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Hasta que digas que me amas por LunaPieces

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Notas del capitulo:

Hasta que digas que me amas: Capítulo 9

Pareja principal: KidLaw
Género: Angst/Drama
Rating: T
Autor Original: Ginshirou
Traductora japonés: Amaitsumi 
Traductora inglés: LunaPieces
Beta: LunaPieces

Y aquí el capítulo de la semana *-*

Como siempre es un placer dar a conocer las bellas palabras de esta autora, por favor apóyenla lo más que puedan m(_ _)m

Hasta que digas que me amas: Capítulo 9

 

La campana sonó, señalando el fin de las clases.

Law dejó su pluma, estiró sus músculos y se levantó de su asiento.

Al abrir la puerta de su salón de clases, sintió un viento helado atravesando el corredor. Frunció el ceño buscando la fuente de la fuerte brisa y vislumbró una fila de ventanas abiertas a lo largo del final del pasillo. Alguien debió haberlas abierto para tomar algo de aire fresco y olvidó cerrarlas de nuevo. Con un suspiro, caminó hacia ellas y cerró las ventanas antes de dirigirse a su siguiente clase.

Había muchos estudiantes a su alrededor que se dirigían a sus propias clases. Law pasó delante de unos amigos de los que se libró con nada más que una mirada y un ligero saludo.

Entonces sucedió. Vio un destello rojo en la multitud.

Estaban en diferentes facultades, pero de alguna forma, ahí estaba.

Law chasqueó la lengua con disgusto. No había otro camino más que el que había tomado para seguir. De mala gana prosiguió caminando mientras su ritmo cardíaco se aceleraba con cada paso que daba.

No había anticipado un encuentro tan repentino desde el día anterior, el cual aún se sentía como si fuera un sueño para él. ¿Kid pretendería que nada había pasado y le sonreiría?

El pelinegro mordió su labio inferior temiendo el momento en el que el pelirrojo lo vería. Sus manos se empuñaron en los bolsillos de sus pantalones y pudo sentir el anillo clavarse en su palma, esa pequeña banda restrictiva estrujando su dedo.

Kid estaba riendo, rodeado de un gran grupo de amigos. Law miró al pelirrojo, preguntándose si él lo había visto.

Sin embargo, Kid pasó justo al lado de él rozándolo como si fueran dos extraños.

Law se giró con incredulidad para verlo alejarse, aún riendo y charlando con un brazo colgado alrededor del hombro de uno de sus amigos.

El pelinegro respiró profundamente. Su labio inferior temblaba. Las emociones indescriptibles y sentimientos de impotencia brotaron en su pecho antes de que un arrebato de frustración dominara su mente. Antes de supiera lo que estaba pasando, se arrancó el anillo de su dedo y lo arrojó hacia Kid.

El anillo voló en el aire y golpeó al pelirrojo en la espalda antes de caer en el piso con un débil chasquido. Kid se detuvo y lentamente se giró para mirar a sus pies.

—¿Kid?

Uno de los chicos del grupo lo llamó y Kid le señaló que siguieran adelante sin él.

Para entonces, el pasillo estaba vacío y ellos eran los únicos que quedaban.

Sin una sola palabra, Kid se agachó para recoger el anillo y al levantarse de nuevo, dio un suave suspiro.

—...Pudiste haberlo regresado de buena forma.

Sus palabras perforaron el corazón de Law. Sólo había pasado un día y aun así el pelirrojo se sentía tan frío y distante. ¿Su amistad en verdad había sido tan superficial?

—…¿Qué diablos pasa contigo?...—Susurró el moreno.

—¿Eh?

La pared que sostenía las emociones de Law, finalmente se había roto.

—…Dije, ¡¿qué diablos pasa contigo?!

El grito del pelinegro hizo eco en el corredor y el esfuerzo por retener las lágrimas en sus ojos, se desquebrajó.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué estás sonriendo…?!

—...¿Ehh?

—¡¿Por qué soy el único… que se siente de esta forma?! ¡Y tú…!

La voz de Law arrastró un susurro doloroso.

Quería regresar atrás, quería sonreír, y la repentina comprensión de que ya no era posible, dolía. No quería dejar a Kid, pero estar con él le traía sólo dolor.

Estaba solo, vagando perdido en un vacío sin ninguna esperanza. Todo lo que había hecho había fallado, y ya no sabía si debería continuar actuando fuerte o sólo permitir que la debilidad lo hundiera.

—Oye… Trafalgar…

Kid había reducido la distancia entre ellos y estaba delante de él. Law se sintió avergonzado de cuán patético debía verse, pero no podía hacer nada más que suspirar.

En verdad era un idiota, torturándose a sí mismo de esa forma. Sujetó la camisa de Kid.

—...Yo ya no quiero esto… ¿Por qué soy el único… sintiendo este dolor…?

—...Trafalgar.

Kid levantó una mano para tocar la mejilla de Law, sólo para recibir un manotazo.

—¡No me toques…! ¡Tu amabilidad me enferma…!

—¡Maldita sea! …¡¿Por qué no me dices qué es lo quieres y dejas de actuar como la víctima?!

Law se estremeció con el estallido del pelirrojo antes de levantar finalmente los ojos para encontrar los de Kid. Sin embargo, las lágrimas borraban su visión, y todo lo que podía distinguir era el rojo cabello del otro hombre.

—...No lo entiendo… ¿Por qué… me aferro aún?

Cuando Law por primera vez había comprendido su amor por Kid, su primer deseo había sido que el pelirrojo sostuviera su mano. Y mientras ellos dos se hacían más cercanos, ese deseo le fue fácilmente concedido. Con el tiempo, los deseos de Law lentamente se cumplían; caricias en su cabeza, besos indirectos o incluso compartir una cama con Kid siempre que uno permanecía en la casa del otro.

Debía estar satisfecho, pero aun así pedía más. Antes de comprenderlo, había caído muy profundo para poder escapar.

¿Cuántas veces había susurrado “me gustas” en la espalda de Kid?

¿Cuántas veces había articulado las palabras “en verdad me gustas” en el cabello de Kid?

¿Cuántas veces había gritado silenciosamente “te amo” cuando miraba los ojos de Kid?

Y ahora, ya ni siquiera eran amigos.

—…¿Por qué… soy el único… que aún está enamorado de ti…?

“¿Por qué tuvo que ser de esta forma?”

—...Quiero olvidar… ¡Pero aún te amo…!

“¿Por qué no me amas también?”

—No puedo vivir sin Eustass-ya, pero…

“¿No soy lo suficientemente bueno?”

—… Tú ni siquiera… me miras…

“Ella es la única que tú ves”.

Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas, cayendo al piso.

Todo ese tiempo, Kid había permanecido en silencio, mirándolo. Law tragó saliva densamente, antes de forzarse a continuar.

—...Pero, no quiero dejar de verte…

Los labios de Kid se apretaron mientras evitaba su mirada.

—Duele no poder hablarte…

—Trafalgar…

—Eustass-ya… Mírame…

“Quiero que me mires”.

—Dime que me amas… Por favor, Eustass-ya…

“Quiero que digas que me amas”.

—...Abrázame… Eustass-ya...

“Quiero que me abraces en tus brazos”.

Kid volvió a mirar al moreno antes de tomarlo y tirar de él envolviéndolo en un fuerte abrazo. Lentamente, Law correspondió enredando sus temblorosos brazos alrededor del cuerpo del pelirrojo aferrándose a él. Sintió que Kid levantaba su brazo para ondear sus negros cabellos mientras él permanecía firme alrededor de su cintura, manteniéndolo cerca.

Sí, ser abrazado de esa forma por Kid había sido uno de sus deseos.

Pero Kid no había dicho las palabras que él quería  escuchar.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

“...Pero aun así te amo”.

Kid podía ser brusco y rudo, infantil y tonto, pero a pesar de todo, Law lo amaba.

Nunca podría odiarlo. Nunca podría dejarlo.

—¡Eustass-ya…! Eu...stass…-ya…

“Por favor, toma mi mano”.

—¡No… me dejes…!

“Por favor, no me dejes solo”.

—…Quédate… conmigo...

Los brazos de Kid lo apretaron aún más fuerte.

Sabía lo que el pelirrojo diría a continuación, y aunque le temía a esas palabras, no podía hacer nada para detener lo que estaba a punto de pasar. El pelinegro movió sus manos para cubrir sus oídos, las lágrimas se deslizaron con avidez de su rostro.

—Regresemos… Trafalgar…

Law gritó, su angustia se amortiguó en el pecho de Kid. Su corazón latía con violencia impidiéndole respirar; era demasiado dolor…

—Regresemos a ser amigos…

 

 

Notas finales:

………………………………………

-Ahora sí murió Luna-

 

Pues aquí el capítulo de la semana, recuerden apoyar a la autora con la opinión que tienen de este fic, ~(*-*~) gracias :D


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