Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Project 1004 por ritsuka10

[Reviews - 149]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Guk escucho con tranquilidad aquella confesión al notar como la mujer clavaba sus uñas en la blanca piel del menor la rabia se acumulo en su cuerpo por lo cual su aura se libero para que sus enemigos se dieran cuenta de su presencia un par de jóvenes lo atacaron con algunas barras de metal pero el demonio fue más veloz así que los noqueaba de un solo golpe en la cabeza, Gna se giro para encarar al recién llegado tardo unos minutos para reconocerlo pero al sentir su presencia, su aroma, descubrió que era el gran rey demonio en la tierra.


—¿Tanto te importa el humano? —Cuestiono la mujer con labios rojos mirando de frente al demonio.—¿Tu corazón ha sido cautivado por su debilidad? ¿Por su belleza? Tan perfecta pero tan efímera.


—Me fastidian los seres que viven fascinados por la debilidad de los mortales, no siento atracción por ellos, es todo lo contrario detesto su fragilidad, es sencillo sentirse atraído por su belleza.—Dijo caminando hacia Zelo quien se había quedado dormido, unos hombres trataron de detenerlo pero con un movimiento de manos los mando a volar, acaricio la mejilla del chico.—Para mí es imposible sentí amor o cariño por otro ser viviente  aún si fuera el ser más perfecto sobre la tierra,


Bang camino alrededor de Jun quien termino flotando en el aire, trazos se dibujaron en el piso creando una barrera que protegiera al joven, al finalizar su tarea el demonio regreso a ponerse delante de GNA quien miraba tranquilamente esa escena, no estaba al nivel de un demonio de primera clase pero ella tenía algo que a Guk le faltaba, experiencia, táctica en los enfrentamientos, observo como el hombre se deshacía de su abrigo negro, las cuecas de sus ojos se tiñeron negras, sus facciones se delinearon, sus labios se curvaron en una falsa sonrisa, sus dientes se mostraron afilados, una aura negra salió de su espalda, alas puntiagudas parecían formarse con el humo, solo una ilusión.


—Dime lo que sabes si no quieres morir, por ser un pecador estoy obligado acabar con tu existencia o llevarte al tribunal.—Ordeno el líder extendiendo su mano donde una llama de fuego nació.—Elige cuidadosamente tu respuesta.


La mujer ordeno que sus hombres atacaran,  Guk resoplo fastidiado, de un rápido movimiento colocaba su mano en el pecho de los vampiros logrando que estos se quemaran de adentro, observo cansado como esos gouls aumentaban rápidamente, sus manos se extendieron para que columnas de fuego aparecieran, quemando los cuerpos de sus atacantes, al final solo quedaron dos demonios y un humano que continuaba dormido, GNA aplaudió maravillada, eran verdad los rumores el nuevo líder del Clan Koguryo era un sorprendente ser, se decía que el origen de su fuerza se debía a que había hecho un pacto  con un demonio mayor, uno de los que se encontraban encerrados en el Pandemonium, seres que no podían cruzar el gran muro, que su sola presencia en el mundo de los mortales traería una desbalance provocando una guerra entre el cielo y el infierno, el fuego rodeo a la mujer quien al solo tocarlo sentía como miles de llagas nacían en su piel, grito dolorosamente.


—Me creyeron loca cuando les dije que el traidor estaba haciendo experimentos con nosotros pero nadie me creyó, me tomaron como una demente, tu familia siempre ha cerrado los ojos a la realidad.—Grito la mujer molesta.—La policía Imperial existe debido a  sus errores, uno de tus ancestros  es quien la dirige, un antiguo líder del Clan Koguryo, pregúntale a tu abuelo, a tu padre.


—Aún si fuera verdad tus palabras no puedo hacer nada.—Contesto fríamente el pelinegro sacudiéndose el polvo de su camisa.— Yo no debo cargar con los errores de mis antepasados, si ellos se equivocaron en su momento fueron juzgados, esta era es mía y no dejaré que nadie cree caos, quiero una vida pacífica, las guerras del pasado me tienen sin cuidado de hoy en adelante dejaré mi nombre marcado, no dependeo de mi apellido solo de mi poder, de mi fuerza.


GNA observo como ese hombre atravesaba el muro de fuego, las llamas no lo tocaban eran como bellas pétalos acariciándolo, por su columna vertebral un frio la recorrió, esa mirada penetrante que el líder le regalaba era demasiada dolorosa para sostenerla, levanto su mano para acariciarla, sentía esos ojos persiguiéndola en su cabeza, buscando en los escondites más profundos, buscaba desesperadamente la verdad, no soportaría más tiempo, sus piernas se doblegaron provocando que cayera de rodillas, su corazón palpitaba, su respiración se entrecortaba, ese era su fin no podía escapar y no quería ser sentenciada, rápidamente saco un frasco de  su ropa, su unica salidad para mentener su misión en secreto.


—No lo harás hasta que me digas la verdad.— Hablo el mayor tomándola del brazo impidiendo que bebiera el veneno.—Déjame entrar a tu mente.


—Si quieres saber la verdad pregúntale a tu abuelo sobre  SeungHyung Choi, el traidor.—Hablo la mujer poniéndose de pie sintió como algo atravesaba su pecho,—Protege al niño, no soy la única que lo sigue, los pecadores están detrás de él, cuando lo encuentren una guerra dará inicio.  


Guk observo como la mujer comenzaba arder en un fuego azul levanto su mirada captando como una sombra se erguía en el segundo en una cornisa, trataba de descifrar su especie pero la figura desapareció, los pecadores contaban con la ayuda de varios subterráneos, tal vez un brujo  era su aliado, miro el pecho de la mujer una flecha estaba incrustada al tocarla su mano se envolvió en ese fuego azul, le ardía, le lastimaba, habían quemado el corazón de la demonio con una falsa imitación de lágrimas de ángel. Presiono sus dientes haciendo que su propia fuego rojo consumiera aquella llama logro vencerla pero sus mano termino con alguna quemadura, se giró para observar al joven que continuaba flotando en el aire, lo tomo en sus brazos para llevarlo a su departamento, al llegar lo recostó en un sillón cobijándolo con una frazada, tomo asiento en la mesa principal, quedando frente al menor, los minutos pasaron hasta convertirse en una hora.


—¿Cuánto tiempo más seguirás fingiendo dormir? –Hablo con grave voz el mayor, Zelo tenía hundido su rostro en el respaldo del sillón, dándole la espalda.— ¿Qué tienes?


—Lo siento, me fui molesto contigo y me emborrache.—Contesto escondiendo más su rostro en el respaldo.— Termine siendo secuestrado por unos tipos, no recuerdo más.


Bang estiro su mano para enredar sus dedos en ese cabello rubio la ternura lo inundo, logro captar como el menor se tensaba, aunque su destino era no amar a nadie no podía negar que en lo más profundo de su ser tenia sentimientos encontrados por ese chiquillo, aceptarlos significaría un terrible error que podría dañar al menor.


—Los amanece con llamar a la policía así que huyeron los ladrones,  ¿Por qué no me llamaste para que fuera por ti? Es peligroso andar en ese estado por la ciudad.— Comento el mayor queriendo deshacer el agarre pero la mano de Jun se lo impidió.— Prometo que estoy terminará pronto, ya no quiero que continúes con el trato.


—No quiero irme.— Hablo el menor tratando de controlar su llanto.— Déjame quedarme un poco más.


Jun sabía que sus sentimientos jamás serian correspondidos, Bang había puesto los límites de la relación desde el comienzo, dejo en claro su orientación, sus sentimientos, sus ideales, el menor se había enamorado sin buscarlo, sin quererlo ¿Cómo no hacerlo? Guk era sumamente amable, cuidadoso, amigable, era un hombre guapo, elegante, caballerosos, inteligente, que sonreía ante cualquier tontería, que miraba fascinado alguna pintura, quien podía pasar un día entero hablando de música,  todas sus virtudes desvanecían sus malos hábitos, como dormir hasta tarde, solía ser descuidado con su salud, entrelazo sus dedos con los del mayor sonrió al notar que no era rechazado.


 —Deja de sentir lo que sientes por mí, solo es una ilusión, una mentira que prometo que olvidaras.—Hablo el mayor poniéndose de pie, se agacho para besar la mano del rubio.— Nunca me hables de tus sentimientos pronto esto terminara y serás libre para ser feliz.


Zelo negó con la cabeza sin soltar el agarre podía sentir la respiración del mayor sobre su mano, le pedía soltarlo, no quería dejarlo ir, era la primera vez que se enamoraba honestamente, el dolor se apodero de su corazón, no era justo que no tuviera la oportunidad de conquistarlo, instintivamente se llevó la mano libre a su marca en la oreja, comenzaba arderle, las ganas de vomitar se hicieron presentes,  una ligera debilidad se apodero de su cuerpo dejando que la mano del mayor escapará..


—Pronto todo va terminar prometo que volverás a ser feliz.— Dijo en un susurro al oído donde la marca le dolía al menor.— Prometo que serás feliz.


JunHong se hizo bolita al notar como ese aliento  tocaba su piel un intenso dolor de cabeza se hizo presente, sus dientes rechinaron, no quería que se fuera, no deseaba quedarse solo esa noche donde todos sus temores parecían cobrar vida,  escucho como la puerta se azotaba quiso ponerse de pie pero no lograba controlar su cuerpo, es como si no le hiciera caso, algo superior a él le ordenaba que hacer, si dejaba a Bang huir jamás volvería, tuvo miedo  a estar solo, Guk era suyo,  él le había encontrado, se complementaban en todos los sentidos no podía darse por vencido sin luchar antes, puso sus manos sobre el sillón para pararse, estaba irritado de su propia debilidad, odio, amor, frustración esos sentimientos se mezclaron en su cuerpo, en su mente llevándolo a perder la cordura, odiaba estar solo, le temía a perder el lazo que había construido con el mayor


—No dejaré que te vayas.—Grito desesperado, una onda de aire surgió de su cuerpo logrando romper el vidrio de la ventana, Jun se puso de pie camino hacia un vidrio donde su rostro se reflejaba, su ojo derecho era color azul como el cuelo.— ¿Qué diablos..


Pronuncio antes de desplomarse en el piso, el viento se coló por los ventanales, de la espalda del rubio dos corrientes de aire mezclados con un par de plumas blancas nacían.


JongUp se encontraba en casa de sus amigos, sus pesadillas estaban comenzando a desaparecer pero no quería dormir en ese lugar quería estar a lado de HimChan, junto a él sus miedos desaparecían, tus temores se esfumaban, abrió su celular tentado a marcarle, a pedirle que fuera por él, un suspiro escapo de sus labios no podía negar lo que en su pecho crecía a pasos agigantados, se asustó al notar que ese aparato comenzaba a vibrar rápidamente lo contesto.


—¿Cómo van los estudios? Oye no quiero presionarte pero ¿Crees que puedas dormir rodeado de tantos? –La voz de HimChan decía por el auricular.—Sali tarde de la oficina que te parece si voy por ti ¿Me podrías dar la dirección?


  —Voy a estar bien además debes estar cansado.—  Contesto mirando por la ventana la calle, rasguño la superficie del vidrio .—¿por dónde estás?


Him contesto con el nombre de una calle, el demonio observaba desde el edificio a lado al menor, estaba parado en una cornisa observando cada movimiento del joven en la ventana, su mirada se volvió turbia, sus ojos oscurecieron a diferencia de sus dos hermanos él era el más propenso a oscurecer su corazón, Dae era demasiado bondadosos, alegre, mientras que Bang sencillamente no tenía sentimientos, cuando hicieron el contrato se lo dijo aquel demonio, que en el interior del heredero de Kim se escondía una terrible maldad capaz de destruir lo que más amaba si no se llegaba a controlar.


—Creo que está bien que vengas por mi.—  Dijo en un susurro el castaño pegando su frente el frio vidrio.— No me siento cómodo.


—Llegaré en 10 minutos.—Dijo el pelinegro sentándose en el borde del techo,  miro como el menor sonreía.— No tardaré lo prometo.


Ese tiempo estuvo observando el comportamiento del mortal, a diferencia de sus hermanos era más consciente del medio que lo rodeaba, no era tan despistado como Dae o tan orgulloso como Bang, él lograba captar las emociones que los mortales eran capaces de experimentar, él vivía fascinado de la debilidad humana, era fascinante su fragilidad, la manera tan bellamente como se van consumiendo por los años desde el momento que nació disfruto de su dolor pero vivirlo en carne cambio ese concepto, para él los humanos seguían siendo bellas criaturas, solo Up resaltaba entre ellas, él ya no era un mortal, un humano, un rival, era JongUp, alguien distinto, único, al ver que el tiempo había pasado dio un salto al abismo cayendo en perfecto estado toco la puerta del edificio, Up abrió con una sonrisa en el rostro.


—Exactamente 10 minutos.— Hablo el pelinegro, el castaño asintió despidiéndose de sus amigos quienes observaban embobados al extraño.— Vámonos.


El menor observo como su compañero ignoraba los gritos de sus amigas, es como si le desagradaran, Him solía ser muy extraño realmente no le gustaba el contacto humano,  o mejor dicho era muy selectivo con las personas que se hablaba, subieron al auto, iniciaron una plática superficial sobre las actividades que realizaron en el día, Up observo el paisaje, ese no era el camino para regresar a casa volteo para ver el perfil de mayor quien termino estacionándose en un mirador.


—Necesitamos hablar sobre tus pesadillas, sé que no tengo ningún derecho de cuestionarte pero estoy preocupado por ti, tenemos poco tiempo en conocernos pero quiero que confíes en mi.—Dijo tomándolo de la barbilla, podía ver su miedo en esos ojos.— Debes hablar sobre ese miedo, prometo nunca repetirlo, déjame ayudarte.


Jong quiso contestar con la misma honestidad pero tuvo miedo,  las palabras se le atoraron en la garganta, no quería ser rechazado, Him vivía en un mundo distinto al suyo el solo pensar en su antiguo empleo le enfermaba ¿Qué pensaría el mayor?  No quería que sintiera asco cuando lo tocará, salió del auto tratando e respirar aire,  Him lo siguió, lo sujeto de los hombros, el castaño trataba de respirar, sus miradas se cruzaron, no lo soporto más el así que se soltó tocaba su estómago tratando de olvidar, de recordar el miedo que vivía en su alma.


—Quédate ahí. –Le grito el menor al ver que Him no dejaba de seguirlo, él camino hacia la barda del mirador donde se sentó dándole la espalda al mayor.— Mantente ahí y prometo hablar sobre mis pesadillas.


—Está bien.— Contesto el pelinegro quien cerró los ojos, proyecto su alma para que quedara flotando delante del menor quien tenía su rostro escondido en sus manos.— Habla.


El castaño trato de respirar pero no podía, el miedo lo paralizaba, lamentablemente no lograba esconder su pasado, sus errores, sus aciertos lo definían como persona, intentos, fallos, no importaban, su actual yo era el resultado de esos procesos, no se puede tener una vida de mentiras, debía hablar con la verdad, eliminar cualquier cadena que en el futuro pueda alejarte de tu felicidad.


—Yo trabajaba de prostituto desde que tenía 15 años, no sabía cómo ganarme la vida así que esa fue mi salida, lo odie desde el primer día, aunque me bañara mil veces me continuaba sintiendo sucio, no soportaba verme al espejo sin sentir asco, a pesar de eso continúe trabajando, una noche un chico de nombre DOngHae me levanto, era guapo y amable, ser bello no significa ser bueno.—Dijo con voz entrecortada abrazándose a si mismo.— Al terminar mi trabajo no me dejó irme, me llevo a un sótano donde me encerró, grite, le rogué que me dejara ir pero no quiso, no puedo recordar lo que me hizo solo hay fragmentos regados, no sé cuánto tiempo estuve en ese lugar, ni como escape. —Soltó gritando, su cuerpo comenzó a temblar, espasmo se apoderaban de su voz.— Aunque no recuerde sé que me hizo daño, que me lastimo, que me humillo, por eso decidí volverme más fuerte pero le tengo miedo a él, si me lo vuelvo encontrar siento que moriría de terror, odio sentirme inseguro.


—Yo estoy aquí.—Dijo el pelinegro abrazándolo por la espalda, obligándolo a girarse,—Nadie te lastimará, yo estoy aquí, no dejare que nadie te toque.


HimChan lo guardo en sus brazos, su aura quien estaba frente a Up también lo rodeo por la espalda, Him acaricio su cabello, su espalda, en ese momento la debilidad humana no era tan fascinante, anhelo tanto crear una barrera para que el mundo no lastimara a ese perfecto ser, nadie debiera tocarlo, herirlo, tomo su rostro para limpiar sus lágrimas, acaricio sus labios con su dedo, nunca había deseado tanto un beso como en ese momento, si seguía a su instinto rompería una segunda regla universal pero al sumergirse en esos ojos olvido cualquier sentido de lógica, unió sus labios con los del castaño, lo abrazo de la cintura, por primera vez experimento la necesidad de no querer soltar a alguien.


—Eres perfecto como eres nunca bajes la cabeza ante nadie, tu origen no te define, eres un bello ángel nunca pienses lo contrarío olvida el pasado, deja de tener miedo que desde hoy yo te protegeré.—  Dijo pegado a su boca, lo tomo del rostro, .—¿Qué le harías  a ese hombre si lo tuvieras de frente? ¿Lo mataras? ¿Lo harías vivir el mismo infierno que te indujo? ¿De qué manera puedo lograr que seas libre?


—Solo quiero que me deje en paz, no deseo su muerte, ni un sufrimiento, quiero que te quedes a mi lado y me cuides.—Dijo escondiendo su rostro en el arco de su cuello.—  me siento seguro a tu lado siento que puedo contra cualquier persona,


Up se aferró a esa espalda tal vez era una fantasía lo que vivía en ese instante pero la disfrutaría al máximo, se sumergió en aquel agradable aroma que desprendía del cuerpo del mayor su separación tenia fecha, cuando el contrato entre Zelo y Bang finalizará él tendría que abandonar a su nuevo protector, una cruel realidad que no le interesaba ya que estaba decidido a que esa magia recién creada fuera maravillosa aunque solo durará unos meses más.


—No temas más, nunca dejaré que ese bastardo te vuelva a tocar.—


DaeHyun se adentraba a su departamento el cual extrañamente sintió completamente vacío recorrió cada uno de los cuartos, como si hubiese perdido algo, deseando encontrarse con alguien  se recargo en el arco del pasillo para observar la sala, por primera vez el televisor estaba a su disposición, a su mente llego el recuerdo de un joven de cabellos negros sentado delante del aparato jugando videojuegos, la sonrisa con la cual lo recibía, cerró los ojos dejando escapar un suspiro,  sus parpados se separaron para ahora fijar su mirada en ese pequeño jardín improvisado que su protegido había creado, acaricio las plantas, olían a él, quería verlo, tocarlo.


—Debo dejar de pensar en ti, tengo que alejar estos sentimientos que han comenzado a surgir en mi.— Hablo tocando las plantas.—No quiero que tengas el mismo destino que mi madre, no puedo dejar que alguien te lastime.


De su mano un corrientes eléctricas surgieron quemando la planta, Dae había vivido en carne propia el estigma de ser un hibrido, de perder a su familia por romper una de las reglas universales, prometió que jamás repetiría el error de su padre, no arrastraría a un inocente a una guerra entre especies, por una razón se estaba prohibido relacionarse con los humanos, no tenía sentido enamorarse de Jae, él moriría en poco tiempo mientras que el demonio estaría toda la eternidad, sus caminos no debían mezclarse, se adentró a su recámara donde encontró una camisa, se abrazó a ella, le era tan difícil mantener e raya sus emociones,, a diferencia de sus hermanos le era complicado esconder secretos, era demasiado transparente, lejanamente el sueño lo invadió, su mente visitaba un sitio donde se le permitiría estar junto a Jae.


YoungHae caminaba por el largo pasillo que lo llevaba a la habitación de su querido prometido pero se detuvo en un espejo para arreglar su cabello, al fondo logro ver como su hermano estaba recargado en la pared, detrás de él, una cruel sonrisa cruzaba por su rostro, torció los labios irritado.


—Espero su reunión no pase de unos cuantos beso,. – Dijo Jae cruzando sus brazos sobre su pecho.— Sabes a lo que me refiero.


—No niegues que te gusto.—Contesto el rubio acomodando su cabello, un punzante dolor apareció en su mano observo por el espejo como Jae clavaba la punta de una daga en su mano extendida. —Está bien, lo entiendo.


Hae cerró los ojos y la figura de su hermano mayor desapareció, observo como en la palma de su mano la herida se cerraba, odiaba estar atrapado, ser solo un lastre, llego a su destino donde no necesito abrir la puerta ya que alguien se le había adelantado,  DooJoon lo jalo del brazo para introducirlo, lo tomo de la cintura para besar sus labios, Hae se colgó a su cuello, correspondiendo a sus efusivas muestras de cariño, la pareja fue a dar al sofá, Doo delineo las bellas facciones de su prometido, si no fuera por el color de cabello nunca podría distinguir entre los gemelos, era imposible, sus facciones, el color de su piel, eran dos copias perfectas, Doo admiraba a los dos jóvenes herederos del clan Yoo, claramente su corazón fue conquistado por el menor pero no podía negar su terrible atracción hacia el mayor, Jae era demasiado misterioso, calculador y hasta frio,   nunca lograba saber lo que pensaba.


—Has averiguado porque tu hermano decidió viajar a Corea y estar bajo la protección de Guk? –Cuestiono el pelinegro acariciaba la barbilla del rubio quien se sonrojaba por el acto.— ¿Qué pretende? ¿Dónde te tiene encerrado? Te he extrañado demasiado mi pequeña flor de loto.


—¿Por qué siempre estas preguntando sobre Jae? El muy estúpido solo está en Corea por un capricho de niño, —Contesto celoso poniéndose de pie, odia a Jae, lo detestaba porque todos los preferían a él, por su poder, por su fortaleza.— cuando estemos juntos solo debes pensar en mí, eres mío Doo solo mío.


Hae jalo de los brazos al mayor para obligarlo abrazarlo, esa era la única persona que lo había elegido por encima de su hermano, se aferró desesperadamente a su espalda, su vida no había sido maravillosa, desde el momento que nació decepciono a sus padres por haber sido un chico y no una mujer como sus antepasados, para terminar su maldición su nivel demoniaco era casi nulo si no fuera porque podía evocar algunos hechizos, como un brujo, sería un humano cualquiera, Doo era su salvavidas para ser alguien en el sub mundo, tomo el rostro del mayor para acariciarlo, sus labios atacaron ese masculino cuello, a diferencia de su hermano no temía usar sus encantos, manipular a las personas que lo rodeaban.


—Perdóname, te quiero mi bella flor, tu eres el único que me importa.— Contesta el pelinegro enfrascado en esa sensual mirada,—No me interesa tu hermano, tu eres a quien amo, tú serás mi esposo.


El pelinegro alza en sus brazos al rubio quien se aferra a su espalda mira como por un espejo el reflejo de su hermano mayor se dibuja, una torcida sonrisa aparece en sus labios, ataca la boca del mayor, con la mirada sigue los gestos de su gemelo, sufre, le duele, lo sabe, es posible que el hibrido conquistara su corazón pero aún tenía sentimientos por el líder del clan  Bekje, los gemelos fueron obligados desde niños a convivir con el pelinegro, para que su relación fuer armoniosa, pero ambos chicos se enamoraron del mismo hombre quien les ganaba con 50 años, ese fue el detonante para que la malgastada relación entre los hermanos terminará por destrozarse, las caricias fueron subiendo de tono,  al igual que los besos, Hae no podría controlarse, disfrutaba hacer sufrir a su contra parte, adoraba estar en los brazos de su amante pero una punzada en su mano lo trajo a la realidad, un grito escapo de su garganta provocando que el mayor detuviera sus movimientos.


—No podemos, Jae puso una maldición.—Articulo el rubio tocando su mano, Doo asintió dejándose caer con él en brazos en el sofá, Hae se acurruco en sus regazo.—Perdóname por ser tan debil.


—Tú no eres el culpable, Jae es el malvado.—Contesto el pelinegro molesto entrelazando sus manos.— Cuando te cases conmigo serás libre de sus cadenas, lo prometo.


Hae recargo su barbilla sobre el hombro del pelinegro para observar como el reflejo de Jae se volvía a dibujar,  no dejaría que fuera feliz, harpía lo posible para que DaeHyun tampoco se enamorara de él, se lo quitaría, provocaría ese el demonio lo odiara, lo detestara a tal grado de provocarle un inmenso dolor al heredero del clan de Sakuras, 


HimChan depositaba a Up en su cama quiso a acompañarlo pero  una llamada en su cabeza se lo impidió, se dirigió a la azotea del edificio donde Guk Y Dae ya lo esperaban, el primero estaba en la orilla observando el horizonte mientras el segundo estaba sentado en una banca mirando el piso, ambos lucían demasiado serios, aclaro su garganta para avisar sobre su presencia aunque no lo necesitaba ya que los tres estaban conectados, en cualquier instante o momento conocen su ubicación.


—En una semana Magnis volverá, es momento que borres esos sentimientos que tienes por Up, romper dos reglas en una sola noche no es tu estilo, HimChan.—Comento el mayor sin voltear a mirar al aludido quien quiso justificarse pero Bnag se lo impidió, se notaba molesto.—El licántropo que estaba en el calabazo ha muerto, yo mismo me encargue de asesinarlo, Woo puede seguir bajo tus ordenes pero debes ser muy cuidadoso,


Bang se dio media vuelta para mirar de frente a sus dos hermanos, fue entonces que de su espalda surgieron dos alas, eran negras como la noche, puntiagudas, y largas, los otros dos estaban sorprendidos, casi nunca el líder las llegaba a mostrar, era signo que estaba perdiendo el control de su poder o que peleaba contra una maldición.


—Es imposible no sentir nada—Hablo Him tronando su cuello, Dae apenas lograba captar esas palabras.— ¿Qué pasa con la investigación de 1004?


—Olviden eso, en este momento solo importa alejar a esos niños lejos de aquí, he hablado con el consejo y he pedido que nos autoricen una cacería contra Shadows.— Hablo haciendo desaparecer sus alas, Him trato de entrar en su mente pero este lo impidió.— Son pecadores y traidores así que el consejo acepto, hablara con Jae ya que en este momento no es posible tenerlo bajo nuestra protección.


—Tenemos el derecho de saber que averiguaste.— Grito molesto DaeHyun, no quería dejar de ver a Jae, no estaba listo para dejarlo ir.— Debes confiar en nosotros.


Bang negó con la cabeza, no quería que nadie supiera lo que acababa de deducir, aun recordaba el desastre que encontró en su departamento al lllefar, en primera instancia pensó que había sido un ataque de los pecadores, pero era imposible que lograran cruzar sus barreras, fue entonces que encontró a Zelo a mitad de la sala, estaba de pie, su  mirada estaba perdida en la lejanía observaba por la ventana el cielo, fue entonces que se giró a mirarlo, sus ojos estaban azules.


—¿Te quedaras conmigo? –Dijo con una voz melodiosa.—No quiero estar solo, por favor quédate conmigo.


Cerró los ojos tratando de olvidar lo que después sucedió, debía evitar que alguien descubriera la verdadera naturaleza de JunHong ya que sería el enemigo público número uno para todos los demonios, toco su abdomen, la herida no lograba cerrar, Dae se puso de pie caminando hacia el mayor, de un jalón abrió su camisa,   todos se quedaron pasmados por la visión, una cortada cruzaba el cuerpo del líder, era imposible nadie lo había herido hasta ese extremo.


—¿Por qué no ha cerrado? Desde que llegue ese maldito olor a sangre no me dejaba en paz—Hablo el pepliplateado tocando la herida que muy lentamente buscaba sanar.— ¿Por quién bajaste la guardia?


Bang cerró su chamara un suspiro escapo de sus labios, debía confiar en sus hermanos.

Notas finales:

GRACIAS A TODOS POR SUS REVIEWSS!! Por favor dejen sus dudas y prometo contestar desde este capitulo en adelante :D Gracias por su apoyo, muchas gracias, espero les guste xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).