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Me before you por ritsuka10

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“Un chico de hebras de tono rosa brillante apretaba fuertemente la puerta del closet donde se había escondido apretaba los dientes, un hilo de sangre escapaba por la comisura de sus labios inflados, sus piernas flaqueaban, le dolían los muslos aunque todavía residuos de droga navegaba por su cuerpo era consiente de lo que sucedía a su alrededor, los nudillos de sus manos se volvieron blancos debía irse de ese sitio, tenía que escapar, escuchaba pasos de varias personas reuniéndose en el centro de la habitación, golpeaban desesperadamente la puerta, en cualquier momento tirarían aquel pedazo de madera, gritaban ‘WanRong’ , ese sobrenombre que le dieron al entrar a honor de la última emperatriz consorte de la dinastía Qing, esa mujer que se volvió loca al saber que su hijo fue asesinado, nunca amada por su esposo cobarde, odiaba aquel apodo, detestaba que lo llamaran de esa manera, no era una mujer, no se volvería loco, de pronto la fuerza lo abandonó el ambiente se volvió oscuro, cayó de espaldas y los atacantes ganaron la batalla, se abrieron las puertas varias manos lo sujetaron de las piernas arrastrándolo por el piso trataba de aferrarse a la ropa, de algún objeto, le era imposible terminó bajo la brillante luz de la lampara de tan descuidado cuarto con paredes sucias,  cerraba los ojos con miedo una vez más era llamado  por aquel apodo, cuando sus párpados se abrieron se encontró con los rostros de varios hombres, sus antiguos clientes, en sus rostros se veía reflejado la lujuria desatada por sus instintos más básicos, rasgaban su ropa, lo marcaban con sus sucias manos, susurraban vulgaridades a su oído, lo lamia, el aliento en su cuerpo le causaba una fuerte sensación de querer vomitar… “

 

Un grito desesperado hizo acto de presencia en aquella apacible habitación JunHong encendió rápidamente la lampara puesta en el muro a lado de su cama, miró a su alrededor para descubrir que todo fue un sueño, una pesadilla, la representación gráfica de sus temores no vivió mucho tiempo en aquel infierno pero sin dudas las marcas psicológicas continuaban afectándole, lo seguirían hasta el ultimo día de su vida,  miro la palmas de sus manos abiertas temblaba, estaba empapado de sudor trato de conciliar el sueño, le fue imposible cada vez que cerraba los párpados se encontraba con las figuras de sus atacantes, asediando en sus más escondidas memorias, salto fuera de las cobijas merodeando por la longitud de la habitación, llevaba una semana en ese sitio, los ataques de ansiedad aparecieron desde la primera noche pero usando su fuerza de voluntad lograba dominar sus instintos, durante el día YongGuk  le daba un sin fin de clases de diferentes temas para mantenerlo ocupado, era aburrido, tedioso, cansado, pero en lo más profundo de su ser le agradaba conversar con él, parecía conocer muchos temas, algo antiguos pero interesantes, su voz calmada agotaba su paciencia pero su increíble formar de explicar los fenómenos musicales que rodeaban al mundo le parecían increíblemente grandiosos, extrañamente comenzaba a ver al mundo de un distinto ángulo, todos sufrían, el dolor minaba el futuro de la humanidad pero también había rayos de esperanza, gente sorprendente haciendo hazañas extraordinarias, le daba tantas razones para resistir su necesidad, sacudió su cabeza.

—Necesito un calmante o algo, no puedo con esta ansiedad. —Comentó para sus adentros abriendo la puerta y dirigirse al pasillo.——YongGuk debe tener tranquilizantes, he visto que toma bastantes medicamentos solo debo tomar algo, lo que sea.

Sus manos vagaban nerviosamente pro esas paredes blancas, sus pies descalzos tocaban el suelo frío  su andar era suave, sutilmente para no captar la atención del resto de los habitantes, entro al primer baño busco en las repisas donde encontró un botiquín médico, no había algo que le ayudará con esa terribles ganas que lo consumían desde las entrañas, visitó cada uno de los sanitarios destinados a los invitados con el fin de encontrar su preciado premio, pero fue en vano, quiso salir a la bodega de herramienta para encontrar algo de resistol o thiner pero las puertas exteriores habían ido selladas por un sistema de alarma, y claramente él no conocía el código de seguridad, su paciencia llegó a un limite imposible de volver a la cordialidad. 

—Maldita sea me siento en una jodida prisión.—Espetó golpeando el borde de la mesa en el cocina.—Solo debo conseguir un calmante, una pastilla que me relajé.— Mordió su uña para — Guk debe tener en su baño.

Se deslizo tal cual gato por las escaleras, el dueño de la casa usaba un elevador al fondo para moverse entre los diferentes niveles de la mansión ademas de que todo el sitio se había amoldado para su discapacidad física, cuando llego a la habitación principal queda sorprendido al percatarse que la puerta no fue cerraba con llave, se detuvo a pensar sobre sus malos actos, era incorrecto traicionar la confianza de ese hombre, golpeo ligeramente la frente sobre la fría madera , la necesidad añadida en su vientre lo dejaba sordo, idiota, en su mente la idea de satisfacer su drogadicción era lo único  entendible, consumir una sustancia que lo tranquilizara lo ocupaba, anhelaba más, mientras más tiempo pasaba negando su necesidad más salvaje su hambre se convertía en una bestia indomable devorándolo desde el interior, se introdujo en su enorme cuarto, era lo doble que el suyo, estaba en penumbras pero la poca luz filtrada por las cortinas le ayudaba a evadir los obstáculos, posó  la mano sobre la perilla de la puerta la giro suavemente, echo un vistazo al fondo donde un bulto se observaba sobre la cama , se adentró al baño donde se abalanzo sobre el espejo, al abrirlo se encontró con un sin fin de pastillas, calmantes, tranquilizantes, de todo, era una farmacia privada.

—¿Crees que tomarte algo de ahí te traerá algo de paz?.—La grave voz de su benefactor a su espalda le obligo girarse, ahí estaba  el hombre en pijama sentado sobre su silla de ruedas.—Mejor deja eso y vuelve a tu recamara debes tener más fuerza de voluntad, dominar sus deseos.

Jun aborreció el tono usado por el sujeto, siempre mirando como si fuera superior al resto sacudió la cabeza guardando la caja de Xanax en su bolsillo necesitaba ese medicamento para dormir, debía descansar su cuerpo, relajar su mente para mantener a raya los malos pensamientos que lo acosaban constantemente, le enloquecía no conciliar el sueño más que su ansia por consumir algo, Bang estiro la mano para quitarle el paquete pero Jun era más alto, más fuerte, de un solo golpe lanzó al mayor lejos, el pelinegro se sostuvo fuertemente de la silla para no caer al piso, la impotencia lo gobernaba, presionaba su pie de Aquilies el no poder enfrentarse a un mocoso como ese cuando en el pasado llego a practicar Box para defenderse .

—Creo tenemos un trato yo puedo darte lo que pidas con tal de que  pongas de tu voluntad para dejar tu vicio, comprendo no es sencillo pero si caes en la primer oportunidad como piensas vencer a tus demonios.—Le grito exasperado, su orgullo abatido por la impotencia de no enfrentarlo lo cegaba.—Deja de comportarte como un maldito niño, ¿no se supone que debes intentarlo por tu hermana ? debes pelear contra tus propios fantasmas, deja de ser un cobarde.—La irá se apoderaba de su cordura, esas palabras no era dirigidas a ese chico sino era para él mismo, él se las repetir todas las mañanas al verse al espejo. —Duele perder a quien amas pero no es razón suficiente para darte por vencido, para tirar la toalla sé un hombre de una maldita vez, no provoques que tu hermana se avergoncé de ti. 

—Cállate ¿Que sabes de mi? ¿como puedes juzgarme? .—Le enfrento agachando su cuerpo para mirarlo de frente.—Me pides sin conocerme dar el 100 por ciento  pero tú solo eres un maldito lisiado enclaustrado en esta casa.—Le escupió con rabia contenida.— Yo no te pedí salvarme, si quieres obtener el agradecimiento de mi hermana muerta hazlo de otra forma, no te necesito, no te quiero en mi maldita vida controlando lo que hago o dejo de hacer. 

Ambos se enfrentaron en una guerra de miradas cada uno poseía demonios accediendo sus espaldas, susurrándoles palabras desagradables, les recordaban lo rotos, lo inservibles que era cada uno con una deficiencia, con una discapacidad, porque cada uno mantenía una limitación, mental o física, que les dificultaba desarrollarse correctamente quizá la más obvia era la de Guk pero Jun también poseía una, una imposible de borrar con terapia, Bang levanto la mano para abofetear al menor pero este lo detuvo en el acto,  la furia de ambos se concentró en aquella guerra de fuerzas, JunHong odiaba ser golpeado suficiente tuvo en su infancia con soportar la frustración de su madre, con un par de clientes en el Pandamonium, con sus compañeros de colegio,  había rebasado el límite de la tolerancia promedio, se prometio a si mismo nunca más volver a ser un saco de boxeo donde sus enemigos ahogaran su impotencia.

—Puedo ser un maldito niño caprichoso pero tu eres un hombre amargado, un inservible mueble que adorna la habitación.—Le escupió de  frente, el rostro de Bang se contrajo, esas palabras las aborrecía en el pasado él era diferente, él gobernaba, él mandaba, la gente a su alrededor le temía y lo respetaba ahora solo aspiraba ser el ente que causa lástima.—Eres un miserable inútil.

Las masculinas, desgastadas y duras facciones se Bang se desplomaron, en menos de varios minutos ese niño lo había insultado más que cualquiera en los dos años que llevaba en ese infierno, entrelazo sus dedos para doblar los dedos del menor obligándolo a hincarse, Jun fue cediendo debido a que había entendido las palabras dichas cuando se deslizaban por su boca,  insulto  a ese hombre que le tendió una mano, era de lo peor, un vil villano mal agradecido, bajó la mirada hacia el piso, se arrepentía de haberlo insultado.

—Yo adoraba salir en bicicleta, nadar, correr con la mascota de mi hermana, adoraba mi vida antes de esto.—Golpeo con su mano libre la carrocería de las sillas.—Si, estoy amargado y créeme que jamás te hubiese traído sino fuera porque prometí sobre la tumba de tu hermana que te haría un mejor hombre.—Apretó sus labios fuertemente esa fue la única vez que converso con aquella mesera.—No lo hago por ti sino por ella. 

—No puedo dormir, no quiero hacerlo necesito tomar una.— Se acercó al mayor quien lo había liberado del agarre colocando las manos sobre el porta brazos de la silla.—Necesito una pastilla que impida mis sueños acudir a mi cabeza, no quiero algo para volver a drogarme solo necesito dormir con la promesa de no soñar.—Sus brillantes ojos se apagaban en ese ruego desesperado.—Solamente quiero dormir. 

Bang levantó la mirada para ver su propio reflejo en esas orbes cristalinas, su labio inferior temblaba, la desesperación por la droga no era notaria, el miedo era causante de tal situación por el terror de evocar recuerdos en sus sueños, por un segundo se conmovió, esa noche también lo escucho gritar por ello salió de la cama para acomodarse en la silla, en la últimas noches repetía esa actividad con el temor de verlo flaquear su relación era bastante extraña, deslizo sus dedos por el bolsillo para sacar la caja de pastillas tomo una  para posarla en la mano del menor y entrelazarla con la suya. 

—Comprendo tu necesidad de dormir, entiendo no querer soñar.—Jun se puso de pie con la mirada puesta en otro punto de la habitación.— Yo visité el Pandemoium una sola vez.—Jun abrió los ojos sorprendido por la repentina confesión, Bang no tenia el perfil de los tipos que frecuentaban ese burdel de mala muerte.—Los artistas tienes secretos sucios y yo manejo a muchos de ellos, debía mantener buena relación con esos caprichosos humanos una vez uno de ellos me llevo a ese sitio,  lo visité por curiosidad y no puedo imaginarme el infierno que pasaste, ni los fantasmas que se crearon durante tu estancia pero sé quien puede entenderte.—Bang retrocedió.— YoungJae puede ayudarte, él paso por ese infierno, confía en él, de esta casa es el menos tóxico, sé que te ayudara a minimizar las pesadillas que tienes.

Jun asintió agradeciendo el consejo mordía su labio inferior sin estar seguro si era pertinente disculparse por sus palabras sacadas por un arranque de rabia, caminó hacia la salida, su desesperación fue sustituida por remordimientos, culpa, la forma que se vengo de ese hombre lo ahogaba miró la pastilla puesta en su mano, recordó el suave tacto de esa piel morena, instintivamente froto sus dedos, Bang era amable, bueno aún con esa careta de seriedad, esa amargura acumulada en su espalda que lo hacía verse acido, desesperadamente y hasta prepotente pero solía reír francamente, recordó cuando lo miro sonreír al mirar una vieja pelicula, se sorprendió a si mismo descubriendo que en realidad  pasaba todo el día a su lado; lanzó la pastilla por su boca abierta, debía dormir un poco, solo un poco más para ahora desaparecer tan extraña sensación.

 

YoungJae miraba intrigado a sus dos compañeros de desayuno intercalaba su observación entre los movimientos mecánicos de Bang y los delicados y nerviosos vistazos de Jun, le parecía adorable lo inocente que aún era ese chico de 21 años, mantenía intacta su aire infantil, aparentaba ser rudo, rebelde  e independiente pero seguía necesitando apoyo, de cierta manera la interacción de esos dos personajes parecía fluir con calma, Bang siempre fue de las personas por tomarse enserio el cumplir su meta y ahora era su misión salvar esa alma, junto con otras tanto, si ese accidente no hubiese sucedido ahora la vida de todos sería diferente.

—Esta noche no creo poder volver debido a que tengo trabajos pendientes en la Universidad.—Comentó el pelirrojo limpiando la comisura de sus labios.— Guk te llamaré en la noche para decirte como me fue con tu encargo.—Se puso de pie caminando hacia Jun para abrazarlo.—Puedes enviarme mensajes si gustas.—Se acercó a Guk donde se colgó a su cuello.— Deja que el chico vea cosas más divertidas la verdad ya suficiente tortura es ver toda tu colección de películas de arte. 

Por los delgados labios rosas de JunHong se escapo una tonta risa a la cual Bang contraataco con un bufido y una mirada asesina, el chico de cabellos rosas desgastados levantó los hombros ignorando la queja del mayor, Jae era demasiado brillante, alegre, dulce, amable para haber pertenecido al mundo del Pandemonium, ¿Cómo pudo brillar tanto después de haber sido sobajado ? ¿Qué camino tomo para volverse un humano cuando solo era basura? su mirada no se despejo de ellos dos, ¿Guk lo salvó de la misma manera que buscaba rescatarlo a él? sus dedos tintinearon delicadamente sobre el borde de su taza de chocolate, él también daría lo mejor de si mismo, también sería un rayo de Sol iluminando una habitación en esa melancólica mansión, se levantaría como Jae lo hizo por su hermana, por ¿YongGuk-hyung? sus ojos se posaron en ese hombre, siente días a su lado y parecía haber vivido una eternidad con él.

 

 

DaeHyun dejaba escapar un suspiro entre sus gruesos labios mientras se dirigía a la cafetería de esa enorme empresa, unos meses antes recibió una llamada de la empresa TS para requerirle que se presentará para una audición buscaban debutar a una banda de rock alternativo en un mundo musical dominado por boys bands era una proyecto ambicioso,  trato de  convencer a sus compañeros de banda de ir pero estos se negaron, ellos tocaban por hobby mientras asistían a la Universidad, ser idols o cantantes nuca estuvo en sus objetivos de vida, se dejo caer abatido en una silla cometió algunas equivocaciones en la interpretación, los nervios lo consumieron su rostro se estampo contra la superficie de la mesa cerro los ojos deseaba hablar con HighD, llamarle para conversar, dejar de sentirse solo, decirle a alguien sus miedos, sus fustracciones así paso varios minutos regañando mentalmente.

—No te preocupes todo saldrá bien.—Una dulce voz se coló por sus oídos abrió los párpados topándose con un enorme helado de chocolate.—La casa invita hace rato que te veo decaido  ¿tuviste audición?.—DaeHyun observo a un sonriente pelirrojo sentado a  su lado, usaba un bello mandil blanco parecía ser mesero en ese sitio.—Mi nombre es YoungJae.—Estiro la mano a lo que Dae contesto intrigado con un la ceja torcida.—Llevo trabajando muchos años aquí así que conozco la cara de las personas después de una cansada audición.

—Hola soy DaeHyun.—Contestó el saludo irguiéndose para sujetar el vaso de helado.—Muchas gracias, si acabo de tener una audición con el director Kwon.—Le dio una probada al helado, era delicioso.— Cometí varios errores hace tiempo que no lo hacia ademas mis compañeros de banda no quisieron venir conmigo así que no supe adaptarme a los músicos que me ayudaron.

El rubio hizo un lindo puchero que causo una risa involuntaria en YoungJae aunque Bang le había pedido ser amigo, ayudante de ese chico la idea ahora no le parecía tan descabellada, él lucía ser una persona agradable sabía que su corazón estaba roto perdió a su amada prometida en un accidente hace dos años, aún recordaba esa noche que lo conoció en la morgue ladeo su cabeza para alejar esos viejos recuerdos,  si de esa manera Bang era capaz de volver  dormir tranquilo haría lo que fuera por él por que verlo feliz significaba que Him lo sería.

—Tengo una corazonada que te irá bien, eres guapo, tienes un grandiosa vibra y si el director Kwon accedió hacerte una audición personal significa que eres bueno, tienes potencial para triunfar.—Argumento para inclinarse para tomar su rostro entre las manos.—Posees unas bellas facciones y una sonrisa contagiosa aunque tienes que mejorar tu acento y un poco tu estilo pero de ahí en fuera luces perfecto. —Una olvidada calidez despertó en el pecho del cantante al notar como ese extraño evocaba un dulce gesto formando una sonrisa en sus pequeños labios rosas.—DaeHyun serás la próxima estrella de Asia. 

El mencionado se sonrojó hasta las orejas por tales halagos nunca antes un hombre le habló de manera tan agradable, las facciones en ese pelirrojo le parecían mágicas, sus labios pequeños, esa suave piel de color canela ligera, si alguien merecía ser idol era él, al poseer tanta belleza física, necesitaba un amigo, una persona en quien confiar para no sentirse solo, ya suficiente tenia con esa amarga soledad cargando en su espalda, se hartaba de percibir su boca amarga en las mañanas, añorar la presencia de alguien que nunca más volverá, debía aceptar esa realidad, su amada prometida murió. 

—Muchas gracias me siento raro apenas te acabo de conocer pero me agradas mucho ademas eres amable —Comentó levantando la mirada, echo un vistazo a la espalda del mesero.—¿Te falta mucho para salir? .—Le cuestionó enérgicamente a lo que Jae negó con la cabeza.—Te espero y si quieres puedes acompañarme a un ensayo así puedes confirmar tus palabras, quiero que me escuches para que seas honesto y me digas si tengo talento.

—Claro que quiero escucharte cantar.—Le contestó soltando su rostro para ponerse de pie.—Voy por mis cosas y huimos de este lugar.—Esas palabras le recordaron a su novia el rostro de DaeHyun se ensombrecido.—Hey no tengas miedo, sé que tienes talento.

El pelinegro afirmó orgulloso, quería escapar de esa prisión con barrotes de nostalgia, volver a ser quien fue en el pasado reír sin sentirse culpable por ser feliz, aceptar que él estaba vivo y no era su culpa que su amada no,  observo la forma que su nuevo amigo parecía suplicar a su jefe dejarlo salir temprano ¿Le había mentido? en lugar de molestarle le pareció maravilloso ¿Como enojarse con un desconocido que ha levantado tu animo?, parecía que todos en esa cafetería adoraban a tan singular empleado porque lo ayudaban a conseguir su permiso, dio un salto emocionado cuando el jefe asintió fue entonces que Dae se percató que todo ese tiempo mantuvo la respiración rogando en su interior porque ese chico alcanzará su capricho.

 

JongUp vigilaba celosamente a un rubio sentado en una mesa en la terraza  de la famosa cafetería de TS Corp,  gracias a sus dotes de skalter había dado con el dueño del número obtenido en la estación de policía dejo escapar un suspiro para armarse de valor e ir a confrontarlo, no le había comentado nada a Dakota ya que buscaba no preocuparla, cuando Jun le confesó trabajar en el Pandemónium también le contó que varios de sus clientes comenzaban a obsesionarse y llegaron amenazarlo con secuestrarlo, ese chico tenía aspecto de ser amable, educado, agradable pero las apariencias engañan quizá era un sádico pervertido capaz de abusar de un niño indefenso, al notar que comenzaba a guardar objetos en su maletín caminó para abordarlo.

—Hola, soy JopngUp quizá me recuerdes hace un par de días te llame para pedirte información sobre JunHong.—Interrumpió de golpe nervioso hablando velozmente, HimChan se puso de pie ignorándolo .—Por favor necesito saber donde esta mi amigo. —El rubio inicio su huida dejando al extraño con la palabra en la boca.—Voy acusarte a la policia por corrupción de menores.—Gritó captando la atención de varios empleados, el director se dio media vuelta para dedicarle una mirada asesina al pelinegro.— No entiendo la razón porque no puedes darme datos de él —El mayor torció los labios le desesperaba la actitud de ese mocoso.—Juro que haré un escándalo, te acusaré de secuestro, violador, pederasta. 

—Ya guarda silencio.—Le grito fastidiado sujetándolo fuertemente del brazo y arrastrarlo a otro sitio.—Tú y tu amigo son sencillamente fastidiosos.

 

Notas finales:

MCUHAS GRACIAS POR SUS REVIEWS!! espero disfruten el fic, los conejos vuelven y me encanat el concepto, sus looks son hermosos y los adoro, cuidense y les mando muchos saludos!!


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