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Amor entre panas por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Holaaaaaa!!!!! *Eco*

 

Y desde lo más recóndito de amor-yaoi resurge una vez más ésta historia :D (inner: para quién la recuerda ¬¬) ejem si… n.nUUu quiero disculparme por haberla abandonado por tanto tiempo, me enfoqué más en una historia que otra… en fin, me senté a leer esto desde el principio y las reacciones que tuve fueron bastante diversas… hubieron muchos “¿Pero que miércoles, cómo escribí esto?!!” y muchos momentos llenos de risas locas acompañados de recuerdos… en conclusión, no lo veo tan mal considerando que es de mis primeros trabajos xD Bien, lo releí porque no tenía lo que es nada para seguirlo (quedó en mi cabeza y no me senté a escribirlo xB) pero como mi escritura y mi humor han cambiado un poco, quiero disculparme si de aquí en adelante la narración o el modo en cómo va todo se desarrolla de manera incongruente con lo que ya se tiene n.nUU (inner: lo importante es que lo sigas, digo ¿no? ¬.¬) je je verdad :B no demos más largas!! Por cierto, debido a las fechas he decidido crear un capi navideño, espero que sea de su agrado, está un poco loquito n.nUuu    

 

 

 

Se escuchan las espantosas gaitas

Y se huelen las sabrosas hallacas.

Llegó diciembre y en la urbanización no hay quién no esté alegre.

Los padres celebran, no hay trabajo, sólo deleite.

Las madres se agobian todavía más, esposos y niños en casa ¡Quien los puede aguantar!

Naruto Uzumaki se encuentra igual, libre del liceo, libre para vaguear.

Corre a toda prisa a dónde su novio para el día pasar.

Todos lo días son como tener una cita y esto al Nara le parece increíble...  

Pana y novio a la vez, mejor ligue imposible.

 

- Oye Shika ¿Qué te gustaría que te regalara para navidad? – Pregunta el rubio emocionado, juegan videojuegos y parecen hipnotizados.

 

- Eso poco importa, no estoy pendiente de obsequios – El chico es sincero, pensar de más le parece un tedio – Con tal de que esté contigo, me sentiré  feliz.

 

- Basta Shika… - Se sonroja hasta las orejas, Shikamaru no deja sus manos quietas ¡Ya empieza a buscarle fiesta!

 

- Vamos Naru. No te haré daño – Poco a poco, el pelicastaño en la cama lo recuesta, sin importarle que a su personaje un zombie le está devorando la cabeza.  

 

- Pero es que… tus padres…

 

- No te preocupes Naru, si no hacemos ruido podremos divertirnos un poco… ahora relájate que te voy a tratar bonito.

 

Las palabras del muchacho no tardaron en provocarle sensaciones miles.

En resumen, se sentía caliente.

Y así, Naruto, como la mayoría de los adolescentes,

De una pensó en dejarse llevar por la corriente.

 

Los besos y caricias se apoderaron de la escena, el juego en pausa y la diversión apenas comienza.

Las manos de Shikamaru se movían expertas por aquel cuerpo que ansiaba

Y el Uzumaki temblaba como pollito bajo un palo de agua.

 

- Ah… - El ojiazul no pudo evitar gemir, su novio masajeaba su zona viril.

 

- Naru…

 

Quiso llevar aquella acción a un siguiente nivel.

El Nara después de mucho pensar decidió darle sexo oral.

No era momento para que tuvieran su primera vez.

Deseaba que fuese espectacular.

 

Al sentir el primer contacto húmedo, el rubio se puso de colores.

Cosa igual jamás hubo sentido, eso era evidente.

Shikamaru se divertía de lo lindo con las reacciones de su novio,

Todo sonrojado y tembloroso,

Ponía entonces, mayor empeño ¿De dónde había sacado semejante talento?

 

Cuando ya iban a llegar al happy ending,

De improviso, entro el padre en crisis.

 

- ¡Pero… ¿Qué están haciendo?!

 

El señor Nara no se lo creía,

Su hijo entre las piernas de su “mejor amigo” un miembro engullía.

 

Los chicos se avergonzaron como no tienen idea,

Olvidaron asegurar la puerta ¿Se puede ser tan cabeza hueca?

 

- Ahora mismo me van a explicar lo que está pasando… Shikamaru.

 

- Pues… verás pa… lo que pasa es que… – Trató de buscar las mejores palabras, pero explicarse le disgustaba, le daba lala – Lo que pasa es que Naruto y yo somos novios ¿Ok?

 

Naruto no podía sentir más pena,

Estaba seguro, luego de la confesión, el señor Nara no lo querría de vuelta.

 

- Conque es así – El señor Nara miró a Naruto buscando confirmación, éste con un ligero movimiento de cabeza le respondió – Bien… No soy quién para meterme en sus asuntos… pero deberían buscar de moderarse o por lo menos tratar de hacer sus… cosas en completa privacidad.

 

- Estamos en mi cuarto – Shikamaru afiló el mirar, molesto porque no le dejase intimar – Se supone que debes tocar antes de entrar.

 

- Nunca lo he hecho antes, además ¿Cómo iba a saber que estaban…?  Sólo iba a decirles que por estar en vacaciones no deberían acostarse tan tarde, como sea… creo que lo mejor es que nos vayamos a dormir – Antes de salir, exclamó para advertir: – Espero que no se pongan a inventar, si tu madre los pesca la siguiente vez, es capaz de ponerse histérica.

 

- Tranquilo.

 

Cuando quedaron de nuevo solos, el Nara suspiró con alivio.

Durante toda la conversación, tuvo el alma en vilo.

 

- Vaya… se lo tomó bien… ¿Qué pasa Naru? No has dicho nada.

 

- ¿Y qué quieres que diga? Tu papá nos ha visto… ¡Que pena!

 

- Oh vamos Naruto, no es para tanto.

 

- ¡¿Qué no es para tanto Shika?! Dime ¿Con qué cara veré a ese señor de ahora en adelante?

 

- Pues con la cara que naciste – Espetó con obviedad, no era para exagerar.

 

- ¡No te lo tomes a juego!

 

No era que a juego se lo tomara.

El Nara deseaba que su relación se formalizara.

 

Y de esa manera y sin poder evitar la conversación,

Al día siguiente Shikamaru recibió su sermón.

 

- Hijo, dime una cosa ¿Tú y Naruto ya están teniendo relaciones?

 

- Pa… - Shikamaru no pudo evitar sonrojarse, hablar aquellos temas con los adultos siempre resultaba chocante.

 

- Vamos Shikamaru, sólo quiero saber que están usando protección.

 

- No hemos tenido sexo aún ¿Bien?...  No es que no quiera ni no haya pensado en ello… es sólo que deseo que sea especial para Naru.

 

- Eso es bueno, la primera vez tiene que ser memorable. Me alegro que pienses en lo mejor para… tu novio.

 

El chico Nara recordó lo sucedido con Sasuke,

Aquel cantante que al rubio había traumado.

Se sintió apesadumbrado,

Lo que menos quería, era dolor causarle.

 

- Aunque me gustaría que se lo tomaran con mayor calma, apenas tienen quince. Podrían esperar un par de años antes de pensar en tener sexo… aunque claro, no les digo que no exploren sus cuerpos con sus manos… o con sus bocas como pasó en tu cuarto.

 

- Ok papá, de verdad preferiría dar por terminada ésta conversa.

 

Anunció completamente sincero

¿A quién le gusta hablar con sus padres de sexo?

 

- ¿Crees qué nieve éste año Shika? – Preguntaba el ojiazul mientras se acomodaba el abrigo, no hacía mucho frío, pero quería evitar un resfrío.

 

- Eso es imposible.

 

- ¿Eh? – Con completa decepción, ese era su mayor anhelo, le pareció injusto no tener un poco de hielo - ¿Por qué no?

 

- ¿Qué no aprendiste nada en primaria? En lugares cálidos como éste no nieva y si por algún milagro lo hace, es porque al cambio climático le dio la loquera.

 

- Que mal… yo quiero ver la nieve acumulada en la entrada de la casa…

 

- Pues, podríamos ir a algún país donde si caiga.

 

- ¿En serio? – Naruto le tomó de la mano, con sus ojos brillando – Vamos ahora.

 

- ¿Ahora? – Exclamó con la boca ligeramente abierta, aquel chico se tomaba todo al pie de la letra – Naru, hablaba de futuro. En un futuro podríamos viajar a algún país dónde si caiga nieve en diciembre.

 

- Que mal… - Hizo otro puchero, decepcionado por su cuestionamiento – Que novio tan malo tengo, no me da lo que quiero… bu…

 

- Naruto… - Sonrió levemente. Le encantaba tener un novio tan elocuente.

 

Mientras en casa de Maito y Lee,

No faltaba rincón por cubrir.

Guirnaldas, botas y cualquier otro coroto,

Hasta el arroz lo pintaron con el onoto.

 

Gaara se sentía más que mareado

Tantas luces y decoración…

El que lo llamara exagerado

No tenía más que escuchar ésta canción:

 

- ¡Navidad, navidad, hoy es navidad! ¡Es un día de alegría y de felicidad! ¡HEY!

 

- …

 

- ¡Vamos Gaara! Canta con nosotros. 

 

Era lo único que se oía,

“Navidad” de noche y día.

 

- Háganlo ustedes… aún no me acabo de acostumbrar a tanta luz y color. Creo que me duele un poco la cabeza…

 

- Oh vamos muchacho. Deja que el espíritu de la navidad te posea – Invitaba Gai animoso, a ese hombre cómo le gustaba un jolgorio.

 

- La verdad, no me siento con muchas ganas…

 

- ¿Qué pasa querido? – Lee se acercó hasta su novio al verlo sumergido en tanta melancolía, mientras su padre iba a la nevera por unas frías - ¿Extrañas a tu hermana?

 

- La verdad es que si… ésta es la primera navidad que estamos tan distanciados.

 

- Entiendo… Ya sé ¿Y si la invitas a la casa a festejar?

 

- Pues… no sé si aguante tanto “espíritu navideño” – Conociendo a su hermana, igual de huraña.

 

- Anda. Ya verás como nos divertimos todos juntos.

 

- Bueno… está bien. Le diré que venga… “Así al menos podré conversar con alguien cuerdo mientras acaban las fiestas”

 

Pero con lo que no contaba Gaara

Era que la alegría de la navidad se contagia.

Es como un virus que te corroe por dentro

Terminó así poniéndose un gorro de Rudolf el reno.

 

- ¡¿Será…?!

 

Aquella como todas las mañanas,

Como niño chiquito o como rana,

Naruto se pegó contra la ventana.

Grande fue su emoción,

Cuando vio cúmulos blancos en rededor.

 

- Si pasó… ¡Nevó!

 

El Uzumaki salió corriendo hasta la entrada de su casa.

Tomó entre sus manos la nieve supuesta.

Eso no era nieve,

Era demasiado consistente.

 

- Un momento… esto es… ¿Algodón?

 

- Es guata – Salía el Nara de uno de los arbustos, como choro que pega un susto.

 

- ¿Guata? – Repitió indeciso, mencionó tras intuirlo: – ¿Acaso rompiste una almohada?

 

- Sip.

 

- ¿Por qué?

 

- Para darle a mi novio lo que quería: Una mañana con nieve, nieve falsa pero por tu cara desde la ventana, te lo creíste.

 

- Pero… la nieve no es de guata.

 

- Lo sé. Si echaba hielo lo más probable es que tu padre Iruka me mataría por mojarle el patio.

 

- Je je… tienes razón. Aún así, fue un bonito regalo.

 

- Pero esto todavía no termina.

 

- ¿Ah no?

 

- No. Ahora ve a quitarte el pijama y ponte bonito. Yo te espero aquí.

 

Naruto obedeció a su novio y fue a emperifollarse,

Cuando volvió con el Nara, éste no pudo más que admirarle.

Se veía muy lindo

Y olía rico.

Lo que hace un peine y un poco de talquito.

 

- Y… ¿Adónde vamos?

 

- Vamos a meter la coba de que estamos en un sitio dónde cae nieve.

 

- No entiendo.

 

- Ya verás.

 

La pista de hielo se extendía pendenciera

La mayor cantidad de hielo que había visto era en su nevera.

El rubio no se lo creía,

No sabía si lo lograría.

Nunca pensó que en cosas tan raras se encaramaría.

 

- Shika… me voy a caer.

 

- Vamos Naru, tú puedes hacerlo – Animaba mientras de las manos lo tomaba – Es como aprender a caminar.

 

- Oh vamos, cuando uno aprende a caminar no lleva puestos zapatos con suelas que parecen cuchillas.

 

- Ja ja tienes razón.   

 

Continuaron patinando despacito

Mientras una abuelita les pasaba ágil de ladito.

 

- Mo… hasta esa señora lo hace mejor que yo… ¡Lo hace ver tan fácil!

 

- Es normal, viene aquí todo el tiempo. Hasta dónde sé en su juventud era patinadora de hielo profesional.

 

- ¿En serio?... ¿Y que hay de ti Shika? Pareciera que no es la primera ni segunda vez que patinas en hielo.

 

- Si… solía venir con papá hace algún tiempo. Dejé de hacerlo porque me pareció una molestia.

 

- Mmm… propio de ti… oye ¿Y de dónde sacaste plata para venir aquí? Se ve que el lugar es para gente frufrú.

 

- He estado ahorrando un dinerillo.

 

- No me digas que te da fastidio gastar el dinero y por eso lo acumulaste.

 

- Je je algo así… digamos que quería usarlo para llevarte a un sitio bien de pinga.

 

- …

 

Naruto guardó silencio, dejándose llevar por tan preciado momento.

Su novio procuraba de guiarlo y de cualquier tropezón cuidarlo.

Se sonrojó de inmediato, sin preverlo tenía ganas de besarlo.

 

- ¿Qué pasa Naruto? Te callaste de pronto.

 

- No es nada… me… gustaría intentar patinar solo.

 

- ¿Seguro?

 

- Si. Creo que ya más o menos sé como va la cosa.

 

- De acuerdo.

 

El Nara le soltó del enlace y el rubio trató de mantener su balance.

 

- Uf… - Con los brazos extendidos suspiraba, no era nada fácil que sus piernas no se doblaran.

 

- Muy bien. Ahora muévete. No pensarás quedarte clavado en el hielo ¿O si? – Comentaba mientras patinaba.

 

- Dame chance, me preparo mentalmente.

 

- Si es así, nos quedaremos aquí todo el día.

 

- ¡Serás!

 

Naruto trató de ir contra el novio busca pleito,

Pero su trasero terminó chocando contra el duro hielo.

 

- Naru ¿Estás bien?

 

- Auch, mi trasero.

 

- Que mal. A ver… sana sana culito de rana, si no sana hoy sanará mañana – Cantaba el muchacho mientras le sobaba la nalga.

 

- ¡¿Qué crees que soy un niño?! Además deja de sobarme en público.

 

- ¿Por qué? ¿Te da pena?

 

- Claro que me da… es normal… eso sólo se hace en privado…

 

- Conque es así… - Se rascaba la barbilla, la idea le sonaba de maravilla.

 

- Tonto, deja de andar pensando vainas – Le propinó un empujoncito amistoso, sin ninguna clase de enojo.

 

Luego de risas bajo la pista de hielo

Shikamaru dejó a su novio un momento.

Tras regresar trajo en su mano otros regalos:

Una bufanda, unos guantes y unos helados.

 

Naruto lo miró extrañado.

El clima estaba frío pero no para llegar a ese grado

¿Y qué vaina con el helado?

 

- Metamos la coba que hace mucho frío… - Mencionaba mientras le colocaba al niño la bufanda – Si comemos helado nuestro cuerpo no tardará en amoldarse a la temperatura.

 

- Mmm… ¿Cómo sabes eso?

 

- No sé… supongo que las clases si le enseñan de verdad a uno – Se recostó junto a su novio, dónde tenía mayor reposo.

 

- Shika.

 

- Dime.

 

- Gracias… ésta realmente es la más mejor navidad de todas.

 

No pudo evitar reírse, su mala conjugación le parecía un chiste.

 

- Para mí también lo es. Tenerte a mi lado es lo mejor que me ha pasado Naru.

 

Se tomaron de las manos sin ningún temor.

Si a la gente le molestaba que se fueran a chupar mamón.

 

- Shika ¿Quieres pasar ésta noche en casa?

 

Al darse cuenta de lo que podía provocar su petición

El Uzumaki vio pertinente dar una explicación.

 

- ¡Es que…! Mis papás van a hacer una cena navideña improvisada y pues… me gustaría que tú…

 

- Está bien. Me quedo.

 

Tanta alegría junta la demostró con una sonrisa.

Más al llegar a su casa grande era la algarabía.

 

- Tún tún ¿Quién es? Gente de Paz ¡Ábrannos la puerta que ya es navidad!

 

- Pero ¿Qué está pasando aquí?

 

- Ah Naruto. Que bueno que llegaste. Tus amigos trajeron para hacer las hallaquitas aquí en la casa ¿Qué tal? – Kakashi brincaba en una pata, hasta habían traído un poco de caña.

 

- ¡Naruto amigo mío! Pensamos en traer la navidad a tu casa ¿No te parece fina la idea? – Lee le colocaba uno de los sombreros de santa, uno que brillaba y hasta tenía una tonada – Para ti también hay uno Shikamaru.

 

- Eh… gracias… - No era muy asiduo de aquella costumbre, más hasta el perro del vecino tenía uno verde ¿Por qué no actuar diferente?

 

Todo transcurrió como se esperaba.

Neji y Ten Ten limpiaban las hojas.

Iruka y Temari preparaban y pintaban la masa.

Kakashi se encargó del pollo

Y Shikamaru y Naruto que lo ayudaban, hallaron un nuevo reto. 

Jalando el hueso de pollo cada uno de un extremo, Naruto se terminó quedando con el deseo.

 

- ¡Viva, viva! ¡Ahora mi deseo se hará realidad!

 

- Muy bien Naru.

 

La mesa de ese modo resuelta se halló,

Con sus hallacas, ensalada de gallina y hasta pan de jamón

¡Más de uno se fue con su barrigón!

 

Las galletas que Naruto se animó a hacer, fueron muy gustadas.

Nunca se esperó que tuviera talento para cosas tan azucaradas.

Aunque estuvieran choretas, se las comieron con prisa.

Y hasta le pasó unas al molesto de Kiba.

 

Tras despedir a todo el pelotón

Naruto llevó a su novio a su habitación.

 

- Shika, creo que ha llegado el momento que te entregue mi regalo de navidad.

 

La imaginación del adolescente voló, no se puede negar.

En cosas sexuales más que nada se puso a especular.

Más inmediatamente Shikamaru se bajó de su nube,

Su novio mostraba entre sus manos el supuesto presente.

 

- ¿Para mí? No debiste.

 

- Toma ya.

 

El pelicastaño recibió el obsequio mal envuelto,

No era que no le hubiese puesto empeño,

Naruto era malo en todo lo que fuese diseño.

 

Al descubrir el regalo no podía demostrar mayor emoción.

Ante sí se encontraba un tazo gastado de Megazor.

 

- Sé que era tu tazo de los Power Rangers favorito ¿Recuerdas cuantos tazos ruché con él? – Rememoró el ojiazul satisfecho con su hazaña, pues en aquella época no había quién le diera batalla – Me gustaría que lo tuvieras…

 

- Naruto… - No tenía palabras para describir lo que en su corazón sentía, para ellos ese pedacito de plástico era de suma valía – No sabes cuanto te quiero.

 

Lo abrazó con efusión

Tratando de transmitirle todo su amor.

 

- Eh… esto… yo también Shika… - Su sonrojo ante el contacto con su novio era inevitable, las hormonas no comían cuento a la hora de alborotarse.

 

Cuando Shikamaru fue en busca de sus labios, Naruto le recibió plácidamente…

Más Iruka al verlos en pleno acto, no se mostró tan clemente.

 

- ¡Pero…! ¡Muchachos! – Su boca no podía estar más abierta, nunca se imaginó semejante escena.

 

De nuevo la puerta sin cerradura…

¿Se puede creer la misma locura?

 

- ¡Esto… papá…! Puedo explicarlo – El rubio movía sus manos de un lado a otro, como si nadara en el río Orinoco.

 

- Señor Iruka. Déjeme que yo le explique… - Mencionó Shikamaru más templado, era su deber responder por su amado – Sé que no es nada fácil enterarse, pero Naruto y yo nos empatamos. Llevamos saliendo hace un tiempo. También quiero asegurarle que mi intención con Naruto es seria y que no se trata de ninguna guachafita ¿Oyó?

 

- Pues… Kakashi ya me lo había predicho, pero la verdad, me han tomado por sorpresa…

 

- Papá… yo quiero burda a Shikamaru – Aseguró el Uzumaki a su padre y luego le juró que no habían llegado a tercera base.

 

- Bien… acepto que estén saliendo, pero me gustaría hablar con tus padres Shikamaru. Aún son muy jóvenes.

 

- De acuerdo.

 

Más antes de salir de la habitación

El mayor mostró su preocupación.

 

- Espero no tener que aclarar que no quiero nada de arrumacos ni metiditas de mano. Me respetan la casa por favor.

 

- ¡Papá! – Naruto se puso rojo cual tomate, su padre no dejaba de avergonzarle.

 

- No se preocupe. Su hijo y yo estaremos tranquilos.

 

- Más les vale.

 

Finalmente, Iruka cerró la puerta

Y el Uzumaki se colocó la almohada sobre la cabeza.

 

- Ush… me choca…

 

- Que bueno ha sido todo eso ¿No crees? Ahora que nuestros padres ya saben que estamos saliendo, no tenemos que andar ocultando nuestra relación…

 

- Pero ahora no nos quitaran un ojo de encima… y nos chalequearán cada vez que tengan oportunidad.

 

- Lo soportaré, por fastidioso que sea…

 

El calor del cuerpo del otro era muy confortable,

Dormir abrazados era sumamente deleitable…

 

- ¡Achis!

 

De aquella manera en la pequeña urbanización

Sus habitantes celebraron las navidades.

Con la música, la buena comida, bebida y los adornos multicolor.

No hubo quién no cayera con el ratón,

O como le pasó a Naruto… victima de un gripón.

 

Y así éste capítulo llegó a su fin

El narrador se tiene que ir a dormir.

Muchas rimas no cuadraron

Pero… ¡Que carajo!

 

 

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

J aja j aja ¿Qué les ha parecido? Tenía varias navidades deseando escribir algo con el típico narrador y sus rimas locas xD sean condescendientes que lo escribí todo anoche de golpe y tuve que hacer milagros para exprimir las rimas de mi cerebro en tan poco tiempo xB Les agradezco por leer y si se animan a comentar n_n les mando besos y abrazos!! Hasta la siguiente oportunidad (inner: que se espera que sea dentro de poco ¬.¬#) que pasen una fiestas magistrales!!! Kisus!! Bye Bye!!

 

 


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