"Trabajo en Equipo, Victoria Asegurada"
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Veían aquel lugar con duda e intriga y hasta con algo de nerviosismo, claro que era obvio puesto que el nivel nueve era algo tenebroso.
El bosque era un lugar desierto y grisáceo, los arboles solo tenían una que otra hoja y estas eran de color negro, la tierra era oscura y dura, era como pisar concreto, el cielo era gris con nubes negras y ni qué decir del fuerte viento que azotaba con toda su fuerza, era como si en cualquier momento fuera a llover.
Comenzaron a caminar, mientras veían con atención aquel sombrío paisaje, pero de un momento a otros varios monstruos comenzaron a hacer acto de aparición en frente de ellos.
—Yuki se defendía y a la vez protegía al pequeño, pero cada vez se le hacía más difícil, de verdad que aquel nivel era el más peligroso hasta el momento. —Debemos irnos y pensar una forma de pasar el nivel. —Hablo en voz alta y con seriedad, aquella batalla no la ganarían y lo sabía.
—Concuerdo con usted, Yuki-san. —Hablo el castaño con seguridad, él también sabía que si no pensaban en alguna forma de lograr pasar el nivel sin morir, tendrían que pensar un buen plan.
—Pues a moverse. —Dijo el manager mientras tiraba una bomba de humo al suelo.
En cuanto aquella bomba realizó su cometido, todos huyeron del lugar y se ocultaron en una oscura cueva a pensar alguna forma de terminar el nivel y llegar al último para salvar a Shuichi.
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Shuichi se encontraba sentado en aquella cama, viendo hacia afuera con una mirada llena de melancolía y tristeza que se reflejaba en aquellos amatistas, se levantó y se acercó para poder tocar lo dorados barrotes, pero justo antes de llegar sintió un jalón en su pie derecho y recordó que ya no tenía ni derecho a acercarse a los barrotes para ver hacia afuera, aquella cadena se lo impedía, así que con derrota se regresó a la cama a seguir tratando de dormir, pero un sonido lo interrumpió.
Viró a ver hacia la puerta, encontrándose al peli plata entrando con una enorme sonrisa, la cual de alguna manera le hacía sentir nervios.
— ¡Buenos días...Kanaria-chan!—Saludo sonriente el hombre peli plata mientras cerraba la puerta. — ¿Cómo amaneció mi linda prometida?—Preguntó con un toque burlón mientras se acercaba lentamente a la cama.
— ¿Cómo cree usted?—Preguntó con ironía. —Mal...Como todos los días desde que me atrapo...sintiendo no solo asco y repulsión hacia usted...también siento un profundo odio...odio hacia usted, Amano Ryuji. —Se expresó con voz dolida y una mirada fría hacia el hombre frente a él o en este caso ella.
Ryuji se enojó al escuchar aquello, no lo podía creer, su ídolo no lo quería ni un poco, por el contrario, Shindo Shuichi lo odiaba con todo su ser, pero él no estaba dispuesto a tolerarlo, el haría que su amado lo amara como él lo hacía, así tenga que obligarlo.
De un momento a otro se situó en la cama, quedando encima de la peli rosa, la cual lo veía con miedo y pavor, además de estar temblando, eso lo enojo aún más, así que con una de sus manos aprisiono las pequeñas y delicadas manos de la chica y las puso encima de su cabeza, para que después comenzará a besar el blanco y fino cuello de la chica, la cual comenzó a retorcerse ante aquel contacto.
— ¡¡SUELTEME!!, ¡¡NO QUIERO QUE ME TOQUE!!—Grito con miedo mientras trataba de soltarse de aquel agarre.
—...—Los rojos ojos del hombre brillaron con lujuria, se alejó del cuello de la peli rosa y se relamió los labios con un toque lleno de perversión, para después con solo chasquear los dedos, tenga las manos de Shu atadas a la cabecera.
—Shuichi, estaba asustado, veía a aquel hombre con miedo, no quería que lo tocara, pero por más que trataba no lograba soltarse. —¡¡NO QUIERO QUE ME TOQUE!, ¡SUELTEME!!—Grito con desesperación y pánico.
—El peli plata se molestó aún más, ya no lo soportaba más, y sin poder evitarlo más, le dio una fuerte bofetada a la peli rosa, tan fuerte que viro la cara de la chica. —¡¡YA CALLATE!!, ¡¡ENTIENDE DE UNA BUENA VEZ QUE TU ME PERTENECES!!—Grito furioso mientras comenzaba a pasar sus manos por las delicadas y bien formadas piernas de la chica, hasta llegar al vientre descubierto, donde comenzó a lamer aquella blanca piel.
—Shuichi abrió los ojos con sorpresa, por alguna razón sentía un asco total cuando Ryuji tocaba su vientre, no quería tenerlo cerca de ese lugar, sentía que el único merecedor de acariciar, tocar o besar su vientre era su amado Yuki y con esa razón azotando su ser, le dio una fuerte patada en su zona íntima a aquel hombre que tanto odiaba. — ¡¡NO ME TOQUES DE ESA MANERA!!—Rugió con furia y con sus manos ya liberadas por haber hecho que el hombre perdiera control absoluto.
—Maldito...te juro que me las pagas. —Hablo con furia, pues el golpe le había dolido como si estuviera en la vida real, no por nada ajusto los sentidos de ambos, solo para su propio disfrute y beneficio, pero no conto con que la peli rosa lo pusiera en su lugar, pero iba a hacer pagar a Shu, pero recibió una llamada urgente. —Por esta vez te salvaste, pero ten por seguro que pronto seguiremos donde nos quedamos. —Hablo seriamente para después abandonar el lugar.
—Shu se quedó en la cama sobando su mejilla mientras lloraba, pero recordó aquella cálida sensación de haber protegido su vientre y por alguna razón dirigió sus manos a ese lugar, sobándolo con un fino y tierno cariño. —Estoy sintiendo que algo ha cambiado...seria lindo si Yuki y yo pudiéramos tener un bebé. —Susurró con una sonrisa mientras acariciaba dulcemente su vientre y lo miraba con cariño.
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Habían decidido comenzar a caminar, pero de manera sigilosa y además escondidos, no iban a llamar la atención de los monstruos y mucho menos la de los otros jugadores, pero en su camino llegaron a lo que parecía un gran y muy llamativo pórtico, pero lo más curioso, era que el aquel pórtico era formado por dos inmensas torres de marfil con piedras preciosas de varios colores y una puerta negra de madera de roble y una dorada perilla, unos cinco escalones de un color entre blanco y crema, pero por alguna razón no había ningún edificio o algún lugar al que entrar, al menos eso era sospechosamente extraño para Yuki, Tohma y Mr.K porque tanto Ren como Riku sabían de qué se trataba ese extraño pórtico.
—No lo puedo creer, no pensé que existiera. —Susurró con sorpresa el pequeño niño.
—Yuki vio a su hijo con intriga. — ¿Qué es ese pórtico?—Preguntó con duda.
—Ren viro a ver a Riku y luego a los tres adultos de que lo acompañaban. —Ese pórtico es conocido como el "Portal del ganador", es nuestro pase fácil al último nivel, el problema es que solo pueden usarlo dos jugadores y después desaparecerá para ir a otro nivel a esperar ser encontrado. —Explicó con seriedad el castaño.
—Entonces yo iré, pero ¿quién me va a acompañar?—Preguntó con intriga.
El castaño iba a ofrecerse, pero ni tiempo tuvo de dar su opinión porque de un momento a otro, tanto monstruos como jugadores llegaron al lugar y todos se pusieron en pose de pelea.
—Eiri-san, date prisa, nosotros nos encargamos. —Dijo Tohma a su protegido mientras detenía un ataque.
—Busque al Pink Boy y sálvelo o le juro que le vuelo los sesos. —Amenazó el manager mientras disparaba con certeza.
—Eiri-san vaya con Riku-kun, el aparte de mi sabia del pórtico, estoy seguro que logrará hacer que pase al nivel diez, pero solo uno podrá entrar, ya que el otro servirá como llave directa y automáticamente perderá el juego.—Advirtió el castaño mientras protegía a padre e hijo.
—Andando mocoso. —Dijo el escritor mientras abría la gran puerta.
—Cuídense todos. —Susurró el pequeño con gratitud.
Cuando ambos rubios entraron por aquella puerta, esta automáticamente se cerró y una luz que dejo cegados a todos los presentes envolvió el pórtico, para que cuando todos abrieran los ojos, el gran pórtico hubiera desaparecido.
~ஐ~
Había pasado un buen rato desde que entraron por aquel pórtico, ahora se encontraban frente a una reja dorada, la cual estaba cerrada y lo que frustraba a ambos rubios, era que del otro lado de aquella reja estaba el gran árbol con una jaula dorada, donde Shuichi aguardaba, claro que lo que el escritor no esperaba estaba sucediendo, su pequeño hijo había usado sus poderes para abrir la reja.
—Riku, ¿por qué?—Preguntó con sorpresa.
—El pequeño sonrió a la vez que comenzaba a desaparecer. —Al menos yo...seré el primero en ver a mi mami...despierto...por favor sálvalo y seamos una familia...como cuando los conocí...papi ve por mi mami. —Pidió con una sonrisa para después desaparecer.
—Yuki sonrió de medio lado. —Así lo haré...hijo. —Susurró para después entrar al nivel y comenzar a volar para llegar a aquella jaula.
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Shuichi veía el exterior desde aquella cama, cuanto ansiaba salir de ese lugar que tanto aborrecía, pero solo le quedaba esperar a que su amado lo fuera a buscar, cosa que lo preocupaba demasiado, temía que Ryuji le hiciera algo a su Yuki y a su hijo, iba a seguir pensando, no tenía nada más que hacer, pero un fuerte sonido que provenía de la puerta lo hizo virar a ver, encontrándose a su amado escritor.
—Yuki. —Susurró con sorpresa a la vez que de sus amatistas comenzaron a hacer acto de aparición finas gotas salinas.
—El mismo. —Dijo el escritor mientras se acercaba a la cama, pero cuando vio el pie de su Baka frunció el ceño, así que no perdió el tiempo y con su espada rompió aquella cadena, liberando a la peli rosa, la cual no dudo en abrazar a su escritor. —Ya está todo bien. —Susurroó el escritor para después ayudar a la peli rosa a levantarse. —Es hora de ir a casa. —Susurró con alivio.
—Gracias Yuki. —Susurró la peli rosa con alegría.
—Me temo que eso no va a ser posible Yuki Eiri. —Dijo con fríamente Ryuji, el cual acababa de llegar y miraba a los amantes con rencor. —No voy a permitir que alejes de mí a mi lindo Shu-chan. —Hablo con furia.
—Yuki no perdió tiempo y puso a la peli rosa tras de él mientras miraba con odio al peli plata. —Shuichi es mi amante y muy pronto esposo, así que antes de dejarlo contigo prefiero mil veces morir. —Hablo con rencor y un odio hacia el ser frente a él.
—Entonces esto es la guerra. —Susurró con odio.
La batalla final está por comenzar, una batalla que decidirá con quien se quedara el hermoso peli rosa.
Su amado, familia y amigos o atrapado para siempre en un lugar donde su alma moriría lentamente y todo ese destino lo tenían en sus manos los dos hombres frente a él.
CONTINUARA