-¿Cuánto tiempo más vas a seguir con esto?- preguntó Akira molesto en medio de la junta.
-El viejo se niega a cooperar con nosotros- respondió Itachi.
Akira hizo una mueca de desagrado, pues claramente no esperaba una respuesta suya.
-Azuma es un tipo difícil y bastante inteligente- dijo Ito apoyando su frente en sus nudillos –El muy bastardo amenazó con destruir el contenido de la caja fuerte si lastimábamos a su hijo. Concordamos en que no llamará a la policía, pero quiere negociar hasta llegar a un trato justo-
-Ese tipo es capaz de cumplir lo que dice… pero no creo que aprecie lo suficiente a su hijo. Si lo hiciera no lo pondría como contra-amenaza hacia nosotros- dijo el chico que había participado en las juntas anteriores –Un padre normal lo daría todo por su mocoso-
-Como dije, es inteligente- agregó Ito –Cambió nuestras reglas por las suyas. Sí, es capaz de deshacerse de las joyas, de eso no hay duda-
-Azuma quiere a su hijo y nos chantajea con las joyas, nosotros queremos las joyas y nos chantajea con su hijo- dijo Akira –Así nunca llegaremos a nada-
-No tenemos otra opción, hay que entrar y buscar esa maldita llave- dijo Itachi molesto.
-Ya tengo a hombres tratando de investigar dónde se encuentra- dijo Ito dando vuelta a su silla –Pero llevará un par de días más. Azuma dobló la seguridad de su casa y en el edificio de la empresa-
-¿Entonces pretendes que esperemos hasta entonces? ¿Y si no encuentran nada? ¿Qué haremos?- preguntó Itachi desesperado.
-No podemos hacer nada- respondió Akira con calma –No ahora-
Itachi gruñó. Estaba molesto, muy molesto. Así no trabajaba él.
-Si no actuamos en dos días lo haré por mi cuenta y mandaré al demonio todo lo demás… además, si ese bastardo de Azuma desaparece las joyas, yo mismo asesinaré a su hijo con mis propias manos- dijo antes de salir y azotar la puerta. Seguido de él salió el otro sujeto.
Ito suspiró.
-Deberías ponerle una correa para educarlo- dijo Akira con tono burlón.
-Tú hiciste lo mismo en dos ocasiones ¿Lo recuerdas? Debería amarrarlos a ambos-
-Como sea, solo no permitas que ese idiota haga alguna tontería o tendrá serios problemas conmigo-
-No tienes que advertírmelo Konoe, yo sé lo que tengo que hacer-
Akira hizo una pequeña pausa, se puso serio entonces –Escucha, no me gusta cómo se están poniendo las cosas- le dijo –Sabes que habrá problemas si ordenas que le hagan saber a Azuma que no estás jugando ¿Verdad?-
Ito sonrió -¿Cuál es tu problema Konoe?-
-Antes de que le toques un cabello a ese chico yo acabaré con todos tus lacayos- dijo en un tono tenebroso –Y gozaré atravesar el cuello de Itachi con mi navaja-
-El hijo ciego de Azuma no me importa en lo absoluto. Me da lo mismo matarlo a dejarlo con su miserable vida- respondió serio pero con una sonrisa desagradable en su rostro –Te has encariñado mucho con él ¿No? Y solo han pasado… ¿Qué? ¿Cuatro días?-
-No te confundas Ito- agregó –Me baso en mis propios principios y asumo la responsabilidad de eso-
-Siempre lo has hecho Akira, siempre lo has hecho- contestó mientras se daba la vuelta sobre su silla, dándole la espalda –Puedes retirarte-
Akira no agregó nada más y salió. No tenía sentido hablar más sobre eso, Ito sabía que no le convenía tenerlo como enemigo o en verdad la pasarían mal, muy mal. Al menos estaban de acuerdo en una cosa.
Se entretuvo con sus labores diarias y en la noche bajó a ver a Taichi, como lo había hecho desde que llegó, pero en cuanto cruzó la reja de la puerta escuchó su respiración tranquila y queda: estaba dormido. No podía despertarlo, así que solo se limitó a verlo por unos minutos y asegurarse de que estaba bien.
En momentos así era cuando se quedaba pensando si Taichi no esperaría despertar y encontrarse en su casa y que todo eso solo fuera una pesadilla, así como él lo esperaba cada día que pasaba en ese lugar… lo más probable era que sí.
Sin embargo, como si Taichi supiera que él estaba aquí, despertó de pronto y se enderezó con cierta pesadez, frotando sus ojos.
-No quería despertarte- le dijo en tono suave para no asustarlo.
-Está bien…- respondió aún medio dormido –Te escuché llegar…-
“Olvidé que él puede saber eso solo con escuchar las pisadas de alguien”
-Entonces sigue durmiendo- le dijo Akira, pero él lo detuvo.
-Quédate un rato- pidió –Solo un rato-
Akira sintió algo extraño, pero no le tomó importancia. Regresó con él y se sentó a su lado sobre la cama.
-¿Sabes? Creo que en esta situación estoy en desventaja- comenzó a decir Taichi mientras intentaba despabilarse por completo.
Akira no entendió en ese momento -¿A qué te refieres?-
-A que tú sabes mi nombre… pero yo no sé el tuyo-
“Eso es muy infantil” pensó Akira “Pero de cierta manera es lindo” -¿Y eso te molesta?- preguntó burlón.
-Solo creo que es injusto… aunque no sé… tienes nombre ¿Verdad?- preguntó, a lo que Akira hizo una mueca –Porque no creo que Konoe sea tu apellido verdadero… así te llamó un sujeto el día en que nos conocimos ¿Verdad?-
“No, no lo es. Me apellido Usui” pensó –Ese es mi apellido-
Taichi no dijo nada de inmediato -¿Y tu nombre?-
-Mi nombre es un secreto que solo me reservo para mí-
-Si me lo dices podría confiar más en ti- le dijo siguiéndole el juego.
Akira se quedó pensando un rato.
-El propio nombre comienza a perder sentido e identidad si se repite muchas veces- le dijo.
-O incluso desaparecer si no se repite ninguna-
Akira sonrió. Ese chico tenía algo, algo que para él era imposible de ignorar y que era capaz de convencerlo sobre cualquier cosa, pero quizá era eso de lo que más debía preocuparse. Después de todo, la posición en la que se encontraban no era la más adecuada. Aunque fue por eso que lo pudo conocer.
-¿Entonces?- lo hizo despertar Taichi.
-Akira- respondió –Mi nombre es Akira, pero nadie más lo sabe. No hace falta-
-Akira significa inteligente ¿Cierto?-
-Supongo que es cierto-
-Sin embargo, al retirar la A, Kira significa asesino en países anglófonos- dijo algo preocupado.
-Eso sonó algo paranoico ¿Sabes?- le dijo Akira con una sonrisa.
-Pero tú…- continuo Taichi como si no lo hubiera escuchado –Tú no lo eres… no eres un asesino ¿Verdad que no?- preguntó algo impaciente mientras miraba hacia donde él estaba. sin querer se había sugestionado innecesariamente –No lo eres…-
-No lo soy- contestó Akira rozando su mejilla ¿Qué era esa sensación que sentía de pronto?
-¿Has lastimado a alguien?-
-No lo he hecho- dijo sinceramente ¿En qué momento había cambiado la conversación a un interrogatorio?
-Tú…- lo llamó Taichi mientras tomaba de igual manera su mejilla –Tú no pareces un tipo peligroso-
-Eso es porque no lo soy- respondió sujetando su mano.
Estaba fría.