"La Batalla Final"
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—Naruto —susurró el azabache muy preocupado al ver el estado en el que se encontraba el blondo.
—Cuando Kabuto vio la cara de Sasuke, sonrió de medio lado—. ¿Te gusta mi hermosa marioneta? —cuestionó con burla para después pasar su repugnante lengua de plástico, por la mejilla del blondo. Más que divertido al ver que el doncel ni se inmutaba y la furiosa expresión de su joven enemigo.
—Cuando Sasuke vio el repugnante acto de Kabuto se llenó de furia—. ¡Te exijo que lo liberes de tu control! —bramó totalmente furioso.
—Lo siento —completamente entretenido, se disculpó con falsedad—. Pero no hare tal cosa, mucho menos ahora que lo tengo en mí poder —respondió con diversión para después darse vuelta, dispuesto a regresar a su escondite junto con el doncel—. Una cosa más —miró al Uchiha con burla, llamando toda la atención de este—. Gracias por poner el último ingrediente para que mi hechizo funcione como se debe —habló burlescamente el malvado.
—Sasuke se extrañó con aquella oración—. ¿A qué te refieres? —preguntó el azabache muy a la defensiva.
Algo que sin duda alguna termino de alertar al Uchiha, fue la maquiavélica risotada que lanzó su enemigo. Kabuto parecía divertido, pero sobre todo, se le veía muy egocéntrico, casi como si tuviera todo para ganar.
—Veras, la primera vez que use mi hechizo en este lindo doncel no funciono, porque no estaba enamorado, obviamente, es muy joven y puede que no hubiera conocido a la persona indicada —comenzó a hablar con voz lúgubre—. Pero ahora, gracias a ti, mi hechizo por fin funcionara, porque mi Kitsune-chan se ha enamorado de ti, tanto que sacrifico su libertad para que tú recuperaras tu brazo y volvieras a ser el mismo que conoció, y como me imagino, tú seguramente lo trataste muy mal. Ahora ve las consecuencias que causan tus actos egoístas, niño. Es más que obvio que tu hermano mayor no te enseño esos temas sumamente importantes y delicados, obviamente si te comportas arisco, terminaras haciéndole daño a los que más quieres, un ejemplo claro, es este niño —dijo Kabuto, mientras apretaba fuertemente la barbilla del blondo y hacia que lo mirara. Sin duda alguna se estaba divirtiendo como nunca—. Bueno, me tengo que ir porque, mi lindo Kitsune-chan y yo tenemos cosas que hacer, en cuanto a mis marionetas —se viró a ver a todos sus fieles lacayos y sonrió con maldad—. Les ordeno que sigan peleando, no importa que amanezca, no importa sí salen heridos. No quiero que nadie interrumpa el hechizo —ordenó autoritariamente y cuando recibió un asentimiento, él y Naruto comenzaron a caminar hasta perderse de vista.
—Sasuke solo veía con impotencia y angustia— “No te preocupes Naruto, yo iré a salvarte” —pensó el azabache totalmente decidido—. ¡Kakashi-san! —gritó con suplica, acto que el antes abogado había captado.
—Sí, yo me encargo, tu ve y salva a ese doncel —le dijo Kakashi en tono tranquilizador.
—Gracias —susurró Sasuke muy agradecido.
Sasuke recibió asentimientos de todos sus camaradas, inclusive de Ino, así que con decisión siguió su corazón y comenzó a correr hacia el escondite de Kabuto, para rescatar a ese doncel. A su Dobe.
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Kabuto ya había preparado a sus serpientes y había hecho que aten al menor. Justo ahora estaba a punto de hacer que una serpiente morada mordiera el delicado cuello del blondo, el cual seguía bajo aquel terrible encantamiento.
—Esta vez obtendré lo que quiero —murmuró Kabuto, mientras acercaba la serpiente al cuello del menor.
Estaba completamente seguro de que por fin lograría hacer aquel hechizo por el que tanto sacrifico.
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Sasuke llego lo más rápido que pudo al escondite de Kabuto. Aprovecho que no había nadie vigilando el lugar, así que entro y camino hasta llegar al castillo.
Se adentró y subió lo más rápido que pudo para llegar justo a tiempo para impedir que esa serpiente toque siquiera a su niño. Golpeo a Kabuto y con la catana que era parte de uno de los adornos de su abuelo, cortó a las serpientes que tenían inmovilizado al menor, para después de liberarlo, abrazarlo fuertemente.
—Llegue a tiempo —susurró aliviado, luego despego al blondo sin soltarlo y se llenó de una inmensa tristeza al ver los ojos vacíos y sin vida de su Dobe—. Naruto —le hablo con amargura, mientras rozaba con sus dedos de plástico la mejilla del blondo—. ¿Qué te han hecho? —preguntó con angustia.
—Naruto solo veía a Sasuke sin expresión alguna y sus ojos tan opacos, sin ningún brillo de vida y voluntad, aun cuando veía a su primer y único amor, no recuperaba su voluntad—. ¿Quién eres? —preguntó en susurro, mientras veía Sasuke sin ninguna expresión en el rostro.
—A Sasuke nada le había dolido tanto, ni siquiera con la muerte de sus padres había sentido tanto dolor como el que sentía en ese momento—. Soy yo. Soy Sasuke. Soy tu Teme —habló desesperado, mientras veía al doncel—. Por favor, tienes que recordarme —suplicó con una mirada llena de tristeza.
—Naruto continúo viendo al azabache, tratando débilmente de recordarlo—. Sasu… Sasuke —susurró entrecortadamente, mientras sus ojos comenzaban a recuperar brillo—Sasuke —dijo ya más seguro de lo que veía—. ¡Eres tu Sasuke! —exclamó emocionado, mientras se abrazaba al azabache.
—Sasuke apretó más el abrazo, se sentía aliviado por haber logrado que Naruto lo recordara—. Me alegro que hayas despertado —mencionó con sinceridad y muy aliviado.
—Kabuto se levantó furioso, pero todo eso cambio cuando vio que el blondo aún tenía el collar—. Vaya al parecer el lindo Kitsune-chan logro liberarse de mi control momentáneamente —dijo con burla.
—Al escuchar a Kabuto, Sasuke puso a Naruto detrás de él y vio con odio al peli plata—. ¿Qué quieres decir? —cuestionó con recelo.
—Míralo tú mismo —le dijo, mientras señalaba a Naruto.
—Naruto sintió que perdía el control de sí mismo—. Sasuke destruye el collar. Es lo que utiliza para controlarme —susurró de manera entrecortada, mientras trataba de moverse.
—Sasuke actuó rápido y le quito el collar a Naruto. No dudo más al romper ese maldito adorno—. ¿Estas bien Naruto? —preguntó preocupado.
—El doncel sintió que recupero el control de su cuerpo—. Sí, estoy bien —respondió con una sonrisa.
—Sasuke suspiro aliviado y luego viro a ver a su enemigo—. ¡Ríndete!, ahora que se cómo manipulas todos no tienes como ganar —le recordó seriamente, ahora ya tenían su carta de triunfo.
—Kabuto chasqueo la lengua y miro a Sasuke con furia—. ¡Nunca!, ¡no ahora que he encontrado el alma pura que necesito! —gritó con furia.
—Maldito —masculló Sasuke—. No sé qué es lo que quieres de Naruto, pero no te lo entregaré. ¡No dejaré que le hagas daño! —dijo para después ponerse en posición de batalla.
Sasuke y Kabuto comenzaron a pelear entre sí. Mientras que Naruto solo veía con temor y preocupación de que hirieran a su Teme. La batalla iba a la par, pero tarde o temprano alguien ganaría.
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Kakashi y los demás seguían peleando contra las marionetas, pero se les dificultaba porque no querían destruir almas que no tenían la culpa de ser manipulados. Sin embargo, todo cambio cuando uno de ellos, rompió el collar de una de las marionetas, dando la información a los demás que comenzaron a romper los collares hasta que todos estuvieron liberados, y después de abrazos y gritos de victoria todos comenzaron a ir hacia la guarida de la serpiente y ayudar a Sasuke y Naruto.
— ¡Rápido, debemos llegar con Sasuke! —les ordenó Kakashi con seriedad.
Era ahora o nunca. Ya tenían más posibilidades de derrotar definitivamente al malvado Kabuto.
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En la mansion Uchiha, ninguno de los tres encontró algo, así que decidieron ir a la juguetería y encontrar a Naruto.
—Es inútil, lo mejor es aprovechar e ir a buscar en la tienda, alguna pista debe de haber —sugirió completamente exasperado Itachi.
Los dos rubios solamente asintieron preocupados, debían darse prisa para encontrar alguna forma de romper aquel maligno hechizo.
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Sasuke y Kabuto seguían peleando, pero el peli plata ya harto de esa pelea, comenzó a usar trucos sucios llamando a sus serpientes, dejando inmovilizado al azabache, algo que sin duda, Kabuto aprovecho para acercarse a Naruto con la serpiente morada en su mano.
— ¡Aléjate de él! —gritó el azabache, mientras trataba de soltarse.
—Naruto caminaba hacia atrás en un intento para alejarse de la serpiente, pero se detuvo al chocar con algo sólido—. ¡Aléjate de mí! —pidió con temor.
—Pobre Kitsune-chan, ya no tiene donde ir —dijo con burla—. Ahora va lo mejor —murmuró para después agarrar con una mano las manitas del menor y ponerlas sobre su cabeza. Más que ansioso y sin perder más tiempo, hizo que su serpiente muerda el cuello del doncel.
—Al sentir la mordida, el doncel abrió sus ojos mientras lagrimas resbalaban por sus mejilla—. ¡Duele! —gritó de dolor—. Aleja eso de mí, Duele —suplicó con dolor.
— ¡Maldito!, ¡déjalo ya —gritó, mientras trataba de soltarse.
Por más suplicas que Sasuke hiciera, Kabuto no dejaba al blondo, el cual, después de un rato, cayó al suelo totalmente inconsciente y respirando con dificultad, con el cuello herido que poco a poco quedaba negro.
Sasuke trataba de soltarse, pero no podía, solo hasta que sintió libertad, miró con sorpresa que Kakashi, junto con todos sus camaradas y los que antes eran manipulados llegaron en su ayuda, pero dejo eso de lado y tomo la catana entre sus manos. Aprovechó la distracción de Kabuto para acercarse.
Kabuto estaba a punto de absorber el alma pura desde el cuello del blondo, hasta que sintió que le cortaban los brazos.
—Kabuto viro a ver hacia atrás sorprendiéndose de ver a Sasuke, junto a todos los que convirtió en juguetes—. ¿Qué? —preguntó con sorpresa.
—Se acabó el juego —dijo Sasuke fríamente.
Sin duda alguna, el final de aquella tortura, estaba a punto de llegar.
Continuará