Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuentos Midgardianos por LatexoHPo

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola,  hola!

 

Lamento mucho si alguien esperaba la actualización antes :P

Tengo un trabajo que me absorbe muchísimo tiempo, así que bueno... Supongo que es importante que abran el enlace en el cuerpo del fic... nomás por diversión y excentricidades mías :P

Más notas al final.

 

¡Y ante todo está el mar! ¡El mar! ...Ritmo de divagaciones. ¡El mar! Con su baba y con su epilepsia.

-Oliverio Girondo-

 

El Sirenito

 

El ruido era ensordecedor y sentía una extraña sensación en el cuerpo. Muy extraña.

El destello verdoso iba desapareciendo poco a poco de su vista, para dar paso a una absoluta oscuridad. No quería abrir los ojos. Los apretaba con fuerza para no saberse en un nuevo cuento y las consecuencias de ello. Pero el cuento no sería el culpable, claro que no. Era su propia culpa.

El ruido se volvió realmente desagradable y no tuvo más opción que abrir los ojos. Oh sí… la extraña sensación tuvo respuesta cuando se descubrió rodeado de agua, agua que no lo estaba ahogando (era un dios, pero hasta los dioses tenían sus debilidades, como el no ser anfibios). Y entonces intentó mover sus pies…

Algo se movió, por supuesto, lo sintió claramente. Temeroso, Loki se miró el cuerpo. Y palideció.

“Ay, no…”, gimió lastimeramente cuando descubrió sus graciosas aletas moviéndose a voluntad. Tenía cola de pescado. Era mitad pescado. Era La Sirenita… El Sirenito…

Pero pronto su lamentación se convirtió en pánico. El agua a su alrededor comenzó a removerse de manera alarmante. El ruido ensordecedor incrementaba y taladraba sus oídos. Tenía que actuar si quería salir del cuento rápidamente. Así que, poco a poco, comenzó a nadar hacia la superficie. La cola ayudaba enormemente.

Pronto su cabeza rompió el agua y divisó un pequeño barco a pocos metros. Había una tormenta, llovía a cantaros y el mar se estremecía con el pesado oleaje. Estaba amaneciendo, y puso su atención en los gritos que se escuchaban provenientes del barco.

“¡Pero para qué te sirven esos musculos, Thor! ¡Toma el timón y devuélvenos a tierra!”

“¡Nunca he manejado una cosa de estas, Lady Hill!”, respondió su rubio y tonto  hermano.

Parecían estar en serios problemas. El intenso oleaje y las ráfagas de viento provocaron que la pequeña embarcación, junto a sus dos ocupantes, se tambaleara peligrosamente.

Loki, por alguna extraña razón, era incapaz de moverse. El saberse convertido en una sirena lo había dejado en shock. ¡Nada de eso! Más bien fue el comprobar que Thor, el estúpido Thor, su idiota no hermano, el tarado ese… era su príncipe. Se lo temía, por supuesto. ¿Qué otra cosa podría haber sucedido? Loki tenía sentimientos muy profundos hacia Thor. Pero nunca había estado seguro de que el rubio pudiera albergar algo más que no fuera mezquindad hacia él.

Y entonces, de pronto, una nueva ráfaga de viento estremeció todo a su alrededor. La mar se tornó salvaje, y el pequeño barco se partió en dos. Lo único "humano" que se escuchó entonces fue el grito histérico de Maria Hill. Y en un segundo… nada. El mar pareció calmarse, y Loki reaccionó.

Nadó desesperado hacia los restos del barco. Y se detuvo abruptamente. Thor, con los cachetes inflados para aguantar la respiración, tomó de la cintura a una inconsciente agente, y entonces nadó con dirección a la superficie. Loki los siguió a una distancia prudente. Tal vez no tendría que salvarlo de morir ahogado. Pero entonces el barco comenzó a hundirse, provocando que el mar se agitara de nuevo y un pequeño remolino surgiera a su alrededor. Thor alcanzó a dejar a Hill en un trozo flotante del extinto barco, y luego, la punta de otro trozo se le enredó en la melena… y lo arrastró hacia abajo, en el remolino.

Loki no lo pensó dos veces. Tenía que salvar a Thor de ahogarse… y de quedarse calvo. Y no era por eso que sentía por él, claro que no, sólo que no sabría qué consecuencias traería que el futuro príncipe de Asgard hubiera muerto en un cuento… que era una ilusión… que era SU ilusión. Odín lo mataría lenta y dolorosamente. Además le gustaban el cabello de Thor.

Llegó finalmente y desenredó las hebras rubias del trozo de madera. Luego cogió a Thor por la cintura y nadó de vuelta a la superficie. El rubio ya estaba laxo y Loki temió de verás que se hubiera ahogado. ¡Demonios! Pesaba una tonelada. Seguro de que sus brazo se arrancaría de su cuerpo, Loki nadó más rápido y al fin llegó a la superficie. La playa estaba cerca, afortunadamente, así que se apresuró a dejar al rubio en ella, a salvo.

“Estúpido Thor”, balbuceó molesto.

Y entonces Thor sonrió y abrió un poco los ojos para enseguida incorporarse un poco y escupir agua.

“Comienza a gustarme que me digas ‘estúpido’”, dijo atontado. Entonces se dejó caer en la arena mientras capturaba todo el aire que podía.

Loki hizo una mueca, y cuando vio de reojo que el trozo de madera en la que la agente estaba trepada llegó a unos cuantos metros de ellos, regresó al mar. El cuento tenía que continuar…

 

ooooo



“¡Quieren dejar de hacer eso! ¡Comienza a apestar a menú de marisquería!”

Clint y Natasha dejaron de electrocutarse mutuamente, pero siguieron mirándose de mal modo. Su pelea había comenzado cuando Clint se rió descaradamente del aspecto de Fury (mitad enorme y gordo pulpo y mitad… Fury); luego Natasha obvió que ellos eran un par de anguilas que se veían realmente raras y escalofriantes, por lo que Clint recordó que, a): tenía que vengarse por lo que Natasha le había hecho cuando ella fue un armario y él un inocente, tierno y pequeño plumero, y b): eran ángulas eléctricas. Por lo que llegó hasta la cola de la pelirroja y al tocarse ¡Tzzzzzz! Y Natasha respondió enseguida, cómo no, y ¡Tzzz! y más ¡Tzzz! hasta que Fury les gritó como un demonio y notaron que, efectivamente, comenzaba a oler a pescado quemado.

“Muy bien”, siseó Natasha “Hagamos una tregua, Barton”, luego miró a Fury. “Estamos en el cuento de la sirena muda… y sólo queda uno de nosotros que puede ser una princesa…”

“Loki”, asintió Clint retorciendo su cuerpo de anguila. Eso se sentía bien.

“No sé cómo”, dijo Fury mirando su enorme cuerpo y sus tentáculos. “Pero haré que ese remedo de dios implore perdón”.

“¡Esa es la actitud, Úrsulo!”, exclamó Clint.

Natasha rodó los ojos y volvió su atención a Fury.

“Sí, esa es la actitud. Loki es la damisela en apuros esta vez. Y somos muchos lo que queremos venganza”, sonrió malignamente. “Eres la bruja malvada de éste cuento, espero que no me decepciones”, sentenció.

Fury entrecerró su único ojo y entonces una ladina sonrisa apareció en sus labios. Miró a Barton.

“Ya que eres un experto en esto de los cuentos infantiles, dime, ¿qué es lo que la bruja malvada le hace a la inocente princesa?”

Clint le devolvió la mirada, y luego vio a Natasha. Tragó saliva.

“Ustedes sí que dan miedo. Casi siento lástima por Loki… casi”, luego sonrió entusiasmado. “¡Muy bien! La Sirenita…”

Y le contó el cuento a Úrsulo… a Fury.


ooooo


“Y vuelvo a insistir… ¿Por qué tú siempre tienes que ser adorable, fuerte, imponente, el príncipe, etc. y yo tengo que conformarme con ser… un crustáceo?”, se quejó Tony Stark por enésima vez. “Es decir, realmente estoy contento de que estés vivo, amigo. Nos diste un buen susto, pero esto es injusto…”

“Eso rimó, Tony”, sonrió el regordete y amarillo pez pecoso a su lado.

“Pepper tiene razón”, sonrió distraídamente el imponente tritón. Bruce Banner iba en medio del pez y el cangrejo, apenas moviendo un poco su, francamente, bella cola de pescado mientras miraba analíticamente el tridente en sus manos.

“Oh, sí. Pepper tiene razón”, rumió Tony, imitando pobremente la voz de su amigo. “¿Qué tanto le ves a esa cosa?”

“Esa cosa tiene magia. Se supone que Bruce es el Rey Tritón, el padre de la Sirenita. Y creo que todos estamos seguros de quién es La Sirenita”, respondió Pepper.

Bruce asintió, luego le dio una cálida sonrisa a su inteligente pececita.

“¡Hey! Todavía estoy aquí, y estas pinzas pueden hacer daño, ¿saben? Mucho daño”, exclamó Tony moviendo peligrosamente sus extremidades.

Bruce carraspeó y volvió a centrar su atención en el tridente. Todavía se sentía incómodo con Tony. Después de todo él y Pepper habían tenido una larga historia en común.

“Bien. Será inútil intentar siquiera utilizar la magia del tridente contra Loki. Pero si mal no recuerdo, la Sirenita acude a la bruja del mar para convertirse en humana…”

“Y la bruja le juega sucio…”, siguió Pepper nadando alrededor de Bruce.

“Y yo sigo estando aquí”, se quejó Tony. “¿Qué pinto yo en todo esto?”

“¡Oh! Eres Sebastián, el torpe cangrejo y mejor amigo de la Sirenita. Es tu deber ayudarla a cumplir su deseo de ser humana. Debes llevarla con la bruja del mar”, le explicó Pepper.

“Olvidaré que dijiste ‘torpe’, porque por supuesto que, aún tendiendo caparazón, sigo siendo un genio.

Bruce y Pepper rieron.

“¡Ya está bien, tortolitos! Vamos a buscar a la sirena. Por cierto, ¿dónde carajos está el anciano?”, murmuró alejándose del tritón y el pez, quiénes volvieron a sonreír en complicidad.

“Ya lo extraña… qué tierno”. dijo Pepper antes de seguir a Tony. Bruce hizo lo propio.

 

ooooo

 

La arena se metía entre sus… patas. Y era muy incómodo. Steve se sacudió para quitarse el exceso de arena. Al menos no estaba caliente. El sol ya había salido por completo y utilizó su increíble y nueva habilidad olfativa para rastrear algo que le pareciera conocido.

Al fin su esponjosa y fría nariz encontró un aroma familiar. Vaya, ni siquiera sabía que Thor oliera así y que él fuera capaz de reconocerlo. Era como una mezcla dulce y salada, por muy extraño que pareciera; y había algo más que no sabría describir, algo… ¿celestial y colorido? Bueno, Thor era un semidiós, ¿no?

¡Por todos los cielos! ¡Era un perro! Nadie podría pedirle que describiera nada al final de cuentas, a menos que quisieran un gruñido o un ladrido como respuesta. Si había pensando que ser un estúpido candelabro era lo peor que podía pasarle, ahora sólo quería encontrar a Loki y enterrar sus afilados colmillos caninos en alguna parte de su anatomía.

Finalmente divisó un cuerpo recostado en la arena y… ¡Qué vegüenza! su apéndice trasero (léase su cola) comenzó a moverse alegremente. Era un alivio que tuviera pelos por todos lados, así no se notaría el tremendo rubor en su cara. Finalmente corrió hasta casi saltar al pecho de Thor, pero Thor no se movió, dormía como un tronco y los ronquidos eran bastante sonoros. Entonces Steve hizo lo único que se le ocurrió: ladró. Y fue un espectacular ladrido, pero nada. Thor seguía en el quinto sueño. Steve gruñó y pasó a lo siguiente en su lista. Total, ya había besado a Stark.

Lamió la cara de su amigo Asgardiano y entonces esté sonrió como idiota.

“Loki… me haces cosquillas”, murmuró Thor sin abrir los ojos.

Steve finalmente saltó completamente al pecho de Thor y aulló. Thor despertó de golpe y se sacudió al peludo ex-soldado.

“¡Aléjate de mí, bestia peluda!”

Y Steve retrocedió, pero porque había olfateado otro aroma, uno más delicado. Era Maria Hill, despeinada y con cara de haber librado una batalla épica. Steve ladró y su cola volvió a moverse.

“La Sirenita”, fue todo lo que dijo la agente antes de dejarse caer junto a Thor; entonces miró al perro. “Apuesto a que eres el Doctor Banner”. Steve gruñó. Vamos, que Bruce le caía estupendamente, pero a él le gustaba ser Steve.  “¿Stark?”. Y Steve gruñó amenazadoramente.

“¡Es el capi!”, se escuchó una voz chillona de repente.

Cuando Thor, Maria y Steve voltearon hacia el cielo, divisaron a una gaviota con aspecto atolondrado y plumaje marrón. Planeaba con sus enormes alas y finalmente aterrizó junto a los otros tres.

“¿Phil?”, cuestionó Maria conteniendo una enorme carcajada.

“Bueno, alguien tenía que ser el tonto del cuento, ¿no?”, contestó Phil divertido.

“¿Cómo supiste que la bestia peluda es el amigo Steve, hijo de Coul con plumas?”, preguntó Thor.

“Eh… bueno, vi lo grande que era cuando lo sacamos del hielo”, contestó Phil mirando al cielo.

Y Steve sí que entendió la referencia. ¡Oh, por Dios! Un quejido lastimero salió de su garganta. Además, ¿por qué Coulson sí podía hablar y él no? Comenzaba a odiar a ese tal Disney.


ooooo


Loki suspiró profundamente mientras acariciaba un bonito coral multicolor. Comenzaba a sentirse un poco enfermo, indefenso y vulnerable. Patético, se dijo. No recordaba haber imaginado el mar de esa manera tan hermosa (vale que el libro describía muy detalladamente la vegetación, el suave color azul, la variedad de peces), pero en Asgard no existía nada como esto. Y eso le asustaba. Le asustaba porque si él había perdido el control de su magia, alguien más necesariamente tendría que haberlo tomado. La magia no se controlaba a sí misma; podía por supuesto ser caprichosa, pero no autónoma. La broma se le había salido de las manos, y era escalofriante.

“¡Ahí estás, dios de pacotilla!”

Loki se giró un poco para ver al cangrejo rojo con bigotes. Stark, por supuesto. Una ligera sonrisa apareció en su rostro. Aquello no dejaba de ser divertido después de todo. Y entonces un gracioso pececillo amarillo apareció y, tras él, el mons… Banner, Banner y un tridente en la mano. Loki suspiró de nuevo. Casi podía tocar la animosidad en los que ‘supuestamente’ tendrían que ser sus aliados en este cuento. Bien, se había portado mal, y sabía por experiencia que cuando se portaba mal, el castigo vendría tarde o temprano.

“Te ayudaremos a buscar a la bruja para que te dé una bonitas piernas, Cuernitos. ¡Muévete!”, le gritó el petulante cangrejucho.

Loki gruñó, pero no se negó. Comenzaba a resignarse, y quién sabe, tal vez también él tuviera un final feliz.

“¿No te parece extraño?”, murmuró Bruce a Pepper. “Tal sumisión en Loki”.

“Por supuesto. Creo que ya comprendió que el peso de su broma ha caído sobre él. O está planeando cómo destruirnos”.

“¡Auch! ¡Miserable! ¡En cuanto tenga piernas te cocinaré!”, gritó Loki cuando Tony aprisionó sus aletas entre sus pinzas.

Después de varias palabrotas -y risas estruendosas- por parte de Tony, notaron que el camino se iba haciendo menos claro. El agua oscurecía. Eso debía ser una buena señal.

¡Tzzz!

“¡Ay!”, exclamó Loki cuando sintió una descarga en su pobre cola ya picoteada y adolorida.

“Hola, dulce princesita”, sonrió malignamente una anguila con todo el aspecto de ser cierto arquero castaño. “Ya te habías tardado”.

“¿Has oído decir que la venganza es un plato que se sirve frío?”, inquirió otra anguila, esta vez roja. La espía.

Y entonces algo grande y negro emergió de la profundidad del mar.

“¿Listo para tu premio, Loki?”

La sonrisa de Nick Fury habría hecho mojar los pantalones a Tony… De hecho, fue un alivio que estuvieran en el mar, que fuera un crustáceo y que tuviera su caparazón.

Una intensa luz dorada salió de la botella que Fury rompió a sus pies… bueno, aletas. La sonrisa del hombre todavía era francamente escalofriante. Las anguilas parecían estar disfrutando del espectáculo. Tony miraba curioso, Pepper expectante, y Bruce tenía el ceño fruncido.

 

De pronto Loki sintió un intenso hormigueo a lo largo de su cola de pez, y luego una extraña sensación al separarse, literalmente, en dos. Sus piernas comenzaron a tomar forma, miraba fascinado. Y entonces un calor abrasador atravesó su garganta. Todo pasó en poco tiempo: ya tenía piernas, su voz fue robada, y los pulmones se le expandieron. Oh, oh.

Abrió los ojos al sentir, ahora sí, que se ahogaba. Tragó agua sin poder evitarlo y comenzó a patalear a su alrededor desesperado. Pequeño detalle: Loki no sabía nadar.

“Llévenlo arriba. Si se muere aquí no podré disfrutar de lo que sigue”, sentenció Fury.

De verdad daba miedo verlo.

“Eso. O Thor lo freirá y se lo comerá en tinta… señor”, dijo Clint desvaneciendo su sonrisa ante la mirada del único (y legendario) ojo del director de S.H.I.E.L.D.

“Ustedes lo electrocutarán”, habló Bruce mirando a las anguilas que ya se habían aproximado, luego miró a Tony y a Pepper, el primero con las tenazas preparadas. “Tony, si lo maltratas más es probable que Thor prefiera crustáceo hervido. Pepper, tus aletas son muy monas pero no muy funcionales…”

“Lo sé Bruce, cariño, pero si no dejas de hablar de verdad va a ahogarse”.

Bruce se giró para ver a Loki. Agrandó los ojos al ver que, efectivamente, el pobre Asgardiano ya estaba más morado que sus calcetines favoritos, y sus movimientos eran cada vez más lánguidos. Se apresuró a tomarlo por el talle y arrastrarlo a la superficie, seguido de Tony y Pepper.

 

“Así que no eres una gran amenaza cuando no tienes poderes, ¿no?”, le dijo el tritón a Loki. “Aunque creo recordar que tampoco lo fuiste cuando los tenías”.

Y entonces Loki le miró implorante. Era una mirada verdaderamente suplicante. Bruce encontró eso demasiado… devastador. Loki, sin poderes y engañado por su propia magia, se le antojaba vulnerable, débil… una sensación que él no desconocía. Chasqueó la lengua y se obligó a mover más a prisa su propia cola. Loki se aferró a él, apretó su brazo y Bruce le miró de nuevo. Oh, no debió hacerlo. Esos ojos verdes parecían decirle "lo siento". No, estaba mal. Loki era el enemigo. Uno nada poderoso en esos momentos… Desvió la mirada, pronto rompió el agua con su cabeza y alzó con toda su fuerza a Loki, que se retorció entre sus brazos al ser capaz, al fin, de tomar aire puro.

 

ooooo


“Así que… estás enamorado de Loki…”

Thor miró al hijo de Coul con plumas y se abstuvo de contestar. Desvió la mirada hacia el mar y se hizo la misma pregunta. ¿Estaba enamorado de Loki? ¿El Loki que había sido como su hermano durante tanto tiempo…?

Steve hizo un ruido extraño. Ya era suficientemente inmoral que él sintiera cosas raras por Stark, pero el incesto se llevaba las palmas.

“Eso es enfermo, Phil”, comentó Maria con un escalofrío.

Thor bajó el rostro. El tono de la agente fue… duro. Suspiró.

“¿Por qué sentir amor es algo enfermo?”, cuestionó sin mirar a nadie en particular.

“Sentir amor no tiene nada de enfermo”, contestó Phil mirando feo a Maria. “Pero en la Tierra no es muy bien visto que dos hermanos… ya sabes, se quieran de esa manera”.

“Loki no es mi hermano”.

Era la primera vez que Thor decía aquello. Loki no era su hermano. De hecho, Loki era para él algo más que un simple don fraternal. Desde que eran niños quiso protegerlo, cuidar de él y mimarlo. Porque Loki no era un guerrero, nunca fue fuerte. Y siempre se sintió rechazado, algo de lo que también era culpable.

La humildad era algo que Thor todavía estaba aprendiendo. Era un semidiós. Hijo de Odín, padre de todo. Y tanto él como el propio Odín eran culpables de que el corazón de Loki se volviera oscuro. Por supuesto que Loki no era un victima, eso lo entendía. Loki era plenamente consciente de torcer su propio camino. Y si él, Thor, podía devolverlo al correcto, entonces lo haría. No importaba que eso fuera visto como algo enfermo en Midgard.

“Exacto. No es tu hermano. Yo no le veo la pega”, comentó Phil.

Y Thor le miró entonces, con una agradable sonrisa.

“¿Olvidas que fuiste casi asesinado por él, Phil?”, le preguntó Maria, confundida.

“No. De hecho sí fui asesinado por él. Estuve oficialmente muerto por siete minutos. O eso fue lo que me dijeron. Pero, ¿sabes, Maria? Uno aprende muchas cosas cuando está del otro lado. Una de ellas: el perdón. Es algo lindo. Y aprendes también que el amor es más que un sentimiento que no puede definirse con palabras… Si no tuviera un pico en vez de labios te lo demostraría en este momento”.

Maria dejó de mirarlo raro y su expresión se suavizó. Entonces rió sutilmente. Pronto rió abiertamente, y Phil la siguió. Después fue Thor. Y a Steve se le agitó la cola inconscientemente.

“Sin embargo”, agregó Phil una vez que se calmaron, “estoy de acuerdo en que no debes ponérselo tan fácil, Thor. Hay que darle un poco de dramatismo al asunto. No lo beses todavía”.

“Estoy de acuerdo”, secudó Maria. “A parte de que podré prepararme mentalmente para tal escena, será algo bueno para él que aprenda que no puede jugar con nosotros, con nuestras vidas”.

“No es como si te escuchara quejarte, Maria. ¿Beso tan mal?”, inquirió Phil divertido. “Finalmente, y a pesar que también creo que Loki merece sufrir un poco, su broma nos ha hecho aceptar lo que sentíamos. Ahí tienen a Clint y Natasha, eventualmente nuestra ruda agente aceptará lo que siente, lo necesita. O el Doctor Banner, su vida mejorará aún más a partir de que salgamos de aquí. Aprecio a Stark, pero no era para alguien como Pepper, iba a matarla con su estilo de vida. Estilo de vida que, sin embargo, si puede ser soportado y mejor aún, cambiado por alguien más…”

Entonces Phil acarició la cabeza lanuda de Steve. Éste se dejó hacer y se recostó cuan largo era en la arena. Las palabras del agente Coulson habían calado profundo en su mente. El amor es más que un sentimiento que no puede definirse con palabras…

Quizá lo que sentía por Tony era lo más cercano a algún tipo de definición. Aspiró fuerte y un aroma alcanzó su agudo sentido del olfato. Era muy parecido al aroma de Thor. Y entonces ladró fuerte, porque a unos metros de ellos, el agua rompía y emergía de ella un Loki totalmente desnudo y siendo arrastrado por Bruce Banner, un pez amarillo y un cangrejo.

Su cola se movió incontroladamente mientras seguía ladrando; Thor ya corría lo que restaba de playa para tomar a Loki, que boqueaba desesperado por un poco de aire. Y Steve no supo si su alegría se debía a la aceptación de sentimientos, o a que Tony se veía francamente adorable siendo un cangrejo bigotón.

 

ooooo

 

Tenía mucho frío. Y miedo. Aquella sensación de asfixia había sido terrible. Sentía el agua escurriendo por todo su cuerpo. Comenzó a temblar y no tuvo más opción que dejarse entregar por Banner a… Thor.

El rubio le recibió y se apresuró a quitarse la camisa y ponerla encima de Loki para ocultar lo que hasta en Asgard se consideraba indecente mientras le susurraba algo al oído, pero Loki no tenía en mente nada más que dejar de temblar para poder… ¡Agh! Be-besar a Thor… Por su propio bien. Tenía que salir del cuento, y la única manera era…

Una de las alas marrones de Phil se instaló en el rostro de Maria, que miraba muy atenta (demasiado para el gusto del agente) el torso musculoso de Thor y el –en su opinión- enclenque cuerpo de Loki.

Steve se acercó hasta la orilla del mar, a Tony. Y en un impulso lamió al francamente gracioso crustáceo. Y entonces aulló dolorosamente. Se sacudió con todo y tenazas pegadas a su sensible nariz de perro. Intentó decirle al crustáceo que era él, Steve, pero sólo logró ladrar y gruñir.

“Oye, Asgardiano”, habló Pepper rompiendo la tensión que se había formado mientras veía correr al perro con Tony. “Esto sonará horrible, pero ¿podrías besar a tu príncipe? Ser un pez no es muy cómodo, menos uno tan gordo y tan amarillo”.

Loki la miró de reojo. Bien, entre más pronto…

Entonces se escuchó un ruido emerger del mar. Un "Tzzz". Las anguilas y el pulpo gigante rompieron también el agua.

“Según recuerdo”, habló Fury, “hay que seguir las pautas importantes de cada cuento”.

Tras esas palabras lanzó una pequeña botella en dirección a Thor. Fue muy tarde cuando el rubio quiso reaccionar, la botella se rompió en su rubia cabeza con un leve ‘poing’. El rubio cayó llevándose a Loki en el proceso.

Y entonces Thor abrió los azules ojos como platos, mirando confundido al hombre que tenía entre sus brazos. Loki se le acercó para besarle y poder terminar el cuento, pero Thor se alejó de él, casi empujándolo.

“¡Lady Hill!”, exclamó entonces, con una voz extraña, como mecánica. “¿Crees que podamos ir ya al castillo? Nuestro amigo vagabundo necesita un baño y una buena cena”.

¿Vagabundo? ¡¿VAGABUNDO?! Loki se indignó totalmente y quiso gritar al tarado de Thor, pero no salió ningún sonido de sus labios. Oh… cierto.

“¡Oh, miralo!”, exclamó Thor enternecido. “Creo que está agradecido con nuestra muestra de caridad. Vamos, amigo. Estás desnudo, ¿sabías?”

Y con esas palabras, ignorando las caras estupefactas del pez, el tritón y el cangrejo (que seguía apretando la nariz de Steve), tomó a Loki de la mano y lo guió en un camino a través de la playa.

Maria, aún con la boca abierta, miró a Phil. Éste miró a Fury, que seguía muy quitado de la pena, al parecer satisfecho con lo que había hecho.

“Bueno, eso nos ahorra el que Thor no bese tan rápido a Loki”, comentó la gaviota.

“¿Eso quiere decir que tengo que seguir siendo un gordo pez?”, inquirió Pepper con una mueca. “¿Cuánto tiempo podemos quedarnos en un cuento?”

“Loki dijo que si no hay beso de amor, corremos el riesgo de quedarnos atrapados para siempre en un cuento…”, explicó Bruce análiticamente. “Creo que lo mejor será asegurarnos de que ese beso suceda lo más pronto posible”.

Tony al fin soltó la nariz de Steve, que gimió adolorido.

“¿Qué demonios le echaste a Thor, Fury?”, inquirió mirando al pulpo, que seguía con su mueca impertérrita. “Parece un idiota”.

“La botella decía que borra la memoria”, explicó Clint. “Oh, oh… si Thor no besa a Loki… porque no hay forma de que Loki le diga que debe besarlo…”

“Ese el trabajo de Loki”, interrumpió Natasha. “Debe hacer recordar a Thor lo que siente por él. ¿Cuánto tiempo tenemos?”

Y es que ya viendo el asunto objetivamente, ninguno había recordado que sólo tenían cierto tiempo. Cada cuento había durado un corto periodo. No sabían cuánto tendrían disponible, pero ninguno tampoco quería quedarse atrapado en una ilusión.

“Pongámonos como límite el atardecer. Así era en el cuento original… más o menos”, dijo Phil. “Stark, Steve, Maria y yo iremos a pie. Doctor Banner, Pepper, Clint, Natasha y director Fury, será mejor que sigan la orilla del mar, el castillo no debe estar muy lejos”.

“¿Y qué si no se besan?”, inquirió Fury muy quitado de la pena. “¿No se supone que la sirena quedará bajo mi poder? Tengo muchas ideas para torturarlo…”

“Sí, Fury”, dijo Bruce. “Todos quizá tengamos algo que reclamarle a Loki, pero no quiero ser mitad pescado para siempre, y tampoco que Virginia sea un pez. ¿O tú quieres ser siempre un pulpo?”

“Y sobra decir que el mundo, real o no, no merece que su apuesto genio, playboy favorito sea admirado desde una pecera de cristal, o peor aún, cenado. Muevan las aletas, o lo que tengan para desplazarse y vamos”, secundó Tony, y entonces se detuvo. “Oye, Coulson, mencionaste a Steve, pero no lo veo por ningún lado”, agregó cuando ya estaba arrastrándose por la arena.

“¡Es el perro!”, exclamó Phil antes de emprender el vuelo.

Tony se detuvo abruptamente (ya todos se movían en la dirección que había seguido Thor) y miró al perro. Tenía la lanuda cabeza inclinada a un lado, la lengua de fuera, y la cola moviéndose de un lado a otro.

Estaba a punto de reírse a carcajada batiente, pero el perro lo tomó hábilmente entre sus fauces y andó tras los demás. Bueno, pensó Tony, así no sería el último en llegar (esas mini patitas eran un martirio). Interiormente se dijo que Steve se veía realmente lindo.

 

ooooo

 

Loki maldecía a los cielos, a los dioses, a su estúpida magia y hasta al agua de la bañera en la que Thor lo había arrojado sin muchos miramientos. ¡Ja! ¡Se atrevió a decirle que tenía un fuerte olor a pescado! En cuanto salieran del maldito cuento…

Eso si lograban salir del cuento. Para los demás había sido demasiado sencillo; fue cuestión de decidir si se besaban o no, y aunque a regañadientes en un par de ellos, lo hicieron. Se besaron y tal. Pero ahora, con él y el tonto de Thor sin recordar que tenía que besarlo, no sabía cómo iba a salir de esta. Se supone que Thor lo quería de algún modo, ¿no? Sino no serían los protagonistas esta vez. Pero sin poder hablar y con el rubio pensando que él era un vagabundo… ¡Con mil demonios! Ahora lo único que podía hacer era confiar en los demás. Qué bajo había caído.

“¡No voy a tocarlo, Thor! ¡Báñalo tú!”, se escuchó la voz acalorada de Hill fuera del baño.

“¡Pero, Lady Hill! Yo no…”

¡Puedo bañarme solo!, gritó Loki en silencio. ¡Menudo torpe estaba hecho Thor!

Maria interrumpió lo que Thor fuera a decir sonriendo pícaramente. Era por su bien y el de su futura y prometedora relación con Phil (que pasaba planeando por la ventana una y otra vez, mirando de reojo lo que sucedía adentro y llevando las noticias a la orilla del mar).

“¿No te parece lindo?”, le preguntó al rubio príncipe. “Tiene unos ojos muy bonitos, una boquita antojable. Está algo flacucho, pero es… es… atractivo”, concluyó Maria pensando que se lavaría la boca con lejía al intentar describir las cualidades de Loki. Aunque ese traserito respingón se había quedado en su mente, seguramente para toda su vida.

“¡Lady Hill!”, exclamó Thor afectado.”¿Qué pensamientos tan inapropiados son esos?”, agregó con el ceño fruncido.

Maria rodó los ojos al ver a Thor alejándose. ¡Genial! No sólo su memoria había tomado vacaciones, además salía un lado pudoroso en el rubio que ninguno le había visto antes.

Loki se apresuraba a enjuagarse el cuerpo para salir de inmediato de la bañera. Tenía que actuar, Thor parecía inmune a sus encantos. Pero era sólo porque pensaba que era un vagabundo, pues bien, le demostraría que tenía lo suyo y muy bien puesto.

“¡Por el amor de Dios! ¿Quieres hacer el favor de taparte? ¡Vas a traumarme por el resto de mis días!”

Loki se giró para ver al crustáceo Stark cubriendo sus ojos saltones con una enorme tenaza. Rodó los ojos mientras se cubría con una toalla. Aprovechando que el espejo estaba empañado, con uno de sus dedos puso "¿Qué haces aquí?" Y no agregó el "imbécil mequetrefe" solamente porque no le quedó espacio.

Tony se quitó apenas la tenaza y leyó lo escrito en el espejo. Resopló.

“No quiero ser un crustáceo por siempre. Así que intentaremos que Thor pierda la razón y te bese. Ahora vístete mientras te doy todos mi métodos de seducción. Deberías agradecerme, no siempre cuento mis secretos”, explicó con autosuficiencia.

Loki rió a carcajadas (que obviamente no se escuchaban). Vaya, Stark sí que era un egocéntrico (tal vez incluso más que él). Quiso gritarle que no necesitaba ningún tipo de ayuda, menos de un torpe que seguía negando que estaba enamorado de cierto ex soldado rubio, pero su risa se convirtió en un grito cuando una de las tenazas de Stark se apretó dolorosamente en su trasero.

 

ooooo

 

Thor decidió salir del castillo para tomar un poco de aire. ¡Qué inapropiada se estaba volviendo Hill! Eso de decirle que el vagabundo era lindo… Vale, sí lo era. También era cierto que tenía unos ojos muy bonitos y lo poco que se había atrevido a mirar de ese cuerpo… ejem…

“¡Oh, aquí estás mi fiel compañero”, sonrió cuando vio al perro trotando hacia él.

Steve había dejado a Tony en la ventana del cuarto de baño, y ahora tendría que hacer su parte para lograr la valiente y difícil empresa de lograr ese beso entre Thor y Loki. Ladró intentando llamar la atención de Thor, y cuando lo logró le mordió la camisa para indicarle que lo siguiera.

“¿A dónde me llevas?”, le preguntó Thor con una sonrisa.

Steve se detuvo a la orilla del mar, con la cola meneándose alegre, y saltando indicándole a Thor una pequeña embarcación con flores multicolores rodeándola.

“¿Por qué las flores?”, preguntó Natasha mirando a Bruce, que con la magia del tridente había creado la barca y su decoración. “¿Era necesaria tanta cursilería, Potts?”, agregó mirando de mal modo las flores en la barca.

“Fue idea de Fury”, se defendió Pepper. Está bien que ella era un poco cursi, pero no tanto.

Todos miraron al mencionado, que se cruzó de brazos indignado.

“Queremos que se besen, ¿no?”, fue su parca declaración.

“¿Qué pasó con eso de la venganza?”, inquirió Clint aburrido.

“No podré vengarme si nos quedamos aquí, además creo que Loki no lo está pasando realmente bien al ser ignorado por Thor”, volvió a declarar fríamente.

“Sólo roguemos porque Steve convenza a Thor de dar un paseo a la orilla del mar, y con Loki”, zanjó Bruce. Él tampoco quería quedarse así, ahora que tenía a Virginia a su lado y la aprobación de Tony… También le comenzaban a dar escalofríos los cuentos de Disney.

Todos volvieron su atención al perro lanudo y al príncipe.

“Oh, así que quieres dar un paseo”, le dijo el rubio a la bola de pelos que era Steve.

¡Diablos! ¿Y ahora cómo le explicaba a Thor que debía dar ese paseo con Loki? Siempre había perdido en los juegos de mímica, y ciertamente el tener patas en lugar de manos no ayudaría. Pero entonces Loki salió del castillo, seguido de Hill que le terminaba de ajustar un bonito atuendo blanco para la ocasión. Steve pudo distinguir que el pelinegro gruñía a cierta cosa roja metida en su chaqueta.

¡Perfecto! Steve ladró y saltó para correr a lado de Loki, jalándolo también con su hocico para acercarlo a Thor y a la pequeña embarcación.

“¡Qué buena idea!”, exclamó Thor. “Todos daremos un paseo a la orilla del mar. Seguramente a nuestro vagabundo le gustará recorrer el reino de esta manera.

Steve gruñó de nuevo frustrado.

“No, Thor. Yo ya tuve suficiente del mar. Ve con Lo… el vagabundo. Nosotros nos quedamos aquí”, dijo Maria acariciando Steve.

“Eh… bueno, si nuestro amigo vagabundo está de acuerdo.

Loki sentía su sangre arder. “¡No soy vagabundo, idiota!", gritó en su mente. Sin embargo tenía que controlarse. Compuso una sonrisa y asintió, dándole entender a Thor que daría ese paseo con él. Tenía que besarlo sí o sí.

El rubio correspondió a la sonrisa y ayudó a Loki a treparse a la barca. Pronto ya estaba remando para seguir un camino que entonces se llenó de una atmósfera tranquila y suave.

 

ooooo

 

“Bien, nuestro turno. ¿Qué hacemos para que se besen?”, preguntó Pepper.

Seguían la embarcación debajo de la superficie, a una prudente distancia.

“Si Bruce utilizara el tridente, nos ahorraríamos mucho tiempo y esfuerzo”, dijo Clint ya malhumorado.

“No creo que funcione”, negó Bruce. “Supongo que el beso debe ser consentido por ambos o alguna cosa romántica o algo así”.

“Barton, deja de resoplar y ayuda. Se supone que te sabes estos absurdos cuentos de memoria, ¿qué hacemos?”, reclamó Natasha.

Y entonces Clint sonrió.

“Bueno, los amigos de la sirena hicieron una cosa que casi funciona: cantar”.

 

ooooo

 

“Ahora míralo como si fuera un trozo de carne realmente apetecible. Cuando te vea fijamente, lamete los labios. Nadie se resiste a eso”.

Loki se golpeó el hombro derecho con fuerza, intentando darle al molesto crustáceo escondido en su espalda. Se había pasado los últimos quince minutos dándole sus ‘consejos de seducción’, había pasado desde hacer revolotear sus pestañas, abrirse de piernas sin empacho, la sugerencia de comer plátanos o algún otro fruto fálico (que lastimosamente no había alrededor ¡Que estaban en el mar, crustáceo tonto!), o el infalible Stark: sonreír abiertamente mientras alzaba una ceja con coquetería y mirada depredadora.

Pero Thor parecía muy atento a todo menos a Loki, aunque el repentino movimiento de éste logró que lo mirara al fin.

“¿Sucede algo? ¿Tienes algún bicho en tu hombro?”

¡Y qué bicho más molesto y horripilante!, pensó Loki. Sin embargo sonrió de lado y negó con la cabeza. Ahora que tenía la atención de su tonto no hermano, tenía que actuar. Se acomodó mejor en la barca, acercándose como quién no quiere la cosa al rubio.

“¿Tienes nombre, amigo vagabundo?”, siguió Thor sin inmutarse por el acercamiento no tan sútil de Loki.

El ojiverde asintió más entusiasmado de lo que debería para salvaguardar su dignidad, pero estaba comenzando a hartarse de que Thor lo llamara vagabundo.

Looookiiii”, se escuchó de pronto en un siseante susurro. Thor miró hacia el mar ceñudo. ¿Las olas habían hablado?

“Eso se oyó escalofriante, Natasha”, dijo Bruce bajo el mar. Todos estuvieron de acuerdo.

“¿Loki?”, murmuró el príncipe un poco afrentado.

Loki le tomó la mano y asintió con una pequeña sonrisa.

“¿Te llamas Loki? Que nombre tan raro”.

Loki no rodó los ojos y pateó a Thor en salva sea la parte nada más porque el contacto entre sus manos tenía que ser aprovechado.

“¡Ahora! Míralo como si fuera lo más bello del universo. Concéntrate en sus labios”, escuchó al molesto cangrejo otra vez. ¿En serio ese tipo era un seductor? Aunque tal vez ese último consejo no estaría mal…

“¡Oh, Loki! ¡Tienes un cangrejo en la espalda! Déjame ayudarte”, exclamó Thor y con su enorme fuerza mandó a volar al pobre cangrejo, pero en el proceso le dio tremendo susto a Loki que provocó que la barca se ladeara peligrosamente y se alejaran otra vez.

Y otra vez como al principio. Loki pensó en una y mil manera de cocinar a Stark, y de paso realmente patearle las bolas a Thor. ¿Por qué no podía ser más listo?

 

ooooo

 

“Bien, esto se pone feo. El atardecer no tardará y esos dos siguen tan inútiles como al principio”, declaró Maria, mirando a lo lejos la pequeña embarcación y a sus dos bobos tripulantes (Steve soltó un aullido triste a su lado, corriendo hacia el pobre Tony que salió hecho una furia de la orilla). “Phil, haz algo”.

La gaviota planeó y asintió a la orden de Maria. ¡Vamos! Que no quería ser un ave por siempre, la zoofilia no era una idea tentadora.

Se acercó a las sombras que eran los demás bajo el agua y les picoteó la cabeza sin misericordia. Era su amable manera de decirles que hicieran algo.

“¡Auch!… si no tenemos más remedio. Clint, comienza tú”, dijo Bruce.

“Si alguien habla de esto cuando estemos en el mundo real, juro que…”

“Fury, ¿realmente crees que alguno de nosotros quiera recordar esto?”, replicó Natasha entre furiosa y avergonzada.

Bruce carraspeó cuando Pepper le pasó su aletita como queriendo darle un codazo. Hizo un movimiento con el tridente y comenzó a escucharse una melodía.

Clint se aclaró la garganta y comenzó. Era una de sus canciones favoritas de la película y la tenía en su celular (y hasta el soundtrack se había comprado en su momento).

Él está ahí sentado frente a ti, parece todo un imbécil pero algo te atrae… Sin saber por qué te mueres por tratar de darle un beso ya…

Thor volvió a fruncir el ceño cuando escuchó una canción extraña a sus espaldas. Cuando se giró no vio nada, pero siguió remando. Loki había abierto los ojos como platos y soltó un suspiro inaudible cuando, justo antes de que Thor lo viera, la ánguila que era Barton había desaparecido tan rápido como había aparecido. Puso en su lista de cosas por hacer el asesinar al estúpido arquero (¡¿Todo un imbécil?!).

Sí, lo quieres. Da asco pero míralo. Míralo y ya verás tiene cara de buey, pero no hay que decir, no hay nada que decir ahora… bésalo

Cuando Thor volvió a fruncir el ceño (Loki ya sacaba humo por la orejas), fue el turno de los demás (fue un ensayo rápido, así que se oía dispar y francamente desafinado).

Sha la la la la la, ¿qué pasó? Thor no se atrevió y no lo besará… Sha la la la la la, qué horror, Loki es espantoso pero Thor lo perderá….

Natasha balbuceaba la canción improvisada con los dientes apretados. Fury casi no movía los labios y apenas si su voz se escuchaba. Bruce cantaba mientras miraba la superficie del agua muerto de vergüenza; los únicos que parecían estar disfrutando aquello eran Clint y Pepper. El argumento para hacer tal acto vergonzoso era que estaban en un cuento, y como cuento, eso debía funcionar… ¿verdad?

En la ensenada de la playa, Maria miraba con la boca abierta escuchando la horrible y desafinada canción. Tony reía a mandíbula batiente sobre su héroe… es decir, sobre Steve, que movía la cola con entusiasmo ante las ocurrencias de sus amigos.

El momento es, en este mar de cuento azul. Thor no esperes más, vamos, tú puedes… él no ha dicho nada y no lo hará si no lo besas ya…

Justo entonces Phil se unió a la melodía con unos graznidos que daban miedo. Menos mal que no había flamencos que le asfixiarían. ¡Él también quería participar!

Thor no entendía qué estaba pasando, pero se quedó mirando a Loki. Éste decidió tomar otro consejo estúpido de Stark y batió sus pestañas. ¡Qué ridículo! Pero tenía que besarlo, y si Thor comenzaba, mejor. ¿Qué? Era orgulloso.

Sha la la la la la, sí hay que temer, él te puede comer, pero bésalo… Sha la la la la la, sin dudar, no lo evites más, ahora bésalo. Sha la la la la la, por favor escucha la canción y ahora bésalo. Sha la la la la la, es mejor que te decidas ya, ahora bésalo… bésalo… bésalo…

“¡Qué lo beses, grandísimo tonto!”, gritó Clint ante la duda de Thor. Y es que el sol ya se estaba ocultando en el horizonte.

Pero Thor no hizo caso a la horrible canción en su cabeza (el pobre creía que estaba en su cabeza). Ese hombre frente a él era un vagabundo con nombre extraño; muy lindo, sí, pero…

Loki miró con horror que el sol ya comenzaba a ponerse y se volvió un manojo de nervios. Algo dentro de él le decía que tenía que apresurarse, algo que sonaba sospechosamente como la voz de su madre… Recuperó su valor y se precipitó sobre Thor para, al fin, juntar sus labios a los del rubio.

La barca se balanceó y ambos cayeron al mar, pero sin despegar sus bocas. Los demás los rodearon, aliviados de que el beso entre esos dos se diera por fin. Desde la playa, Maria lanzó un grito de júbilo mientras Steve movía la cola sin parar. Tony estaba a punto de tener un infarto de tanto reírse y terminó cayéndose del lomo de Steve.

Cuando Thor y Loki se separaron, algo brilló en los ojos del rubio. Sonrió abiertamente a Loki, reconociéndolo por fin. Susurró su nombre y volvió a besarlo. Cosa a la que Loki no puso objeción, más que nada porque el humo verde volvía a hacer su aparición. No tenía nada que ver con eso que explotaba en su pecho. Para nada.

 

 

Notas finales:

Vale, me disculpo por mi terrible adaptación de la canción. xD

Como verán algunas cosas no siguen el canon porque éste fic tiene creo ya dos años... ¡Dios! Sí que me tardo U.U

En fin, el próximo capítulo le toca a Fury, que nuestro cíclope de chocolate lo merece n.n

Mil gracias por sus comentarios y nos leémos pronto!

Látex.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).