"Un Equipo"
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Shuichi trataba y trataba de moverse y para su buena suerte lo consiguió, al parecer el dichoso hechizo no duraba mucho tiempo, pero debía aparentar que aún no podía moverse para así escapar de las garras de ese chico y poder ir en busca de su Yuki.
Mientras tanto, Yuki y los demás estaban volando por los alrededores, todos estaban sumamente preocupados por Shuichi y más cuando ese chico tenía las claras intenciones de llevarlo de regreso con Ryuji.
—Yuki veía a todos lados con un deje de preocupación, en esos momentos no le importaba mantener su orgullo, ahora solo le importaba encontrar a su Baka, partirle la cara al desgraciado que se atrevió a tocar lo que por obvias razones le pertenecía. — ¡Maldición!—Masculló entre dientes con una furia total que le carcomía desde dentro de su ser. — ¡Juro que en cuanto encuentre a ese desgraciado deseara que solo le parta la cara!—Exclamó con furia.
—Tranquilízate Eiri-san, con alterarte no lograrás hacer nada, además dudo mucho que hayan llegado muy lejos. —Hablo el peliverde lo más calmado que sus nervios le permitían.
—En eso tiene razón el jefe, además si vamos al lugar donde se supone que deben llevar al Pink Boy, entonces lo encontraremos y le daremos la paliza de su vida a ese bastardo. —Dijo el manager con extrema seriedad.
—Creo que ya logre localizar a mi mami. —Informó el pequeño, el cual estaba usando sus habilidades de rastreo sin importarle acabar con sus energías.
—Entonces guíanos, pero con prisa. —Pidió el rubio escritor con preocupación.
El pequeño asintió y comenzó a volar con más prisa, situándose frente a los tres adultos, los cuales lo seguían y de vez en cuando miraban por los alrededores.
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Mientras tanto Ryuji, el cual estaba dentro del juego con su apariencia del "Rey Diamond", estaba completamente furioso porque ninguno de los jugadores le había llevado a su preciada Princesa, así que decidió tomar medidas drásticas y de paso castigar a su "amada prometida", mando varios tipos de monstruos, unos más grandes que otros, otros tenían tentáculos o pinzas por brazos y manos, al ver sus preciadas creaciones, el ahora peli plata sonrió de medio lado, mostrando de paso su blanca dentadura.
—haber si con este escarmiento aprendes tu lección mi linda prometida...con esto aprenderás que nunca podrás alejarte de mí.—Susurró con malicia el peli plata y con sus ojos rojos llenos de un brillo rencoroso.—Vayan y encuentren a mi prometida, quiero que la traigan, pero también que le den un buen susto, claro que si algún jugador ya la está trayendo, actúen con disimulo y háganse el típico papel de tipos malos, pero quiten a los otros jugadores del camino, lo que quiero es tener a mi prometida lo más pronto posible.—Ordenó con seriedad y aura autoritaria.
Después de aquella orden todos los monstruos se fueron hasta desaparecer de la vista del peli plata, con la clara intención de acatar las órdenes de su amo y creador.
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Shuichi ya estaba harto de que aquel castaño lo llevara como costal de papas, lo peor de todo es que el tipo no le había quitado la mirada de encima y por ello no se había podido mover para poder huir.
En cuanto al chico, pues estaba llevando a la peli rosa, aunque estaba ya harto de llevar a la chica y esta no había dicho ninguna palabra, lo cual lo molestaba por alguna razón, pero decidió no tomarle Importancia, después de todo ya había llegado al lugar, pero justo antes de entrar, Yuki y los demás hicieron su aparición frente al castaño, el cual estaba sorprendido, pero decidió restarle importancia, para después colocar sin cuidado alguno a la peli rosa en el frio y lodoso suelo, luego miro a todos los que estaban frente a él y sonrió de medio lado.
—Vaya, vaya, parece que fueron bastante rápidos como para alcanzarme, pero sepan que yo no pienso perder una oportunidad como esta. —Hablo con seriedad y una mirada llena de determinación mientras sacaba su espada.
—Maldito, que no entiendes que no voy a permitir que Shuichi regrese a esa jaula con el maldito enfermo de Ryuji.—Hablo en voz alta el escritor con una cólera inundando todo de si mientras sacaba su espada y miraba con furia a aquel desconcertado castaño.
— ¿Shuichi?, ¿quién rayos es Shuichi?—Preguntó con intriga el castaño mientras veía al rubio frente a él y luego miro a la chica que estaba cerca de sus pies. —Yo no conozco a ningún Shuichi, yo solo quiero ganar el maldito premio y llegar al penúltimo nivel y para eso debo entregar a la Princesa Amatista al Rey Diamond. —Dijo con furia el castaño mientras tomaba con brusquedad el brazo de la peli rosa.
—Maldito, estas lastimando a Shuichi. —Dijo con furia el rubio mientras se preparaba para matar al desgraciado frente a él.
—Mami...por favor escuche, mi mami se llama Shindo Shuichi y en estos momentos lo está lastimando. —Explicó con preocupación el niño.
—El castaño abrió los ojos con sorpresa y viro a ver a la chica, dándose cuenta de la expresión de dolor en el delicado rostro femenino, luego viro a ver al equipo frente a él. —Shindo Shuichi, el vocalista de Bad Luck. —Susurró incrédulo. — ¿A ese Shuichi te refieres?—Preguntó mientras miraba con atención al pequeño niño.
—Sí, no sé cómo paso, pero desde hace unos meses mi mami está en coma, por alguna razón después de jugar este juego el quedo en coma, mi papi y mi tío Tohma dicen que el señor Amano Ryuji fue el causante de esto y justo ahora le estás haciendo daño a mi mami. —Explicó lo más claro posible.
—El castaño abrió los ojos y lentamente libero de su agarre a la peli rosa, la cual para sorpresa suya se fue corriendo hasta llegar a los brazos del rubio mayor, el cual correspondió aquel abrazo con desesperación, fue en ese preciso momento que se dio cuenta de que sin proponérselo estaba ayudando con su maquiavélico plan a Amano Ryuji. —Como lo lamento, perdónenme por todos los problemas que les cause. —Se disculpó completamente arrepentido mientras se arrodillaba frente a todos.
Claro que, justo antes de que alguno si quiera hablara, un montón de monstruos aparecieron frente a ellos y comenzaron a atacarlos.
Yuki como pudo voló lejos de aquel ataque con Shuichi y Riku en sus brazos, mientras que Tohma y Mr.K volaron lejos de aquellos tentáculos, en cuanto al castaño, este fue rápido y destruyó a dos de un tiro, claro que aun habían muchos monstruos.
Una pelea dio inicio, Yuki hacia lo posible por proteger a Shuichi y al pequeño Riku, los cuales estaban abrazados viendo aquella batalla, Tohma hacia lo posible por destruir a aquellos monstruos, K disparaba certeramente acabando grandes cantidades de monstruos y el castaño apuñalaba a matar a todos los monstruos que se ponían en el camino, pero por más que intentarán acabar con aquella batalla, más monstruos hacían acto de aparición.
— ¡Maldición son demasiados!, ¡si esto continua así no lograremos nada! —Hablo con frustración el escritor mientras eliminaba a tres monstruos a la vez.
— ¡Esto ya es fastidioso!—Exclamó con molestia el manager mientras tiraba una granada, acabando con una gran cantidad de monstruos.
—Debemos tratar de calmarnos y pensar una estrategia para acabar con esta pelea. —Sugirió el presidente de NG mientras acababa con un monstruo.
—Shuichi veía con impotencia aquello, pero al mirar aquella batalla infinita se dio cuenta de que por alguna razón todos los monstruos solamente atacaban a Yuki, K y Tohma, luego viro a ver al castaño y vio que alguno que otro monstruo lo atacaba, fue allí cuando se dio cuenta.—“No puede ser...Amano Ryuji está cumpliendo con su amenaza”.—Pensó la peli rosa con angustia y fue en ese momento que tomó una difícil decisión, se acercó al castaño y agarro su mano para después atraerlo hacia el lugar donde debían hacer la entrega.
—Yuki vio lo que su Baka estaba haciendo, pero no podía ir por él y todo porque los monstruos seguían saliendo. —¡¡SHUICHI!—Grito con impotencia y dolor.
Shuichi escucho el grito de su amado, pero no se detuvo y siguió su camino hasta llegar al lugar, estaban justo en medio de dos torres de cristal de un extraño color jade, en el piso habían extraños gravados en forma de distintas flores, Shuichi se puso en medio de ambas torres y miro al chico frente a él con una cálida sonrisa y fue así como el castaño se dio cuenta de lo que la peli rosa estaba planeando.
—No puedo hacer tal cosa, no ahora que se quién es en realidad. —Hablo el castaño completamente alterado, pero solo vio a la peli rosa negar con la cabeza y antes de decir algo más vio que de la nada apareció el famoso Rey Diamond.
—Gracias por haber regresado a mi amada prometida y como recompensa te otorgo pasar sin problemas al nivel nueve con todo y arsenal, por ahora mi amada y yo regresaremos a nuestro hogar. —Dijo con una cínica sonrisa para después comenzar a desaparecer junto con la chica, dejando al castaño con un arsenal infinito y su pase libre al penúltimo nivel.
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Fuera del lugar, aquellos monstruos desaparecieron como llegaron, dejando a todos muy desconcertados, hasta que vieron al castaño salir del lugar con la mirada perdida y lo más importante sin Shuichi.
—Yuki se acercó al castaño y lo tomo del cuello de la camisa. — ¡¡¿DÓNDE ESTÁ SHUICHI?!!—Grito con furia y preocupación mientras sacudía al castaño.
—El chico reacciono y miro con un deje de culpa al rubio. —Se entregó al Rey...hizo como que yo fui el ganador y no tienen idea de cómo lo siento. —Susurró con arrepentimiento.
—Yuki soltó al castaño y se tiró de rodillas al suelo. —¡¡MALDICION!!—Grito con furia mientras golpeaba con fuerza el suelo.
—El castaño en ese momento tomo una decisión, saco su menú y agregó a todos los presentes en su equipo, los cuales al recibir la invitación miraron al castaño con sorpresa. —Ahora que son parte de mi equipo, por ley y reglas del juego ustedes irán conmigo al nivel nueve, les juro que yo, Yamato Ren les compensare el daño que les cause, así que mejor nos damos prisa. —Dijo el castaño con seriedad y al instante todos fueron transportados a otro lugar.
—Yuki se acercó al castaño y le dio la mano. —Eiri, Yuki Eiri y como veo que ese Baka también tiene la culpa de lo que paso no voy a partirte la cara. —Dijo el rubio con seriedad.
—Ren sonrió de medio lado y le dio la mano al rubio. —Creo que hasta yo mismo me rompería la cara, por ahora será mejor llegar al último nivel. —Sugirió con una sonrisa.
Todos asintieron con decisión, después de todo tenían que llegar al último nivel antes de que el malvado Ryuji le hiciera algo malo a Shuichi.
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Ryuji veía a su preciosa obsesión con una mirada llena de lujuria y malicia, y todo porque justo después de llegar a aquella jaula, Ryuji no conforme encadenó uno de los pies de la peli rosa a la pata de la cama, le divertía tener prisionera a la pobre peli rosa, la cual veía con recelo al hombre frente a él o en este caso a ella.
—Kanaria-chan, la próxima vez que te escapes, te juro que soy capaz de violarte. —Amenazó con un brillo morboso en sus ojos, prácticamente se comía con la mirada a la peli rosa. —Por ahora me voy mi linda prometida. —Dijo para después irse del lugar.
—Shuichi viro a ver hacia afuera y comenzó a llorar. —Aquí te espero...Yuki. —Susurró entre sollozos.
CONTINUARA