"Malas Decisiones"
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—Creo que me gusta Sasuke —susurró Naruto para después sentir latir su corazón como nunca.
Pero para muy mala suerte del pobre blondo, Sasuke seguía ignorándolo y tratándolo de manera fría e indiferente.
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Ino estaba en la parte más alejada de la juguetería, ya que estaba muy triste por lo que había escuchado horas antes.
---FLASHBACK---
Ino estaba buscando a Sasuke, para darle todo su apoyo y comprensión. Cuando por fin lo encontró, vio que estaba hablando con un peli plata que tenía el ojo izquierdo y la nariz y boca cubiertos y que tenía la forma de un soldado militar, este curioso juguete, que antes era el abogado de Uchiha Madara y se llamaba Hatake Kakashi.
Ino estaba por a acercarse, sin importarle interrumpir, pero escucho algo que le partió el corazón en mil pedazos, por lo que solo se quedó allí en completo silencio.
-—No puedo calmarme Kakashi-san, si algo le hubiera pasado a Naruto, jamás me lo hubiera perdonado —mencionó el azabache muy alterado.
—Y eso se debe a que te atrae ese doncel, es algo muy natural, después de todo, eres un humano y un adolescente —afirmó Kakashi con tranquilidad.
—Odio admitirlo, pero sí —respondió con cansancio—. Me gusta ese Dobe y aunque sé que apenas lo acabo de conocer, eso es lo que siento y haría cualquier cosa por él —admitió Sasuke completamente seguro de lo que decía y sentía en esos momentos.
Después de oír eso, Ino se alejó de todos y se fue a la parte más alejada para sufrir, ya que sabía que nunca tendría una oportunidad con su amado.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Te odio Naruto —susurró Ino con mucho rencor—. ¿Por qué te enamoraste de él y no de mí? —preguntó en susurro al aire. Aunque su amado solamente sintiera atracción, sabía que eso podía cambiar muy pronto—. Ojala hubiera una forma de deshacerme de ese doncel —murmuró muy dolida, llena de celos y rencor.
—Existe una manera de hacerlo y tener a Sasuke para ti —dijo una macabra voz.
—Ino se sobresaltó al reconocer la voz—. Kabuto —susurró con temor mientras se alejaba—. ¿Qué es lo que quieres? —preguntó muy a la defensiva.
—Pues quiero a ese doncel y tú quieres a Sasuke —mencionó Kabuto como si hablaran del clima—. Y si me ayudas a obtener lo que quiero yo le regresare su brazo a Sasuke y así tú lo tendrás para ti —dijo con malicia—. ¿Qué me dices? —preguntó con una pizca de burla.
—Ino ni siquiera se tomó un momento para pensarlo—. ¿Qué es lo que debo hacer? —inquirió completamente apresurada, pero algo insegura.
—Kabuto comenzó a sonreír, mostrando así sus filosos y amarillentos dientes—. Dile al doncel que si quiere que Sasuke recupere su brazo tiene que ir a la parte oscura de este lugar y entregarse a cambio —ordenó con voz de ultratumba.
Ino escuchó atentamente y regreso a la colorida carpa, pero no cruzo palabra con nadie, porque de alguna manera tenía un leve sentimiento de culpabilidad, el cual olvidaba al pensar que Sasuke seria de ella. Así que sin ser vista y escuchada, entro a la mansión de juguete que el azabache usaba como casa y vio a Naruto, pero lo odio aún más al escuchar que también le gustaba Sasuke.
— ¿Aun quieres que Sasuke-kun recupere su brazo? —preguntó la rubia con rabia.
—Naruto se sobresaltó al escuchar a Ino, pero cuando capto la pregunta la viro a ver—. Sí, pero no sé cómo hacer que lo recupere —respondió con tristeza.
—Ver a Naruto así le causo ternura y remordimiento a Ino, pero aun así siguió con el plan—. Yo sé cómo hacer que Sasuke-kun recupere su brazo —murmuró la rubia en tono serio.
— ¿En serio?, ¿cómo puedo hacer para que lo recupere? —preguntó el blondo con algo de esperanza.
—Vi a Kabuto hace poco —murmuró Ino con un nudo en la garganta.
— ¿Kabuto? —preguntó en susurro el menor con mucho temor.
—Sí —respondió—. Me dijo que si querías que Sasuke-kun recupere su brazo tenías que entregarte. Sé que es una vil trampa, pero solo así Kabuto le regresara su brazo a Sasuke-kun —le dijo Ino con culpabilidad y la mirada perdida en algún lugar.
—El doncel, solo se dedicó a escuchar—Lo pensare —respondió el blondo con nerviosismo.
—Antes de salir Ino vio una última vez al blondo—. No lo pienses mucho —susurró para después salir y alejarse.
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Naruto se regresó a su rincón, se sentó y abrazo sus rodillas mientras comenzaba a llorar nuevamente, pero cuando escucho a Sasuke entrar y vio que se le acercaba se limpió el rostro y lo miro fijamente.
—Te quedas aquí Dobe y esta vez asegúrate de no salir a estorbarme —ordenó fríamente el azabache.
—Naruto se sintió aún más dolido por el trato que le daba Sasuke, pero gracias a ello logro tomar una decisión—. “Sí así vuelves a ser como te conocí, creo que vale la pena el sacrificio” —pensó el blondo con amargura—. No te preocupes, yo no me iré a ningún lado —mintió con tristeza, mientras las lágrimas que amenazaban con salir.
—Sasuke vio al blondo y se le formo un nudo en la garganta—. “Me duele tratarlo así, pero solo así lo mantendré a salvo” —pensó con mucho dolor y arrepentimiento para después salir de su casa y luego de la carpa.
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Naruto escucho salir a Sasuke, así que después de un rato salió y busco a Ino y cuando la vio se le acercó. No dudo en hacerle saber sobre la decisión que había tomado, para que después ambos vayan a la parte oscura de la juguetería donde Kabuto los estaba esperando con el brazo de Sasuke.
—Kabuto, me entregare, pero antes entrégale a Ino el brazo de Sasuke —pidió el blondo lo más serio que el miedo le permitía.
—Por eso no te preocupes que yo cumpliré mi promesa —murmuró Kabuto con una sonrisa para después darle el brazo a Ino—. Ya tienes lo que querías ahora vete de aquí urgida —habló con tono de burla y luego viro a ver al doncel—. Y tu mi lindo doncel, te quedaras conmigo o la próxima no seré tan bondadoso —amenazó mientras veía a Naruto de arriba hacia abajo.
—Claro que me quedare, todo sea para que Sasuke regrese a ser el mismo al que conocí hace poco —respondió en susurro el blondo, mientras una solitaria lágrima resbalaba por su mejilla.
—En ese momento Kabuto se dio cuenta de que su plan para enamorar al blondo se había ido por la borda, porque Naruto ya estaba enamorado de alguien y ese alguien era Sasuke, la persona que más odiaba—. No me importa por quien lo hagas —espetó con furia—. Ahora vámonos —ordenó fríamente, mientras agarraba bruscamente el brazo del menor y luego lo obligaba a caminar hacia su guarida.
—Ino escucho todo mientras se alejaba de allí sin mirar hacia atrás y cuando estuvo lo suficientemente lejos se detuvo al darse cuenta de lo que había hecho—. ¿Qué he hecho? —preguntó en susurro totalmente arrepentida. Se dio cuenta de su comportamiento egoísta y también que Naruto amaba verdaderamente a Sasuke, tanto que había sacrificado su libertad por el bienestar del azabache. Viro a ver hacia donde Kabuto y Naruto estaban y con horror vio que ya se habían ido, por lo que rápidamente llego al escondite y cuando llego, inmediatamente busco a Sasuke y cuando lo encontró lo siguió hasta su hogar, vio que entro y lo espero afuera, pero poco tiempo después lo vio salir con una mirada llena de preocupación.
—Ese Dobe no está donde lo deje —dijo el azabache preocupado, pero tratando de no demostrarlo—. Seguro quiso salir a estorbar y se perdió en algún lugar de la carpa —habló con angustia mal disimulada.
—Ino se dio cuenta de que Sasuke fingía con cada palabra y no lo soporto más, así que decidida se acercó al azabache—. “Si es feliz con ese doncel, yo también lo soy” —pensó con tristeza—. Sasuke-kun —llamó con voz media.
—El azabache vio a la rubia con fastidio—. Ahora no Ino —contestó en tono frio y cortante.
—Es sobre Naruto-kun —murmuró la rubia mientras, mostraba el brazo que había perdido el azabache.
—Cuando Sasuke vio su brazo lo tomo con su única mano—. ¿De dónde lo sacaste? —preguntó el azabache en tono autoritario.
—Ino le conto todo lo ocurrido a Sasuke y cuando vio la reacción de este, tuvo miedo y se dio cuenta de que había llegado demasiado lejos—. Siento mucho lo que he hecho Sasuke-kun y si pudiera cambiar lo que hice créeme que lo haría —se disculpó totalmente arrepentida.
—Sasuke se enojó aún más y con violencia tomo bruscamente los brazos de Ino—. Ni se te ocurra decir más —espetó fríamente mientras miraba a la muñequita con odio—. Si algo malo le llega a pasar, ten por seguro que te destruiré —advirtió para después soltar a la rubia y alejarse para agrupar a todos y planear un rescate.
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Mientras Sasuke planeaba la manera de salvar a Naruto, este, estaba llegando junto con Kabuto, a lo que era una pequeña y muy vieja carpa, muy diferente a la del lado iluminado, esta era rodeada por viejos, afilados y oxidados, alambres y clavos.
Kabuto se adentró con Naruto hasta llegar a lo que era un viejo y maltratado castillo de juegos, de esos de plástico que hay para entretener a los niños mientras sus madres compran.
Naruto fue jalado hasta llegar a la parte más alta donde había una sillita de muñecas que era adornada por un incómodo almohadón y el lugar era rodeado por alambres oxidados, dándole al lugar una imagen muy tétrica, Kabuto vio la cara pálida del blondo y sonrió de lado para después arrojar al menor cerca de su silla, luego sentarse y llamar a alguien.
— ¡Nagato! —gritó la serpiente.
—Un pelirrojo con la forma de un mayordomo de juguete llego y se inclinó en frente de Kabuto—. ¿Qué desea mi amo? —preguntó, mientras se inclinaba en señal de respeto.
—Quiero que arregles a este doncel con la ropa que tengo en mi baúl, es la única que hay, además quiero que lo dejes más hermoso de lo que es —ordenó con autoridad.
—Como ordene mi amo —dijo el pelirrojo para después hacer lo que le ordenaron.
—Kabuto se levantó de su trono y fue hacia Naruto y lo tomo de la barbilla—. Y tu lindura, será mejor que dejes que te arreglen, porque a partir de ahora quiero que estés arreglado para mí —mencionó Kabuto mientras se relamía sus labios de plástico.
Kabuto salió del lugar para darle espacio al doncel. Nagato consiguió algo de agua para darle de beber al blondo y después limpiarle toda la mugre que tenía en el cuerpo, luego le puso la ropa que su amo tenía preparada, ropa que consistía en un top blanco que era adornado con un enorme moño dorado que servía como cierre en el pecho, un pantalón blanco transparentado e inflado que dejaba a la vista las muy bien formadas piernas del blondo y para llamar la atención y querer explorar más la ropa interior del menor era de un color dorado, sin duda alguna el doncel había quedado muy hermoso pero, esa clase de ropa no le agradaba para nada, de hecho para el menor usar esa ropa era muy denigrante pero, no podía quejarse, así que con pesar se dejó hacer.
En cuanto termino, Nagato fue a avisarle a Kabuto, quien ordeno que los dejaran solos, luego se acercó al indefenso doncel.
—Sin duda alguna eres un buen partido para cualquier varón, pero es una lástima que nunca lograras si quiera conseguir un novio —dijo mientras le ponía un collar con una piedra en forma de gota de un color purpura—. De ahora en adelante solo me pertenecerás a mí —informó Kabuto con superioridad—. Estarás por siempre bajo mi control —mencionó para después comenzar a reír al ver la piedra brillar.
—Naruto trataba de moverse, pero su cuerpo no le respondía—. ¿Qué me hiciste? —preguntó en susurro como si le costara hablar.
—Te puse un collar que contiene una piedra encantada, de hecho todos los que ayudan tienen una de esas piedras y con ellas controlo a todos, incluyéndote a ti —explicó muy divertido—. ¿A quién le perteneces? —preguntó triunfalmente.
—Los ojos de Naruto se entrecerraron y quedaron de un color azul opaco y sin una pizca de brillo—. A Kabuto-sama, mi amo y señor —susurró el blondo, había perdido por completo su voluntad y espíritu de lucha que lo caracterizaba.
—Kabuto sonrió de lado y tomo de la barbilla al blondo—. Así es, tú me perteneces a mi pequeño Kitsune-chan —murmuró con burla.
Kabuto preparo a todos sus sirvientes para la batalla final y cuando llego la noche todos comenzaron a encaminarse a la parte iluminada, claro que Kabuto pensó que sería divertido ver la expresión de Sasuke al ver lo que había hecho con el pequeño, así que lo llevo consigo.
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En cuanto al azabache, después de pegar su brazo comenzó a pensar una manera de rescatar a Naruto, tanto que no se dio cuenta de que había anochecido, hasta que escucho la voz de Kabuto, por lo que salió de la carpa junto con sus camaradas, pero cuando vio a Kabuto con Naruto a su lado y que este último estaba vestido de una manera rara y la mirada perdida que el doncel tenia, supo que ese no era el mismo dulce y tierno doncel que amaba, ahora mismo el blondo era una más de las marionetas de Kabuto, el muy maldito estaba controlando a su doncel.
—Naruto —susurró el azabache muy preocupado.
Continuará