"La Razón De La Obsesión"
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Los chicos se encontraban en una camioneta que habían rentado. Io solo sacaba cuentas de todo el presupuesto de ese fin de semana, claro que estaba junto a su novio Ryuu, quien seguía cortando contacto con las que fueron sus novias. Akoya solo se miraba en su espejo de mano, en busca de un buen peinado playero, mientras que su novio Arima leía un libro. Kinshiro veía el paisaje, aunque de vez en cuando miraba a su novio Atsushi, terminando como siempre, sonrojado hasta las orejas. Y en la parte del fondo estaba En, mirando con celos a todos sus amigos, de vez en cuando miraba a Gora, el cual conducía el vehículo, y a lado del mayor estaba la razón de sus penas, Yumoto, quien abrazaba y achuchaba entre sus brazos al pobre Wómbat, sintiendo envidia por eso.
—Pobre En-chan, está muy solo allá atrás —, susurró el peliazul a sus dos compañeros de club.
—Ryuu miró a su senpai y se acercó lo más que pudo —. Lo sé, pero no quiso que lo acompañáramos, y eso que haya atrás hay lugar para tres personas —, susurró preocupado, una cosa era ver al castaño vagueando y otra verlo deprimido.
—Creo que podríamos hacer algo para ayudarle —, comentó el otro pelirosa.
—Arima dejo a un lado el libro que leía y puso atención a todo lo que decían —. No creo que sea conveniente meterse —, dijo serio —. Piensen bien, tanto Zaou-san, como Naruko-san y Kinugawa-san son amigos de Yufuin-san y Hakone-san, es decir, que, si ayudan a uno, el otro podría enojarse o en su caso, terminar perdiendo y eso solo causaría más conflictos —, explicó sincero —. Lo mejor sería que ellos arreglen sus problemas, pero principalmente, Yufuin-san debe hablar con la verdad.
Todos asintieron sorprendidos, más los amigos directos de aquel par. Arima tenía razón, si las cosas no salían de acuerdo a su plan, podrían empeorar y no mejorar.
—Atsushi quiso parar el deprimente ambiente que se había creado, miro a los asientos delanteros y se fijó de algo muy importante —. ¿Por qué Gora-san mira con odio a En-chan? —, preguntó en susurro, ganándose las miradas de todos.
Todos viraron a ver al pelinaranja y era verdad, cada que podía, miraba al castaño por el retrovisor, y la mirada que enviaba no era precisamente de amor.
—Creo que eso puedo responderlo.
Los chicos fijaron su mirar en el Wómbat, el cual había logrado escapar de los brazos de Yumoto, gracias a que este se había dormido profundamente.
—Lo que pasa es que hace unos días unos chicos siguieron a Yumoto-san hasta su casa, aparentemente quisieron propasarse con él, pero Gora-san los detuvo, pero uno de esos chicos dijo el nombre de En-san —, explicó lo más bajo posible, lo que menos quería era hacer enojar al mayor de los hermanos Hakone.
— ¿Propasarse?, Yumoto no hablo del tema —. El peliazul parecía preocupado por el menor de sus amigos.
— ¿Y qué paso? —, quiso saber Ryuu.
Wómbat miro hacia los asientos delanteros, solo para cerciorarse de que los hermanos Hakone no escucharan aquella conversación, él había prometido no hablar del tema, pero hasta el mismo sabía que eso no era la solución, más si el rubio había comenzado a llamar demasiado la atención. Miro a los adolescentes y se dio cuenta de que también se había ganado la atención del castaño, el cual escuchaba sin llamar la atención del mayor de los Hakone.
---FLASHBACK---
Yumoto caminaba a prisa con aquel peludo animal rosa en sus brazos, y como siempre, reía mientras lo llenaba de exagerados mimos y abrazos. La razón de su alegría, su querido hermano mayor le había prometido preparar su platillo favorito. Detuvo su apresurado andar y sonrió con tristeza, sabía perfectamente que Gora se había preocupado por su reciente depresión, pero le resultaba imposible sonreír en esos días, más si cierto castaño no lo dejaba con el asunto de la confesión.
Sin querer, apretó con fuerza al pobre Wómbat, ejerciendo una fuerza que no le permitía respirar, solo se detuvo cuando se dio cuenta de que había llegado a su hogar sin haber prestado atención.
—Parece que ya llegamos —, soltó un suspiro resignado.
— ¿Sigue triste, Yumoto-san? —, preguntó preocupado, porque aun cuando ese revoltoso y muy amoroso rubio lo achuchara hasta el punto de dejarlo sin aire, le preocupaba, más porque ese chico era el ser más amoroso que haya conocido.
—Yumoto sonrió apenas, lo que menos quería era preocupar a su hermano y a Wómbat —. Estoy bien, no hay nada de qué preocuparse —, le dijo sonriente.
Estuvo a punto de entrar, cuando su brazo fue tomado con fuerza. Miro al causante y se preocupó, esos chicos no entendían cuando les decían que no querían nada. En total eran tres chicos, dos de ellos eran de tercer año y pertenecientes al equipo de futbol, y el otro era de la clase contigua a la de él, perteneciente al club de arte, y la razón de que lo molestaran cada que podían, era que ellos querían salir en el sentido romántico con él, cosa que les dejo muy claro con un rotundo no, pero parecía que les entraba por una oreja y les salía por la otra, porque hasta se habían dignado a seguirlo.
— ¿Necesitan algo?, porque si vinieron por las aguas termales son más que bienvenidos, pero si llegaron por otro tema, les sugiero que se vayan por donde vinieron —, normalmente era muy infantil, pero aquel rechazo por parte de su senpai, le hizo ver las cosas desde otra perspectiva, más si se trataba en el tema romántico.
—Yumoto-san, sabe para que venimos, queremos que elija a uno de nosotros, al menos inténtelo —, pidió el chico de primer año.
—Yumoto solo negó —. Ya les dije que por el momento no me interesa establecer ninguna relación romántica, y si solo han venido a eso, mejor entro que mi hermano espera.
Iba a entrar, pero nuevamente el agarre en su brazo se lo impidió. Miro a los chicos y por la mirada que le enviaban, supo que se había metido en problemas. Afortunadamente Wómbat ya no estaba, eso solo quería decir una cosa, fue por su hermano.
— ¿Por qué no aceptas?, ¿es acaso por el imbécil de Yufuin En? —, preguntó uno de los de tercero.
Yumoto solo lo miro sorprendido, no esperaba que alguien supiera lo ocurrido con En, pero al parecer no fue lo más secreto de lo que había planeado. Sin darse cuenta, había comenzado a derramar lágrimas llenas de dolor y tristeza, una cosa era tratar de olvidarlo y sonreírle a su hermano y otra que te lo echen en cara los pretendientes persistentes.
— ¿Qué hizo Yufuin En?
Todos miraron al nuevo en la conversación, Yumoto se puso aún más triste y sin poder evitarlo, se lanzó a los brazos de su hermano, el cual solo apretó el hacha en su mano y miro con odio a los causantes del llanto de su hermano menor.
Los chicos al ver la mirada llena de odio y advertencia del mayor, solo salieron huyendo, decididos a no volver a molestar al rubio.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Yumoto-san le contó la verdad, desde la confesión y el rechazo, hasta los constantes acosos de esos pretendientes que se carga —, termino de contar el alienígena.
Todos se sorprendieron al saber cuan protector podía llegar a ser el mayor de los Hakone. Miraron a En, el cual se había puesto nervioso, si pensaba que podía lograr algo con Yumoto en ese fin de semana playero, se había equivocado, más si el rubio ya le había dicho todo a su hermano, eso solo le traería más problemas.
—Creo que En-chan no la va a tener fácil —, murmuró divertido el de lentes.
—Yo creo que, si se lo propone, puede lograr que hasta Gora-san lo acepte, aunque por el momento creo que se ganara ser rebanado —, comentó Io.
En solo frunció el ceño, mientras miraba a los asientos delanteros, estaba decidido, le probaría a Yumoto su amor y a Gora que él podía ser quien proteja lo que ama. Estaba decidido que por una vez en su vida no sería un flojo de primera, porque bien sabía que para lograr tener lo que quería, necesitaba usar su perseverancia y energías extra.
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—Yumo-chan es tan lindo —, murmuró el chico, mientras pasaba su mano por el rostro del rubio durmiente.
—Ya me lo habías dicho, siempre me lo dices de hecho —, dijo el Wómbat púrpura con burla.
El chico solo se alejó del menor, para situarse frente al espejo de aquella habitación, sonrió victorioso por su bella apariencia. Desde su rojo cabello, hasta sus morados ojos, siempre se consideró apuesto y siempre conseguía lo que quería, Yumoto era una de las tantas cosas que quería, y aunque no lo obtuvo cuando este era solamente un niño, ahora lo tenía para el solo.
Maldijo a Hakone Gora por eso, ese tipo y su modo protector de hermano mayor, fue el causante de aquello. Aun recordaba cuando vio a ese dulce niño. Yumoto llego como un ángel, y llego en uno de esos días en los que pensaba que la vida era un infierno, y con la llegada de ese dulce ser, supo cuánto se había equivocado.
---FLASHBACK---
Como odiaba su vida. Cada día era una tortura, aborrecía la preparatoria, a sus compañeros, a sus maestros, incluso a sus padres. El dinero no lo daba todo, y su familia nadaba en él. Suspiro resignado y se levantó de aquella banca de parque. Iba a caminar, cuando sin querer se cayó al suelo.
Miró al causante con furia, pero al ver a ese dulce niño, mirarlo con una hermosa y radiante sonrisa, se olvidó de todo su enojo.
—Lo siento mucho, es que An-chan me lanzó muy fuerte la pelota.
—El pelirojo vio la pelota que estaba a un lado de él y se la dio al pequeño. —No hay problema pequeño —, le sonrió sincero —. ¿Cómo te llamas pequeño? —, quiso saber, al menos quería guardar el nombre de ese niño en sus memorias.
—Yumoto, Hakone Yumoto —, respondió sonriente.
Al escuchar ese apellido, no pudo evitar fruncir el ceño, afortunadamente el pequeño se había ido apenas dijo su nombre. Como odiaba a Hakone Gora, y bien sabía que ese pequeño ángel era su hermano menor del que tanto presumía. Sus sentimientos de odio salieron a relucir, de tal manera que llamo la atención de seres indeseables.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Como odio recordar lo que me hicieron hacer ese par de idiotas —, miro con odio la pantalla, donde se mostraba a Hireashi y Zundar hablando de lo que ganarían.
—Pero bien que sales ganador, tendrás a dos Yumotos, la venganza en contra de Gora y eliminar a los causantes del daño que casi ocasionas años atrás —, le dijo el Púrpura con simpleza.
Y esa era la verdad, el solo decidió “ayudar” a ese par para poder vengarse de aquellos que solo perjudicaron su vida.
---FLASHBACK---
Se volvió en un monstruo con forma de un extraño pulpo, sus ojos tenían forma de corazón, mientras que, en la parte trasera de su gran cabeza, tenía un gran corazón, que parecía roto.
—¡¡DEBO TENER A MI AMOR!! —, grito furioso.
Todas las personas en aquel parque comenzaron a correr y a gritar, mientras aquel monstruo lanzaba rayos de sus ojos, los cuales, hacían que las personas comenzaran a pelear entre sí.
—Eso es, todos peleen…sientan como es mi día a día —, el pulpo comenzó a andar por todo el parque.
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— ¿Te divertiste Yumoto? —, el mayor sonreía, mientras miraba a su pequeño hermano comer aquel helado.
—El pequeño rubio sonrió alegre, mientras miraba a su hermano mayor —. Mucho, y espero que pronto volvamos a venir juntos, porque me gusta mucho estar con mi An-chan —, estaba muy feliz de haber pasado el día con su hermano mayor.
Gora miró a su pequeño hermano con tristeza, lo que más detestaba de ser un súper héroe, era que no le daba tiempo para atender las necesidades básicas del pequeño Yumoto, pero daba gracias a que su hermanito le tuviera paciencia y que apreciara cada pequeño detalle que hacía para compensarlo. Iba a decirle algo, para tratar de animarlo, pero la pulsera en su muñeca, comenzó a brillar.
Los gritos de las personas hicieron eco en el parque y vio que estaban corriendo directamente hacia ellos. De manera rápida, tomo en brazos a su hermano y comenzó a correr, debía buscar un lugar seguro para Yumoto, pero aquel monstruo se interpuso en su camino y al reconocer al niño, y al chico que odiaba, golpeo al pelinaranja, el cual soltó al pequeño rubio, el cual iba a caer al suelo, de no ser porque el pulpo lo atrapo con uno de sus tentáculos.
—¡¡YUMOTO!! —, grito preocupado.
—El rubio miro a su hermano con miedo —. A…An-chan —, susurró temeroso, mientras trataba de liberarse.
El monstruo se olvidó de aquel al que consideraba su rival y comenzó a llevarse con él al pequeño y asustado niño.
Gora por su parte, se transformó en Maximum Gorar y una vez hecho, fue lo más rápido que jamás había hecho, hacía aquel monstruo que se había atrevido a llevarse lo más preciado que tenía.
---FIN DEL FLASHBCK---
El pelirrojo solo negó con furia. Furia hacia ese par que tanto odiaba, porque justo aquel día, cuando Gora comenzó a pelear contra él, sin que ambos se lo propusieran, el pequeño implicado resulto herido, afortunadamente no fue nada de gravedad, pero aun recordaba cómo había quedado la mejilla del niño. Cabe decir que, con lo ocurrido, dejo que Gora descargara su furia en contra de él, y siendo sinceros, hasta el mismo pensaba que se lo merecía.
—No sabes cuánto ansió acabar con ese estúpido par —, le dijo al Púrpura, mientras veía el monitor.
—Y pronto tendrás tu venganza —, respondió burlesco.
Y ambos comenzaron a reír burlescos, cuanto ansiaban hacer que los mismos Battle Lovers y los Dark Battle Lovers acabaran con esos dos, después de todo, eso era lo que querían, ya luego se encargarían de la otra persona que tanto odiaba aquel misterioso pelirrojo.
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Y después de horas de tanto andar en la carretera, por fin habían llegado a la pequeña y linda casa que utilizarían ese fin de semana, y que mejor que con una hermosa vista al mar.
—Atsushi se acercó a su amigo —. ¿Y qué harás para ganarte a Yumoto? —, le pregunto en susurro.
—El castaño solo suspiro —. No lo sé, pero tampoco voy a dejar que me lo ganen —, respondió sincero, mientras posaba su azulina mirada en el rubio que tanto ponía su mundo de cabezas.
Todos tomaron sus respectivas cosas, mientras se ponían de acuerdo en cómo dormirían y las actividades que harían, pero no se habían dado cuenta de las oscuras presencias que los miraban desde lejos, especialmente a cierto sonriente rubio.
Continuará