Steve caminaba en dirección al los laboratorios de Física; era miércoles, por lo que no tenía entrenamiento y bien podía pasar el tiempo antes de las siete para hablar seriamente con Bruce. El rubio estaba un poco preocupado por su novio; la última semana y media únicamente lo vio en las tutorías.
Bruce se veía agotado, fastidiado. Steve se había imaginado que él tenía un poco que ver con eso, porque se le había insinuado a Bruce de manera no muy pudorosa después de su arranque en el aula de Física; así que decidió dejar por la paz el asunto de tener intimidad con su chico, al menos hasta que Bruce se viera menos presionado. Sin embargo no era solamente eso; Bruce se había visto ausente y aunque él, Steve, seguía su rutina de ir a recogerlo al club de ciencias y aunque Bruce se esforzaba por parecer igual que siempre y le sonreía y correspondía a sus besos… había algo. Y ese algo estaba mal. Bruce estaba mal y Steve necesitaba saber qué era. Bruce ni siquiera había ido a verlo a los entrenamientos ni le había permitido acompañarlo a la parada del bus.
Se detuvo cuando vio a algunos de los miembros del club de ciencias fuera del laboratorio, entre ellos a Loki y Natasha. Extrañado puesto que todavía faltaban algunos minutos para que terminara la hora, Steve se acercó a sus amigos, y no le gustó el gesto de sorpresa que Natasha le dedicó cuando lo vio.
"¿Dónde está…?"
"¿Por qué no estás con...?"
Tanto Steve como Natasha habían hablado al mismo tiempo. Ella hizo un mohín y tomó el brazo de Steve para alejarlo de los demás. Loki los siguió, sin embargo.
"Pensamos que estabas con Bruce", dijo la pelirroja con seriedad. "No fue un buen día para él, Steve. Tienes que encontrarlo".
"¿Por qué? ¿Qué sucedió?", preguntó Steve con el ceño fruncido.
Fue Loki el que habló.
"Hubo un incidente en el laboratorio. Bruce estaba distraído y algo salió mal…"
"El asunto es que Bruce parece ser el culpable, Steve. Y no le sentó nada bien; salió del laboratorio muy rápido y parecía muy perturbado. Búscalo".
"¿Alguna idea de dónde puede estar?"
"Tal vez el camino a la carretera, quizá se fue a su casa… Llámalo, porque a nosotros no nos responde. De todas formas Clint y Thor lo están buscando ya. Nosotros tenemos que quedarnos", concluyó Natasha antes de dar la media vuelta y volver con su compañeros.
Loki simplemente negó un poco con la cabeza y la siguió. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos del rubio, Loki abrió la boca.
"¿Crees que debimos decirle lo que pensamos?"
"No todavía. Necesitamos pruebas. Si Stark está detrás de esto yo misma me encargaré de hacerlo pagar", contestó la chica con una mirada asesina.
Steve sólo se permitió un segundo para mirar a Stark. El chico lo veía con una mueca indescifrable, pero ahora no le importaba. Regresó sus pasos rápidamente y sacó su celular para llamar a Bruce. Maldijo cuando sonó la voz mecánica; Bruce tenía el teléfono apagado.
Al salir del edificio de Ciencias se topó con Virginia Potts. La chica se mordía un labio y cuando lo vio se acercó a él.
"Steve, necesito hablar contigo".
"Ahora no, Virginia", le cortó Steve sin mucha educación y siguió su camino. Pero ella ya estaba a su lado, caminando al mismo paso apresurado que él.
"Escucha, sé que me odias, pero esto es importante. Es sobre tu novio…"
"¿Lo has visto?", preguntó Steve frenándose en seco.
"Ahora mismo no. Pero sé que pasó algo en los laboratorios. Steve, ten cuidado…"
"¿Me estás amenazando?"
Pepper le miró enojada, pero respiró hondo antes de volver a hablar.
"Puedes pensar lo que quieras de mí, Steve, no me importa. Sólo quiero advertirte que se cuiden, tú y tu rat… Bruce. Sabes que cuando Tony quiere algo lo consigue a costa de lo que sea. No sé qué está planeando, pero tiene que ver con Howlett".
Steve abrió los ojos y siguió su camino. Volvió a llamar aunque era consciente de que no valía la pena. ¡Joder! Tenía que encontrar a Bruce…
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Thor caminaba por el campus buscando a Banner. No tenía ni puta idea de por qué lo estaba buscando en primer lugar, pero Loki se lo había pedido y no pudo negarse. Además no había entrenamiento y si podía hacer algo para no ver la cara preocupada de Loki, con gusto lo haría.
Iba ya hacia el campo de juego, al parecer a Banner le gustaba ir allí, pero entonces el ruido de voces airadas le hicieron detenerse y girar a su derecha, tras la biblioteca. Un corro de estudiantes gritaba y silbaba; era una pelea. Se dirigió más por curiosidad que por otra cosa (y tal vez Banner estaba cotilleando). Pero justo cuando iba a ver quienes eran los buscapleitos, escuchó su nombre a gritos. Era Barton.
"¡Thor! ¡Ayúdame a separarlos! ¡Va a matarlo!", exclamó el castaño y Thor se apresuró. Se detuvo abruptamente… Eran Logan y Banner… ¡Pero qué demonios…!
"¡Suéltalo ya! ¡Lo vas a matar! ¡Suéltalo!"
Cuando Thor escuchó el grito histérico de Ororo Munroe salió de su sorpresa y se apresuró a separarlos. Le costó un mundo. Banner parecía otra persona, no había un atisbo del chico tímido y retraído que él conocía. Miraba a Logan con un odio que daba miedo, lo tenía en el suelo y soltaba un puñetazo tras otro. Parecía no escuchar nada, ni los gritos ni las injurias. Henry McCoy, al ver a Thor intentando ayudar a Logan al fin se movió y entre los dos lo lograron.
"¡Basta, Banner! ¡Cálmate!", le gritó Thor abrazando por la espalda al chico, pero éste seguía pataleando, intentando zafarse del agarre del fuerte rubio.
Ororo se apresuró hasta Logan, y Thor vio con horror que éste parecía inconsciente. Su rostro estaba ensangrentado, prácticamente molido. Y el suelo bajo a él ya mostraba un charco de sangre.
"¡Eres un monstruo!", gritó Ororo entre lágrimas, mirando a Bruce.
Y eso bastó. Bruce dejó de luchar contra el agarre de Thor. El rubio lo sintió desfallecer y lo tuvo que sostener más fuerte.
"¿Bruce…?", inquirió Barton acercándose a ellos, pero manteniendo su distancia. Miraba a Bruce con miedo e incredulidad.
La gente alrededor se calló y se hizo un silencio absoluto. Algunos se hicieron a un lado para dar paso al decano Coulson, que ya llegaba corriendo.
"¿Qué está pasando aquí?", exclamó el hombre. Sus ojos se abrieron cuando vio el espectáculo. Pero se recompuso enseguida. "¡Odinson! ¡McCoy! Lleven a Howlett a la enfermería", ordenó a todo pulmón. Luego se acercó hasta ellos. "Barton, ayúdame con Banner".
Thor soltó a Bruce, y si no fuera porque Clint lo sostuvo seguramente se habría caído al suelo. El rubio se apresuró hasta Logan, que ya estaba siendo ayudado a levantarse por Ororo y Scott Summers, pero no dejó de mirar a Bruce. El chico estaba temblando horriblemente, y las lágrimas ya escurrían por sus mejilla donde un feo moretón se estaba formando. Sus manos estaban llenas de la sangre de Logan… y Thor no supo qué pensar de ese chico. El mote de "raro" le quedaba corto ahora.
"Vamos, Banner. Sostente en mí y en Barton", dijo suavemente el decano Coulson. "Vamos a ver al director Fury". Luego miró al corro de estudiantes que miraban a Bruce de distintas maneras, pero ninguna era agradable. "¡Todos ustedes a lo suyo! ¡Se acabó el espectáculo", bramó.
Clint tenía los nervios de punta, pero de todas formas llevó una de sus manos a la espalda de Bruce para apoyarlo y obligarlo a caminar junto a él y el decano. Quería preguntarle qué demonios había pasado. Lo había estado buscando porque Natasha le pidió hacerlo, pero cuando lo hizo no se esperaba tal cosa. Lo vio abalanzarse sobre Howlett con una mirada peor que las de Thor. Era como si no fuera Bruce, como si algún demonio se le hubiera metido al cuerpo y le había obligado a casi deshacer la cara del matón. Y le dio miedo. Ahora mismo tenía miedo. Miedo de Bruce y su reacción.
Pero Bruce ya estaba sollozando, caminando a su lado como un autómata; Clint casi podía escuchar el alocado ritmo del corazón de su amigo. Y entonces vio que Coulson le hablaba entre susurros palabras tranquilizadoras y que frotaba su espalda, como consolándolo. Eso extrañó a Clint, si él fuera el decano al que estaría consolando sería a la víctima… Pero se calló y de pronto Bruce tropezó y casi cae de nuevo. Entre los dos lo sostuvieron fuerte. Era como si Bruce hubiera perdido toda su energía en la pelea. Y sus sollozos se volvieron llanto y sus hombros se sacudían y sonaba tan lastimero que Clint se olvidó de que ese chico al que sostenía casi había matado a golpes a otro. Llevó uno de los templantes brazos de Bruce por sobre su hombro e imitó el movimiento del decano; y entonces también le susurró que todo estaría bien…
Nicholas Fury apretó su ojo sano cuando vio llegar a Coulson sosteniendo a Bruce Banner. Resopló y le indicó con un gesto al decano que podían pasar.
"Gracias por tu ayuda, Barton. Regresa al campus, por favor", le dijo Coulson a Clint.
"Pero…"
"Puede esperar al señor Banner fuera de la oficina si quiere", le dijo el director al chico castaño.
Clint tragó saliva, nunca había estado en la oficina de nada más y nada menos que el rector, pero el hombre tenía fama de ser bastante duro. Asintió sin embargo y se marchó no sin antes echarle un último vistazo a Bruce. Su amigo era ayudado por Coulson a sentarse en la silla frente al escritorio de Fury, y seguía temblando incontroladamente.
Cuando cerró la puerta se apresuró a llamar a Natasha.
Adentro, Fury rodeó a Bruce y le obligó a mirarlo a los ojos mientras Coulson se apresuraba a acercarle una caja de pañuelos.
"¿Estás herido?", fue la primera pregunta.
Bruce negó con la cabeza, incapaz de decir una palabra.
"Detalles, Coulson", habló el rector.
Bruce escuchaba la voz del decano como si éste estuviera tras una gruesa pared. Entendió algunas cosas del relato, pero estaba más concentrado en mirar sus manos manchadas de sangre que ya se estaba secando. Era la sangre de Howlett… La imagen de Howlett echo un ovillo en suelo estaba pegada a sus pupilas; el grito de esa chica… 'monstruo'… 'lo vas a matar'…
Y entonces la puerta se abrió estrepitosamente.
"¡Fury! ¡Exigo la cabeza de ese muchacho! ¡Mi hijo está en muy grave en la enfermería…!"
Y a Bruce se le cerró el mundo. Estaba grave. Logan estaba grave. De pronto le faltó el aire, comenzó a jadear. Sintió apenas cómo Coulson lo levantaba del asiento y lo instaba a caminar para alejarlo del entrenador Howlett y sus ansias asesinas (Fury lo detenía).
Cuando logró enfocar pudo escuchar al decano decirle que respirara profundamente, pero Bruce tenía nauseas… Era el baño de la oficina. Se miró en el espejo sobre el lavamanos y ahogó un grito. Había salpicaduras de sangre en su rostro… De pronto todo le dio vueltas y no supo cómo lo hizo, pero logró llegar al inodoro para vomitar, cayó de rodillas al suelo. Coulson le frotaba la espalda mientras las arcadas le quitaban el aire.
Cuando lo único que ya vaciaba de su estomago era bilis y saliva, el decano le levantó y lo llevó al lavamanos de nuevo, abriendo el grifo. Bruce se apresuró lavarse las manos desesperadamente para quitar los restos de sangre, luego fue su rostro. Ya lloraba incontroladamente y sentía que en cualquier momento se desvanecería.
Y era lo que quería. Quería irse, perderse. Pero Coulson lo obligó a caminar de vuelta a la oficina y sentarlo.
Fury no estaba, tampoco el entrenador…
No supo cuánto tiempo pasó, pero había dejado de llorar. Coulson seguía hablándole, pero no entendía qué decía. ¿Y si había matado a Howlett? ¿Lo encerrarían otra vez? Le quitarían a Peter… Tenía que huir…
"Bruce, por favor escúchame"
Bruce se obligó a alzar el rostro al oir la fuerte voz de Fury, que ya había vuelto.
"Logan Howlett estará bien, necesito que entiendas eso", continuó el rector al ver que tenía la atención del chico. "He hablado con Leonard Samson, está en camino a tu casa", suspiró. "Sé que es difícil para ti, pero toda la junta directiva sabe de tu padecimiento, si el entrenador levanta una demanda nos aseguraremos de que no haya consecuencias graves para ti. Entenderás también que a pesar de ello tengo que actuar. Quedas suspendido hasta el lunes. Hasta entonces, escúchame bien, descansarás. Te quiero el lunes a primera hora aquí, estaré esperándote en la entrada. Si ya te sientes mejor, puedes irte. Tus amigos te están esperando afuera".
Bruce tragó y aceptó el pañuelo que Coulson le ofrecía. No podía encontrar su voz, y en su mente sólo estaba la primera declaración de Fury 'Logan Howlett estará bien'. Y de pronto la oscura oficina le pareció aterradora. Quería irse. Leo estaba esperándole…
Bruce sólo asintió y se levantó, tambaleándose un poco. Coulson lo volvió a detener, pero Bruce se afirmó sobre sí mismo y se alejó para salir de la oficina.
"Coulson, llama a Maria. Que lo siga", concluyó Fury una vez Banner salió de la oficina. No iba a perder a una mente como esa por un trastorno tratable. Y aunque ciertamente le preocupaba el chico Howlett, no las amenazas de su padre. El muchacho tenía un largo historial de abuso, consumo de alcohol desmesurado y altas administrativas por destrucción de inmobiliario, ninguna con mérito a la expulsión solamente por consideración a su padre. Tal vez esto fuera una buena lección. El que de verdad le preocupaba era Banner, y no estaba dispuesto a perderlo.
Cuando Bruce salió al pasillo vio a Clint, Loki y Natasha. Los tres le miraban con preocupación y en el caso de Clint y Nat, con afecto.
"Bruce…", se adelanto Clint primero. Pero Bruce se alejó.
"Quiero ir a casa", balbuceó apenas.
"Está bien. Ten, cambiate… no querrás salir con esa pinta", le dijo Clint ofreciéndole una chaqueta.
Bruce se miró el suéter y descubrió que también tenía manchas de sangre. Aturdido se lo quitó y tomó la prenda de Clint. Murmuró un 'gracias'.
"Vamos, le hablé a Bucky, seguramente Steve ya te está esperando", le dijo Natasha tomándolo de un brazo.
Y Bruce se congeló. Steve… Comprendió entonces que todo se había acabado. Steve no tenía que estar con alguien como él, peligroso, trastornado, enfermo… Respiró profundamente y se dejó guiar por sus amigos.
"Thor dice que Logan estará bien. Él mismo atendió sus heridas; Thor será médico, ¿recuerdas? Sabe lo que dice", le dijo Loki en un tono tan tranquilizador como desconcertante.
Como lo esperaba, Steve y Bucky estaban esperándolos. El rubio tenía la alforja de Bruce en sus manos. Casi corrió hasta él, con el corazón desbordado al ver esa expresión totalmente abatida en el rostro de Bruce.
Aún no comprendía muy bien qué había pasado. Bucky le había encontrado cuando ya estaba en el estacionamiento para ir a casa de Bruce y le había dicho que Bruce casi mata a Logan. Los murmullos le siguieron en su camino a la dirección, escuchaba cómo se expresaban de Bruce 'Como un loco, ¿lo viste?'. En el camino se encontró con Darcy Lewis, compañera de clase, y le entregó la alforja y los anteojos de Bruce que ella misma había rescatado. Y, contrario a las demás murmuraciones, la chica le había dicho entusiasmada que ya era hora de que alguien le hiciera frente a Howlett.
Bruce se dejó abrazar por él. Steve sentía el ligero temblor en el cuerpo de Bruce, y sintió también que el abrazo no fue totalmente correspondido. Bruce estaba laxo, como si en cualquier momento fuera a desmayarse. Así que Steve lo sostuvo más fuerte. Quería una explicación, pero las condiciones de Bruce no daban oportunidad de exigirla ahora mismo.
"¿Estás bien?", le preguntó al oído.
Bruce asintió apenas, hundiendo el rostro en su cuello, respirando alta y rápidamente.
"Qui-quiero ir a casa. ¿Me llevas, por favor?", suplicó Bruce con la voz quebrada.
Steve asintió y miró a Bucky.
"¿Podrías…?"
"Claro. Toma." se apresuró a contestar su amigo, entregándole las llaves de su auto. No llevaría a Bruce a casa en la moto.
Bruce miró por última vez a sus amigos. Y se grabó el gesto de cada uno; quería conservar eso porque estaba seguro de que ninguno querría seguir siendo su amigo después de esto. Por eso también se dejó guiar por Steve; dejó que Steve le abrazara mientras caminaban al estacionamiento. Dejó que le abriera la puerta del auto de Bucky y le ayudara con el cinturón de seguridad. Dejó que Steve le besará una mejilla y le susurrara que todo estaba bien.
Pero Bruce era consciente de que nada estaba bien.
Una vez salieron de la Uni para tomar la carretera, Bruce se acomodó de medio lado para ver a Steve. Quería grabarse también su perfil, el perfecto azul de sus ojos y las bellas facciones de su cara. Quería conservar el recuerdo de un idilio maravilloso, porque sabía que sería sólo eso, un recuerdo. Steve seguramente lo dejaría, y eso esperaba también. No podía seguir fingiendo que era un chico normal. No podía ser tan egoísta como para pretender que merecía tener a su lado a alguien tan genial como Steve.
Y su corazón dolió tan fuerte que no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Porque estaba perdiendo a Steve justo ahora.
"No llores, bebé", dijo Steve llevando una mano hasta las de Bruce para acariciarlas.
¡Dios! Steve quería saber qué estaba pasando, qué era lo que Bruce sentía y pensaba. Una dolorosa sensación le abrasó el pecho cuando le escuchó sollozar así, tan desvalido. Quería detener el auto y abrazarlo, pero pensó que sería mejor que Bruce estuviera en casa. No dejó de acariciar las manos de Bruce con las yemas de sus dedos mientras con la otra mano controlaba el volante del auto. No perdía detalle del camino, pero miraba de vez en cuando y de reojo a Bruce; sus lágrimas escurriendo lentamente en sus mejillas, una pintada de morado por la pelea.
Al fin estacionó el auto frente a la casa de Bruce. Tuvo que hacerlo tras otro que ya estaba estorbando la entrada, pero eso era lo que menos le importaba ahora mismo. Se quitó el cinturón y se giró para quedar frente a Bruce. Llevó una de sus manos hasta los rizos para acariciarlos; la bajó lentamente para limpiar con sus dedos el rastro de las lágrimas.
Bruce cerró los ojos al contacto. Sería la última vez…
"¿Me besas?", se atrevió a pedirle al rubio con la voz ahogada. Quería eso al menos, un último beso.
Steve sonrió con ternura y se acercó a Bruce para complacerle. Le besó dulcemente, saboreando sus labios sin prisas. Fue un beso tierno, y entonces a Steve se le antojó como una despedida, porque Bruce se aferró a él, a sus labios; le estaba diciendo mil cosas con ese contacto, se estaba entregando.
Steve rompió el beso lentamente, con delicadeza. Y cuando abrió la boca para preguntarle algo a Bruce, éste negó con la cabeza.
"Gracias", fue lo último que dijo. Abrió la puerta del auto y salió presurosamente. Steve apenas reaccionó y entonces salió también del auto para seguirlo.
"¡Bruce, espera!"
La puerta estaba abierta y Peter tenía ya los brazos abiertos para recibir a su hermano. Steve se detuvo bruscamente cuando el adolescente recibió a Bruce, cuando vio a Bruce retorcerse en espasmos de un agudo llanto, aferrándose al chiquillo. Tras ellos, un hombre alto y moreno le miró fijamente antes de adelantarlos y cerrar la puerta.
Steve maldijo y se acercó, pero sólo escuchó el lamento de Bruce entre llanto.
"¡Por favor, no más! ¡Ya no!"
Steve no se atrevió a seguir adelante. Regresó sus pasos al auto, confundido, asustado.
Cuando aparcó el auto en el estacionamiento de la Uni, vio a Natasha y Bucky esperándole. Tragó saliva y salió.
"Necesitas leer esto", le dijo la chica entregándole un libro de la biblioteca.
Steve frunció el ceño cuando leyó el título:
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales y de la Personalidad
Levantó el rostro para ver los ojos de la chica.
"Lo sospechaba desde hace un tiempo. El capítulo diez. Será tu decisión continuar tu relación con Bruce o no", dijo ella antes de marcharse.
Bucky pasó un brazo por sobre sus hombros, y ambos se dirigieron a los dormitorios de los varones.