JunHong abría los ojos encantado por la brisa que se colaba por las cortinas estiro los brazos encontrándose con la figura de su ficticia pareja, una sonrisa se formo automáticamente, el mayor tenía la fija en él, esos ojos eran fríos, su cuerpo estaba en esa habitación pero su mente parecía estar en otra dimensión, en una lejana donde el rubio no era capaz de llegar, automáticamente Jun dejo de tocarlo, no era momento de crear más fantasías, no más castillos sobre las nubes, era en vano creer en algún milagro, su perfecta mueca se desvaneció, su mirada se ensombrecía, ya no aspiraba a conquistar un corazón el cual no tenía espacio para amar.
—Debemos dejar de dormir juntos.—Hablo fríamente el mayor sentándose en el borde de la cama, dándole la espalda al menor, despeino su cabello.— No quiero que mal interpretes mis decisiones, te estimo pero no quiero que tenga esperanza en algo que nunca va suceder.
—Lo sé, dormiré en la sala el sofá nuevo que compre luce cómodo.—Contesto orgullosamente dándole también la espalda al mayor se escondió más en las cobijas.— ¿me puedes pasar a dejar en la Universidad? Voy tarde a una reunión que tengo con mis amigos.
El pelinegro afirmo con un movimiento de cabeza, Jun dio un brinco fuera de la cama para correr al baño, no dejaría que las personas lo vieran derrumbado desde niño supo que el amor no existía, era imposible que un ser viviera atado a otro por tanto tiempo, se quitó la ropa para meterse bajo el agua fría de la regadera, no rogaría por migajas, era consciente que su corazón no dejaba de gritar el nombre de su hyung pero tampoco se arrastraría por alguien que nunca le correspondería, levanto la barbilla, no lloraría por un imposible, era más fuerte que ese sentimiento que habitaba en su estómago en forma de mariposas, el amor destruye a quien ama y al ser amado, es un emoción que desmorona la cordura, él no estaba dispuesto de destrozarse, el rubio continuo bañándose sin notar que el tatuaje de su cuello cambiaba de color con el reflejo de los rayos del Sol, paso algo de jabón por su espalda notando que en su piel había rastros de rasguños, no les dio importancia por lo cual continuo con su lavado.
Departamento Kim.
JongUp estaba sentado en la mesa de la cocina desayunando un plato de cereal cuando su protector hizo acto de presencia, Him usaba un conjunto deportivo color negro, su cabello estaba comprimido bajo una gorra, el menor se puso de pie con una sonrisa en los labios camino hacia él con la intención de abrazarlo pero el pelinegro se lo prohibió.
—Up debó dejar en claro lo que paso ayer, no quiero que te confundas.—Dijo dando pasos hacia atrás, buscando alejarse del menor, hizo una reverencia.—Discúlpame por haberte besado, me agradas, quiero protegerte pero no puedo enamorar de un hombre, perdóname.
Los ojos del menor se cristalizaron, por un solo minuto creyó que tendría una oportunidad con el pelinegro pero sus palabras, su disculpa le decían lo contrario, deseaba poder odiarlo por darle una esperanza pero su hyung era una buena persona que tal vez se dejó llevar por el momento, que sintió lastima por sus penas, amar es distinto a estimar, estaba seguro que el mayor lo apreciaba pero no se comparaba con lo que él sentía.
—No te preocupes Channie, has escuchado mis problemas, me has cuidad y eso ya ha sido suficiente además desde el principio hablaste en claro sobre tu orientación.— Contesto tratando de formar una sonrisa le dio un ligero golpe a su abatido hyung quien se incorporaba preocupado.—Anda vamos a correr, te hace mucha falta algo de ejercicio.
Una tonta risa busco romper la tensión formada en el ambiente los dos fingieron que había logrado su propósito, la primera falacia que trataba de reparar ya una extraña amistad, ambos jóvenes salieron del departamento buscando llenar el hueco de su situación con bromas tontas, fingieron estabilidad cuando sus pensamientos volaban a una noche anterior, aquella donde sus labios se unieron, donde descubrieron el sabor más deliciosa jamás experimentado, al llegar a la recepción dieron inicio a una carrera, donde cada uno se puso los audífonos para tratar de calmarse, era imposible continuar hablando cuando solo tonterías salían de sus bocas, al momento de cruzar el umbral de la puerta principal el castaño choco con un par de señoritas rápidamente se disculpó, Him ayudo a una de la jóvenes a ponerse de pie, en ese instante sus ojos se toparon con la imagen de su pasado.
—No pensé que hicieras ejercicio, jamás te había visto con unos tenis.— Hablo una rubia de cabello corto quien ayudaba a Up a ponerse de pie, sus cejas se levantaron con duda.—Vas a contestarme o te pasaras toda la mañana embobado con Ailee.
Up le dio un codazo a su hyung quien no apartaba su mano de la muñeca de la pelirroja quien también observaba fascinada los ojos del demonio, la joven pareja tenía un pasado en común, un romance inconcluso y hasta unos días antes el mayor pensó que jamás volvería su corazón a latir como lo hacía ahora que tenia de nuevo a esa pelirroja delante de él, estiro so mano libre para acariciar un mechón, el olor a fresas se coló por sus fosas nasales, a veces aunque nos alejemos a pasos enormes del pasado que tanto nos atormenta jamás podremos olvidarlo, esos dolorosos recuerdos, las crueles experiencias son parte de tu nuestra vida, quienes somos en el presente es una clara consecuencia de nuestro yo de hace unos años, las caídas fueron lastimeras pero levantarnos nos volvió invencibles, esas freses toda las noches se las repetía el joven de piel blanca, solo por un instante el demonio tuvo una ligera luz en su pecho pero volvió a la realidad al sentir como una mano jalaba su sudadera se giró para observar a un preocupado castaño, el amor no fue creado para él, se separó de la pelirroja volviéndose hacia la rubia de cabello corto.
—Bang no está en casa, no creo que sea el momento idóneo que lo visites.—Contesto volviéndose a lado de su compañero se acomodó delante de él, como si quisiera protegerlo de la mirada de la rubia quien parecía curiosa.— Debemos salir a correr.
—No mientas, deberías recordar quién soy y que represento.— Hablo seriamente la mujer adulta rodeando al pelinegro le regalo una sonrisa al castaño quien no sabía cómo actuar –“¿Un humano?”—cuestiono con la mente a lo cual el demonio contesto con la cabeza.—Hola mi nombre es Natasha Bang ¿Tu cómo te llamas?
—Mi nombre es Moon JongUp, mucho gusto en conocerla.—Saludo con una reverencia el menor para después girarse y hacer lo mismo con la pelirroja quien miraba sorprendida al joven.— Soy el hermano mayor del novio de YongGuk.
La rubia quien antes jugaba con sus pulseras casi se ahoga al escuchar aquella afirmación, sus ojos se abrieron como platos rápidamente tomo al menor por los hombros para mirarlo de frente, Him una vez más se interponía entre la rubia y el humano, protegiéndolo de las dos presentes, estuvo a punto de reír si no fuera porque noto como Natasha había decidido leer la mente de su compañero, la hermana mayor de Bang era la representante de la Familia en el consejo de los sabios, era un demonio con alto rango y su especialidad era manipular la mente de las personas, una hábil vidente que se llegaba a introducir en la cabeza de demonios, subterráneos y humanos para descifrar sus miedos, sus deseos, sus recuerdos, aunque el poder de Him no podía comparársele le hizo frente para impedir que se metiera en la mente del menor.
—Déjalo en paz, no lo molestes.—La voz de Him retumbaba en la cabeza de la rubia, los ojos del pelinegro se tornaron oscuros, no dejaría que nada lastima a JongUp. —Tu hermano está en su departamento, ya debe estar esperándote
El hombre tomo del brazo al humano para caminar en dirección a los elevadores las dos mujeres lo siguieron, Ailee no quitaba la vista de la persona que amaba desde que era una niña, lo conoció una tarde de invierno cuando trataba de huir de una fiesta en su honor en casa de sus padres, los cuatro personajes subieron al elevador, las mujeres se acomodaron en el lado derecho mientras que los caballeros en el izquierdo, Him volteo a observar a JongUp quien tocaba su muñeca parecía que al momento de caer se la había lastimado.
—Cuando lleguemos al departamento te pongo hielos para que se desinflame.— Dijo con tono dulce despeinando el alborotado cabello del menor quien se sonrojo por el acto, las dos mujeres seguían con la mirada cada uno de sus movimientos. —Creo que no poder demostrarte que soy mejor que yo.
El menor rio por el comentario a lo que el mayor soltó un bufido molesto, Ailee trató de sonreír pero lo dolía darse cuenta que la persona que unos años antes dijo amarla ahora parecía no importarle su presencia, era consciente que habían terminado debido a que jamás podrían estar juntos, su padre aborrecía a los Kim, a los pecadores, la Familia Lee era ampliamente reconocida por ser herederos de las viejas costumbres y hábitos de hecho eran los principales opositores del nuevo reinado de YongGuk, Natty paso su mano encima del hombro de su mejor amiga buscando reconfortarla.
Flashback
Una pequeña niña de cabellos pelirrojos corría por el jardín sus delgadas piernas se enterraban en la suelta nieve, las lágrimas recorrían sus blancas majillas estaba cansada que su padre la ofreciera al mejor postor como si de una mercancía se tratará, no existía mucha diferencia en su forma de pensar a la de los humanos, era un demonio cuadrado, rezagado en las tradiciones de que solo los demonios terrenales debían relacionarse con seres de sangre pura. En la jerarquía demoniaca los yokai se dividían en tres tipos, los de alto nivel u originales aquellos enclaustrados en el Pandemonium eran 72 en total, encerrados por salomón, los demonios terrenales que se regían bajo los tres reyes y los pecadores, yokai que perdieron su status por romper una regla escrita en el libro Daimōn (δαίμων) (es una palabra del griego antiguo para "espíritu" o "poder divino"), los híbridos automáticamente son llamados pecadores debido a que son fruto de una norma rota, la pelirroja cayó de cara a la nieve, el frio se colaba por sus delgadas ropas, era una vergüenza para su familia, su poder era mínimo.
—Nunca pedí nacer en esta especie, desearía ser humana. —Grito dejándose sumergir por los kilos de nieve que sobrepasaban el piso. —Quiero ser una mortal.
—Deberías bajar la voz alguien puede escucharte. —La voz de un joven se logro a colar por los oídos de la niña quien lentamente era levantada por una mano, se topo con un joven de cabello rubio, parecía tener unos 22 años, sus dientes de conejo sobresalían en su perfecta sonrisa, varias esculturas de hielo lo rodeaban, columnas hermosas con hermosos grabados, es como si construyera un castillo en la nada, Ailee observo como el joven abría sus palmas y corrientes de agua nacían después las cuales al entrar en contacto con el clima frio se congelaban.
—Los humanos no pueden crear cosas hermosas como nosotros lo hacemos. —Volvió a decir, el joven llevaba solo una chaqueta negra con unos pantalones del mismo color, su camisa blanca con estampados negros sobresalía, de un rápido movimiento deshizo las columnas en pequeños pedazos de cristal. —Congela el momento y observa la belleza que puedes crear, eres capaz de detener el tiempo.
Ailee siguió la orden, los cristales que volaban se detenían a sus órdenes, los copos de nieve que comenzaban a descender del cielo hacían lo mismo, la luna alumbro a su alrededor, era bello observar la delicadeza de la nieve congelada, el hombre también quedo maravillado, los dos caminaron alrededor de la piezas flotantes, se miraban a los ojos, aunque la pequeña solo tuviera 12 años había descubierto lo que era amor a primera vista.
Fin flashback
El elevador se detuvo en el piso deseado los hombres dejaron que las mujeres abandonaran el aparato primero para después seguirlas al departamento del primer Rey, la puerta ya estaba abierta así que Natasha no necesito tocar al ingresar al departamento se toparon con una escena bastante sorprendente, el pelinegro tenía en sus brazos a un sonrojado rubio quien se colgaba a su cuello y besaba delicadamente sus labios, la pareja al darse cuenta de la intromisión se giraron para encarar a los recién llegados.
—Hermana pensé que tenías modales y tocabas antes de entrar al hogar de una persona. —Comento con su voz grave rápidamente puso al rubio a su espalda, tronaba su cuello cansado. —No intentes leer su mente que no lo permitiré, es un humano, un juguete que acabo de adquirir, en lo único que te debe importar. —Una turbia sonrisa apareció en su rostro. —Por favor siéntense ¿A qué debo tu extraña visita?
—Es personal y no creo que a sus dos nuevos “amigos” vaya a interesarles. —Contesto la rubia sentándose en el sofá con Ailee, no le agradaba ver que el primer Rey y su consejero estuvieran jugando con humanos, no era algo común en ellos. —Mi visita no es personal, me envió el consejo. —Dijo sonriendo encantada al ver como ese rubio entrelazaba sus dedos con los de su hermano. —¿Me vas a presentar a tu “amigo”? veo que no, sigues teniendo pésimos modales y te admiras de los míos, Hola soy Natasha la hermana mayor de Gukkie y ella es mi amiga Ailee.
—Lo siento, mi nombre es JunHong Choi. —Contesto nerviosamente acercándose para hacer una reverencia y saluda a las dos jóvenes. —Creo que es una reunión familiar debería irme o llegaré tarde a la reunión.
El ambiente se tensó por unos segundos, el rubio no sabía cómo actuar, prepararon tantas escenas para engañar a los Familiares de Bang pero en ese instante simplemente había olvidado todo, la presencia de esa mujer lo intimidaba, sus ojos clavándose en su nuca, la forma que su pareja le devolvía la mirada era de temerse, recogió su bolso decidido a huir pero una mano lo detuvo.
—JongUp te puede llevar ¿Ya tienes tu licencia? . —Cuestiono al castaño quien estaba siendo tratado por HimChan debido a su muñeca, el joven asintió con la cabeza, le paso unas llaves. —Llévate el auto rojo no quiero que mi lindo novio llegue tarde.
El mencionado se sonrojo, era momento de que Zelo “hiciera” su parte del trato así no sospechará que todo era una mentira, no lo retenía a su lado para simular la falsa de ser novios, él buscaba esperar a que llegará Magnus para que pudiera sellar los poderes del menor, borrar su memoria y dejarlo libre que para que tuviera una buena vida, por primera vez el gran Bang YongGuk tenía miedo de perder a alguien, despeino los revoltosos cabellos de su pareja quien se despidió con una reverencia, Up hizo lo mismo no sin antes que Him avalara que su torcedura era sin importancia, los dos humanos salieron del departamento.
—¿A qué juegas? Eres el primer Rey, el líder de los demonios y andas de manita sudado con un humano ¿Qué escondes Guk? —Cuestiono molesta la rubia poniéndose de pie, enfrentando a su hermano menor. —Sabes que muchas familias y parte del consejo está en tu contra, le arrebataste a Nam su lugar.
—Yo solo solicite un duelo y gane. —Contesto el pelinegro poniéndose de frente a su hermana. —Solo quise intentar algo nuevo y el humano resulto ser muy bueno en la cama, pronto me aburriré de él ¿A qué te envió el consejo?
La mujer dejo escapar un suspiro de sus labios, adoraba a su hermano menor, era su pequeño, ella lo cuido desde el momento que llego a la tierra, lo protegió de todos, se unió a su abuelo cuando lo quisieron techar de pecador al intentar asesinar a su hermano mayor, la diferencia entre Nam y Guk era enorme, todos decían que el primero era el gemelo bueno, el líder, el más poderoso mientras al segundo lo renegaron, argumentaban que era aún para ser un demonio demasiado cruel.
—Están nerviosos con las repentinas muertes de varios pecadores y subterráneos, todo parece ser obra de disputas entre ellos pero esto provoco que la orden Van Hellsing o Policía Imperial como se quieran llamar se pongan nerviosos. —Dijo dándole un vistazo al departamento del pelinegro, pudo deducir que el humano llevaba demasiado tiempo en ese lugar, varios artículos que no iban con la personalidad del primer Rey adornaban la estancia. —No sé qué ha pasado pero Shadow ha detenido sus movimientos, están demasiado silenciosos algo anda mal.
—Hemos descubierto que buscaban los pecadores asesinando a los humanos con la marca 1004, no te preocupes hemos decidido iniciar una cacería y de una vez por todas terminar con ellos. —Interrumpió Him sirviendo un poco de té que había estado preparando. — Sobre la policía imperial réstales importancia solo buscan una razón para destruir los tratados y atacarnos, te sigue gustando con miel ¿Verdad?
Le cuestiono a la pelirroja quien asintió con un leve sonrojo en el rostro, Natty había tomado a la heredera de los Lee como su aprendiz, le instruiría para que formara parte del consejo o fuera alguna erudita de esta manera también llevaría honor a su apellido, las dos parejas dieron inicio a una serie de conversaciones relacionadas a los pecadores, a idear estrategias para aplacar al consejo y a los líderes de las casas principales, Natasha también intento varias veces introducirse en la mente de su hermano pero el pelinegro era demasiado poderoso.
Dos jóvenes estaban sentados en los asientos delanteros de un Mustang color rojo el cual se encontraba estacionado en una cafetería delante de la Universidad donde estudiaban, la pareja escuchaba música mientras se animaban a platicar porque ninguno de los dos quería moverse de su lugar.
—Entonces era mentira que tenias reunión con amigos, yo tampoco tengo ganas de estar con HimChan. —Hablo el castaño recargando su rostro en el volante. —¿Qué te parece si vamos al Bar de Key? Es temprano y podremos platicar con los chicos, estoy cansado de esconder lo que soy.
—Me parece genial la idea pero debes platicarme que paso con Channie y yo te platico lo de Bang. —Contesto en un suspiro abrochándose nuevamente el cinturón de seguridad, él también tenía ganas de olvidar un rato su trato, su corazón roto. —Espero este Sung quiero platica con él y ver si me presenta a alguien.
Ambos rieron, el auto arranco, seguían siendo unos niños que deseaban divertirse por lo tanto actuarían como adolescentes para llamar la atención que anhelaban obtener, ese día se comportarían como chiquillos ricos, anhelaban olvidar quienes eran, embaucarse en su sueño de ser millonarios, tenían un Mustang y tarjetas que les abre rían las puertas que antes les cerraron, el auto se estaciono delante de la puerta de un negocio escondido en unos sucios callejones, los habitantes del establecimiento salieron, tres guapos chicos asomaron sus bellos rostros, uno rubio, un pelirrosa y por ultimo un pelinegro, caminaron a la ventana del copiloto para sorprenderse de quienes se trataba.
—Hola Key, SungJong y Ren ¿Qué les parece si vamos de compras?. —Hablo JunHon mostrando su tarjeta de oro. —Yo invito chicos.
—Wow parece que ahora si encontraste un cliente que te consienta, Hey Hee te encargo el lugar. —Grito el rubio mayor hacia un hombre que estaba barriendo el frente del establecimiento se adentro al auto con sus dos amigos. —Vamos a divertirnos.
Los tres jóvenes eran amigos del Orfanatorio de los hermanos, los cinco crecieron juntos aunque sus caminos por un tiempo se separaron el mismo destino se había empeñado en reunirlos, eran personas de la vida galante, niños abandonados por sus padres, nunca conocieron lo que era ser amado, querido, solo descubrieron el lado más oscuro de los humanos, su cruel indiferencia, vagaron por el centro comercial donde los empleados los barrían con la mirada y los atendían de mal modo pero esas personas cambiaban cuando Up y Jong mostraban sus tarjetas doradas como el oro, en ese instante su mundo se cambiaba, por primera vez eran aceptados, su presencia era tomada en cuenta.
YoungJae caminaba por los pasillos de un hotel tenía que pasar el fin de semana en ese lugar, le aborrecía pensar que no estaría cerca de Dae, lo extrañaba, anhelaba escuchar su voz, su risa tonta, se recargo en el muro, frente a él estaba una mesa y en ella un jarrón con una rosa, estiro su mano con la palma abierta la planta marchitada recobro vida, ese era su gran don, manejar la naturaleza a su capricho cerró los ojos recordaba que su hermano menor nació sin ninguna habilidad que sobresaliera, las personas decían que él le había robado todo su poder demoniaco durante el tiempo que estuvieron en el vientre de su madre, él era el gemelo malvado mientras Hae era la ternura encarnada.
—Cariño vamos a comer he pedido preparar tu platillo favorito. —Interrumpió DooJoon ayudando a levantar al joven quien al estar de pie se miro en el espejo, su cabello era rubio, sus ojos se tornaron color miel. —Aprovechemos antes que tu hermano se arrepienta.
—Este bien. —Contesto Hae dándole un beso en la mejilla. —Vamos a comer.
Mientras caminaban en dirección al elevador el rubio giro su rostro para observar esa planta, recargo su cabeza en el hombro de su pareja quien lo abrazaba por la cintura, dos hermanos divididos por el odio que se tenían mutuamente estaban unidos por un solo cuerpo, dos almas coexistiendo en un solo recipiente, ese era el castigo del menor por intentar romper la primera regla del libro Daimon, no se deben hacer pactos con uno de los 72 demonios confinados en el Pandemonio, Hae intento ser más fuerte y termino perdiendo su cuerpo, el cual fue devorado.