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Colección oneshots por ritsuka10

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Titulo:  El arte del engaño

Género: lemon

Parejas:  BangLo

 

Un peliplateado observaba de reojo al chico de cabellos rojos que ingresaba a la habitación, usaba un pantalón de cuero ceñido a sus bien formados muslos,  una camisa blanca sin mangas y una chamarra con estoperoles, al igual que sus compañeros no apartaba sus ojos de esos carnosos muslos, su trasero bastante atrayente, el jovencito de 21 años tomo asiento sobre el escritorio frente al líder de la mafia Coreana que conversaba por su móvil, quien le regaló una  sonrisa estiró el brazo para  delinear aquellas piernas con sus dedos,  los acaricio con suma calma, con la mirada le ordenó al hombre de cabellos plateados servirle una copa de vino a su invitado especial, ambos personajes, el guardaespaldas y el menor, compartieron una mirada cómplice pero el segundo lo ignoro,  para sujetar la copa y beber el contenido.

—Espero descubras quien es el maldito soplón porque juro que si no lo averiguas le haré una visita a tu hermosa esposa.—Grito furioso el hombre de cabellos cortos acercando más su mano a la entrepierna del pelirrosa que apretaba los labios.— Alguien les dio el aviso a los  guardacostas sobre el cargamento de droga, quiero la cabeza del bastardo.—Sujeto fuertemente la entrepierna abultada del menor, este rasgo la superficie de la mesa con sus uñas al verse tocado en publico.—Deben aprender que nadie se mete con Andrew Baang. —El hombre finalizó la llamada para sujetar por la barbilla a su amante y besarlo, ingreso su lengua son agresividad.— Hola precioso ¿Como estuvo tu día? ¿Te divertiste?

El menor asintió colocando sus brazos sobre el mayor donde beso su cuello, su oído, no le interesaba que tuvieran public  poco le importaba si se calentaban con la escena, aunque, de reojo observo el perfil del hombre que le sirvió vino,  quizá sentía un poco de vergüenza ante sus miradas cerró sus párpados dejándose llevar por las caricias esparcidas en su espalda baja.

—Creo se están tardando en dejarme solo.—Habló nuevamente el hombre deslizando la chaqueta negra por los hombros del menor.—Zico y Bobby vigilaran la puerta mientras el resto se puede ir a divertir un rato.— Les ordenó, lo hombres hicieron una reverencia antes de escurrirse por la puerta.—  Espero no se corran con los gritos de mi pequeño gatito.—Sujeto por la barbilla a su pareja.—Le gusta ronronear muy fuerte.

Los hombres terminaron por salir de la habitación, el mayor se puso de pie para quitarse el saco lo lanzó a un rincón , aflojó la apretada corbata, el pelirrosa también se puso de pie para quitarse el pantalón pero el líder lo detuvo, acercó sus labios a su oído, lo abrazo de la cadera, acaricio sus bien formados glúteos apretándolos con fuerza. 

—Quiero que lo hagas sensualmente ¿Traes puesto lo que deje sobre la cama?.— Le habló en un tono hechizante recorriendo el arco de su cuello blanco con su dedo indice.—Quiero verte bailar.—Lo sujeto por la barbilla mordiendo el labio inferior.—Anda muéstrale a tu hyung el buen chico que eres. 

El menor accedió caminando hacia el centro de la habitación mientras el líder de la mafia se sentó en su silla, desabrocho su pantalón acomodándose para disfrutar del espectáculo, el pelirrosa comenzó a mecer sus caderas de un extremo a otro, sus manos danzaban con él, acariciaban su figura, fue deslizando el cinturón lentamente hasta tenerlo afuera y usarlo como si fuera un látigo, lamió su extensión sin apartar la mirada de su dueño quien comenzaba a tararear una melodía aunque moría de ganas por poner algo de música deseaba que los hombres que custodiaban la puerta escucharan todo el espectáculo, Jun lanzó el objeto al piso coloco cada una de sus manos a un extremo de su cintura para ir bajando lentamente la prenda de cuero por sus muslos, no dejaba de contonearse, el pelinegro recorrió sus labios con la punta de la lengua al admirar que esas largas piernas blancas se encontraban cubiertas de unas medias negras transparentes de seda, su amante usaba un ligero negro de encaje, la prenda interior era de corte femenino que apenas lograba cubrir su creciente erección, se dio media vuelta para agacharse y sacar los pantalones, al verse expuesto continuo meneando sus caderas de forma eròtica, sus dedos blancos acariciaban la fina tela de la prenda cubriendo sus piernas, sus dedos caminaban por su figura ascendiendo de manera provocativa se aferraron a un extremo de sus playera para irla elevando y terminar sacándosela por la cabeza, fue cuando el chico quedo casi desnudo solo presumiendo la prenda negra haciendo contraste con su blanca piel.

—Eres majestuosamente perfecto.—Habló el hombre que se masturbaba ante la visión de tan frenética danza, la música la llevaban en la sangre, en la piel, golpeo la superficie de la mesa .—Ahora ven que quiero devorarte.—El peligrosa caminó hacia el mueble donde se recostó y abrió las piernas delante del hombre quien guardo la erección goteando dentro de sus pantalones para ponerse de pie y acomodarse en medio de esos suaves muslos.—Recuerdo que al inicio te molestabas porque te obligaba a usarlo pero ahora los disfrutas.—Susurro acercando sus labios a esas medias, peso aquellas  largas piernas, comenzó su recorrido en las rodillas dando pequeños besos, mordidas cuando llego a la parte del sujetador lamió la parte de piel expuesta, la chupo provocando que el menor tratara de cerrarlas.—Hueles delicioso, quiero escucharte gemir.—Jun se relajo, se recostó completamente para mirar el techo y disfrutar de aquella juguetona lengua humedecer cada rincón expuesto.—Parece que alguien ha despertado.—Con la mano derecha el sujeto atrapo aquella casa de acampar que se abría debajo de la ropa interior negra de encaje.—Te fascina tenerme aquí dices que no pero sé que mientes.

Masajeo aquella zona, la ropa intima comenzaba a mojarse, Baang abrió la boca para atrapar esa erección bajo el encaje sus manos separaban las piernas, acariciaba los muslos haciendo círculos, el pecho de Jun subía y bajaba continuamente los gemidos escapaban de sus labios, su cuerpo se caía bajo el embrujo de una ola de placer, perdía el conocimiento al percibir como su ropa interior era destrozada por unos dientes que rozaban por su piel expuesta, levanto más la cadera, aquel contacto era demente, el calor se esparcía por su piel, sus pezones despertaban erguiendose en dirección al techo, necesitaba de más, se volvía loco al sentir la forma de unos labios sobre su erección el enfermo ruido al entrar y salir de esa cavidad bucal, se encontraba al limite no tardaría en venirse, un sonoro grito dio aviso de llegar al final, las bragas negras quedaron impregnadas de un liquido blanco pegajoso una navaja rozo sus piernas, el hombre cortaba los ligeros para obtener la prenda intima mojada dejando solo las medias que resbalaron hasta llegar a los tobillos del pelirrosa. 

—No creo que te moleste no traer ropa interior cuando regresemos a casa.—Le comentó irguiéndose para mostrar aquella pantie de encaje negro rota, mordida, la beso, la olió.— Huele a ti.—Confesó perversamente poniéndola a un lado del rostro del chico, se acercó para tomarlo de la barbilla.  —La guardaré para mi, hay veces que olvido que aroma tienes.—Acercó sus labios introdujo su lengua para recorrer el interior con zaña.—¿Porqué tan callado?  ¿No quieres que te escuche tu querido “amigo”? —Le susurró al oído delineando el contorno de la oreja con su lengua.—¿Tienes vergüenza?

—No, no me importa que me escuche solo que me has dejado sin aliento.—Le contestó rodeándolo por el cuello.—Necesito que me beses más, te quiero dentro de mi.—Levanto la cadera para que su despierta erección rozara con la del mayor.—Quiero que me hagas tuyo, penétrame tan fuerte que esta noche no pueda ponerme de pie.—Gritó para que los guardias escucharan.—Soy tuyo YongGuk, solo te deseo a ti, bésame, muérdeme haz que pierda la razón como solo tu sabes.—Sus manos se deslizaron por ese grueso cuello, caminaron por los ojales de la camisa para liberar los botones, se levantó un poco para morder los hombros desnudos, las clavículas manchadas de tinta negra, dejó caer la prenda al piso sus dedos continuaron el recorrido hasta llegan al abdomen, a la cintura del pantalón  donde liberó la erección.— Hazme gemir hasta quedarme sin voz.

Abrió las piernas elevando la cadera para que ambas hombrías se encontraran, un grave gemido se escapo por los labios del líder de la mafia quien sujeto las manos de su presa para pegarlas  a la superficie de la mesa cada una al extremo de la cabeza, se acercó a su cuello blanco para proporcionarle una mordida, hundió su dientes para dejar la calca perfecta de su dentadura continuo por el pecho, dejando la piel roja y humedad cuando llego a los botones rosas despiertos primero los envolvió en su lengua como si se trataran de chocolates kiss derritiéndose en su boca, como toque final mordió la punta causando que un grito escapará de la boca salivante del pelirrosa que levantaba y movía sus caderas para que las erecciones continuaran frotándose mutuamente, al ver que esos pezones no eran rosas sino tomaban el tono carmín los dejo de torturar y continuo hasta llegar al abdomen que se contraía, libero las muñecas de su amante llevo sus manos a su erección para abrirse camino por la entrada e ingresar, la columna vertebral de Jun se arqueo ante el toque, las embestidas se volvieron más fuertes y el coro de gemidos se compagino para aumentar el volumen, las largas piernas antes cubiertas de una tela negra se enrollaron en la cintura del hombre de tatuajes que entraba y salía con salvajismo del interior del hombre que clavaba las uñas en la fina madera de caoba de ese enorme escritorio.

—¡Ah! ¡Ah! Más fuerte Bang, estas tan caliente que me quemas por dentro.—Gemía el menor levantándose para aferrarse a la espalda marcada de su amante, el jefe de la mafia coreana tenia el  tatuaje de un dragón envuelto en llamas cubriendo el 90 por ciento de su espalda.— Córrete dentro de mi.

Ambos cuerpos se movían al mismo compás, en una frecuencia paralela, sus manos se hablaban, sus piernas se tocaban, se entrelazaban, sus partes intima se rozaban, se conectaban en repetidas embestidas, sus miradas se encontraron cuando sus labios hambrientos se buscaron, sus cuerpos se estremecieron al descubrirse perfectos en forma, sus mentes se diluían, olvidaban la forma del entorno que los rodeaba simplemente se tenían a ellos complaciendo su desesperada hambre, quedaron arrullados ante los sonidos provenientes de esas dos intimidades entrando en conexión, los gemidos escapando de sus gargantas, sus papilas gustativas se drogaban al descubrir la salinidad de las pieles contrarias que supuraban calor, deseo, cuando llegaron al limite una bomba de emociones exploto en sus nucas por unos segundos quedaron ciegos, mudos, sordos experimentaron del tacto expresado en lo más profundo, sus células entraron en una catarsis liberando endorfina en su sistema, el orgasmo era una exquisita miel corriendo por los muslos blancos del menor, Bang lo sujeto de la barbilla delineo la forma de aquellos labios, solo era el inicio de una historia sin fin. 

 

Zico apretó el puño formado en su mano derecha, cerró los ojos fuertemente deseaba ser sordo para no escuchar al chico dentro de la habitación gemir tan perversamente, ese hermoso niño que conoció hace años, con quien creció viéndolo como su hermano para después transformar ese puro cariño en algo más carnal, ahora era la muñeca preferida del líder de la mafia en Corea, era su culpa, por haberlo dejado cuando más lo necesitaba, fue un inmaduro, un adolescente que viajo a Seúl en busca de grandeza, fallo terriblemente y ahora era un seguidor más de un bastardo cegado de poder,  un tirano que mancilla un hermoso querubín que merecía formar parte del coro celestial a ser tratado como un trofeo, el bastardo de su jefe lo presumia, lo exponía como si de un un animal exótico se tratará. 

 

 

 

JunHong trataba de ponerse de pie pero sus piernas fallaban razón por la cual desistió de su idea original, se enrollo en las cobijas  para sujetar el control remoto y encender el televisor, la puerta del baño se abrió, un elegante hombre en traje apareció con una aura a delicioso perfume rodeándolo, se acerco a  él, deslizo una de sus manos entre sus muslos para comprobar algo un gemido escapo entre esos labios aterciopelados, al obtener lo que buscaba lo beso dulcemente  en la mejilla, Jun levantó la mirada para hundirse en esas orbes cafés, pego su mejilla a esas masculinas facciones.

—Sino quieres salir hoy de la cama puedes quedarte todo el día.—Le habló al oído acariciando su desnuda espalda.—Voy a pedir que traigan algo de comer al igual las prendas que ayer compraste en el centro comercial para que te las pruebes.—Le dio una ligera palmada en el trasero al llegar a la parte baja.—Descansa porque no pienso dejarte libre esta noche. 

El menor asintió sin emitir palabra alguna se mantuvo quieto observando como el hombre terminaba de arreglarse y escapaban de la habitación, Jun miró a su alrededor ahora era el dueño de todo eso, cada capricho se le era concedido, se abrazó a sus rodillas, extrañaba a sus padres, a su hermano mayor si ellos estuvieran vivos ahora compartiría algo de su riqueza pero no le quedaba nadie, se separo de sus amigos para no enredarlos con los negocios de Bang, si él se hundía en un fango de lodo lo haría solo sin lastimar a alguien más, pasados unos minutos la puerta se volvió abrir entonces apareció un chico de cabellos plateados, llevaba una bandeja de comida en las manos.

—Tu amo te manda algo de  comer.—Menciono fríamente acomodando la bandeja sobre la cama.—El jefe no quiere que su mascota favorita muera de hambre.

—Deja de llamarme de esa manera..—Le grito tratando de moverse pero el dolor en sus caderas lo sobrepaso, Zico al verlo de esa manera se acercó a proporcionarle algo de ayuda.—No me toques.—Le  recriminó.— Estoy  muy manchado.

Las mejillas de ambos se  tiñeron rojas, Zico echo un vistazo rápido sobre ese  cuerpo tenía rasguños, chupetones, marcas de dientes, esa piel blanca era como un lienzo por ende los trazos causados por sexo salvaje eran más visibles,  rechino los dientes, ¿Porqué Jun se hacia eso? ¿Porqué venderse?  miró la habitación, la ambición lo había superado, la avaricia es de naturaleza tan ruin y perversa que el humano en su afán de desear más nunca se verá satisfecho; después de comer se genera más hambre, tomo asiento en el borde para acercar la comida al chico, lo trataba como si fuera un enfermo enclaustrado en una jaula de oro.

—¿Porqué? —Cuestionó en tono bajo como si hablara consigo mismo.—Huye conmigo antes de que él se aburra de ti.— Le dijo en tono dulce tomando su barbilla.—Un día dejaras de ser bello para él, se aburrirá de ti, te convertirás en una mercancía más para vender en sus burdeles favoritos.—Acercó sus labios peligrosamente.—O peor aún te volverás carne de cañón que sus amigos quemaran para debilitarlo. 

—¿Quieres que huya contigo?.—Cuestionó esbozando una fuerte carcajada que retumbo en las  cuatros paredes.—Él nos perseguiría hasta el rincón más profundo de este maldito mundo, no te imaginas lo orgulloso y soberbio que es, nunca te perdonaría el haberle arrebatado su juguete preferido.—Lo enfrentó alejándose de su cara.—Conocí a su anterior amante, yo le dije que ella tenía planeado fugarse con uno de sus hombres los dejo escapar ser felices por un tiempo después lo cazo primero a él, envío su cabeza como regalo a la mujer quien terminó  volviéndose loca.—Le masculló pegándose a la cabecera, su mirada era vidriosa siempre cargaría con esa culpa sobre su espalda.— No quiero morirme de hambre en la calle a tu lado, no pienso volver a pasar por esa situación  ya una vez vi morir a las personas que amaba por no tener dinero,  no tocaré ese infierno otra vez.—Colocó las palmas de sus manos sobre sus oídos.—Veté sino quieres que grite o te acuse con él.

El mayor siguió la orden del chico, se puso de pie para tomar la bandeja y acomodarla en una mesa había investigado el pasado de su primer gran amor, los señores Choi murieron a manos de los matones de unos usureros porque no tuvieron el dinero suficiente para pagar sus deudas, el hermano mayor murió enfermo en casa en los brazos del menor, nunca supo como JunHong terminó en las garras de Andrew, el rumor más fuerte era que los usureros para recuperar el dinero prestado a la Familia Choi lo vendieron en uno de sus burdeles del mafioso pero no era cien por ciento seguro ese rumor. 

—No tardaran en atrapar a Baang, la policia consiguió que muchos de sus socios hablaran cuando decomisaron la droga en el puerto.— Agregó el mayor dirigiéndose a la salida.— No tardaran en cortarle la cabeza ya sea sus enemigos o sus propios aliados.—Miró fijamente la figura de ese chico de piel blanca que temblaba.— Tu querido amo ha creado un séquito de enemigos imposible de evadir, he escuchado que defraudo a muchos.

 

 

 

Bang besaba la espalda de su amante quien descansaba desnudo sobre la cama boca hacia abajo jalo las sabanas para cubrirlo de la parte inferior, acaricio su sedoso cabello rosa con suma delicadeza fue esparciendo tiernos besos, hundió su nariz para absorber esa dulce fragancia que escapaba de su piel, era su droga preferida. 

—La Familia Kwon decidió traicionarme así que van a testificar en mi contra.—Habló quietamente delineando con su dedo los omoplatos de esa espalda blanca.— Esta tarde todos los integrantes de esa Familia van a morir, directamente me culparan así que he decidido huir de esta ciudad.— Mordió su hombro derecho dejando una visible marca.— Toda la culpa la tiene ese maldito soplón que avisó a la Policía sobre el embarque cuando lo encuentre juró que lo matare muy lentamente. 

El menor se tensó ante la confesión, apretó el borde de las cobijas cerrando los párpados recordaba que esa noche que Zico lo había encontrado discutiendo con Bang, cuando el jefe de la mafia se fue molesto por la pelea su amigo se acercó a él para comprobar el moretón dejado en su mejilla derecha, Zico enfurecido y juró vengarse de su jefe.

—Quizá es alguien de tus aliados, he escuchado que piensan que te robaste el dinero de su fideicomiso.—Confesó el rubio tratando de levantarse pero se percato que su mano izquierda era encadenada a uno de los barrotes de la cama, trató de zafarse pero no tuvo éxito, miró de reojo como el pelinegro se sentaba al otro extremo ¿Había descubierto que Zico era su amigo de infancia? trató de ocultar sus emociones, conversar lo menos posible con él, sabía del oscuro hábito del hombre por torturar a quienes se atrevieran a voltear a mirar a sus amantes, era un bastardo celoso, enfermo obsesionado con su juguete preferido, no dejaba que nadie lo tocará unos días antes Zico lo había arrinconado en una de las habitaciones volviéndole a pedir que huyeran juntos, confeso amarlo, él sabia que la policia seguía de cerca  las pisadas del terrible Andrew Baang, por ello tuvieron que ir a esconderse a esa casa a las orillas de la ciudad.

—Quiero que hablemos honestamente cariño.—El hombre susurro bajando de la cama para buscar algo en el armario, sacó un pequeño maletín que abrió en uno de los sillones.— Me vas a decir ¿Quién es el bastardo de Zico? ¿Donde se conocieron? y ¿porqué le tienes tanto aprecio? 

JunHong trago en seco quiso girarse pero el agarre en su mano le obligaba a estar de boca hacia abajo, de pronto sintió que la colcha era jalada para quedar completamente expuesto, su cuerpo desnudo se contrajo al percibir una voraz mirada devorando cada centímetro de su figura al desnudo, sintió como esa figura subía a la cama lo jalo de los pies, inicio un recorrido de besos primero por los tobillos continuo hasta llegar a los chamorros, el interior de las rodillas, los muslos bien definidos del menor se encontraban aun pegajosos, con ambas manos Bang levanto su cadera, le dio una par de nalgadas a esos glúteos que saltaron ofendidos, ante el ataque se tornaron rojos entonces algo húmedo se escurrió entre ellos, un olor a flores apareció en el ambiente, era lubricante, el pelinegro dejo escapar un suspiro para acercarse más, de su bolsillo del pantalón saco un pequeño arnés que coloco en la hombría del pelirrosa quien se contrajo ante el tacto, era la segunda vez desde que inicio una relación con el hombre que se lo ponía, la primera fue después de pelear por haberle montado una escena de celos en uno de los burdeles, el menor se opuso a tener sexo de reconciliación debido a que se negaba acostarse con él ante la sospecha de una infidelidad. 

—Sabes lo que significa ¿Verdad?.—Aquel aliento sobre su oreja provoco que su piel se erizara.—No voy a dejar que te vengas hasta que digas todo lo que quiero escuchar.—Beso su su cabello sobre la nuca para descender a su espalda y regar pequeños mordiscos, sus dedos se fueron abriendo paso entre esas nalgas para ingresar sin un previo calentamiento, se deslizaban con tranquilidad gracias al lubricante.—Es mejor que comiences hablar, tengo muchos juguetes que encajan perfectamente en tu trasero.

Un ligero grito escapó de la boca del pelirrosa que se removía nerviosamente por la invasión de tres dedos que se expandían en su entrada, el hombre una vez más busco algo en el bolsillo de su pantalón, saco un pequeño huevo vibratorio con control remoto, el objeto  tenía una capa sedosa, suave, lo llevo a ese trasero donde suavemente lo fue empujando hacia el interior, Jun levantó la cadera deseando más contacto, su hombría comenzaba agrandarse, goteaba ante la estimulación adquirida en su cuerpo, cuando trago aquel juguete este comenzó a lanzar vibraciones su espalda se contrajo, se aferro a las cobijas clavando las uñas, el ovulado huevo se movía vertiginosamente en su interior mordió la almohada necesitaba ser acariciado por las tersas manos de su amante, quería ser mancillado, mordido, besado, marcado no soportaba estar solo bajo el efecto de una cosa mecánica, anhelaba el calor de una piel envolviéndolo. 

—Eramos vecinos de niños, el vivía un piso abajo de nuestro departamento tenia la misma edad de mi hermano mayor por eso pasaba mucho tiempo en nuestra casa.—Articulo dolorosamente al percibir que las vibraciones aumentaban, ahora un dildo comenzaba a ser sobado en sus mojados muslos.— Me trataba como su hermano menor pero cuando cumplí 11 años sus padres tuvieron que mudarse no volví a saber nada de él hasta el día que lo presentaste como tu nuevo guardaespaldas.

Un gemido se ahogo en las almohadas, aquel juguete sexual penetro su entrada, sintió el abrazo de esas estrías abriendo paso en sus paredes que se contrían por la invasión, el huevo quemando sus entrañas vibraba a su máximo nivel, su excitación contenida en aquel arnés le prohibía encontrar el placer anhelado, era una constante dolorosa, las sabanas debajo de él eran mojadas por el liquido preseminal que escurría por el objeto causante de su tortura que alcanzo un nivel alarmante cuando aquel dildo fue encendido, solo escuchaba a su espalda la risa macabra del hombre que disfrutaba jugar con su entrada, no estaba contento con aquella declaración necesitaba saber más, él no hablaba mucho pero sus acciones, sus gestos terminaban el mensaje que enviaba, Jun mordió su labio inferior necesitaba algo más para alcanzar el orgasmo, con todos esos objetos en su interior no le bastaba.

—Me pidió escapar con él, confesó que me ama. —Por fin habló fue entonces que las risas se detuvieron, Bang dejó de jugar y se subió a la cama para acomodarse a un lado del menor, lanzó el dildo al piso, para repegar su pelvis a ese desnudo trasero levantado al aire.— Tiene un plan, durante la redada que la policia te haga nos escaparemos con el dinero que tengo viajaremos al extranjero donde nos ocultaremos.—Bang pegó más su cadera rozando con ese trasero.—Por favor no le hagas daño.

—Luces tan hermoso cuando no puedes correrte.—Le susurro pegado a su cuello deslizando su mano hacia los pezones erectos donde coloco unas pequeñas pinzas, un grito escapo de esa boca suave.—Que bella historia de enamorados tengo tantas ganas de llorar.—Fingió con una risa cargada de molestia, lamió  una vez más el contorno de su oído.— Esa noche cuando la policia encontró mi cargamento tu querido novio había pedido la noche libre, su madre estaba enferma dijo.—Una carcajada se escucho por toda la sala, dientes se clavaron en el hombro a tal grado de causar una herida sangrante.—Tú interviniste para que le diera permiso así que ustedes pequeñas ratas fueron las traidoras.

Bajó su pantalón y sin previo aviso introdujo su erección en el trasero de Jun, cada vez que lo invadía Bang sentía aquel huevo moverse, el hombre estaba cargado de celos, su cordura desaparecido junto con su calma, no le importaba partir en dos a ese traidor, lo embestida con fuerza, Jun no dejaba de gemir, eso era lo que necesitaba para alcanzar el orgasmo, se volvió tan dependiente a esa sensación, sin Bang en su cuerpo no se sentía completo, la danza agresiva fue bajando de nivel, el mayor deslizo sus manos por la cadena que ataba a su amante, lo liberó para tenerlo de frente, mordió sus labios sin un menor grado de delicadeza, Jun comenzaba a quejarse sobre el dolor de su entrepierna, el indulgente y engañado jefe de la mafia libero a su presa de ese arnés.

—Espero cuando ese bastardo te este jodiendo puedas correrte.—Acercó su boca, las respiraciones se entremezclaron, llevo sus dedos a esa zona, Jun envolvió su lengua, los mojo.—Espero que tu maldito hoyo no le quede grande.—Sus ojos desprendían ira pura, el pelirrosa debajo de se ese cuerpo se contoneaba para volver las embestidas en una danza frenética de caderas.— Cuando te este jodiendo me recuerdes a mi, yo estaré en tus mejores sueños, eres una maldita zorra que solo se abre ante mi.—Quito las pinzas de esos pezones para besarlos.—¿Lo deseas a él?

No, no, esa era la respuesta que la mente de JunHong gritó con franqueza, intercambio lugares para estar encima del mayor, elevo los brazos sus caderas se meneaban hacia arriba, hacia abajo para volver el contacto más profundo, devoraba aquel miembro desesperadamente, sus palmas abiertas fueron deslizándose por su pecho, dorso, abdomen, hasta posarse en el tatuaje del mayor que miraba embrujado a tal ángel, que mordía su labio inferior, ronroneaba como un dulce gatito buscando su alimento preferido, sus miradas se cruzaron, el hombre levanto el brazo acariciando la mejilla la deslizo por ese cuerpo hasta posar ambas manos en esa cintura de fuego, ahora él impuso el ritmo de los asaltos, clavo sus uñas en la espalda baja, las hundió hasta levantar la piel, ambos llegaron al limite, la espalda del menor se curvo hacia atrás, sus entrañas se quemaron con liquido blanco fue entonces que sin previo aviso las manos clavadas en su cuerpo lo lazaron lejos, el líder de la mafia saltó fuera de la cama subiéndose el pantalón, Jun se hizo un ovillo mientras expulsaba el huevo junto con una sustancia blanca que manchaba su entrepierna y sabanas. 

—No le hagas daño.—Dijo balbuceando  tratando de moverse.—Él no fue el soplón fui yo.—Su mirada se volvió vidriosa estiro el brazo aunque llego al orgasmo algo le faltaba.—A quien debes matar es a mi.     

—Luces tan hermoso cuando ruegas para que salve a tu amado.—Contestó con una sonrisa colocándose la camisa, se giro hacia el chico lo sujeto del cabello.—Me aburrió el tono rosa ahora lo quiero rubio.

 

 

Zico corría entre los pasillos buscando a JunHong alguien le había avisado a la policia que Andrew Baang tenía pensado escapar esa noche, se había organizado una redada en la mansión, era claro que si el menor sería llevado a la comisaría lo ingresarían a la cárcel por conspiración y organización ilícita, el amante del líder de la mafia había participado activamente en algunos intercambios de droga, cerrado tratos con  otras Familias cuando abrió la puerta de la oficina del líder se encontró a un, ahora,  rubio sentado en uno de los sillones.

—Jun debemos irnos no tardarán en llegar los federales.—Le indico alertado miró su rostro tenía una mejilla  morada.—Ese maldito bastardo volvió a golpearte juró que lo hundiré en la maldita prisión, le haré vivir el peor de sus infiernos. —Tomó del rostro a un chico que tenía la vista perdida en el horizonte.—Cariño debemos irnos, tenemos que huir. 

—Que malagradecido eres Zico—Una grave voz apareció detrás de su espalda, el mencionado se dio media vuelta  descubriendo al jefe sentado sobre una esquina de su escritorio.— Que grosero he sido oficial Woo,.—El mencionado abrió los ojos sorprendido ¿Como se había enterado que era un policía infiltrado?.— Yo también tengo en mi nomina algunos hombres con placa.— Emitió una perversa mueca.— Debo admitir que todo esto es muy romántico.—Aplaudió el hombre acercándose a la pareja, Jun no se inmuto ante la declaración.—¿Jun qué debería hacer? .—Se acercó al rubio para agacharse y colocar su rostro en su rodilla para mirarlo de frente.—¿No crees que es lindo? el guión perfecto de una historia de amor, dos amigos de la infancia que se encontraron en la adversidad descubriendo que su amor podía destruir hasta el jefe de la mafia coreana.

Elevó su mano para acariciar esa mejilla mancillada por un tono morado chasqueo la lengua molesto cuando sintió el cañón de una arma golpear su nuca, su mirada se cruzo con la del rubio, Zico apuntaba fijamente a la yugular de ese hombre no dudaría en hacerle un agujero si intentaba algo extraño, Bang elevo ambas manos en señal de rendición pero nunca deshizo su mueca de autosuficiencia. 

—Te vas a quedar quieto hasta que lleguen mis compañeros juró que te hundiré en la más asquerosa celda que encuentre.— Le escupió sin apartar la vista, Bang se erigió, sus ojos seguían puesto en Jun.— Nunca volveré a dejar que le pongas un dedo encima a JunHong, él ahora me pertenece. 

Bang dejo escapar una carcajada. 

—Debes tomar una decisión oficial, huyes con Zelo antes de que lleguen tus compañeros y me dejas libre o me entregas a la Justicia pero tu hermoso Jun se irá conmigo,  te juro que todas las noches lo venderé al mejor postor, dejaré que los cerdos lo devoren y te enviaré fotografías para que disfrutes verlos como se joden a la maldita zorra de tu noviecito.—Habló fríamente haciendo énfasis en cada una de sus palabras el silencio se envolvió en un tensa nube rodeándolos.—¡Tic tac, tic tac! Oficial debe tomar una decisión rápido,  no tardaran en llegar los cerdos de sus amigos, se abrirá una guerra cuando los federales lleguen eso te lo puedo jurar.—Su sonrisa se expandió, el hombre se dio media vuelta para de ver de frente a su enemigo, el cañón ahora apuntaba a su frente.—He preparado una bienvenida muy a mi estilo.

Zico dudo un segundo, intercalo su mirada entre el hombre  y el rostro de su mejor amigo que parecía no volver a la realidad ¿Lo había drogado? maldito bastardo usaba a Jun como seguro de vida para  escapar, era un ruin bastardo sin sentimientos, cegado por su orgullo, acciono el gatillo, mataría a Andrew y escaparía con Jun, esa era la tercer poción que tenía para elegir, no le importaba si lo tachaban de traidor, huirían algún lugar en el extranjero golpeo las piernas del hombre para obligarlo arrodillarse,  sus facciones se contrajeron así que acciono el mecanismo para disparar

—No lo hagas.—Intervino el rubio sacando una arma, se puso de pie  y le apuntó a su amigo.— Lo siento mucho pero no puedo dejar que le hagas daño.—Habló con lagrimas en los ojos.—Estaba furioso, me habías jurado no volver a engañarme y esa noche llegaste con olor a perfume barato.— Dirigió sus ojos a Bang arrodillado.—Fue por eso que fui a reclamarle a esa maldita zorra pero tú la defendiste, me abofeteaste. —Le reclamo sin dejar de apuntar a Zico que no entendía el monologo.—Fue tan sencillo alertar a la policia, con una llamada anónima destruí parte de tu imperio.—Ahora apuntaba a la cabeza de su amante.—Te lo advertí muchas veces.—Zico trató de quitarle el arma pero el rubio fue más rápido le volvió apuntar en la cabeza.—Lo siento, solo fuiste parte de una pelea marital.  

—Así que era verdad.—Una burlesca sonrisa apareció en la boca del hombre de cabellos negros que se puso de pie para girarse y golpear al chico de cabellos plateado que estaba desaprevenido.—Todo este maldito caos por unos estúpidos celos.—Se acercó al menor para sujetarlo de la barbilla.— Niño caprichoso, supongo que lo dicho anoche también fue parte de tu venganza.—Lo beso, cuando Zico trataba de ponerse de pie dos hombres aparecieron para sostenerlo.—Llévenlo al sótano y mantengalo ocupado hasta que lleguen sus amigos a salvarlo.—Lo miró de frente y  sujeto de los cabellos.—Mira perfectamente a Jun porque será la última vez que tengas el placer de disfrutar de su belleza.

 

 

Zico cruzo la puerta de aquel Hospital donde llevaba 3 meses en recuperación, después de ser llevado a los calabozos subterráneos le dieron una paliza que casi muere desangrado, cuando los oficiales llegaron atrapar al líder de la mafia este los enfrento, una guerra de disparos se liberó, el capo trato de escapar en un helicóptero pero este se desplomo provocando una terrible explosión todo apuntaba que él juntos con varios de sus hombres murieron pero el oficial lo dudaba, Andrew era lo bastante astuto para prevenir algo de esa magnitud, no dudaba que todo aquel derramamiento de sangre fue la tapadera perfecta para su escape al extranjero, las lineas de investigación arrojaban que el hombre robo un fideicomiso creado por todos los mafiosos de Corea, les había tendido también una trampa a sus socios, camino por la banqueta rascando la escápula que llevaba en la mano derecha, no existían rastros de JunHong Choi, se sospechaba que también murió en el fuego cruzado pero no existía un cuerpo al tratar de cruzar un callejón un auto negro se detuvo frente a él, dos hombres aparecieron lanzándolo en el interior, sus ojos se abrieron sorprendido por la persona que estaba al otro extremo de esa limosina 

—Oficial Woo es un placer volver a verlo.—Un hombre de cabellos negros, traje sastre emitía una sonrisa quitándose los lentes negros.—Aún quiero volarle la cabeza pero he venido a cumplir mi parte del trato.—El auto continuaba moviéndose entre las calles.—Ha hecho un trabajo excelente. 

Zico rasco su mano con la escápula días después de despertar un extraño sujeto se presento en la habitación del Hospital con un trato entre las manos, él declararía que el líder de la mafia mato ante sus ojos a su amante y disolvió en acido su cuerpo después de eso aseguraría que el mafioso no tenía un plan B para escapar, su única ruta consistía en aquel helicóptero, esa fue la declaración oficial del ahora comandante Woo, quien por su labor subió de rango, la recompensa de tal traición era la libertad de él y JunHong, Andrew lo liberaría, lo dejaría ser feliz a su lado.

—¿Donde esta Jun? —Cuestionó intrigado cuando llegaron a una casa a las afueras de la ciudad, el auto se detuvo y ambos salieron.—Espero esta no sea una de tus malditas trampas.

—Honestamente no.—El hombre dijo recargado en el auto sacando una cajetilla de cigarros, su chofer encendió uno.—Aquí esta la respuesta de Jun.—Estiro la mano para entregarle una carta, Zico la sujeto.—Me agradas aunque quiera volarte la cabeza me sigues cayendo bien.—Dejó escapar una nube de humo, tronó los dedos fue cuando el chofer saco un maletín de la cajuela y la lanzo al piso donde la abrió.—Este regalo es de mi parte, no me gusta quedar a deberle a nadie.—Eran varios fajos de billetes, Bang terminó de fumarse ese cigarrillo para lanzar la colilla al piso.—JunHongie solo tiene la cara de ángel ese fue tu problema, creíste que su alma era pura como su piel pero estabas equivocado.—Emitió una mediana sonrisa.—Debo irme se pone bastante irritable sino llego antes de la cena, te recomiendo nunca casarte. 

Zico no comprendía las palabras observó como ese hombre subía al auto y se alejaba por el camino recorrido anteriormente, se dejo caer en el pasto con la carta en sus manos, extendió el papel blanco que solo poseía un pequeño párrafo hecho a toda prisa. 

 

“Hola JiHo, quisiera decirte las palabras escritas en esta carta de frente pero YongGuk ha dicho que es peligroso para ambos regresar a Corea quisiera dar esa excusa pero la verdad es que no quería volver a ese País, cuando nos volvimos a encontrar me preguntaste si cuando era niño estuve enamorado de ti, mi respuesta honesta y rápida fue un si, claro que tu fuiste mi primer amor aun cuando nos encontramos años después despertaste viejos sentimientos en mi interior pero nada se puede comparar con la obsesión que Bang ejerce en mi, mi interior fue carcomido por un veneno, creías que después de 10 años yo segura siendo el mismo ¿En verdad? lamento decirte que te equivocaste, las personas cambian, evolucionamos a otra entidad, negativa o positiva, en mi caso decidí ser devorado por la oscuridad, mi corazón se volvió de hielo cuando presencie como mi hermano moría en mis brazos ante los ojos desesperados de mis padres que no tenían dinero para pagarle el Hospital pero también pereció a causa de la hambre, los matones de los usureros llegaron y asesinaron antes mi a mis progenitores ¿Crees que soy capaz de amar después de presenciar algo tan cruel? lo siento, la inocencia, pureza que un día te cautivaron de mi ha desaparecido solo quedaron retazos de mi en esta forma hueca llamada cuerpo, esos hombres me vendieron al burdel de Andrew Baang, él como el bastardo egoísta que es me tomo como su amante, la primera vez que me llevo a su casa no me forzó a tener sexo dijo que era demasiado flaco no lo atraía, cuando por fin decidió que estaba en buen estado lloré como una niña la primera vez que me hizo suyo, él lamió aquel húmedo llanto, si me preguntas si él me ama creo no tener una respuesta apropiada quizá tengas razón cuando se aburra de mi me botará pero juro que todas las noches lanzó un hechizo mientras duerme para que nunca me deje ¿Lo amo? no sé, perdí la definición de esa palabra puedo decirte que solo con él mi corazón late hasta quedarse son aliento, lo necesito dentro de mi, sus besos, sus caricias, sus marcas, es una enfermedad devorándome y no quiero la cura, lo siento tanto, perdóname por haberte dado alas que nunca existieron, sabía que Bang había tomado el dinero del fideicomiso por eso le dije que te usará para borrar nuestros rastros del sistema ahora, y por un tiempo muchos nos creen muertos, nos has regalado un tiempo importante mientras él consigue más aliados en el extranjero, JiHo espero seas feliz que encuentres a tu damisela en peligro, sé el héroe que quieres ser, porque yo no soy el protagonista bueno de esta novela, junto con YongGuk represento al villano. Espero seas feliz. ”

Notas finales:

Aqui esta el mini oneshot espero no decepcionarlas, en teoría tenia tres lemons pero al final solo fueron dos, :( espero le guste xD muchas gracias por sus reviews, las invito a seguirme en wattppad, en este momento el capitulo tiene una imagen creada por la hermosa nemu, esta fanart pueden verlo en mi pagina de facebook o en wattpad https://www.wattpad.com/303280693-colecci%C3%B3n-oneshots-bap-el-arte-del-enga%C3%B1o


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