DooJoon llevó su mirada al choco de piel blanca que se escondía detrás de la puerta lo había visto rápidamente cuando salió detrás del rey, observo su aspecto cotejándolo con el de Bang entre cerro los ojos era la primera vez que le conocía un amante a su líder, había muchos rumores entre la sociedad demoniaca se hablaba del desapego del jefe en cuestiones carnales, amorosas, afectivas o familiares muchos años se pensó que era asexual, que su apetito no existía cientos de jóvenes mujeres como hombres trataron de seducirlo pero no existía ser que lograra despertar la lujuria en esa piedra, Guk capto la mirada del pelinegro así que se colocó para interrumpir su contacto visual.
—¿Algún problema? —Le cuestionó enfrentándolo.— No me agradan los rumores, no soporto los chismes y es mejor que olvides lo que tus ojos no vieron.
—¿Un amante? ¿Tú? Es imposible que el temible Bang YongGuk pueda sentir algo que no sea avaricia por el poder.— Contesto el pelinegro caminando en dirección del chico que continuaba escondido detrás de la puerta.— ¿Un chico? Debe ser precioso para que cedieras.— Comentó un paso lo separaba de Jun pero se media vuelta sabía lo peligroso que era provocar la furia de su líder.— El trato que tenemos queda anulado no quiero su protección para Jae, él volverá a Japón o se quedará en mi mansión pero no estoy dispuesto a que este a lado de un hibrido, disculpa de tu mano derecha.
—No puedes obligarme hacer lo que tu desees no soy tu propiedad y no soy tu prometido.— Gritó molesto Jae enfrentándose a Doo.— No olvides que tenemos un trato.
El mencionado asintió, en los pocos días que tenía Jae viviendo en Corea su comportamiento había dado in giro de 360 grados, era más seguro en sus decisiones, parecía confiar en su instinto su mirada se dirigió a DaeHyun odiaba a ese tipo, no le agradaba el aura que desprendía de su espalda, la forma que protegía a Jae esto causaba que su cuñado adquiriera más fuerza, más poder, si antes era complicado forzarlo hacer lo que deseaba ahora sería imposible ya que ahora parecía tener el respaldo del Rey de los demonios, Jae dio un par de pasos para colocarse a un lado de DaeHyun ando sus heridas y preguntarle si tenía algún daño, esos actos aumentaron la molestia en Doo, seguía sin agradarle esa relación, esa amistad que había nacido entre su némesis y la persona que apreciaba, los separaría como fuera.
—Nuestro trato ha terminado.— Hablo Bang caminando hacia su compañero.—Pero ahora hago una invitación oficial hacia el líder de Sakuras, si él hace la petición de quedarse bajo nuestra guardia, no podrás negarte a dejarlo con nosotros.— Enfrento al pelinegro quien bufo molesto.— No necesitas ser intermedio entre nuestra reacción el Clan de Sakuras es una familia bien recibida por el Rey.
—Eres un maldito tramposo YongGuk, Jae se irá conmigo porque así lo decidirá por su cuenta. —Contesto mirando de frente a su líder y después desviar su vista al menor quien se congelo por esa mirada.—Si rompemos el trato que tenemos nada me detendrá para decirle a tus padres que estas en Corea sin Hae, las amenazas de no verlo no me amedrentaran, JaeJae me conoces perfectamente y sabes que lo haré.
—¿Tu lo prometiste? Tu dijiste que no le comentarías nada a mis padres no puedo regresar con ellos, por favor Doo.— Jae le grito desesperado corrió para sujetarlo del brazo lo conocía a la perfección, estaba molesto haría cualquier cosa por ganar en esa pelea verbal no quería regresar a casa, no con sus padres, no a esa prisión que tanto trabajo le costó salir sus manos fueran guardadas por el mayor, levanto los ojos para ver a DooJoon.— Esta bien me iré a vivir a tu mansión pero no puedes negarme visitar a mis amigos, ni a DaeHyun.
—Acepto, no le diré a tus padres dejaré que seas libre, que te vayas a vivir conmigo no significa que te voy a encerrar en una jaula deberías confiar más en mi.—Contesto con una sonrisa dándole un beso al dorso de su mano, últimamente tenían más peleas de lo común pero no podía olvidar que era como su hermano pequeño, creció a su lado, cuidándolo, protegiéndolo, los continuos berrinches de Hae los separaban pero seguían siendo amigos, familia.— Es tu decisión que hacer con tu vida pero sigues estando bajo mi protección, no porque sea mi obligación sino porque así lo quiero.
—Detente, has escuchado que son familia si tú y Jae van al siguiente nivel también lo serán, mejor aprende a soportarlo.—Bang le reprimió mentalmente a Dae al notar que este estaba a punto de separarlos.— Aprende a controlar tu carácter, la situación de Jae es difícil por lo cual no necesita escenas de celos.
El menor asentía con la cabeza odiaba a DooJoon por lo egocéntrico y soberbio que llegaba a ser pero la forma como arreglo el problema denoto que estimaba a su novio, debía aceptar que ellos crecieron juntos que durante todo ese tiempo solo se tuvieron como amigos, él conocía ese sentimiento de amar a un desconocido como si compartieran la misma sangre, Him y Guk eran sus hermanos, su familia, se colocó a un lado de su líder moría de celos por la escena, ese acto lo sorprendió ya que se percató que en verdad estaba enamorado, las palabras dichas por Doo lo llenaron de dudas ¿Tanto temor Jae le tenía a sus padres? ¿Por qué? ¿Por qué le aterrorizaba volver a Japón? ¿Dónde estaba Hae?
—Disculpa haber interrumpido tu “descanso” mañana por la mañana enviaré a mi gente para que recoja a Jae.— Habló el pelinegro haciendo una reverencia al líder quien miraba otro punto algo sonrojado.— Bang independientemente de este conflicto casero sabes que cuentas con mi voto para la cacería no me importa pelearme con el consejo creo en las nuevas reformas que vas a implementar, confió en ti. —Se despidió con un apretón de manos para después girarse hacia su némesis.— No te atrevas a lastimar a Jae o juró que no me importar que seas la mano derecha del Rey te mataré como un perro.
Antes de emprender su marcha el mayor despeino el cabello de su protegido de manera cariñosa, los gemelos siempre habían sido como sus hermanos, como dos pequeños seres que debía cuidar, proteger con toda su fuerza recordaba cuando los conoció, el líder de Bekje tenía 150 años cuando nacieron los lindos herederos, hacia unos 21 años, su corazón se llenó de una ternura jamás antes conocida ambos parecían ser dos bellos luceros caídos en la tierra, sus perfectos cachetes, sus delicadas facciones, nunca vio algo tan frágil, tan angelical, los observo crecer, desarrollarse hasta que de pronto se pelearon mutuamente debía verlos por separado, nunca los tres en la misma habitación, eso hacía más de 10 años quería arreglar la situación entre los gemelos no era feliz pensando que Jae tenía una relación con un hibrido pero tampoco contaba con el derecho a inmiscuirse en su relación, siempre estuvo consiente que debía entregar su vida a Hae pero no comprendía porque su pecho dolía al pensar que Jae iniciaba su vida a lado de alguien más.
DaeHyun y YoungJae volvieron a su respectivo departamento ambos estaban en silencio después de que Bang los reprimiera, el líder les dio un par de consejos para que no tuvieron problemas con los demás clanes, el mayor tomo asiento en el sillón rápidamente el menor corrió para sentarse en su regazo y besarlo, Jae no buscaba perder la relación con el mayor, se colgó a su cuello.
—Por favor no te molestes sé que debí contarte sobre mi estrecha amistad con Joo pero tú lo odias tanto que pensé que no te agradaría la idea.— Dijo asustado besando las facciones varoniles del mayor.— Crecí a su lado y debo admitir que le tengo mucho cariño, es como un hermano mayor para mí.
—No tengo el derecho para pedirte que abandones a una persona con la cual creciste, soy tu pareja más no significa que me vuelva tu dueño.—Contestó besando tiernamente los labios del menor, su mano acaricio su mejilla. —Admito que aborrezco a ese sujeto pero no puedo alejarlo de ti. —Sus manos se deslizaron por debajo de la camisa de su compañero, acaricio esa canela piel. —Con las nuevas reglas que Bang piensa implementar podrás pedir que tu familia suba de rango, no dependerás más de él.
Sus labios se volvieron a encontrar, el mayor fue introduciendo su lengua para degustar de ese sabor a té verde, el menor se mantuvo quieto unos segundos ¿Qué significaban esas palabras? ¿Qué planeaba hacer Bang? Había visto al equipo Infinite salir en la mañana sus rostros lucían pálidos además de que Magnus pasó ese tiempo con ellos, estaba seguro que tenían nuevos tatuajes en sus cuerpos ¿Por qué el rey necesitaba aumentar el poder en su guardia? ¿Qué significaba la cacería que comentó Doo? Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando unos gruesos labios comenzaron a morder su cuello, unos dedos se deslizaban por el borde de su pantalón buscando desesperadamente colarse por debajo de los mismos, el calor se fue acumulando en su cuerpo así que fue deshaciendo de la ropa que le estorbaba lo mismo hizo su compañero.
—No creo poder detenerme creo que me estoy volviendo adicto a ti. —Susurro entre gemidos el mayor levantándose del sillón con su pareja en brazos, Jae solo usaba una camisa abierta después fue depositado en la cama. —¿Podemos continuar?
El menor asintió abriendo un poco sus piernas, unos labios se colaron por sus muslos, lamiéndolos, besándolos, el pelinegro cerró los ojos para disfrutar del tacto su cabeza se sumergía en miles de emociones, sensaciones nunca antes experimentadas, tal vez su cuerpo muchas veces antes le perteneció a Doo pero su mente, su alma nunca antes vivió el placer de ser poseído por la persona que se ama, aquella lengua enredándose en su parte intima lo llevaba al éxtasis, llevo sus dedos a enredarse en ese cabello negro, anhelaba más contacto.
Habitación Bang
Sus labios se encontraron en un desesperado besos mientras los dedos del demonio vagan por los muslos desnudos del humano quien se agacho para acariciar el rostro de su compañero al terminar esa caricia Bang llevo su lengua a vagar por esa blanca piel, deslizándose por su cuello, sus clavículas de un repentino movimiento la camisa que usaba Jun se abrió los botones salieron volando fue entonces que el pelinegro sumergió su rostro en ese pecho, para Jun esos gestos le parecían fascinantes, increíbles, cada uno de sus facciones era un nuevo mundo, imaginar que en sus brazos un demonio tan poderoso descansaba a su lado, una oleada de inmensa soberbia se instaló en su pecho nuevamente sus labios se encontraron, en gemido se reprimió por tal gesto, las manos de mayor habían llegado a una zona sensible.
—¿Te gustaría ser mi reina? Puedo pedirle a Magnus investigar si existe un método para que tengas a mis hijos.—Comentó posesivamente mientras su lengua se enfrentaban en un aguerra de poder, Jun se quedó quieto ante esas preguntas ¿estaba hablando enserio? —Soy el Rey de los demonios si me propongo cambiar las reglas del Damion lo puedo lograr pero necesito saber que deseas.
Las palabras se quedaron atoradas en la garganta del menor solo podía percibir aquellos labios sobre su piel desnuda, esas manos acariciando cada rincón de su cuerpo, ¿Qué quería él en el futuro? Unos dientes se hundieron en su carne bajo la mirada para ver como el mayor no apartaba la vista de sus ojos, lo seguía, lo observaba en cada gesto, esos labios eran tentadores.
—Sí, si quiero ser tuyo por la eternidad solo me tendrás a mí.— Contesto llevando sus manos instintivamente a su vientre.— Para la gente normal debe ser aberrante creer que un hombre tenga instintos maternos yo mismo lo llegue a pensar pero en este momento mi soberbia me inunda.— Bang beso el plano abdomen del menor donde sus manos estaban colocadas.— Yo soy la única persona que necesitas para vivir, yo te daré un heredero, yo te proporcionaré las emociones necesarias para revolucionar el mundo en el que has crecido, yo seré tu todo, solo a mí me escucharas.
—¿Sabes lo que significa tu egoísta deseo? —Cuestionó recibiendo una negativa como respuesta una sonrisa malvada se dibujó en su rostro, intercambiaron posiciones, Bang se incorporó un poco extendió sus brazos el espacio se volvió negro solo la vela a un lado de la cama brillo con más intensidad, de la espalda del demonio comenzaron a surgir dos enormes alas negras, sus pupilas se dilataron, la iris de su ojo se tiño de un color rojo sangre, en sus parpados se dibujaron líneas negras, enarcándolos, sus mirada era demoniaca.—Debes aprender a verme como realmente soy.
Jun se mantuvo quieto en su posición, el verdadero rostro de un demonio no era como en los libros describían, no había una enorme cola ni cuernos saliendo de su cabeza, solo dos alas puntiagudas, solo líneas negras recorriendo ese rostro, sus ojos rojos congelaban su sangre, se queda sin aliento elevo sus manos para tocarlo, el tacto era cálido, absorbió el aire el aroma era el mismo, sus labios se dirigieron a esa boca donde descubrió en los dientes del mayor se habían formado una par de colmillos, los unió en beso.
—No tengo ni idea que vas hacer para cumplir mi deseo pero quiero que lo vuelvas realidad.— Comento colgándose de su cuello, elevando las caderas.— No me importa lo que tengas que hacer pero quédate a mi lado.
Una perversa mueca se formó en la cara de Bang jamás en la vida había sentido esa enorme hambre que en su interior se despertaba, poseer un ángel, su peor enemigo, si su sangre entraba en contacto con alguna herida en su cuerpo podía morir, jugar de esa manera con la muerte le parecía fascinante, excitante tal grado de no detenerse mordió aquella blanca piel, disfruto marcarla, manchar tanta inocencia, tanta pureza le parecía el acto más perverso, la suerte estaba echada al aire, YongGuk espero toda su vida por ese instante, por ese segundo, para una emoción lo hiciera sentirse vivo por fin.
Departamento DaeHyun
YoungJae se encontraba sentado frente a ese espejo a su espalda DaeHyun dormía enredado en las sabanas, el joven miro su reflejo en el espejo unas enormes ganas de llorar sugirieron ahora sabia como su hermano tomaba el control de su cuerpo.
—Debió ser la experiencia más tráumate de tu vida.—Un rubio en el espejo hablo soltando una carcajada.— ¿Qué se sentía dormir y despertar a mitad de una sesión de sexo? ¿Qué se siente cerrar los ojos y sumergirte en un sueño para después despertar y notar las emociones en tu cuerpo?
El pelinegro apretó fuertemente la bata que lo protegía había descubierto como su hermano lograba atravesar sus barrera, él salía cuando Jae bajaba las defensas ante las caricias o atenciones de DaeHyun llevo sus manos a su cabello ahora más que nunca necesitaba alejarse de él para que no descubriera su secreto, le aterrizaba pensar que el mayor sintiera asco por lo que ahora hacia, compartir cuerpo con su hermano gemelo escondió sus rostro en la palma de sus manos.
—¿Qué crees que haga DooJoon cuando se entere de la verdad? —Cuestiono Jae levantando el rostro mirando directamente a su hermano a los ojos por ese espejo.— ¿Crees que le moleste o en su perversa cabeza le fascine la idea?
Hae miro molesto a su hermano mayor tomo el control de la mano derecha del cuerpo para clavar sus uñas encima de su piel de su cara, Jae contuvo el grito de desesperación era momento que su hermano desapareciera hablaría con DooJoon, él era única razón por la cual Hae se mantenía con vida al ver que su hermano volvía a dormir se puso de pie para regresar a la cama abrazándose del mayor.
Departamento Kim
HimChan regresaba a su departamento quería conversar con su líder pero no estaba seguro si fuera conveniente interrumpirlo algo en su pecho le gritaba que era peligroso interrumpir su “descanso” se adentró a su habitación descubriendo que JongUp dormía plácidamente en la cama se acercó a él para besar su hombro desnudo rápidamente se cambió de ropa para acomodarse a su lado, no dejaba de pensar en las palabras que Ailee le había dicho, los sabios no estaban contentos con sus acciones mordió su labios nerviosamente estaban jugando con fuego al querer borrar el rastro de la investigación de Project 1004, bajo su mirada al notar que el humano se pegaba a su cuerpo abrazándolo de la cintura sabía que si algo malo le pasaba al mocoso de Bang Jong sufriría quería evitar cualquier herida en el menor lo guardo en sus brazos para besar su cabeza.
—No dejaré que nadie te lastime.—Comentó fríamente, sus ojos se pintaron en un color rojo profundo.— Eres mío JongUp no dejaré que nadie te aleje de mí.
Departamento Tae
Tae de dirigía a la puerta con cierta alegría sabía que era JongUp quien tocaba, habían quedado de verse en su departamento en los últimos días su trabajo lo había consumido demasiado las ordenes de su jefe resultaron ser más extrañas de lo común, le obligaban a proteger a ciertos pecadores relacionados con el clan Shadows, su instinto de cazador le decía que ese grupo de demonios sabían algo que su jefe tanto anhelaba tenia cierto conocimiento del proyecto 1004, el cual era ejecutado por los antiguos líderes de la policía imperial se comentaba que en un viejo laboratorio se hacían experimentos para crear súper cazadores pero estos fallaron además de que atentaban contra la integridad humana, abrió la puerta encontrándose con un sonriente castaño.
—Puntual como siempre.— Comentó el mayor abrazando al joven quien bajaba la cabeza apenado.— Debemos ponernos al día.— Dijo abrazándolo para besar sus labios.— Sabes tengo una reservación en un restaurant que te va encantar.
—Tae ¿podemos hablar primero antes de Salir?.— Se disculpó el humano mirando de reojo a otro punto, el mayor asintió permitiéndole adentrarse al departamento.— No sé cómo comenzar.— Tartamudeo poco a poco tratando de hacer frente a la persona que lo miraba fijamente.—Creo que debemos terminar fue muy apresurada nuestra relación.
El cazador se quedó en shock por aquella confesión ¿Qué le había pasado al menor para que cambiara de opinión? lo sujeto por los hombros obligándolo a mirarlo a los ojos detecto algunas marcas en su cuello rápidamente trato de abrir la camisa para ver mejor esos moretones, la furia lo carcomió desde el interior ¿Se suponía que dejaría su vida pasada para ser alguien limpio? Up capto aquella fría mirada así que rápidamente se deshizo del agarre dio un par de pasos hacia atrás.
—No es lo que piensas no he vuelto a prostituirme. –Se excusó ofendido por la mueca que el mayor le regalaba.— Hay una persona que conocí hace poco y hemos estado platicando.
—¿Por qué JongUp? ¿Por qué repente cambias de opinión? —Cuestionó molesto el comandante lanzando varios objetos al piso, como humano era paciente pero la parte de licántropo que le habían insertado en su cuerpo era totalmente diferente, era un consumado cazador.— Yo he cuidado todo este tiempo de ti, te he protegido de ser detectado, si ellos supieran que si pudiste absorber los poderes de un subterráneo nunca te hubiesen dejado libre.
El menor se quedó con la boca abierta ¿Qué significaban esas palabras? ¿Por qué Taec se molestaba tanto? Dio otro par de pasos hacia atrás para levantar la cabeza se enfrentaría a quien fuera estaba cansado de tener miedo, de esconderse en la espalda de alguien más era tiempo de enfrentarse a sus temores, no sabía que había querido decir relacionado a los subterráneos pero no le interesaba preguntar, él tenía definido su caminó.
—Lo siento, en el corazón no se puede mandar esa persona y yo elegimos estar juntos. —Respondió dirigiéndose a la salida parecía que HimChan tenía razón al decir que las personas que se enamoraban de él se volvían locas cuando las abandonaba. —Perdóname por haber jugado con tus sentimientos.
—No, no te irás, no puedes estar con nadie ¿Qué harás cuando tus instintos surjan nuevamente? —Le cuestiono caminando hacia el “humano” acorralándolo en la pared. —No puedo seguir escondiendo tu rastro ahora que una guerra ha iniciado el general buscará a los experimentos fallidos.
Moon tapo sus oídos con sus manos, negaba con la cabeza una y otra vez, era mentira él no tenía nada que ver con los cazadores, los recuerdos se acumulaban en su mente, era imposible negar lo que se experimentaba en ese instante golpeo la paren dos veces, era la señal para que HimChan fuera a su rescate, los ojos de Taec se volvieron negros, claro que sabía de qué hablaba el mayor cada vez que dormía las pesadillas lo asechaban, ese enorme laboratorio donde le injertaron algo extraño, donde lo entrenaron, donde aprendió sobre los demonios, subterráneos y las formas de matarlos, golpeo la pared como desesperado tenía que huir de ese sitio, su deber era proteger a JunHong, él era el único sobreviviente de la investigación llamada Project 1004, la puerta se abrió de golpe columnas de agua apresaron al cazador para azotarlo en la pared del lado contrario de la sala.
—Comandante OK no debería tocar lo que no es suyo. —La penetrante voz de consejero del Rey resonó en la habitación. —Quien diría que un demonio podría entrar a una de las bases de la policía imperial. —El pelinegro chasqueo los dedos y automáticamente aparecieron dos integrantes de Infinite. —JongUp es mío y es mejor que mantengas tu estúpida boca cerrada, como lo has dicho una guerra se aproxima. —Him sujetó al menor por la cadera. —Nos volveremos a ver en el campo de batalla y en ese lugar terminaremos nuestra guerra personal.