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Cuentos Midgardianos por LatexoHPo

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Notas del capitulo:

Primer cuento ^^




La vida en sí es el más maravilloso cuento de hadas

-Hans Christian Andersen-



Tony Nieves y Los Nueve Idiotas

 

Loki se miró en el gran espejo que tenía frente a él. Se veía tan guapo ceñido en ese traje negro de finas telas y su rostro pálido resaltaba entre ese cuello alto. Suspiró gratamente y se guiñó un ojo. Sus inmensas ganas de reír tendrían que esperar. El cuento había comenzado. Había sido uno de sus favoritos… en realidad todos los cuentos del libro le habían encantado (aunque no lo aceptaría ni aunque Thor le golpeara con su estúpido Mjolnir. Cuentos Midgardianos. ¡Bah! Pero al fin de cuentas muy divertidos). Y él era el villano, todo un disfrute.

“Espejo Mágico, ¿quién es el más hermoso de éste reino?” preguntó divertido, mirándose coquetamente.

El espejo se volvió negro entonces y una suave voz se escuchó de pronto (una que se parecía sospechosamente a la de JARVIS):

“Usted es el más hermoso de éste y todos los Nueve Reinos… excepto por Tony Nieves. Él sí que es sexy y tiene esos ojos color chocolate, ese cabello indomable, esa sonrisa sensual, ese…”

“¡Basta!”, gritó Loki en su papel.”¿Así que el afortunado fue Stark, eh?”, se preguntó a sí mismo.

Su plan era llevar a los estúpidos Vengadores a los cuentos, pero dejó que fuera su propia magia la que se encargara de colocar a cada uno en su sitio. Él era el villano y al parecer su magia consideraba a Stark más sexy que él. Bien, entonces se encargaría de que Tony Nieves… ¿en serio?… en fin, de que Tony Nieves sufriera las consecuencias.

“Bien, muy bien. ¡Cazador!”, gritó al enorme salón en el que se encontraba y posó su vista en la gran puerta que había frente a él, esperando que el siguiente afortunado apareciera.

La puerta se abrió entonces, de par en par, y por ella entró volando… su hermano. ¡Así que tenía la oportunidad de hacer sentir mal a Thor! Loki rió con ganas.

Thor cayó pesadamente en el fino suelo de baldosas grises. Lo último que recordaba era haber estado en una reunión con sus compañeros, pensando en Loki; después una nube verde lo envolvió y ahora caía como saco de papas en un sitio extraño. Escuchó de pronto la risa de su hermano. ¿Estaba ya divagando? Nunca pensó extrañarlo de tal manera, incluso para escuchar su risa malvada en su mente.

“¡Abre los ojos, animal! ¡Tu Rey te habla!”

¡Oh! Loki era tan malvado incluso en su mente… porque era su mente, ¿verdad?

“¡Auch!” exclamó cuando sintió el fuerte golpe en su cabeza. Abrió los ojos y vio frente a él a Loki, vestido extrañamente y con una sonrisa maniática adornando su rostro. “¡Loki! ¡Hermano mío! ¡Ven a mis brazos!”

Loki se vio de pronto atrapado entre los fuertes brazos de Thor. Se sentía tan bien… ¡No! Esto era su venganza, y ese mequetrefe no lo arruinaría con sentimentalismos ridículos.

“¡Apártate, idiota!”, exclamó separándose dificultosamente de esos brazos fuertes. “Ahora tú y tus amigos verán de lo que soy capaz. Así que ponte en tu papel y anda, a matar a Tony Nieves”.

Thor se quedó de piedra, mirando fijamente a Loki. Su hermano tenía un arma en su mano, y parecía que quería que él la tomara. ¡Oh, no! ¡Loki estaba rematadamente loco! Tal y como había dicho el amigo Bruce, al fin Loki tenía en la cabeza una caja llena de gatos.

¿Eso era un puchero? Loki rodó los ojos, debió haberles borrado la memoria, pero no, prefirió ver sus reacciones siendo conscientes de lo que les estaba pasando. Y ahora Thor estaba a punto de llorar como niña (otra vez).

“¿Loki?”, preguntó el rubio con voz quebrada.

“Thor, compórtate como un hombre, ¿quieres? Ahora, toma esta hacha y ve al bosque, ahí encontrarás a Tony Nieves. Tu misión será acabar con él”.

O tal vez la caja llena de gatos estaba en su propia mente. Thor no comprendía qué diablos estaba pasando. Loki vestido de esa manera tan rara, él mismo tenía unos ajustadas mallas que comenzaban a estrangularlo, y ahora Loki le daba un "hacha" para matar a…

“¿Matar a quién…?”, preguntó torpemente.

“¡A Tony Nieves! No preguntes más y haz lo que te digo. Entre más pronto me obedezcas, más pronto se acabará esto. Anda, toma el hacha y ve a matar a Tony Nieves”.

Thor parecía títere. Loki puso el hacha en sus manos, lo giró con brusquedad y lo llevó del brazo hasta la salida del castillo, deleitándose de su propia imaginación, el lugar era tal y como lo había imaginado al leer el cuento.

“Loki… ¿qué está pasando? Pensé que estabas en Asgard, en la celda…”

“¡Es un cuento, Thor! Deja de preguntar y haz lo que te digo. Puedes estar agradecido de tu gusto mundano por la literatura midgardiana”.

“¿Leíste el libro?”, inquirió entonces Thor, con los ojos brillantes.

“Sí. Ahora: ¡Largo!”

Thor recibió una patada en el trasero y enseguida escuchó el golpe de las puertas cerrarse. Bien, debía concentrarse. Vestía ridículamente, tenía un arma en sus manos, y debía matar a Tony Nieves… ¡Blanca Nieves! Era el primer cuento del libro que le regaló a Loki. Y la comprensión le llegó de pronto a su lento cerebro. Estaba atrapado en el cuento, y si Loki era la reina malvada, él era el cazador…

“¡Oh, Loki!”, gimió frustrado.

No se lo pensó más y corrió hacia el bosque. Debía encontrar a sus compañeros. A Tony que era, al parecer, la princesa en apuros. No pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro a pesar de todo. Al menos no le había regalado a Loki ese libro de cuentos de horror que Darcy había sugerido en primer lugar… ¡Y el de cuentos eróticos! Los humanos tenían unas mentes verdaderamente perversas, gracias a Odín había optado por el de cuentos infantiles, inocentes.

Mientras tanto, Loki miraba en su espejo mágico lo que sucedía con su tonto no hermano mientras reía a carcajadas, saboreando lo que vendría.



Tony abrió los ojos de pronto y frunció el ceño. La espalda le dolía horrores. ¿Dónde carajos estaba? Se incorporó lentamente hasta sentarse y vio frente a él un montón de árboles. Estaba en un bosque, ¿por qué? ¿No estaba, hasta hace poco, intentando matar a Phil Coulson por tener el descaro de estar vivo? Se levantó al fin, notando hasta entonces que vestía unos pantalones amarillos terriblemente ajustados, una casaca azul, un cuello blanco ridículamente alto, y una capa roja.

Intentó que su cerebro no se derritiera, y entonces escuchó una voz familiar. Era Thor, y lo llamaba a gritos.

“¡Thor! ¡Aquí!”, gritó también, dando pasos lentos hacia la voz de su amigo. Esas mallas eran asquerosamente incómodas.

Thor respiró con alivio al escuchar a Tony. Y cuando ambos se encontraron se miraron fijamente por un segundo, para enseguida soltarse a reír.

“¡Te ves tan ridículo!”, dijeron al mismo tiempo.

Cuando las risas se apagaron, Tony miró intensamente a Thor y al hacha que tenía en sus manos.

“¿Qué está pasando?”, preguntó al fin.

“Amigo Tony, hemos sido víctimas de una broma de Loki. Estamos en un cuento. Y tú eres la princesa… el príncipe”, agregó apresurado cuando vio los ojos como platos del castaño.

“¿Acaso Rudolph no estaba en Asgard y en una celda?”

“Y sigue ahí. Esto es una ilusión, lastimosamente una ilusión muy real. No es la primera vez que Loki lo hace”.

“¿Una ilusión? Pues no es una ilusión que el ‘pequeño Tony y sus gemelos’ están a punto de morir por estrangulamiento…”, dijo Tony señalándose la entrepierna. “¿Dónde demonios estamos?”

“Eh… ¿Conoces el cuento de Blanca Nieves y los Siete Enanitos?”

“¡Oh, no! ¡No, no, no, no, no!”, negó Tony frenéticamente.

“Me temo que es así. Loki es la malvada reina, yo soy el cazador, y tú eres Tony Nieves”, explicó Thor rascándose la cabeza.

“¡Voy a matarte Cabeza de Reno!”, exclamó Tony verdaderamente furioso. “¡No soy una princesa!”

“Pero primero tenemos que salir del cuento. Sólo le dí una leída rápida, no sé qué debemos hacer. Por supuesto que no voy a matarte”.

Tony hiperventilaba de coraje. Pero Thor tenía razón, debían salir del jodido cuento. Tampoco se acordaba muy bien de él; quizá de pequeño lo había leído y creía haber visto la película animada, pero su cerebro estaba obnubilado.

“Bien. El cazador no mata a Blanca Nieves…”

“Tony Nieves”.

“¡Thor! ¡No estoy para bromas! Se supone que ella encuentra en el bosque a los siete enanos, luego se muere no sé por qué, y al final el príncipe la revive… ¡Oh, Dios! ¡Voy a vomitar! Espero que el príncipe sea Pepper. Sí, eso debe ser: si yo soy… "la princesa", entonces el príncipe deber ser mujer… sí. Estúpido Loki, te meteré la capa por el trasero y la sacaré por tu jodida boca de Rudolph…”

Thor ya no escuchaba los improperios de Tony, debía buscar la casa de los siete enanitos. Se apresuró a internarse más en el bosque. Sólo esperaba que sus amigos estuvieran bien y que la locura de Loki no terminara de volverlos locos a ellos.

“¡Espérame, Thor!… ¡Malditas mallas! ¡Maldita capa! ¡Maldito Loki!”

 

La nube verde había desaparecido. Lo único que escuchaban era las fuertes toses que escapaban de todas las bocas.

“¡Qué demonios…!”, exclamó alguien entonces.

¡Achuu! se oyó un estornudo.

“¡Voy a matar a alguien! ¡Grrr!”

“¿Dónde estamos?”

“¡Todo aquí es gigante! jajajajaja… ¿Por qué me estoy riendo?… jajajajaja”

¡Achuu!

“¿Qué… qué… está… pa-pasando?”

Y de pronto, un sonoro ronquido.

Phil miró a su alrededor y si su experiencia cercana a la muerte le hizo pensar que lo había visto todo, la imagen frente a él lo abofeteó diciéndole que no era así.

Estaban en una especie de mina, había diamantes y piedras preciosas por todos lados. Se miró y descubrió que vestía una especie de camisa larga roja, unos pantalones marrones y unas graciosas botas suaves. Se palpó la cabeza y descubrió que traía puesto un sombrero puntiagudo y estaba usando unas gafas redondas.

Entonces reparó en los demás. Y la carcajada que lo asaltó fue abruptamente detenida por un dedo acusador. Era la agente Romanoff, vestida igual que él, salvo porque su camisa era de un color más rojo que el suyo. Se veía adorable en ese atuendo, excepto por el gesto severo en su rostro.

“Si escucho una risa saliendo de tu boca, Phil Coulson, juro que te regreso al inframundo. ¿Qué demonios está pasando?”, dijo ella con el ceño muy fruncido. Phil creyó que sus cejas se habían fusionado.

“Esto… jajajaja… me recuerda… jajajaja… ¿Por qué diablos no puedo parar de reír? jajajaja”.

Phil se giró hacia la voz de Ojo de Halcón. Clint Barton yacía tras Romanoff, igualmente vestido en una camisa café. No podía parar de reír y ya se estaba agarrando el estómago desesperado.

Y algo hizo clic en el cerebro de Phil. Esto era como un cuento: Blanca Nieves y los siete enanitos.

¡Achuu!

Esa era Maria. La camisa de su amiga era verde agua.

¡JRRR! zzzzz… ¡JRRRR!

Pepper. Pepper roncaba como camionero y babeaba su casaca azul.

“¿Esta-estamos en un cue-cuento?”, tartamudeó una vocecita tímida en un rincón.

Phil vio al brillante Doctor Banner abrazándose a sí mismo, envolviéndose en las mangas largas de su camisa naranja.

Y unos gemidos le hicieron voltear al último ‘enanito’. Y ya no lo soportó. Se echó a reír a carcajada limpia. Era Nick Fury. Su jefe yacía haciendo aspavientos envuelto en su camisa verde (seguía teniendo el parche), incapaz de articular palabra alguna. Su mirada era furiosa y sus orejas espectacularmente grandes.

“¡Phil Coulson! ¡Deja de reír como idiota y averigüemos qué cojones está pasando!”

Phil detuvo su risa. Natasha estaba roja y temblaba de puro coraje. El agente tragó en seco, no estaba dispuesto a comprobar que la araña mataba sólo con la mirada.

"Muy bien", dijo aclarándose la garganta. "Estamos en una mina, vestimos ridículamente, todo parece más grande de lo que debería… ¿conclusión?…”

"¡Blanca Nieves!… jajajajaja”

"Qué brillante, Clint", murmuró Natasha sarcásticamente.

"Está bien. Pepper es Dormilón" señaló Phil, con voz sabionda, a la pelirroja que todavía roncaba sonoramente. “Clint es Feliz, por eso no puedes dejar de reír. El Doctor Banner parece ser Tímido" .Bruce se agazapó más en sí mismo y Natasha rodó los ojos (¡Qué novedad!). “Maria es Estornudo. Querida, busca un pañuelo, los mocos en tu ropa no son agradables (¡Achuu! ¡Estúpido! se oyó entonces la voz constipada de Hill) Agente Romanoff… Gruñón, no hay duda. Yo soy Sabio. Y Fury…”

"¡Tontín! jajajajaja" rió Clint.

Fury parecía querer comerse su sombrero.

"Sí, somos estúpidos personajes de cuento, eso ya lo notamos, Coulson" dijo Natasha "¡Pero cómo demonios sucedió esto!”

"Eh… tal vez si… si salimos de aquí y… busca-buscamos afuera" tartamudeó Bruce.

"¡Oh! Qué brillante, Banner”.

"Natasha, él tiene razón. Salgamos de aquí y averigüemos qué está pasando y dónde están Stark, Thor y el Capi”.

Tardaron un poco en despertar a Pepper y explicarle que estaban en un cuento de hadas. Después de varios gritos y ronquidos por parte de la pelirroja, los siete "enanitos" salieron de la mina.

"¡Aihoooo!”

"¡Cállate Barton!" le gritaron todos a Clint, hasta Bruce lo hizo sin tartamudear, y Fury le empujó sin delicadeza. El arquero se limitó a reír.

Había un camino de piedra que decidieron seguir. Phil recordaba muy bien el cuento, era un apasionado de Disney e hizo honor a su personaje cuando vieron entre árboles la construcción de madera. Su casa. La casa de los siete enanitos.

"¿Creen que Blanca Nieves esté ya ahí dentro?" cuestionó Phil intrigado.

"Averigüémoslo" sentenció Natasha en un murmullo mortal.

 

Las risas eran ya insoportables para Natasha Romanoff. Incluso Banner reía e hipaba al mismo tiempo, y Pepper dormitaba para enseguida volver a reír. ¡Fury! ¡Fury también reía y sus estúpidas orejas de Dumbo se movían! ¿Qué les pasaba a todos esos idiotas? Cuando entraron a la casa encontraron a Stark y a Thor, quien de por sí ya era grande, ahora parecía un gigante. Ellos sí eran enanos, proporcionalmente normales, pero infinitamente más pequeños que los otros dos. Iba a matar a Loki lenta y dolorosamente. Y a Stark, que la señalaba sin tapujos, burlándose de ella y diciendo que no había papel más perfecto para ella que ese tal Gruñón.

"¿Mucha risa, no, Stark? Te recuerdo que tú eres la princesa a la que un apuesto Príncipe tiene que rescatar. ¿Quién falta aquí? ¡Oh! El valiente Steve Rogers. Nadie más perfecto que él para ser TU Príncipe Azul”.

Y todos se quedaron en silencio ante la declaración de Natasha-Gruñón. Pero sólo fue un momento, las risas volvieron más estruendosas, y hasta Natasha mostró una mueca que parecía ser una sonrisa.

"¡Oh, Dios mío! ¡Qué alguien me mate! ¡Thor, el hacha! ¡Despedázame!" gritó Tony en pánico.

Eso era verdad. El único que faltaba era Steve. ¿Quién más podría ser un apuesto príncipe valiente que el santurrón de Rogers? ¿Por qué a él?

Pronto las risas cesaron. Pepper ponía todo su esfuerzo en no dormirse, y el reír tanto lograba el objetivo. Por supuesto que estaba molesta, todos los estaban, pero dentro de todo, aquello era divertido. Aunque no tanto para Maria (que ya se había hecho de la cortina de la casita para sonarse la nariz, ¿cómo un cuerpo tan pequeño como el suyo podía producir tanto moco?); y Clint. El pobre creía que moriría de tanto reír y su estómago comenzaba a acalambrarse. Nunca más volvería a reír, había agotado y sobrepasado su cuota de risas para toda la vida.

La puertecita de madera sonó entonces.

"Ve, Stark" dijo Phil sabelotodo. “Creo que es una ancianita que te ofrecerá una manzana. ¡No la comas!". Phil hizo un ademán a los demás para que se prepararan. Atraparían a Loki y lo obligarían a regresarlos al mundo real.

Tony exhaló largamente y se levantó del suelo (entre él y Thor habían roto las siete sillitas) y se encaminó a abrir la puerta. Pero tras la puerta no había nadie. Extrañado, Tony dio un paso más.

"¿Dónde estás hijo de…? ¡Mmppph!”

Thor se apresuró a ver qué estaba pasando. Los siete enanitos se estrellaron tras él. Tony yacía en el suelo, inconsciente. Entre Bruce y Phil voltearon a Tony, y descubrieron con horror que había una manzana en su boca.

"Sigan riendo, Vengadores. Stark está muerto, por ahora, sigan riendo" se escuchó la voz de Loki. En cuento vio a Stark en la puerta, le aventó la manzana envenenada. ¡Pero qué buena puntería tenía! Directo a la boca.

"¡Loki!" gritó Thor enojado, blandiendo su hacha en el aire cual Mjolnir. Pero sólo se escuchó la risa de Loki, perdiéndose poco a poco.

"¡Oh, no! ¡Tony!" exclamó Pepper para enseguida abalanzarse sobre el cuerpo del castaño.

"Vamos, Pepper. Tony estará bien, tenemos que encontrar al Capitán" le dijo Phil intentando separarla del cuerpo de Tony Nieves. “Pepper, no es momento de dramas" agregó cuando vio que la pelirroja no se movía.

"No-no está drama-dramatizando. ¡Está… dor-dormida!" señaló Bruce-Tímido.

Y era verdad. Pepper ya roncaba sobre el pecho de Tony. Natasha rodó los ojos.

"¡Muévanse!" ordenó "Hay que llevar a Stark adentro y buscar a Steve”.

"Según el cuento, Tony debe descansar en una urna de cristal" dijo Phil de pronto.

"Claro, Genio, ¿y de dónde sacaremos una urna de cristal para nuestra princesa?" preguntó Natasha.

"Tony Nieves”.

"¡Cállate, Thor!”

Y de pronto, de la nada, una urna de cristal se materializó frente a ellos. Bien, ya faltaba poco para el final, ¿verdad?

¡Achuuu!

JAJAJAJAJA…

 

Steve rondaba el bosque. ¡Se sentía tan perdido! ¿Por qué despertó de pronto en ese lugar? ¿Y por qué vestía ese traje azul con esas mallas ajustadas? No que le incomodaran, eran muy parecidas a su traje de El Capitán América. Había entrado en pánico, por supuesto. Y después de gritar como niñita se tranquilizó. Si él estaba en ese extraño lugar, entonces sus compañeros también, ¿cierto? Esperaba que sí.

Escuchó ruidos de pronto: un estornudo, una risa… maldiciones… una vocecita tímida… ¡Sus amigos! Se apresuró a correr hacia dónde las voces se escuchaban. El bosque era espeso, pero pronto divisó un claro.

"¿Cuánto tiempo tardó el príncipe en encontrar a Blanca Nieves?" preguntó Maria con la voz afectada (de mocos, no de llanto).

"Tony Nieves". Cuando todo el mundo lo miró mal, Thor decidió quedarse callado.

"Meses, según el cuento escrito" suspiró Phil.

"¡Oh, no! jajajajaja". Clint no podía soportarlo más. Se llevó una mano a la boca e intentó dejar de reír. Fracasó, por supuesto.

"¡Con un demonio! Sería mejor que comiéramos todos de esa manzana. Para cuando Steve aparezca nos encontrará muertos de sed y hambre" susurró Natasha con esa voz mortal.

"Ten-tengamos fe…" tartamudeó Bruce, que estaba coloradísimo porque Pepper decidió que sus piernas eran una estupenda almohada. Cuando se descubrió acariciando los cabellos pelirrojos, se ruborizó más (si eso era posible), y retiró sus manos, rogando porque nadie hubiera notado aquello.

Fury miraba penetrantemente (con su único ojo) la urna dónde Stark descansaba. El no poder hablar le estaba crispando los nervios. Y si no fuera porque ya era calvo, seguramente se arrancaría el pelo.

Un ruido puso a todos en alerta. Y Steve hizo al fin su aparición.

"¡Ya era hora, Rogers!" exclamó Natasha "¡Deja de mirarnos como idiota y besa a Stark!”

Steve parpadeaba y su boca casi tocaba el suelo. No podía ser.

"¿Qué?”

"Estamos en el cuento de Blanca Nieves…" explicó Phil. Miró a Thor por si se le ocurría corregir otra vez y decir ‘Tony Nieves’, pero el semidiós miraba a otro lado, mordiéndose los labios. “Stark resultó ser el protagonista, Thor el cazador, nosotros somos los siete enanos, y tú eres el príncipe”.

"¿Es un broma, verdad?" inquirió Steve mortalmente pálido.

"¿Te parece que estamos bromeando?" dijo Natasha con una voz peligrosamente suave. Todos tragaron saliva.

"Es una broma de Loki, amigo Steve" habló Thor entonces. “Según el hijo de Coul si hacemos lo que dice el cuento, podremos salir de aquí”.

"¿De verdad creen que voy a besar a Stark?" preguntó Steve escandalizado.

"Es un cuento de hadas, Steve" se escuchó la voz de Pepper, que hablaba desde las piernas de Bruce (el pobre ya no sabía a dónde hacerse) mientras bostezaba perezosamente. “El final feliz, el beso de amor y todo eso… Bésalo, ¿quieres?”

"¡No voy a besar a Stark!" se negó el rubio cruzándose de brazos.

Natasha tenía suficiente de aquello. Se levantó y pateó la espinilla de Steve. Para ser tan pequeña, tenía mucha fuerza.

"¡Oye! !Eso dolió!" se quejó el rubio sobándose la pierna.

"Y te dolerá más si no abres la puta urna, te acercas al imbécil de Stark, y le plantas un beso. ¡Ahora, Rogers!”

Steve temió de verdad esa mirada asesina. Vio entonces a todos los demás. Se veían tan ridículos… y si quería sacarlos de ahí, tendría que hacerlo. ¡Auch! ¡Qué inmoral! ¡Qué sucio! ¡Qué…! Qué lindo se veía Tony ahí dormido… Sus mejillas se encendieron repentinamente. ¿Qué demonios estaba pensando?

"Lo haré" dijo al fin "¡Pero sólo para sacarnos de aquí y encargarnos de Loki!”

"Sí, sí, lo que digas. Anda, bésalo" instó La Viudita Negra.

Steve carraspeó mientras abría la urna de cristal. Vio de reojo que sus amigos los rodeaban. Sentía su cara arder, la sangre agolpándose en su rostro. Y vio a Tony dormido. Realmente se veía muy… ¿atractivo? ¡Saca esos pensamientos de tu mente, Rogers! Lo besarás por el bien del equipo. Los Vengadores, tu equipo.

Se acercó lentamente. Vio de cerca esas largas y espesas pestañas, los labios carnosos…. Tragó saliva. Podía hacerlo, claro que sí. Cerró los ojos y lo hizo. Sus labios chocaron contra los fríos labios de Tony. Fue un beso sutil, y por alguna razón no podía separarse. Quería hacerlo, pero no podía.

"Creo que ya le gustó" dijo Pepper abrazándose a Bruce, expectante.

Y cuando Steve abrió los ojos, vio frente a él los enormes chocolates de Tony.

"Rogers, si no te apartas inmediatamente me aseguraré de que no tengas descendientes" murmuró Tony en sus labios.

Steve se separó de golpe, se llevó una mano a la boca, sorprendido por lo que acababa de hacer. ¡Había besado a Tony! Y le había gustado…

Clint soltó una estruendosa carcajada. Natasha resopló, y por su gesto nadie podía decir si era de alivio, enojo o diversión. Maria estornudó, por supuesto. Fury sintió alivio. Phil sonreía misteriosamente. Pepper gritaba jubilosa, y de pronto se dejó caer dormida otra vez en los brazos de Bruce, que sonreía tímidamente. Thor tenía una sonrisa de comercial en el rostro.

Tony se incorporó en su urna de cristal hasta quedar sentado, mirando de muy mal modo a Steve.

"¿No se supone que esto acabaría con este jodido cuento?" gruñó "¡Más te vale sacarnos de aquí, Cuernitos! ¡Así te patearé el culo más rápido!”

Y la risa malvada de Loki se escuchó de pronto.

"Falta algo, Stark" dijo entonces, apareciendo tras un árbol “que el soldado te pida matrimonio para que sean felices por siempre”.

Tony se precipitó fuera de la urna, y salió disparado contra Loki. Pero éste seguía riendo y una nube verde comenzaba a rodearlo…

Notas finales:

Gracias a Gizza y Calipso193 por sus reviews en el prólogo.

¡Besotes!

Gracias por leer.

Látex.


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