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Crossroad por gaaranosabaku

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Notas del capitulo:

Hola (:

Espero que disfruten el capitulo ;)

No me había podido sacar de la cabeza en todo el día la imagen de Fernando hablando con Joshua. Tal vez solo le estaba dando demasiadas vueltas al asunto. No lo sabía, pero había algo que no terminaba por gustarme. ¿Qué clase de relación había entre Fernando y Joshua? ¿Había sido una casualidad el que hablara?

-Agustin.- Dijo Kyu tocando mi hombro, levante la mirada. Él se veía algo preocupado.- ¿Estas bien?

-Si.-Conteste, regresando de mi ensoñasión.- ¿Por qué?

-Pues desde que viste a tu cuñado estas ¿mal?- Dijo la palabra “mal” como si no fuese eso lo que intentara decir, como si no hubiera encontrado una palabra que pudiera describirme.

-Me he sentido un poco mal.- Mentí.

Kyuhyun suspiro, supe que no me había creido y que probablemente estuviera molesto por no haber confiado en él, pero es que ahora no se ni si debería confiar en Fernando y Joshua.

Se que no es pecado que ellos se conozcan, pero aun así algo de esa relación me inquieta. Tengo una sensación de angustia en el pecho.

-¿Por qué no te vas a tu casa a descansar?- Dijo Kyu sin levantar la vista de los papeles que revisaba.

-No te dejare solo.- Le dije intentado de nueva cuenta concentrarme en el trabajo que tenía que hacer.

-Agustín tu ahorita no estas en las mejores condiciones, es mejor que te vayas y descanses, no podemos permitirnos un error en nuestra profesión.- Me dijo, serio, de manera dura, pero aun así con un tono de preocupación evidente.

Suspiré. Tenía razón, pero tampoco quería llegar a mi casa, llegar a mi casa significaba que vería a Fernando y si veía a Fernz le pediría una explicación y él no tenía ya ninguna obligación conmigo como para darme explicaciones.

-Está bien.- dije como intentando convencerme.- Pero ¿Me puedo quedar en tu casa?

Kyu me miró con cara de sorpresa.

-Les dije a mis invitados que estaría hoy en guardia, no hay razón para que regrese a mi casa.- Me vio como si aun no lograra comprender del todo mi intención.- No quiero preocuparlos.- Dije al fin.

-Claro, tienes las llaves.- Él regreso la vista a los papeles que estaba revisando.- En la nevera hay comida, solo la tienes que calentar y listo.

No dije nada, él solo había bajado la vista a los papeles para que yo no notara su preocupación. 

Lo observe mientras revisaba las notas de evolución. Se veía tranquilo, sin ningún pesar con el cual cargar, libre, sin remordimientos. Por un segundo lo envidie, yo llevaba años anhelando esa paz.

-Gracias.- Sonrei, él levanto la vista y también me regalo una de las sonrisas más encantadoras que pudiera ver en mi vida.- Te quiero.- Dije sin pensarlo y arrepintiendo al segundo.

-No te preocupes, te entiendo.- Dijo notando mi incomodida, él sabía que lo quería, pero no como él quería.

Ya no dije más nada, no quería volver a cagarla. Me quite la bata y la cambie por un saco azul rey que hacia juego con mi pantalón y zapatos blancos.

Fui hasta el escrito de Kyu y le di un pequeño beso en la mejilla.

-Hasta mañana.- Dije caminando a la puerta.

-Idiota.- Susurro Kyu.

Camine por los pasillos del hospital, a esas horas de las noches estaba casi vacio. No había familiares por los pasillos, solo alguno que otro doctor.

Me iria a la casa del Doctor, pero antes de irme quería un cigarro.

Sali a las estancias del hospital, estaban vacias y oscuras. Camine por el sendero que estaba. Recorde que aquí había sido donde conoci a Joshua.

Suspire de nuevo.

-Se le va a acabar la vida en suspiros doctor.- Dijo una voz que yo conocía muy bien. Esa voz provenia de atrás mio, aunque no tardo mucho en estar a mi lado.

-Joshua.- Fue lo único que atine a decir. Quería disculparme, pero también quería una explicación.

Desheche de una la idea de pedirle una explicación, si mi ahora cuñado, mi antes amor y mi siempre amigo, no tenia razón para darme explicaciones, Joshua mucho menos.

-Lo siento.- dije mientras aun caminábamos, yo llevaba la vista puesta en mis zapatos, así que no supe la expresión que puso ante mi disculpa.

Hubo un largo rato de silencio. Seguiamos caminando. Hasta que por fin llegamos a esa banca donde lo había visto por segunda vez.

Él tomo asiento, al fin pude verlo. Lucía cansado, fatigado, tenia el rostro un poco palido, y bajo sus ojos se notaban unas ojeras, sus labios estaban algo resecos. No se veía como aquel joven vivaz que había conocido.

-No tienes porque disculparte.- Dijo después del prolongado silencio.- La verdad es que te entiendo y mejor de lo que crees.

No sabía a que se refería pero no me gustaba nada el tono en el que lo había dicho. Había mucho pesar en su voz.

-¿Sabes?- Continuo hablando.- Yo también amo a alguien…-Intente decirle que yo no amaba ya a Luis, pero no había necesidad de mentir. Yo lo seguía amando como el primer día, como la primera vez y posiblemente aun más.- Esa persona no esta a mi lado, lo extraño mucho, pero…-note que una lagrima intentaba salir de sus ojos, pero el se limpio inmediatamente con la manga de su sudadera.- De extrañar no se vive, tampoco se muere… De extrañar no resulta nada.

No tenía palabras que decirle, lo entendia, sabia a lo que se refería. Ese sentimiento que te da cuando extrañas a alguien y sabes que extreñandola no va a cambiar nada y deseas con toda tu alma no extrañarla, pero resulta imposible.

Saque mi cajetilla de cigarros y tome uno, lo puse en mi boca y lo encendí. Di una calada grande, deje que el humo me invadiera, quería que el humo saliera de mi junto con todo lo que Luis representaba.

-Asi que te entiendo.- Dijo al ver que no obtenia respuesta alguna de mi.

-Yo también extraño a alguien.- Le dije al fin. El cigarrillo descansaba en mi mano izquierda. – Pero eso no justifica lo que paso.

-El amor lo justifica todo.

Suspire y no dije nada. De nuevo había silencio entre nosotros. Me sentía comodo a su lado, no había necesidad de llenar los silencios con nada, era como si nuestras almas entendiera el dolor una de la otra y se compadecieran, era como si bajaran la guardia para dar un tiempo de tregua, un tiempo diminuto de paz y alivio.

-Salgamos mañana.- Propuso.

-Claro.- conteste terminando mi cigarro.

-Vamos a un parque.- Volteo a verme con una cara infantil que nunca le había visto a él, pero que me recordaba mucho a Luis.- el bosque/parque al que fuimos la vez pasada al restaurant estaba bien.

-Anotado.- Dije con una sonrisa, con esa sonrisa que solo había mostrado a mi cincuenta.

-Hasta mañana doctor.- Dijo Joshua parándose del asiento y caminando de regreso al hospital.

Yo igual me levante y camine al estacionamiento. Me dirigiría a la casa de Kyu.

 

 

 

 

 

 

 

Me desperté con la luz del sol en mi rostro, no entendía como Kyu podía vivir de esta manera, en una casa tan ilumida.

-¿Mala noche?- Preguntó Kyu entrando por la puerta.

La verdad es que si había pasado una mala noche, había soñado con Luis, aunque decir “soñado” estaba mal empleado. Lo que había pasado era que en mis sueños había visto fragmentos de mis recuerdos. Luis sonriendo, Luis llorando, Luis abrazandome, Luis gimiendo.

-Para nada.- Mentí de nuevo.- Tu cama es extra comoda.

Me movi un poco a la izquiera para que Kyu subiera a la cama por el lado derecho.

Él coreano se despojo de su camisa y sus pantaloncillos. No era como que tuviera un cuerpo escultural y trabajado. Su cuerpo era más bien normal, con algunas flacideces. Pero no por eso dejaba de ser encantador, perfecto el contraste de su piel blanca con la luz del sol.

-Se que mi cama es comoda.- Dijo una vez que se había metido a la cama, se acostó en la almohada, y a los segundos había caído dormido.

Me sentí un poco mal, yo había estado descansa, cuando el seguramente por cubrirme hasta había trabajado el doble.

Me levante con mucho cuidado, aunque dudaba que él se despertara, tenía el sueño muy pesado.

Tome un baño, me puse una ropa casual. Y prepare un desayuno-comida. Desayuno para mí y comida para Kyu cuando despertara.

Termine mi desayuno junto con la taza de café cargado que había tomado.

Antes de salir de la casa, deje todo ordena y limpio. La comida la guarde en la nevera y deje una nota en mesa.

“Buen día dormilon… Gracias por tu cama comoda y por preocuparte ayer por mí.

PD: Deje tu comida lista en la nevera. Bonito día.”

Sali y conduje al hospital, apenas iban a dar las doce del día, y la cita con Joshua la tenía a las seis de la tarde.

Al  mover la palanca de velocidades note la bolsita que Joshua me había dado el día de mi cumpleaños. Aproveche un semáforo en rojo para abrirlo. Dentro había una pequeña estrella con colita en un lado, simulando una estrella fugaz.

Era un dije que podía colgar en alguna pulcera o en un collar.

Pero había algo más en la bolsa, una nota, que decía:

“Cierra los ojos y concéntrate, el deseo que más anhele tu corazón  se hara realidad”

No cerre los ojos y tampoco me concentre, lo que más anhelaba mi corazón nunca se iba a cumplir. Aun asi era un lindo detalle.

Cambie el rumbo en el que iba, yo también quería darle un regalo a Joshua aunque no fuera su cumpleaños.

Llegue al centro comercial que me quedaba mas cerca, estacione el carro y me dirigi a las tiendas.

Habia todo tipo de tiendas, pero no había ningún detalle que me apeteciera regalarle, osos, rosas, y esas cosas eran cursilerías para niñas.

En mi camino me tope con una tienda de antigüedades,  esa tienda era casi igual a la que había en México, en la que había comprado aquel detalle para…

Pensé en entrar, pero es que Joshua no era del tipo de antigüedades, también había una tienda de galaxias y esas cosas, ideal si buscara un regalo para Luis.

Segui caminando con la esperanza de encontrar algo que regalar. Había una gran cantidad de tiendas y de cosas, pero no conocía a ciencia cierta los gustos de él.

Pase por una tienda de música, ¿Cuándo había sido la última vez que había estado en una? Si no me engañaba mi memoria desde que había llegado a los Estados Unidos no había pisado una. Pero también recordaba que cuando estaba en México cada fin de semana iba a una. Por un momento sentí nostalgia, ¿Qué había sido de testosterona? ¿Que había pasado con Zaira, con David y con todos ellos? Cuando me mude, ellos insistieron durante un año en contactar conmigo, fueron a mi casa y casi rogaron a mi madre y padre que les dieran la información para localizarme.

Sali de mi ensoñación y segui mi camino, dentro del centro comercial había un pequeño bar, tenía mucho que no tomaba, pero quería relajarme un poco.

-Zona de fumadores por favor.- Le pedí al mesero que estaba en la entrada resiviendo a los clientes.

-Sigame por favor.- dijo con un tono serio y neutro. Hice lo que me pidió y lo segui.

El lugar tenía una decoración muy sofisticada, con tonos negros, grises y algún naranja y verde. Pase por entre las mesas y observe a un sin fin de gente que no conocía, se veian alegres, tranquilos, ¿Por qué yo no podía reflejar esa seguridad, esa paz?

-¿Sera solo mesa para usted?- Pregunto el mesero

-Si, por favor.-

Me ofrecio una mesa con vista a la calle, frente al centro comercial se encontraba un parque, era amplio, tenía un par de fuentes redondas tradicionales y otra fuente danzarina, durante el día la gente, en especial niños y adolescentes, las ultilizaban con “balneario”, disfrutaban de mojarse y los entendía no había nada en el mundo que produjera una sensación de paz mejor que el agua.

Tome asiento en una silla alta, la mesa era chica, con un cenicero en medio y una carta de bebidas a un lado.

-¿Qué se le ofrece para tomar?

-Un whisky en las rocas por favor.- Pedí y de inmediato el mesero se retiro.

Saque un paquete de Benson & Hedges de la bolsa de mi saco, tome uno, lo coloque en mi boca y deje que el humo de nuevo invadiera mis pulmones.

-Aquí tiene.- Llego el mesero después de unos minutos, dejo mi trago y se retiro.

Tome el vaso y bebi un trago,  el sabor era exquisito.

Llevaba a penas la mitad de mi vaso cuando las pocas luces que alumbraban el bar se apagaron, una voz al micrófono anuncio a un cantante. Dirigí mi vista a la plataforma, y ahí sentado había un hombre de unos treintaytantos años con una guitarra y con el micrófono frente a él. Saludo al público y de inmediato empezó a tocar melodías.

Observe el espectáculo un par de canciones, termine mi trago y me dirigi a la tienda donde compraría el obsequio para Joshua, ya sabía que era lo que le iba a dar.

 

 

 

 

 

La tarde cayo más rápido de lo que yo hubiera esperado. Cuando me di cuenta ya era hora de reunirme con Joshua.

Estaba emocionado, el regalo estaba en la cajuela de mi auto y esta convencido de que le gustaría.

-Llega tarde doctor.- Recrimino Joshua, aun no había estacionado bien el auto cuando él se subio.

Sonrei, había llegado tarde porque había ido a la tienda a comprarle el regalo, tenía perdón.

-Tu llegaste muy temprano.- Me defendi, puse en marcha el auto y conduje de regreso al centro comercial, él quería ir a un parque y el parque con fuentes estaba perfecto.

Llegamos en menos de media hora, media hora que pasamos en silencio, note un poco extraño a Joshua, muy aparte del aspecto demacrado que mostraba, estaba como ansioso, nervioso, impaciente.

-¿Esta bien tu mamá?- le pregunte, no sabiendo si era lo correcto o no.

Volteo a verme y me regalo una sonrisa, una sonrisa que decía “no hablemos de eso por favor”. Lo entendí y baje del auto, él  también bajo. Dude en darle el regalo en ese momento, al final desisti de ello, conociéndolo me diría que no quería cargar toda la caminata.

El parque estaba ya iluminado por faros que estaban acomodados alrededor del parque y por el sendero del camino.

Él y yo estuvimos caminando un buen rato, hasta que llegamos a la fuente danzarina.

-¿Por qué están todos aquí?- Pregunto viendo el tumulto de gente que había.

-Observan la fuente.- conteste.- Sientemonos ahí y lo veras tu mismo.

Él me tomo de la mano, me sorprendí por el gesto pero no dije nada. Nos sentamos uno al lado del otro, agarrados de la mano. El recargo su cabeza en mi hombro y esperamos.

-Te quiero decir algo…-Murmuro muy bajo.

-Dime.- Le pedi apretando un poco su mano para que se diera valor.

-Yo…- Iba empezar a hablar cuando de la fuente empezó a salir agua. Ya no dijo más y se puso a contemplar.

La fuente saca agua, y un momento las luces estaban verdes dándole al agua un tono verduzco, al siguiente instante estaban rojas y el agua parecía sangre… De repente todas prendían y nos daba un aspecto de arcoíris.

-Esta hermoso.- Dijo.

No le conteste, no quería arruinar el momento.

Estuvimos cerca de una hora contemplando la fuente, el recargado en mi hombro y yo recargado en su cabeza.

-Tengo que regresar al hospital- Dijo con  una tristeza evidente.

-Pues vamos.- Dije levantándome sin soltarlo. Empezamos a caminar.

El regreso al auto estuvo tenso, no sabía porque pero sentía una pesades enorme.

-¿Qué era lo que me ibas a decir hace un momento?- Pregunte curioso y deseoso de terminar con ese silencio que hoy no era comodo.

-Yo…-Suspiro y cerro los ojos. Parecía que estuviera conteniendo el aire.

Espere unos segundo pero el no dijo nada.

-¿Tu?- Pregunte de nuevo.

-Yo te lo dire cuando lleguemos al hospital.

Sonreí eso era muy infantil, para llegar al hospital nos faltaban como cinco minutos, pero accedi a lo que me dijo. Guarde silencio y segui conduciendo, un poco más rápido para no tener que esperar cinco minutos para oírlo confesarme algo.

-Listo llegamos.- Le anunci estacionando el auto en la acera de enfrente del hospital.

-Listo Agustín escúchame, se que esto te va a sonar sacado de una novela, o algo así… pero todo lo que te diga hoy será verdad…

-¿No me has dicho la verdad siempre?- Pregunte con tono sarcástico, intentando darle confianza a Joshua, se veía muy tenso.

-No…-Contesto, pero inmediatamente dijo.- Si, es solo que…- Y volvió a guardar silencio.

-Esta bien, mira relájate, mientras déjame darte algo.- Le dije poniendo una mano en la manija de la puerta para salir a la cajuela por el regalo.

-No Agustí espera.- Pidio casi suplicante.

-Estas muy tenso, por favor relájate y deja e doy un regalo que estoy seguro te encantara.- Alardie un poco.

-No Agustin.- Me tomo de la mano y agacho la cabeza.- Por favor escúchame.

-Joshua si no lo quieres decir o es muy difícil tomate tu tiempo.- Le dije acariciando su cabello.

-Que me escuches…- Imploro, yo guarde silencio, era obvio que necesitaba decírmelo.- Agustin Yo…

Notas finales:

Muajaja ¿Qué les parecio? ¿Les gusto? ¿Están ansiosos esperando la continuación?

 

Esta vez creo que me tardare poquito más porque se me han acabado las ideas, mi musa me abandono T_T

 

En fin, espero sus RW y nos estamos leyendo 


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