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Fair Game por ritsuka10

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Pasaban las tres de la mañana y el Club Warrior se encontraba a reventar la gente no dejaba de moverse ante la demencial música del DJ, el primer ganador de la competencia de Parkour se encontraba en el segundo piso en la zona VIP, ellos tenían trato preferencial por ser amigos del dueño, Bang platicaba animadamente con Mike mientras este le contaba sobre sus planes para el primer disco de Linkin Park, HimChan también estaba inmerso en la conversación con Rob cada uno era la mano derecha de sus respectivos líderes, DaeHyun jugaba cartas en la oficina de Maslo con el resto de LP y amigos del dueño del sitio, YoungJae en un inicio lo acompaño pero terminó aburriéndose era bastante malo para los juegos al azar razón por la cual se dirigió a la pista de baile para acompañar a los dos maknaes que bailaban animadamente con distintas chicas ellos también terminaron hastiados de las conversaciones de hombre “adultos”, 

—Ya estoy cansado. —Comento Jun acercando a Up quien se despedía de su compañera de baile que era arrastrada por su celoso amigo.— Quiero dormir.

—Vamos a que le digas a tu esposo que te lleve a casa.— Se burló el mayor causando que Jun se quejara sonoramente, Jae también se les unió.—¿No se aburrirán? llevan horas conversando.

—Pues yo hace rato fui a ver a Dae y estaba bastante entretenido.— Subieron a la zona donde ahora los tres se encontraban, la cual era la oficina de Maslo que estaba invadida de humo de cigarrillo y olor a alcohol.—Creo que no tienen ni idea que hora es. 

El pelinegro caminó para sentarse a una silla vacía a lado de DaeHyun quien gritaba eufórico por ganar una segunda ronda consecutiva, al ver llegar a su amante le regalo una sonrisa para compartir su vaso con bebida, JongUp también tomo asiento junto a HimChan quien al notarlo cerca entrelazo sus manos sin dejar de conversar con Joe y Rob, por último el maknae se disponía a molestar a su líder pero una mano lo detuvo llevo la vista al chico que lo detenía, era Chester que lo invitaba a tomar algo.

—Dales otros 20 minutos además si Bang te ve conmigo no va tardar en alejarte de mi lado.— Comentó tomando asiento en el borde de un ventanal.— ¿Cómo estás?.—Rasco su cabeza nerviosamente.— La vez pasada no terminamos de platicar sobre tu, ya sabes.

—¿Mi recaída? .—El mayor asintió, Jun se acomodo a su lado.— Pues voy mejor cuando estoy con Guk, se me olvida el resto del mundo estamos ocupados entrenando, la escuela, el trabajo de medio tiempo, clubs  a los que me inscribe pero sigo teniendo miedo que cuando no tenga nada que hacer caiga.— Frotó sus manos con nerviosismo. —Me aterra defraudar a Bang ahora que nuestra “relación” parece mejorar..

El rubio coloco su mano sobre las blancas del menor para reconfortarlo sabía como se sentía él también vivía alterado con la idea de defraudar a Mike, lo amaba como nadie lo había hecho antes a veces ese desmedido cariño lo asustaba,  su relación iba perfectamente por ello estaba presionado a no cometer errores la sola idea de que por su culpa aquel sueño terminará lo corroía, Jun recargo su cabeza en el hombro del mayor eran tan parecidos, tan infantiles, tan escandalosos pero a la vez tan débiles ante los encantos de las personas que amaban, no querían echar a perder el arduo trabajo que llevaban. 

—Hey mantén tus manos lejos de mi linda esposa.— La grave voz capto la atención de los presentes, Bang lucia un poco tomado, sus mejillas estaban algo rojas y la pronunciación de las palabras era extraña.— Mike controla a tu maridito no ahora busca bajarme a mi berrrinchuda florecita. 

—Puede ser que tu maknae es quien seduzca a mi salvaje novio.— le contesto su amigo acercando a tomar de la mano a su pareja causando un mar de risas.— Creo que se le pasó la hora de dormir a tu niño. 

Mike jalo del brazo a su novio para abrazarlo por la cintura y darle un beso en los labios, Bang se estremeció por el acto todavía no se acostumbraba a ver esas muestras de amor entre los dos mayores, el líder de BAP también tomo de la mano y gentilmente le ayudo a ponerse de pie, sus ojos se cerraban involuntariamente se miraba tan mono que Guk estuvo a punto de babear por aquella tierna imagen, los otros cuatro integrantes de BAP también se pusieron de pie dispuestos a marcharse, Rob se había ofrecido a llevarlos a casa durante el trayecto bromearon sobre banalidades de igual manera continuaron tomando, la diversión no parecía desaparecer, no dejaban de festejar por ganar su primera pelea. YongGuk se tambaleaba de un lado a otro, el maknae del equipo lo semi cargaba no dejaba de reír antes las ocurrencias de su líder era la primera vez que lo veía tan tomado y contento,  es como si en la pelea hubiese liberado toda la opresión que se había acumulado en su cuerpo al abrir la puerta del departamento el mayor sujeto por las caderas al grisáceo arrinconandolo en la pared, acercó sus labios a su blanco cuello.

—Adoro tu aroma, es tan embriagante.— Le susurro con voz ronca causando que los vellos del menor se erizaran.— ¿No crees que es momento que pasemos al siguiente nivel? .—La pregunta causo miles de dudas en el chico.—Eres mi bella esposa y debemos hacer lo que un matrimonio hace en su noche de bodas.

JunHong no tuvo tiempo para contestar debido a que unos hambrientos labios lo besaron, una salvaje lengua se deslizo entre sus labios introduciéndose en su cavidad bucal, el sabor a vodka con juego de uva y una ligera sensación de cigarrillo inundo su paladar, su conciencia le gritaba que debía detener ese momento causado por el exceso de alcohol pero su cuerpo estaba necesitado de calor, sus manos se aferraron a esa espalda, estaba desesperado por más, los besos nocturnos no saciaban la terrible hambre que en su entrepierna nacía.

—Estas borracho y no sabes que haces.—Le reprimió tratando de tomar aire, los dientes del mayor estaban entretenidos en su oreja.— Solo estas caliente y cualquier persona te bastaría.—  Le grito tratando de alejarlo.—No soy un maldito repuesto.

Uso todas sus fuerzas para alejarlo, una torcida sonrisa se dibujo en los labios del mayor quien relamió sus labios, esa noche quería ponerle la cereza al pastel volver a pelear revivió esa parte oscura que a veces trataba de ocultar pero que sin duda le fascinaba, las personas no pueden pertenecer a ningún bando completamente, no hay buenos ni malos hay algunos más brillantes que otros o algunos más oscuros, todos somos de tonalidades distintas combinando acciones negativas con logros positivos, sin duda para Guk esa parte sádica, fría y calculadora era un peso que disfrutaba.

—Mira quien lo dice.— Contesto rodeando al menor colocando un brazo en cada costado.—El chico que todas las noches me besa.—La confesión dejo más blanco al maknae.—¿pensaste que no me había dado cuenta? .—Acerco más sus labios rozando con los rojos de Jun que comenzaban a temblar.— Si no dije nada hasta ahorita fue tal vez ¿Por qué?.—Jun quiso inventar una excusa razonable pero era evidente que no existía, no sin exponer sus sentimientos.— Yo también los disfrutaba.

Bang cortó el espacio entre ambos nuevamente lo beso, lo mordio, lo arrincono en la pared metiendo su rodilla entre las largas piernas del menor, rozando su visible excitación. 

—YongGuk, yo.—Suspiro al sentir como unos dedo se deslizaban debajo de su camisa.— Me gustas.—Fue lo único que logro articular al percibir como unos dedos pellizaban algo en su pecho.—¿Tú que sientes?

—Eres mi bella esposa ¿Qué crees que signifique? —Bang arrastro al joven al viejo sillón que estaba en la sala dónde lo lanzo para después colocarse encima de él.— Te convertirás en mi preciada mujer.—Lo despojo de su camisa dejándolo desnudo de la parte superior donde comenzó a morder su pecho causando que ruidos extraños salieran de la garganta del atacado.—Tú eres especial. 

Jun deseo que sus palabras fueran una confesión pero conocía el carácter del mayor, sus emociones, sentimientos los tenía empaquetados debajo de su máscara de buena conducta, de hombre intachable que sigue las normas, un hombre de cultura, de primer mundo, hoy en día las personas para tener éxito deben ser como su hyung, comprar un antifaz para ocultar sus sucios secretos para ser respetado o temido como él lo era, cuando un gemido grave escapo de aquella boca su deseo aumento, era indescriptible la lujuria que se apoderaba de su cuerpo al saber que ese hombre de conducta recta lo estaba desnudando, que lo lamia y besaba como un desesperado,  ¿Este es el poder que los hombres tanto los vuelve locos? Corromper, doblegar el orgullo de otro hombre es la sensación más adictiva jamás percibida por un ser humano. 

—Mira lo mojado que esta mi precioso maknae.— Le susurro al oído mientras su mano se deslizaba en el interior de los pantalones del mencionado quien se arqueo al contacto.—Gime más fuerte quiero escucharte.—Lamió su blanca barbilla recorriendo con la punta de su lengua.— Di que quieres ser corrompido por mi.

En un abrir y cerrar de ojos el menor se vio desnudo debajo del mayor quien ahora se quitaba la playera, se encontraba en medio de sus piernas aprisionándolo en ese sillón, las mejillas de Jun se pintaron un rojo brillante debido a que los ojos de ese hombre se encontraban devorándolo, cada rincón de su cuerpo estaba debajo de una rígida inspección por un segundo  trato de taparse pero las manos del pelinegro se lo impidieron trago en seco cuando Bang dirigió su boca a su vientre el cual mordio, beso y deslizo a sus muslos, elevo sus piernas para besar aquella blanca piel, sus gemidos se hicieron más fuertes seguiría la orden del mayor, por un lapsos de segundos se reprimía debido a que temía que Nam estuviera en casa nuevamente su espalda se arqueo al sentir como una lengua envolvía su excitación, unas manos se deslizaban por su vientre, acariciándolo.

—No sigas, no lo aguanto.— Le confesó tratando de detenerlo pero la queja solo aumento el deseo del mayor por tortutarlo.— Por favor Guk detente.

Un sonoro gemido retumbo por aquellas desgastadas paredes, el mayor relamió sus labios para después besar los del menor quien trataba de tranquilizar su respiración quiso contestar los besos pero su cabeza aun se encontraba en el cielo, volando por las nubes, esa sensación de placer era más adictiva que las drogas probadas anteriormente, unos labios besaron su cuello, su nariz, mejilla, frente, cuando percibió que el acosador se había detenido abrió los ojos descubriendo que estaba solo, un ligero temor lo recorrió pero sus miedos se alejaron al ver que el mayor volvía mostrándole una bolsita junto a una botella de lubircante.

—Esto aún no termina.— Le hablo en un tono capaz de asustar al más valiente guerrero nuevamente lo beso con delicadeza ayudándolo a erguirse un poco, mordio sus clavículas logrando dibujar varios moretones.— Ahora es tu turno de satisfacer a tu esposo. 

Bang acomodo en cuatro al menor con los brazos sobre el respaldo del sofá levantando su cadera frente a él, Jun lograba ver la puerta de la entrada mientras unos labios se deslizaban por su espalda humedeciendo su blanca piel, percibió las mordidas, su piel estaba en continua alerta intensificando cada caricia, una corriente eléctrica lo doblego cuando una lengua se deslizo por su entrada, la vergüenza se vio reflejada en sus mejillas, que se pintaron una vez más rojas, lograba ver las fotos de la familia Bang colocadas en un mueble, un ligero grito escapó de sus labios al sentir como un dedo mojado entraba en su cuerpo, en un inicio doloroso pero al poco tiempo lo disfrutaba, gimió con más fuerza para hacerle saber a su perpetrador que disfrutaba del contacto.  

—¿temes que llegue mi hermano y te vea así? .—Le cuestionó al oído mientras ingresaba un segundo y tercer dedo, la espalda de Jun se volvió arquear.—¿Te gusta? .—La idea lo estaba asesinando, los celos lo corroían como un cáncer destrozando sus defensas.— Imagina que esta en su habitación escuchándote.

La idea congelo las acciones del menor no le agradaba el tono que el mayor usaba, quería alejarlo de su cuello pero su cuerpo había cobrado autonomía propia sus piernas se abrieron más al sentir algo duro acercarse a su trasero, no, no le gustaba para nada Nam, solo le agradaba porque era parecido a Guk, su amor, su obsesión, su deseo eran exclusivamente para su líder, porque en su pecho no había dudas de que solo le pertenecia a él. 

—Si, me gustaría que entrará y se uniera.—Confesó provocando que Bang se detuviera eso no le agradaba, se separó del menor.—Creo que sería una situación fascinante.— Se giro para enfrentar a un pasmado pelinegro que se sentaba en la mesita con el preservativo a medio abrir en su mano.— Estar en medio de ambos. 

Guk no sintió placer al escuchar esas palabras, los celos eran su peor defecto, lograba controlar, sus miedos, sus inseguridades y hasta su alegría pero los celos eran una enfermedad que lo doblegaba, que lo sumergía en el peor de los pensamientos, era la llave que abría la puerta donde su rabia habitaba observo com el chico se acercaba a él llevaba sus rojos labios a su excitación pero no se lo permitió, lo tomo de los hombros para lanzarlo de nuevo al sofá, subió sus pantalones molesto nunca fue bueno compartiendo.

—Espera que él venga para bajarte la calentura.—Le grito molesto buscando su camisa, una perversa sonrisa se dibujo en sus labios del menor quien rápidamente le dio un jalón de mano obligandolo a sentarse en el sillón.—Nunca he sido bueno compartiendo lo que amo. 

—No has escuchado la razón porque me gustaría que Nam se nos uniera.—Hablo sensualmente bajando su pantalón para acariciar esa enorme excitación, se coloco encima de su regazo.— Por que él tiene tu rostro, me excita el saber que estoy en medio de dos Guks, ¿Aún no lo entiendes que soy tuyo?.—Con sus manos fue ingresando ese miembro en su interior.—Mi mundo eres tu, solo tú.

De una embestida el mayor ingreso completamente en el interior del grisáceo causando que este se quejara por el dolor, era un castigo perfecto, Jun se aferro a esa espalda arañándolo, mordiendo su cuello dejando marcas por todas partes, quería que mañana la gente viera esos moretones que supieran que el amante de Guk era alguien posesivo, enfermo, sus piernas se abrieron más, el dolor fue sustituido por placer puro ese que eleva tu mente a un lugar lejano, el sexo y la violencia son temas tabú que las personas creen que son síntomas de una enfermedad llamada maldad, pero en un determinado momento todos los humanos la sufrimos cuando anhelamos que un enemigo sufra el peor de los infiernos, cuando vemos una película de un sitio porno nos avergonzamos por nuestros “sucios” pensamientos pero ¿Si la lujuria es inherente a nuestra condición porque deber ser tomado como algo malo? todos alguna vez lo hemos hecho aunque minutos después borremos el historial, oscuros deseos los tratamos de ocultar, de minimizar para no ser tachados como “enfermos”, Bang reprimía su placer al golpear, su apetito feroz por el sexo, se auto dictaba mantra para volverse inmune a esos deseos carnales que corrompen la humanidad del hombre pero es imposible ocultar los rayos del Sol, de esa manera le era imposible detener su instinto, sus dientes se apoderaron de esos botones rosas escuchar a Jun gritar su nombre, llamarlo, lo estaban invitando a tocar el cielo una extraña sustancia se liberaba en su cabeza volviéndolo loco, se castigo así mismo cuando sus ojos captaron una bolsita  en el piso, había ido por unos preservativos pero Jun los había lanzado lejos, por primera vez perdía la cabeza no media las consecuencias de sus actos, era un irresponsable, se lleno de perjuicios pero ninguno tenía importancia , ninguno se comparaba con el enorme placer que le provocaba poseer a ese chico, ingresar a ese mojado interior.

—Dices que no eres un marica pero bien que te abres para mi, ¿Te gusta? —Le cuestionó besando su cuello, sus manos lo acariciaban.— Tal vez yo lo sea, porque estar dentro de ti es la mejor sensación del mundo, .—Un sonoro gemido escapo de su garganta.— Nadie me había puesto como tú, la forma que me presionas, me consumes,A h JunHong, JunHong, eres mío, no dejaré que nadie más te toque, no permitiré que nadie te posea.—Aumento el ritmo de las embestidas.— Dí que eres mío, dilo.

—Soy tuyo YongGuk, soy tuyo.— Le contesto automáticamente no soportaba más sus caderas, le dolían, su cuerpo estaba agotado pero buscaba más cada ves que se sumergía en su entrada el mayor tocaba algo en su interior  que lo estaba volviendo loco.— Adentro por favor.— Le suplico mordiendo su oreja.—No aguanto más, hazlo adentro de mi.

Una final estocada terminó con el suplicio de ambos amantes, Jun echo la cabeza hacia atrás arqueando su columna vertebral ningún viaje con alguna droga lo había elevado como ese sentimiento que se expandía por todo su cuerpo, algo tibio lo inundaba sus piernas se volvían pegajosas, abrir más las piernas una sensación de satisfacción lo devoraba desde el interior, su respiración se entrecortaba cuando recobro el conocimiento se encontró con los labios de Bang besándolo contesto a las caricias abrazándolo, guardando en sus brazos aquella cabeza aún estaban unidos, sus vientres se encontraban pegajosos, las manos de Bang lo apresaban. 

—Mi bella esposa es la mejor,—Le dijo con los labios unidos a los suyos.—Jun dilo una vez más, di lo que sientes por mi.

—Te amo YongGuk, te amo.—Le contesto cerrando los ojos.— Eres mi mundo. 

El cansancio termino causando que el menor se quedará dormido, Bang lo cargo llevándolo a su habitación después volvió a la sala a limpiar un poco no quería que su hermano se enterará de ese situación cuando regreso a su habitación tomo asiento en una silla para ver el cuerpo del chico enredado en las cobijas se agacho colocando sus codos en sus rodillas para apoyar su cabeza, había cometido una estupidez por intentar volver abrir su corazón, él nunca fue bueno amando tenía miedo de que lo volvieran abandonar, como lo hicieron sus padres las noche que quisieron escaparse, como su antigua novia lo hizo, no podía confiar en las personas aunque buscaba enamorarse, el miedo a ser traicionado lo congelaba, elevo su rostro, Jun debía ser diferente, él debía ser el indicado, nunca había sentido atracción por un hombre hasta que lo conoció, ese sentimiento debía significar algo muy importante para querer volver arriesgarse, se puso de pie quitándose los jeans que era lo único que llevaba se metió entre las cobijas donde abrazo por la espalda al menor que estaba desnudo, beso su cuello, sus manos se deslizaban por el vientre de su amante quien se había despertado segundos antes.

—No puedo dormir.—Le susurro acariciando su entre pierna.—Creo que no soy el único despierto.

Una perversa sonrisa se dibujo en sus labios para colocarse encima del menor, lamió la comisura de sus labios.

—Soy una buena esposa que no dejará que su esposo se quede con hambre.—El menor le contestó levantando la cadera para que sus excitaciones rozaran.— Yo para dormir necesito algo de leche caliente. 

 

HimChan trataba de besar los labios del menor pero este se negaba habían ido a parar al escondite del mayor en la azotea del edificio donde que vivía, Up buscaba el momento para reclamar los coqueteos del mayor con Minzy y con otras chicas, el menor trataba de detener las caricias debido a que las manos del Him se deslizaban por su espalda.

—¿que te pasa? .—Le pregunto el mayor separándose y mirando de frente al menor.—¿Qué tienes?

—¿que tengo? Hace un par de horas coqueteabas con cualquier chica que te encontrabas y ahora que estas caliente quieres acostarte conmigo.— Le grito molesto recriminandose por haber acompañado a su hyung.—No soy una golfa a la que solo le vas abrir las piernas porque estas caliente y no pudiste llevarte a una chica a la cama.

Up recogió su chamarra para sacar su móvil para llamar un taxi, fue una mala idea haber ido a ese lugar para tratar de armar una escena de celos cuando él y Him no eran nada  más que unos aprendices a amantes, HimChan le quito el celular al menor mordio su labio furioso era verdad que estaba necesitado de una noche de pasión pero Up no era su última opción, de hecho siempre fue la primera muchas chicas lo invitaron a sus dormitorios pero él solo quería hacerlo con su pequeño aprendiz desde que habían comenzad  su “relación” no habían vuelto hacerlo, bueno tampoco la primera vez contó mucho debido a que no recordaba mucho. 

—Mira JongUp sé que me comporte como un patán al coquetear con Minzy pero solo quería hacerla perder la concentración, soy algo lento y no quería perder. —Le confeso apenado tomando por los hombros  para mirarlo a los ojos.— Solo te deseo a ti, sí coqueteo con otras pero es la costumbre, no lo puedo evita.— Lo arrincono en la pared.— Perdóname.—Lo beso tiernamente deslizando sus manos por su cadera.—Solo quiero ir a la cama contigo, tu eres el único que logra pararla de esta manera.—Tomo la mano del menor para colocarla en su entrepierna.— Te quiero a ti, solo a ti.

La mejillas de JongUp se sonrojaron, la voz de HimChan era como un hechizo que lo iba dominado, su beso fue subiendo de nivel, Up se colgó al cuello del mayor acariciando su espalda trataba de ser fuerte, oponerse pero su deseo minaba su voluntad fue cediendo poco a poco, su cuerpo fue recostado en el viejo colchón mientras era despojado de su ropa, su mirada se cruzo con la del mayor quien le dio un beso en la frente.

—¿qué quieres que haga para que confíes en mi promesa? .—Le cuestionó mordiendo su oreja, besando su cuello.— Pídeme lo que quieras.—Mordía su clavícula causando que el menor gimiera.— Quiero que te convenzas que eres el único, que mis coqueteos son solo un mal hábito que con el tiempo prometo eliminar.—Su lengua se fue deslizando por aquel pecho desnudo.— Pídeme lo que desees, soy tuyo JongUp.

El mencionado mordió su labio inferior al sentir como una lengua húmeda lamia sus muslos, le pondría una díficil prueba para por fin eliminar sus miedos, quería confiar en el mayor que su relación pasará al siguiente nivel, por fin darse la oportunidad deseada, la confianza es un lazo fino que une a dos personas, crearlo conlleva que ambos seres cederán una parte de su personalidad a otro ser humano pero cuando aquella conexión se rompe las dos personas pierden también algo suyo, se quedan con un terrible huevo imposible de volver a sanar así es como lentamente nos quedamos como una coladera con miles de heridas abiertas sin poder jamás cerrarlas.

 

Los rayos del medio día se filtraban por la cerrada ventana del cuarto de DaeHyun quien llevaba varios minutos despierto pero no se animaba a salir de la cama debido a que su mano estaba bastante entretenida en la entrepierna de su amante quien solo gemía con los ojos cerrados, al notar que su mano se manchaba emitió una sonara carcajada.

—Has perdido.— Le grito sonoramente besando el cuello del pelinegro quien bufo molesto.— Ya sabes lo que te toca hacer.

—Eres insoportable fue trampa, estaba dormido y comenzaste acosarme.—Le contesto colocandose encima del mayor para besar sus labios.—No lo voy hacer.

DaeHyun comenzó a morder los labios de su amante mientras sus manos pegajosas se deslizaban una vez más entre sus muslos color canela, sus excitaciones rozaban peligrosamente, Jae instintivamente abrió más las piernas y fricciono más ese cuerpo, un par de dedos se abrían camino por su trasero, un gemido escapaba de sus labios, unos dientes mordían su cuello.

—Debes cumplir tu castigo.—Le susurro sensualmente.— O no volveré a meter eso que tanto te gusta aquí. 

Un dedo se inserto en la entrada del menor quien se quejo, Jae miro aquellos ojos color café conocía a ese travieso chico y sabía que cumpliría su promesa ambos amigos descubrieron que eran muy compatibles en la intimidad, no solo los mismos gustos, su amor a la música,  los juegos, sus personalidades se compaginaban a la perfección, eran dos piezas de un puzzle llamado destino que cuadraban a la perfección, DaeHyun no necesitaba de nadie para ser plenamente feliz, solo la presencia de su nuevo amante llenaba todos los huecos en su pecho,  su voz, su olor, su calor eran adictivos, se obsesionaba con su presencia, con su existencia.

—Tú ganas.— Finalmente dijo soltando un bufido para lamer los labios de su amante.— Pero después vamos a comer algo muero de hambre, no solo de leche vive el hombre. 

DaeHyun se excito ante ese comentario le agradaba que ese niño bueno de conducta intachable, perfectas calificaciones fuera capaz de decir palabras vulgares o sucias, el calor aumento por su cuerpo cuando observo que Jae se metía en las cobijas y se colocaba entre sus piernas, una lengua comenzaba a lamerlo, la perversión humana es fascinante por eso existen tantos géneros en videos para adultos, fetiches, fantasías sexuales, tantos tabú que romper que para algunos significa la denigración de la persona como ser humano pero sin duda un deseo real, todos y cada uno de nosotros tenemos un sucio secreto, un oscuro anhelo sexual que va fuera de lo normal aunque hay limites que sin duda no son permitidos, DaeHyun arqueo su espalda al sentir como su erección era rodeada por una delgados labios.

—DaeHyun. DaeHyun.—La puerta de la habitación se abrió de golpe un hombre ingreso, el extraño llevaba barba y ropa sucia puesta.—Oh lo siento.— Hablo coquetamente al notar a la persona en las piernas del chico, YoungJae asomó la cabeza para ver que pasaba cuando el extraño descubrió que era un chico quien estaba con su hijo su rostro se des configuro.—¿PORQUÉ UN MALDITO MARICA ESTA EN TU CAMA?

Notas finales:

GRACIAS POR SUS REVIEWS!! Espero les haya gustado, creo que el fic ya va a la mitad mm no estoy segura xD bueno espero les guste este intento de lemon, les recomiendo escuchar la canciòn de Often de The Weeknd, cuando escribo un cap me inspiro en una canciòn hasta ahorita han sido puras de Linkin Park, saluodos y cuidense!!


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