Capítulo 3.- El Ataque
Solo faltaba un día, mañana por la mañana, ese pequeño rubio volvería a lo más profundo de su corazón, y ahí estaría hasta el final de sus días.
Pero ya no engañaba a nadie, era obvio que su cercanía con el marimo había sido muy notorio para todos en el barco.
Nunca debió de haberse dejado manipular inconscientemente por el marimo de dormir juntos. Al cabeza de alga se le había olvidado vigilar por todos y había caído dormido, así que en la posición en que sus nakamas lo encontraron fue algo comprometedora.
Y antes solo eran las miradas de Robín, Trafalgar y Jeanne, ahora son todos los que imitan la escena, sabe muy bien que lo hacen en modo de broma, pero no evita que lo ponga nervioso, enfurecido y frustrado.
-¿Kuroashi-San?
Sanji volteo encontrándose con la mujer responsable, no quería culpar a nadie y mucho menos a una dama. Además, también le agradecía que su relación con Zoro sea menos tensa y conflictiva de lo que ya era.
-¿Qué ocurre Jeanne-San?
-Bueno, como sabrás el efecto termina mañana y…- Jeanne se tomó un momento para pensar muy bien lo que diría –Las cosas volverán a ser las mismas.
-¿Cuál es el punto?
Las palabras eran difíciles para ella, hace tiempo que había dejado de tener contacto humano y por esa razón su humor era muy cambiante.
-Que tal vez deberías de confesarte a Marimo-San.
Sanji abrió los ojos sorprendido.
-No- fue lo único que salió de sus labios.
-Pero… ustedes anoche… sé que tienen…
-Solo somos nakamas y es todo lo que podremos ser. Volveremos a ser los mismos mañana- Sanji paso cerca de ella y le revolvió el cabello, era lindo ver que aquella dama se preocupaba por él –Te agradezco que intentes animarme, últimamente estoy algo extraño- fue lo último que dijo antes de salir de la cocina.
Jeanne veía al rubio alejarse, sabía que Kuroashi mentía, no iba a ser lo mismo cuando ella se fuera, sus sentimientos iban a ser más confusos. Debía de ir a hablar con Marimo-San.
Salió tan apresurada que no noto que choco con alguien.
-¿Cuál es la urgencia?- levanto la mirada y se topó con la figura de la arqueóloga, una idea apareció en su mente, tal vez Nico-San podía ayudar a Kuroashi. Jeanne sabia como tratar a la gente ruda como Marimo-San, Nico-San se encargaría de hacerle entender a Kuroashi-San.
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Zoro había notado que el chibi estaba algo extraño, su cercanía ahora era algo distante, no estaba tan cerca de él como al inicio, pero tampoco parecía querer alejarse. Aquel chiquillo era igual que el cocinero.
Si los sentimientos del cocinero estaban en el niño ¿Qué es lo que le preocupaba? ¿Fue por la mañana en que los descubrieron? Tal vez el cocinero le había importado los que sus “damas” pensaran y eso ponía furioso al espadachín, tiempo atrás les había dejado muy en claro a Nami y Robín sobre su relación con el cocinero. Lo hacía con cada chica que él coqueteara.
No lo admitiría delante de él, pero Zoro era extremadamente posesivo aun y cuando Sanji no fuera suyo.
Una espada pasando por su cabeza y clavándose en el mástil lo despertó.
-Tsk.
-Lo siento- canturreo Jeanne –Creí que eras el Cirujano kyajajaja- Zoro se dirigió al mástil y quito la espada, entregándosela a Jeanne -¿Eh? De mal humor tan temprano, eso explicaría porque el chibi no se acerca a ti, pareces león enjaulado.
-No es así, yo creo que es porque muy pronto desaparecerá.
-¿Eso te molesta?
-No.
Jeanne sonrió –Claro que no, ya que después de eso tendrás al original a tu lado ¿cierto?
-No precisamente a mi lado- se iba a dejar de indirectas, esa mujer solo hace trampas mentales.
-¡Esa es la actitud Marimo-San!- le golpeo la espalda.
Zoro confundido por su repentino cambio la volteo a ver.
-¿Qué tratas de…?
-Al menos tú no lo niegas, créeme creí que serias más cabeza hueca que Kuroashi-San.
-¿Hablaste con el cocinero?- de repente lucia más emocionado.
-Si.
-¿Qué es lo que te dijo?
Jeanne negó –Lo siento, pero eso no me corresponde decírtelo. Pero abras notado que el chibi tampoco ha estado muy bien este día y si es debido a que se ira, pero también debido a que Kuroashi-San está confundido.
Algo dentro de Zoro se había detenido.
-Eso quiere decir que no está muy seguro.
-Por el momento no, pero si todo resulta como lo planeo mañana me iré sin preocupaciones. Escucha Marimo-San, no quiero ilusionarte ni nada, pero creo que sería mejor esperar algún movimiento de Kuroashi-San
-¿Por qué?- pregunto algo enojado Zoro.
-Si vas ahora mismo a pedirle una respuesta solo harás que se asuste y te golpe y mandaras a la mierda todo lo que he planeado. No lo presiones, deja que él se acerque.
Zoro la miro un momento, si ella estaba segura que su plan funcionaria ¿Por qué no confiar un poco también?
-Lo hare, esperare. Solo espero no tener que esperar mucho tiempo.
-No lo harás, confía en mi grandiosa intuición- aunque fue su grandiosa intuición lo que la llevo a ser rehén de los Mugiwara –Ah, estate muy pendiente de las acciones del chibi, él te mostrara lo que Kuroashi-San siente en esos momentos. Nos vemos Marimo-San, Cyborg-San dijo que iba a remodelar mi bote y quiero darle unos toques también- Jeanne dio media vuelta.
-Espera- la detuvo Zoro -¿Por qué nos ayudas? ¿Tienes alguna otra intención?
-De alguna manera todos aquí me han agradado, si incluso el Cirujano, lástima que a él no lo pude ayudar tanto- Jeanne rio para sí misma –Pero lo que menos quisiera es que algo les pasara por mi culpa.
-¿No tienes a nadie más?
-Ya perdí a todo lo que amaba. Y por lo menos quiero irme de este mundo sabiendo que hice algo correcto, a mi manera.
-¿Por qué piensas que el cocinero cambiara de idea?
-Supongo que solo necesita un consejo.
-No sé si estás loca o solo eres un genio- Zoro volvía a tomar sus katanas y empezaba a entrenar.
Jeanne rio ante la frase mientras bajaba por las escaleras -Es increíble como ambos conceptos pueden coincidir.
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Robín caminaba hasta el acuario, después de haber visto la determinación de Jeanne la ayudaría, lo que más deseaba era ver a sus nakamas felices.
Entro y vio a Sanji mientras sacaba unos cuantos peces para la comida de la tarde.
-Cook-san ¿puedo hablar contigo?- se hizo presente.
-¡Por supuesto Robín-chwan!- revoloteo a su alrededor
Robín y Sanji se sentaron en el cómodo sillón.
-Hace un momento hable con Jeanne. Me pidió algo y era…
-Convencerme sobre mis sentimientos ante el Marimo- Sanji parecía algo serio ante el asunto.
Robín tomo una de las manos del cocinero.
-No voy a hacerlo.
-¿Qué?
-Tú eres libre de decidir lo que quieras. Si deseas ser feliz con alguien, hazlo, tal vez esa persona también lo quiera ser contigo. Si no se lo dices hoy, mañana tal vez sea muy tarde y nunca puedas arreglarlo. Todos aquí somos nakamas, pero también somos familia y sea cual sea lo que hayas deseado hacer, te apoyaremos siempre.
Un silencio se formó en el acuario.
¿Qué debería hacer? Quería ser feliz y por eso tenía un sueño y es encontrar el All Blue… ¿pero y después? ¿Qué haría? Una cosa era segura y es que quería seguir siempre al lado de sus nakamas, pero también… quería estar al lado de Zoro.
Robín vio a Sanji levantarse y dirigirse hasta la puerta.
-Dices que no tratas de convencerme, pero creo que dio el efecto contrario.
Robín sonrió –Te juro que no era mi intención, pero era una buena oportunidad para probar algo.
-¿Qué cosa?
-Si puedo ser una buena madre.
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En cuanto el chibi volvió a estar a su lado supo que el cocinero se había decidido.
Lo busco con la mirada pero no estaba en ningún lado.
-¡Maldición!- pensó Zoro, todos estaban en la cubierta menos el cocinero -¿Dónde diablos te metiste?
-¿A quién perdiste?- pregunto una voz muy conocida para él, esa voz que lo enfurecía y lo mantenía en calma varias veces. Ahí estaba él, detrás de él y a su lado estaba el chibi. –Antes de que tu tonta cabeza de alga quiera pensar algo más, tengo algo que decirte.
Zoro volvía a tener su pose normal, debía de permanecer en calma, sea cual sea lo que el cocinero debía de decirle, lo aceptaría.
-Zoro- lo escucho llamarlo –Yo…- Oh no, ahora no era el momento para que las palabras no salieran –Yo te a…
¡BOOM!
Una bomba había sido lanzada hacia el Sunny, rápidamente todos empezaron a buscar por todos lados el responsable, pero no había nadie.
Zoro y Sanji fueron lanzados hacia la cubierta. Sanji cayó sobre Zoro mientras atrapaba al chibi que parecía a punto de caerse al agua.
-¿Qué acaba de ocurrir?- preguntaba asustado Caesar, según él era un rehén muy importante y su vida merecía ser salvada.
-¿De dónde vino esa bomba?- preguntaba Momonosuke, quien del susto se transformó en un dragón.
-¡Quien haya lastimado al Sunny se las verá conmigo!- decía Franky enojado mientras sostenía a Robín.
-¡Chicos!- Jeanne bajo del mástil, estaba pálida -¡Deben de salir rápido de este lugar!- les ordeno.
-¡Oye tú no eres el capitán!- le grito Usopp.
-¡Hagan lo que les digo!- ordenaba -¡Mugiwara-San!- llamo al capitán -¡Haz que el barco se aleje!
-¡Yosh! ¡Franky!
-Estoy en eso, preparare el Coup de Burst
-¡Shashahaha!- por el Sunny se escuchó una risa, pero no solo una, eran varias.
-Quien lo diría, encontrar a tan sucia sabandija en este barco.
-¿Qué esperabas de los piratas?- decía otra voz.
Del humo salieron dos personas, eran hombres altos y tenían cara de matones. A uno le surcaba una gran cicatriz por toda la cara y al otro parecía que los sientes se le habían caído.
-¿Quiénes son ustedes?- preguntó Luffy.
-Somos los hermanos McFist, el Terror del Mar.
-Nunca he oído hablar de ellos- hablo Usopp.
-Por supuesto que no- hablo Jeanne asustada.
-Allí esta ella- señalo uno de los hermanos a Jeanne.
-Pero vaya que ha crecido shashahaha.
-¿De dónde los conoces?- le pregunto Trafalgar.
-Son cazadores- Jeanne desenvainaba su espada, no la capturarían.
-¿Cazadores?- pregunto Nami.
-Son gente contratada por… por los…
-Tenryuubitos- termino la palabra el de la cicatriz.
Al oír el nombre de ellos la sorpresa se hizo presente en ellos.
-¿Qué es eso?- pregunto Luffy algo confundido.
-¡Idiota!- lo golpeo Usopp –Esa persona que golpeaste hace dos años era uno.
-¿Ah? ¿Era él?... ¿¡Son ellos!?- no olvidemos que Luffy es alguien muy lento.
-¿Qué tienen que ver esas personas con Jeanne-San?- pregunto Sanji, algo no le gustaba en esos cazadores.
-Hermano, ella no se los ha dicho.
-De seguro fueron engañados, que piratas más idiotas.
De una bolsa sacaron más bolas de humo y las empezaron a aventar por todo el barco.
-Demostrémosles quien es ella en realidad- uno de ellos había logrado atacarla, pero no lo suficiente, pues había logrado cortar una parte de su rostro, precisamente el parche que tenía, Zoro se interpuso y con su katana lo envió muy lejos.
-¿Oye estas bien?- le pregunto, pero al verla vio que Jeanne, el ojo que estaba oculto, era un hueco.
-¡No me mires!- le grito mientras se cubría su herida con su mano y cabello.
-Lo siento no pretendía…- pero fue atacado nuevamente.
-¡Zoro!- gritaron sus nakamas, Usopp empezó a disparar sus Green Pops tratando de dispersar el humo.
Franky le disparo al cazador con quien peleaba Zoro.
Jeanne logro repelar la bala del hermano desdentado, pero de repente sintió una cortada en su espalda.
El grito de Jeanne puso a todos alerta, y voltearon a ver a la mujer que estaba en el suelo.
-¡Miren muy bien quien es ella!- el cazador la pateo, la capa que traía estaba hecha trizas y su espalda había quedado descubierta.
Todos vieron que en la espalda de la chica estaba aquella marca, la marca de los esclavos.
-Shashahaha, ahora todos saben tu sucio secreto- empezó a reír el cazador de la cicatriz. -¿Ahora crees que ellos te quieran ayudar?
Las risas de esos cazadores enfurecían a Jeanne y las lágrimas aparecieron en su rostro, no quería que nadie supiera eso, mucho menos ellos.
Un golpe detuvo las risas. Jeanne sorprendida volteo y vio a Zoro y Sanji que habían golpeado a ambos hermanos.
-¡Malditos! ¿Qué creen que hacen?- grito enojado uno de los cazadores.
-Me importa un reverendo cacahuate quienes sean ustedes- hablo Zoro.
-Pero hay algo que nunca les perdonare- dijo Sanji -¡Y es haberla hecho llorar!- termino por patear a uno de ellos aventándolo hasta el otro extremo del Sunny.
-¡No dejaremos que se burlen de un nakama!- golpeo Luffy al cazador.
-Diez Fleur- invoco Robín a su habilidad, las manos aparecieron en el cuerpo de los cazadores –Twist- retorciendo ambos cuerpos.
-Thunder Bolt Tempo- un rayo electrocuto a ambos cazadores.
-Buen tiro- alago Usopp.
-Gracias.
-¡No tienen que hacer esto!- les grito Jeanne.
-Lo haremos- hablo Brook –Luffy-San te considera nuestra nakama.
Pero entonces sucedió algo que nadie esperaba, apareció otro cazador.
-Shashahaha- este se veía mucho más peligroso, traía la cabeza rapada y un diente de oro –Por lo visto mis tontos hermanos menores no pudieron contra ustedes, y todo por esta sucia mujer- puso una pistola en su cabeza.
-¡Hermano recuerda que debemos de devolverla!- gritaba uno de ellos.
-Bien podemos decir que se nos pasó la mano, un esclavo menos para esos malditos no es gran cosa, pueden conseguir más. Se me había olvidado ¿eres un martillo, cierto?
Todos vieron como aquel gorila había aventado a Jeanne al mar.
Sanji fue el primero en saltar del barco por ella.
-¡Aunque la rescates no lograran salir!- empezó a reír, pero un escalofrió le recorrió por todo su ser, detrás de él caminaba Zoro enfurecido, traía sus tres katanas listas para cortar lo que sea.
-Estoy interesado en oír porque no saldrían. El cocinero es muy buen nadador, claro que lo harán.
El cazador quiso hablar, pero el miedo le impedía decir algunas palabras.
-El mar… el mar tiene… tiene… veneno- cada palabra que decía, solo parecía enfurecer más al espadachín.
-Explícate.
-No crean que atacaríamos sin saber a quién cazábamos- hablo uno de ellos.
-Pusimos un letal acido en esta parte del océano- explico el otro –Si es que ellos dos logran salir necesitaran una cirugía rápidamente, su piel se empezara a derretir.
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Aun y con el Kenbunshoku Haki le fue difícil rescatar a Jeanne, quien ya estaba a varios metros de profundidad, pero eso no es lo difícil, sus ropas estaban empezando a desintegrarse, comprendió que alguno de esos malditos había manipulado esta parte del océano, poco a poco su piel le había empezado a provocar picazón e irritación.
Era intolerable ese dolor, pero debía de seguir adelante, tenía a alguien que debía de proteger, alguien a quien ayudar y a alguien que quería estar a su lado.
Poco a poco la luz del atardecer se hacía más visible, pero sus fuerzas ya no eran las mismas, volteo rápidamente a observar su cuerpo, heridas y cortadas estaban apareciendo en el de Jeanne y suyo.
Debía de nadar un poco más rápido.
En cuanto salió a la superficie salto rápido al mar, pero al entrar en contacto con el Sunny, cayo rendido, lo último que vio antes de caer desmayado fue a Jeanne volviendo a respirar y a Zoro cortando a aquel sujeto.
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Salieron, lo habían logrado. Y por haberles mentido fue a darles un último golpe a esos cazadores.
Se acercó rápidamente a ellos, respiraban y eso era lo bueno, pero la sangre en ambos cuerpos lo había preocupado.
-¡Chopper!- grito, el pequeño reno se acercó y tomando su forma humana los llevo directo a la enfermería.
-Necesitan una operación urgente, sus signos vitales están disminuyendo, de seguro el ácido también entro en su organismo- el pequeño reno había empezado a moverse, sacando todos los utensilios que necesitaba –Zoro debes de esperar a fuera con los demás, yo me ocupare.
-Te los encargo- Chopper asintió y Zoro salió encontrándose con los demás que se acercaron a preguntarle cómo estaban. Zoro les explico la situación y respiraron tranquilos.
-¡Sáquenos de aquí!- ahí estaban los tres encadenados y todo golpeados.
-Ni lo sueñes- les grito Momonosuke, aun en forma de dragón.
-Ustedes son unos vándalos, han herido a nuestros amigos.
-¡Deben de dejarnos ir!- suplicaban los cazadores.
-¿Qué les asusta? ¿De casualidad serán desmembrados si regresan sin sus presas?- pregunto Robín con su oscura curiosidad.
-¡Nada de eso! ¡Este lugar va a explotar!
-¡¡¡¿¿¿Qué???!!!- Preguntaron y gritaron.
-El ácido es también una poderosa bomba, en 30 segundos explotara- hablo el de cabeza rapada.
-¿¡Franky ya está listo el Coup de Burst!?- pregunto Usopp.
-¡Esta súper listo!
-¡Lánzanos!- gritaron todos.
-¡Sujétense chicos!
10…
Todos habían empezado a correr mientras trataban de amarrarse de cualquier cosa para no ser mandado lejos del Sunny.
9…
Los cazadores habían sido puestos en un bote, pero haya ellos sobre cómo salir de la explosión. Un susto los recorrió cuando una esfera azul los rodeo.
8…
-Room- Trafalgar se les acercaba mientras desenvainaba a Kikoku, notaron una sádica mirada en su rostro, eso les dio más miedo que la mirada del espadachín–Pudieron haber sido buenos sujetos de prueba, como reemplazo por ella- con Kikoku termino cortando y separando los cuerpos del trio de hermanos.
-¡Malditos piratas!- Trafalgar corto la cuerda que sujetaba al bote, cayendo en el mar.
7…
-¡Torao!- una mano se enredó en su cuerpo jalándolo hasta Luffy.
-¡Mugiwara-Ya!- le grito al verse abrazado por el capitán.
-Si no te sujetas podrías caerte shishishi.
6…
Law miro sorprendido al chiquillo, y después sonrió sarcásticamente.
-Entonces sujétate muy fuerte Mugiwara-Ya
5...
Las burbujas habían empezado a aparecer en el mar
4…
Los signos vitales de ambos descendían.
3…
-No te perdonare si te mueres estúpido cocinero.
2…
-¡Vamos chicos!- pedía Chopper, no iba a dejar ningún nakama herido, él curaría cualquier enfermedad y herida
1…
-¡Coup de Burst!
El Sunny había sido impulsado lejos de la gran explosión.
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Ya un poco más calmados, seguros de estar muy lejos de la explosión y los cazadores y con la noche encima de ellos, se sentaron a relajar un poco.
Zoro estaba sentado a un lado de la enfermería, no se había movido ni cuando Nami lo había llamado a cenar. El chibi se había recargado a su lado, igual estaba algo impaciente.
La puerta se abrió y todos se juntaron alrededor de Chopper que salía cansado de la operación.
-¿Están bien?- pregunto Luffy.
-Sí, la operación fue un éxito, me tomo un poco más de tiempo, el ácido había entrado en casi todo su organismo y extraerlo fue lo más arduo. Ahora ya están fuera de peligro, solo debemos dejarlos descansar.
-Algo admirable de su parte Mapache-Ya- hablo Trafalgar.
-Cabroncete no creas que me halagas ¿eh? ¡Soy un reno no un mapache!
Zoro sintió que alguien tomaba su mano, el chibi le hacía señas de que quería entrar. Chopper le concedió el permiso de que podría pasar y quedarse.
Los demás decidieron descansar esa noche en la cubierta.
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En cuanto entraron el chibi se sentó al lado de Sanji, Zoro fue a ver a Jeanne, sus manos y brazos estaban vendadas, también su espalda donde debió de haberla atacado aquel cazador, vio que la mitad del rostro de Jeanne estaba vendado, debió de haber sido Chopper por respeto a la mujer.
Se acercó al cocinero, el traía más vendas, brazos, manos, pecho y una de sus piernas.
-Estúpido cocinero, prefieres morir antes de que alguien más muera frente a ti- su mente voló dos años atrás, en Thriller Bark, cuando había decidido sacrificar su vida, en ese momento Zoro se había dado cuenta que se sentiría terriblemente mal y solo si Sanji muriera
Acaricio suavemente su mejilla, cuidando de no herirlo más de lo que ya estaba. Aunque le parecía gracioso, porque después de tantas peleas ambos ya deberían de estar acostumbrados.
Se acostó en una esquina, de repente se sintió acobijado, el chibi se había acostado a su lado mientras los cubría con una frazada.
-¿Tu también vas a esperar?- le pregunto, el pequeño asintió mientras le sonreía tiernamente –Entonces esperemos juntos.
El sueño poco a poco los fue venciendo.
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La luz ya empezaba a entrar por la ventana de la enfermería, el primero en levantarse fue el chibi, vio a Zoro dormir profundamente, sonrió y se levantó, camino directamente hacia Sanji, acaricio su cabello, como lo hacían sus padres cuando vivía en el North Blue.
Fue hacia Jeanne, ella ya no se veía tan herida, le dio un leve beso en la mejilla, gracias a ella había logrado salir y poder hacer lo que siempre deseo.
Vio como una de sus manos se hacía menos visible, comprendió que era momento de la despedida, puso un banco cerca de la puerta y miro por la pequeña ventana y todos seguían descansado. No los molestaría.
Se dirigió hacia Zoro, empezó a golpearlo en la mejilla para que se levantara.
-No molesten- gruño el peliverde, el chibi le dio una suave patada, logrando que se despertara -¿Qué ocurre?- le pregunto una vez sus ojos se abrieron y miro al mini rubio.
El chibi le enseño sus manos, que estaban desapareciendo.
-¿Ya es hora?- pregunto una vez que lo comprendió, el chibi asintió, aun y con su poca visibilidad le hizo señas de que se acercara a Sanji. Ambos se acercaron al cocinero –Supongo que solo desaparecerás.
-Zoro…- los labios de Sanji pronunciaron su nombre, él ya despertaría.
-Zoro- el espadachín volteo a ver al pequeño, ¿escucho mal? ¿El hablo?
-¿Hablaste? Pero ella dijo que solo…
-Te amo- dijo con una sonrisa mientras una luz iluminaba la enfermería.
Cuando Zoro abrió los ojos, el chibi ya no estaba se había ido, había regresado al corazón de Sanji. Rápidamente reviso a Sanji, él estaba bien.
-Mgh…- Sanji estaba despertando –Zoro…- abrió sus ojos y lo primero que vio fue al marimo.
-Ero-cook.
-¿Qué estoy…?- no termino de preguntar, pues los brazos de Zoro lo aprisionaron en un fuerte abrazo.
-Si vuelves a hacer semejante locura y mueres te juro que voy a revivirte y a matarte yo mismo.
Sanji rio.
-Qué cosa tan poco romántica harías estúpida lechuga… Te amo.
Lo había dicho, al fin lo había dicho y era simplemente tranquilizante.
-¿Qué cosa? ¿Tu dijiste que me…?- Zoro fue callado por un beso de Sanji, sus labios eran tan suaves como había soñado, y ahora que estaba ocurriendo sabía que no quería besar otros labios que no fueran los de Sanji.
-Sí, te amo y lo voy a repetir mil veces para que se te quede en ese cerebro de algas que debes de tener.
Ambos rieron, ahora estaban juntos y nada los separaría.
-¿Esto es un sueño?
Ambos voltearon a ver a Jeanne, quien había despertado y los veía con una sonrisa.
-No- respondieron aun sorprendidos.
-Lo suponía, de ser así un barril de sake siempre estaría a mi lado- decía mientras volvía a acostarse.
El ruido de afuera ya estaba comenzando.
-Tal vez ya despertaron- esa voz debía de ser de Nami.
-¡Qué bien! ¡Sanji!- esa voz era muy predecible, el pequeño capitán.
-¡Luffy no corras! ¡Menos si sujetas a Trafalgar!- ese era Chopper.
-¡Mugiwara-Ya!- no hay que ser un genio para saber quién era.
La puerta de la enfermería se abrió bruscamente, pero nadie les había advertido que un banco estaba en la entrada provocando que dos personas cayeran.
-¡Te dije que no corrieras!- le gritaba Chopper.
-Chicos creo que hemos interrumpido algo- hablo Franky cuando vio a Zoro y Sanji abrazados, pero eso no era a lo único que se refería, pues dos capitanes estaban en el suelo en una posición comprometedora.
Trafalgar estaba en el suelo de espaldas, pero eso no era lo peor, Luffy había quedado encima suyo y peor tantito, estaba sentado como si nada sobre él.
-Oye Cirujano- Jeanne se había vuelto a levantar por el ruido causado –Tú sí que aprovechas el momento kyajajajaja.
Todos empezaron a reír, excepto el despistado capitán que no tenía ni idea de a que se refería.