—Entonces tu eres el bastardo que le engaño; tu eres ese Gray Fullbuster—
Honestamente, estaba asustado; no sabía cómo se había dado cuenta, no había hecho nada sospechoso (aparte del beso) para que se diera cuenta.
--N-no sé qué está diciendo--
¡¡MALDICION!!
--¿Crees que soy estúpido? Sé que eres tu; puede ser que no me haya dado cuenta desde el principio; pero cuando hable con Lucy, pude confirmarlo—
¡¡ESA P***A!!
--Bien, si soy yo; ¿Eso que tiene que ver? – trate de esconder mi enojo; pero se notaba a leguas.
--No quiero nada de ti; solo busco lo que cualquier persona haría por su amado—
--¿Qué? ¿Quiere venganza? ¡Pues ya tuvo suficiente! ¿Sabe cuántos malditos años lo estuve buscando? –suficiente, ya no puedo más.
--Supongo que fue desde que te dejo; aunque para mí fue lo mejor que ha hecho—
--¡Pues como no va ser! ¡Usted tiene a dinero, posición; y como si eso fuera poco, ¡tambien tiene a Natsu! –no sabía qué fin tenia esta charla; solo sabía que me estaba rompiendo.
--¿Entonces crees que eres el único que está sufriendo? —exclamo él; colocando su mano en su mentón, tenía un tono atemorizante.
--¡Honestamente, con todas las pruebas; ¡Si, si creo eso! –no puedo creer que todas las emociones que he ocultado durante ocho años, salgan a la luz frente a esta persona.
--Bien, te mostrare que no eres el único que ha sufrido—dijo el peliazul, poniéndose de pie—Ya es demasiado tarde; tengo que volver a casa antes de las siete, si no, Natsu se preocupara—
--Está bien; no me interesa—
--Te veo hoy en la cena, Gray Fullbuster—dijo, abriendo la puerta y mirándome con una sonrisita de satisfacción--¡Ahh! ¡Y por cierto! Si te estas preguntando si él te recuerda; pues no, él no lo hace—exclamo; saliendo de la oficina.
Me sentía enojado; y melancólico al mismo tiempo.
No sabía lo que tenía que hacer, y para mi maldita suerte; tenía que volver a ver a ese hombre de nuevo esta noche.
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--Ahhh… tienes que tranquilizarte, Gray—
--¿Qué es lo que te pasa esta noche? Pareces algo distraído—exclamo mi jefa; mientras estábamos en el auto, esperando a que el chofer abriera la puerta.
--N-no es nada—
--Has estado raro todo el día; ¿estás seguro de que te encuentras bien? —
--Sí, estoy bien—
--Bueno, vamos—
Bajamos del auto rápidamente, y de la misma manera entramos al restaurante.
Era un gran establecimiento, lleno de personas que se notaba que formaban parte de la alta sociedad; todo era grandioso, y obviamente pertenecía a Jellal Fernández.
--Bienvenida, señorita Scarlet; el señor Fernández le espera por aquí—dijo un mozo vestido de traje; guiándonos hasta el comedor.
Caminamos entre personas con ropa elegante; algunas nos miraban con desprecio.
Estas personas han sido millonarias toda su vida, no puede compararse a alguien que se levantó desde lo más profundo.
Seguimos así por unos minutos más, hasta que entramos a una sala privada; en donde se encontraba Jellal-san; sentado cómodamente, tomando una copa de vino.
--¡Qué bueno que llegan! Los estaba esperando—exclamo el peliazul, con una sonrisa.
--Gracias por invitarnos, Jellal-san—dijo mi jefa, haciendo una señal de aprecio.
--¡No hay de que! Mi acompañante estará aquí en un momento; tuvo que ir al sanitario—
--No se preocupe; somos pacientes—
Hablamos durante un rato; mientras llegaba el vicepresidente de la compañía Fernández.
Todo estaba delicioso; la cena era de una gran calidad, y el vino ni se diga.
--¿No está mal que hayamos comenzado a cenar sin el vicepresidente? —musito Erza, mientras bebía de su copa.
--Estoy seguro que él no probara ni un bocado; últimamente no puede soportar la comida—
--¡Disculpen el retraso! —exclamo una voz; que conocía demasiado bien—Buenas noches, mi nombre es Natsu Fernández, vicepresidente de la compañía “Fernández”; es un placer conocerlos—
Mientras el hacia una reverencia; Erza y yo nos veíamos anonados.
--¿Pero ¿qué…? —
--Es un placer conocerlo, mi nombre es Erza Scarlet, y él es Gray Fullbuster--
--El placer es mío—
Jellal-san tenía razón; él no me recuerda.
El resto de la cena fue un poco más tranquila; Natsu se veía mejor que aquel día.
Se veía más brillante en ese traje negro ceñido al cuerpo; aunque no tengo idea de cómo logro ser vicepresidente.
--Y… ¿Cómo se encuentra, Natsu-san? He escuchado que ha estado un poco enfermo—exclamo Erza, aligerando el ambiente.
--Estoy bien, solo es algo pasajero—dijo el pelirrosa, con una sonrisa.
Su sonrisa era hipnotizante; me hacía sentir bien al verlo.
--Pero me gusta la razón de que estés así—exclamo Jellal-san, acercando a Natsu con su brazo.
--¡T-tranquilízate, Jellal! ¡Estamos trabajando! –
--No te preocupes, ya terminamos—
--Eso quiere decir… ¿Qué cerramos el trato? —musito Erza, con un tono interesado.
--Por supuesto, mañana mismo vamos a la oficina para cerrarlo oficialmente—exclamo Jellal-san, haciendo un gesto con su mano.
Mientras nos poníamos de pie para salir; Natsu se sintió algo mareado, pero Jellal alcanzo a sostenerlo a tiempo.
--¡Natsu! ¿Te encuentras bien? —musito algo preocupado el peliazul.
--N-no hay problema; esto es normal—
--¿Qué quiere decir con “normal”? —exclame con curiosidad; aunque ya tenía una sospecha.
--S-sí, es solo que…--
--¡Claro que es normal! ¡Las personas que esperan un hijo siempre tienen estos síntomas! —exclamo el peliazul, abrazando a Natsu por la cintura.
Espera… ¿¡NATSU ESTA EMBARAZADO!?