9.- EL PASAR DEL TIEMPO (Parte 2).
Había pasado un mes desde que Hiroki había abandonado a Nowaki, tanto porque el castaño se había deshecho de su celular y vivía en un nuevo departamento, además de que estaba de vacaciones en la escuela por lo que para Nowaki sería imposible localizarlo en otro lado, aunque Nowaki tampoco había hecho mucho por buscarlo por el hecho de que ya había ido a buscarlo al departamento de Akihiko y resultaba que el escritor ya no vivía ahí, y el teléfono ya no estaba disponible, hablo a casa de sus padres y no le dieron razón del, la única esperanza era la escuela, lamentablemente tenía que esperar una semana más, la cual paso muy lento para su gusto, aunque bueno, que fuera a la escuela no significaba que el castaño hablara con él.
Hiroki regresaba a clase y al primero que vio en las oficinas fue al profesor Miyagi, estaba sentado hacia la ventana con una melancólica, camino hacia él y le puso una mano en el hombro haciéndolo reaccionar - ¿Hiroki… cuando llegaste?
- recién, por su cara me temo que las cosas no salieron bien con Shinobu y su hermana – el mayor le dio una sonrisa triste y lo invito a sentarse.
- siempre al grano Honey, con su hermana se soluciono todo, gracias por recomendarme al doctor, creo que no muchos hombre estarían felices de no poder tener hijos, pero en mi caso…
- entiendo, entonces, si todo fue un plan de esa mujer para separarlos debió hablar con Shinobu.
- es más complicado que eso, Shinobu se fue a Australia no solo para olvidarme sino también por una gran oportunidad para su carrera, hable con sus padres y aceptaron nuestra relación, inclusive aceptaron que fuera a buscarlo, pero…
- pero Shinobu se vendría con usted en cuanto sepa la verdad.
- así es, además unas cosas que me han hecho pensar es lo que también me detienen de ir por él, es cuestión de esperarlo dos años y medio.
- pero… ¿es lo correcto? – el mayor solo sonrió y bajo la mirada, sabía que estaba arriesgando el hecho de que Shinobu realmente podría olvidarlo, pero tendría que esperarlo se lo había prometido a sus padres.
- solo tengo un deseo Hiroki.
- ¿Cuál?
- que al final, pase lo que pase, el sea feliz.
Hiro solo lo miro volver su mirada hacia la ventana, su semblante no cuadraba del todo al profesor que conocía, se sentía mal por él, pero lamentablemente sus actos, que al final no fueron tan graves como al principio parecieron, no dejaban de ser actos que lastimaron a un chico que lo único que hacía era amarlo con todo su corazón.
Pasaron unas cuantas horas y ya había terminado sus clases, no tenia que preparar las de la semana toda vez que apenas iniciaban y trabajo en casa, así que solo dejaría sus cosas y después se marcharía, tenía que regresar al departamento a preparar la comida de dos bolas de inútiles que tiene como compañeros, aunque bueno, no podía quejarse después de todo era mejor que estar solo, pero al entrar a la oficina no se topo con el melancólico profesor, sino con la visita no deseada de un doctor.
- Hiro-san…
- Nowaki… ¿Qué haces aquí?
- necesitamos hablar – se acerco al castaño - ¿Dónde te has estado quedando?, ¿Por qué cambiaste de teléfono?
- creí que había quedado claro, terminamos Nowaki, no tenemos nada de qué hablar, además que haces aquí, no deberías estar en el hospital salvando vidas… ah sí claro se me olvidaba, tu eres más bien el chico de las relaciones publicas – dijo sarcásticamente pasando a un lado de él para dejar sus cosas.
- no digas eso Hiro-san – Nowaki realmente no quería pelear con su castaño, porque aun era suyo, lo amaba, nunca había dejado de amarlo y estaba seguro que nunca lo dejaría de amar – se que nos dijimos cosas que no debíamos pero…
- no entiendes Nowaki, yo si dije cosas que quería decir, yo no pienso volver contigo a esa casa donde no me encontrare a nadie, donde estaré completamente solo en ese gran lugar, no volveré contigo porque no eres la persona de la que me enamore – decía dándole la espalda a Nowaki, esa situación realmente dolía, amaba a Nowaki, pero no a ese que estaba a sus espaldas.
El doctor camino hacia profesor, lo volteo para que lo mirase – sigo siendo esa persona Hiro-san.
- no, no es verdad, te volviste un ser que solo le importa la imagen, las relaciones y el prestigio, dejo de importarte lo que realmente valía la pena.
- por favor, tienes que entender que es importante para mi carrera, lamento que te dejara de lado la mayoría de las veces, pero es lo que siempre he soñado, solo tienes que tenerme paciencia te aseguro que no siempre será así, que tu y yo estaremos bien…
- sigue sin entender verdad – dejo su maletín y se encamino a la salida pero antes volteo a verlo – debes comprender que ese no es tu sueño Nowaki, lo has distorsionado con las cosas que los demás te dicen, tu sueño Nowaki no era ser el doctor más reconocido por las personas que conoces, sino era el ayudar a la gente, salvar vidas, inclusive tu sueño estaba encaminado a los niños, pero lo has olvidado, ni siquiera me importa el que me dejaras de lado, yo acepte desde el inicio que yo nunca seria tu prioridad y no me molesta que me olvides, lo que me molesta es que te olvides de ti y lo que realmente importa, y eso es que seas un buen doctor, un buen pediatra, reconocido por los niños y padres a los que ayudes con tu trabajo y conocimiento que adquiriste a base de esfuerzo y sacrificios y no que lo dejes eso que es lo que realmente importa de lado por estar bien posicionado, a esas personas nadie las recuerda al final.
Nowaki no pudo decir algo ante esas palabras, después de todo no era la primera vez que Hiro se lo decía ni la única persona que lo hacía.
FLASH BACK
- pero que mala cara traes Nowaki, ¿problemas en el paraíso?
- Tsumori… no tengo ganas de escuchar tus críticas en este momento.
- vamos amigo mío, realmente no creo que las cosas sean tan malas – dijo mientras se sentaba a un lado de él – dime, que te aqueja, ¿el jefe ya no quiere llevarte la cena de beneficencia que va a ver este año para que conozcas a todos los inversionistas del hospital?
- ¿no puedo tener un problema con algún paciente? – pregunto ya harto de que lo relacionaran solamente con esas cosas.
- no te sientas mal por lo que te voy a decir, pero ¿Cuáles pacientes?, te la pasas mas fuera del hospital atendiendo a inversionistas, gente importante, lambiéndole los… mejor lo dejamos hasta aquí… - se puso de pie, no quería pelear con alguien que aun consideraba su amigo a pesar de haberse distanciado, no por él, sino porque Nowaki no tenía tiempo para pasar con sus amigos, entonces pensó en otra personita que probablemente estuviera sufriendo mucho – sabes, hay muchos doctores que quieren ser reconocidos, pero no tienen competencia contigo y sabes que es lo peor, que no es porque hayas demostrado que eres una eminencia en el quirófano, sino que conoces a mucha gente importante que privilegiara a ti antes que a los demás.
- eso no es… - Nowaki se puso de pie, no estaba dispuesto a que lo insultara de esa manera.
- solamente pregúntale a tu enfermera cuantos pacientes diarios tienes, y cuantos eventos sociales tienes, pero sabes realmente no importa mucho eso, por lo menos a mi me tiene sin cuidado, lo que me preocupa es más bien Kamijou.
- ¿Hiro-san? – pregunto sin comprender.
- es del saber publico que el director de este hospital es homofóbico… realmente no importa si dentro del hospital te llegan odiar por los logros que llegues a conseguir mediante los pasos que estas siguiendo… no importa si al regresar a casa tienes a tu pareja con los brazos abiertos y con una sonrisa, pero… - niega con la cabeza mientras busca las palabras – se que has mantenido en secreto tu relación para mantener una imagen, pero de qué sirve si al final se irá si lo haces de lado, porque te aseguro, pasara – se dio la vuelta para marcharse pero se detuvo ante las palabras de Nowaki, que aunque se esperaba que pasara, no creyó que ya hubiera pasado y no podía evitar sorprenderse.
- hace una semana que me dejo – dijo de forma dolorosa dejándose caer donde anteriormente estaba sentado, bajando su cara y ocultando sus ojos con sus cabellos – es exactamente cómo has dicho…
- no puedo decir que te lo dije, porque realmente aun no te lo decía – lo miro con pena - ¿tu aun lo quieres a tu lado?
- ¡por supuesto que sí! – lo miro, Tsumori se sorprendió, no había visto bien sus ojos, se veían algo hinchados y ahora mismo los veía rojizos indicando que lloraría – pero te juro Tsumori, que todo lo que he hecho, lo que hago, todo es por él, para él, siempre para él.
- pero, conociéndolo, creo que… el lo que quiere es a ti… no dudo que el merezca que le bajes el sol y las estrellas, que pongas el mundo a sus pies, pero sin ti, no creo que eso valga la pena para él.
Tsumori después de eso se marcho, dejando a un Nowaki muy confundido y fastidiado de todo lo que estaba pasando, se encamino a su consultorio una vez más tranquilo, se detuvo frente a su enfermera y sin poder contenerse pregunto que tenia para ese día de trabajo.
- o si doctor, no tiene pacientes el día de hoy, pero tiene un compromiso para comer con el doctor en Jefe y…
Se metió a su consultorio sin escuchar lo demás, desde que le dijo que no tenia paciente tuvo un sentimiento de vacío que no pudo descifrar.
END FLASH BACK
Tal vez tenían razón en que estaba haciendo las cosas mal, en que sus sueños ya no eran como originalmente los había pensado, pero en algo se equivocaban, el nunca había dejado de pensar en lo más importante, lo más importante era Hiro-san, si bien estaba haciendo las cosas mal, todo lo hacía pensando en el, solo era cuestión de volver a empezar, pero antes debía tantear el terreno para saber de qué punto podía volver a comenzar, y así volvería a estar a la altura de su Hiro-san, porque para él no se trataba de quien tuviera mejores sueldos ni nada por el estilo, no era una competencia, para él su profesor como bien lo dijo Tsumori merecía el mundo entero, merecía lo mejor, y esta vez estaba seguro de que ofrecer.
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Suguru caminaba por el parque tratando de tranquilizar su mente, si bien le estaba dando tiempo a Hiroshi para que tuviera las cosas claras, mas sin embargo se estaba desesperando, habían pasado meses, habían salido, habían tenido citas que podría considerar mágicas, pero cuando hablaban de su relación las cosas se tensaban y Suguru decidía dejarlo por la paz, no podía decir que estaba arto de la situación pero sentían que no avanzaban, decidió caminar hacia la casa del pelirrojo, debían hablar de una buena vez, pero lamentablemente llego cuando vio salir a K despidiéndose con un beso en los labios y una suave sonrisa de parte de Hiro, su garganta se cerró dolorosamente y sus ojos escocieron, dio media vuelta y se marcho a su departamento, al parecer el pelirrojo ya tenía su repuesta lástima que no se lo había informado.
Dos días pasaron y tenían que regresar a ensayar, por fin habían empezado los casting para el nuevo integrante de la banda, estaba entre mujeres y hombres, ensayarían una hora y después estarían encerrados escuchando cantar a personas desconocidas quien sabe cuántas horas.
Hiro entro al estudio y miro a Sakano que hablaba con Suguru, sonrió, tenía muchas ganas de verlos, se extraño de que K no estuviera pero estaba seguro de que pronto lo estaría, así que camino hacia los chicos – Sakano, Suguru que bueno que regresemos a trabajar ya extrañaba este lugar.
- Nakano-kun que bueno verte, si tienes razón, ya es momento de que regresemos a las andadas – se rio un poco haciendo reír al pelirrojo en el proceso por sus palabras, volteo a ver a Suguru pero este no le regreso la mirada ni el saludo.
- ¿Suguru?
- ¿Qué? – dijo seco y mirándolo de igual forma, esto estremeció a Hiroshi, Sakano no noto nada y se encamino a la salida.
- hoy ensayaremos solo media hora, si gustan pueden platicar un rato yo voy con el jefe y K no tarda en llegar, me llamo y dijo que en quince minutos llegaba así que regreso pronto.
En cuanto salió Sakano la habitación se hundió en un silencio demás de incomodo - ¿Qué sucede Suguru?
- nada – dijo simplemente poniéndose de pie y caminando hacia su sintetizador.
- vamos Suguru no puedes decir nada, estas… frio – dijo caminando hacia él, no sabía porque pero su corazón comenzaba a doler, no le gustaba que Suguru se comportara así con él, si bien habían sido meses difíciles con la situación de K y Suguru, no quería que el segundo se alejara de él o se portara de esa manera, el lo quería y estaba casi seguro que ya tenía una respuesta, una que hablaba de un futuro con el peliverde.
- ¿frio?... ja… si así me siento – dijo para después mirarlo – sabes Hiroshi, si ya habías regresado con K simplemente me lo hubieras dicho.
- ¿Qué? No…yo…
- no te atrevas a mentirme Hiro, los vi el otro día, vi que salía de tu casa y se despedían muy cariñosamente.
- ¿nos viste? – Hiroshi no se esperaba algo como eso, ahora entendía porque se comportaba de esa manera con el – déjame explicarte, K y yo… no es como piensas, por favor…
- no necesito que me expliques nada, realmente no me importa lo que estés haciendo con K, pero creo que por lo menos debiste decirme que ya habías tomado una decisión…
- no Suguru yo…
- ¡deja de ser tan egoísta! – Le grito – ya tienes a K como querías, se veía que te miraba con amor y tu a el, pero no es justo que tengas a este idiota, que está enamorado de ti, ilusionado por una oportunidad que nunca le diste, ya sea lastima o no ya termínalo.
-¿… lastima…?
-¡solo termínalo!, ¡me lastimas! – Para entonces Suguru ya lloraba frente a Hiro, el cual nunca había tenido la intención de lastimarlo – yo lamento haberte presionado para que me dieras la oportunidad, lo intente, intente hacerte feliz pero para ti no era suficiente porque no querías nada de mí, pero créeme que hubiera respetado el queme dijeras que no… simplemente era decirme “no”.
- Suguru… - Hiroshi estaba angustiado, el no quería que las cosas se dieran así, si había cometido el error de no decirle nada a Suguru que había estado viendo a K, también había cometido el error de darle demasiadas vueltas a la respuesta que le pedía Suguru con todo derecho, pero había cosas pendientes que debían concluirse, nunca pensó que dejar pasar las cosas lastimarían a uno de los dos y mirar al menor en esas condiciones lo hacían sentirse el peor de las escorias – yo…
- sabes, al final, aunque me doliera que escogieras a K lo hubiera aceptado porque tu estarías feliz, lo que me molesta y me decepcionas es que jugaras conmigo de esa manera – Hiro se sentía terrible ante su mirada dolida, pero no podía decir nada, no sabía que decirle para quitar todo ese dolor de su corazón, no, era mentira, el sabia que decirle.
- Suguru yo te…
- ¡hello boys! – K entro sin saber la situación, pero no debía ser muy listo para saber que no había entrado en buen momento.
- no creo poder ensayar hoy, los veré en la sala de castings – Suguru se quito las lagrimas lo más rápido que pudo y tomo su mochila para salir, paso de lado de K pero este lo detuvo del brazo.
- no sé qué está pasando, por lo que te dejare ir, pero antes solo quiero disculparme por la otra vez, yo…
- no importa, realmente no importa – se soltó bruscamente y siguió su camino, K sorprendido miro a Hiro.
- no pude decírselo…
Suguru corrió hacia la azotea dejándose caer de rodillas una vez que llego a su destino, lloro, lloro por el gran dolor en su corazón, sabía que debían hablar, pero en ese momento era más el dolor y la rabia que hacían que no quisiera escucharlo, con lo que había visto había sido suficiente para él, respiro profundamente y miro hacia el cielo, necesitaba un escape, una forma de olvidar.
Paso el tiempo y ya iba tarde a las audiciones por media hora, estaba seguro que Sakano y K le echarían la bronca pero no podía regresar con los ojos tan hinchados y rojos, claro aun estaba algo rojos e hinchados pero no tanto como al principio, cuando iba llegando a la sala se dio cuenta de que no era el único que iba tarde, Sakano venia corriendo muy sonrojado y terminando de fajarse, se coloco bien sus gafas y se asusto al estar frente a frente con Suguru.
- ¿pero que le sucede Sakano-san?
El productor se sonrojo aun mas, nunca pensó que lo que más había soñado y añorado, que creyó jamás pasaría había pasado, por fin había paso y no sabía cómo sentirse, claro, se sentía inmensamente feliz pero aun así, la preocupación, la angustia y la incertidumbre no lo dejaba ser feliz de todo, miro a Suguru y le sonrió nerviosamente.
- ¿tienes tiempo después de las audiciones? – le pregunto al peliverde.
- si… no tengo nada que hacer.
- entonces, te parece tomar una copa conmigo, sé que no tenemos una relación de amistad tan estrecha como la que tienes con Hiroshi – al mencionarlo el menor hizo una mueca de dolor que no paso desapercibida para el otro - … ¿ha pasado algo malo con él?
- creo que te aceptare esa copa, yo también necesito platicar con alguien… me has caído del cielo – Sakano sonrió tenuemente, si bien se arriesgaba mucho el hablar con Suguru, era el más centrado, y también tenía algo de curiosidad de que había pasado entre los chicos, después de todo, desde antes que se marchara Shindou los dos se llevaban muy bien, así que le llamaba la atención que tuvieran problemas.
- saliendo te vas conmigo.
- hecho – sonrió y en eso salió K hecho una furia por el retraso de los chicos.
- ¿se puede saber que están esperando? Tenemos más de media hora esperándolos – dijo mirando a Suguru fijamente.
- lo sentimos – dijo Sakano sonriendo, pero noto como K miraba fijamente a Suguru y como este lo evitaba – vamos – dijo tomando el brazo del chico y haciendo a un lado al rubio entraron a la sala.
Hiroshi estaba sentado en una de las esquinas y al ver entrar a Suguru quiso sonreír pero este ni siquiera le miro, sentándose hasta la otra esquina, Sakano algo incomodo decidió sentarse en uno de los lugares de en medio de lado de Suguru, K suspiro y se sentó en el lugar que quedaba vacio, empezando así el desfile de cantantes. Así pasaron cinco horas, entre pregunta e interpretaciones, unos buenos, otros malos, pero nada llenaba las expectativas, así que decidieron parar por ese día, Sakano y Suguru prácticamente salieron corriendo cuando K los dejo ir, al parecer Hiroshi tendría muy difícil el poder hablar con él.
El productor decidió invitarlo a un bar que no era muy frecuentado pero que tenía un aire tranquilo y acogedor, pidieron un par de cervezas y el primero en hablar fue Suguru, Sakano estaba muy sorprendido de todo lo que paso casi en sus narices y él ni cuenta, ahora entendía lo que había sucedido en las horas de audición, el ambiente tenso, las miradas que K y Hiro le lanzaban a Suguru y como este los evitaba, puso una mano en el hombro del chico que ya lloraba de nueva cuenta.
- no puedo creerlo, no pensé que Nakano-kun fuera de esa clase de persona…
- simplemente fue lastima, sintió lastima del pobre tonto que se enamoro de él como un idiota, su compañero de trabajo, al que tiene que ver todos los días – negaba con la cabeza en lo que tomaba un sorbo de su cerveza – tal vez lo hizo por lo que le pidió Shindou-san, no quiso decepcionar a su amigo.
- la verdad para mi es increíble, pero creo, ¿si me permites darte un consejo? – pregunto, el músico solo asintió – que está bien lo que has hecho, que es momento de que tomes tu camino, que veas lo que tú quieres, que seas egoísta, que no pienses solo en los demás, en lo que Nakano-kun está sintiendo, porque lo primero que debes es preocuparte por ti, porque si no lo haces nadie lo hará y solo al final, el único lastimado serás tu, se que el amor es compartir pero, hay momentos en que debes pensar en ti para poder compartir algo que valga la pena.
- en poca palabras es que me olvide de Hiroshi y busque mi felicidad…
- no, en pocas palabras es que sigue adelante, y si mientras caminas te encuentras con Hiroshi y deseas caminar con el entonces, pues simplemente hazlo, no te deprimas si no fue, y disfruta de lo que será.
Suguru miro a Sakano quien le sonreía tenuemente, la verdad es que tenia razón, el también tenía derecho a ser feliz, y detenerse a pensar en lo que no es y no será no tenia caso, así que le correspondió la sonrisa a productor – y dime Sakano, ¿tu porque llegaste todo sonrojado y arreglándote la ropa al casting? – no pudo evitar sonreír traviesamente ante el sonrojo del productor, nunca lo había visto de esa manera.
- es… es complicado… eres su primo… es mi jefe… yo… - estaba nervioso y sonrojado, lo que había paso en la oficina de Thoma Seguchi era algo que aun no podía creer, entonces Suguru ato cabos y no pudo evitar abrir sus ojos al máximo por la impresión.
- te acostaste con mi primo… ¡¿en su oficina?! – Suguru estaba demasiado sorprendido, pero a la vez se mostraba divertido, la verdad es que no tenían ningún problema que su primo tuviera relaciones con Sakano, Thoma ya había sufrido los estragos de un matrimonio fallido, se merecía una relación estable y pacífica, además de pasional, cosa estaba seguro que a pesar de la finta de Inseguro que tenia Sakano, tenía mucho que ofrecer en ese ámbito si se había atrevido a tener relaciones sexuales en donde trabajan.
- ¿Cómo es que te preocupa más donde y no con quien? – pregunto también sonriendo algo inseguro por la reacción de Suguru.
- vamos primero… -le dio un trago a la cerveza – es mi primo, no mi padre, ni mi hijo para escandalizarme porque tenga relaciones sexuales contigo, segundo, los dos son adultos y tercero, los dos merecen ser felices, así que créeme, a pesar de que es divertido el con quien, por quien es, es más sorprendente el donde por ti, el tímido Sakano, el histérico Sakano, el adorador del todo poderoso Seguchi, tuvo sexo con él en la oficina – los dos no pudieron evitar reírse ante esas palabras.
- supongo que tienes razón – dijo después de reír y solicitar al mesero otras cervezas continuo con la charla – pues… la verdad es que es algo complicado.
FLASH BACK
Desde que Shindou se había marchado, ya algunos meses atrás, Sakano notaba que las cosas no andaban del todo bien en la disquera y con sus compañero, sobre todo lo notaba en su jefe que cada vez que lo veía se miraba cansado y preocupado, no podía apartar su mirada en ese rostro de muñeca oscurecido por la angustia, no sabía qué hacer para ayudarlo, después de todo, a diferencia de los demás, su jefe era una persona solitaria que cargaba los problemas solo, sin ayuda de nadie.
Pero un día no pudo soportarlo mas, el ver a su jefe en el ascensor, recargado en una de las paredes casi dormido, por poco caía al piso si no fuera porque logro tomarlo entre sus brazos, eran las siete de la tarde, por suerte no había ya secretarias, Sakano era más alto que él y un poco mas corpulento, por lo cual cargarlo como princesa no era para nada difícil, además de que Seguchi al parecer no estaba comiendo como se debía y estaba más delgado de lo normal.
Lo llevo en brazos hasta la oficina principal y lo recostó en uno de los sofás grandes, lo acomodo y fue hacia el teléfono, pidió algo de comida para su jefe y espero a que llegara, entro a la pequeña cocina adjunta a la oficina y la dejo en el micro en lo que despertaba su jefe, lo cual no fue hasta casi cinco horas después, ya eran las doce de la noche cuando el príncipe durmiente despertó de su tan reparador sueño, estaba algo desorientado por lo cual se levanto algo alterado.
- tranquilo, se desvaneció de cansancio en el elevador, lo traje aquí para que descansara, sea lo que esté haciendo, si se lastima no será algo bueno – Seguchi lo miro y algo aun desconcertado simplemente asintió.
- ¿Qué hora es?
- pasan de las doce de la noche…
- ¿Qué? – se puso de pie rápidamente, debía estar en otro lugar.
- tranquilo, será mejor que se relaje…
- no entiendes… a esta hora ya debería estar en otro lugar…
- si claro, desmayado – Thoma lo miro, regularmente Sakano estaría todo alterado por verlo alterado a él, pero estaba muy tranquilo y de hecho lo miraba muy enojado.
- ¿Sakano?
- mire sea lo que tenga que hacer, le recomiendo que lo haga después de comer, cargarlo me hizo saber que no se ha estado cuidando bien, es muy ligero, vamos a la cocina, solo le pondré unos minutos a la comida en el microondas, me tome la libertad de pedirle algo – Seguchi ante sus palabras se sonrojo, ¿Sakano lo había cargado?, que vergüenza.
- mira Sakano…
- no mire usted… – Sakano estaba muy preocupado por su jefe, si bien siempre había sido su amor imposible, si bien sabia que nunca sería nada, estaba arto de verlo solo, angustiado y cansado, el necesitaba ayuda aun en su contra – sea lo que este preocupándolo, no debería de cargar con las cosas solo, o por lo menos, si lo va a hacer no se descuide, si usted no está bien que resultado habrá al final, solo mas preocupación y mas tristeza, ahora vamos a comer.
- … - Thoma lo miro, asombrado, era un Sakano completamente diferente al que estaba acostumbrado a tratar, además de que no estaba en sus cinco sentidos, estar tantas horas en el hospital le estaban pasando factura, pero si realmente veía las cosas como las veía Sakano, realmente debía cuidarse sino no sabía a quién mas encargarle su protegido, pero de repente cayó en cuenta de algo - ¿Sakano, estas preocupado por mí, me has estado observando?
Ahora el sonrojado era Sakano, le dio la espalda y se encamino a la cocina a calentarle la comida, pero sin saber porque simplemente susurro – “como no hacerlo si usted es mi sueño” – Thoma se quedo congelado en su lugar, poco a poco sonrió mientras se sonrojaba.
Después de ese día, Seguchi había cambiado mucho para con Sakano, hablaban mas y comían de vez en cuando, e inesperadamente se le insinuaba, mas sin embargo, Sakano seguía siendo Sakano, y muchas veces aunque creía pensar que su jefe le coqueteaba lo desechaba inmediatamente, después de todo, como Seguchi Toma, el amo del universo, quien hasta donde sabia era heterosexual, podría fijarse en un simple y sin chiste empleado, claro, desde la perspectiva de Sakano, pero por parte del dueño de la disquera se estaba desesperando.
Desde que Sakano se preocupo por él, lo había empezado a mirar de diferente manera, después de todo nadie, nunca, se habían preocupado por el, después de todo sabía lo que pensaban de él, pero eso no significaba que no necesitara de nadie, la verdad ya estaba cansado y nunca había tenido nadie que lo viera de forma diferente, se sintió bien que alguien lo cuidaba, así que pensó que porque no tenerlo como pareja, y según como se había comportado Sakano ese día, le había dado pauta de que el productor sentía más que una simple admiración y respeto hacia él, por lo que no importaba si fuera hombre o no.
Pero el día de las audiciones para el nuevo cantante fue el turno de Seguchi de explotar, después de haber interactuado mas con Sakano, sabía que el productor sentía algo por él, algo de forma romántica, algo como lo que Eiri tenía y desaprovecho, el no lo haría, el lo viviría, disfrutaría y sobretodo atesoraría, así que tenía que cerciorarse de lo que Sakano sentía.
- Y bueno, solo eso le quería informar, serán dos días de casting, esperamos encontrar pronto al nuevo cantante y…
- ¡Basta! –Seguchi se puso de pie y camino hacia su empleado que lo miraba sorprendido, preguntándose que había hecho para que su jefe se exasperara, nunca lo había visto de esa forma, pero lo más sorprendente no era eso, su jefe se acababa de sentarse a arcadas sobre el – ya se el plan de trabajo, siempre lo sé todo sobre mi disquera – decía mientras desabrochaba los botones de su camisa – lo que me está causando ahorita un problema es que no logro descifrar si lo que sientes por mi es algo más que una profunda admiración o algo de amor.
- yo… - Sakano lo miraba mientras se quitaba la camisa y se desabrochaba el pantalón – yo… - tenía que admitir que no sabía si estaba soñando o era real, lo que tanto había soñado se estaba haciendo realidad de una forma que nunca imagino.
- más vale que me respondas Sakano – su tono de voz comenzó a ser ronco, sobre todo al sentir como Sakano comenzó a endurecerse bajo su trasero, lo que lo hizo restregarse sacándole un jadeo al de abajo – o simplemente interpretare a tu cuerpo.
Seguía restregándose sobre el cuerpo de Sakano, y aunque el productor era tímido no dejaba de ser una persona reaccionaba ante la seducción de la persona que le gusta, así que sin previo aviso se puso de pie con Thoma sobre él, acostándolo en el escritorio y comenzando a besar su cuello con desesperación.
- Ah… Sakano… - el rubio sonrió, no estaba equivocado, a Sakano no le era indiferente.
- si esto es un sueño… despiérteme antes de que lleguemos hasta el final – Sakano lo miro relamiendo sus labios, haciendo sonrojar a su jefe- porque no pienso detenerme… lo amo y si en este momento no me detiene usted nada lo hará…
END FLASH BACK
- ¿y qué paso? – pregunto Suguru sorprendido de la relación de esos dos.
- pues… no me detuvo…
- oh…
Sakano y Thoma habían tenido relaciones sexuales en su oficina, sobre el escritorio, claro, solo eso le conto el productor, la verdad es que también lo hicieron sobre el sofá y en el piso, por eso había llegado tarde; Suguru solo tenía una duda y no pudo evitar preguntar.
- y… yo… lo siento de verdad Sakano pero tengo que preguntar – dijo riéndose – pero ¿quién fue el pasivo?
Por el sonrojo que tenía en ese momento el productor podría pensarse que él fue el pasivo, pero la realidad es que había sido al revés, y no solo Sakano estaba sorprendido por eso, Thoma nunca pensó tener que aplazar su viaje de negocios por unas horas porque no podía caminar, no cavia duda de que Sakano era un estuche de monerías, un hombre muy apasionado y dominante ante lo que desea, pero a la vez era tierno y cuidadoso, por poco y Sakano se perdía las audiciones por preocuparse por él.
- eso es algo privado – Suguru lo miro tratando de descifrar sus palabras, si bien se había sonrojado haciéndolo pensar que él había sido el pasivo, el que no lo admitiera podría ser porque realmente no había sido él y solo se había sonrojado por el recuerdo de Thoma como pasivo, eso hasta a él lo sonrojaba de tan solo imaginar a alguien tan… tan como su primo, decidió dejarlo por la paz mental.
- ¿y en que quedaron?
- que hablaríamos mañana por la tarde, después de que regresara de su viaje, dijo que… - sonrió de una forma que contagio a Suguru – dijo que hablaríamos sobre nuestra nueva relación sentimental en la cama de su nuevo departamento, que esperaba que pronto fuera nuestro.
- alcanzaste tu sueño Sakano.
- ahora es mi amada realidad – sonrió con algo de lagrimas en sus ojos, lagrimas de felicidad, Suguru le dio una palmadas en la espalda sonriéndole y subió su cerveza.
- brindemos por qué no todas las historias de amores imposibles son verdaderas, ¡Por Sakano y mi primo!
Sanada estaba en un restaurante junto con Lisa esperando a Yukina para informarle el nuevo itinerario, al ver que el pintor aun no llegaba no pudieron evitar presumir de haber logrado separar a la pareja, y como bien sabemos la mayoría de las personas malas siempre presumen a voz alta sus maldades y así son descubiertos.
- me alegra que por fin esos dos estén separados, me repugnaba ver a ese mocoso rondar a Yukina – decía la chica mientras tomaba algo de champaña.
- si por suerte en el último viaje logre interceptar todas las llamadas de ese maldito homosexual – Sanada sonaba muy despectivo al hablar de Kisa – sabia lo importante que era para Yukina que ese chico le llamara, por eso planee mas viajes de los necesarios, no solo para distanciarlos sino también para que pensara que no había interés por parte del mocoso.
- no entiendo porque no te has desecho de Yukina, digo, es también gay, por mi parte solo era cuestión de esperar a que dejara al enclenque ese y – tomo su busto acomodándolo de forma presuntuosa, haciendo ver su mejor cualidad – empezar a actuar para regresarlo al camino correcto.
El representante soltó una gran carcajada a lo que dijo la chica – Por Dios, si que eres estúpida, realmente crees eso, Yukina dejo al chico porque lo vio siendo consolado por otra persona, ya que el te vio besándolo, fuiste lista al ver que el mocoso se acercaba y que Yukina no lo viera y no se diera cuenta de todos los malos entendidos, pero eso no significa que ahora se fijara en ti, si no lo hizo durante meses no lo hará ahora, y sobre lo que preguntas, Yukina tiene demasiado talento, aunque no hubiera dejado al chico ese yo no me desharía de él, pero así trabajo mejor y no tendremos que tratar con los medios cuando descubran la homosexualidad toda vez que no habrá pareja hombre que ocultar.
- desgraciado convenenciero – dijo molesta por lo que había dicho Sanada de ella – tarde o temprano será mío, después de todo es hombre – miro su reloj y se extraño – ¿no era para que Yukina ya hubiera llegado? – un pilar les estorbaba la mirada a la entrada, un pilar que podía ocultar bien la presencia de una persona que escucharía sin ningún problema las fechorías de otros.