Un quejido escapo de los delgados labios de un pelinegro que se acomodaba en el respaldo de esa cama de Hospital que tanto comenzaba a odiar, miró por la ventana los edificios que rodeaban la zona, su aliento comprimido del pecho escapo en un nostálgico suspiro, no lograba dormir las estrellas tenia horas de haber salido pero Morfeo simplemente se olvido de él, esa habitación era demasiado fría no le agradaba esa sensación, comprendía la decisión de YoungJae pero le dolía, le lastimaba verse abandonado por el único compañero que había decidido recorrer el camino a su lado, tocó su cabeza tratando una vez más de recordar el tiempo que tuvo que pasar a lado de Jun pero no, le era imposible atraer tanto dolor, lo olvido, era cruel pero verdad, en el pasado no tuvo sentimientos por él, Jepp no amo a nadie hasta que conoció a Jae, cerró los ojos tratando de descansar, intento inútil pero debía continuar tratando hasta que lograra doblegar su terca alma.
—Vas a lastimarte el cuello si duermes en esa posición.—Un extraña voz se introdujo en sus oídos abiertos creyó en ese momento soñar.—Sino puedes conciliar el sueño puedo llevarte a otro sitio.—El mayor separo los párpados para observar el perfil del extraño que descansaba bajo el umbral de la puerta, sostenía una silla de ruedas.—He hablado con YongNam le he dicho que su padre volvió de un largo viaje, que encontró el camino de regreso.—Las cejas del pelinegro se unieron dudoso de que ese espectro fuera real o solo era la consecuencia de su cansancio, la ronda de medicamentos o el reflejó de su necesitado corazón.— Mereces tomar el rol de su padre no de su amigo, no debemos contarle que nuestra relación terminó o saber las razones que llego a su fin, él solo necesita conocerte, siempre ha querido un hermano y sé que será feliz de saber que pronto tendrá uno.—Se acercó a la cama colocando la silla a un lado.—Las enfermeras a esta hora descansan así que puedes escapar.
—¿Porqué lo haces?.—Fue la única pregunta que surgió de su boca, el cambio de actitud lo sorprendió anhelaba cuestionarlo pero las ganas de ver a su hijo lo rebasaban.— Gracias.
El hombre se quito la sabana y con ayuda del menor tomo asiento en la silla todavía le dolía la herida al momento de caminar, recorrieron los pasillos en total silencio, el mayor temía iniciar una pelea, un enfrentamientos donde lograra escuchar una vez más hirientes palabras salir de esos perfectos labios ya demasiado había sufrido esa tarde con el adiós de YoungJae, en ese momento anhelaba un poco de piedad, de dulzura, noto como el tapizado de la zona cambiaba era claro que se encontraba en la área infantil, una habitación al final tenía la luz encendida cuando cruzo el umbral se topo con la melancólica sonrisa de un niño sentado sobre su cama aunque llevará como él agujas clavadas en la mano, la piel fuera pálida sus ojos brillaron, padre e hijo se quedaron viendo fijamente, como la primera vez, se conocían eran viejos amigos pero también era una emoción nueva, ambos emitieron una sonrisa al mismo tiempo, sincronizados como sus respiraciones, que tontos habían sido al no notar el parecido, dos gotas de agua.
—Hola papá.—Comentó el niño, Jun acercó más a Bang a la cama para que ambos se saludaran.—¿Encontraste a la persona que buscabas en el parque? ¿A quien amas?
—Si, te encontré a ti.—Le contestó se puso de pie con ayuda de Jun para después guardar en los brazos al niño.—Siento no haberte dicho la verdad cuando nos conocimos.—Le susurró besando sus mejillas.—Perdóname por no haberte reconocido la primera vez..—El niño negaba con la cabeza mientras lloraba.—Papá ha vuelto y promete nunca irse, nunca abandonarte, voy a cuidar de ti.
Nam asintió complacido no comprendía totalmente la situación, su mamá Jun tenía una novia, ¿Qué iba a pasar con su papa? no era un tonto sabía que ellos no estaban juntos por que, quizá no se querían, se aferro a esa espalda, era feliz que ese yakuza, ese hombre malvado fuera su padre porque aunque en el pasado escucho malas cosas relacionadas a ese ser él sabía que eran mentiras, su papá Guk era amable, sonriente, inteligente, valiente y bondadoso, fue entonces que recordó el día del parque cuando sujeto su rostro contraído por el dolor ¿Quería a su mamá Jun? buscaba comprender todo pero su infantil mentalidad no alcanzaba analizar la situación, solo era feliz de saber que su papá estaba a su lado y que era una gran persona no le importaba lo que sus abuelos pudiesen decir por qué ya lo conocía, en sus sueños.
—Estoy feliz de saber que no eres tan malo.—Confeso inocentemente sorprendiendo a JunHong quien se removió nervioso.—¿Papá podemos ir al parque de diversiones? ¿sabes jugar beisbol? .—Le cuestionaba animado mientras se acurrucaba en el regazo del mayor que se había sentado sobre la cama.—Mamá Jun no le gustan mucho los deportes ¿A ti si? .—Bang asintió respirando con calma, la soledad se esfumo como un copo de nieve se evapora al ser acariciado por el rayo del Sol, tenía un hijo y pronto otro llegaría acompañarlo quizá no nació para ser amante o esposo pero si para cumplir su papel de padre.—Papá gracias por volver.
—Gracias por esperarme.— Contesto sonriendo para pellizcar sus mejillas.—Me gustan muchos deportes y podemos ir a los partidos de Beisbol tengo gradas especiales donde la vista del campo es perfecta.—Jun se recargo en la pared mientras escuchaba los planes de esos dos.—De hoy adelante los voy a cuidar a ambos.—Miro de reojo a Jun quien se sonrojo.—Te quiero tanto Nam.
JunHong escuchaba tranquilamente a esos dos personajes pero no entendía de que hablaban debido a que su mente repasaba una y otra vez la conversación sostenida con YoungJae, fue extraña, reveladora.
—Bang y Yo hemos decidido cancelar definitivamente nuestra boda.—La confesión cayó como un balde de agua ¿Frío? sobre la espalda del modelo que en ese momento se giro para mirar de frente al pelirrojo.—Lo amo y en verdad deseaba pasar el resto de mi vida con él formar una familia pero no es posible, no es justo ni para él, para mi o nuestro hijo vivir en una burbuja donde omitamos nuestros sentimientos, la realidad que nos rodea.—Levantó la mirada para enfrentar al castaño que movía nerviosamente sus dedos.—Jepp nunca te quiso, nunca te amo lamento decir la verdad tan fríamente pero temo que esa persona no fue capaz de sentir amor por nadie hasta que me conoció.
Jun llevó la mano a su pecho, esa verdad le dolió, abrió la herida clavando más profundo el puñal, lastimo la fibra más frágil de su existencia porque JunHong, ese niño de cabellos rosas sufría con la verdad, todos sus temores se volvieron verdad, el corazón de ese rebelde, de aquel joven que confundir la libertad con el libertinaje, un adolescente resentido con la vida que tuvo todo y al mismo tiempo nada, viviendo rodeado por miles de amigo pero que siempre se sintió solo, ese Jepp de quien tanto tiempo estuvo enamorado desapareció, se disolvió en la brisa de una suave mañana cuando Bang YongGuk apareció.
—Pero YongGuk te amo.—Se detuvo para emitir una nostálgica sonrisa para reparar el sentido de sus palabras.—Te ama pero los remordimientos que aparecen en sus pesadillas no le permiten hablar honestamente, él nunca recordará el pasado, te pide perdón sin saber bien lo que paso porque los retazos de imágenes le gritan que fue un monstruo, un demonio, que existen miles de razones para que lo odies y ninguna justificación para corresponder a su amor.—JunHong estaba apunto de interrumpir pero el pelirrojo se lo prohibió.—Deja que hable, deja que saque lo que tengo atorado.—Le rogó sujetando fuertemente su vientre.—No entiendo tus actos egoístas, tus palabras hirientes, no sé si estas celoso o en verdad tu deseo de venganza es tan fuerte para querer acaparar las situaciones que rodean a Bang, temo decirte que el Jepp que conociste solo queda en viejos hábitos de Guk, él cambio, es alguien nuevo no merece tantas heridas.—Apretó fuertemente sus labios.—Te digo esto porque lo conozco, él nunca volverá admitir sus sentimientos frente a ti, su orgullo sigue siendo su mejor arma para defenderse ante el dolor que le causan tus palabras.
Nam no dejaba de hablar, de planear novia sus manos de un lado a otro varias veces Jun o Bang tuvieron que detener sus bruscos movimientos para que no se lastimase con la aguja dentro de su brazo, ambos padres reían frente a sus ocurrencias, afirmaban animados, querían apoyar en la alegría de su hijo, aunque el transplante fue de maravillosa ayuda continuaba atado a una enfermedad la cual no causaría daños mayores si se sigue al pie de la letra las indicaciones del médico, las horas pasaban rápidamente el CEO de TS también comenzó contando sus propias aventuras, una vez viajo a Finlandia, visito castillos derrumbados, probó platillos extraños en tierras lejanas.
—Es momento que hables con la verdad dile a tu hijo quien es su padre deja que Bang tome el rol que tanto dese,.—Jun mordía su labio inferior con la mirada puesta en el piso.—Habla con Bang sin trabas si lo odias dicelo en la cara, grítale todo el daño que te hizo, saca la amargura y sé libre en cambio si tienes otros sentimientos confiesa deja atrás tu arrogancia, dale otra oportunidad y termina de una vez con todo este caos.—El pelirrojo seco su lagrimas ya no tenía más razones para quedarse en ese Hospital porqué conocía la respuesta de Jun, su mirada, sus ojos, le daban las razones porque esa noche abandonaba a Bang, Jun continuaba amando a YongGuk como él seguía añorando a DaeHyun, los sentimientos son enigmas indescifrables quisiéramos la receta para prepararlos como mejor nos plazca pero no existe tal mágico remedio.—Pero por el bien de tu hijo, el mío y principalmente por la persona que ambos amamos debes decidir que camino mas a tomar.
Bang acomodo al pequeño Nam en las almohadas al ver que se había quedado dormido lo arropo cuidadosamente para darle un beso en la frente con ayuda de Jun volvió a su silla de ruedas aunque llevaban horas en la misma habitación no cruzaron palabra, era mejor de esa manera, sin peleas o frases de doble sentido capaz de herirlos, toco su herida, un pequeño punzante dolor lo recorrió trato de mantener la calma miro el camino de regreso, era distinto, se recargo en el regazo de la silla cansado quería volver a su cuarto pero por la seriedad de su compañero sabía que su noche no había llegado a su fin, debían hablar para asegurarse como sería su trato de hoy en adelante.
—No puedes dejar a nuestro hijo sin padre ahora que lo conoció.—Habló tratando de que sonara una broma pero no consiguió sonido alguno del menor.—JunHong gracias por haberle dicho la verdad a nuestro hijo.
El camino hacia la terraza se envolvió en una tensa neblina ninguno de los dos estaba cómodo, ambos querían huir, salir corriendo, no estar solos, no enfrentarse, Bang no soportaría más insultos y ciertamente le costaba ocultar sus sentimientos en cualquier instante le gritaría que lo amaba, lo adoraba sobre cualquier ser humano, su destino fue una desolada terraza donde el frío viento de la mañana golpeaba ligeramente sus mejillas, Bang se cubrió con la chaqueta que Jun había puesto en su regazo, el castaño caminó hacia la valla que rodeaba el perímetro del la azotea cerro los ojos para reunir la valentía que escapaba de su alma.
—Nos conocimos en una cafetería donde trabaja como mesero, me invitaste a salir cuando termino mi turno, me fui contigo, desde ese segundo no me separe de ti, me llevaste a una villa, me tratabas como nadie lo hizo.—Bang apretó los labios honestamente no quería escuchar, no de su boca, le recordaba la vez que Natasha se puso delante de él, cuando eran niños después de que una patrulla toco su puerta, después de escuchar llorar a sus abuela, lo sospechaba, sabia que sus padres estaban muertos.—En un inicio fue divertido, espectacular ser el “amante” de un niño rico todo lo que quería lo obtenía pero tus cambios de humor eran tan contrastantes y un día simplemente quería separarme de ti.—Bang miraba sus manos en su interior era el niño tapándose los oídos para no escuchar la verdad.—Quise separarme porque descubrí que consumías drogas, pasé una semana pegado a ti y no me había dado cuenta estaba cegado por tu presencia, eras violento cuando consumías o lo dejabas de hacer.
JunHong se agacho a la altura de Bang para sujetarlo por la barbilla pero el mayor golpeo su mano, negó con la cabeza, no quería verlo a la cara aceptaba escuchar pero no aguantaría la vergüenza dibujarse en esas orbes cafés, un suspiro se atoro en el pecho de Jun.
—Una vez quise regresar a casa pero me detuviste suplicaste porque no te abandonara fue entonces que te pedí dejar tu adicción, estuviste de acuerdo pero fue una trampa mía tenia miedo de tu actitud, solo quería ir a casa no me sentía cómodo ante tu presencia, necesitabas ayuda profesional y yo era un niño temeroso.—Jun se volvió a poner de pie giro sobre su propio eje.—Descubriste que quería escapar, me enfrentaste diciendo que estabas haciendo lo posible para dejarlo, yo era un insensible, un malagradecido, fue entonces que me golpeaste, abriste mi labio, me sujetaste fuertemente de los brazos para arrastrarme a la habitación.—Jun cerró los ojos recordaba las palabras de Jae, Jepp fue cruel pero tampoco era la bestia que creyó ser.—Me lanzaste a la cama trataste de besarme, de hacerme tuyo fue entonces que comencé a gritar, a llorar, te rogué porque me dejaras.—Volvió a girarse para observar a Bang, este apretaba fuertemente la tela de su bata que cubría sus muslos.—No, no abusaste de mi te di una patada y salí corriendo hacia el baño donde me encerré, golpeaste la puerta, juro que me asustaste tanto que me puse a llorar como un niño, me escondí en la tina, tú no parabas de gritar, de maldecirme, de aborrecer el día que me conociste.
La boca de Bang se secó, sus labios parecían estar unidos por pegamento, no recordaba nada, esa explicación le daban secuencia y lógica a sus recuerdos, solo eso, cuando percibió nuevamente la mirada de Jun sobre su figura, lo alejo, estaba ahí para escuchar la verdad pero solo eso, en ese momento no tenía la fuerza para enfrentarlo.
—Te calmaste después de unas horas escuche por el teléfono como hablabas con alguien, tuve miedo lo admito, pensé en el peor de los escenarios pasó el tiempo el timbre son y la puerta se cerró después el silencio invadió el departamento creí que te habías ido así que me arme de valor para deslizarme por la puerta, tome unas cosas, sujete un bat que tenias y caminé hacia la sala.—Otro suspiro escapo de sus labios rosas por tercera vez se agacho para colocar sus manos sobre las del mayor, nuevamente este se negó pero Jun insistió.—Estabas tirado sobre un sofá a mitad de un “viaje” muchas bolsas de papel, una aguja, no fue agradable verte cuando te diste cuenta trataste de detenerme, te di una patada y salí corriendo tu hiciste lo mismo, forcejeamos en el pasillo me pediste perdón y te grite solo lo te lo daría si te morías, llegue al elevador aterrorizado los minutos dentro me parecieron un infierno corrí tan rápido que me quede son aliento, no sabia a donde dirigirme pero solo buscaba estar lejos de ti.—Pegó su frente en la cabeza del mayor.—No abusaste de mi, no me secuestraste, no me violaste como tanto tus pesadillas te gritan, me golpeaste un par de veces deja de culparte, las circunstancias fueron las culpables ambos éramos demasiado jóvenes simplemente en es momento no debimos conocernos.
—No recuerdo nada de ese viaje confío en tus palabras porque suenan lógicas con los fotos mentales que conservo, perdóname por haberte golpeado, desperté una mañana sin saber donde estaba y con una herida en el abdomen.—Contestó tratando de levantar la cara.—Me alegra saber que Nam no es producto de una violación nunca quise volver a ese lugar, bloquee todo lo referente al chico de cabellos rosas temo decirte que no lo ame.—Por fin sus miradas se cruzaron.—Perdóname pero Jepp solo se enamoro de Jae.—El castaño dejo escapar una lagrima que rodó por su mejilla y asintió, lo sabia no siempre a quien amamos tanto nos debe corresponder.—Pero ese personaje murió hace tiempo ahora quedó yo, YongGuk, esta persona delante de ti.—Acaricio su piel blanca.—Te ama, la segunda vez que fuimos a Tailandia fui honesto, te quiero como nunca ame a alguien antes.
Se acerco a sus labios, sus alientos se mezclaron, la brisa se detuvo aunque la aurora de la mañana amenazaba con aparecer ninguno de los dos tuvo frío, Jae se equivoco Bang era capaz de derrumbar su muro de protección por la oportunidad de creer, de volver a soñar, por él, por Jun quería arriesgarse las veces que fueran necesarias porqué lo valía, lo necesitaba contestó el beso sus manos se entrelazaron.
—Cuando descubrí que estaba embarazado todos a mi alrededor me sugirieron abortarlo o darlo en adopción, mantuve a Nam a mi lado no porque fuera una buena persona sino porque era parte de ti.—Confesó por primera vez su secreto, acaricio las facciones de Yong sin dejar de mirarlo a los ojos.—Sabia que cuando creciera se parecería a ti entonces vivir con tu recuerdo aunque olvidara tu rostro él me recordaría a ti, el final de nuestra historia fue cruel, triste y bizarra pero el inicio, el cuerpo de tal novela fue como un sueño, Nam mantendría viva solo la idea de las buenas cosas, no me deshice de Nam porque no podía dejar ir algo tuyo.—Volvió a besar desesperadamente esos labios que tanto necesitaba de vuelta.—Jepp fuer importante para mi y deseaba vengarme de él pero cuando conocí a YongGuk olvide todo, eres lo que siempre he buscado.—Lo tomo del rostro.—Yo también te amo, solo eran mentiras lo que dije en tu oficina, estaba celoso, molesto, furioso pero eres el único, Sun y yo terminamos cuando regresamos de Tailandia, perdóname por la palabras hirientes que grite.—Sus frentes entraron en contacto ambos emitieron una sonrisa, una real, una que trataba de expresar lo feliz que eres en ese segundo.—Iniciemos de cero, quiero que Nam tenga una verdadera familia, llevarnos con tranquilidad esta relación..—Bang sintió para rodear con sus brazos al menor quien tomo asiento en su regazo para continuar besándose..—Te amo.