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Amor entre panas por sue

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Notas del capitulo:

 

Espero no haberla cometido y que haya sido de su agrado n.n, dejen sus comentarios que como ustedes saben siempre responderé n.n les dejó un abrazo muy fuerte a todos y muchos besos ¡cuídense!  

 

 

 

Capitulo 8. Cuando estamos al lado de la persona que nos mueve el piso…

     

 

 

El cuerpo del pelicastaño se recostaba con enorme fuerza contra el del rubio, metía su cabeza en el cuello y suspiraba levemente. 

 

- Si, soy yo, que problemático eres… ¿Quién más podría ser?      

 

- Pues yo… - el rubio se sentía tan livianito, aquellas manos abrazándolo lo hacían sentirse protegido.

    

 

 

- Acaso… ese tal Sabaku no…

   

 

 

- Yo no…  - el ojiazul se soltó del enlace y se volteó para encarar al muchacho.

    

 

 

- Shhh – Shikamaru colocó un dedo en los labios de su migo – no me digas nada.   

   

 

 

- Shika…

   

 

 

En todo el baño los únicos que se encontraban ahí eran ellos, todo el mundo estaba en sus respectivos salones, el examen de seguro ya había comenzado, pero a Naruto no le importaba, estaba con su pana y nada más.

   

 

 

- Naruto – el pelicastaño delineó los labios del rubio con sus dedos – Vamos a fugarnos…  

   

 

 

- A fugarnos, pero Shikamaru hoy hay…     

   

 

 

- No seas problemático, yo sé lo que hay hoy y sé que sacaré un cero porque no estudié, luego inventamos una excusa para que podamos presentar… hoy quiero pasear…

   

Los ojos de Naruto se tambaleaban de un lado a otro, se sentía tan bien cuando su amigo le hablaba de aquella forma, el chico Nara decidió no seguir intentando.

    

 

 

- Ahora, si no quieres iré solo.  

    

 

 

- ¡Espera!... digo, si, voy contigo…

   

 

 

El pelicastaño observaba cariñosamente al Uzumaki, se veía tan indefenso, tan niño, se acercó y tomó su mano con sutileza para comenzar a salir del sitio.

  

 

 

Escapar de aquel lugar no era sencillo, y más porque le tocaba hacer guardia a la profesora Tsunade, por suerte ellos ya lo habían echo no una sino en varias ocasiones, en pocos minutos se hallaban fuera del liceo con la libertad de ir al lugar que desearan.

   

 

 

Dentro del salón de noveno grado, el profesor Asuma pasaba la lista para comenzar el examen, previamente había realizado un repaso de diversos ejercicios.

    

 

 

- Yamanaka Ino.

   

 

 

-Aquí.

   

 

 

- Inuzuka Kiba.

   

 

 

- Aquí estoy.

    

 

 

- Sabaku no Gaara.

    

 

 

- Presente – el pelirrojo no dejaba de observar el asiento de al lado, perteneciente al ojiazul.

   

 

 

- Uzumaki Naruto.

   

 

 

- No vino – alcanzó a decir Kiba – aunque generalmente llega media hora después.

   

 

 

- Ok… “Debe de ser así porque ayer Kakashi no me dijo que no asistiría” - el profesor regresó a la lista – si no llega en media hora lo pondré inasistente.  

   

 

 

- “¿Dónde estas metido Naruto?” – Gaara se estaba impacientando, tenía planeado pasarle las respuestas al chamo en cuanto regresara – “A este paso también iras mal en física”  

    

 

 

- Nara Shikamaru.

    

 

 

- No vino – de nuevo el ojinegro.

   

 

 

- “A no ser que…” - los ojos aguamarina se perdieron mientras pensaba – “que ellos dos…”

   

 

 

Por otra parte Naruto y Shikamaru se encontraban montados en un autobús, el rubio se disponía a seguir al moreno solamente, no podía dejar de pensar en lo ocurrido en lo que supuestamente sentía.

    

 

 

- ¿A dónde vamos?

    

 

 

- Ayer… ¿Qué querías Naruto? – interrumpió el Nara.

   

 

 

- ¿Ah? pues… quería… decirte… que… yo… 

    

 

 

Shikamaru no apartaba la mirada del pequeño, estando en el mismo asiento se sentía tan incómodo, tan cerca de su amigo, el pelicastaño no deseaba que su amigo estuviera así, ya no le agotaba la paciencia con sus tonterías, ahora no podía ni hablarle porque comenzaba a tartamudear y a extrañamente deprimirse, hizo un gesto de firmeza y tomó la mano del rubio entre las suyas.

   

 

 

- No creas que es una cita… es sólo un simple paseo entre amigos, no tienes porque ponerte tan nervioso.    

   

 

 

- ¡No estoy nervioso! – el ojiazul inflaba los cachetes sonrojados.

   

 

 

El pelicastaño sonreía, en verdad le gustaba aquella forma tan infantil de comportarse de su amigo. 

   

 

 

Pasado un rato, en el patio del liceo ya era hora del receso, todos los alumnos salían a tomar el sol y algunos a revisar cuantos errores habían cometido en el examen, pero ese no era el caso de Gaara quien se lo sabía de memoria, lo que lo tenía preocupado era la desaparición del muchachito cerebro de arveja.

   

 

 

- ¡Hola pana! ¿Cómo estas? – Lee detenía el juego de voleibol y se dirigía a saludar al pelirrojo haciendo que uno que otro se molestara - ¿Quieres jugar?    

   

 

 

- No

   

 

 

- ¡Lee, ven acá! – Neji quien tenía unos shorts cortos miraba molesto la escena – ¡Nos vas a hacer perder! ¡Te toca sacar!

   

 

 

- Enseguida vuelvo, limpio el piso con los de quinto B y regreso contigo ¿vale? – el moreno mostraba su brillante sonrisa mientras una gota se escurría de la cabeza del pelirrojo. 

    

 

 

- Mjm – Gaara se quedó siguiendo con la mirada el cuerpo atlético de Lee, si que se veía bien con esos shorts.

   

 

 

Para no llevar mucho sol, el pelirrojo se colocó debajo de algunos árboles de la esquina mientras observaba el partido cruzado de brazos, Lee era el único que le hablaba aparte de Naruto y no estando el rubio no que le quedaba otra compañía que la del moreno, no entendía nada de lo que veía pero ¡si lo único que veía era a Lee!, Lee saltando, Lee dándole con la máncheta, Lee sacando, Lee en la malla… los reflejos del sol hacían brillar su negra cabellera y el viento mecía la misma. 

   

 

 

Un muchacho de quinto B dribló con fuerza la pelota al otro extremo buscando meter el punto faltante para la victoria de su equipo.

    

 

 

- ¡Es mía! -  Neji la alzó en un movimiento muy cercano a la malla en donde se encontraba su amigo Lee.   

   

 

 

- ¡Esta va por ti pana Gaara! – exclamó el moreno al tiempo que saltaba, golpeaba y  metía la pelota en territorio enemigo, ganando el dichoso partido.   

   

 

 

- ¿Por… mí? – un tic en el ojo se mostraba en el Sabaku. 

   

 

 

Todo el mundo del equipo ganador se encontraba celebrando y festejando, el ojiblanco era el único que se veía molesto y no era que no estuviera contento con la victoria, al contrario le encantaba ganar y restregárselo a los perdedores, pero en este caso había algo o más bien alguien que le arrebataba la alegría del momento.

   

 

 

- “¿Qué se creerá metiéndose con un chiquillo?” – se quedaba viendo como su amigo se alejaba de él y se iba con el pelirrojo – “Sólo conseguirá dañar su imagen y que lo llamen asalta cunas”

    

 

 

- ¿Viste eso? – el moreno todo emocionado, tenía la pelota entre las manos. 

   

 

 

- Mjm – el chico desviaba la mirada y se mostraba serio - ¿Cómo es eso de que por mi?

    

 

 

- ¿Qué? ¿Acaso no te gustó que te lo dedicara? – Lee parpadeaba varias veces mientras lo miraba con carita de perrito regañado.

   

 

 

- No soy tu noviecita para que andes dedicándome tus victorias.  

   

 

 

- ¿Y mi noviecito?

    

 

 

- ¿Ah? – las mejillas de Gaara delataron lo que le produjo el comentario.

    

 

 

- No, nada, es broma – el Rock se rascaba la nuca al tiempo que sonreía hermosamente (n.n)

   

 

 

- “Por supuesto que es broma Gaara…” – se decía así mismo el pelirrojo – “¿Cómo crees que un chico como él se va a fijar en alguien como tú… admítelo, naciste para estar solo” 

   

 

 

- Uf… que calor  – Lee tomó parte de su playera y se secó ordinariamente el sudor con ella, llamando así la atención del menor.

   

 

 

Aquello a cualquiera le hubiera parecido un poco repulsivo, todo sudado y con la camisa llena de tierra porque anterior a eso había jugado fútbol, y ni se diga de las manchas de sudor en la espalda, a pesar de eso a Gaara le pareció muy llamativo, los mechones de cabello negro se adherían a su frente y mientras recuperaba el aliento jadeaba un poco.

    

 

 

- ¿Tú no tienes?

   

 

 

- Perdón… ¿Qué? – Gaara salía de su ensimismamiento.

   

 

 

- Calor, te pregunte que si no tienes calor.

   

 

 

- Si mucho… - miraba como la respiración del mayor era entrecortada y las gotas de sudor emanaban de sus poros – digo… no, yo no ando pegando brincos en una cancha – desviaba la mirada y buscaba algo que observar que no fuera parte de Lee.  

   

 

 

- Ah… claro – la sonrisa continuaba en el rostro del muchacho – pero pensé que con este sol y la ropa negra que cargas tendrías calor.

   

 

 

- “A mi lo que me está dando calor es otra cosa” – inconscientemente los celestes ojos se posaron unos segundos en la entrepierna del moreno, apartó la vista del sitio rápidamente – “¿Pero que estoy haciendo?... no debería estar viendo su… pero, no estoy ciego y esos shorts están tan pegados que casi…”  

   

 

 

- Bueno, yo si tengo y mucho, tenme aquí por favor – el moreno le entregó la pelota al pelirrojo.

   

 

 

Al chico casi se le desorbitan los ojos al ver como el otro se quitaba la camisa, tenía un buen abdomen, muy bien formado y para colmo húmedo por el sudor.

 

  

 

- “Ay… mamá”  - Gaara apretaba con fuerza la pelota entre sus manos. 

     

 

 

- ¿No te gustaría aprender a jugar? – Lee no dejaba de mostrar su bella sonrisa mientras se colocaba la camisa en un hombro – Yo te enseñaría a meter y sacar la pelota – colocó su mano sobre la del ojos celestes - ¿Qué dices?  

   

 

 

- No se si tengo tiempo… últimamente le he estado enseñando ingles a Naruto – el corazón le latía rápidamente, sentía la calida mano sobre la suya y trataba de respirar naturalmente. 

   

 

 

- Que lastima, en verdad quería enseñarte varios movimientos, tal vez podrías enseñarme ingles a mí también, no soy muy bueno en eso – Lee retiró el balón de las manos del pelirrojo - ¿Te parece?

    

 

 

Gaara sólo pudo asentir levemente porque en ese instante,  recordó lo anterior al sentir de nuevo la presión y el hormigueo por dentro.

   

 

 

-  Oye… el otro día, cuando nos conocimos y dijiste que había alguien a quien yo le gustaba – Gaara se sentía un poco sofocado, sus mejillas estaban sonrojadas – te referías a…  

    

 

 

- Si a Naruto… - el moreno se acomodaba la camisa en el hombro y la pelota bajo el brazo - ¿Qué ya se te declaró? 

   

 

 

- ¿Naruto?

    

 

 

- Si, cuando yo dije eso me refería a Naruto.

    

 

 

- Entiendo… - el pelirrojo bajo la mirada ¿Acaso esperaba a que fuera Lee el que estuviera enamorado de él? – Y tú… 

    

 

 

- ¡Lee ven que hay que ducharnos antes de entrar! – de nuevo llamaba el Hyuuga.

    

 

 

- ¡Si ya voy! – se dirigió de nuevo al chico frente suyo – No te preocupes, si no lo ha hecho en cualquier instante lo hará.    

   

 

 

- … - el pelirrojo desviaba la mirada, de repente sintió como el moreno le acariciaba la mejilla. 

   

 

 

- Eres un gran chico, no te deprimas y sigue siempre adelante – Lee mantenía la sonrisa destellante mientras sentía la tibia mejilla entre su mano.

   

 

 

- ¿Por qué me dices estas cosas? – decía Gaara extrañado por la actitud del mayor.

   

 

 

- Mmm… no sé, creo que quise tratarte como alguien especial, después de todo tanto Naruto como tú necesitan ser tratados con cariño.      

    

 

 

- “Yo… ¿Qué  hago… aquí”

   

 

 

Gaara se sentía súper incómodo, no le gustaba oír palabras como cariño o amistad, le parecían absurdas y no pertenecientes a si, estando con el rubio se sentía capaz de poseerlo y de manipularlo a su antojo con su forma de ser, pero al lado del mayor se sentía tan indefenso y extrañamente sumiso, tal vez quería ser protegido por aquel moreno, para no encerrarse en si mismo y poder mostrar su verdadera personalidad.   

   

 

 

- “De cualquier manera…”

   

 

 

El pelirrojo observaba a Lee correr hasta el ojiblanco mientras no dejaba de despedirlo con una mano y su armónica sonrisa.

    

 

 

- “Nadie se fijaría en alguien como yo…”

   

 

 

Por dentro sintió el bajón de autoestima, pero algo le hizo alzar la mano mientras esbozaba una media pero sincera sonrisa.

     

 

 

Continuará…

  

 

 

Notas finales:

 

Espero no haberla cometido y que haya sido de su agrado n.n, dejen sus comentarios que como ustedes saben siempre responderé n.n les dejó un abrazo muy fuerte a todos y muchos besos ¡cuídense!  

 

 

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