Naruto se hallaba caminando al lado de Shikamaru ya en el vecindario, se sentía en extremo incómodo, las manos le sudaban y para colmo de males no sabía de que hablar con el pelicastaño.
- Nos vemos mañana, Naruto – se dirigía hasta la puerta de su casa.
- Es… pera un momento Shika – llamó el catire con las mejillas coloreadas y la mirada baja.
- ¿Si? – se mantenía esperando a unos pasos de la entrada de su hogar.
Rápidamente el rubio se acercó hasta el Nara y le dio un beso cálido en la mejilla lo que lo hizo estremecerse.
- Gracias por sacarme del liceo hoy… - Naruto se encontraba más ruborizado – por el paseo y por la entrada…
- Mju – el pelicastaño se encogía de hombros – No hay de que, después de todo somos amigos.
- Si… bueno… ¡Adiós!
- Naruto – llamó Shikamaru obteniendo la atención del chico – Que no se te olvide decirle a tus padres que tendrás una cita conmigo.
Naruto infló los cachetes y se fue bufando, el pelicastaño sonreía, hacía tiempo que no pasaba un rato tan agradable con su catire.
En la entrada de su casa Naruto se encontró con el perro del vecino de enfrente, como era muy adorable lo cargo y chocó su nariz con la fría del can.
- Pobre Akamaru, ese dueño tuyo es un irresponsable.
- ¡Guau!
Sssssssshhhhhh
El ruido y una sensación húmeda lo hicieron enfocarse en sus pantalones.
- ¡Ahhhh! ¡Coño! ¡Me has meado! – sostenía al perro con grima.
Desde la otra calle Kiba silbó haciendo que Akamaru se desprendiera del rubio y corriera hasta su amo.
- Lo siento Naruto es que Akamaru te confundió con un árbol, es que tienes la inteligencia de un vegetal – se burlaba el Inuzuka mientras acariciaba al perro que movía la cola felizmente.
- Je, je, je muy gracioso – decía sarcástico el Uzumaki que estaba que golpeaba no al perro sino al provocativo de su dueño.
- ¡Vamos por un premio Akamaru que te lo mereces! – decía al tiempo que le ponía la correa a su mascota y hacía que la vena en la frente de Naruto palpitara.
- ¡Guau! – exclamó feliz e inconsciente el perro.
Al irse el moreno con su mascotita, el catire se puso a examinar su mojada prenda, parecía que el que se había orinado era él, por suerte estaba en toda la puerta de su casa. Se quitó los pantalones quedando sólo en bóxers y se dispuso a abrir la puerta.
En eso Gaara aparecía a darle una “visita” al rubio, mantenía la cabeza gacha contando cada grieta que había en la acera y no evitaba pisarlas porque no tenía madre que se partiera la espalda, al subir la mirada no hay que deducir que impresión le dio al toparse con aquellas piernas y la ropa interior de colores vívidos y figuritas de estrellitas.
- ¡Oh My God! – se tapó la boca con una mano pero no pudo evitar vociferar aquello.
- ¡Gaara! – Las mejillas se le pintaron de la vergüenza - ¿Qué haces aquí? – el rubio buscaba las llaves desesperadamente para abrir y meterse de golpe pero debido al nerviosismo se le cayeron al suelo.
- Yo… sólo venía a… la escuela… el examen… ropa interior… - Gaara intentaba no mirar el espectáculo debido a que sus mejillas delataban lo que le daba ver al niño así.
En cuanto el pelirrojo se tapó la cara con las manos, Naruto pensó que era el momento pertinente de recoger las llaves por lo que se inclinó pero se percató al subir su cuerpo que Gaara estaba desmayado en plena carretera con un hilo de sangre escurriéndole de la nariz.
- ¡Chamo!
El preocupado chico se fue hasta el muchacho y al ver que estaba delirando intentó arrastrarlo hasta su casa antes de que algún vehículo pasara y los viera.
- ¡Naruto no conocía esa parte tuya! – el Inuzuka pasaba detrás de él con Akamaru viéndole el trasero mientras hacía el esfuerzo de cargar con el pelirrojo.
- “¿Por qué a mi?” – Naruto se teñía más de rojo mientras arrastraba a Gaara.
Al lograr ubicar al ojiverde en la entrada se dispuso a abrir, al hacerlo comenzó a meterlo con la poca fuerza que le quedaba, el chico pesaba para el tamaño que tenía.
- ¿Ves? Te lo dije – exclamaba Kakashi quien miraba el trasero de su hijo en popa junto a Iruka – Un día de estos vendría sin pantalones.
*+*+*+*+*+*
Pasaron unos cuantos días y precisamente hubo un examen de ingles al que Naruto estuvo listo de saltarse, estaba todo planeado, Shikamaru lo esperaría en la cantina del liceo mientras el profesor Kabuto pensaba que estaba en el baño, en el momento de la intercepción por parte del Nara marcarían la milla para irse a jugar Death house 3 al ciber de la esquina.
- ¡Que bien! – el ojiazul frotaba sus manos – ¡Ahora a matar zombis!
- Ejem
Naruto se dio la vuelta con los ojos entrecerrados y su típica expresión zorruna, sus ojos casi se desorbitan al ver un destellante brillo proveniente de unos ojos celestes.
- ¿Se puede saber a donde vas? – preguntaba Gaara de brazos cruzados.
- Voy a… pedir una calculadora, si eso, voy a pedir una calculadora.
- ¿Calculadora? ¿Para que si lo que hay es examen de ingles? – el pelirrojo observaba al chico de una manera que lo ponía a sudar a mares de los nervios – Estudiamos que jode ayer, de broma pude estudiar por andar enseñándote Uzumaki.
- Pana yo me sé el examen, eres el más mejor enseñando.
Una sonrisa se formó en el rostro del rubio intentando que con eso Gaara lo dejara tranquilo.
- Se dice mejor, no más mejor.
- Ash tú me entendiste.
- Lo que sea – el pelirrojo tomó desprevenidamente al rubio del brazo – vamos que ya van a pasar lista.
- No, espera es que yo… - formuló miles de excusas en su cabeza pero siempre agarraba la primera sin importar lo gafa que ésta fuera – Es que tengo que ir a pedirle una vaina a Lee.
- ¿A Lee dices? ¿El Rock Lee de quinto año?
- Si a ese, no hay más que yo sepa.
Las mejillas de Gaara se tiñeron y debido al color blanquecino de su piel fue inútil de ocultar al catire.
- ¿Me harías el favor de pedírselo amigo Gaara? – el rubio sonreía picaronamente mientras colocaba su brazo alrededor del cuello del chico.
- ¿Yo? – el pelirrojo puso cara de nerviosismo absoluto, exagerado sería decir que se puso del color de su cabello pero así fue como pasó.
Gaara se hallaba en la puerta del salón de quinto año, su forma de ser lo hacía evitar mostrar lo nervioso que se sentía al estar ahí. Alzó la mano para tocar, tragó grueso.
En eso la puerta se abrió sola, al parecer alguien saldría ¿Cuántas probabilidades tenía que de treinta y ocho alumnos le tocara el número quince de la lista? porque hasta el número de lista se había conseguido el condenado XD.
- ¿Qué quieres enano? – Neji plantaba sus blancos ojos en los celestes.
- “¿E…nano?”
- Éste es el salón de quinto año no el jardín de niños.
Un choque hubo entre los dos muchachos, se desgarraban con la mirada y tenían ganas de irse a los trancazos mutuamente, hasta Gaara apretó los puños y se echó para atrás mientras el Hyuuga traqueaba sus nudillos, aquello hubiera sido una buen figth de no ser porque…
- ¡Gaara muchacho!
Al ojiblanco casi le dio un paro cardíaco al ver como Lee abrazaba al pelirrojo, Gaara estaba que no se lo creía y sentía que el interior de su cuerpo hervía.
- ¿Qué haces por aquí? – el moreno mantenía la cintura del chico muy junta a la suya - ¿Viniste a visitarnos?
- Bueno… veras – con las mejillas coloreadas – es que… Naruto me pidió que le hiciera el favor de pedirte…
- ¡Ah claro! – el Rock se apartó del enlace para comenzar a buscar algo en su bolso.
Neji estaba que estallaba de la ira, observaba a su mejor amigo escudriñar en el morral sin apartar la típica posición de los brazos cruzados.
- ¡Carajo Lee! apresúrate que hay práctica de química y Ten Ten nos está esperando – decía el pelo largo entre dientes.
- ¡Aquí está!
Lee hizo entrega del objeto al chico de tercer año quien al ver de que se trataba quedó como bambalina.
- Y dile al pervertido de tu novio que me preste la de este mes – Lee hacía la pose guay mientras Gaara sostenía una revista porno entre sus y que inocentes manos.
- ¿Play… boy? – el pelirrojo no podía ocultar la pena que tenía y más porque una frase le vino a la cabeza de quien sabe donde “como practicarle sexo oral a su pareja y llenarla completamente de placer”
- ¿Qué te ocurre? – el ojiblanco sonreía malicioso - ¿Nunca habías visto una revista como esa? je, je
- Vamos Neji, no seas así con el menor – el Rock empujaba a Neji hasta dentro del salón sin dejar en su camino una risita burlesca.
- “Naruto… esta me la pagas” – Gaara enfurecido y con instinto asesino.
Unos minutos luego vemos al bello pelirrojo entrando a un ciber, pasó de largo a la chica que estaba atendiendo y la dejó con su “a la orden” en la boca, al encontrar a la persona que buscaba todo molesto le tiró la revista en el teclado de la compu.
- ¡No! – Naruto veía como su personaje caía de rollito al suelo.
- ¡Aquí tienes tu mierda!
¿Gaara diciendo groserías a pleno día? Shikamaru retiró la vista de su máquina, estaba contento de haber aniquilado a Naruto por décima vez en media hora, pero escuchar eso lo sacó de su trance.
- ¿Qué te pasa?
- ¡Tú no te metas!
Gaara incrustó su penetrante mirada en los ojos marrones del Nara lo que claramente molestó al pelicastaño.
- Gaara, Shikamaru, nos van a sacar – decía el rubio pero aprovechando el descuido de su amigo aniquilaba su personaje con una de sus potentes armas, pongámosle una metralleta.
- ¡Me hiciste pasar una gran vergüenza Naruto! “y con Lee ¿Por qué con Lee?”
- Ah… por la revista… - el catire no dejaba para nada el counter strike (no se como se escribe) – No hay pleito, a Lee le gusta la pornografía como a cualquier chamo de su edad.
- ¡Esa no es excusa! – las mejillas del pelirrojo delataban la pena que tenía desde el encuentro con el moreno.
- Oye pana cálmate – el Nara tomaba al chico del hombro - ¿Por qué no juegas con nosotros? anda, te brindo una hora.
- No gracias – respondía secamente y mirando a Shikamaru con desprecio.
- Mira, si no vas a jugar mejor lárgate.
- … - Naruto lanzándole una que otra bomba aniquiladora al personaje del pelicastaño – Bien, una victoria más y desempato – se decía a si mismo a lo bajo.
- Ok, me largo pero Uzumaki se viene conmigo.
¿Ah? – Naruto señalándose a si mismo.
- ¿Qué? ¿Y eso como por qué? – el Nara cruzó ambos brazos algo molesto.
- Porque están dando un examen súper importante para el que yo personalmente preparé a Naruto – miraba al muchacho desafiante – ¡Vamos Naruto!
- Ash pero si todavía me queda tiempo.
- No Naruto, vamos a clases – interfirió Shikamaru algo cabizbajo.
- Pero Shika…
Los tres estudiantes de tercer año se hallaban saliendo del ciber, Gaara examinó su reloj, si se daban prisa llegarían a la segunda hora de la clase que era cuando darían el examen, Shikamaru guardaba distancia entre él y el pelirrojo pues había en el chamo algo que no le gustaba, por su parte Naruto caminaba pero no dejaba de observar a su compañeros.
- Gaara.
- Dime.
- ¿No le darías a Shikamaru clases también?
- Pues… - el pelirrojo miró de reojo al chico Nara – “¿Qué le sucede a Naruto? ¿Acaso este tal Shikamaru es tan importante para él?”
- No te preocupes Naruto – se apresuró en decir el pelicastaño – ya he tenido tutores antes y simplemente no aprendo, sólo sería quitarle tiempo a…
- Gaara – dijo Naruto recordándole el nombre.
- Si, a Gaara.
Pero no era que no recordara el nombre del oji celeste, era que por algún motivo que desconocía le incomodaba mencionarlo.
- ¿Qué demo…
La mirada de los chicos se alzó, quedaron boquiabiertos al ver el enorme graffiti muy bien hecho en la pared de su salón que decía “Naruto y Gaara la pareja Alíen” encerrado en corazón y todo, con flechitas y una que otra figura rara que complementaba la obra pandillera.
- ¡¡KIBAAAAAAAAAAAAAAAA!! – los gritos de Naruto se escucharon por todo el liceo.
Mientras tanto dentro del salón todo el mundo dirigía la vista hacía el mencionado.
- ¿Qué? yo no hice nada – el Inuzuka continuaba rayando la parte trasera de su cuaderno con mensajes subliminales.
- ¡Inuzuka Kiba a la dirección! – mandaba el profesor Kabuto señalando la puerta.
- Pero…
Del otro lado del liceo en las canchas se encontraban Neji, Ten Ten y Lee con unas latas de aerosol vacía.
- Que bonito, ahora todos sabrán que ellos se aman – Ten Ten giraba en su colorido mundo.
- Si pero ¿No crees que te pasaste Neji? no creo que fuera necesario colocar eso de “pareja alíen” – decía Lee un poco cansado por la maratón que dieron para huir de la escena.
- Es el instintivo que los caracteriza mi querido Lee.
- Ah… ¿Pero ahora no los joderán con eso por nuestra culpa?
- ¿Y quien dijo que amar era fácil? – fue la respuesta que dio Neji sin que Lee se percatara de la indirecta que le lanzaba – “Con esto mantendré al mocoso bien apartado del campo de juego”
- “Neji” – pensaba una muy afligida Ten Ten.
Continuará...