Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eunhae: Déjame demostrarte lo que es el amor por MishELForever

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Aquel día Hyukjae se marchó bastante enfadado al instituto. Con la llegada de Donghae, su casa se había convertido en su infierno personal y por primera vez ir a su instituto no le parecía tan mala idea aunque aún no estaba muy seguro si era mejor soportar a los imbéciles de sus compañeros o a Donghae haciéndole la vida imposible en su propio hogar.


Mientras tanto Leeteuk había pedido el turno de la tarde en el hospital para poder llevar a Donghae a ver a Zhoumi y que este le ayudase como lo había hecho con Hyukjae. Por otra parte Donghae se encontraba muy nervioso pues esperaba que el psicólogo no le hiciera preguntas muy personales porque aunque no le contestase nada, se pondría incómodo y los malos recuerdos volverían a atormentarle. Entró a la consulta de Zhoumi, una sala pequeña pero acogedora. Zhoumi estaba en su escritorio mirando unos papeles y cuando escuchó su puerta abrirse, dejó lo que estaba haciendo y alzó su vista hacia Leeteuk y Donghae.


–Buenos días. –les saludó a ambos. Leeteuk le devolvió el saludo y Donghae simplemente asintió tímidamente.


–Vaya Donghae, me alegra que hayas venido. Espero conocerte mejor en estas sesiones. –le sonrió intentando que Donghae se relajará.


–Ya veréis que os vais a llevar muy bien. –intervino Leeteuk. –Bueno, yo estaré en el bar que hay aquí abajo y os dejaré que os conozcáis mejor. –dijo esto último mirando a Donghae y con una sonrisa en sus labios. –Cuando hayáis acabado me llamas para venir a recogerle. –Le dijo a Zhoumi y este solo asintió. Cuando Leeteuk se marchó, Zhoumi se sentó en una butaca y pidió a Donghae que se acostara en otra que había enfrente pero Donghae solo se sentó, nervioso y dispuesto a salir por patas en cualquier momento y era por ello que no dejaba de ver la puerta, su única salida y escapatoria de aquel interrogatorio. Zhoumi se dio cuenta de esto e intentó que Donghae se sintiera cómodo y por el momento decidió no hacerle preguntas muy directas y personales, primero empezaría por conocer sus gustos o su manera de ser para así poder entenderle un poco mejor.


–Bien Donghae, ya llevas viviendo un día en casa de Leeteuk. ¿Qué tal lo llevas?


Donghae respiró un poco más tranquilo al escuchar aquella pregunta pues esta no le causaba dolor ni malos recuerdos, de hecho esa familia había sido la única que le había tratado bien como a su igual y no como a un niño de calle que no valiera la pena. Donghae simplemente se encogió de hombros, esa fue la respuesta que recibió Zhoumi por parte del chico. Zhoumi respiró resignado y se dio cuenta que esto sería más difícil de lo que había pensado en un principio pero no por ello imposible. No sabía cómo pero conseguiría que Donghae hablara libremente y le quitaría el pánico de sus ojos y la familia Lee le sería de gran ayuda.


–Bueno… -le sonrió Zhoumi. –Me tomaré eso como una respuesta de que estás bien… ¿y qué tal se han portado contigo? Bien espero. –Donghae solo asintió. Zhoumi se dio cuenta que el chico solo asentía o negaba y eso por poco que pareciese, ya era un gran paso pues el primer día y durante un mes solo se quedaba inmóvil y mirando un punto muerto, ahora al menos podía decir si estaba de acuerdo o no y mirarle a la cara cuando contestaba. Zhoumi empezó a hacerle más preguntas que solo se pudiesen responder con sí o no y cuando se dio cuenta de que Donghae ya estaba tranquilo con la presencia de este, le hizo una pregunta un poco más personal.


– ¿Así que Donghae no tienes familia verdad? –aquella pregunta alertó a Donghae que empezó a ponerse nervioso nuevamente. Miró por el rabillo de su ojo y vio la gran ventana. El día estaba nublado y parecía que dentro de poco empezaría a llover. Aquella imagen de la ciudad tan triste y desolada iba a juego con la mirada del joven que la contemplaba. Donghae asintió con la cabeza lentamente en forma de respuesta a la pregunta de Zhoumi, este solo la aceptó.


– ¿Y tampoco tienes a nadie que te cuide, no sé, amigos… alguien?? –preguntó curioso Zhoumi. Donghae solo negó mientras sentía su corazón ir muy deprisa. Sus piernas empezaron a temblarle y sus manos a sudarle. Su vista también se empezó a nublar por las lágrimas que querían salir pero se clavó las uñas de sus manos en sus piernas para evitar llorar y que el dolor pasara a otro sitio de su cuerpo que no fuera su corazón.


–Ya veo. –comentó Zhoumi sin percatarse de que Donghae se estaba debatiendo interiormente entre salir huyendo del lugar por la puerta o por la ventana pero el pánico que sentía le hacía quedarse clavado en la butaca.


- ¿Y cómo has conseguido sobrevivir, tan joven y solo? –Donghae ya no pudo seguir contestando de hecho la voz de Zhoumi la sentía como un ruido lejano y en su mente solo aparecían las horribles imágenes que tanto le atormentaban. Zhoumi al fin se dio cuenta de esto y se sintió imbécil por no haberlo previsto. Donghae estaba temblando y mantenía la vista clavada en el suelo.


–Donghae tranquilo, respira. –le pedía Zhoumi pero Donghae ya no le escuchaba este solo estaba sumergido en aquellos asquerosos recuerdos. Se quedó en estado de shock hasta que después de unos minutos pudo lograr escuchar la voz de un Zhoumi muy preocupado. Donghae volvió a levantar la vista y empezó a respirar con dificultad y con su corazón alterado.


–Tranquilízate… ¿Deseas beber algo, un te quizá? Te ayudará a relajarte. –Donghae solo negó con la cabeza. –Está bien, como prefieras… De verdad lamento haberte hecho pasar un mal rato, espero que no me odies por esto. –se disculpó Zhoumi. Donghae volvió a negar, no le odiaba, él solo intentaba hacer su trabajo y no era el culpable del infierno personal del joven. 


Zhoumi llamó a Leeteuk y mientras este volvía, nuevamente volvió a pedir disculpas al chico.


-¿Ya habéis acabado? –preguntó Leeteuk cuando abrió la puerta encontrándose con un ambiente muy frio y pesado.


–Sí ya hemos acabado. –respondió Zhoumi. Donghae se levantó de la butaca, le hizo una reverencia a Zhoumi y se marchó con Leeteuk que le lanzó una mirada cómplice a su amigo antes de salir. 


Cuando salieron había empezado a llover. Era una lluvia muy fina que empapaba lentamente la ropa de Leeteuk y Donghae. En todo el trayecto de vuelta a casa ninguno de los dos dijo nada y a Leeteuk le estaba matando la curiosidad, quería saber qué es lo que había ocurrido en aquella sala y sobretodo quería saber qué hacer en estas situaciones y dejar de sentirse impotente e inútil. 


Al llegar a casa Donghae además de estar ligeramente mojado, se sentía cansado y ahora más que nunca necesitaba una buena ducha que le ayudase a relajarse y a olvidarse de todo. Se fue directo al baño de arriba mientras que Leeteuk se fue a su habitación a buscar ropa limpia con la que cambiarse. Él también necesitaba una ducha y se bañaría en el baño de abajo. 


Donghae entró en aquel baño y nada más entrar vio su imagen en el espejo. Ver su reflejo le estremeció. Siempre intentaba por todos los medios no verse en ningún espejo pues su reflejo le causaba repulsión. Quitó su vista de aquel espejo y empezó a desvestirse lo más rápido que pudo y después prendió la ducha. En un principio le costó regular el agua pero cuando al fin encontró que el agua estaba de su gusto, entró a la enorme bañera donde perfectamente podrían caber dos personas. Tapó el agujero de la bañera pues después quería relajarse con el agua. Se tomó su tiempo en ducharse.


Cerró los ojos porque no deseaba verse, además le daba miedo que el jabón entrase a sus ojos. Se enjabonó el cabello dos veces y sobretodo puso extremo cuidado en limpiar su cuerpo. No le importó gastar mucho jabón, aquel día en especial deseaba quitarse de encima la suciedad de su cuerpo, tanto la de afuera como la de dentro y esa por más que se limpiara nunca se marchaba por ello frotó tanto su cuerpo hasta que este cogió un color rojizo. Cuando acabó de ducharse cerró el grifo y después se sumergió en la bañera repleta de agua templada. En un principio se sintió bastante relajado.


El agua le cubría todo el cuerpo y se sentía flotar en una nube. Nunca había estado en una bañera tan hermosa como aquella, siempre habían sido o pequeñas o incómodas aún así, el baño siempre le relajaba. Con los ojos aún cerrados se dejó llevar por la calidez del agua y el silencio, su amigo fiel. Así estuvo por varios minutos tanto que hasta los dedos de sus manos ya se habían arrugado y el agua ya se estaba volviendo fría y cualquiera que lo viese pensaría que estaba muerto pero a él no le importaba nada de eso, solo quería continuar con ese momento, con aquella paz que solo encontraba allí en esa bañera. Se dejó inundar por los pocos buenos recuerdos que tenía de su infancia con su abuela y eso hizo que se esbozara una especie de sonrisa torcida en su rostro.


Continuó así hasta que aquellos bonitos recuerdos fueron sustituidos por otros, el día en que la única persona que le quiso, su abuela paterna, murió dejándole con su padre. Fue en ese momento que Donghae probó por primera pero no última vez, el sabor de la soledad en un mundo frio y cruel que le convirtió en lo que es ahora, un muerto viviente. Con aquellos recuerdos que intentaba reprimir, unas lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas. Él solo deseaba volver a estar en los brazos de su abuela, ver su sonrisa y que le dijese que le quería. Dios, hacía tantos años que nadie le decía esa palabra, que nadie le abrazaba y mucho menos le consolaba. Deseaba tanto volver a reunirse con su único ser querido pues su madre había muerto en el parto y no llegó a conocerla y su padre era otra historia. Tan dolido como se encontraba, volvió a hacer lo que en tantas otras ocasiones había hecho en un intento desesperado de reunirse con su abuela.


Cogió aire y se sumergió más en la bañera hasta que su cabeza entera se encontraba en el interior del agua que con el tiempo se había vuelto fría. Sumergido como estaba y conteniendo la respiración, no podía escuchar ni el latido de su corazón que por segundos dejaba se funcionar. Poco a poco fue dejando ir el aire y su corazón empezó a ir muy deprisa, el pobre estaba desesperado por sobrevivir pero a su amo parecía no importarle. Donghae pensó que quizá así de rápido latía el corazón de una persona enamorada pero él por desgracia nunca había sentido eso y de verdad quería enamorarse porque aunque esa persona no le correspondiese, el simple hecho de enamorarse haría que su vida valiese la pena y que tuviera una razón para vivir y si esa persona sintiera lo mismo que él cosa imposible, él sentiría que todos los males que le tocó vivir, valieron la pena pues le recompensaron con el amor de su vida pero este no llegaba y no le salvaba de aquella vida. Fue entonces cuando recordó a la familia Lee, y mentalmente les agradeció a todos por haber sido tan amables con él que lo único que había hecho era comportarse mal y no haberles dado ni las gracias por todas las molestias y al pensar en ello, pensó que si se moría ahora, Hyukjae se sentiría feliz pues ya no tendría a un molesto chico metido en su casa y ya podría volver a descansar feliz con su familia.


Todo aquello pasó en esos segundos por su cabeza pero de repente sus pensamientos se esfumaron pues ya prácticamente no le quedaba aire y su corazón ya iba lentamente, tan solo faltaban unos segundos y todos sus sufrimientos se esfumarían pero de nuevo el pánico le atacó y sin pensarlo salió del agua intentando tomar todo el aire que le fuera posible. Su cuerpo estaba temblando y ni él mismo acababa de creerse lo que acababa de hacer. Esta vez estuvo mucho más tiempo sumergido pero nuevamente no había podido dar el paso a pesar de lo cerca que había estado. Pero es que de verdad el mundo parecía que no quisiera que muriera, era como si más desgracias le estuvieran esperando y hasta que no las padeciera todas no podría morir. Cuando ya se había recuperado del susto y su cuerpo volvía a funcionar como antes, decidió que ya era hora de salir de la bañera. Cuando salió de esta, se colocó la toalla y después quitó el tapón de la bañera y el agua se esfumó en cuestión de segundos. Donghae iba a cambiarse pero entonces fue consciente de que había olvidado traer consigo una muda limpia para cambiarse además que tampoco tenía otra ropa.


Nuevamente no sabía qué hacer, se encontraba prisionero en el cuarto de baño pues le aterrorizaba la idea de salir de este y encontrarse a Leeteuk.


–Respira, tranquilízate. –se ordenaba mentalmente. Este día estaba siendo cada vez peor y parecía no querer acabarse nunca. Pensó que si corría podría llegar a la habitación de Sungmin en cuestión de segundos y allí se pondría la ropa con la que vino ayer. Abrió la puerta decidido pero cuando la estaba cerrando, se giró y se encontró de pleno con su imagen reflejada en el espejo. Eso había sido peor que mala suerte pues solo le faltaba eso para acabar por derrumbarse. No pudo apartar su mirada de aquel espejo y empezó a ver su horrible cuerpo. 


Mientras tanto, Hyukjae acababa de llegar del instituto pues al estar lloviendo, su profesor de educación física les había dado permiso para marcharse. Por el camino Hyuk había considerado seriamente la posibilidad de quedarse por ahí y no volver aún a su casa pero estaba lloviendo así que no le quedó de otra.


Al llegar lo primero que quería hacer era quitarse esa ropa mojada y darse un buen baño. Dejó su mochila mojada, que había utilizado inútilmente como un paraguas, en el sofá y después se dirigió a su habitación pero no pudo llegar pues vio como Donghae estaba en el baño con una simple toalla y la puerta abierta pero lo que le llamó la atención fue su cuerpo rígido y en cuestión de segundos se vio corriendo y sujetando el brazo derecho a Donghae que había intentado darle un puñetazo al espejo para ya no verse más. Aquello pilló desprevenido a Donghae que sintió su corazón acelerarse en cuestión de segundos. Rápidamente intentó zafarse del agarre de Hyuk pero este no le soltaba más bien le apretaba un poco más pues tenía miedo de que si le soltaba, Donghae volviese a intentar romper el espejo y con ello romperse la mano. Pero al ver el rostro asustado del joven, Hyukjae volvió a la realidad y le soltó. Hyuk seguía sin comprender por qué Donghae quería hacer algo así y tampoco sabía cómo consolarle o que decirle. Mientras lo pensaba se dio cuenta de que Donghae estaba muy nervioso y parte de ello se debía a que estaba delante suyo y semidesnudo y fue entonces cuando recordó que al joven no le gustaba ni que le tocasen, mucho menos le gustaría que le viesen el cuerpo. Tomó aire y finalmente habló para quitar el silencio incómodo que se había creado. –Sígueme. –le dijo y se dirigió a la puerta de su habitación. Pero cuando se giró para ver al menor, se dio cuenta que este ni siquiera se había movido de su sitio.


–Vamos, ven aquí. –le volvió a decir un poco más amable y abrió la puerta de su habitación. Donghae le siguió y cuando entró se encontró con Hyukjae buscando entre su armario. Este sacó una camisa y un pantalón y después cerró el armario pero en las puertas de este había dos espejos bastante grandes. Al ver aquello Donghae se puso rígido nuevamente pero no hizo falta que dijera nada pues Hyukjae recordó el anterior incidente y pensó que lo más prudente sería dejar abierta las puertas y que Donghae se olvidase de los espejos por lo que quedaba de día.


–Toma esto te servirá por hoy. –le dijo mientras le entregaba su ropa. Donghae no se lo podía creer, ¿Hyukjae estaba siendo amable con él?? Si pensaba que seguramente le quería degollar por haber intentado romper un espejo que no era ni suyo, pero no, allí estaba con una cara repleta de preocupación o al menos eso le parecía al menor. 


Donghae cogió la ropa de Hyukjae y le hizo una reverencia que era su manera de demostrar lo agradecido que estaba.


–Espera… aún falta algo. –dijo Hyuk y esta vez se dirigió al armario pequeño que estaba al lado de su cama. Abrió el primer cajón y sacó un calzoncillo. –Toma, esto… esto también te hará falta. –le dijo un poco avergonzado y Donghae los tomó de la mano de Hyukjae y en las mejillas de ambos aparecieron un bonito color rojo. –Bien, recuerda que esto solo es un préstamo, otro día ya me lo devolverás. –Donghae solo asintió un poco más tranquilo pero con su corazón igual de alterado, siempre le pasaba cuando estaba con Hyukjae. 


Donghae volvió a hacerle una reverencia a Hyukjae en forma de agradecimiento por todo lo que había hecho y después empezó a marcharse. –Y Hae. –le dijo Hyukjae y el nombrado solo se giró expectante. –Estate tranquilo que no pienso decir nada de lo ocurrido a Leeteuk ni a ningún otro, sé guardar un secreto. –le dijo aunque lo último había sido con segundas intenciones pues no sabía por qué pero en aquel momento sí deseó que el joven confiara en él y que le contara que le ocurría. Donghae solo le sonrió y se marchó. La sonrisa fue triste pero sincera y para Hyukjae fue además muy hermosa, tanto que su corazón quedó latiendo con más intensidad. 


 


***


 


En la tarde Hyukjae seguía pensando en el joven y en todo lo que había pasado pero siempre acababa recordando esa sonrisa. Era la primera vez que le veía sonreír y se sintió bien al saber que esa sonrisa había sido dirigida única y exclusivamente a él. Pensó que de esta manera Donghae se veía mucho más hermoso y que quizá le hiciera sonreír más seguido, solo por razones estéticas claro.


Mientras Hyukjae seguía en su habitación con su cd puesto y sumergido en sus pensamientos que se podrían reducir a una palabra: Hae. En la casa acababa de llegar Kyuhyun un amigo de Sungmin que a pesar de ir a diferentes cursos, habían congeniado hasta tal punto que Sungmin se había encariñado un poco más de la cuenta y le quería más que como un simple amigo pero no se atrevía a decirle nada puesto que le llevaba tres años más y no quería espantarle. Por esa ``amistad´´ que les unía, hoy le había sido imposible a Sungmin negarse a ayudarle con un trabajo de Historia y tan feliz que se había sentido, había acabado invitándole no solo a su casa si no que también a pasar la noche allí.


No era la primera vez que quedaban así que Kyuhyun aceptó encantado y no fue hasta más tarde que Sungmin recordó la existencia de Donghae y que ahora era su nuevo compañero de cuarto. Fue en ese momento que maldijo su mala suerte pero entonces se le ocurrió que quizá Heechul pudiera ayudarle y que Donghae durmiera con él solo por una noche pero por más que lo intentó, la respuesta de Heechul fue un rotundo NO. Y cuando ya se iba a dar por vencido recordó a Hyukjae. Estaba más que convencido de que este no solo se negaría si no que también quisiera matarle pero ahora mismo estaba desesperado y no le importaba morir si aquella noche volvía a dormir con Kyuhyun. Así que durante la tarde y la cena, Sungmin le hizo creer a Hyukjae que Donghae dormiría con Heechul pero cuando ya era hora de ir a dormir, Sungmin con todo el dolor de su alma, dejó a Kyuhyun poniéndose el pijama y se llevó a Donghae a la habitación de Hyuk.


Donghae tampoco sabía cuáles eran los planes de Min, lo que él pensaba era que esa noche dormiría en el sofá de la sala y por eso se le hacía extraño que Min llamara a la puerta de la habitación de Hyukjae. Por otro lado, Hyuk al escuchar los insistentes golpes en su puerta, un escalofrío recorrió su espalda y tuvo un mal presentimiento aún así acabó por abrir la puerta pues parecía que si no lo hacía, Sungmin acabaría por derribarla.


-¿Qué pasa? –dijo enfadado mientras había la puerta. Cuando la abrió no solo se encontró con Sungmin si no que también con Donghae y enseguida se dio cuenta de las intenciones de su amigo, así que cerró la puerta rápidamente pero Sungmin fue más rápido y antes de que esta se cerrase del todo, colocó su pie en medio.


–Sungmin no pienso hacerlo, ni loco así que o quitas tu pie o te lo arranco, tú decides. 


-Venga Hyuk no te pongas así y hablemos.


-Yo no tengo nada de qué hablar.


-Pero Hyuk… recuerda que me debes más de una… porfa… ya sabes que si no estuviera desesperado no te lo pediría.


-Te he dicho que NO y es que NOOOO. Pídeselo a Heechul.


-Ya lo he hecho pero no ha querido.


-Ahhh que yo soy el segundo plato ehh. Pues mi respuesta también es un NO ROTUNDO. –decía cabreado y Donghae no comprendía nada. 


-Hyuukkk por favor. 


-Sungmin que No, NO PIENSO DORMIR CON DONGHAE NI HOY NI NUNCA. –gritó mientras abría la puerta para que Sungmin quitase su pie y así poder cerrarla y irse a dormir pero Sungmin nuevamente fue más listo y cuando quitó su pie, cogió a Donghae por la espalda y literalmente lo empujó a los brazos de Hyuk. –Pues solo por hoy duerme con él. –dijo mientras empezaba a correr hasta llegar a su habitación y encerrarse en ella.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).