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La Tregua por sue

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Notas del capitulo:

Hi hi!!! Estamos de vuelta!!! :D Agradecida enormemente por aquellos que se animaron a comentar en el capitulo anterior n_n Espero que lo que sigue, sea de su agrado ;) Nos leemos abajo!!!

 

 

 

 

Penn y Rippen entraron a la lúgubre habitación, en cuyo aspecto solitario y gris, resaltaba un brillo azulado y acolchonado sobre la cama, de nombre ‘Freddie’.

 

- ¡Oh, pero que tenemos aquí! ¡Eres toda una ternurita! ¡A qué lo eres…! ¡Si, lo eres!  

 

El pelirrojo no pudo aguantarse, se hubo abalanzado sobre el perro de felpa, lo estrujó contra su pecho y luego frotó su nariz contra la esponjosa del peluche. Zero reaccionó de pronto y miró a su costado, un Rippen completamente ruborizado no le quitaba los ojos de encima. Penn se sentó en la cama apropiadamente y carraspeó un poco, buscando de disipar su vergüenza.  

 

- Emmm… veo que te gusta Freddie – Fue lo único que logró mencionar el pelinegro. Por extraño que parezca, la escena le había excitado mucho más.  

 

- … Si… es lindo… - El chico lo colocó en su sitio. No había podido evitar actuar infantilmente y eso le apenaba – Esto… ¿Cómo es que un adulto como tú tiene un peluche de felpa en su cama?

 

- Es un excelente recuerdo de que entre toda la maldad del mundo, siempre quedará algo para mancillar – Rippen sonrió con perversidad.

 

El joven lo miró con confusión marcado en el rostro.

 

- Entonces… ¿Lo tienes como representación de la poca pureza que queda… en ti?

 

Rippen guardó silencio, iba a agregar algo, pero era más que evidente que aquel argumento lo había dejado sin brechas para defenderse. Así que, respondió de la manera en que suelen hacer los adultos…

 

El mayor se subió sobre la cama, en dónde Penn se mantenía sentado.

 

- Soy tu profesor de arte… por tanto, estoy calificado para enseñarte anatomía del cuerpo – Sonrió con toda la amplitud que le permitían sus labios – Si no lo sabías, he pintado tantos cuerpos desnudos que te daría vergüenza enterarte – Confesó con suma lascivia.

 

- Eso que dices suena muy interesante… pero… he aprendido lo suficiente de mi propio cuerpo, durante malos momentos a la hora de asomarme en la alcoba de mis padres y en libros de ciencia y salud… - Trataba de mantener distancia.

 

Era cierto que él mismo había buscado al hombre, pero también era cierto que por dentro, estaba muerto del miedo.

 

- Hablando de salud… Ya les dieron la charla de sexo seguro en clase ¿Verdad? – Preguntó de un tajo el ojirojo.

 

- ¡Eh…! - Penn se sonrojó más… si era posible  – Pues… si… ya lo hicieron… ¿Por qué…?

 

La sonrisa de Rippen se mostró en toda su extensión.

 

- Mira lo que tenemos aquí – Celebró el casi villano mientras mostraba un condón que había sacado de su bolsillo.

 

- ¡¿Se puede saber qué haces con eso en tu bolsillo?! – Exclamó el adolescente, eufórico.

 

- Pues, nada especial – El mayor se encogió de hombros - Sólo me aseguro de estar preparado por si la situación lo amerita.

 

- ¿Por si la situación lo amerita? – Repitió con incredulidad Zero – Dime ¿Qué clase de acontecimiento de tu vida diaria puede ameritar que lleves un condón en tu bolsillo?... ¿Acaso un encuentro inesperado?... ¿Cómo con Larry? Me pregunto...

 

Fue como si de pronto, un cubo de agua helada les hubiese caído encima. Penn estaba tan aterrado que había vociferado aquello sin pensarlo siquiera… y a Rippen, eso no le gustó.

 

Luego de haber agarrado Penn de ambas piernas, el pelinegro de un sólo jalón le atrajo hasta su cuerpo. El ojiazul mantenía una expresión de completo asombro mientras el mayor tomaba la palabra:

 

- Todo iba bien… Todo iba bien hasta que de pronto lo arruinas - Gruñó, evidenciando su molestia - Esto es como cuando tenemos la acostumbrada charla héroe/villano; se supone que es conmigo la cuestión, por lo que, cuando metes a terceras personas deja de tener gracia ¿Lo entiendes o te lo escribo Penn Zero?

 

- Rippen… - Aquel agresivo acto, hizo que de nuevo, comenzara a costarle el respirar.

 

- ¿Sabes? Ya me estás sacando de quicio con tus celitos hacia Larry – Esbozó con algo de molestia Rippen - ¿Quieres saber la tosca verdad?: Le decomisé el condón a un muchacho que andaba inflándolos en uno de los pasillos de la secundaria. Detesto cuando se ponen a hacer payasadas como esas… así que le arruiné la diversión al mocoso que de seguro, ni sabe ponérselo... Es más, ni le debe de quedar – Se burló.

 

- … - Trataba de mantener el temblor de su cuerpo. Y es que estando en aquella posición, el chico se sentía domado.

 

- Pero ¿No te parece maravilloso? Ahora gracias a eso, tendrás una práctica de sexo seguro ahora mismo – Se hubo acercado hasta el chico y buscaba de besarlo.

 

- Pero… - Ladeó el rostro por impulso. Su corazón iba a estallarle dentro del pecho, eso pensaba.

 

- ¿Qué pasa? ¿No dijiste hace unos minutos que un casi héroe tiene que hacerse cargo de sus actos? – Desafió.

 

- “Maldito código de honor…” – No pudo evitar sentirse en un callejón sin salida.

 

- No te preocupes… entre Freddie y yo no hay secretos – Comentó el pelinegro lanzándole una mirada cómplice a su peluche.

 

- Bueno, eso es raro… - Penn evitaba verle la cara. Rippen le había empezado a besar el cuello para buscar de incitarlo – Yo… realmente… no sé si quiera… hacer algo como esto…

 

- ¿Tienes miedo Penn…? – Murmulló mientras le hacía entrega del condón – Tranquilo… es como bailar… - La sonrisa amplia de nuevo se dibujó en su faz.

 

- ¿Cómo bailar…? – La dulce voz del hombre le destrozaba cualquier intención de resistencia - ¿Cómo que es como bailar?

 

- Si… y eso lo haces muy bien… sólo debes mover las caderas mi querido Penn… así como me lo enseñaste hace unos momentos… - Sus manos se deleitaban con el joven cuerpo que acariciaba - Yo te marcaré el ritmo que debes seguir ¿De acuerdo?  

 

- Pues… supongo…

 

Rippen sonrió. Se alejó lo suficiente y luego agregó mientras se abría los pantalones.

 

- Bien… ahora ponme el condón Penn Zero.

 

El pene del pelinegro se encontraba completamente en alza, demandando cuanto antes el inicio del encuentro sexual.

 

Penn estaba completamente mudo, no podía mencionar palabra alguna. Estaba seguro de que de abrir la boca, de ella sólo saldrían galimatías sin sentido.

 

Estaba avergonzado… muy avergonzado…

 

¿En qué parte de la vida aprendía a actuar ante algo de esa magnitud?

 

Por más heroico y osado que fuera en cada misión, su gallardía parecía haberle abandonado en aquel momento…

 

Dado que el muchacho parecía haber entrado en su mundo de complejos, el mayor buscó de sacarlo de él. Con una de sus rodillas, fue abriendo las piernas del pelirrojo.

 

- Ah… - Penn contuvo un gemido, su rostro estaba a la par con su cabello. Buscó inmediatamente de cerrarle el paso. Rippen rió por lo bajo, sabía que dónde se encontraba, el chico estaba, no aterrado, pero si batallando con su moralidad. 

 

- El problema contigo, es que piensas que sólo existe una concepción de lo que es “bueno” y “correcto” - Susurraba al oído del muchacho, buscando evidentemente de incitarlo – Pero ¿Sabes querido muchacho? “Lo bueno” y “correcto” son subjetivos.

 

- ¿Qué se supone que deba responder ante eso…? – Toda la cara le ardía y sentía que de igual manera, su cadera en cualquier momento estallaría en llamas. 

 

Rippen le quitó el condón de la mano temblorosa.

 

- No son palabras la respuesta Penn… muchas veces, ellas sólo son vocablos vacíos…

 

Aquellos ojos rojos, desprendían el tamaño del deseo, como también el ojiazul sabía, lo debían de desprender los suyos propios. Cerró suavemente los ojos y se dejó llevar por esa sensación que luchaba por dominarle.

 

Sintió cuando Rippen llevó las manos hasta su pelvis, buscando de quitarle los pantalones. Zero detuvo el impulso de evitar que continuara con su labor, por lo que, quedó librado de las prendas, exponiendo su miembro puberto y la entrada virginal.

 

La sonrisa que se formó en el rostro de Rippen fue inmediata. Tener de aquella manera a Penn Zero, a punto de entregarle lo más preciado… no pudo evitar relamerse ante lo que sabía, sería la victoria más deliciosa de todas.   

 

Y el chico, en pleno apogeo de su juventud, se entregó al amor con total candidez… sin conciencia real de lo que era un acto totalmente desmesurado.

***

 

Entrada la noche, el resplandor de la luna chocaba contra la polvorienta ventana…

 

Mientras que el adolescente de rojizos cabellos, recibía la justa factura por la presión a la que había sometido su inexperto cuerpo.  

 

Rippen se deleitaba al haberle arrancado a su enemigo la flor de su inocencia, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentirse halagado. Ser el primero siempre era digno de alabanza.

 

- No dijiste que iba a doler tanto… - Comentaba Penn boca abajo en el colchón. Tragándose los quejidos.

 

- Bueno…

 

- ¡No lo hagas! No digas nada… Sólo era un pensamiento en voz alta – Prosiguió en un tono más calmo - Tengo que ir a casa… ahora…

 

- No creo que sea la mejor de las ideas – Rippen le acariciaba los rizos rojos, llevado por esa parte suya que había disfrutado el encuentro sexual – Lo mejor será que descanses, por lo menos hasta mañana. 

 

El pelirrojo levantó su cabeza de golpe.

 

- ¡No puedo! Si no llego a mi casa por lo menos en media hora, el tío Chuck y la tía Rose se pondrán como locos… - Agregó - Bueno, más de lo que ya están.

 

- Si te ven llegar cojeando será peor ¿No crees Penn? – El ojirojo sonrió.

 

Penn se sonrojó de inmediato y un dolor agudo le recorrió todo el espinazo.

 

- Auch… - Se contrajo en su sitio.

 

- ¿Ves? Te lo dije. No estás en condiciones de salir para ninguna parte querido Penn… Y eso que procuré prepararte bien e incluso usé bastante lubricante – Hablaba como todo un entendido en la materia, con la mano en la barbilla y todo.

 

- ¡¡No ayudas con eso!! – Exclamó el pelirrojo sin dejar de apenarse – Realmente eres irritante… ¡Pásame un teléfono! Llamaré a casa y diré que me quedaré en casa de Boone.

 

- Buena idea – El mayor buscó y le hizo entrega del aparato – Así podremos quedarnos toda la noche a retozar de lo lindo – Sonrió coqueto.

 

- ¡Ni pensarlo! – No se contuvo - ¡La tienes demasiado grande!

 

La cara de Rippen era de impresión y encanto.

 

Y Penn se puso de colores al darse cuenta de sus propias palabras.

 

- ¡¡Quiero decir!! … - Cerró los ojos, deseaba que se lo tragara el colchón - ¡Por lo menos déjame descansar un par de días!

 

- ¿Eso significa que te gustaría repetirlo…?

 

- … - El adolescente evitaba mirarle, pero no podía mentirse a sí mismo – Si… podría ser… pero yendo más despacio…

 

El pelinegro sonrió, complacido.

 

- Claro. No soy tan malvado. 

 

Penn marcó a su casa y convenció a sus tíos que tenía que quedarse en casa de su amigo a hacer unos deberes.

 

- Bien, problema solucionado.

 

En eso, un sonido familiar comenzó a filtrarse del pantalón del muchacho.

 

- ¡! ¡Es el MU! – Exclamó el pelirrojo impactado - ¡Son mis padres llamando! – Se llevó la mano al pecho, cubriendo su desnudez con la sabana – Si contesto y ven que no estoy en casa me preguntarán y no tardarán en sacarme toda la información… - Se jaló los cabellos – Así son los padres… ¡Así son ellos!

 

- Pues, no contestes.

 

- ¡¿Estás loco?! Siempre me llaman para darme las buenas noches. Si no contesto pensarán que algo me ha pasado… - Pensó – ¡Ya sé!

 

Penn se metió bajo las sabanas junto al MU y le pidió a Rippen que guardase silencio. Suspiró profundamente, tenía que actuar con completa normalidad o estaría perdido. Presionó el botón y la imagen holográfica le mostró a sus padres.

 

- ¡Hola hijo! ¿Qué tal la escuela? – Preguntó el hombre.

 

- Bien… hoy diseccionamos una rana, fue traumatizante para todos… menos para Sashi que parecía estar pensando en alguien que no le agrada mucho mientras lo hacía....

 

- Que bien ¿Listo para dormir? – La madre le examinó – Eh… ¿Por qué estas cubierto por las sabanas Penn?

 

- Esto… estaba jugando… Si, estaba jugando al campamento – Dijo – Ésta es mi tienda de campaña – Desvió los ojos un momento y de nuevo los dirigió hasta sus progenitores.

 

Hubo un breve silencio. Rippen escuchaba la conversación atentamente, le parecía cómico el intento del casi héroe por evitar que sus padres se enterasen de lo que había sucedido… Sonrió por lo bajo, su parte maliciosa se apoderó de él e hizo como si estornudaba.

 

- ¿Quién está ahí contigo cariño? – Preguntó Vonnie.

 

- Ah... pues… es… Boone. Si… estamos haciendo una pijamada – Aclaró – Una pijamada de hombres, ya saben, de esas en dónde nos desvelamos jugando videojuegos y comiendo malvaviscos… no como las chicas, que se pintan las uñas y hablan de chicos… - De nuevo se sintió nervioso – Definitivamente no estamos hablando de chicos, en serio... – Argumentó para que no pensaran cosas que no eran.

 

- ¡Ay que lindo! Mi niño y su amigo haciendo una pijamada – La mujer se maravillaba inocentemente del asunto relatado.

 

- Eso está bien hijo – Hablaba el rubio – Cuando tenía tu edad también solía tener pijamadas con mis amigos. Pero recuerda, no debes avergonzarte si de pronto sienten cierta “curiosidad” por explorar el cuerpo del otro mientras juegan a la guerra de almohadas.

 

- ¡Papá! – Completamente rojo - ¿Por qué piensas en algo así?

 

- ¿Otra razón para estar desnudo? – Mencionó Brock Zero, dado que desde su posición le veían el torso sin cobertura.

 

- No estoy desnudo – Mintió – Sólo me quité la camisa porque tenía calor. Bien, tengo sueño – Hizo un puchero. Se despidió de sus padres y apagó el aparato.

 

- Ese Brock, es todo un tonto al creerse esa historia tan ridícula. Y con esa alegría con la que habla… cualquiera diría que se la está pasando de maravillas – Comentó Rippen junto a un gesto de repudio absoluto.

 

- Por poco me descubren por tu culpa – Le miró amenazadoramente.

 

- Oh vamos mi pequeño petirrojo – Se acercó hasta Penn – Ahora si podemos pasar el resto de la noche bailando, como te gusta…

 

- ¿Por qué me parece que estás usando mi virtud en mi contra? – Entrecerró el mirar.

 

- Si me dices que me detenga, lo haré… no soy tan malvado como para obligarte a hacer el amor…

 

- “…Hacer el amor” - Sus mejillas hablaban por él.

 

Los labios se unieron y Penn Zero por nada del mundo quiso separarlos…

 

 

A la mañana siguiente, al llegar a la secundaria, lo primero que hizo el pelirrojo fue ubicar a Boone.

 

- Escúchame Boone. Si alguien te pregunta, pasé la noche de ayer en tu casa ¿De acuerdo?

 

- De acuerdo – Sonrió, con su habitual serenidad - ¿Y eso por qué?

 

- Pues… - Pensó rápido -  …Porque… Porque destruí un par de buzones con un bat en un arranque juerguista y eso puede acabar con mi etiqueta de héroe recto y honrado.

 

- Está bien – Le convenció de inmediato con aquel alegato – Aunque eso me lo esperaría más bien de Sashi.

 

- Oye, tengo que canalizar el estrés de ser un héroe de medio tiempo de alguna manera ¿No? – Encogiéndose de hombros.

 

- Si… pero destruir propiedad privada no se oye como una buena manera de hacerlo.

 

- Bueno, hasta los héroes pueden ser algo malos de vez en cuando ¿No crees?

 

- Mmm, si tú lo dices…

 

Boone decidió ayudarle con su mentira, pensando que su amigo, actuaba de manera rebelde como desahogo por lo de sus padres.

 

Luego de salir de clases, el pelirrojo decidió dar un paseo para despejarse, encontrándose inevitablemente con su amiga Kobayashi entrando a una papelería. Su curiosidad fue más fuerte que él y la siguió.

 

- ¿Qué haces? – Habló desde la espalda de la chica.

 

Ante tan repentino acto, la chica reaccionó asestándole un golpe al ojiazul en pleno rostro.

 

- ¡Ah! ¡Sashi soy yo, Penn! – Se apresuró a cubrirse, para evitar otro golpe.

 

- ¿Penn?

 

- Mi nariz… Creo que me la quebraste…

 

- No seas exagerado - Cambió su gesto de sorpresa por uno de molestia – Tú te lo buscaste por aparecerte así.

 

- ¿Qué haces aquí?

 

- Ese es un asunto que no te concierne – Se ruborizó y volvió a amenazarle con su puño en alza.

 

- Si, pero también sabes que tarde o temprano lo averiguaré, porque soy muy insistente y persuasivo cuando algo me genera curiosidad – Sonrió, aguantándose el dolor.

 

- Eres un caso Penn… - Sashi suspiró – Bien, quiero darle una tarjeta a mi padre por su día.

 

- ¿Una simple tarjeta?

 

Sashi lo miró con el entrecejo fruncido.

 

- Quiero decir… una tarjeta es un buen regalo – Penn se apresuró a mencionarlo, alarmado por un segundo golpe de su parte.

 

- Lo sé. No es la gran cosa… Pero de seguro mi hermano le comprará alguna cosa fastuosa y no quiero ser igual, por eso pensé que podría comprar los materiales y hacerle yo misma algo… pero como no soy buena con las manualidades, pensé en hacerle una tarjeta y escribirle todo lo que siento… - Evitaba mirar a su amigo – Después de todo, me gustó mucho tu idea del poema para tu padre. Me pareció que era… especial…

 

Penn colocó la mano sobre el hombro de la chica.

 

- Es un regalo grandioso Sash, estoy seguro de que tu padre lo apreciara mucho.

 

- ¿Lo dices en serio Penn? – Sus ojos castaños brillaban.

 

- Estoy seguro – Sonrió – Vamos, te ayudaré a conseguir lo que necesitas para fabricar esa tarjeta ¿Está bien?

 

- Gracias.

 

- No hay de que. A ver… Necesitarás cartulina, pegamento, marcadores, brillantina… ¡Si! Nada fascina tanto visualmente que la brillantina, así que no escatimes en usarla Sash.

 

- Paso de ella. No quiero terminar haciendo una cursilería. Eso es más propio de ti o de Boone.      

 

- Je je… Espera aquí, iré por las cartulinas.

 

Mientras Zero inspeccionaba los estantes en busca de cartulinas de colores, una pila de libretas de anotaciones, llamaron su atención. En sus portadas tenían diferentes y coloridos diseños.

 

- ¿Tenemos todo? – La chica inspeccionaba la cesta en dónde se encontraban los artículos que iba a pagar - ¿Y esa libreta Penn?

 

- Eh… - No pudo ocultarla mucho tiempo – Tengo cosas que anotar, tú sabes, cosas de héroe. Como frases ingeniosas que pueda utilizar en los momentos más oportunos – Miró de un lado a otro.

 

- Eres raro Penn ¿Te lo he dicho antes?

 

- Bueno… ser raro es mejor ¿No?

 

Cuando el chico volvió a encontrarse con Rippen, éste se sorprendió cuando le hizo entrega de un obsequio envuelto.

 

- ¿Y esto? 

 

- Es un pequeño presente… - Se sonrojó – Sin ninguna razón en especifico.

 

Rippen desenvolvió y se halló con una libreta de anotaciones con el dibujo de un cachorro en la portada. La sonrisa del hombre apareció de inmediato.

 

- Se parece mucho a Freddie ¿Verdad? – Penn se apresuró a hablar – Me acordé de él en cuanto lo vi y pensé que te sería útil… Podrás anotar todas tus ocupaciones o cualquier frase villanesca que se te ocurra cuando estés fuera de servicio… Me… me muero por escucharlas…

 

- Gracias Penn – El pelinegro se acercó hasta el ojiazul y le acarició los rizos – Definitivamente la usaré.

 

- … - El chico sentía toda la cara hormiguearle.

 

- Pero me siento un tanto ruin, pues no tengo nada que darte.

 

- Bueno… - Sintió que se quedaba sin un ápice de oxigeno – Con un simple beso me conformo…

 

- Conque eso era lo que querías - Rippen sonrió con ternura y se acercó al rostro del chico – No tienes que pedirlo Penn Zero ¿Qué no te lo he enseñado? Cuando quieres algo simplemente vas y lo tomas, sin dar nada a cambio… ese es el maravilloso código de los villanos.   

 

Penn apretó los puños ante su seducción, ya que el hombre no se movía de su sitio, exponiéndole sus labios y esperando a ver cuál sería su movimiento.

 

- No soy un villano…

 

El casi héroe terminó respondiendo a sus provocaciones cuando el pelinegro deslizó suavemente su lengua por sus labios para humectarlos. Eso fue más que suficiente para avivar al muchacho a ir él mismo en búsqueda de lo que ansiaba… del beso que quería.

 

Rippen permitió que el menor tomara control de aquel beso, dejando que su lengua fuese guiada y su boca explorada.

 

- Pero si tengo que serlo para contenerte, lo haré, Rippen. Seré un villano las veces que sean necesarias – Mencionó, evocando aquella vez en que por casi había acabado con el mundo menos peligroso imaginado.

 

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

Ahhhhhhhhh…. No sé ni que escribir por acá x,D Todo se ha puesto muy candente de pronto! (inner: de pronto? Esos dos llevan calentándose desde hace un buen rato *_*) je je so deshou! Todos veíamos caer al muchacho desde el primer capitulo del fanfic je je  Bueno! No me queda más que agradecerle por haber leído y si es de su agrado dejar un comentario :D besos y abrazos!! Bye Bye!!

 

 


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