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L’Amant por ritsuka10

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JunHong  dio inicio a una caminata rápida hacia la oficina de Bang, aún era temprano por lo tanto en los pasillos quedaban algunos trabajadores realizando actividades cotidianas, se acomodo la capucha de la chaqueta para esconder una parte de su rostro ya suficiente tenia con los comentarios sarcásticos de sus compañeros sobre los “privilegios” con los cuales contaba, poseía un trato “especial” por parte de algunos directivos, observo la silla de la secretaria vacía sus nervios no soportarían una larga espera, debía, no mejor dicho necesitaba hablar con YongGuk, esas mariposas revoloteando en su estómago se mudaron a su cabeza saturando su mente de fantasías, llevo el dedo indice a sus labios para morder su uña fastidiado, dudaba entrar sin ser anunciado antes, pasaron cinco minutos la presión de las miradas sobre su persona al igual que el sonido de sus latidos le arrebataron la calma, caminó  hacia la puerta para ingresar ya después cargaría con las disculpas correspondientes.

—Lo lamento pero necesito hablar contigo.— Fue lo primero que salió de sus labios al sorprender a la secretaria y al propio CEO quienes conversaban inmersos en sus actividades.—Lo siento pero es urgente.

Bang llevo la mirada a la mujer frente a él con un gesto en la cara le solicitó salir de la habitación, la Sra Kwon asintió para dejarlos solos, ella era de las escasas personas que presenciaron, vivieron y constaban la inusual relación que se desarrollaba ente el director general de TS y ese extraño chiquillo, al verse solos Jun avanzo hasta sentarse al regazo del mayor donde rodeo con sus brazos el grueso cuello del pelinegro, devoro sus labios, se aferro a él, lo abrazó como si el destino los hubiese separado años, siglos, la falta de aire los volvió a la realidad, Bang se encontraba bajo el hechizo de esos ojos marrones, enervado del aroma desprendiendo de tan perfecto ser, beso la punta de su nariz, sus mejillas, se escondió en el arco de aquel cuello color mármol ese lugar era su hogar, su sitio a donde volver después de una larga jornada de trabajo, ahí quería pasar el resto de sus días, dormir admirando esas exquisitas facciones, despertar con la melodía creada por las risas que se desprenden de esos labios rosas, todo en él era perfecto, ante sus ojos él representaba todo su mundo. 

—¿Porqué has suspendido a KiBum? .—La pregunta no agrado al pelinegro que dejo escapar un gruñido entre sus apretados dientes.— ¿Porqué atacarlo? ¿Porqué desquitar tu furia sobre él? Estoy lleno de respuestas para mis propias dudas pero no sé si son fantasías.—Le susurró al oído besando su cabello, le asustaba verse tan dependiente de una persona, ese sentimiento aterra, necesitar  solo porque se ama.—YongGuk tu eres mi único dueño, tu eres el Sol que me despierta todas las mañanas.

—No soporto verte con alguien más.—Contesto con un tono de voz frío, calculador.—Quitare de tu camino a todos aquellos que vea como una amenaza no me interesa si la empresa se queda vacía y me veo envuelto en la ruina.—Lu sujeto por la barbilla.— Es tu culpa que se chico pierda su gran oportunidad.—Lo miró fijamente a los ojos.—Si no hubieras dejado que se acercará a ti ahora estaría cumpliendo su sueño.

Lo culpaba a él por sentirse inseguro, porque se vio derrotado cuando se pavoneaba de poseer un ego lo suficiente solido para verse irrompible ¿Por sentir celos? ¿Qué lógica tan irónica ? emitió una melancólica sonrisa, sus dedos se deslizaron por esa ajustada corbata para desatarla la lanzó al otro extremo de la habitación, continuo desabotonando la camisa hasta llegar al abdomen donde ingreso la palma de sus manos, entro en contacto con esa piel morena, fría, marcada por un pincel negro que dibujo varios trazos, cerró los ojos fascinado por conectarse con tal espécimen, sus labios arrancaron un recorrido descendente que inicio en el contorno de la oreja para finalizar en las clavículas, Bang tomo por la cintura al menor para sentarlo en el borde de la mesa estiró el brazo dejando caer los papeles en el piso, se acomodo entre las piernas de su amante, sujeto su mano para llevar su boca, beso la palma dulcemente, con su mejilla acaricio el contorno se dejo llevar dulcemente hasta llegar al rostro del menor donde le arranco un suspiro al morder su labio inferior.

—Créeme que me encantaría hablar contigo sobre palabras melosas, cursis, de una manera distinta.—Le susurro al oído mientras sus manos le quitaban la pesada chamarra.—Es difícil encontrar una palabra que antes no hubiese usada como una tapadera para esconder una mentira.—Deslizo la lengua por el contorno de su cuello, los botones de la camisa azul mezclilla que usaba el menor salieron volando en distintas, contrarias direcciones.—Solo quiero abrazarte quedarme en silencio contigo, ver pasar los años, observar como mi cabello se tiñe blanco, las arrugas surquen tu perfecto rostro.—Sus dientes se abrieron para morder un exaltado botón de tono rosa a la altura del pecho.—No soy bueno con las palabras pero si te quedas conmigo  descubrirás en mis caricias lo que mi boca no puede pronunciar.

JunHong echo la cabeza hacia atrás mientras despacio la lengua de Bang lo devoraba, sus piernas se abrieron, sus muslos quedaron desnudos cuando las prendas fueron votadas al piso,  con una paciencia demorada fue torturado por zagales labios que rodeaban su excitación, esa lengua avanzada lentamente buscando el borde, el punto culminante donde la promesa húmeda desatará el oleaje de descargas eléctricas sacudiendo ese blanco cuerpo, el cual brillaba a causa del sudor, en ese punto las palabras no sirven por ello los gemidos hacian acto de presencia, el lenguaje de los amantes entregándose al placer, cuando Jun no soportó más un liquido blanco escapo por los labios de un malvado hombre que se puso de pie de gustando tan viscosa esencia, sujeto al castaño de la barbilla, le dedico una soez mordida en el cuello dejando una indeleble marca que duraría varios días, como un ganadero marca su rebaño él también dejaría su huella para esos bandidos que hozaran arrebatarle lo que por ley le correspondía, nuevamente tomo la mano del menor para llevarla al interior de su boca en ningún momento perdió el contacto visual que sostenía con su amante, al ver lo suficiente mojados esas extremidades se quito el saco y tomo asiento en su silla.

—Tengo ganas de tocar tu piel, devorar tus labios pero prefiero verte sucumbir a tus propios deseos.—  Dicto desabrochando su propio pantalón.—Tengo ganas de mirarte, saber que sueñas conmigo aun en las más bochornosas situaciones.

JunHong elevó las piernas sobre el borde del escritorio dejando ver su interior donde ingreso los dedos antes lubricados, ingreso uno, se contoneo ante las sonidos perversos que escapaban de su cuerpo, dejaba escapar a ese amante de ensueño levantó la vista para volver a fusionarse en una pervertida conexión con su espectador principal, una vez más melodías agustiantes se colaron entre sus labios, levantaba las caderas dejando ver más su entrada siendo invadida al notar que el mayor estaba listo se bajo del escritorio tomo asiento en el regazo del hombre donde ingreso aquel vibrante miembro que se había levantado orgulloso por tal vista.

—Yo me alimentaré de ti, saciaras mi hambre con tu esencia.—le susurro aferrándose a su espalda, el vaivén de las embestidas daban inicio.—Tu eres el alimento que llena mi paladar de deliciosos momentos.—Un suspiro cargado de erotismo apareció.—El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero. 

La última frase fue dicha en un tono casi mudo, porque solo, a aveces la falta de sonido, el silencio nos conecta de tal manera que las palabras nunca podrían, ambos cuerpos sincronizaban sus movimientos en un mismo compás, como un par de esposos danzan su primer baile donde han dejado de ser compañeros de viaje temporales para volverse de  planta, sus gemidos quizá llegaban a los oídos de algunos cuantos seres que rodeaban la oficina  pero poco les importaba la opinión de gente fría si sus almas, más ardientes, nobles que las suyas sabían disfrutar lo que aquellos extraños no perciben, JunHong rodeaban con sus piernas la cadera del hombre, la silla soportaba las estocadas donde los ardientes amantes se contraían.

— Soy amante de tu piel.—Hablo Jun encajando sus dientes en ese hombro descubierto.—Soy amante de tu cuerpo.—Menciono al momento de de mover sus caderas de manera sensual sobre la erección del mayor.—Soy amante de tu boca-—dijo en tono de suplica dando un casto beso a esos labios apretados.—Soy amante de tu alma.—Unió sus frentes rodeándolo con ambos brazos mientras Bang lo penetraba con más fuerza.—Eres el amante perfecto para mi cuerpo te necesito cada vez más.—Esa confesión drogaba a la bestia habitando en ese hombre de cabellos negros que se aferraba a las caderas ardientes de su pequeño tesoro.—Soy el amante perfecto que hace vibrar tu cuerpo de pasión, soy el amante perfecto para ti.

Sus labios se encontraron, Bang devoro la piel como si fuera un caníbal hambriento, se metió debajo  para llenarla de besos, percibió como la lujuria corría por su venas, la demencia hervía cada centímetro de su carne, esa sensación de quemarse era hermosa, perfecta, sublime, continuaron sumergidos en el vaivén de sus caderas, se dieron indiscriminadamente dejaron llevarse por lo que sugirieron sus pasiones, por siempre serían felices por que la conciencia no es la voz de la naturaleza sino la voz de los perjuicios, esos que desaparecieron al momento de llegar al climax, el orgasmo es el gran comedor de las palabras, donde solo se permiten gemidos, aullidos de personas tocando el cielo, la expresión infrahumana del placer, algo húmedo recorrido los muslos del menor mancho el pantalón del mayor, sus frentes sudorosas se pegaron, labios sedientos se encontraron, el mejor amor es aquel que despierta nuestra alma de un largo letargo, nos devuelve las ansias de un futuro, nos aspira a ser la mejor versión de nosotros y esencialmente enciende una llama en nuestro corazón para volvernos un poco más tibios, ambos encontraron eso en una inevitable coincidencia.  

 

 

HimCham juntaba el valor perdido en esos años donde a prensó sus sentimientos, donde sus emociones se volvieron una mezcla viscosa, putrefacta  sustancia que lo corroyó desde el interior dejándolo imposibilitado para confiar en otra persona, ¿Como volver amar cuando todo ese tiempo se enseño a odiar? quería iniciar de cero pero le es imposible desvanecer ese dolor que es parte de la vida y viene de perder lo que amamos, en su garganta se atoraban lo reproches acumulados,  frases para infligir sufrimiento aparecían en su cabeza por arte de magia, JonUp lo lastimo, en el orgullo, en el corazón, clavo una estaca ahora imposible de sacar ingreso las llave el cerrojo abrió la puerta para encontrarse al causante de todos sus males comiendo en una esquina del comedor quien detuvo sus actos al notar al intruso.

—He venido hablar contigo.—Separó los labios, su boca se sentía pastosa, desgastada como si hubiese dirigido un largo discurso y el aliento le faltará.— Estoy molesto contigo, herido por la forma que me abandonaste, un estúpida llamada de 10 minutos resumió el final de una historia de años, no tuviste el valor de terminar de frente solo querías deshacerte de mi lo más rápido posible después verte postear fotos donde sonríes sin remordimientos terminó por envenenarme.—Gritó decidió a por fin destapar la coladera atascada en su alma.—No te imaginas cuantas veces te maldije ¡Oh por Dios! llegue a desearte el peor de los males.—Llevó una de sus palmas a su rostro para detener el inevitable llanto.—Por tu causa la peor parte de mi salió a flote, te aborrecía no por haber aplastado mi orgullo sino por haberte alejado de mi, me lastimaba el pensar que no me amabas, perderte sin oportunidad a recuperarte fue mi infierno personal. —Levantó la mirada orgulloso decido a confesarse.—Porque tú te fuiste, no por la distancia o por terceros, no por las circunstancias; te fuiste porque quisiste.  

—Lo lamento.—Fue lo único capaz de articular el menor buscando acercarse a su ex amante quien se alejaba.—Perdóname, disculpa mi egoísmo, soy un maldito niño caprichoso, un egoísta que merece tu desprecio pero a mi defensa solo puedo decir que “te amo”.

Somos pequeñas criaturas egoístas, seres rastreros que solo buscamos nuestro propio bienestar, no nos interesa lastimar a quienes nos aman con tal de ser “felices”, JongUp al conocer nuevas personas se vio embrujado por el encanto por descubrir una cultura distinta, se drogo en su propia vanidad, quería probar, tocar, amar sin ataduras, sin esos lazos estorbosos que nos recuerdan lo que realmente somos, por ello a veces vivimos pegados a una pantalla, a una red social, presumimos la vida que hemos dejado de vivir porque la realidad nos golpea dejándonos noqueados y tirados a media calle, nos demuestra lo que en verdad somos, y eso no nos agrada, JongUp fue enervado con el liberalismo de los británicos, enloqueció con las aventuras en las ciudades de America, quería esa vida donde besas a un desconocido en un verano, duermes con una extraña en invierno, tener su propia película censurada por los excesos de una juventud hambrienta por emociones, por cicatrices que se volverían trofeos para presumir en una fiesta familiar, cuando terminó con HimChan se creyó lo suficiente fuerte para olvidarlo, egoísta bastardo, se topo con la desolada verdad al despertar una mañana y darse cuenta que todo fue un sueño, una tentadora fantasía, el efecto de una droga  que se desvaneció en su sangre, había pasado la fatídica fiesta y él continuaba inmerso en recuerdos  de su primer amor.

—Lo siento tanto.—Se acercó para sujetarlo fuertemente del pecho donde escondió su rostro llorando.—Perdóname, por favor perdona a este niño que no aprendió a valorarte, por favor, no pido que vuelvas amarme solo quiero saber que no guardas rencor.—Se aferro a su espalda como un desesperado recluso que es arrastrado a la horca para pagar por sus delitos se aferra a los barrotes de su celda.—Te amo de una manera inexplicable,  de una forma inconfesable, de un modo contradictorio.

HimChan lo sujeto de la cadera ¿Se puede olvidar que necesitamos respirar para vivir? ¿Se es capaz borra la cicatriz de una herida que atravesó nuestro pecho? No, olvidar no es sencillo para quien posee un corazón, no cuando en cada segundo que pasa se ama, se bebe, se fuma, se come, se piensa en ese ser, aquel que ocupa el 80 por ciento de nuestros pensamientos mientras el 20 sobrantes hay retazos de sus memorias relacionados a quien buscamos no nombrar, el perdón es una decisión  no un sentimiento y él tomo la resolución de iniciar de nuevo.

—Cuando te fuiste algo mío se perdió pero al verte volver me he dado cuenta que nunca te has ido.—Le susurró acercando sus labios, sumergiéndose en esos bellos ojos.—Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma.— Lo beso suavemente el orgullo nunca ha llevado a un final feliz, Him se encontraba en la ultima parte de un camino cansado, fatigado, aburrido pero esperanzado de que volviera aquel que un día lo dejo atrás.— Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera 

JongUp se colgó de su cuello contesto a esos voraces labios, esa ansiosa lengua que se abría paso entre sus labios rosas, a veces quisiéramos borrar los errores del pasado, desaparecer las huellas que hemos dejado sobre la arena pero entonces la sabiduría obtenida de las caídas desaparecería, seríamos el reflejo dispuso sobre un espejo, un cuadro incompleto, aceptemos las consecuencias de nuestras malas elecciones, caminemos de frente, el destino quisa no tenga un epilogo feliz para todos pero se debe seguir luchando para obtener un cierre que nos  agregue una sonrisa en los labios antes de irnos, para ellos la primera fase de su cuento de hadas terminó, no hubo príncipes rescatando damiselas en peligro pero sí  una lección de aprendizaje, porque cuando los caminos están destinados a encontrarse no importa el paso del tiempo ya que en determinado tiempo se deberán volver a cruzar. 

 

Notas finales:

GRACIAS!! GRACIAS !! GRACIAS!! MUCHAS GRACIAS POR SU APOYO!! ESTE ES EL CAPITULO FINAL, bueno falta otro xD 


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