Thor se estrelló en una posición bastante dolorosa contra una de las gruesas paredes del búnker, destruyéndola en el proceso. Su martillo voló a unos metros de él, todavía emanando electricidad.
El escudo de Steve rebotó y éste tuvo que agacharse para evitar ser golpeado por él. El rubio respiraba con dificultad por el esfuerzo y la ira.
La energía que surgía de los propulsores y el arc-reactor en el pecho de la armadura no era suficiente. Tony jadeaba en busca de aire, de fuerza. La armadura estaba comenzando a fallar y estuvo seguro que se le caería a pedazos en cualquier momento; pero no cejaría. Bruce… se había ido… Esa maldita bestia… Y entonces lo notó. Quizá fuera el dolor que abrasaba su pecho lo que no le había permitido darse cuenta hasta ahora. Cuando vio que Thor ya se incorporaba y Steve volvía al ataque, los detuvo.
Los dos rubios centraron su atención en El Líder. Algo le estaba pasando: seguía creciendo. Ya ni siquiera luchaba contra ellos. Las venas en su piel parecían a punto de estallar; se tomó la desfigurada cabeza con sus dos enormes manos; gritaba en busca de ayuda, en agonía. La estructura ósea rompió la verde piel, salpicando sangre por todas partes (los tres súper héroes dieron un par de pasos atrás, mirando con asco). Daba pasos torpes y finalmente con una mueca grotesca los miró.
Steve se apresuró a tomar su escudo y jalar a Tony y a Thor hasta él cuando adivinó lo que estaba a punto de pasar. Los protegió y a sí mismo lo más que pudo y fue cuando se escuchó lo inevitable. Un ruido pegajoso y asqueroso: el Líder había explotado, literalmente.
"Creo que voy a vomitar", farfulló Thor con repulsión una vez los tres se pusieron derechos para ver el desastre.
"¡Pepper!", exclamó Tony saliendo de un leve letargo. Miró por última vez los restos del villano que habían quedado esparcidos por el lugar, pero sólo fue un instante. Al segundo ya estaba corriendo en dirección contraria, quitándose el casco.
Cuando vio al fin la luz del sol, con Steve y Thor tras él, Pepper estaba siendo llevada en una camilla por la gente de S.H.I.E.L.D. hasta el Helicarrier. Fury daba órdenes como loco, pero eso era lo que me menos le importaba a Tony. Debía saber que Pepper estaría bien.
"Ha perdido mucha sangre, pero la herida no perforó ningún órgano vital. Estará bien".
Tony giró el rostro para ver a Natasha. La espía había hablado sin ninguna emoción en su voz, mecánicamente. Cuando Tony miró sus manos descubrió que apretaba entre ellas una tela amarilla. Era el trajecito de oso de Bruce, el que tenía puesto cuando fueron secuestrados.
"Loki se lo llevó. Hubo un destello, un haz de luz y ambos desaparecieron", explicó Clint acercándose hasta ellos, mirando a Thor.
"¿Nos lo devolverá, Thor?", preguntó Natasha con la mirada pérdida. "¿Ustedes…? ¿Tu padre puede hacer…?"
"No. Pero tengo una idea de a dónde pudo haberlo llevado". Miró al cielo y llamó también a Heimdall. Todos vieron cómo desaparecía ante sus ojos. Su tono de voz fue más bien triste, y ninguno supo cómo reaccionar ante ello.
"¿Qué pasó con ese bastardo? Díganme que lo hicieron pedazos", inquirió Clint apretando en sus manos su carcaj.
"No fue necesario", respondió Steve; enseguida miró a Tony. "Explotó".
"¿Cómo que explotó?", preguntó de vuelta Clint y siguió la mirada del soldado hasta Tony.
El millonario, sorprendentemente, estaba sonriendo. Era una sonrisa llena de amargura y algo que se antojaba como admiración.
"Si en algún momento alguno de ustedes dudó de la genialidad de Bruce Banner, los asesinaré", dijo Tony comenzando a caminar hacia el Helicarrier. Todos lo siguieron. Cuando llegaron hasta la puerta y Fury interceptó su mirada, volvió a hablar. No lo explicaría dos veces. "Sterns quería la sangre de Bruce para hacerse de su fuerza sobre humana; pero la sangre de Bruce era una bomba de tiempo, lo saben. Y Bruce era consciente de ello. ¡Carajo! Se contuvo durante todo este tiempo, él sabía que si dejaba que su furia saliera terminaría por detonar la radiación gamma en sus células", miró a Steve. "¿Recuerdas el incidente en el parque? Apostaría lo que fuera a que fue en ese momento en que lo descubrió, en que descubrió que él mismo era una bomba de relojería. Por eso se asustaba tanto ante las reacciones que pudiera tener con respecto a sus emociones".
Tony sonrió ladinamente.
"Si creíamos que éramos nosotros los que lo protegíamos, pueden darse contra la pared. Era Bruce el que nos protegía a nosotros. Si creían que Hulk podría habernos hecho mierda, sepan ahora que era Bruce, nuestro pequeño Brucie, el que se contenía para mantenernos a salvo: Bruce le entregó sin ninguna objeción su sangre a Sterns porque sabía lo que había de pasarle al imbécil. Bruce Banner nos salvó a todos de sí mismo y de Sterns. Bruce se sacrificó por nosotros".
~*~
"¡No puedes ir allí! ¡Está prohibido a menos que estés…!"
Heimdall se calló cuando Loki se tornó pálido y vio el pequeño cuerpo laxo entre sus brazos.
"Es un humano. Ella no aceptará", advirtió el guardián.
"Puedo encontrar mil maneras de entrar al Helway, Heimdall. Pero si tú me ayudas lo haré más rápido", pidió Loki.
"¿Por qué habría de hacerlo? Fuiste tú el que traicionó a Odín, a Thor y a Asgard entero. Fuiste tú el que te condenaste".
"Me arrodillaré ante ti si es necesario. Abre el portal a Helheim… por favor".
Eso fue suficiente para Heimdall. Odín había dado la orden de abrir cualquier portal que Loki pidiera, no sin antes una prueba de humildad por parte del príncipe Jothun.
Helway apareció frente a Loki. Tragó saliva y al primer paso sintió el frío abrasador en torno a él. Murmuró un "gracias" esperando que el guardián lo hubiera escuchado. Se sabía humillado, pero ahora mismo no importaba. Las sombras se oscurecían a cada paso que daba, podía sentir que el portal estaba cerrándose, dejándolo expuesto y solo en un camino hacia el infierno.
"¡Thor! ¡NO!"
Loki giró el rostro para ver a Thor irrumpir en el camino antes de que el portal se cerrara. Heimdall no podía hacer nada; ambos estaban adentro ya.
"No debiste hacerlo", susurró Loki en pánico. Él podía ir hasta Hela y ofrecerle su existencia entera si era necesario para salvar a Bruce. Pero no Thor. Thor no tenía que…
"Juramos protegerlo, los dos. Y antes de jurar protegerlo a él, yo juré protegerte a ti. No te dejaré ir solo".
La voz de Thor había sonado autoritaria, sin temor alguno, decidida. Loki se sintió agradecido y en respuesta le regaló una pequeña sonrisa a Thor.
"¿Me amas, Thor?", preguntó resuelto.
"Siempre te he amado".
"Entonces corresponderás a ese amor cuando te pida que vuelvas a Asgard con Bruce. Corresponderás a ese amor cuando te pida que no intentes sacarme de aquí".
Thor abrió los ojos e iba a decir algo (ya negando con la cabeza), pero Loki lo impidió.
"Ya he hecho suficiente daño, Thor. Suficiente. Creía que vivir en Midgard era una condena sin límites. Pero como siempre, me equivoqué. Hay algo en éste ser humano", continuó alzando un poco el cuerpecito inerte ", algo que me obliga al sacrificio. Es un reflejo, Thor. Si quiero salvarme, lo salvaré a él".
"No puedo perderte otra vez", murmuró el rubio tomando entre sus manos el rostro de Loki. Éste sonrió.
"Nunca me perdiste, heme aquí. Y nunca me perderás. El estar juntos en un plano físico no es el único camino".
Tras esas palabras, Loki emprendió la ruta hacia Helheim, preparándose mentalmente para encontrarse con el otro ser al que había amado con toda su alma; su pequeña Hela.
Thor lo siguió sintiendo que se quemaban sus entrañas a pesar de que el frío se intensificaba en el camino. No estaba seguro de poder abandonar a Loki en ese lugar, bajo el yugo de Hela y su reino de muerte. Si podía impedirlo, por todos los dioses que lo haría sin importar qué.
~*~
Clint se aburrió de ver a los agentes de S.H.I.E.L.D. en el compartimiento principal, intentando inútilmente encontrar Asgard en algún punto del vasto universo, pero sólo para hacer algo. Coulson había contactado a Jane Foster, quien había logrado un enorme avance para hallar el reino de Odín. Clint pudo haberse reído de ellos a carcajadas si las circunstancias no fueran las que eran. ¿Qué si encontraban Asgard? ¿Alguien iría hasta allá? ¿Y para qué? Clint Barton estaba seguro que Fury sólo intentaba darles un poco de ánimo diciendo que habían rescatado a Phil de la muerte y que podían intentarlo con Bruce si Thor no lograba nada, pero estaba haciendo un pésimo trabajo. Gente como Fury, como él mismo, no sabían cómo dar ánimo correctamente (prueba de ello fue el mismo Coulson). Porque para dar falsas esperanzas ya era suficiente con ellos mismos. Sólo tenían una de verdad, y era Loki.
Con un suspiro se retiró y salió al portaaviones para intentar acallar eso que sentía. Para su alivio, Natasha había pensado igual que él; la halló recargada en uno de los quinjets. Clint sonrió tristemente cuando vio que ella todavía tenía la ropa de Bruce entre sus manos.
"¿Pepper?", preguntó ella antes de que él llegara por completo a su lado.
"Salió de quirófano hace media hora. Parece que evoluciona bien".
"Bruce la necesitará", dijo ella sin apartarse un ápice cuando Clint se sentó a su costado. Sin embargo él no dijo nada. "¿Viste su sonrisa, verdad?", siguió Natasha. "¿Viste cómo sonrió antes de cerrar los ojos? En ese momento no entendí cómo podía sonreír ante la muerte. Pensé que había sido porque ella le prometió que estaría bien, y seguramente fue así, pero también porque ya sabía que estaríamos a salvo.
"Intento aferrarme, Clint", continuó mirando a la nada. "Lo intento. En mi mundo de ilusiones, ahí dónde estás tú y Bruce siendo un niño pequeño, míos, allí intento convencerme de que veré esa luz y aparecerán Thor y Loki con él. Entonces no me importará si es un niño o un hombre, sólo querré que corra a mis brazos como esa vez y como esa vez lo llenaré de besos y lo apretujaré tanto que provocaré que salga Hulk y entonces ya no habrá miedo…"
Natasha se interrumpió cuando notó que estaba riendo y llorando al mismo tiempo, que había hablado tan rápido y tan bajo como sus emociones hechas un huracán.
"Sólo… sólo quiero vuelva".
Y no dijo nada más. Natasha se dejó abrazar y besar por Clint sin oponer resistencia.
"Yo también", susurró Clint en su oído bajando una mano para tomar el trajecito amarillo.
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Pit… pit… pit…
El ritmo cardiaco de Pepper era normal. Traía una máscara de oxígeno que le quitarían en cuanto despertara y comprobaran que la cirugía había sido un éxito rotundo. Los exámenes post-operatorios eran positivos, así que una parte del cerebro de Anthony Stark estaba pletórico; jamás se habría perdonado perder a Pepper también.
Steve estaba a su lado. Ambos mirándola a través del ventanal de la sala de recuperación. Tony hubiera querido llevársela a un hospital en condiciones, pero su situación había sido crítica y no tuvieron más remedio que operarla en el Helicarrier. Y no era como que S.H.I.E.L.D. no tuviera el personal y el material necesario para esos casos.
"¿Debí informarles, Steve?", preguntó entonces girando un poco la cabeza para mirar al rubio. Ya no eran Iron Man y el Capitán América. Eran sólo Tony y Steve, con ropas negras prestadas por la agencia. "¿Debí decirle a Fury? ¿Crees que hubiéramos salvado a Bruce?".
"Hiciste todo lo que estaba en tus manos, Tony", respondió el soldado pasando una mano por los cabellos castaños.
"Tenías razón, Steve. Quería hacerlo solo, controlar la situación porque aprendí desde muy niño que si quería que las cosas salieran como yo quería entonces tendría que ser yo el que las hiciera".
"Tony, por favor no te martirices. Si existen culpables de lo que pasó no somos nosotros…"
"¡Nosotros no, Steve! ¡Yo! ¡Bruce se convirtió en un niño por mi culpa! ¡No trabajé lo suficientemente rápido para evitarle la exposición de radiación o para volverlo un adulto de nuevo! ¡Bruce está muerto por mi culpa!"
"Aún hay una esperanza. Loki…"
Tony le interrumpió alejándose bruscamente del suave agarre del rubio. Sus ojos estaban llenos de dolor y tormento.
"Escuchaste a Thor, ni su padre tiene el poder de devolver la vida a los muertos, Steve. Y aunque Bruce estuviera aquí y Fury hiciera lo que carajos hizo con Coulson, no habría esperanza alguna: su destino habría sido el mismo que el de Sterns. Mi única esperanza ahora es que Loki me lo devuelva para darle un entierro digno".
Y se marcho. Steve lo dejó irse sin siquiera pensar en seguirlo. Tony estaba en la etapa de negación y culpa, e intentar hacerle ver lo contrario no ayudaría. Cuántas veces no lo vio en la guerra; los lazos de amistad y amor se fortificaban en una vida en común de incesante estrés y pérdida. Él mismo lo sintió cuando perdió a Bucky; en los dos sentidos. Amó a Bucky, y ahora amaba a Tony. Tenía que dejar que Tony sacara su pena por sí mismo, después él estaría ahí para aliviar los remanentes.
Esperanza. Steve sí la tenía. Tenía que empeñarse en ella, porque su familia estaba destrozada y no podía permitirlo. Se concentró en mirar a Virginia a través del vidrio. Tenía que empeñarse en su esperanza, porque ella despertaría y entonces ni él sería capaz de decirle que habían perdido a Bruce para siempre.
~*~
La muralla estaba frente a ellos. Los sirvientes de Hela los habían encontrado camino atrás, pero ninguno había hecho nada por acercarse más de la cuenta al dios del trueno y al dios del engaño. Las puertas se abrieron. Loki apretó a Bruce contra su pecho y sintió en su espalda la siempre imponente presencia de Thor.
"Te estaba esperando… padre", sonrió Hela, ataviada en un manto rojo fuego.
Loki sintió verdadera pena al verla. Lo único que quedaba de aquella pequeña niña que había traído a la existencia eran los ojos verdes iguales a los suyos. Toda ella era un demonio, la reina de Niflheim.
"Trajiste invitados. Bienvenido Thor, hijo de Odín", dijo ella mostrando sus dientes afilados. "Tenemos tantas cosas de qué hablar. Por ejemplo del por qué permitiste, hijo de Laufey, que me arrebataran de tu lado. ¡Oh, sí! Las noticias viajan rápido entre los arcaicos caminos de Asgard. Tu naturaleza… nuestra naturaleza, herencia de los gigantes de hielo. Pero para mí es noticia vieja, Loki hijo de Laufey…"
Entonces Hela reparó en el bultito color carne y rojo que Loki apretaba entre sus brazos. Curiosa, se acercó a ellos.
Thor empuño las manos, no se fiaba de ningún habitante de Helheim, mucho menos de la diosa.
Un vaho frígido emanaba de ella; Loki y Thor lo sintieron cada vez más cerca. La diosa parecía flotar hasta ellos. Un dedo afilado se posó en la carita de Bruce.
"Es un humano", dijo ella con desdén. "¿Viniste a traerme un humano como ofrenda, Loki? Sabes bien que no recibo humanos, son demasiado inferiores para mi reino. Aunque podría darle su carne a mis mascotas".
"No es una ofrenda, Hela", habló Loki por fin. "Tampoco alimento para tus… mascotas", agregó con el mismo desdén que ella había empleado. "Tienes el poder de revivir a los muertos. Eres la única en todo Asgard y en prácticamente los Nueve Reinos. Quiero que le devuelvas la vida".
Hela alzó una ceja divertida, y de pronto su risa estruendosa retumbó en las murallas de Helheim.
"¡Eres tan divertido, hijo de Laufey!", dijo ella entre risas francamente terroríficas. Entonces paró de reír y los miró de manera amenazadora. "Te atreves a venir a mi reino después de atarte las manos para evitar que Odín no me desterrara, te atreves a traer al hijo de Odín hasta mis puertas, te atreves a hablarme como si nunca me hubieras abandonado, y encima de todo te atreves a pedirme que le devuelva la vida a un insignificante mortal. ¿Qué te ha pasado en Midgard, padre? ¿Los tristes y deleznables humanos te han tocado el corazón? ¿A ti? ¿Aquél que desafió al mismo Odín e intentó, de muy mal modo por cierto, hacerse de Midgard para conquistarla?"
"Loki, aún es tiempo de salir de aquí. Volvamos a Asgard", dijo Thor controlando el tono de su voz para no demostrar la ira que sentía.
"No", replicó Loki con los ojos fijos en Hela. "¿Quieres una ofrenda, Hela? ¿Un sacrificio? Te lo ofrezco: Devuelves la vida al pequeño humano y yo me quedo a tu servicio hasta los días del Ragnarok".
Thor apretó un brazo de Loki. Esto no podía estar pasando, se había vuelto loco.
"¿Qué hace tan especial al pequeño humano para que te sacrifiques de este modo, hijo de Laufey?", inquirió Hela con verdadera curiosidad. Sus ojos verdes vagaron por el cuerpecito.
"Te perdí a ti sin que hubiera algo que estuviera en mis manos para impedirlo. No quiero perderlo a él también. ¿Quieres saber qué lo hace tan especial? Eres mi hija, puedes ver a través de las almas perdidas. Obsérvalo por ti misma".
Hela hizo una mueca incrédula, pero tomó el pequeño cuerpo de brazos de Loki. Lo acunó en sus brazos y, dándoles la espalda, posó su fría mano en el rostro ensangrentado.
Thor apretó aún más el brazo de Loki, obligándolo a mirarlo.
"¿Qué pasa contigo? No puedes confiar en alguien como Hela. Sé que a pesar de todo este tiempo la sigues amando, pero…"
"Thor", interrumpió el pelinegro en el mismo tono susurrado en el que el rubio le había hablado "Has pasado demasiado tiempo entre humanos, viviendo en Midgard. Confía en mí, como lo has hecho a pesar de todo a lo largo de nuestras vidas".
Thor lo miró intensamente, los azules ojos brillando en confusión y desesperación. Tragó en seco finalmente y soltó el agarre en el brazo de Loki.
"No es un humano cualquiera", se escuchó la voz de Hela después de minutos interminables para Loki. Cuando se giró se encontró con la misma sonrisa ladina que había visto muchas veces en el espejo. "Su oblación es digna de la tuya, hijo de Laufey".
"Estás aceptando", dijo Loki, y no era una pregunta.
"¿Por qué no? Odín no estará contento, él también desprecia a los que considera son inferiores e inmerecedores de su grandeza. El cuerpo, el alma, el poder y la vida de Loki hijo de Laufey a cambio de la vida de un humano. Será gratificante, padre".
Hela alzó una mano y un rayo de energía fue lanzado hacia Thor, paralizándolo sin darle tiempo a defenderse. Loki se adelantó a la diosa, mirándola con rencor.
"¿Qué haces?"
"Tranquilo. Tú mismo lo dijiste: soy tu hija. Conozco el corazón de los Aesir, de Thor en particular. Sé que intentará que no cumplas con tu parte del trato; lo veo en sus ojos, y en los tuyos. ¿Odín está enterado de su pequeño romance?", sonrió sagazmente. "Ahora no importa ya. Apártate, cumpliré con mi parte".
Loki dio un paso atrás. Thor sólo estaba pasmado, y a decir verdad era una buena idea.
Hela se arrodilló en el suelo a las puertas de Helheim y depositó el cuerpecito de Bruce sobre él. Los largos dedos se posaron en el exiguo pecho; las ráfagas de viento helado le calaron los huesos a Loki en un segundo. La miró, los largos cabellos oscuros se retorcían en el aire, sus verdes ojos se volvieron negros por completo. Era poder absoluto, el poder de la diosa de la muerte ante sus ojos.
Y entonces Bruce abrió los ojos, su espalda se arqueó separándose un instante del suelo; la sangre que aún resbalaba a lo largo de su piel desapareció, al igual que los cortes amoratados. La energía que salía de los dedos cadavéricos de Hela se extinguió. Bruce cerró los ojos otra vez, y quedó tan inerte como al principio.
Loki se asustó, pero cuando Hela levantó el cuerpo de Bruce y lo depositó en sus brazos supo de inmediato que había cumplido. Bruce respiraba, su piel perdió la palidez mortuoria y el tierno rubor apareció en sus mejillas de nuevo.
"Despertará en cuanto el hijo de Odín lo lleve de regreso a Asgard".
Loki asintió y miró atentamente cómo Hela descongelaba a Thor. Loki no dio tiempo de explicaciones ni nada. Arrebató la capa roja del cuello de rubio y envolvió a Bruce en un movimiento ágil. En otro lo deposito en los fuertes brazos del rubio. En uno más le besó fugazmente, antes de que las cadenas abrasadoras cubrieran por completo sus muñecas.
"Hasta siempre, Thor", sonrió como despedida.
Lo había perdido. Thor estuvo consciente de ello cuando vio los grilletes en las blancas muñecas de Loki. Había sido su voluntad, y él no podía hacer nada al respecto.