te llevo hacia tu trono, esa silla que está en medio del enorme salón, el lugar de un Rey, el sitio donde se posa mi amo, te dejo caer con delicadeza, me quedo de pie admirando tu encantador rostro, tus mejillas sonrojadas, muerdes tus labios con hambre, en tus ojos el deseo ha despertado, mi cordura me grita que debo salir corriendo pero mis manos comienzan a desabotonar mi chamarra la cual va a dar a un lejano lugar en el piso, mi camisa negra la acompaña, me quedo desnudo del dorso para arriba, he perdido ante ti, sigues siendo más fuerte, más valiente que yo, has superado a tu maestro, termino hincado sobre mis rodillas, mi orgullo se ha escapado junto con mi dignidad, te agachas tomando mi rostro, me besas delicadamente, tus manos vagan por mi espalda desnuda, clavas las uñas.

—Ponte de pie. —Sigo tus ordenes, haces los mismo me obligas a intercambiar lugares, ahora yo estoy sentado en tu silla, te hincas delante de mí. —Tú mereces más que yo este sitio, siempre te he seguido, eres mi guía, mi mejor amigo, mi maestro, mi amor platónico, he tratado de hacerte feliz pero he fallado.    

Acomodas tu cabeza en mi pierna, tus lagrimas han mojado mi pantalón me agacho para abrazarte, por primera vez lagrimas escapan de mis ojos, ni el día de la muerte de mi padre lo hice, todo es un ciclo, hay un inicio, un fin, te tomo de la barbilla para besarte, acaricio tu rostro, no quiero morir, no deseo dejarte pero es mi deber.

—Tu sola existencia es mi felicidad, ver como sonríes, como ríes ha sido el mayor regalo que el destino pudo regalarme. —Digo pegado a sus labios. —Te amo JunHong.

Muerdo su labio inferior con ansia, nuevamente la falta de aire nos separa, te pones de pie, sin quitar tu mirada de la mía vas desvistiéndote, tus prendas van a dar al piso para revolverse con las mías, no podía creer que fueras más hermoso pero sé que es posible, la luz de los domos acaricia tu desnudo cuerpo, tratas de taparte, un encantador acto de inocencia que se desvanece cuando mi mano se entrelaza con la tuya, ese demonio que vive en tu interior vuelve a despertar, te guio para que te sientes encima de mí, estas frio como el hielo pero yo hare que mis caricias te derritan, navego por cada centímetro de piel expuesta, la fricción entre nuestros cuerpos se acelera, has dejado miles de marcas en mi cuello, sigues siendo demasiado posesivo aún después de saber que te pertenezco, tus delgadas manos llegan hasta el borde de mis pantalones, los vas desabrochando poco a poco, tratas de esconder tu rojizo rostro pero te obligo a mirarme mientras con mi mano guio tus movimientos.

—Mírame para que entiendas que solo tengo ojos para ti, mi corazón late solo por ti. —Digo tratando de sonar sensual, no sé si lo logre pero nuestras manos llegan a mi sexo, el cual está más que despierto. —Eres el único que provoca este calor en mi cuerpo.

—Gracias por dejarme saber tus sentimientos. —Contesta mientras baja mis pantalones, me quedo quieto siguiendo sus movimientos con la vista. —Por ti soy capaz de cambiar al mundo, este es tu regalo de cumpleaños.

Sin previo aviso me introduce en su interior, trato de detenerlo, debe dolerle, noto como quejidos salen de sus ojos, es su primera vez, beso sus labios tratando de hacerle olvidar el daño, lo acaricio, ahora su cuerpo está en ebullición,  echo mi cabeza hacia atrás siento que mi alrededor da vueltas, es tan suave por dentro, tan deliciosamente pequeño, sus uñas se clavan en mi hombro, escucho que me llama, es música para mis oídos, mis manos se posan en su bien formado trasero, mis manos recorren su espalda, hundo mi rostro en su pecho, lo muerdo, lo lleno de besos, mis grave voz se acopla a sus agudos gritos, sube y baja como la respiración en mi pecho, no sé cuántas veces lo llevo al límite, no sé cuántas veces termino llenándolo, solo sé que el amanecer nos alcanza al igual que el cansancio termínanos abrazados en ese trono, el en mi regazo como si de un bebe se tratara, 18 años de mi vida he estado a su lado y han sido los más maravillosos, fui yo quien le enseño el primer hechizo para convocar a su Dios, fui yo el primero que lo vio llorar cuando sus padres murieron, fui el primero en velar su sueño cuando las pesadillas lo acorralaban, he sido el primero en su vida y temo que seré el último, se acurruca en mi pecho, nuestras manos están entrelazadas, solo su enorme capa nos cubre.

—Nunca me olvides. —Digo pegado a su oído mientras delineo su oreja. —Te amare después de la muerte.

—¿Te iras? Aun sabiendo sobre mis sentimientos. —Me cuestionas con un gesto de preocupación e ira comprimida. —¿Por qué eres tan cruel? Odio que todos sean más importantes que yo.

—Te equivocas mi hermoso sunshine, tú eres mi razón de existir, hago lo que hago por ti. —Contesto besando sus labios, mi nariz juega con la suya. —Mientras sigas siendo el Rey no podremos estar juntos, yo terminare con esta guerra y tu deber es casarte con la heredera para traerle paz y progreso a tu reino, por siempre estaré a tu lado como tu guardián, como tu amante secreto.

Te pones de pie envuelto con la capa, sigues sin dejarme ir menos ahora que sabes sobre mis sentimientos, tomo mi pantalón para ponérmelo, continuas mirando el piso tu mano hace un puño te giras para quedar de frente, tus ojos están vidriosos, no necesito decir lo que pienso porque lo sabes, si tú eres terco yo lo soy más.

—Si ganas la guerra te acusare de traición, te desterrare de mi reino. —Me dices, es tu último recurso para mantenerme a tu lado, no puedo quedarme. —Jamás me volverás a tocar, ni a ver.

—Estarás vivo y  a salvo, las personas de tu reino serán felices. —Contesto tomando tu rostro. —Un día comprenderás que el bien común está por encima de nuestra felicidad, debemos aceptar nuestro lugar en este mundo, nunca dejare de amarte.

Tu mano se vuelve a estampar en mi mejilla me golpeas con las pocas fuerzas que te quedan, tus sollozos logran escucharse en la habitación que antes fuera atestada de nuestros gemidos, sabes que no volveré, en esa guerra encarnizada no hay posibilidades que regrese con vida, morir por ti será un placer, busco tus labios me los niegas pero no puedes resistirte, nuestro último beso da inicio, te abrazo por la cadera, sigues golpeando mi pecho, tus lagrimas saben a sal, nunca me olvides, que petición tan egoísta, tan cruel por mi parte.

—Te odio ojala te mueras en el campo de batalla. —Mientes negando mi mirada, no puedo negar que me duele. —Vete antes que me arrepienta porque soy capaz de encadenarte en un calabozo, lárgate de una maldita vez.

Me arrempujas, gritas como un histérico, sé que debo irme trato de hablar pero tapas tus oídos, he lastimado a la única persona que he amado, pero es por su bien, tomo el resto de mi ropa para salir corriendo las puertas se cierran detrás de mí, me quedo quieto escuchando como golpeas las puertas del otro lado, no paras de gritar que no me vaya.

—Tal vez en otro mundo, en otra época tengamos la oportunidad de estar juntos. —Digo en un susurro a la puerta. —Te amo, en todas mis reencarnaciones te amare solo a ti.

FIN POV BYG

POV JUNHOG CHOI

Ha pasado un año desde el día que se fue, la guerra ha llegado a su fin, miro por las ventanas el enorme jardín donde un día me enseñó a tocar el piano, giro mi rostro para toparme con la mesa donde un desayuno está servido junto a una carta abierta, el Rey del tercer reino ha aceptado mi negativa a casarme con su hija, me alegra saber que tenemos los mismos ideales, el dolor en mi pecho no me deja en paz así que me pongo de pie tratando de respirar me aferro a las cortinas para no caer, unos golpes en la puerta me obligan a erguirme, un par de personas ingresan a mi habitación.

—Hoy ha sido la última batalla hemos ganado. —Me dice contento Jae, es feliz porque DaeHyun volverá a casa, regresará a su lado. —¿te has tomado tus pastillas?

—No soy un niño pequeño.—Contesto irritado para sentarme en un sillón. —¿Cómo va mi petición al consejo?

—De maravilla han aceptado tu propuesta. —Ahora habla JongUp desde un rincón de la habitación. —Todo ha vuelto a la calma…

Sus palabras se detienen cuando su mirada alcanza a observar algo, me giro para descubrir la causa, mis fotos con él están regadas en el piso, se encuentran parchadas, las he roto y vuelto a unir cientos de veces, un pequeño pastel con una vela derretida en el centro de encuentra, ayer fue su cumpleaños, odio su lastima, los detesto porque él sacrifico su posición para que sus parejas vivieran, por esa razón los odio, por esa razón no puedo estar a su lado.

—Pueden retirarse. —Les digo ignorando sus miradas de preocupación. —Deben ir a recibirlos.

Con un movimiento de mano les niego la opción de hablarme continuo mirando el horizonte por el enorme ventanal que está delante de mí, sé que murió, sé que no volverá, las lágrimas van descendiendo por mis mejillas sigo sin entender sus acciones, continuo sin comprender que significa el bien común por encima de mis sentimientos, me he dado por vencido, no puedo seguir dirigiendo un reino el cual detesto, él murió por ellos, los odio a cada uno de los habitantes de este lugar porque ellos siempre fueron más importantes para él, cierro los ojos para que el aire acaricie mi cabello plateado, he entregado el regalo que nunca desee recibir, he propuesto una nueva ley, un nuevo orden, uno donde la palabra democracia adquiera más presencia, no deseo vivir más en el lugar donde crecí a su lado, no soporto tanta soledad, te esquivaste no tenía miedo al resto, lo que me aterraba era estar sin ti.

—Feliz cumpleaños hyung. —Le digo al aire tocando mi pecho, mi camino apenas comienza. —Te encontrare para que me digas que estabas equivocado sobre el bien común.

FIN POV JUNHONG

Época actual  después del fanmeeting Tokyo.

Los integrantes de BAP gritaban emocionados feliz cumpleaños a su querido líder quien estaba completamente sonrojado, un pastel de frutas  adornaba el escenario, las babyz presentes también festejaban con gritos por todo el lugar, el conductor del evento les pidió a cada uno decir unas palabras, cuando termino el turno del maknae todas las fans gritaron emocionadas al ver como Bang le daba un pedacito de pastel al rubio, la programación continuo al pie de la letra, las fans disfrutaron del evento al igual que el grupo.

 —¿Por qué le diste pastel a JunHongie y no a mí? —Cuestionaba con un puchero HimChan jugando con su amigo. —Qué lindo hyung eres.

El resto de los integrantes comenzó a burlarse del evento mientras el protagonista principal tenia las mejillas sonrojadas durante el trayecto trato de evitar la mirada de su hyung, no entendía porque le había dado de comer en la boca, a él casi no le  gustaba hacer ese tipo de fanservice, solo llegaba hacerlo cuando la empresa se lo pedía pero solía ser leve, recargo su cabeza en el hombro de JongUp mirando con tranquilidad el perfil del YongGuk quien como siempre estaba dormido cabeceando de un lado a otro, “Continuo buscándote” dijo en un susurro cerrando los ojos, el pelinegro los abrió girándose para observar como los dos maknaes dormían, la noche llego a las habitaciones, las parejas se habían formado al azar, los dos mayores descasaban con cada uno de los más pequeños mientras los mejores amigos como siempre compartían la misma, JunHong estaba sentado frente un enorme ventanal mientras observaba el paisaje de la ciudad que se presentaban rem placiente frente a él.

—Hace frio deberías cerrarla o enfermeras. —Bang decía secando su cabello negro al notar que el menor no lo escuchaba se acercó a él. —¿Me escuchas? Vamos a dormir.

—Te sigo odiando porque nunca volviste. —Dijo el ahora rubio sin apartar la vista del paisaje. —Siempre poniendo en primer lugar al resto, siempre todos antes de mí.

El mayor coloco su mano sobre el hombro del rubio, cerro sus ojos y una clase de sueño se formó en su mente, una enorme sala de algún palacio  en otro mundo, en otra era, en otro tiempo se le presentaba, una punzada en su pecho se instaló, sus ojos se abrieron cuando una mano blanca se apodero de la suya, bajo la mirada topándose con los ojos inocentes del chico.

—Me equivoque. —Logro articular bajando su rostro para tocar esos delicados labios. —pero aún en este mundo tenemos límites.

—¿Me volverás a dejar? —Cuestiono con un sorbo de tristeza reflejada en su rostro, el menor recibiendo una negativa como respuesta. —Veo que has sufrido sin mí, soy feliz de saberlo.

El pelinegro camino para estar delante del menor, se arrodillo para hundir su cara en su abdomen, se apodero de su cadera con ansia mientras las lágrimas mojaban su camisa, JunHong hundió sus dedos una vez más en ese cabello negro comenzó a esparcir besos con delicadeza, aquel evento despertó los recuerdos de una vida pasada, una que vivida en otra era, en otro mundo, tomo el rostro del mayor para besar sus labios.

—Feliz cumpleaños hyung. —Dijo en un susurro. —Te amo, mi primer beso siempre será para ti.

Sus labios se unieron en una delicada caricia comenzada por sus labios. 

Notas finales:

GRACIAS POR SUS REVIEWS!


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