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La Tregua por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Hola hola!!! :D Después de tan larga espera, por fin he logrado hacerme con la oportunidad de traerles el capi!!! Sin más preámbulos, a leer se ha dicho!! Nos leemos en las finales n.n  

 

 

 

 

- Sólo quería que por una vez… mi padre estuviera orgulloso de mí.

 

- … - Penn Zero se sintió deprimido tras oírle, después de todo, conocía a la perfección lo que era tener un padre bueno y comprensivo.

 

Lamentaba que Rippen no hubiera podido gozar de algo tan maravilloso. Y pensó de manera inocente, que aquella era la razón por la que el villano actuaba realmente. Llevado por su deseo de aprobación paternal…

 

En la siguiente dimensión, la batalla se mostraba decisiva entre el héroe y el villano. La lucha se llevaba a cabo en una edificación inimaginablemente alta, donde no podía verse la base de la misma, ya que las nubes de smog impedían la visión de la mayor parte de la estructura y del ambiente en general. Era un sitio sombrío y podría decirse que apocalíptico, en dónde la ciencia había traspasado las barreras que la humanidad podía soportar.

 

Penn se sentía sumamente agotado, el traje que llevaba puesto lo sentía pesado y el poco aire que lograba aspirar lo sentía áspero en sus fosas nasales, tosía de vez en cuando y las lágrimas se le salían de tanto en tanto dándole una visión borrosa.

 

- “Somos un grupo de rebeldes que buscan de acabar con la tiranía que gobierna éste mundo malsano” – Habían sido las palabras de Sashi – “Eres el líder y los caza recompensas desean tu cabeza. Sin ti la revolución es imposible”  

 

El pelirrojo se llevó la mano al pecho dónde se encontró con un medallón. Era un obsequio de la madre del héroe de aquel lugar… el único que tenía tras la muerte de la progenitora; vivir en un planeta enfermo condenaba a las personas a existir por poco tiempo.

 

Rippen llegó hasta dónde estaba el muchacho agitado, sosteniéndose un costado con una de sus manos, al parecer le había podido dar con su arma y llevado por el terror y la idea de la rendición, los casi héroes habían entrado en escena.  

 

- ¿Ocultándote Penn Zero? – Expresó el villano acompañado de su magistral sonrisa.

 

- Un héroe no se oculta… busca el momento indicado para volver a la batalla…

 

- Con que es así… ¿No te parece éste un paisaje maravilloso? – Inquirió Rippen, muy contento con lo que veía.

 

- Si… perfecto para un picnic o cualquier otro plan romántico… – Trató de mantener el temple a pesar del dolor que provenía de su herida. Así debía de comportarse un héroe. Pero le era tan difícil mantenerse en pie, por ello se bamboleaba un poco.

 

- Estás herido… - Quiso sonar desafiante. Sabía que el villano al que representaba lo había lastimado.

 

- ¿Esto?... No es más que un rasguño… - Penn mostró una leve sonrisa – Ni lo siento…

 

- Ya veo…

 

Rippen se enorgulleció de su fuerza para desafiarle aún estando en aquellas condiciones.

 

Penn miró atrás y la nube oscura extendiéndose hacia el horizonte se presentó ante él ¿Hasta dónde le llevaba luchar? ¿Acaso ese mundo tan destruido tenía alguna posibilidad de reponerse? ¿Y si era una sofisma? ¿Permitirles a los rebeldes vivir no era una falsa victoria, siendo que se encontrarían con un mundo al que debían restaurar desde cero, sin la seguridad de que el planeta soportara un día más? La esperanza ciega, que siempre estaba de su lado, la obvió por completo.

 

Más cuando estaba a punto de descargar su arma, una sacudida producto de los terremotos recurrentes, hizo que Rippen cayera de bruces al suelo y Penn, quedara suspendido en los barrotes del edificio, lo único que impedían que descendiese al vacío.

 

- “¡Penn!”

 

Rippen se acercó hasta dónde se encontraba el muchacho tratando de no caerse de la torre. Al principio se alarmó, pero mantuvo la compostura. No podía dejarse llevar por sus sentimientos. Estaba yendo de nuevo a la derrota por su propia voluntad, tenía que dejar de pensar con el corazón y volver a encerrarlo en su fría coraza.

 

El pelinegro se armó de valor y miró al pelirrojo sin ninguna expresión en aquellos ojos rojizos.

 

- Rip… pen…

 

Rippen quería luchar por sus ideales, lograr lo que él siempre consiguió: La victoria.

 

La ternura de sus vivencias las últimas semanas lo instaron a actuar. Penn quería permitirle semejante felicidad, la dicha de estar orgulloso de sí mismo tras lograr cumplir sus objetivos.

 

El pelirrojo iba a soltarse, entregándole la victoria al hombre con quién había compartido tantos momentos íntimos y palabras amorosas, cuando su repentina elocución, lo hizo abstenerse de su idea.

 

- Parece que éste es el final “héroe”. Voy a ganar, por fin… - Su sonrisa era grande, llena de satisfacción y triunfo - ¿Quién lo diría? Hasta aquí te ha llevado tu ineptitud como salvador. Tantas oportunidades pérdidas ¿Por qué? Porque caíste en la trampa más vieja que puede utilizar un villano.

 

- ¿De qué… hablas? – El sudor corría por su frente.

 

- ¿No te lo imaginas? – Y luego agregó con su tono de voz salpicado de malicia cantarina - Nunca existió una tregua. Todo siempre estuvo en mis viles planes ¿Te extraña? – Sin abandonar su sonrisa ni un solo instante – ¿Pensaste que todo aquello era real? ¿De verdad creíste que disfrutaba de pasar tiempo contigo? Lo aborrecía en el alma…

 

Las palabras… lo lastimaban…

 

- Pero tú… lo dijiste… - Su voz tembló – Que tú me…

 

- ¿…Querías? – Completó y a continuación rió con todo lo que le permitió la garganta - ¿De verdad te lo creíste Penn Zero? ¿Realmente te creíste todo eso?... ¡¡Cuanta ingenuidad la tuya!! Ja ja ja ja.

 

- Eso no puede ser cierto Rippen… ¡Mientes! – Gritó con fuerza, buscando de acallar su risa.

 

Rippen le tomó con fuerza de la muñeca y lo apartó de los barrotes, teniendo como único lazo entre su vida y la muerte, la mano fría que lo apretaba con vehemencia.    

 

- Fue tan fácil engañarte… sólo vi la oportunidad y la tomé… aquel día que te encontré llorando en mi salón por la nostalgia de no tener a tu padre, planeé acabarte de una manera que no había considerado: Desde dentro – Alzó al pelirrojo para ver mejor su expresión de espanto, absoluto dolor por sus palabras punzantes – No hubo momento en que no esperara la ocasión indicada para acabarte ¿Es qué acaso no las viste? ¿No notaste la espada, el horno y cada uno de los besos que no buscaban nada más que hundirte en la completa confusión? ¿O es que no quisiste verlos? – Sonrió con picardía - ¿Cómo fuiste tan estúpido como para confiar en el culpable de que no tengas a tus padres contigo desde un principio? – Hizo una pausa para cambiar su expresión por una más seria - Te lo dije muy bien: Soy un villano y los villanos hacen todo por ganar, hasta utilizar a sus enemigos.

 

- … - Estaba bloqueado, decepcionado, imposibilitado de actuar, pensar y decidir… su corazón… lo estaba volviendo añicos frente a sus ojos.

 

- ¡¡PENN!!

 

Sashi había llegado hasta donde se encontraban el héroe y villano, pero su arma destruida le evitaba poder ayudar a su compañero.

 

- ¡Tienes que luchar Penn! – Animó.

 

- No tiene caso que lo alientes… - Mostró el cuerpecito del que parecía un muñeco entre sus manos – Un héroe que ha perdido el espíritu, no tiene más camino que dejarse vencer.

 

- Eso no… - La chica se sentía apresada - ¡Te equivocas! ¡Un héroe aunque esté cayéndose a pedazos hará lo que sea por ponerse de nuevo en pie!

 

A Rippen le irritó no haber logrado destruir sus lazos de compañerismo.

 

- Despídete de tu querido Penn Zero… el despojo de un héroe derrotado – De un movimiento arrojó al muchacho al vacío.

 

- ¡¡NO!!– Intentó agarrarlo, pero le fue inútil, quedó con la mano extendida mientras el pelirrojo entraba en la gruesa nube tóxica - ¡¡PENN!!

 

- Ahora si… ¡GANÉ! – Rippen rompió en una sola carcajada.

 

Sashi permaneció pegada a los barrotes, observando con incredulidad, como su héroe había sido vencido.

 

Penn Zero caía en picada sin tomarse la molestia de gritar, la decepción que sentía era tan grande que por un instante le bloqueó por completo.

 

No quería acordarse de nada, pensar en nada…

 

Pero era imposible…

 

De pronto, todo lo vivido junto a Rippen durante la supuesta tregua, le llegó a la mente como un rayo, las imágenes, conversaciones… todo transcurría fugaz ante sus ojos...

 

- ¡Rippen! – El pelirrojo corrió tras de él.

 

Rippen se perdía entre la ola de estudiantes que salían de clase mientras que Penn le pisaba los talones. El pelinegro se dio cuenta de su presencia y tras una sonrisa, esbozó unas palabras que se grabaron en el corazón del adolescente como el mismo fuego.

 

Te quiero…

 

Lo había leído de sus labios silenciosos.

 

- ¡Yo también! – Exclamó Penn Zero con el corazón en la boca y sin importarle que los estudiantes que lo oyeron lo miraran con extrañeza.

 

 

Todo había sido producto de un vil engaño.

 

 

La ira que nació de lo más profundo, fue el detonante para que el pelirrojo buscase salvar su vida.

 

 

Algo… un recuerdo que le pertenecía al héroe de aquel mundo le hizo llevarse las manos a la cadera, él en ese lugar además de un rebelde, era un científico y en aquel crudo momento tenía puestas una de sus peculiares invenciones… unas botas jets. Como pudo las activó y se eyectó directo al tope de la torre.

 

Rippen iba a ser misericordioso, al menos según él e iba a acabar con el sufrimiento de la joven.

 

- Que mala asistente has sido. No pudiendo ayudar a tu héroe cuando más te necesitaba…

 

Sashi permanecía tirada en el suelo de metal mientras que de sus castaños ojos, salían gruesas lágrimas.

 

- No te preocupes querida, ahora mismo acabaré con semejante humillación…

 

Dirigió su arma hasta la cabeza de la chica; presto a descargarla.

 

- ¡No puede ser…!  - Rippen se apartó al ver al pelirrojo elevarse de entre las nubes - ¡Penn Zero!

 

- El mismo.

 

- ¡Penn! 

 

- Pero… ¿Cómo? – Exclamó al tiempo que reculaba.

 

- Un verdadero héroe así esté cayendo, hará lo que sea para levantarse – Miró a Sashi.

 

- Penn… - La chica continuaba llorando, pero ésta vez las lágrimas eran de suma alegría.

 

- Esto no puede ser cierto… - Llevó su arma hasta dónde estaba el chico - ¡¡Yo gané!!

 

Pero Sashi se apresuró y le empujó, haciendo que su arma saliera despedida al sitio de donde el ojiazul había provenido.

 

Rippen estaba perdido, permanecía tirado en el suelo, arrastrándose mientras Penn Zero descendía y se acercaba hasta él con paso firme.

 

- ¿Qué piensas hacer…? – Espetó sin dejar su agresividad – No eres más que un niño.

 

- ¿Todo lo que me dijiste fue mentira? Lo de tu padre... – Mencionó obviando lo dicho por el ojirojo. Sentía que cada palabra le dolía -…  ¡¿Incluso lo de Balalaika?! – Exclamó con sumo enojo.

 

El mayor miró rápidamente a un lado y luego al otro, como buscando una excusa en su mente, luego sonrió un poco y asintió con la cabeza unas tres veces.

 

- ¡¡¡Ahhhh!!! – De sólo enterarse, su cara se puso roja – No puedo creerlo… ¡¡Jugaste conmigo!!

 

Buscó entre sus ropas y halló una daga, sus ojos azules refulgieron, una sonrisa se dibujó de pronto en su tierno rostro.

 

- ¿Qué harás…? – Ahora era el hombre el que temía, estaba desarmado… no tenía a donde ir. Se había golpeado la pierna al ser empujado por la chica y se le dificultaba ponerse en pie - ¡No tienes las agallas!

 

- ¿Eso crees? Estás muy equivocado Rippen, si piensas que sólo los villanos hacen todo por la victoria… Ahora te demostraré eso – Alzó su mano y el filo del objeto se reflejó en Sashi.

 

- ¡No lo hagas! – Gritó desde su sitio – Penn por favor escucha… no tienes que lastimar a Rippen.

 

- Lo haré… Le haré lo que él me hizo… ¡Acabaré con su corazón! – Su ira era tan grande que mostraba sus dientes. Seguidamente, volvió a dirigirse a Rippen – Me mentiste… y yo te creí…

 

Te quiero…

 

Eso era lo que más le dolía…

 

El azul de sus ojos se veía opacado por un rojo que lo cubría, estaba cegado por su dolor…

 

- No tienes que hacerlo… un héroe no actúa así… ¡Mi héroe no actuaría de esa manera…!

 

Ante las lágrimas de Sashi, la fuerza en el brazo de Penn se vio disminuida. Debatió por unos segundos, apretó la daga y finalmente, la arrojó cerca del pelinegro, haciendo que el chocar de los metales retumbara chillonamente.

 

- Vete… - Masculló Penn con la cabeza gacha: – …Perdedor.

 

Cuando el pelirrojo alzó la vista y se halló con la mirada de Rippen, el mayor se dio cuenta de que algo en el joven había cambiado. Como pudo se alejó del sitio, dejando a los casi héroes con la victoria.

 

- Tenemos que llegar al tope de la torre. Ahí nos espera Boone – Comunicó Sashi.

 

Los terremotos de nuevo volvieron a sentirse y los chicos acabaron en el suelo.

 

- Penn ¿Estás bien?

 

- Si… no te preocupes Sashi – Más una herida olvidada se hacía sentir de nuevo – Apresurémonos antes de que sea demasiado tarde.

 

Se levantaron y siguieron con el camino. Lograron entrar a una habitación blindada, cuya combinación habían logrado descifrar los rebeldes. Hallaron frente a sus ojos la figura de alguien atrapado en una especie de crisálida.

 

- ¿Boone? – Emitió confuso el chico pelirrojo.

 

- Es la deidad de éste mundo. Hace cientos de años lograron atraparla, obteniendo la posibilidad de hacer con el mundo lo que se les antojara mientras drenaban su poder… - Señaló las corrientes de energía que pasaban y alimentaban a la torre – Pero un poder tan grande en manos del mal, no hace más que dañar… - Dijo con tristeza.

 

 - A esto los ha llevado la avaricia… todo por el orgullo… - Apretó sus puños cansados.

 

- Penn… es tu turno. Tienes que liberarlo.

 

Penn iba a preguntar cómo, más se dio cuenta de que la chica miraba su pecho. Extrajo de entre sus ropas el medallón de su madre y al hacerlo, una luz cegadora se apoderó de toda la habitación.

 

Ahora entendía…

 

Él procedía de una antigua tribu que veneraba a la deidad y que había logrado conservar la última de las gemas mágicas; gemas que sólo podían activarse al tener contacto directo con la deidad misma… 

 

Cuando pudieron ver a Boone, éste brillaba al tiempo que estiraba los brazos y las piernas.

 

- Uf… se tardaron mucho, chicos. Cientos de años encerrado en esa cosa, es agotador… - Sonrió.

 

- Ahora éste mundo se salvará – Exclamó Sashi con esperanza.

 

Penn no pudo más, cayó de rodillas al piso. La pelicastaña se alarmó y buscó de ayudarle.

 

- ¡Penn! ¿Qué te ocurre?

 

- Sashi… Boone… yo… - Las lágrimas salían a raudales de sus ojos azules, había llegado a su límite – Puse en riesgo la misión… y todo porque me dejé engañar… no merezco ser un héroe… no merezco tenerlos como amigos…

 

- Penn… – Mencionaron Sashi y Boone al unísono, les dolía ver a su amigo en aquellas condiciones.  

 

- Me sentía tan deprimido… Se suponía que debía hablar y confiar en ustedes… pero no lo hice. Rippen se aprovechó de mi debilidad y yo como un tonto caí en sus garras…

 

- Penn, no te pongas así – Bonne empezó a curarlo con sus poderes de deidad – Hasta un héroe comete errores.

 

- Pero los amigos estarán ahí para apoyarlo, así él no los busque – Sashi depositó su mano en el hombro del pelirrojo.

 

- Chicos… - A las lágrimas se unió una sonrisa  - Gracias… en serio.

 

Al regresar a su mundo, los jóvenes tenían en su interior una sensación de bienestar bastante agradable. Phyllis los recibió con una amable sonrisa.

 

- Una misión inolvidable sin duda – Habló la mujer por fin – Por más heridas que se obtengan en la batalla, los verdaderos amigos siempre lograran mitigar el dolor.

 

- Tienes razón Phyllis – Admitió Penn Zero mientras abrazaba a sus compañeros de equipo – Un héroe… no, una persona no es nada si no tiene amigos.

 

Todo fue sonrisa por varios segundos. Hasta que Phyllis llegó a su límite.

 

- Bien. Basta de cursilerías – Hizo un gesto con su mano para luego apartarse – Vayan a sus casas a descansar. Fue una larga jornada y deben estar preparados para la próxima.

 

- Oye chicos ¿Les gustaría pasarse por el arcade un rato? – Ideó Boone.

 

- ¿Una carrera hasta allá? – Desafió Sashi.

 

- No podría estar más de acuerdo – Contestó Penn con una enorme sonrisa.

 

Mientras salían corriendo del teatro, Zero no pudo evitar dirigir su mirada al pequeño local en dónde sabía, estaba el hombre que instantes atrás había acabado por completo con su pequeño mundo interno…

 

- Penn… ¡Mueve esas piernas o perderás! – Llamó Sashi al darse cuenta de que había bajado la velocidad.

 

- Y pagarás lo que juguemos los dos – Gritó el ojiverde.

 

- ¡Eso veremos! – Exclamó para empezar a correr con todas sus fuerzas, como si buscase de alejarse para no volver jamás.  

 

 …Por suerte, sus amigos estaban ahí para ayudarlo a reconstruir su mundo. Sería un camino largo y difícil, pero estaba seguro de que al final, podría salir airoso.

 

Mientras que Rippen, tras aquella derrota, mostraba en su rostro una enorme aflicción que iba más allá de haber sido vencido una vez más.

 

Permanecía sentado en la plataforma de trasportación mientras que Phil, atendía al único cliente que tenía.

 

- Primero fue con Brock y ahora Penn… - Sentía que se ahogaba.

 

- Fue lo mejor – Dijo Larry tras colocar una mano en el hombro del casi villano.

 

- Lo sé… - Emitió en un murmullo y con la cabeza gacha – Aún así… ¿Por qué no puedo dejar de sentirme así…? ¿Será porque parece que perdí algo más valioso que una batalla? – Se llevó la mano al pecho, dónde sentía cómo si realmente hubiese sido atravesado por la daga del pelirrojo.

 

Larry buscó de abrazarlo y para su sorpresa, Rippen se aferró a él con fuerza.

 

- La tregua… era real… siempre lo fue – Hablaba entrecortado, sollozaba en silencio.

 

- Lo sé… - Le daba palmaditas al pelinegro, buscando de reconfortarlo.

 

- Todo lo que le dije en esos instantes fue cierto… sin querer… le abrí mi corazón. Sabía que confiaba en mí y eso… me hizo feliz… quería… verlo sonreír. Pero luego, el deseo de ganar me sedujo y me hizo actuar de la manera en que lo hice… cuán arrepentido estoy de ese desatino  – Se lamentó – Oh Larry, no fue mentira cuando le dije que lo quería… ¿Qué clase de hombre soy? Me enamoré de un quinceañero – Estaba que se jalaba los cabellos.

 

- Creo que tiene catorce – Interrumpió Larry.

 

- ¡Catorce! – Exclamó con dramatismo.

 

- Podría ser tu hijo – Agregó el más bajito.

 

 - ¡Basta! ¡No ayudas! Sólo me haces sentir más miserable Larry.

 

Todo parecía parte de una obra teatral… o al menos así lo veía Phil desde el aparador. Tomó un plato con banderillas de pescado y le dio una mordida. Las cosas siempre eran como una telenovela cuando tenía que ver con Rippen.

 

- En el corazón no se manda Rippen. Nunca planeaste que esto sucedería. Las emociones fuertes, sean buenas o malas, siempre terminan generando vínculos que se pueden malinterpretar – Larry trataba de alentarlo con su repentino modo reflexivo – Y disculpa que te lo diga pero… el chico no te veía con ojos de amante. Estoy seguro de que el mismo Penn sólo se sintió atraído por tu aire paternal.

 

- ¿Aire paternal?... – Larry continuaba dándole palmaditas

 

- Debes alegrarte de no haber seguido con esto y salvarte de ir a prisión… ¿Has leído lo horrible que son los tratos ahí? Y ni te digo de los servicios. No tienes agua caliente, ni televisión por cable y tienes que pelearte para defender tus cosas, digo ¿Quién quiere cosas usadas de una persona extraña?

 

Rippen se llevó la mano a la frente.

 

- Oh Larry… eres horriblemente malo para hacer sentir mejor a los demás – Sonrió un poco – Pero… te agradezco tanto el intento, de verdad…

 

- Siempre estaré aquí para ti.

 

Volvieron a abrazarse efusivamente.

 

Phil viró los ojos ante la escena de la que era testigo. Se recostó junto a la caja registradora mientras veía a su único cliente, salir espantado por el sollozo de Rippen.

 

- Y ahí de nuevo esos dos… - Rascó el tabique de su nariz – El día en que me los encuentre besándose y enrollándose no me tomará por sorpresa… no… - Alzó el tono de su voz – ¡Oigan, casi villanos! Esto no es un bar al que se vienen a llorar las penas. Pero si se tiene algo reservado por si es necesario ponerse sentimentales – Mostraba una botella que hubo sacado de la gaveta - ¿Qué dicen? Cortesía de la casa.

 

- En un momento así, soy capaz de beber hasta perder el conocimiento – Contestó Rippen.

 

Cuando Larry sirvió el licor, se dispusieron a brindar. Phil tomó la palabra – algo raro - inmediatamente.

 

- Porque hoy fuimos vencidos una vez más, eso es cierto. Pero la derrota sólo hace que el villano vuelva con nuevas fuerzas, regenerado… ¡Con mayor ímpetu en la batalla! – Alzó su vaso - No olviden que éste es el camino que hemos escogido, un camino arduo y difícil que no todos se arriesgan a tomar, pero ¿Qué sería del héroe sin un villano? ¿Qué sería de una idea sin una resistencia? – Habló con esmero, como si tuviera un enorme público de villanos oyéndole – Seamos pues esos villanos. Por más dolor y pesar que eso nos cause… seamos la piedra, que impulse a los héroes a ponerle empeño a su trabajo y de mantener en cada mundo, el equilibrio que es necesario…

 

Larry y Rippen sorbieron un poco, conteniendo las lágrimas de la emoción. Palabras tan cautivantes no salían de esos labios todos los días.

 

- ¡Por los villanos! Que a su manera, también pueden considerarse héroes.  

 

  - ¡Salud!

 

Y así, un día más, el mundo de los héroes y de los villanos, se mantuvo a flote gracias a los aliados.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Penn ha demostrado su otro lado de la naturaleza humana, no todos los buenos siempre son buenos, la sed de venganza puede seducir hasta el corazón más noble, lo importante es no caer ante la tentación :B A todos mucha gracias por haber leído a pesar de todo lo que me tardo (ya saben que son cosas que se han salido de mis manos) y si es de su agrado el comentar, ésta autora se los agradecerá enormemente. Hasta el siguiente capi!! (Que es el capi final!!! :O) Besos y abrazos!! ByeBye!!

 

 


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