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Hermoso desastre - Kaisoo por Shiper Kaisoo

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Notas del capitulo:

Como dije aqui esta la segunda actualizacion de hoy :3 

 

Media hora más tarde empacamos nuestras cosas en su Honda y nos dirigimos al apartamento. Luhan muy apenas tomó una respiración entre sus divagaciones mientras conducía. El sonó la bocina cuando se estacionó frenteal apartamento. Sehun corrió por las escaleras, y sacó nuestras maletas del maletero, siguiéndonos por las escaleras.

—Está abierto. —resopló.

Luhan abrió la puerta y la mantuvo abierta. Sehun gruñó cuando puso nuestro equipaje en el suelo. — ¡Jesús, Bebé! ¡Tú maleta pesa nueve kilos más que la de Kyungsoo!

Luhan y yo nos quedamos inmóviles cuando una mujer salió del cuarto de baño, abotonándose la blusa.

—Hola. —dijo ella, sorprendida. Sus ojos llenos de rímel corrido nos examinaron antes de observar el equipaje. La reconocí como la morena de piernas largas que Jongin había seguido de la cafetería.

Luhan miró a Sehun.

Él levantó las manos. — ¡Ella está con Jongin!

Jongin apareció en la esquina en un par de calzoncillos y bostezó. Él miró a su invitada, y luego le dio unas palmaditas en el espada. —Mis invitados están aquí. Es mejor que te vayas.

Ella sonrió y echó los brazos alrededor de él, besando su cuello. —Voy a dejar mi número de teléfono en el mostrador.

—Eh… no te preocupes por eso. —dijo Jongin en tono casual.

— ¿Qué? —Preguntó, inclinándose hacia atrás para mirarlo a los ojos.

— ¡Otra vez! —dijo Luhan. El miró a la mujer—. ¿Cómo es que estás sorprendida por esto? ¡Él es Kim follador Jongin! Él es famoso por esto mismo, y aun así se sorprenden. —dijo, volviéndose a Sehun. Él puso su brazo alrededor de el, haciendo un gesto para que se calmara.

La chica entrecerró los ojos hacia Jongin y luego agarró su bolso y salió, cerrando la puerta detrás de ella.

Jongin caminó a la cocina y abrió la nevera como si nada hubiera pasado.

Luhan negó con la cabeza y caminó por el pasillo. Sehun la siguió, balanceando su cuerpo para compensar el peso de la maleta mientras caminaba.

Me dejé caer sobre el sillón y suspiré, preguntándome si estaba loco por haber aceptado venir. No sabía que el apartamento de Sehun era una puerta giratoria para chicas cabezas huecas.

Jongin estaba detrás de la barra de desayuno, cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrió. — ¿Qué pasa, Do? ¿Día duro?

—No, estoy profundamente disgustado.

— ¿Conmigo? —Él estaba sonriendo. Debería haber sabido que él esperaba esta conversación. Eso sólo me hizo menos dispuesta a detenerme.

—Sí, contigo. ¿Cómo puedes usar a alguien así como así y tratarlas de esa manera?

— ¿Cómo la traté? Ella ofreció su número, yo me negué.

Mi boca se abrió ante su falta de remordimiento. — ¿Tendrás relaciones sexuales con ella, pero no tomarás su número?

Jongin se inclinó sobre el mostrador con los codos. — ¿Por qué iba a querer su número si no la iba a llamar?

— ¿Por qué dormir con ella si no la vas a llamar?

—No prometo nada a nadie, Kyungsoo. Ella no estipuló una relación antes de extender sus piernas en mi sofá.

Miré el sofá con repugnancia. —Ella es la hija de alguien, Jongin. ¿Qué pasa si, en un futuro, alguien trata así a tu hija?

—Mi hija sabrá algo mejor que quitarse las bragas por un imbécil que acaba de conocer, vamos a decirlo de esa manera.

Me crucé de brazos, enfadado de que él tuviera razón. —Así que, además de admitir que eres un imbécil, estás diciendo que porque ella se acostó contigo, ¿ella merecía ser desechada como un gato callejero?

—Estoy diciendo que fui honesto con ella. Ella es un adulto, fue de mutuo acuerdo… ella estaba un poco ansiosa al respecto si quieres saber la verdad. Actúas como si he cometido un crimen.

—Ella no parecía entender tus intenciones, Jongin.

—Las personas suelen justificar sus acciones con lo que sus cabezas les dicen. Ella no me dijo por adelantado que esperaba una relación más de lo que yo le dije que esperaba sexo sin compromiso. ¿Cómo es diferente?

—Eres un cerdo.

Jongin se encogió de hombros. —Me han llamado peor.

Miré el sofá, los cojines todavía ladeados y amontonados por su uso reciente. Retrocedí ante la idea de cuántas personas se han ofrecido a sí mismas sobre esa tela.

—Creo que dormiré en el sillón reclinable. —me quejé.

— ¿Por qué?

Lo miré, furioso por su expresión confusa.

— ¡No dormiré en esa cosa! ¡Dios sabe sobre lo que estaría acostándome!

Levantó mi equipaje del piso. —No dormirás en el sofá o en el sillón reclinable. Tú dormirás en mi cama.

—La que es más antihigiénica que el sofá, estoy seguro.

—Nunca ha estado nadie en mi cama aparte de mí.

Puse los ojos en blanco. — ¡Dame un descanso!

—Hablo absolutamente en serio. Las bolseo en el sofá. No los dejo entrar a mi habitación.

— ¿Entonces por qué se me permite a mí en tu cama?

Una de las esquinas de su boca se levantó en una sonrisa traviesa.

— ¿Estás planeando tener sexo conmigo esta noche?

— ¡No!

—Por eso. Ahora levanta tu trasero malhumorado, toma tu ducha con agua caliente, y después podemos estudiar algo de Bio.

Lo miré por un momento y luego a regañadientes hice lo que él ordenó. Me quedé bajo la ducha por mucho tiempo, dejando que el agua lavara mis molestias. Masajeando el champú en mi pelo, suspiré por lo maravilloso que era tomar una ducha en un baño no comunitario una vez más—sin sandalias, sin neceser, sólo la mezcla relajante de agua y vapor.

La puerta se abrió y salté. — ¿Lu?

—No, soy yo. —dijo Jongin.

Automáticamente envolví mis brazos sobre las partes que no quería que él viera. — ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Fuera!

—Olvidaste una toalla y he traído tu ropa, cepillo de dientes y una crema extraña para el rostro que encontré en tu bolsa.

— ¿Buscaste entre mis cosas? —Grité. Él no respondió. En su lugar, oí girar el grifo y el sonido de un cepillo de dientes contra dientes.

Me asomé por la cortina de plástico, sosteniéndola contra mi pecho. — ¡Fuera, Jongin!

Él me miró, con los labios cubiertos de espuma de pasta de dientes. —No puedo ir a la cama sin cepillarme los dientes.

—Si te acercas a un metro de la cortina, te sacaré los ojos mientras duermas.

—No voy a mirar, Pidge. —rió.

Esperé bajo el agua. Él escupió, gorgoteó y escupió de nuevo, luego la puerta se cerró. Enjuagué el jabón de mi piel, me sequé tan rápido como me fue posible, y luego me puse la

camiseta y shorts, colocándome mis gafas y cepillé un peine a través de mi cabello. La crema hidratante de noche que Travis había traído llamó mi atención, y no pude evitar sonreír. Él era atento y agradable cuando lo quería ser.

Jongin abrió la puerta otra vez. — ¡Vamos, Do! ¡Me estoy haciendo viejo!

Arrojé el peine en su dirección y él se agachó, cerrando la puerta y riéndose durante el camino a su habitación. Me lavé los dientes y arrastré mis pies por el pasillo, pasando el dormitorio de Sehun en el camino.

—Buenas noches, Kyungsoo. —llamó Luhan desde la oscuridad.

Dudé antes de golpear dos suaves golpes en la puerta de Jongin.

—Entra,Kyungsoo. No tienes que tocar.

Él abrió la puerta y entré, viendo su cama de hierro negro paralela a la línea de ventanas en el extremo de la habitación. Las paredes estaban desnudas a excepción de un solitario sombrero encima de la cabecera. Casi esperaba que su habitación estuviera cubierta de posters de mujeres semi desnudas, pero ni siquiera vi un anuncio para una marca de cerveza. Su cama era negra, su alfombra gris, todo lo demás en la habitación era blanco. Parecía como si acabara de mudarse.

—Bonita pijama. —dijo Jongin, notando mi short a cuadros color amarillo y azul marino y mi camisa de Eastern. Se sentó en la cama y le dio unas palmaditas a la almohada a su lado —. Bien, ven. No voy a morderte.

—No te tengo miedo. —le dije, acercándome a la cama y dejando el libro de biología junto a él—. ¿Tienes una pluma?

Él asintió con la cabeza hacia su mesa de noche. —Primer cajón.

Me estiré sobre la cama y abrí el cajón, encontrando tres bolígrafos, un lápiz, un tubo de jalea KY, y un tazón de cristal lleno de paquetes de diferentes marcas de condones. Asqueado, tomé una lapicera y cerré el cajón.

— ¿Qué? —Preguntó, dándole vuelta a una página del libro.

— ¿Robaste la clínica de salud?

—No. ¿Por qué?

Quité la tapa de la pluma, incapaz de mantener la expresión de asco fuera de mi rostro. —Tu suministro de preservativos para toda la vida.

—Más vale prevenir que lamentar, ¿no?

Puse los ojos en blanco. Jongin regresó al libro, una irónica sonrisa apareció en sus labios. Él leyó las notas para mí, resaltando los puntos principales, mientras él me hacía preguntas y pacientemente explicaba lo que yo no entendía.

Después de una hora, me quité las gafas y froté los ojos. —Estoy muerto. No puedo memorizar una macromolécula más.

Jongin sonrió, cerrando el libro. —Muy bien.

Hice una pausa, sin estar seguro sobre nuestros arreglos para dormir. Jongin salió de la habitación y caminó por el pasillo, murmurando algo en la habitación de Sehun antes de encender la ducha. Me envolví en la colcha y la tiré hasta mi cuello, escuchando el ruido agudo del agua corriendo a través de las tuberías.

Diez minutos más tarde, el agua se cerró y el piso crujió bajo los pasos de Jongin. Echó a andar por la habitación con una toalla alrededor de sus caderas. Él tenía tatuajes en ambos lados de su pecho, el arte tribal oscuro cubriendo cada uno de sus abultados hombros. En su brazo derecho, las líneas y los símbolos negros se extendían desde su hombro hasta la muñeca, en el izquierdo, los tatuajes se detenían en su codo, con sólo una línea de escritura en la parte inferior de su antebrazo. Intencionalmente me mantuve de espaldas a él mientras que él se paró frente a su tocador y dejó caer la toalla para ponerse un par de bóxers.

Después de apagar la luz, se metió en la cama junto a mí.

— ¿Dormirás aquí también? —Pregunté, volviéndome para mirarlo. La luna llena fuera de la ventana oscureció su rostro.

—Bueno, sí. Esta es mi cama.

—Lo sé, pero… —Hice una pausa. Mis otras opciones eran el sofá o el sillón reclinable.

Jongin sonrió y negó con la cabeza. — ¿Aún no confías en mí? Me comportaré mejor que bien, lo juro. —dijo, levantando los dedos que estaba segura los Boy Scouts de Estados Unidos nunca habían considerado usar.

No discutí, simplemente me di vuelta y puse mi cabeza en la almohada, metiendo las sábanas detrás de mí para que hubiera una clara barrera entre su cuerpo y el mío.

—Buenas noches, Kyungsoo. —susurró en mi oído. Podía sentir su aliento a menta en mi mejilla, ocasionando que la piel se me pusiera de gallina. Gracias a Dios que estaba lo suficientemente oscuro para que no pudiera ver mi embarazosa reacción, o el rubor de mis mejillas.

Parecía que acaba de cerrar los ojos cuando escuché el reloj despertador. Estiré la mano para apagarlo, pero me sorprendí con horror cuando sentí piel cálida bajo mis dedos. Traté de recordar dónde estaba. Cuando la respuesta llegó, me mortificó el hecho que Jongin pensara que lo había hecho a propósito.

— ¿ Jongin? La alarma —susurré. Él aún no se movía—. ¡ Jongin! —Dije, dándole un codazo. Cuando todavía no se movía, me estiré a través de él, buscando a tientas en la penumbra hasta que sentí la parte superior del reloj. Sin saber cómo apagarlo, golpeé la cima del mismo hasta que pulsé el botón de dormitar, y luego caí sobre mi almohada nuevamente.

Jongin se echó a reír.

— ¿Estabas despierto?

—Te prometí que me portaría bien. No dije nada al respecto de permitirte acostarte sobre mí.

—No me acosté sobre ti, —protesté—. No podía alcanzar el reloj. Esa tiene que ser la alarma más molesta que he oído. Suena como un animal moribundo.

Estiró su mano y presionó un botón. — ¿Quieres desayuno?

Lo miré fijamente y luego sacudí la cabeza. —No tengo hambre.

—Bueno, yo sí. ¿Por qué no vienes conmigo a la cafetería que está cerca?

—No creo que pueda soportar tu falta de habilidad para conducir temprano por la mañana. —le dije. Levanté mis pies por el lado de la cama y los metí en mis pantuflas, arrastrándome a la puerta.

— ¿A dónde vas? —Preguntó.

—A vestirme e ir a clase. ¿Necesitas un itinerario mientras estoy aquí?

Travis se estiró y luego caminó hasta mí en sus bóxers. — ¿Siempre eres tan temperamental o ese malestar disminuirá una vez que creas que no estoy creando algún elaborado plan para meterme en tus pantalones? —Sus manos sujetaron mis hombros y sentí sus pulgares acariciar mi piel al unísono.

—No soy temperamental.

Se inclinó me susurró en mi oído. —No quiero acostarme contigo, Pidge. Te aprecio demasiado.

Pasó junto a mí para ir al baño, y que quedé allí, aturdida. Las palabras de Xiumin se repetían en mi mente. Kim Jongin  dormía con todos; no pude evitar sentirme deficiente al saber de qué él no tenía ganas de intentar dormir conmigo.

La puerta se abrió de nuevo y Luhan entró.

— ¡Arriba, arriba, levántate y brilla! —Sonrió, bostezando.

—Te pareces a tu madre, Lu. —me quejé, rebuscando en mi maleta.

—Oh… ¿alguien no durmió bien anoche?

—Él apenas respiró en mi dirección. —le dije mordazmente.

Una sonrisa iluminó el rostro de Luhan. —Oh.

— ¿Oh, qué?

—Nada. —dijo ella, volviendo a la habitación de Sehun.

Jongin estaba en la cocina, tarareando una canción al azar mientras cocinaba huevos revueltos. — ¿Estás segura que no quieres desayunar? —Me preguntó.

Sehun y Luhan entraron y Sehun tomó dos platos del gabinete, sosteniéndolos mientras Jongin servía una porción en cada uno. Sehun puso los platos en la barra, él y Luhan se sentaron juntos, satisfaciendo el apetito que probablemente gastaron la noche anterior.

—No me mires así, Sehun. Lo siento, sólo que no quiero ir. —dijo Luhan.

—Bebé, la Casa tiene una fiesta de parejas dos veces al año. —dijo Sehun mientras masticaba—. Aún falta un mes. Tendrás tiempo de sobra para encontrar un vestuario y hacer esas cosas.

—Lo haría, Sehun… es muy dulce… pero no voy a conocer a nadie allí.

—Muchas de las personas que estarán no conocen a los demás. —dijo, sorprendido por el rechazo.

El se dejó caer en su silla. —Todos se conocerán entre sí… será extraño.

—Vamos,Lu. No me obligues a ir solo.

—Bueno… ¿tal vez podrías buscar a alguien para que invite a Kyungsoo? —Dijo el, mirándome y luego a Jongin.

Jongin levantó una ceja y Sehuun negó con la cabeza.

— Jong no va a fiestas de parejas. Es algo a donde llevarías tu novio… y Jongin no… ya sabes.

Luhan se encogió de hombros. —Podemos conseguirle a alguien.

Entrecerré mis ojos en su dirección. —Te puedo escuchar, sabes.

Luhan usó la cara que el sabía que no podía decir no.

— ¿Por favor, Kyungsoo? Vamos a encontrarte un buen tipo que sea divertido e ingenioso, y podrás asegurarte que sea guapo… ¡te prometo que pasarás un buen rato! Y, ¿Quién sabe? Tal vez hasta se lleven bien.

Jongin lanzó el plato al fregadero. —Yo no he dicho que no l llevaría.

Puse los ojos en blanco. —No me hagas ningún favor, Jongin.

—Eso no es lo que quise decir, Kyungsoo. Las fiestas de parejas son para chicos con novias o novios , y todo el mundo sabe que yo no hago eso de novios. Pero no tendré que preocuparme de que tú esperes un anillo de compromiso después.

Luhan hizo un puchero. — ¿Por fis, Kyungsoo?

— ¡No me mires así! —Me quejé—. Jongin no quiere ir, yo no quiero ir… nosotros no seremos muy divertidos.

Jongin se cruzó de brazos y se apoyó en el fregadero. —Yo no dije que no quería ir. Creo que sería divertido si los cuatro asistimos, —se encogió de hombros.

Los ojos de todos se centraron en mí y yo retrocedí. — ¿Por qué no pasamos el rato aquí?

Luhan puso mala cara y Sehun se inclinó hacia adelante. —Porque tengo que ir, Kyungsoo. Soy un estudiante de primer año; tengo que asegurarme de que todo pase sin problemas, que todo el mundo tenga una cerveza en mano, y cosas así.

Jongin cruzó la cocina y envolvió el brazo alrededor de mis hombros, tirando de mí hacia él. —Vamos, Pidge. ¿Quieres ir conmigo?

Miré a Luhan, luego a Sehun y, finalmente, a Jongin. —Sí. —suspiré.

Luhan chilló y me abrazó, y sentí la mano de Sehun en mi espalda. —Gracias, Kyungsoo. —dijo Sehun.

 

Notas finales:

u.u Jongin es un amor bueno cuando no es un cerdo <3 pero lo es , se viene lo bueno :3


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