"La Limpieza le Gana a La Suciedad"
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Ya habían pasado tres horas desde que Naruto fue internado de emergencia. Sasuke no se movió por nada de aquella sala de espera, ni siquiera para lavarse la sangre que tenía en su rostro y manos. Estaba muy preocupado por su Dobe, tanto que por esas horas se olvidó de las Haruno, quienes ya estaban en prisión hasta que todo se aclarará.
Por suerte, llevaron a Naruto al hospital donde trabajaba su abuela, y esta al ver lo ocurrido, tomo cartas en el asunto para que atendieran a su nieto lo más breve posible, además de que ella fue la que dio aviso a su hijo y nuera, junto a los señores Uchiha. Y con aquel aviso, ambas familias llegaron con prisa al lugar donde sus hijos estaban.
Mikoto como cualquier madre preocupada, se espantó al ver a su bebé con aquellas manchas de sangre, se le acercó para verificar que no tuviera herida alguna, y solo pudo suspirar con tranquilidad al ver que Sasuke estaba bien.
—Hijo, ¿qué ocurrió? —, preguntó Fugaku, mientras abrazaba a su hijo.
—Sasuke miro a su padre con tristeza, podía ver las ojeras y aquel gesto lleno de preparación y arrepentimiento —. Haruno Sakura, ella y unos chicos nos emboscaron a Naruto y a mí. Los vencimos entre los dos, a todos y cada uno de ellos, y cuando me acerque a ella para advertirle que no se metiera otra vez con nosotros, su madre llego y me apunto con un arma...Naruto se interpuso para salvarme y luego llegó la policía y una ambulancia —, explicó cómo pudo, mientras temblaba entre los brazos de su padre —. Papá...lamento ser un mal hijo —, se disculpó mientras lloraba.
—Fugaku solo hizo más fuerte el abrazo, y también comenzó a llorar —. Tú no eres un mal hijo, nunca lo has sido, al contrario, yo lamento ser un mal padre, uno que nunca mereciste —, y era verdad, Sasuke se comportaba de esa manera tan ruda y grosera, porque el no supo valorar al hijo que tuvo, pero ahora haría lo que fuera por protegerlo.
Mikoto se unió a aquel abrazo, ella también sabía que su hijo y esposo estaban recordando cosas que ya habían pasado hace mucho. Y todo eso era visto por los preocupados padres de Naruto, quienes no pudieron evitar sonreír al ver esa tierna y oculta faceta de la familia Uchiha.
—Lamento interrumpir, pero Naruto ya salió de la intervención, lo hemos checado a fondo, y dado una que otra puntada, además de hacerle una transfusión de sangre, y todo salió bien, afortunadamente la bala salió, así como entro, y no hizo daño alguno, pero aun con todo lo dicho, él tiene que estar limpio o puede agarrar una infección —, la rubia madre de Minato, explicó aquello con seriedad.
Tanto Kushina como Minato se tensaron, ellos mismos sabían cómo era su hijo, y ese tema ya los estaba preocupando, claro, hasta que Sasuke se separó de sus padres y se plantó derechito frente a la doctora.
—De eso no se preocupe, yo mismo me encargo que ese Dobe haga lo que se le pide —, hablo firme y decidido.
Tanto Tsunade, como los padres de Naruto y los señores Uchiha se quedaron sorprendidos, aunque las madres gritaban internamente porque su plan había funcionado, de eso estaban seguras al ver la mirada de aquel testarudo y serio doncel, esa misma mirada le enviaban ellas a sus maridos, y ver a Sasuke enviar esa mirada a Naruto las hacia querer casarlos a la de ya.
No se dijo nada más, Tsunade explico que por lo menos en las próximas seis horas no podrían ver a Naruto, antes tenían que checarlo y monitorear que todo estuviera bien para pasarlo a una habitación, así que les sugirió que Sasuke fuera a cambiarse y que arreglen el problema con las locas Haruno.
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Horas más tarde, Haruno Mebuki se movía nerviosa en aquella sala. Sabía que la iban a interrogar por lo que hizo, y era ahora cuando se arrepentía por su imprudencia. Según escucho, a su hija la sacaron bajo fianza, eso la tenía tranquila, al menos su futuro ex-esposo era útil para algo, pero también sabía que de esa no saldría, más si contaba lo que tantos años hizo, pero eso lo haría solo frente a la mujer que tanto odiaba, lo haría ahora que ella estaba frente a Uchiha Mikoto. Y sonrió con maldad, no le importaba ya nada, solo le importaba verla sufrir.
—Hola Mikoto —, escupió con odio ese nombre.
—Mikoto solo la miro con desdén, para después enviar una mirada a aquella ventana, por donde sabía que su esposo, hijo y amigos veían aquello —. ¿Para que soy buena Mebuki? —, con odio formuló aquella pregunta, sabía que esa mujer tenía algo entre manos.
—Mebuki sonrió con malicia, era hora de hablar con la verdad —. Sabes, te hable a ti para contarte un gran secreto, un secreto que te va a dejar completamente anonada y tirada del sufrimiento —, sonrió maliciosa al ver que la peli negra se tensaba —. Dime Mikoto, ¿querías mucho a tu hijo Itachi? —, preguntó sin más.
Tanto Mikoto como los que observaban desde afuera se tensaron, ¿qué tenía que ver Itachi en eso?, pero solo escuchando lo sabrían.
—Uno quiere a sus hijos, yo creo que hasta tú tienes corazón para eso —, no se dejó amedrentar y le respondió.
—Mebuki sonrió maliciosa —. Eso dices ahora, pero tengo entendido que cuando murió tu hijo mayor, muchas veces deseaste que Sasuke hubiera muerto en su lugar —, no se preocupó en reprimir la carcajada al ver la mirada asustada de la azabache —. Sabías que ese día ese era mi verdadera intención —, ya era hora de hablar con la verdad.
—Mikoto la miro con horror, no podía ser verdad lo que decía —. ¿Qué quieres decir? —, preguntó en susurro.
—Que hace diez años, en aquella fiesta, mi intención era matar a tu hijo menor, pero me divertí al ver que ese día te quité a tu gran orgullo —, se puso de pie, mientras su rostro se deformaba por completo —. ¡¡YO MISMA ATRPOPELLE A TU HIJO!!, ¡¡YO MATE A UCHIHA ITACHI!! —, grito feliz por ver el dolor reflejado en aquella mujer que tanto odiaba.
Mebuki comenzó a reír como desquiciada, estaba feliz de hacer que su eterna enemiga sufra de esa manera, pero no se esperó que aquel chico que hacía poco intento matar, entrara y la comenzara a golpear a puño limpio.
— ¿Cómo te atreves? —, le pregunto con odio, pero al ver esa mirada, tuvo miedo, tanto que no evitó los golpes que llegaron después —. ¡¡AYUDENME!! —, grito con histeria, el doncel la golpeaba con todas sus fuerzas.
Sasuke estaba fuera de sí, nadie se esperaba esa reacción de aquel doncel. Y solo se pudieron mover al ver que Mebuki había comenzado a sangrar debido a la cantidad de golpes y la fuerza ejercida en ellos.
Fugaku espabilo y corrió a parar a su hijo, pero ni siquiera él podía detenerlo, por ello Mikoto se unió.
—Tranquilo Sasuke, ella no vale la pena —, Mikoto solo se aguantaba, ella tenía ganas de hacer lo mismo con esa mujer.
—Hijo, te aseguro que ella pagará todo lo que hizo —, Fugaku abrazo a su familia.
Los tres se calmaron y se separaron de aquella arpía que tanto dolor causó. Dos oficiales la ayudaron a mantenerse en pie, mientras ella miraba salir a la familia Uchiha, como los odiaba, ahora no solo la ignoraban y pisoteaban su orgullo, también la tachaban de loca.
—Digan lo que digan...ustedes siempre quisieron más a Itachi...especialmente tu Fugaku —, comenzó a reír —. Dime, ¿qué hubiera pasado si Sasuke hubiera muerto en lugar de Itachi? —, preguntó maliciosa.
—Fugaku la miro por breves segundos —. Hubiera muerto del dolor —, respondió sincero, él siempre se preguntaba eso y siempre se respondía con eso.
De allí salieron tan dolidos y llenos de odio a esa mujer, pero salieron no sin antes, dejar en claro que la querían tras las rejas, cosa que no sería difícil con todo lo sucedido y confesado, además de la demanda impuesta por los padres de Naruto, era oficial, Haruno Mebuki se iba a podrir en prisión.
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Pasaron los días, una semana para ser precisos y en unos dos días más, Naruto regresaría a la escuela, obviamente que con una venda y el brazo izquierdo que estaba vendado de una manera que lo mantuviera alzado sin llegar a lastimarlo, debido a que la bala le dio en el hombro.
Lo más gracioso fue cuando le dieron de alta y llego a su casa, teniendo las claras intenciones de no ser limpio, no le importaba lo que su abuela le dijera, pero cuando entro a su habitación y vio a Sasuke sentado en su cama ya limpia y arreglada, además que toda su habitación estaba rechinando de limpia, junto con aquel fresco aroma que se sentía debido a la ropa limpia, supo que ese Teme tenía que ver en toda esa limpieza.
— ¿Teme que le hiciste a mi habitación? —, preguntó sorprendido.
—Sasuke sonrió de lado, mientras se le acercaba —. La limpie y arregle como se debe, porque tu abuela lo ordenó y yo voy a asegurarme de que lo mío no enferme —, le dijo con seriedad.
—Pero era mi problema —, se quejó, él tenía planes y la limpieza no estaba en ellos todavía.
—Pues lamento eso, pero te recuerdo que yo te voy a cuidar y que oficialmente eres mío, así que vete preparando porque de aquí no sales hasta que te bañes y afeites —, con prisa fue a cerrar con seguro la puerta. —Y créeme Dobe, no me va a importar bañarte, total, eres MIO y así seguirá —, le recordó posesivo.
—Naruto solo trago grueso, pero luego sonrió sincero —. ¿Por qué tan posesivo Teme? —, sonrió burlesco al ver el puchero en ese doncel que tanto amaba.
—Haruno Sakura no se fue tan triste y tampoco perdió del todo, la muy arrastrada dijo quien eras a toda la escuela, y ahora por su culpa, todas las ofrecidas y ofrecidos dicen que te quieren y no se cuanta más basura —, celos, esa era la respuesta, estaba muy celoso, más ahora que SU Dobe ya iba a ponerse más guapo de lo que era cuando andaba sucio.
Naruto solo sonrió sincero ante aquellas palabras, ahora si tenía seguro que ese lindo Teme seria suyo para siempre, aun si este no lo quiera, aunque eso era difícil, si desde ya lo estaba reclamando como su propiedad.
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Llego el gran día, Naruto y Sasuke llegaron juntos a la escuela y antes de entrar se miraron una vez más y sonrieron, porque ellos sabían que nada ni nadie los iba a separar, mucho menos unas ofrecidas y ofrecidos que no supieron ver el gran tesoro que era Uzumaki Naruto, o, mejor dicho, Namikaze Naruto.
Sasuke se tensó cuando vio a varios donceles y algunas chicas, entre ellas Ino, acercarse a ellos, ¿y cómo no hacerlo?, si SU Dobe estaba sumamente apuesto, totalmente limpio y afeitado, y esos rubios cabellos, que aunque tenían un peinado rebelde solo hacía que el mismo se quedara embobado, y ni que decir de la ropa, que se le marcaba a todo ese definido y bien proporcionado cuerpo, si sucio lo enamoro no solo en ese aspecto, sino también en cómo era, limpio lo traía loco, pero ver a todas esas personas doble cara acercarse para tener dinero, lo hizo enojar, más porque Naruto ya era propiedad de Uchiha Sasuke, así que como todo un novio posesivo, tomo con fuerza a su Dobe.
—Disculpen, pero MI NOVIO y yo iremos cuanto antes a nuestra clase, que es más importante que ustedes y sus inútiles intentos por tener lo MIO —, con prisa, jalo a un sorprendido Naruto hacia su clase, no sin antes dejarles en claro a todos en la escuela, a quien pertenece Naruto.
Todos quedaron sorprendidos ante eso, las mujeres y los donceles solo pudieron sentir odio ante el Uchiha, porque no se atreverían a atacarlo, no después de ver lo que le hizo a Sakura, mientras que los varones solo pudieron odiar a Naruto por tener a ese suculento y hermoso doncel.
—Que posesivo eres Teme —, le dijo el rubio con burla.
—Y tú eres un fácil, mira que dejar que esos imbéciles se te acercaran, estando yo, TU novio a lado tuyo —, reprendió furioso.
—De todos modos, ni les iba a hacer caso, ya ves que la limpieza le gana a la suciedad —, dijo sincero, porque allí el único victorioso fue ese Teme obsesivo por la limpieza.
—Sasuke solo sonrió ladinamente ante lo dicho por su Dobe —. Ya cállate y sigue caminando Dobe.
Y ambos siguieron caminando con dirección a su salón, donde ya sabían que su maestro no había llegado, pero al menos allí tendrían paz para ellos dos.
Continuará