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Me before you por ritsuka10

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DaeHyun caminaba por los pasillos de la empresa sumergido en la furia surgida en su alma, su boca pastosa mantenía el sabor agrio desde el sábado en la tarde donde recibió el mensaje de su amante cancelando la cita, quizá la anulación fue un factor determinante para alterar su estado anímico pero su mayor fuente de rabia era que el menor no hubiese aparecido el domingo o haya contestado sus llamadas, sus mensajes, es como si estuviera perdido,  cuando trató de conseguir su dirección se percató que no sabía nada de él, si un día el menor desapareciera no habría forma de contactarlo, eso lo aterro y aumento su frustración, aceleró el ritmo de su caminar, ansioso que los ensayos calmaron sus carniceros celos cuando giraba por el pasillo logró ver hacia la banqueta del edificio  de en frente, el Director Kim abría una de las puertas de un auto ese acto no llamo su atención sino la cabellera naranja que salió del interior, ambos personajes se abrazaron no sin antes que el menor recibir un beso en la frente, el contacto era fraternal. 

—Parece que han vuelto, dicen donde hubo fuego cenizas quedan.—Una chica le murmuró a su compañera, ambas parecían ser empleadas administrativas.—¿Sabes que el Director Kim paga su colegiatura de le Universidad? .—La mujer de cabello negro, que lucia más joven negó.—Bueno lo sé porque soy su secretaria personal, esto queda entre nosotras pero ese chico no solo estuvo enredado con el Director Kim sino también con el CEO.—DaeHyun se escondió más en su rincón, en el punto donde las mujeres no lo vieran.— Fue amante del CEO, claro antes de que este se casará, él le compre el departamento donde vive y quien dio ordenes de aceptarlo como empleado de medio tiempo en la cafetería, me agrada el chico pero tiene un pasado bastante turbio.

El cantante emprendió el camino de huida, no quería continuar escuchando una frase resonaba por su cabeza “Si el río suena es porque agua lleva”, los rumores alrededor del pelirrojo de la cafetería crecían exponencialmente, algunos demasiado fantasioso para ser ciertos pero otros con algo de lógica hasta podrían pasar como reales, Jung conocía a la mujer que habló, era conocida por ser una tumba así que si esas palabras se le salieron fue porque eran verdad,  sacudió la cabeza tratando de alejar los malos pensamientos pero a veces esos son los únicos que poseemos cuando el dolor inunda nuestros pulmones impidiéndole al aire escapar,  su suerte no mejoraba debido a que cuando pasaba por el lobby se encontró a ese sujeto de oscuro pasado, que taladraba su cabeza con los peores escenarios, la confianza es un frágil lazo que tarda años en construirse pero en un segundo puede desaparecer, mientras los celos es un caprichoso cachorro que si no se le sabe educar puede convertirse en la peor de las bestias, su respiración se entre corto al tener de frente a ese sujeto con su eterna sonrisa.

—Hola Dae, lo siento sobre este fin de semana.—Comentó tratando de ocultar su inevitable emoción, se acercó mirando para todos los lados para que nadie más los viera al notarse solos, sus labios llegaron a su oído derecho para susurrar sensualmente.—Prometo recompensarte esta noche ¿Te parece bien si te espero en tu departamento?

—Lo lamento pero voy a estar ocupado.—Se alejó agresivamente, Jae levantó la ceja con duda ese comportamiento no era común en él, no era frío como en ese momento su mirada le acusaba.— Tengo que irme.

El menor se quedó con las palabras en la boca, el brazo extendido y una herida en el pecho que parecía ir supurando dolor, jamás pensó que el mayor le enfureciera su cancelación a tal grado de mirarlo de manera tan cruel, ese no era su DaeHyun, ese alegre bribón que generalmente trata de robarle besos aún en las instalaciones de la empresa, quien en cualquier otro momento lo hubiese ahogado en abrazos, caricias subidas de tono, llevó la mano derecha a la altura de su pecho, algo en su interior se quebraba, esa extraña sensación era similar a cuando HimChan entre sueño llamó el nombre de su eterno amor aún cuando compartían cama, era un sentimiento que amargaba su garganta corrió por los pasillos en busca de los baños, ingresó en uno vacío donde vomitó, no, era imposible que el lazo  formado con ese nuevo individuo tuviera hebras tan fuertes como las construidas por HimChan, se suponía que el Director sería su eterno amor, se doblegó de dolor ¿Porqué sus entrañas hervían? ¿Porqué dolía un rechazo tan efímero?  ¿Porqué? ¿Porqué el miedo lo devoraba como pequeñas larvas adentrándose por cada poro de piel? La pesadilla más aterradora que los humanos experimentos es aquella donde no podemos controlar nuestro propio cuerpo, cuando nos vemos títeres de las emociones que otros ejercen sobre nosotros, ser un muñeco sin vida propia, dependiendo de alguien más, ese es el peor de los miedos que logramos experimentar.

 

 

YongNam chasqueaba la lengua apáticamente sus últimos días se dividían en dos momentos aquellos donde él acaparaba toda la mañana al rubio, practicaban deportes extremos, jugaban, salían a correr, practicaban movimientos de baile, claro siempre sin la pesada supervisión de su hermano mayor que debía pasar la primera parte del día en la oficina, la segunda sección el chico de sus deseos se transformaba en el enfermero personal de su hermano mayor, acto que le irritaba porque demostraba lo dependientes que eran entre ellos,  se puso de pie decidido a caminar hacia  la oficina de su rival directo, esa mañana JunHong había decidido salir a almorzar con sus amigos JongUp y Dakota, trató de acompañarlos pero nuevamente el CEO lo detuvo alegando que los menores necesitaban conversar libremente sin presiones externas, abrió la puerta con toda el hastío acumulado.

—¿Haz olvidado tus modales? Hermano.—Le cuestionó el hombre detrás del escritorio, YongGuk no soportaba un segundo más a su gemelo desde el momento que arribó deseo sacarlo de su casa, pero sus bestiales celos se calmaban al pensar en JunHong, no quería alejarlo de él, que le temiera a su carácter.—  ¿qué quieres? No me gusta que me vean como si fuera un espécimen en un zoológico, habla de una vez.

—Me gusta JunHong.—Fue directo en confesar sus sentimientos, no le gustaba andar con rodeos menos con su hermano de quien sospechaba tener los mismos sentimientos .— Por esa razón quiero que te mantengas alejado de él.—El menor levantó el rostro para enfrascarse en una pelea visual.—Dices odiar que te tengan lástima pero te gusta actuar como un perro lastimado para obtener su atención, abogas a su amabilidad, a la deuda que enviaste sobre su espalda al “salvarlo”.—A Guk no le gustaba el tono usado, ni la intención de esos argumentos.— Seamos honestos hermano, nacimos del mismo vientre, compartimos todo, sé cuando sufres, tenemos el mismo rostro, poseemos una extraña conexión y no sería raro sentirnos atraídos por el  mismo ser humano.—Colocó ambas palmas abiertas sobre la superficie del escritorio.— Jun es un ángel, uno que posee una cegadora aura, hay que poner las cartas sobre la mesa .

Bang menor chasqueo la lengua puso los codos sobre el contorno del escritorio de madera de caoba, era cuestión de tiempo liberar esa pelea, no era estúpido para comprender los comentarios de doble sentido que Nam escupía durante la cena, acosando a todo momento a Jun, quizá de ambos la mejor opción para el adolescente era el mayor de los gemelos pero YongGuk no conocía la derrota, él no era de los hombres que se echaban para atrás, ahora él tenía el corazón de Jun, creía en sus palabras cuando decía amarlo con sus defectos, todavía incompleto lo adoraba, quería creer en ese juramento, no doblaría las manos, pelearía por él hasta el último aliento ese era el juramento que se había hecho a si mismo, librar una guerra contra sus enemigos quienes se propusieran a separarlos, solo Jun podía detenerlo.

—Creo no necesitas que haga mi confesión.—Su tono era más oscuro que el de su gemelo, sus dedos se entrelazaron para sostener su barbilla un aire egocéntrico se poso sobre su posición.— Quiero que te vayas de mi casa como puedes darte cuenta no tendré a mi enemigo viviendo bajo el mismo techo.—Su mirada era profunda, no pestañeaba un segundo, sus ojos desnudaban el alma de su contrincante, erizaban su piel.—JunHong es mío y te quiero lejos de él.

—Maldito tramposo.—Gritó el mayor lanzando los papeles hacia el piso conocía esa mueca de malevolencia.—Me quieres mantener alejado de él, escondiéndolo en esta maldita cárcel de oro, sabes te lo dejaría si en verdad lo amarás pero no la haces Bang, estás encaprichado, solo es un momento de distracción te sientes atraído por él porque piensas que esta roto, que necesita tu protección.—Sus facciones se endurecieron, los gemelos Bang eran “amables” personas pero como niños mimados poseían la arrogancia como uno de sus grandes defectos.— Quizá en este momento Jun se quede a tu lado pero solo es lástima, ¿No te has dado cuenta?.—Una socarrona sonrisa se formo en sus delgados labios.—Él es como tú, él se siente atraído a tu fatalidad, quiere remendarte como una vieja prenda abandonada,  a diferencia de ti es que siempre estará pegado a tu lado porque nunca dejarás de ser un inválido, nunca podrás volver a ser un hombre completo por ello desde ahora él se decide por ti sin haberme tomado en cuenta.— Su voz no temblaba, hablaba en serio, sus palabras no era consecuencia de los celos, de la exaltación de un amor unilateral sino de la observación diaria, la garganta de YongGuk tembló por un segundo. —Tienes miedo de la verdad, te aterra comprobar mis sospechas ambos sabemos que estoy en lo correcto, lo quiero Guk, lo amo honestamente como tu amaste a tu esposa, deseo pasar el resto de mi vida a su lado como una vez tú lo anhelaste.—La rabia se esparció por la piel del menor, él también lo quería, él también quería pasar el resto de sus días con su compañía.— Dejá de ser un maldito egoísta, un niño encaprichado con un chico que no amas, no lo quieres, solo lo necesitas para que te acompañe en esta amarga soledad donde estas sumergido, te sientes solo, te haz cansado de esta fría casa, quieres sentirte vivo pero es una ilusión nunca podrás ser feliz porque los remordimientos no te abandonaran, debes aceptar tu castigo porque fue  tú culpa.—Bang abrió los ojos de golpe estaban inyectados de sangre, su propio hermano repetir la frase que muchas veces él se gritó al espejo, nadie antes de sus allegados se atrevió a  decirla en voz alta en su presencia.— El que estés en esa silla de ruedas fue consecuencia de tus actos debes entender que de ahora en adelante tú eres el roto, tú eres el incompleto encerrarte en tu burbuja de que nada ha cambiado no te ayudará, nunca podrás volver a ser quien eras, entiende que ahora eres un discapacitado. —No se mordió la lengua en in ningún momento porque eran su corazón el que gritaba desde su estomago.—Eres un lisiado que será el objetivo de burlas y comentarios lastimosos de las personas que lo rodean, aprende a vivir con esa verdad y desde ahí hazte más fuerte pero no arrastres a un niño que no tiene la culpa.

El menor de los Bang estiró los brazos para terminar de tirar los papeles sobre la mesa se llevó las manos a sus oídos, apretó los dientes, la ira se apoderó de sus movimientos por ello alejó al mayor cuando este quiso sostenerlo, YongNam dio un paso atrás, siempre guardo esos pensamientos por creerlos inapropiados pero era momento de decirle la verdad no de manera tan fría pero siendo honestos su hermano tuvo la culpa de aquel accidente de auto, su imprudencia, su descuido acabó con la existencia de 5 personas por su dinero eludido la cárcel pero no lo absolvía de la justicia divina, Nam creía que su hermano sufría porque no aceptaba su discapacidad, aún soñaba con volver a caminar, en algunos casos la esperanza era el peor enemigo, ese era el real rival del menor, no aprender aceptar que era diferente por lo tanto no encajaba en su antigua vida,  se sorprendió al ver que regresaba al oficina, ese no era su lugar ahí lo humillarían, sus empleados se burlarían de él, lo menosprecian, lo llenarían de apodos y esos actos vandálicos mermarían su fuerza, el gemelo mayor actuaba como esa madre sobre protectora que prefiere esconder a su hijo que dejarlo enfrentarse al mundo, es bueno de vez en cuando recibir unos golpes, caer al piso, porque quizá solo de esa manera aprendamos a levantarnos, seamos más consientes del mundo que nos rodea,  no todo es una burbuja pero YongNam no entendía esa filosofía, él deseaba que su hermano viviera para siempre encerrado en aquella mansión.

—Lárgate de mi casa, no quiero volver a verte.—Le gritó enfrentándolo.—No conoces los detalles de esa noche así que no sabes de lo que hablas.— Elevó la voz.—Te quiero fuera no por amar a Jun sino por haberme insultado. —Señalo la puerta de donde apareció la señora Lee un poco alterada.—Ayúdalo hacer sus maletas no soportaré su presencia otro minuto.— Se dirigió a la mujer que asentía, regresó la vista a su gemelo.—Te voy a demostrar que este discapacitado es lo doble de hombre que tu, Jun se quedará a mi lado.

—No cantes victoria hermano.—Le escupió decepcionado de su actitud tan inmadura. —Estoy seguro de mis sentimientos y los de JunHong, te vamos a demostrar la verdad con actos y no con palabras. 

 

JunHong miraba por quinta vez el umbral de su puerta desde que llegó le pareció extraña la desaparición de YongNam en varias ocasiones quiso cuestionar la ausencia pero no quería iniciar una pelea con Guk mientras Dakota estuviera presente, la cena se llevó con relativa calma de hecho le pareció increíble la buena química que su novio tuvo con su amiga, situación que lo sorprendió debido a  que no experimentó celos, ¿era extraño no sentir molestia cuando tu pareja trata bien a tu amiga? aquel pensamiento lo agobio, Guk fue lo contrario cuando su hermano arribó a la casa trataba de ocultarlo pero era obvio que le molestaba que Nam tuviera atenciones con él, Jun experimento celos con Jae en un inicio pero ahora que lo pensaba eran distintos, se dejó caer abatido sobre las almohadas sumergido en sus pensamientos, unos para anda saludables, de pronto el sonido de las teclas de un piano se coloraron por sus oídos por inercia se puso de pie para seguir aquellas dulces melodías,  el tono usado era melancólico, nostálgico, los artistas suelen tener magia entre sus dedos cuando tocan algún instrumento, caminó por el pasillo hasta llegar a una de las habitaciones, la cual generalmente estaba cerrada como muchas de esa mansión, se detuvo bajo el marco de la puerta para observar el interior, YongGuk sentado en una banca deslizando sus delgados dedos por la linea blanca  con manchones negros, una vez más se vio hechizado por ese brujo,  la serenidad que miraba hacia el horizonte perdido en sus pensamientos, embriagado por las notas tristes cargadas de melancolía,  sus facciones marcadas, sin una sonrisa, sin un rastro de alegría, es como si otro individuo controlará  su  cuerpo,  no era el YongGuk que conoció, ese hombre que apretaba los dientes inseguro cuando asistía a un lugar rodeado de extraños, agotado por evadir las miradas que se enfocaban en su silla de ruedas, no era ese enfermo necesitando su apoyo, la imagen de un Bang distinto al que conocía le aterro, uno que no lo necesitará le causo temor.

—Es Nocturne Op. 9 de Chopin.—La palabras escaparon de sus labios sin quitar la vista de las teclas.—Hace mucho que no la tocaba antes lo hacia porque..—Se detuvo en ese segundo porque el rostro de su hija llegó a su cabeza, le tocaba a ella para que durmiera cuando era una bebé, cuando se volvió una niña ambos jugaban en las tardes, le enseñaba a tocar notas sencillas.—No tiene caso recordar el pasado.—Habló fríamente iniciando una melodía más oscura solo aprendió a tocar piano porque HimChan lo deseaba, los inscribió a ambos lo acompaño porque no había razones para no aprender.— Pareces sorprendido.

—Es extraño verte de esa manera.—Susurró recargando su hombro en el umbral, si un día YongGuk volvía a caminar ¿Qué cambiaría entre ellos? .—¿Dondé esta YongNam?.—¿porqué le preguntaba eso? en un momento tan intimo ¿porqué mencionar el nombre de otro individuo?, la sonrisa en el rostro de YongGuk se borró sus dedos comenzaron andar de prisa para interpretar Fantasía Impromptu en C menor del mismo autor.— ¿Han peleado? 

El CEO se negó a contestar para continuar sumergido en interpretar las notas creadas por  el compositor polaco-francés acto que desagrado al menor quien sin querer evoco las palabras sueltas que en repetidas veces YongNam susurró a su oído, eran mensajes subliminales que a la primera no tenían sentido pero si aprendían a leer entre líneas se captaba el mensaje, “Mi hermano solo se siente atraído a la fatalidad, es como esos artistas que quieren vivir una cruzada por los desamparados”, “Ese Kim fue echado por su Familia por eso mi hermano lo adopto como si fuera su sangre”,”YoungJae un prostituto de mala muerte con el que Guk hizo su buena obra de caridad”, “Eres como él por eso siempre cumples sus caprichos, piensas que depende de ti y por ello no puedes alejarte” abrió los ojos sorprendido por sus propios negativos pensamientos, su cariño no eran espejismos nacidos de la gratitud que un mendigo le tiene a la mano que le tiende algo de alimento ¿Verdad? sacudió la cabeza, las palabras de ese hombre taladraban su mente, ensuciaban sus ideales, enfermaban sus emociones, lo hacia dudar de si mismo, de la cálida sensación noches anteriores experimentadas, era como un virus infectando cada uno de sus recuerdos llenos de luz apretó fuertemente la mano formando un puño. 

—¿Quieres que te enseñé?  .—Guk detuvo sus movimientos para estirar el brazo, Jun en un arrebato caminó hacia él lo rodeo por el cuello y calló a su subconsciente con el calor experimentado en esos labios.— ¿Qué sucede?

Se dice que si contamos una mentira mil veces hay un momento que comenzamos a creerla, la asumimos una verdad, los mitos y leyendas con el paso del tiempo parecen volverse eventos históricos que fueron de  boca en boca, de esa manera se crean capitulo falsos en la historia,  recuerdos inexactos, lo mismo sucede con los humanos cerramos los oídos, callamos, si no habló sobre el tema quizá desaparezca, quizá se vuelva mentira una verdad, Jun se colgó de ese cuello devorando con ansia esos labios pero por sus oídos alcanzaba a escuchar la voz de Nam repitiendo una y otra vez, “Mientes”. 

 

 

JongUp se despidió de sus amigos, Dakota y Jun seguían siendo solo eso, el sábado no logró juntar el valor para confesarse aunque su cuerpo suspiró aliviado cuando su amiga le comentó que era mejor seguir de esa manera, ser amigos al momento de dejarla en la puerta de su casa, donde ambos se besaron, la rubia también tenía dudas, era normal, ambos parados en un risco con sus dedos entrelazados decididos si saltar a ciegas perder una amistad por un fugaz romance que quizá no es lo que desean en ese momento, Jun los invitó ir a la mansión a cenar pero el Universitario se negó deseaba comprobar algo, apretó los dedos formados en un puño animándose a cruzar el lobby de aquel elegante conjunto de apartamentos, su corazón se detuvo al encontrarse frente a la puerta con el número 1004, sabía que en el interior HimChan descansaba de un pesado día en la oficina, el mayor se lo había confesado en uno de los mensajes, su dedo presionó el timbre en cuestión de segundos la puerta se abrió. 

—JongUp ¿Qué haces aquí?.—Le cuestionó un sorprendido rubio que secaba su cabello juntando las cejas.— ¿sucedió algo? te veo demasiado pálido.— Lo invitó a pasar.—Me estas preocupado ¿Hablaste con tu padre?

—No, todavía no.—Contesto anonadado el menor hasta el momento cada vez que se topaba con el mayor este usaba elegantes trajes pero esa tarde llevaba un pantalón deportivo con una camisa negra sin mangas dejando ver que poseía un formidable cuerpo.—  Solo quería venir a verte, no sé, me sentía extraño y quería pasar tiempo a tu lado.—Soltó siendo honesto mirando el espacio de ese hogar, muebles minimalistas pero las paredes cargadas de muchas fotos, era como una linea de tiempo de Bang y HimChan, hasta que llego a un par de retratos donde un pelirrojo hacia acto de presencia.—Parece que son amigos de hace mucho tiempo.

El rubio asintió un poco sonrojado, le fascinaba tomar fotografías por ello tenía muchas de su primer amor y su ex novio, le hubiera gustado que Jong le avisara antes de su visita así escondería su pequeña colección privada, el menor se detuvo en un retrato, el director abrazaba por la espalda a YoungJae quien lanzaba un beso a la cama, sus mejillas estaban juntas, al fondo el azul mar se dibujaba, fue su primer viaje de novios, visitaron Hawaii, la siguiente foto era más intima, era el CEO de TS con su uniforme deportivo tenía las manos guardadas en los bolsillos mientras miraba a la lejanía, una media sonrisa dibujada en su rostro, JongUp la tomó entre sus dedos una punzada atravesó su alma, es como si hubiese descubierto el secreto siempre expuesto frente a él, sus labios temblaron.

—¿es el amigo que amabas?.—Le preguntó al rubio quien esquivó la mirada, odiaba invitar a personas a su casa porque ese era su santuario.— Entiendo que lo amarás, él parece ser una gran persona ¿Ya no lo amas? .

—Eso fue cuando era un adolescente.—Se excuso quitándole el objeto.—No me gusta que vean mis cosas.—Le explicó sujetándolo por la mano para invitarlo a sentarse.— No es muy decente ir a departamentos de hombres cuando oscurece.— Le regaló una sonrisa provocando que el menor se sonrojará.—¿vienes a contarme que paso con Dakota?

JongUp endureció sus facciones acto que no paso desapercibido por el rubio quien claramente no quiso hacer el cuestionamiento, poco o nada le importaba saber sobre los  avances amorosos con su rival, si, a esa mujer la consideraba su enemiga ese fin de semana con YoungJae le abrieron los ojos, aún parecía sumergido en sus pensamientos como si la revelación descubierta el sábado con olor alcohol fuera mentira, después de la cena invitó a su departamento al pelirrojo con doble intenciones, cerró los ojos llevando nuevamente una falsa sonrisa  paso su brazo por aquellos hombros para reconfortarlo necesitaba saber que sucedió en aquella cita, el menor se había negado a escribir algo por el móvil, lo apresó en su pecho para después hacerle cosquillas necesitaba desaparecer esos momentos de tensión mientras jugaban los cojines quedo encima del menor.

—Anda confiesa que sucedió, ¿Es tu novia?.—El rubio le cuestionó arrinconándolo deseaba una respuesta negativa, el corazón saltó de alegría al recibir una negación.—Lo lamento quizá es lo mejor.—Acercó su rostro, sus respiraciones se entre mezclaron nunca fue bueno confesando sentimientos, quizá nunca antes lo hizo, su mirada se fusionó en la del contrario.—¿Porqué? .—JongUp se vio rodeado por esos brazos, por esos labios buscando devorarlo.— Tus mejillas se pintaron de un sensual carmín.

Sin dar tiempo de respuesta el rubio apresó aquellos delgados labios sabor a miel, los devoró ansiosamente comprobando sus peores miedos pero al igual volviendo realidad sus fantasías,  lo apresó entre aquella tela de cuero negro tuvo miedo de ser rechazado pero sucedió lo contrario el menor lo aceptó con la misma ansia, sus lenguas ansiosas se encontraban por primera vez pero el tacto, el sabor parecían ser viejos conocidos, esa sensación llamada deja vu, ese segundo que tu alma recuerda una vida ligada en otra era, época, año pero el sentimiento continua intacto, la  necesidad de oxigeno se hizo presente en ambos individuos por ello el menor se separó, sorprendido de tal evento, asustado pero también emocionado, esa extraña sensación que experimentas en tu estomago cuando vas camino arriba en los rieles de la montaña rusa, ansioso por la adrenalina pero también con miedos mascullando tu piel, sus emociones embriagaban sus pensamientos, era como aquella vez cuando se le declaro a la chica de tercer año, y esta le contestó sí,  saltó fuera el sofá dibujando una tonta sonrisa, ese beso, significaban aquello ¿que deseaba?

—HimChan, yo ….—Se quedo mudo al percibir como el mayor se ponía de pie delante de él, desvió su mirada a otro punto tratando de obtener las fuerzas, el coraje para continuar con su ¿Confesión? .—Me has dejado sin palabras.—Una vez más trataba de obtener más tiempo sus movimientos se detuvieron al percatarse de algo sobre uno de los muebles caminó hacia el montón de fotos acumuladas en una de las esquinas.—¿Qué es?.

Paso sus dedos por la cubierta dura de ese álbum fotográfico tenía colores cursis, dos iniciales pintadas en color dorado, es como ese regalo que Dakota le dio a su primer novio, aquel que una adolescente hace con sus propias manos, “HC &  YJ”, abrió para observar el contenido el director de TS trató de detenerlo pero la verdad es inevitable, tarde  o temprano sale a flote, JongUp deslizo sus dedos por aquellas fotografías, era el resumen visual de un noviazgo fructífero, ¿Porqué le había mentido? tuvo tantas ganas de llorar, ambos negaron cuando les cuestiono ¿Ellos continuaban saliendo?

 

 

Notas finales:

OMG SE VIENE EL COMEBACK!! estoy emocionada !! espero que los podamos apoyar mucho!!gracias por leer, gracias por seguir !!gracias y espero les guste el capitulo!!


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